Hola hermosas, aquí estamos en un nuevo avance de esta historia que espero yo les esté gustando tanto como a mi escribirlo, ya saben que los personajes no me pertenecen y que solo los utilizo para echar a volar mi imaginación. Esta historia no es para menores de edad ni para personas que pueden ofenderse con el contenido adulto, así que pido por favor se abstengan de leer. Comenzamos!
LEJOS DE TI
CAPÍTULO 12
ANTHONY REVELA LA IDENTIDAD DE SU PROMETIDA
Albert y George habían quedado en silencio después de haber sido testigos de lo difícil que les había sido a ambos jóvenes separarse una vez más, ninguno se atrevía a romper aquella atmósfera melancólica que se había formado en el interior de carruaje, observando como Anthony intentaba reprimir sus sentimientos.
-¿Estás bien? - Preguntó Albert una vez que lo consideró prudente, sin embargo una que otra lágrima esporádica bajaba por el lindo rostro de Anthony.
-Sí tío, estoy bien. – Respondió tranquilo, intentando sobreponerse a ese nuevo desafío.
-¿Por qué no te quedaste más tiempo? – Preguntó Albert de nuevo. – Yo podría ver lo de Candy en el hogar de Ponny. - Anthony negó a las palabras dichas por su tío.
-No tío, quiero hacer esto por mí mismo, quisiera regresar a Candy si eso es posible la familia que perdió por culpa de ese hombre. – Dijo con una sonrisa que mostraba aún el dolor de aquella separación. – Además tú tienes que conocer ahora a tu prometida. –Dijo cambiando un poco su actitud para bromear ahora con su tío ya que era el turno de él de conocer a su "misteriosa" prometida.
-Ni me digas, eso lo he estado pensando todos estos días. – Dijo realmente inquieto por la opción que podría tenerle la matriarca.
-Todos los días menos anoche. – Dijo Anthony comenzando a reír seguido de George.
-¿Anoche? ¿Qué pasó anoche? – preguntó Albert confundido por las evidentes burlas que hacia aquel par a sus costillas.
-¿No lo recuerdas? – Preguntó Anthony extrañado ya que en ningún momento lo había visto perder el control de sus actos, mucho menos hacer algo indebido a causa del alcohol. Albert negó igualmente confundido ante la pregunta de su sobrino. – Anoche estuviste bailando con todas las muchachas de la hacienda. – Dijo Anthony con tono de burla y picardía al mayor.
-¿¡Yo!? – Preguntó incrédulo mirando después a George para cerciorarse de que Anthony no le estuviera jugando una broma. George asintió sin dejar de sonreír por la reacción que tenía el rubio por los dos tequilas que se había tomado. -¡Eso no es verdad! – Dijo un tanto indignado ya que de todas las veces que había bebido en alguna cantina recordaba todas y cada una de ellas, porque no convenía que se perdiera en el alcohol mucho menos siendo el modelo a seguir de su tres sobrinos.
-¡De verdad tío! – Dijo Anthony un poco más relajado de su tristeza. – Es más con la única que te faltó bailar fue con Candy. – Dijo Anthony exagerando un poco ya que tampoco había bailado con Rocío o con su hija María ni por supuesto con alguna de las trabajadoras mayores que servían en la hacienda.
-No recuerdo más que después de acompañar a Joaquín con un par de tequilas, salí a bailar con una chica de cabello negro y grandes ojos negros. – Dijo comenzando a hacer memoria.
-Muy hermosa por cierto. – Dijo George con una sonrisa animándose a entrar en la plática.
-Después bailé con Roxanne, ya que Joaquín me lo permitió… - Decía intentando recordar si él lo había sugerido o si Joaquín se lo había sugerido. - … Y después… - Decía sin que nada le llegara a su mente. - … después… después no recuerdo nada… - Dijo para escuchar las risas de su sobrino y de su mano derecha al mismo tiempo. - ¡No se rían! ¡Esto es serio, yo no tomé tanto como para no recordar nada! – Decía inquieto mientras los caballeros seguían riendo divertidos por la reacción del patriarca.
-Recuerda que el Sr. De la Garza nos advirtió de los efectos del tequila. - Dijo Anthony para observar que su tío ponía cara de preocupación. - No te preocupes tío. – Dijo de nuevo para tranquilizarlo por la preocupación genuina que demostraba al momento. – Te aseguro que lo único que hiciste fue bailar muy alegre con todas las jóvenes del rancho "Los Obeliscos", pero en ningún momento hiciste o actuaste de manera inapropiada, de hecho nunca notamos que estuvieras en estado etílico. – Dijo sincero, pero no podía dejar de reír porque Albert no recordaba y porque nunca nadie se dio cuenta que todo había sido producto del tequila.
-Será "Tequílico". - Dijo George a modo de broma provocando la risa de todos, aligerando un poco más el ambiente melancólico que se había vivido al inicio del viaje.
El resto del camino fue plática para ponerse de acuerdo con lo que harían para hablar con las madres de Candy y así determinar si Candy era o no una De la Garza y de paso sabrían si Annie era una Briand, lo que la verdad le convenía menos que la familia que la había adoptado, pero creían que Rocío merecía saber qué había pasado con su hija.
En el rancho De la Garza María como cada mañana iba hasta el pozo para sacar agua el que se necesitaba para consumo, ya era la tercera vuelta que daba a la noria aquella mañana.
