Hola hermosas, espero que estén muy bien, muchas gracias por seguir al pendiente de esta historia, la cual les recuerdo es completamente mía solo que los personajes principales no me pertenecen, la trama no es para personas menores de edad ni para quien se sienta ofendida con temas adultos, así que agradezco de antemano su comprensión. Comenzamos.

LEJOS DE TI

CAPÍTULO 14

CANDY DESCUBRE SU ORIGEN

En México, Candy se había mantenido alejada de José, no había querido acusarlo con sus padres pero la confianza que le tenía se había perdido aquella mañana, el joven se reprochaba una y otra vez su proceder y a pesar de haberse disculpado no podía convencer a Candy de que las cosas fueran como antes, algo se había roto en aquella relación de amistad, haciendo una herida en el corazón de José quien se esforzaba por olvidar a Candy, mientras que la rubia se preguntaba en qué momento había pasado aquello, en qué momento se había enamorado de ella y no se había siquiera dado cuenta, comprendiendo que los malos tratos que este joven había dado a Anthony habían sido por su culpa, sintiéndose cada vez peor al preguntarse si Anthony se había dado cuenta de aquel enamoramiento por parte de José, rogando porque no fuera así.

-Candy… - Dijo María una vez más. - ¿Qué te sucede? Te he llamado varias veces y continúas en las nubes. – Decía la chica.

-¡María! ¿Dónde has estado? – Preguntó Candy porque mientas ella vivía su drama por la ausencia de Anthony y por el beso robado de José no había visto a su amiga quien luchaba con la vergüenza de saber que había hecho su madre en contra de los patrones.

-Estuve enferma. – Respondió la morena, viendo con sus grandes ojos negros a Candy, quien sin querer volvió a pensar en Annie al ver su expresión, sonriendo de vuelta al recordar que esa había sido la verdadera razón por la que confió en María, ya que su mirada era muy parecida a la de su amiga de la infancia.

-Eso me dijo tu mamá, también que era muy contagioso y por eso no me permitió entrar a verte. – Dijo Candy con pesar por no haberla acompañado en esos momentos. – ¿Te sientes mejor? - Preguntó aún preocupada por ella.

-Sí Candy, ya estoy bien. – Dijo con una sonrisa un tanto forzada ya que quería hablar con ella de lo que se había enterado, quería pedir su ayuda para que juntas dieran la noticia a los De la Garza e implorar perdón a nombre de su madre.

Los ojos de María miraban suplicantes a Candy, quien sentía aquella mirada extraña de su amiga, ambas jóvenes salieron de la habitación de la rubia y se dirigieron hacia el jardín posterior de la hacienda, un lugar a donde María dirigía a Candy para poder hablar con ella sin ser interrumpidas, en eso estaban cuando de pronto escucharon unos balazos y acto seguido gritos que provenían de las demás mujeres que habitaban la hacienda.

-¿Qué sucede? – Preguntó Candy, rápidamente María abrazó a Candy como reflejo para esconderse detrás de la barda que dividía la casa grande y las casas de los empleados.

-¡No sé! – Decía María igual de intrigada y asustada que Candy, ambas sentían que el corazón les estallaría del susto.

-¡Emiliano! ¡Ve por las armas! – Se escuchó la voz de Felipe con mando y algo preocupado, dando órdenes al capataz y a los demás empleados del lugar. - ¡Juan, José avisen a los patrones! ¡Rafael, ven conmigo! – Dijo de nuevo, ambos chicos corrían hacia la hacienda para obedecer las órdenes de su padre.

-Tú ve a avisar al patrón, yo iré por María. – Dijo Juan quien no podía dejar de pensar en que su novia corría peligro.

-Muy bien, ten cuidado. – Dijo José a su hermano para hacer lo que le pedía.

De la Garza ya estaba buscando su rifle cuando vio a José entrar apurado a la casa principal.

-¿Qué sucede José? – Preguntó para informarse qué era el relajo que se escuchaba afuera.

-Es la guerrilla patrón. – Dijo de inmediato, con la respiración agitada por la excitación del momento.

-Roxanne, tú y Candy vayan al sótano. – Dijo Joaquín a su esposa, quien de pronto abrió los ojos horrorizada.

-¡Candy salió junto con María! – Dijo asustada recordando que acababa de ver salir a ambas jóvenes de la hacienda.

-¿Cómo? – Dijo Joaquín asustado, sintió que su mundo se venía encima de él al temer por la vida y la integridad de su hija, ya que era bien sabido que aquellos que decían luchar por la causa asaltaban las haciendas y se llevaban a las mujeres con ellos, lo raro es que las que habían llegado a "Los Obeliscos" primero hablaban con él para llegar a un acuerdo. – José, lleva a mi esposa al sótano. – Dio la orden de nuevo.

-¿Y tú? – Preguntó Roxanne viendo a los ojos a su marido, encontrando en ellos la respuesta. – Ten cuidado amor. – Le dijo dando un beso en los labios a modo de despedida.

Candy sintió que de pronto alguien la tomaba de la muñeca y la jalaba bruscamente, lo mismo sintió María, quien gritó de la misma manera al sentir aquel jalón que les daban a ambas.

-¡Mire jefe, las encontré! – Dijo refiriéndose a las dos jóvenes.

-¡Cállate imbécil! – Lo calló otro hombre de aspecto siniestro, igual que el que las sujetaba a pesar de traer los rostros cubiertos ambas chicas podían ver las intenciones de aquellos infelices, las dos intentaban liberarse de su agarre sin éxito alguno.

-¡Suéltalas! – Dijo Rocío de pronto quien llegaba a buscar a su hija, encontrándose con que tenían a ambas jóvenes atrapadas.

-¡Tú no te metas! – Dijo el hombre frente a ellos y que iba dispuesto a ayudar al que tenía a las jóvenes bien agarradas.

El martilleo de un revolver se escuchó haciendo voltear a aquel infeliz que tenía como cometido llevarse a ambas jóvenes de ahí.

-¡Suéltalas! – Le dijo Juan apuntando directamente al que sujetaba a los jóvenes, pero un golpe lo sorprendió cuando el otro sujeto volteó de improvisto para golpear a Juan y soltar la pistola.

Pronto se enfrascaron en una pelea a golpes para evitar que uno y otro tomara el revólver, sin embargo la fuerza del sujeto era mucho mayor que la de Juan quien seguía siendo muy joven. Aquel sujeto tomó la pistola de Juan y comenzaron a forcejear, María y Candy seguían intentando liberarse del otro hombre mientras Rocío aprovechaba para jalarlo del cabello y comenzar a llevarlo hacía atrás, pronto entre las tres mujeres dominaron a aquel hombre tan alto que cayó cual costal de papas frente a ellas comenzando a patearlo hasta que un disparo salió de la pistola de Juan, un disparo que él no había accionado, provocando un grito de horror en María quien volteó pronto a ver a su novio.

-¡Juan! – Gritó asustada, el chico se encontraba con los ojos muy abiertos, levantándose ante la confusión del disparo para hacer ver a María que él no era el herido, sin embargo, también se levantó el otro hombre, creyendo que aquel disparo había salido al aire, se escuchó otro disparo y el hombre cayó directamente al suelo sin previo aviso, mientras De la Garza volvía a cortar cartucho con su rifle y apuntó directamente al tipo que intentaba llevarse a Candy y a María, quien soltó un disparo para Joaquín pero su blanco fue otro, cayendo Rocío estrepitosamente sobre la tierra al haberse atravesado para evitar que le dieran a su patrón, suficiente daño le había hecho como para que muriera de esa forma. De la Garza de inmediato accionó el rifle y disparó al individuo, los disparos se escuchaban por todo el rancho, Joaquín se encargó a Juan y a José que en esos momentos llegaba hasta ahí.

-¡Llévenlas al sótano! – Les dijo a los jóvenes, revisando a Rocío para darse cuenta que tristemente aquella mujer había fallecido. María pegó un grito desgarrador al ver el gesto de negación que hacía Joaquín. -¡Llévenselas! – Gritó Joaquín de nuevo más fuerte al ver que tanto María como Candy querían permanecer ahí, una por su madre y la otra para acompañar a su amiga.

-¡No! ¡Mamá! – Decía María. Juan tuvo que levantarla en brazos para poder llevársela de ahí, José jalaba a Candy de la mano quien hasta ese momento no ponía objeción.

-¡Juan, José! – Gritó Felipe a lo lejos a sus hijos. - ¡Quédense con ellas! ¡Protéjanlas! – Dio la orden a ambos, quienes asintieron buscando la manera de llegar a la casa grande sin mucho peligro. María seguía llorando, pero había dejado de pelear para regresar con su madre, al darse cuenta que había una gran revuelta en toda la hacienda, pronto llegaron al sótano y uno de los gemelos se quedaba en la puerta mientras el otro vigilaba la ventana que daba hacia el patio trasero de la hacienda.

-¡Candy! – Gritó Roxanne al ver a su hija sana y salva.

-¡Mamá! – Dijo Candy arrojándose a sus brazos, feliz de reunirse ambas. María se abrazó también a Roxanne.

-¡Perdónela por favor! – Dijo María pensando en su madre y en el daño que le había hecho a Roxanne.