-Buenos días linda. – Dijo una voz que estremeció de miedo el cuerpo completo de la morena. – ¿Ya no me saludas? – Preguntó acercándose a ella de una manera intimidante. – Cuando eras chiquilla me saludabas más amorosamente. – Le dijo refiriéndose al tiempo en el que él visitaba a su madre. Tenía tiempo que la estaba acosando y gracias a que Juan o José estaban siempre con ella aquel individuo no se atrevía a abordarla, sin embargo al verla sola en el pozo que quedaba algo retirado de la casa grande vio la oportunidad de llegar a ella sin testigo alguno. María al ver el peligro que aquello representaba intentó alejarse de ahí rápidamente, pero la velocidad y la brusquedad con la que fue sostenida por su muñeca la hicieron gritar para ser auxiliada.
-¡Suélteme! – Dijo asustada.
-¿Por qué? Si estamos platicando. – Le dijo colocándola tan cerca de él que pudo apreciar sobre el escote sus atributos femeninos, los cuales se movían libremente bajo la blusa tipo campesina que llevaban todas las jóvenes que trabajaban en las casonas.
-¡Déjeme por favor! – Le dijo cuando sintió que su cuerpo se apegó vulgarmente al de ella, sintiendo como crecía ante ella y comenzaba a frotarse con brusquedad sobre su entrepierna. María intentaba con todas sus fuerzas alejarlo de ella, empujando con rudeza su rostro, provocando un aruño que en vez de hacerlo que la soltara se abalanzó sobre ella para poner su rostro entre sus senos para comenzar a besarla sobre la blusa, buscando la manera de bajar con su boca aquella prenda que la cubría, pero las manos de maría jalaban su cabello para alejarlo de aquella zona que solo Juan había explorado.
-No te resistas, te va a gustar. - Decía convencido de sus palabras.
-¡No! - Gritaba María desesperada por que cada vez la tocaba más atrevidamente.
Aquel hombre que intentaba forzarla era un hombre poderoso y podía decirse que atractivo para el sexo femenino de la zona, ya que había tenido bastantes mujeres a su alrededor, era muy popular entre ellas y estas lo seguían y lo acosaban para compartir una noche de pasión, pero aparte de Rosemary y Roxanne, solo María era la única que se había negado a prestar sus "servicios" de cama, provocándole una obsesión con ella, sin embargo creía que el haber respetado a Roxanne y a Rosemary no le habían saciado aquellas ganas que nacieron en él siendo un jovenzuelo que buscaba mayor experiencia a la que tenía de adolescente, pero con María no tendría aquella consideración que había tenido con sus amigas de la infancia, mucho menos porque creía que él era superior a ella y que le debía obediencia, la misma que su madre le había tenido antes de perder su juventud y toda su hermosura entre los brazos de aquel hombre.
-¡Suéltala! – Se escuchó el grito de Rocío a espaldas de María, quien había salido en su busca al creer que ya llevaba mucho tiempo ausente.
-¡Lárgate de aquí! – Le dijo con desprecio sin soltar a la muchacha que continuaba forcejeando con aquel asqueroso tipo.
-¡Que la dejes te digo! – Volvió a decir con mayor coraje, amenazando con su cuerpo a su ex amante.
-¡Qué te largues te digo! – Dijo dejando por un segundo a María para volver a dirigirse a Rocío quien lo miraba con un profundo odio, uno que había nacido después de que se había llevado a su hija de su lado y al haberla obligado a entregarle la hija de los patrones.
-¡Suéltala o le diré al patrón Joaquín toda la verdad! – Dijo provocando que soltara de pronto a la muchacha, quien rápidamente se colocó la blusa en su lugar y bajó su falda que ya tenía en la cintura, llorando de asco y coraje se puso detrás de la robusta figura de su madre quien la protegió sin miedo de aquel maldito depredador.
-No te atreverías. – Dijo mientras la miraba con una sonrisa burlona, con aquellos ojos azules tan profundos que poseía y los labios manchados con el color rojo de los labios de María, el cual resaltaba en la blanca piel que tenía.
-Es mi hija, la única que me queda gracias a ti, por ella soy capaz de todo. – Le respondió segura de lo que decía. Liam la observó con furia al sentirse amenazado, vio en sus ojos que ya no existía el miedo en su mirada y que estaba decidida a hablar de lo que sabía, Rocío era la única que sabía todo ya que García había muerto. – ¡Así que lárgate! Si no quieres que el patrón se entere de toda la verdad. – Dijo amenazante, María escuchaba todo sin comprender del todo lo que decía su madre.
-Tú también irías a la cárcel. – Dijo Liam como último recurso, seguro que con ello evitaría que lo delatara. Rocío se tensó por aquella verdad y Liam sonrió de nuevo con satisfacción.
-¡Lárgate! – Le dijo Rocío de nuevo, comenzando a caminar apresurada con su hija por delante para dejar atrás a aquel malévolo ser que se había cruzado en su camino.
Liam observó alejarse a las dos mujeres, sintiendo la necesidad de hacer un plan para evitar que aquella mujer lo delatara y así terminara en la cárcel.
-¿Estás bien? – Preguntó Rocío a su hija una vez que habían llegado a su habitación.