-¿Qué pasó? – Preguntó Roxanne intrigada por la manera en la que María la abrazaba. -¿Rocío? – Preguntó a Candy, viendo después a los gemelos, todos bajaron la vista tristes con los ojos acuosos.

-Mi mamá está muerta. – Dijo María abrazando con más fuerza a Roxanne quien correspondió de la misma manera a ese abrazo, comenzando a llorar al pensar que aquella mujer era la clave para saber realmente qué había pasado con su hija. – Ella no era mala patrona, ella era una buena mujer, fue una gran madre que sufrió mucho en vida. – Decía María sin dejar de llorar, hablaba palabras que los jóvenes creían sin sentido, pero Roxanne comprendió que María sabía más de lo que hubiese imaginado.

Después de varios minutos de disparos y gritos, todo pronto se tornó en calma, los disparos cesaron y solo se escucharon el galope de los caballos que se alejaban del lugar.

-¡Ya se van! – Gritó José cuando pudo observar que los invasores habían salido de la hacienda, huyendo por la aparte de atrás, extrañamente rumbo a la hacienda de los Leagan.

-¿Están bien? – Se escuchó la voz de Joaquín quien había ido corriendo a ver a su esposa y su hija, quienes permanecían llorando junto a María.

-Estamos bien. – Dijo Roxanne, mirando a su esposo con una profunda tristeza, Joaquín asintió, él sentía lo mismo cuando vio caer a Rocío. Joaquín se unió al abrazo colectivo respirando un poco mejor, al ver que las dos mujeres más importantes de su vida estaban con bien.

El médico había tenido que ir a ver a María para poder tranquilizarla y atender a los heridos, que afortunadamente no habían sido muchos, la única muerte que se había dado era únicamente la de Rocío, y eso hacía sospechar más a Joaquín.

-Creo que tiene razón patrón. – Decía Felipe a Joaquín, quien también pesaba que era muy extraño que las guerrillas los hubieran atacado, cuando siempre llegaban pidiendo la colaboración de una manera pacífica, eso aunado a que no se habían llevado nada de alimento, ni siquiera dinero. – Esto está muy raro. – Dijo de nueva cuenta su mano derecha.

-Candy me dijo que cuando las encontró aquel hombre, le dijo a otro "¡Las encontré!" - Dijo Joaquín frotando su mentón pensativamente.

-¡Fue el imbécil del Sr. Leagan! – Dijo Juan quien llegaba muy afectado por lo sucedido. Joaquín volteó a verlo coincidiendo con él.

-Es lo mismo que creo yo. – Dijo De la Garza.

-¡Patrón, patrón! – Entró corriendo Rafael a la casa grande. – Emiliano dice que no atacaron el rancho de los Leagan. – Dijo de pronto por la falta de aire provocado por la carrera que había emprendido para dar la noticia de lo reportado por el peón. Aquellas palabras le confirmaban a Joaquín que lo que ellos creían era cierto y que sus intenciones no eran solo llevarse a María y a Candy, sino también era acabar con la vida de Rocío, el corazón de Joaquín se aceleró de inmediato.

-Hace unos días, cuando fuimos a acompañar a Candy a despedir a su prometido, María me contó que cuando fue por el agua al pozo el Sr. Leagan intentó aprovecharse de ella y que la señora Rocío lo amenazó con contarle la verdad a usted. – Dijo Juan recordando las palabras que María le había dicho cuando le reveló lo sucedido.

-¿Qué verdad? – Preguntó Joaquín esperanzado de que Juan tuviera conocimiento de lo que decía.

-¡No lo sé patrón! María no me dijo más. – Decía sin comprender mucho la reacción de su patrón.

-Por lo pronto, Candy, tú y María irán a Lakewood para que estén más seguras. – Dijo Joaquín decidiéndose a enviarlas de regreso al lugar donde había nacido Roxanne.

-¿Y tú? – Preguntó Roxanne con miedo, no quería dejar solo a su marido, más a sabiendas que Liam había hecho todo aquel ataque para evitar que ellos conocieran la verdad.

-Yo tengo que quedarme amor, pero confío en que podré averiguar qué fue lo que pasó, te juro que le sacaré la verdad… - Decía cuando ante él apareció Candy, con una María pálida y con los ojos inflamados.

-Padre, María insiste en hablar contigo. – Dijo Candy quien la acompañaba tomándola de la mano.

-María ¿Te sientes bien? – Preguntó Roxanne, a pesar de estar ansiosa por hablar con ella y preguntarle qué era lo que ella sabía no quería que María estuviera mal.

-Estoy bien patrona. – Respondió la joven con valentía, ella también sospechaba que Liam había enviado a aquellos forajidos para llevársela a ella y para callar a su madre definitivamente, lo que no le cuadraba era que también se quisieran llevar a Candy.