-Sí amá, no te preocupes. – Dijo María ya más tranquila, intentando quitar de su cuerpo la asquerosa sensación de aquel individuo. Rocío la abrazó con ternura y miró sus negros ojos con un amor infinito, ambas abrazadas en lágrimas. - ¿Por qué puedes ir a la cárcel, amá? ¿Qué tiene que ver el Sr. Leagan con la desaparición de mi hermana? – Preguntó ante la sorpresa de su madre. Rocío se negaba a hablar. - ¡Yo te escuché decirlo, amá! – Decía María impaciente.
-¿Cómo recuerdas a Amelia? - Preguntó vencida por aquel dolor que llevaba clavado en su alma.
-Nunca la he olvidado, solo dejé de preguntarte porque te vi noches enteras llorar por ella. – Dijo recordando las veces que Rocío había llorado por su hija. – Y aun te veo, a pesar del tiempo lloras seguido, sobre todo en su cumpleaños. – Dijo sorprendiendo a su madre. Rocío recordó que era verdad, su amor de madre le impedía dejar de pensar en su hija nacida tan solo dos semanas antes que la de los patrones, pero de un menor peso y tamaño que la rubia. Amelia había nacido el 23 de abril de 1898, una tarde que hacía un frío intenso, recordaba que aquel año había hecho un frío inexplicable, uno que no se había vuelto a presentar desde entonces.
-El Sr. Legan es el padre de Amelia. – Dijo Rocío avergonzada de revelar algo que ella creía un secreto.
-Ya lo sé amá. – Dijo María quien a pesar de lo corto de su edad en aquella época, sabía bien que su madre tenía algo que ver con aquel hombre. Rocío la miraba apenada, ella se había enamorado de él cuando era muy joven y no pudo evitar caer en sus encantos, porque no podría decir que por sus palabras bonitas ya que solo la utilizaba para saciar su cuerpo, contrario a ella que se había entregado por amor a él. – Era muy niña, pero me daba cuenta de su presencia cada noche. – Decía María. – Además de que siempre me dijiste que me callara y no dijera que venía a verte. – Decía de nuevo la morena. – Pero nunca me dijiste ¿Qué pasó con mi hermanita? - Insistió una vez más por saber qué tenía que ver aquel hombre con la desaparición repentina de su hermana.
-Él se la llevó un día para mantenerme callada por lo que habíamos hecho. – dijo comenzando a llorar inconsolablemente.
-¿Pos qué hiciste amá? –Preguntó la morena con miedo al ver el rostro deformado por el dolor de su madre, así como las abundantes lágrimas que no dejaban de caer de sus ojos.
-Yo le entregue la niña de los patrones a Liam... me obligó a hacerlo si no quería que les hiciera daño a ti o a tu hermana. – Decía con angustia por la mirada de sorpresa de María. - ¡Yo no quería hacerlo! Pero tenía miedo de que cumpliera su amenaza. – Decía sin poder dejar de llorar sintiendo vergüenza y culpa por lo que había hecho.
-¿Qué hizo con la niña de los patrones? – Preguntó con el corazón alborotado por el miedo de escuchar lo que su madre le diría y que ella había estado involucrada.
- Se la entregó a un mal hombre para que la matara. – Dijo con pesar. María abrió los ojos más asustada que nunca. – Cuando yo me arrepentí de haberlo hecho me quitó a Amelia para evitar que lo delatara, prometiéndome que me la regresaría después, cuando todo hubiese pasado, sin embargo nunca lo hizo y cuando le reclame me amenazó con que tú correrías la misma suerte que Amelia. – Dijo llorando hincada a los pies de María.
-¿Las mató? – Preguntó con miedo, comenzando a llorar e incrementando el odio hacia aquel hombre que tantas veces la había acosado e intentado forzarla. Rocío negó para sorpresa de María.
-Eso me hizo creer a mí. - Dijo limpiando las lágrimas que corrían por su nariz. – Pero un día aquel hombre que se había llevado a Amelia llegó de nuevo al pueblo, ahí permanecía borracho casi a diario, así que lo engañé para que creyera que yo quería algo con él y lo hice tomar de más, averiguando así que él se había llevado a las dos niñas pal otro lado y que las había dejado en un orfanato cercano al lago michi… michi… gan o algo así. – Dijo ansiosa. – Sus órdenes eran dejar a Amelia en ese lugar y después desaparecer a Camille, pero dice que el clima era muy extremo, que la nieve no lo dejaba avanzar con rapidez y que por poco era descubierto por las mujeres que atendían el lugar, así que por miedo a ser descubierto y con ello ir a la cárcel o peor enfrentar la furia del Sr. Leagan en contra de él, dejó a la pequeña Camille en lo alto de una colina bajo la nieve al pie de un árbol seco. – Dijo recordando las palabras del asqueroso García quien por una bebida y unos cuantos coqueteos de la robusta Rocío había hablado de todo con ella.
-¿Están vivas? – Preguntó María.
-¡No lo sé! – Decía Rocío desesperada. – García me lo reveló antes de regresar a su último viaje al norte, pero se quedó dormido, solo me dijo que a las niñas las recogieron en ese lugar y que él se esperó a que entraran con ellas ya que si no encontraban a la rubia se la llevaría para terminar con lo encargado por el señor Leagan, pero gracias a que Camille comenzó a llorar fue encontrada y se la llevaron dentro del lugar, pero cuando quise averiguar más García fue asesinado para salvar a la señorita Candy. – Dijo Rocío sin dejar de llorar, asustada por revelar a su hija aquella historia, pero sabía que Liam no se iba a quedar con los brazos cruzados y que tomaría represalias en contra de ella, así que debía de haber alguien más que supiera la verdad de lo acontecido.