-¿De qué quieres hablar María? – Preguntó Joaquín, indicándole a la joven el camino a su despacho, levantándose Roxanne junto a él para ambos ayudar a la joven a llegar ahí, mientras Candy y los empleados se quedaban en el salón principal a la espera de que ellos terminaran de hablar.

Roxanne ayudó a María a tomar asiento, mientras ella se colocaba a su lado, seguida por su esposo quien se sentó al frente de ellas. Ninguno la apresuraba a hablar pero los dos tenían la ansiedad de escuchar por fin lo que ella tenía que decirles.

Los ojos de María comenzaron a derramar lágrimas observando a ambos De la Garza con súplica.

-Primero quiero pedir perdón a nombre de mi madre. – Dijo ahogando los sollozos que salían de su boca al recordarla.

-Perdón ¿Por qué María? – Preguntaba Roxanne con un nudo en su garganta.

-Porque mi madre actuó mal en contra de ustedes, presionada por un mal hombre. – Decía sin velos ya a los ojos. Roxanne esperaba más información que aquellas palabras. – Hace unos días mi madre me defendió de un ataque que recibí del Sr. Leagan. – Dijo apuñando las manos sobre su falda, molesta al mencionar aquel nombre que hace mucho tiempo ella temía, pero que en ese momento odiaba. Joaquín se indignaba por la acción que aquel imbécil era capaz de hacer para lograr un capricho. Roxanne tomaba la mano de la joven para dar consuelo a su alma.

-Si quieres podemos esperar a mañana. – Decía Roxanne inquieta, no podía esperar, pero tampoco podía obligarla a hacerlo, Rocío era su madre a pesar de todo. María negó.

-No, estoy bien. – Dijo pasando saliva para tomar la fuerza de decir lo que debía decir. – Ella lo alejó de mí hasta que lo amenazó con contarle a ustedes una verdad. – Dijo igual de angustiada. - Una verdad que yo desconocía hasta ese día. – Decía para aclarar que ella tampoco sabía nada de lo que contaría en ese momento.

-¿Qué verdad María? – Preguntó Roxanne vencida por las ganas que tenía de escuchar lo que ella presentía.

-Mi madre me dijo que la hijita de ustedes no murió aquella noche. – Dijo María por fin, provocando que Roxanne comenzara a llorar por la felicidad que sintió con aquellas palabras, tenía sentimientos encontrados, con Rocío principalmente por todos los años que había callado aquella verdad.

-¡Lo sabía! – Dijo Roxanne levantándose de su lugar. - ¡Yo sentía que mi hija estaba viva! – decía ilusionada pensado en Candy.

-Amor, deja que María continúe. – Decía Joaquín igual de emocionado que Roxanne.

-Mi amá intentó decirles, pero el Sr. Leagan la amenazó con hacerle algo malo a Amelia, y como no fue suficiente lo cumplió, se llevó a mi hermana junto a su hijita. – Decía María sin dejar de llorar. – Amenazándola con que nunca la volvería a ver si decía algo. – María lloraba sin control. – Mi amá nunca supo más de Amelia, la amenaza siguió presente pero ahora sobre mí y ella no quería perder otra hija. – Dijo María muy avergonzada de lo que había hecho su madre.

-¿Dónde está? – Preguntó Roxanne. - ¿Qué le pasó a mi hija? – Decía ansiosa, suplicante, tomando las manos de María para arrodillarse ante ella y suplicar que siguiera hablando.

-Mi amá me contó que un tal Sr. García se las había llevado por órdenes del Sr. Leagan, tenía la orden de dejar a Amelia en el lugar más lejano que encontrara y con su hijita… -

-¿¡Qué!? – Decía Roxanne angustiada.

-Tenía la orden de desaparecerla… - Dijo bastante acongojada María.

-¡No! – Decía Roxanne con profundo dolor - ¡Mi bebé! – Decía apenas audible, el dolor le ahogaba su voz y Joaquín se acercaba a ella para levantarla y confortarla.

-María, continúa por favor... – Pidió Joaquín quien sentía que María sabía algo más. María asintió sintiendo el dolor de Roxanne.

-Mi mamá me dijo que había emborrachado a ese hombre antes de irse a su último viaje. – Dijo recordando lo que su madre le había confesado. – Dijo que García le había dicho que había abandonado a ambas niñas en un orfelinato. – Dijo poniendo más ansiosos a sus patrones.

-¿¡En dónde!? ¿¡En cual!? – Preguntaba Roxanne tomando de los hombros a María para ver si ella sabía dónde.

-¡No lo sé patrona! – Decía María asustada por la reacción de su patrona.