-Mamá, todo este tiempo… - Dijo María triste por el sufrimiento de su madre, pero comprendía que si hablaba sería inevitable la cárcel para ella y por consiguiente la horca por parte de los campesinos que querían y respetaban a De la Garza, sintiéndose culpable por ser ahora ella cómplice forzada por las circunstancias, su madre la había protegido a ella y a su hermana y a pesar de que había perdido a Amelia hizo todo lo posible por salvarla a ella de las amenazas de aquel hombre.
-Lo sé hija, y no sabes cuánto me arrepiento… - Dijo sin dejar de llorar. María solo la observaba sorprendida por lo que su madre le había revelado, sintiendo una enorme vergüenza con los patrones por tener que ocultarles ese terrible secreto.
Candy llegaba a la hacienda con el rostro enrojecido por el llanto, mientras Juan se bajaba del caballo al igual que José para ayudarla a bajar.
-¿Estás bien Dulcecito? – Preguntó Juan con ternura. Candy sonrió de lado por la manera que la llamaba su amigo.
-Estoy bien Juan, gracias. – Respondió viendo a los ojos con simpatía a aquel gemelo, mientras José la veía serio con su típico rostro amargado.
-Bien, iré a buscar a María. – Dijo Juan despidiéndose de Candy con una sonrisa. Candy sonrió y pensó en lo afortunada que era su amiga por tener al hombre que amaba cerca de ella.
-Ya no llores Candy, de todas formas ese güero no pertenece a este lugar. – Dijo José con desdén al referirse a Anthony.
-Ese güero como tú le dices es mi prometido José, además, yo tampoco pertenezco a este lugar, también soy güera. – Dijo a modo de reclamo, poniendo sus manos en la cadera observando José que se veía más hermosa en esa pose de molestia.
-Tú eres la hija del patrón. – Dijo el moreno, negándole con esa afirmación lo que ella decía y que por fin había aceptado que ella pertenecía y era parte de ese lugar.
-Adoptada José, soy adoptada. – Dijo de nuevo la rubia. – Y pertenezco al lugar donde está mi corazón y mi corazón no solo está aquí con mis padres sino que también está con Anthony y perteneceré al lugar donde él me lleve. – Dijo molestando al moreno por su comentario y más por el brillo que aparecía en su rostro al mencionar al rubio simplemente.
-¡Ese catrín no te merece! – Dijo molesto, asustando a Candy por su repentina reacción, de todas las veces que lo había visto molesto esa era una de las que lo había visto más.
-¿Por qué tú lo dices? – Preguntó Candy aún más molesta que él, demostrándole que no le intimidaba su reacción. - ¿Entonces nadie me merece según tú? – Preguntó Candy de nuevo acorralando al moreno con sus preguntas. - ¿Crees que no soy suficiente para nadie? – Decía indignada por la actitud de José, mal interpretando sus palabras al creer que él seguía pensando como cuando eran niños, cuando muchas veces le había dicho que no tenía derecho a mucho por ser solo una joven adoptada.
-¡Yo no dije eso! – Se defendió rápidamente girándose para darle la espalda. – Pero él no… - Decía con el coraje atravesado. – Yo… - Dijo de pronto volteándose nuevamente sobre sus talones para ver a Candy de frente y tomarla por los hombros con brusquedad, agarrándola por sorpresa, abriendo esta los ojos sorprendida porque en un segundo tenía la boca de José sobre la de ella, en un beso tosco y rudo. Candy lo alejó de inmediato de su boca, cubriendo con su mano sus labios ofendida y sorprendida por su atrevimiento.
-¡Eres un bruto! – Le dijo molesta, agarrando vuelo con su mano derecha para lograr estamparla en el rostro del chico quien apenado por lo que había hecho ni las manos metió para defenderse. - ¡Te odio! – Le dijo Candy corriendo hasta su habitación para llorar la ofensa sufrida, al mismo tiempo que lavaba de su boca el sabor de los labios ajenos, aquellos que no pertenecían a su príncipe de las rosas, temiendo que con aquel atrevimiento de su boca se borrara el recuerdo de su dulce sabor.
Juan regresaba al no encontrar a María en su cuarto y pudo observar la tontería hecha por su hermano.
-¿¡Qué diablos hiciste José!? – Preguntó dando un zape en la nuca de su gemelo, quien no reaccionó a aquel golpe recibido.
-¡Soy un imbécil! – Dijo de pronto cayendo en cuenta que lo que había hecho era una barbaridad, las palabras de Candy lo habían lastimado más que la bofetada que le había propinado.
-Sí que lo eres. – Le dijo su hermano dándole la razón. – Cuando Candy hable con el patrón te echará a patadas como a un perro. – Le dijo temiendo que eso pasara.
-Bien merecido lo tengo. – Dijo José suspirando derrotado, no sabía que había pasado por su cabeza al haber forzado a Candy a besarlo, cuando él mismo había visto en más de una ocasión como la rubia ofrecía sus labios con gusto al "güerito", sin embargo en un arranque de celos la había besado como si por arte de magia ella fuera a corresponder a ese beso que él le propinaba y se olvidaría para siempre del fuereño.