-Tranquila mi amor. – Le decía Joaquín intentando que se calmara para que soltara a la pobre de María quien ya había ayudado suficiente. – María retírate por favor… - Dijo Joaquín a la asustada María, quien asintió apenada por todo lo que su madre había ocasionado a aquella noble pareja. – Y gracias por decirnos esto. – Dijo Joaquín agradecido, pero triste por todas las posibilidades que existían de que Candy realmente no fuera aquella pequeña que ellos habían perdido.

-¡Es ella Joaquín! – Decía Roxanne. - ¡Es Candy! ¡Ella es nuestra hija! – Decía convencida.

-Yo también lo creo así amor, pero tenemos que investigar. Albert y Anthony nos dirán qué encontraron. – Decía Joaquín abrazando fuertemente a Roxanne, ambos se sentían sin fuerzas por tanto sufrimiento que habían pasado, sin embargo Joaquín sabía que tenían que aguantar un poco más.

Roxanne se había desesperado de tantas cosas que le habían pasado, así que se levantó de su lugar decidida a enfrentar todo de una vez por todas.

-¡No puedo más! ¡Hablaré con Candy de todo esto amor! – Dijo a su esposo saliendo del despacho para ir hacia donde estaba la rubia, Joaquín la siguió de cerca.

-¿Roxanne, estás segura amor? – Preguntaba con duda, temía que todo fuese una coincidencia y que Candy no fuese aquella bebé que habían perdido y que así tuvieran que vivir buscando eternamente a su hija, si resultaba que Candy no era ella.

-¿Dónde está Candy? – Preguntó Roxanne a Felipe.

-Subió a acompañar a María para que descanse. – Dijo el administrador, observando el rostro inflamado de su patrona y que el patrón lucía también muy angustiado.

Roxanne subió las escaleras seguida muy de cerca por su esposo, quien tenía en su cabeza el temor de estar equivocado.

-Adelante. – Dijo Candy en cuanto escuchó el llamado a la puerta que hacía su madre, un llamado que había sonado insistente y ansioso. - ¿Qué sucede madre? – Preguntó Candy al ver los ojos de su madre los cuales lucían enrojecidos por el llanto.

-Candy, tenemos que hablar. – Dijo Roxanne. Candy observó a María intrigada. María la miraba de igual forma ya que no comprendía por qué quería hablar con Candy.

-Claro mamá ¿Está todo bien? – Preguntó solo por cortesía porque en los ojos de sus padres se notaba que algo había pasado, algo que tenía que ver con María y que ella tampoco le había revelado.

-No. – Dijo Roxanne. -¡Nada está bien! – Decía ansiosa la mayor, mientras intentaba tranquilizarla.

-Yo me retiro. – Dijo María sintiéndose de más en la habitación, a pesar de que era la que le habían asignado a ella.

-No María. – Dijo Roxanne, sabía que María ya conocía la historia, pero no la que ellos habían descubierto gracias al perecido de Candy con la familia de Roxanne. – No es necesario que te vayas. – Dijo de nuevo. – Es una historia que tú ya sabes, pero que quiero compartir con Candy. – María asintió y comprendió que Roxanne quería hablar de lo que ella había confesado. – Candy, como ya sabes hace años creí que mi hija había muerto. – Dijo directa. Candy asintió tímida y sintiendo una profunda tristeza por ese hecho. – María nos ha revelado que eso no es verdad. – Dijo de nuevo, viendo en los ojos de Candy alegría y confusión, ¿Cómo era que María sabía aquella información? ¿Y por qué había pensado que había muerto?

Roxanne comenzó a relatar la misma historia una vez más, una historia desde el comienzo, desde que Liam la había pretendido y amenazado con vengarse de ella, poco a poco las lágrimas de Candy comenzaron a recorrer su rostro y sentía en el alma el sufrimiento de su madre y de su padre, quienes lloraban visiblemente afectados con todo lo que habían pasado.

-¿Entonces ella vive? – Preguntó Candy. Roxanne asintió, sin dejar de verla a los ojos. - ¿Saben dónde está? – Preguntó impaciente con un extraño estremecimiento en su corazón, un sentimiento que no descifraba bien qué era lo que quería decir.

-Tengo una idea. – Dijo Roxanne observando a Candy con ternura. María se sorprendió con aquella respuesta y prestó más atención a lo que Roxanne decía.

-¿¡Dónde!? – Preguntó Candy ansiosa.

-Mi hija tenía un lunar en la espalda baja, justo al centro. – Dijo Roxanne provocando en Candy un sobresalto en su corazón. – Es un lunar muy particular que heredó de Joaquín. – Dijo volteando a ver a su esposo.

-Es un lunar que todo De la Garza tiene en algún lugar de su cuerpo. – Dijo Joaquín con ternura, buscando en Candy una respuesta positiva a su pregunta, una pregunta que formulaba con sus ojos sin necesidad de palabras.

-¿Un lunar? – Preguntó Candy como si recordara algo. Joaquín asintió.

-Pero no es un lunar común. – Dijo de nuevo el atractivo hombre. Candy puso atención a aquella afirmación. – Ese lunar tiene forma de luna. – Dijo de nuevo. – Y nuestra hija lo tenía en el mismo lugar que yo. – Dijo con su garganta hecha nudo, demostrando que él también estaba conmovido por aquella historia.

Candy los escuchaba atenta a cada una de sus palabras, reconociendo que aquella historia coincidía mucho con la que a ella le habían contado de la mañana en la que había llegado al hogar de Ponny.

Roxanne había ido por la fotografía que tenía de su abuela, aferrándola a su pecho con desespero para luego mostrársela a Candy, quien la tomó con delicadeza para verla por sí misma. Los ojos de Candy se abrieron con sorpresa al ver aquella imagen que le revelaba la fotografía, una imagen que revelaba a una joven que sin ser muy observador tenía mucho parecido con ella.

-Ella es… - Dijo Candy con dificultad. María tomó la foto para verla.

-Ella era mi abuela, la mamá de mi padre. – Respondió Roxanne llorando.

-¡Se parece a Candy! – Dijo María reconociendo que aquella joven de la foto se parecía mucho a Candy.

Candy miró a ambos De la Garza, sin comprender mucho lo que querían decir, estaba bloqueada por aquella información que le llegaba de pronto a la cabeza.

-¿Creen que yo soy…? – Preguntó Candy con duda. Roxanne asintió. - ¿Por qué hasta ahora? – Preguntó la rubia

-Creí que era un engaño de mi mente, confiaba en lo que me había dicho Rocío, que Camille había muerto. – Dijo llorando. – Nunca dudé de sus palabras, hasta que tu llegaste, pero tanto Joaquín como yo creíamos que nos volvíamos locos y ninguno de los dos se atrevió a decir lo que pensábamos en el fondo de nuestro corazón. – Decía Roxanne visiblemente afectada. – Conforme fuiste creciendo nuestras dudas crecían más sobre todo cuando dejaste de ser una niña y te convertiste en una jovencita.

-Hasta que Albert y Anthony también notaron el parecido que tienes con Roxanne. – Dijo Joaquín para sorpresa de la rubia quien de inmediato puso su mirada sobre su padre.

-¿Ellos lo saben? – Preguntó Candy aún más sorprendida por aquella revelación.

-Ellos averiguarían sobre el lunar del que te hablamos con las personas que te recogieron. – Dijo Joaquín revelando los planes de su príncipe y Albert.

Candy se puso la mano en su espalda, ella desconocía si tenía un lunar en aquella zona, nunca se había visto desnuda ante un espejo.

-¿Y si no soy yo? – Preguntó con temor de que ahora que comprobaran que no era ella, sino que todo fuese una coincidencia y con ella la repudiaran.

-No importa, tú siempre serás mi hija… nuestra hija. – Respondió Roxanne sincera, abrazándose a la rubia con un abrazo fuerte y necesitado. – Te amo Candy y siempre serás mi hija, solo que entenderás que buscaré a Camille por cielo, mar y tierra hasta encontrarla. Ahora que sé que no murió, sino que la abandonaron junto a Amelia. – Hasta ese momento Candy notó ese hecho.

-¡Annie! – Dijo de pronto.

-¿Annie? – Preguntó María con angustia.

-Annie y yo fuimos abandonadas el mismo día en el hogar de Ponny, solo que a Annie la dejaron a un lado de la puerta y a mí al pie del padre árbol, en lo alto de la colina. – Joaquín asintió recordando que Albert les había dicho eso, y María encontró la similitud en la historia que su madre le había contado.

-Albert nos habló de ello, por eso sospechamos… - Dijo Joaquín.

-Que Annie es Amelia y que yo… yo… soy… Camille. – Dijo Candy con total asombro.

-Mi mamá me dijo que Amelia tenía una muñeca rubia de trapo y que cuando el Sr. Leagan se llevó a Camille, ella se la puso en la canasta, bordándole el nombre de Candy en la parte del frente, ese nombre era lo único que ella sabía en inglés.

Candy recordó aquella muñeca que siempre la había acompañado de niña y que había perdido en algún momento de su vida, recordó la manera en la que Rocío había reaccionado la primera vez que la ayudó a vestirse, decidiendo ella a hacerlo por si misma al creer que era reacción de desprecio por parte de ella ya que la miraba con cierto temor… o culpa?