Anthony y Albert por su lado habían llegado a la frontera para despedirse de la escolta que De la Garza les había proporcionado, despidiéndose de Felipe y sus hombres para continuar con el viaje que duraría aproximadamente tres días, tres días que para Anthony eran más largos de lo que habían sido de ida, ya que se sintió que eran muy rápidos para enfrentarse en ese entonces a la desconocida con la que lo habían comprometido y que ahora era la que reinaba su mundo.
-¡Anthony! ¡Tío William! – Decían los Cornwell cuando vieron llegar al par de rubios quienes bajaban molidos por el viaje a pesar de los descansos que habían tomado en el camino.
-¡Stear, Archie! - Dijo Anthony corriendo a abrazarlos feliz de que estuvieran de vuelta en Chicago. - ¿Cuándo llegaron? – Preguntó Anthony mientras los abrazaba con gusto. Albert hacía lo mismo con ellos y George les sonreía también feliz de verlos de regreso.
-Hace unas semanas. – Respondió Stear a su pregunta.
-Creo que llegamos una semana después de que ustedes se fueron. – Dijo Archie. - ¿Por qué tardaron tanto? La tía abuela mencionó que iban a estar solo unos cuantos días. – Dijo de nuevo el elegante chico quien quería saber al igual que su hermano lo qué había sucedido con aquella misteriosa prometida que tenían guardada para Anthony.
Anthony lo observó dudando un poco si decirles o no a sus primos que había encontrado a Candy en ese lugar y que por una bendición del destino era ella la prometida que su madre le había acordado, pero también Albert y él habían decidido no revelarlo a la tía abuela o utilizaría todo su empeño para anular el contrato a pesar de que ya estaba firmado por la cabeza principal de la familia.
-¿Entonces tenemos futura prima? – Preguntó Stear emocionado ante la posibilidad de ser posible que eso sucediera, alegre hasta cierto punto de que Anthony hubiese dejado la posibilidad de encontrar a Candy, ya que deseaba que él continuara adelante, además por el tiempo que había pasado él sabía que era prácticamente imposible lograrlo. Anthony sonrió como un bobo al recordar a su prometida.
-Por la cara que puso, eso me hace pensar que así es. – Dio Archie no tan feliz como Stear, pasándole por un segundo el rostro de Candy a la cual él aún soñaba con volver a ver. Anthony volvió a ver a sus primos con la misma sonrisa enamorada que él tenía al pensar en Candy.
-Si supieran muchachos… - Dijo queriendo compartir con ellos ese secreto de una vez por todas, tenía en la punta de su lengua aquella alegría que le abrumaba el alma y se le desbordaba en su corazón.
-Anthony… - Dijo Albert para que guardara silencio al haber visto que la tía abuela llegaba a saludarlos, seguida como siempre por los Leagan. Anthony rodó sus ojos al verlos ahí como siempre siendo la sombra de la matriarca.
-¡Anthony! – Gritó Elisa ilusionada por ver al rubio ahí, viendo también a Albert, pero no tenía la confianza de saludarlo igual de efusiva y se detuvo frente a él para que Albert como el caballero que era la saludara amablemente al besar el dorso de su mano al igual que a Elroy y a Sara, gesto que sonrojó a Elisa, sin embargo su mirada era para Anthony, el cual siempre había sido su preferido y que a pesar de saber ahora que no podría casarse nunca con él no podía evitar que su corazón se sintiera acelerado al verlo de nuevo.
-¡Elisa! – Le llamó la atención su madre. - ¡Ese comportamiento no es digno de una señorita de tu clase! – Dijo correcta ante la presencia del patriarca quien la miró con desconfianza.
-Anthony, William, bienvenidos. – Dijo Elroy feliz de verlos nuevamente. - ¿Cómo les fue con la señorita De la Garza? – Preguntaba de inmediato curiosa. - ¿Cómo está Roxanne y el Sr. de la Garza? - Preguntaba sin recordar aparentemente que en su tiempo ella había odiado a ambos por haberse según ella burlado de su hijastro, Sara sonrió hipócrita a Anthony quien solo la miró indiferente.
-Todo salió según lo planeado tía abuela. – Dijo Albert sabiendo que no incomodaría a Anthony, porque aquellos habían sido sus planes. – La Srita. De La Garza y Anthony han quedado formalmente comprometidos. – Dijo para sorpresa de los Cornwell y la decepción de Elisa, quien por más de saber que aquel que hablaba sería su próximo esposo, no podía evitar tener por Anthony aquel sentimiento que había nacido en ella siendo una infante a pesar de su desprecio. Elroy sonreía triunfante por aquella noticia, creyendo que por fin Anthony hacía lo que ella quería y que olvidaba a Candy de una vez por todas.
-¿Anthony, tú estás de acuerdo con esto? – Preguntó Archie quien pensaba que Anthony sería el último en dejar de buscar a Candy hasta saber de ella o hasta encontrarla o que por lo menos daría una oportunidad a Mack quien había permanecido a su lado todos los años que había permanecido pensando en Candy en el Colegio.
-¡Por supuesto que está de acuerdo! – Dijo Elroy interrumpiendo la respuesta del rubio. Anthony la observó con burla pensando en la sorpresa que se llevaría al conocer a su prometida. – Anthony entendió por fin que no debe andarse comportando como un barbaján. – Dijo reprochándole con la mirada su huida del Colegio. Anthony sonrió de lado por aquel reproche que pudo ver en su rostro y por las palabras que tenía de concepto hacia su comportamiento.
-Archie, he decidido aceptar el compromiso que mi madre eligió para mí siendo un niño, no por obligación, sino por decisión propia. – Dijo a su primo quien no pudo ocultar su molestia por verlo tan tranquilo, él que era su ejemplo a seguir había bajado la guardia derrotado.
-¡Qué fácil te has rendido, Anthony! – Dijo Archie realmente molesto. - ¡Dejaste que esta familia te manipulara también a ti, olvidándote de la promesa que hiciste a Candy! – Decía molesto. Anthony lo veía un tanto sorprendido por la manera en la que había reaccionado y le hablaba, pero se tranquilizaba porque Archie no sabía los motivos que tenía para aceptar aquel compromiso.
-¡Silencio! – Dijo Elroy. – Esa niña no es digna de mi nieto, aun así como fue adoptada por William, si aparece será la esposa de Neal. – Dijo sin pena, revelando los planes que tenía con Candy si se atrevía a regresar a Chicago.
-¿¡Qué!? – Preguntó Anthony visiblemente molesto por esa noticia que recibía, viendo a sus primos quienes con la mirada le decían que ellos ya sabían de aquella tontería que pasaba por la cabeza de la vieja Elroy entendiendo por fin la actitud tan desesperada de Archie. - ¡Eso debe de ser una broma! – Dijo molesto en contra de la anciana.
-No te preocupes. – Dijo Albert tomando a Anthony del hombro para que no revelara la identidad de Candy en un arranque de desesperación. – Eso no será necesario, he anulado la adopción de Candy y también su búsqueda, así que tendrás que buscar a otra prometida para Neal. – Dijo viendo al moreno con desagrado, el cual mostraba una mirada de indiferencia al respecto.
-¿Qué? – Preguntaron los Cornwell viendo a Anthony angustiados por la noticia que recibían, mientras Elroy, Elisa, Sara y Neal ponían cara de triunfo con aquel anuncio. Anthony hacia una seña a ambos para que se callaran la boca y lo siguieran a su habitación.
-Con su permiso, me siento cansado. – Fue excusa del rubio y los Cornwell avanzaron detrás de él y para que Elroy no sospechara nada Albert intervino de nuevo.
-Adelante Anthony, yo por lo tanto mostraré a la tía abuela el trato que hicimos con la familia De la Garza. – Anthony asintió con una sonrisa feliz y los Cornwell no dejaban de verlo sin comprender la manera en la que actuaba el rubio.
-¿¡Te has vuelto loco Anthony!? – Preguntó Archie visiblemente molesto a su primo en cuanto entraron a la habitación del rubio.
-Tranquilo Archie. – Decía Stear para calmar a su hermano. – Deja que Anthony nos explique. – Decía intentando entender al rubio.
-¿Entender qué? ¿Qué se ha rendido en la búsqueda de Candy? ¿Para aceptar un compromiso beneficioso para las familias? – Preguntaba sumamente molesto, indignado por según él el proceder de su primo.
-Archie, Anthony tiene su motivos y nos explicará. – Decía de nuevo Stear intentando tranquilizar a su hermano quien como siempre impulsivo no se callaba ante la mirada que Anthony le dirigía.- ¿Verdad Anthony? – Preguntaba de nuevo el inventor con súplica porque quería saber que así era realmente. Anthony sonrió sin hablar todavía.
-¿Lo ves? ¿Cuántas veces le dijimos que desistiera de la búsqueda de Candy y aceptara el coqueteo de Mack? – Dijo Archie sin dejar de atacar con sus palabras a Anthony quien ya comenzaba a molestarse por la insistente manera de comportarse de su primo.
-¿Esa es tú molestia? – Preguntó el rubio también ya de mala gana. - ¿Qué no hice caso a Mack por estar enamorado de Candy? – Preguntó de frente a su primo quien lo observó con el ceño fruncido.
-Mack es una joven hermosa, de buena familia, que está enamorada de ti, no por tu dinero como esta señorita De la Garza. – Decía necio, hablando de más. – Además Mack está aquí en América, puedes cancelar todo e iniciar una relación con ella. – Stear no entendía a Anthony, ya que pensaba igual que Archie, sin embargo el permanecía en silencio escuchando como Archie defendía a Mack.
-¿Tú también opinas lo mismo? – Preguntó dolido a Stear, dolido de que creyeran que había sido capaz de venderse al mejor postor, dolido de que pensaran que era mejor olvidar a Candy y enfocarse en Mack.
-No lo sé Anthony, me parece extraño que nos dijeras que ibas a terminar ese compromiso y que regresaras comprometido en tan poco tiempo, cuando Mack duró años detrás de ti y nunca le diste una oportunidad. – Decía Stear demostrando que ambos estaban a favor de aquella joven.
-Siéntense por favor. – Dijo Anthony a ambos, intentando tranquilizarse. Archie no quería hacerlo, sin embargo la mirada de Anthony y el respeto que aún le tenía lo hicieron obedecer su petición. – Cuando viajé a México lo hice para romper mi compromiso con la señorita De la Garza. – Inició el relato que tanto necesitaban sus primos para comprenderlo. – El viaje fue largo y muy cansado, pero las ganas de terminar con todo eran mi aliento para así poder regresar y continuar la búsqueda de Candy. – Dijo enamorado, ambos chicos lo veían con interés en su relato.