-Solo hay una manera de saberlo. – Dijo María a Candy. Candy asintió.

-Ambas chicas fueron al baño de la habitación para buscar aquella marca que diría si Candy era o no una de la Garza.

-¡Señora Roxanne! – Dijo María una vez que vio la espalda de Candy. Roxanne caminó con las piernas temblorosas llegando con dificultad a su destino, mientras Joaquín esperaba ansioso en su lugar. Candy estaba ansiosa por saber qué habían descubierto.

-¡Camille! – Gritó Roxanne caminando afuera del baño para llegar a su esposo y desmayarse de la impresión.

-¡Roxanne! – Dijo Joaquín recibiendo el cuerpo de su esposa para buscar a Candy con la mirada.

-¡Mamá! – Dijo Candy angustiada. María lloraba junto a la puerta del baño.

-¿Dónde está Amelia? - Preguntaba María en un susurro. Candy era la niña de los De la Garza, así que Annie era la niña que Rocío había perdido.

Momentos después, Roxanne despertaba, feliz, ansiosa, desesperada por volver a ver a Candy, pero ahora si con la certeza de que era ella la pequeña que había crecido en su vientre, aquel ser que se había desarrollado dentro de ella y que por las noches se movía tanto que creía traía un equipo de fútbol dentro, que era ella la que un día había abandonado su cuerpo para poder ser un ser independiente. Sus ojos llenos de lágrimas acariciaron el rostro pecoso de Candy.

-¡Eres tú! – Dijo emocionada. -¡Tú eres mi hermosa Camille! – Dijo con las lágrimas comenzando a salir de sus propios ojos de manera estrepitosa, mientras Joaquín comenzaba a abrazarlas a ambas para protegerlas con aquella caricia.

-¡Lo sabía! – Decía emocionado. – Algo me decía que debía investigar tu origen. – Decía de nueva cuenta.

-¡Mamá, papá! – Decía Candy igual de emocionada y conmovida con ellos. - ¡No me abandonaron! – Decía llorando inconsolable, ya que ella toda su vida a pesar de haber sido criada con amor en el hogar de Ponny, en el fondo de su corazón siempre creyó que había sido abandonada, aunque quería convencerse que a ella misma de que no era así, la duda la acechaba sobre todo en las noches que sentía la soledad abrirse paso en su corazón.

-¡Jamás! – Respondía Roxanne, besando todo el rosto de Candy, llorando emocionada por la confirmación de ese hecho. – Nunca lo hubiera hecho, sino te buscamos fue por el engaño del que fuimos víctimas. – Decía con la voz quebrada de la emoción.

-Te amamos Candy, y solo Dios sabe por qué llegaste de nuevo a nuestras vidas. – Dijo Joaquín, sin dejar de abrazarlas, feliz por haber confirmado de una vez por todas que Candy realmente era aquella bebé que les habían hecho creer había muerto.

María veía aquella escena enternecida llorando al igual que ellos, ansiosa por saber de su hermana era algo que sentía debía a su madre, quería saber dónde encontrarla, sin embargo sabía que aquel no era el momento adecuado, debía dejarles aquel espacio solo para ellos y decidió salirse de aquella habitación a pesar de que era la que le habían asignado esos días.

-¿Estás bien María? - Preguntó Juan al ver a su novia bajar las escaleras sola y completamente bañada en llanto.

-Estoy bien. – Respondió con una sonrisa para evitar que Juan siguiera preocupado por ella.

-¿Qué sucede? – Preguntó José preocupado por la rubia, ya que ella había subido a acompañarla y no había bajado de nuevo.

-Candy… - Dijo emocionada. – Candy realmente es una De la Garza. – Dijo sin poder evitar que el sentimiento le ganara, mientras los gemelos, Felipe y Rafael la veían sin comprender lo que decía.

-¿Qué dices María? – Preguntó Juan de nuevo a su mujer.

-Que Candy es la hija que supuestamente los patrones habían pensado muerta. – Volvió a decir. Felipe vio a sus hijos quienes recordaron aquella historia que les había revelado su padre tiempo atrás.

-¿Entonces sí es una De la Garza? – Preguntó José algo decepcionado, ya que hasta ese momento comprendió que Candy no estaba a su altura ya que había creído todo ese tiempo que al ser adoptada tenía la posibilidad de conquistarla. Felipe palmeó su hombro comprendiendo su desilusión.

-Tranquilo hijo, ella ama alguien más. – Le recordó a su vástago que aquella verdad no era la que lo apartaba de Candy. José sonrió triste de lado sabiendo que su padre tenía razón.

Continuará…

Listo hermosas, hasta aquí llegamos con este capítulo que espero que haya sido de su agrado. Muchas gracias por haber leído, espero me dejen un comentario al respecto.