-¿Y qué cambió? – Preguntó Stear curioso por saber lo que había sucedido para que eso pasara.
-De seguro es una rogona que lo convenció con sus lágrimas. – Dijo Archie cruzándose de brazos ante la mirada de reproche de Anthony, sin embargo Archie guardó silencio y lo dejó continuar.
-Cuando llegamos, no conocí a mi Dulce de inmediato, sino hasta la noche donde nos habían preparado una fiesta de bienvenida. - Dijo Anthony sonriendo al recordar lo colorido de aquella fiesta. – Los Sres. De la Garza esperaban pacientemente que su hija bajara, sin embargo ella estaba preparando una sorpresa para según desilusionarme y que yo mismo rompiera el compromiso. – Decía Anthony riendo con aquel recuerdo.
-¿¡Lo ves!? ¡Ella tampoco te quiere! – Decía Archie insistente. Anthony rodó los ojos, y prosiguió sin tomar importancia a su primo.
-Pero cuando ella llegó, todo cambió… - Dijo enamorado, volviendo a poner aquella mirada perdida al recordar a su dulce niña. - Ahí estaba frente a mí la chica más hermosa que mis ojos habían visto, sus grandes ojos verdes, sus rizos dorados recogidos en dos gruesas trenzas alrededor de su cabeza adornadas con un par de moños rojos y flores que resaltaban la blancura de su piel, así como sus perfectos labios rojos que adornaban su lindo y suave rostro, pero lo que más me impresionó fueron sus lindas pecas que pronto se intensificaron en su rostro en cuanto me vio frente a ella, iluminándose su mirada de inmediato. – Dijo recordando cuando la vio aparecer frente a él.
-Parece que estás describiendo a Candy. – Dijo Stear. Archie seguía molesto, escuchando lo que decía, pero molesto.
-Que se parezca a Candy no la convierte en ella. – Dijo Archie con la misma actitud.
-Dulce de la Garza Williams. – Dijo Anthony. – Ese fue el nombre que mencionó mi tío. – Dijo de nuevo con una sonrisa de enamorado. – Dulce significa Candy en español. – Dijo ante la sorpresa de ambos Cornwell, hasta ese momento Archie quitó su pose de negación para centrarse ahora si en lo que Anthony decía. – Su verdadero nombre es Candice White De la Garza Williams. – Dijo Anthony para sorpresa de sus primos.
-¡Candy! – Dijo Stear asombrado por aquella revelación.
-¿Candy es tu prometida? – Preguntó Archie de la misma manera sorprendido que su hermano. – Pero… ¿Cómo pasó eso? – Preguntó de nuevo confundido, como si lo que había dicho Anthony no tenía ningún sentido. Anthony asintió y sus ojos brillaron más intensos que nunca antes, revelando a ambos que era verdad y que incluso ahora lucía más enamorado que nunca.
-Cuando Candy salió de la mansión de los Leagan para ir a México junto con García. – Decía comenzando a relatar la mala experiencia en la que se había convertido su travesía, y todo lo que había sufrido con aquel borracho, todo lo que había pasado, el rescate por parte de Felipe y cómo la habían adoptado los señores De la Garza.
-¿Así que Candy es la hija adoptiva de la amiga de mi tía Rosemary? – Pregunto Stear sorprendido por aquella casualidad.
-Así es. – Dijo Anthony sonriente.
-Eso no le va a gustar a la tía abuela. – Dijo Archie con una sonrisa traviesa.
-Lo sé, es por ello que aún no se debe de enterar de su identidad. – Dijo de nuevo el rubio a sus primos para que juntos mantuvieran ese secreto.
-Por nosotros no te preocupes. – Dijo Stear con una sonrisa, feliz por que por fin había aparecido la pequeña traviesa que había conocido una tarde en el pueblo.
-Ya decía yo que todo había sido muy fácil. – Dijo Archie por fin sonriendo al saber que la identidad de la prometida de Anthony era nada más y nada menos que la hermosa gatita que él recordaba con mucho cariño.
-No lo fue. – Dijo Anthony. – Sobre todo el dejarla de nuevo. - Dijo de nuevo suspirando. – Y más que tiene un admirador que intentó hacerme la vida imposible. – Decía volviendo a ceñir su entrecejo al recordar al moreno que pretendía a Candy.
-¿Y Candy qué dice? – Preguntó Stear. - ¿Le gusta ese chico? – Preguntaba curioso por saber qué había pasado en aquel lugar.
-Candy me confesó que quería romper el compromiso porque quería regresar a Lakewood a buscarme. – Dijo ante la sorpresa y aún celos en el corazón de los Cornwell que a pesar de haber iniciado una relación con Annie y Patty, aún mantenían la leve y muy profunda esperanza de que Candy los eligiera. – Me confesó que me amaba y además… - Dijo cayendo en cuenta que estaba a punto de hablar de más.
-¿Además…? – Preguntó Stear pícaro. Anthony sonrió ruborizándose furiosamente al recordar los besos que había compartido con Candy.
-Es inútil hermano. – Dijo Archie sonriendo travieso de lado. – Creo que lo perdimos. – Dijo ante la mirada perdida de Anthony al sentir un cosquilleo en sus labios, un cosquilleo que le pedía de nuevo el calor de su boca.
-Además, ella siempre pensó en mí… - Dijo sin que tuviera conexión lo que decía. Stear y Archie comprendieron que entre ellos había pasado algo que Anthony prefería guardarse para sí mismo, cosa que ambos respetaron al imaginarse que su primo también había probado los dulces besos de su prometida, observando los gestos que hacía Anthony al pensar en su dulce pecosa, ambos decidieron respetar aquella intimidad que tenía derecho su primo a tener, esperando a que despertara de su trance.
Continuará…
Hola hermosas, ¿Cómo están? Espero que muy bien y sobre todo espero que su semana haya sido tranquila y muy productiva. Aquí les dejo otro capítulo más de esta historia que espero yo les guste de verdad y no me den el avión solamente jajaja.
TeamColombia. Hola hermosas, como siempre puntuales en sus comentarios. Muchas gracias por dejarme un mensaje aunque sea pequeño pero con el cual puedo saber si realmente les va gustando la historia. Muchas gracias por leer y ser lectoras asiduas. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes, saludos y bendiciones.
Mayely León. Hola hermosa, no te pongas triste era muy común que las parejas próximas a casarse estuvieran cada una en su lugar de residencia y solo se veían por períodos de tiempo antes de casarse, eso era cuando vivían en ciudades distintas. Me alegra que puedas trabajar desde casa y así puedas estar con tus niños, sé que cuando puedas leer harás el esfuerzo de hacerlo, solo te encargo mi comentario porque sabes que me gusta leerlos. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
Julie-Andley-00. Hola hermosa! ¿Cómo estás? Gracias por tu opinión del capítulo me da mucho gusto que te haya gustado y sobre todo que me dejaras saberlo. Ya leí el primer capítulo de tu historia y me dejaste intrigada la verdad, nunca había leído esa historia que adaptas, así que con los rubios sería mi primera vez jajaja. Me pareció muy interesante y estaré al pendiente de las actualizaciones. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones hermosa.
Rose1404. Hola hermosa! muchísimas gracias por escribirme y por leer mis historias, eres totalmente bienvenida a ellas, me alegro mucho que te hayan gustado las demás. Te agradezco infinitamente en proclamarte mi fan, pero te ofrezco ser mi amiga, espero estés de acuerdo. Muchas gracias por dejarme tu comentario, espero sigas al pendiente de toda la historia. Te mando un fuerte abrazo hasta tu hermoso país Francia. Dios te bendiga hermosa y espero mi comentario!
Aminaabud. Hola hermosa! que alegría leerte amiga, ya te había extrañado, me alegra que estés actualizada con esta historia. Te mando como siempre un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
lemh2001. Hola hermosa, me halagas con tu comentario, sobre todo al pensar que escribo lindo, la verdad que comentarios como esos me elevan el autoestima, aunque la verdad creo que sigo siendo una completa amateur en este arte de la escritura ya que hay historias que la verdad me ponen la piel chinita al leerlas, lo malo que son muy poquitas de Anthony y Candy que han logrado ese efecto en mí, es por ello que me inspiro para ellos. Te mando un fuerte abrazo hermosa, saludos y bendiciones.
María José M. Hola hermosa, ¿Cómo estás? Espero que la plataforma ya no te esté dando problemas. Te entiendo a mi también se me fue volando esta parte de la historia, espero que no se les haga muy largo el encuentro de nuevo. Liam me cae gordo hasta a mí, ese es el propósito de este personaje al cual la mayoría odiará más igual que a sus parientes. Gracias por dejarme un comentario hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
Ster Star. Hola hermosa! muy linda sorpresa el leer tu comentario y darme cuenta que ya me alcanzaste con las actualizaciones, eso me agrada ya que espero que me hagas un comentario en cada uno eh!? Como siempre un placer leerte. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
Carolina Benitez. Hola hermosa, siento mucho que hayas llorado con el capítulo pero me siento halagada de haber tocado esa parte emocional en tu interior, tienes razón esa escena a mi también me dolió mucho, me conmueve ver como Anthony es capaz de dejar salir sus sentimientos de dolor por la separación con Candy, por eso pienso que él fue el único que la amó de verdad y que en su corazón guardaba todos los sentimientos más bellos y leales para la pecosa. Muchas gracias por escribir amiga bella. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
Clint Andrew. Hola hermosa! Así es los rubios se han separado por un tiempo, así que mientras siguen las investigaciones la historia avanza para que puedan estar juntos y lograr su historia de amor. Me da gusto recibir tu comentario una vez más, acabo de leer que eres de Chile, maravilloso y honrada que me escribas de ese bello lugar. Muchas gracias por leer mi hermosa amiga. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones como siempre.
arlenyferreyrapacaya. Hola hermosa, espero que te haya gustado mucho este capítulo también, te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos.
Muchas gracias a las lectoras anónimas que no se atreven a dejar un comentario, les mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos.
Hermosas, nuevamente les vuelvo a recomendar la historia de JULIE-ANDLEY-00 "LA DONCELLA" un Anthonyfic diferente ya que es una adaptación y en el primer capítulo vemos a una Candy ruda y muy valiente y a pesar de no haber visto mucho de Anthony puedo deducir que es un hombre sabio, valiente e inteligente (a parte de guapo) Ojalá se den una oportunidad para leerla, se las recomiendo.
Hasta la próxima!
GeoMtzR.