TeamColombia. Hola hermosas, gracias como siempre por su atención y su pronta lectura, gracias por sus comentarios. Alguna de ustedes dijo que pensaba que los abuelos de Candy estaban muertos y no es así, la que está muerta es la abuela de Roxanne que viene siendo la madre de su padre a la cual Candy se parece, pero los abuelos de ella están vivos solo que estaban viviendo en Europa y no tenían contacto con Roxanne después de la "muerte" de su hija ya que ella misma se encargó de alejarse de ellos. Espero que esta duda haya sido aclarada. Les mando un fuerte abrazo hermosas, saludos y bendiciones.

Julie-Andley-00. Hola hermosa, las Leagan tendrán tarde o temprano lo que se merecen ya que ninguna de ellas es digna para los Ardlay, solo que hay que tener un poquito de paciencia ya que aún falta para ello. Sí, Andy tiene el carácter parecido al de Candy al igual que Roxanne, solo que ella cambió al momento de creer muerta a su hija, las tres heredaron esa chispa del padre de Roxanne. Muchas gracias por leer y comentar como siempre amiga, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Aminaabud. Hola hermosa, no estoy segura si Eliza merezca siquiera eso, vamos a ver qué le toca en mi repartición de pareja jajaja. Albert está a salvo lo bueno que es muy inteligente y persuasivo y al igual que Anthony no se deja manipular tan fácilmente y se deja llevar más por sus sentimientos, además que no le haría algo así a él pobre jajaja. Gracias por dejarme tu comentario hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Mayely León. Hola hermosa, aquí andamos gracias a Dios, seguimos aunque el tiempo sigue apretándose a mi cuello, así que creo que las actualizaciones pronto serán más espaciadas, intentaré que no. Anthony siempre será para mi el caballero en su corcel blanco que viene a rescatar a su princesa jajaja algo idílico y cliché tal vez... pero con poder! dijeron por ahí jajaja. Gracias por comentar me da gusto que estés bien, te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.

arlenyferreyrapacaya. Hola hermosa, ¿Qué hice para que creyeras que mi corazón pertenece a Territo? jajaja para nada, Terry es el rebelde que todas quieren pero que no logro cautivar mi corazón como lo hizo Anthony, solo él me atrapó y le soy fiel hasta el fin. Espero tener tiempo para poder plasmar lo que mi cabeza trae con respecto a las otras historias de mi Anthony bello, ojalá pueda hacerlo pronto y si no poco a poco pero que no se borren de mi mente y sobre todo que mis historias se sigan leyendo porque si no, no tiene caso escribir. Muchas gracias por comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Leidy. Hola hermosa, no te preocupes la historia aquí está y cuando puedas comentar será bien recibido tu comentario, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Carolina Benitez. Hola hermosa, gracias por tu comentario, tienes razón Anthony y Albert van a volver locos a los Cornwell mientras esperan a que salgan de la burbuja de amor que se forma cuando ven a sus damas, pero creo que podrán aguantarse o si no hacer lo mismo con sus prometidas jajaja. Albert sabemos que no es un débil como quiere pensar la tía abuela y ya dio muestra de ello, solo falta ver que más seguirá para que se libere por completo su falso compromiso. Gracias por leer hermosa y sobre todo por dejarme tu comentario.

lemh2001. Hola hermosa, muchas gracias por continuar con la lectura, es siempre grato leer tus comentarios. Me aventuré a ponerle una pareja a Albert que no fuera de los personajes conocidos como lo había hecho antes, y la verdad no sé que esperar de ese resultado, me alegra saber que te ha gustado. Mi mente está llena de esas historias pero mi tiempo es limitado, espero que pronto pueda plasmarlas en digital para poder compartirlas, eso sí espero las leas todas. Muchas gracias por leer hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

María José M. Hola hermosa, gracias por tu comentario. Yo disfruto mucho imaginando los escenarios que quiero describir en mis historias, así como las situaciones chuscas o las románticas, me ayuda a plasmar la idea, me alegra que seas una de las que pone atención a ese tipo de detalles. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones amiga.

Muchas gracias a todas y cada una de las lectoras que leen y dejan un comentario anónimo, así como a las que leen y no se atreven a dejar uno, gracias por estar al pendiente de mis historias y sobre todo por seguir cada una de ellas. Les mando un fuerte abrazo a cada uno de los países de los cuales leen, ojalá se sumaran más comentarios a ellas. TeamUSA, TeamMéxico, TeamChile, TeamPerú, TeamFrancia, TeamItalia, TeamUruguay y a todos y cada unos de los países que leen, menciono estos porque son los que más lectoras tienen.

GeoMtzR.