Hola hermosas, una vez más tenemos un nuevo capítulo espero que les guste y sobre todo se entretengan, gracias por estar aquí.

Los personajes de Candy Candy no me pertenecen, solo los utilizo para armar una historia diferente a la que existe, no es con fines de lucro ni mucho menos con ánimo de ofender a una u otra lectora que tiene su galán favorito, no es apta para menores de edad ni para el lector que se sienta ofendido con temas adultos. Comenzamos!

LEJOS DE TI

CAPÍTULO 15

ANTHONY DESCUBRE EL ORIGEN DE CANDY

Mientras la familia De la Garza celebraba aquel descubrimiento, Anthony llegaba al hogar de Ponny, junto a Albert y sus primos ambos habían quedado impresionados con la posible identidad de Candy, sintiéndose felices porque Candy se merecía saber quiénes eran sus verdaderos padres, aunque aquello implicara que Annie era una Briand y por consiguiente prima hermana de Neal y Elisa.

-Aquí fue encontrada Candy. – Dijo la hermana María señalando el lugar en donde Anthony pisaba. El rubio se inclinó en cuclillas y tocó aquel pedazo de tierra como si estuviese bendito, sonriendo con ternura y a la ves con melancolía al imaginarse a su dulce e indefensa rubia en una canasta bajo aquel imponente árbol.

-¿Y Annie? – Preguntó Archie a la hermana María, quien le sonreía para apuntar hacia la puerta principal.

-Allá enseguida de los escalones, bajo la ventana. – Respondió tranquilamente. – Tom escuchó ruidos en la ventana y gracias a ello encontramos a Annie, minutos después el llanto de Candy nos advirtió de su presencia. – Explicaba recordando el día en el que ambas niñas habían llegado, lo que la hermana María no sabía era que el ruido que Tom había escuchado no había sido el llanto de Annie, ni mucho menos el de Candy, sino que el pequeño había visto una sombra afuera del orfanato que se dirigía hacia la colina, pero al ser tan pequeño no podía explicarlo y con el tiempo lo había olvidado por completo.

-¿Entonces creen que los verdaderos padres de Candy son en realidad sus padres adoptivos? – Preguntaba la Srita. Ponny a Albert quien les había contado la historia a ambas mujeres, entre los gritos y la algarabía que tenían los pequeños del lugar, quienes corrían libres por el campo mientras los adultos hablaban de cosas importantes.

-Son muchas las coincidencias. – Respondió Albert. – Pero la más contundente sería una marca de nacimiento que la Sra. De la Garza proclama tenía su hija. – Dijo de nuevo tranquilamente, para ahora si entrar en la principal sospecha que los había llevado ahí de nuevo.

La Srita. Ponny comenzó a caminar al interior del orfanato buscando mayor privacidad a los gritos que los niños hacían, mientras les indicaba a los presentes que la siguieran, cosa que de inmediato hicieron los cuatro, seguidos también por la hermana María quien también quería estar al tanto de aquella situación.

La mayor se acercó al viejo mueble donde guardaba la información de cada niño que había sido adoptado, era un registro que ella hacía de cada niño que llegaba a su cargo para si un día alguien llegaba buscando a alguno de ellos tener la respuesta más acertada o simplemente para proporcionar a los futuros padres una información más detallada del pequeño. Se sentó en su viejo y gastado escritorio de madera en el que hablaba de las adopciones y ofreció asiento a los Ardlay. La hermana María los veía igual de intrigada que la Srita. Ponny y se colocó enseguida de la mayor para ayudar en lo necesario, Candy había llegado muchos años atrás y lo más probable que sus recuerdos fuesen vagos.

-¿Qué marca de nacimiento es la que menciona? – Pregunto la Srita. Ponny mientras abría aquella vieja carpeta, una que mantenía para ella, sobresaliendo algunas viejas fotografías de la pecosa.

-¿Es Candy? – Preguntó Anthony al ver la imagen de la rubia. La Srita. Ponny asintió en respuesta a su pregunta con una sonrisa.

-Cada año tomamos una foto de cada uno de los niños para formar un expediente hasta el día que son adoptados. – Dijo viendo en Anthony el interés por ver aquellas fotos. – Esta se tomó a los pocos días que llegó al hogar. – Dijo mostrando una vieja fotografía en blanco y negro de una pequeña rubia que aún no tenía bien definidas sus pecas. La mirada de Anthony brilló de ternura al ver el inocente rostro de su amada Candy en sus primeros días de vida, pasando año tras año en su evolución hasta llegar a aquella que correspondía a la edad en la que él la había conocido, acariciando con sus dedos el rostro de su amada.

-La Sra. De la Garza dice y afirma que su hija al nacer tenía un lunar en forma de luna en la parte baja de su espalda. – Dijo Anthony impaciente por saber la verdad de aquellos hechos.

La señorita Ponny comenzó a leer el expediente de Candy ya que en él había escrito cada uno de los rasgos y señas particulares de ella, así como lo hacía de cada niño, sus cansados ojos se enfocaron en una nota que ella misma había escrito, ajustando sus bifocales pudo leer por fin aquella nota que apenas podía apreciar.

-La menor bautizada con el nombre de Candy White, llegó en una mañana fría que se presentaba una nevada tardía el 22 de mayo de 1898, entre sus pertenencias tenía una muñeca de trapo hecha a mano con el nombre de Candy al frente, de donde fue sacado su nombre. – Decía la mayor leyendo con tranquilidad aquellas palabras que ella misma había escrito. – Su rostro era tan blanco como la nieve y de ahí tomamos el apellido que completaría su nombre, como señas particulares se muestran las pequeñas pecas que apenas se vislumbran en su rostro y un pequeño lunar en su espalda baja, este tiene una forma extraña con dos puntas y una curva como si formara una pequeña luna. – Decía de nuevo la de anteojos. Anthony y Albert se observaron con una sonrisa de aliento al escuchar lo que aquella mujer leía lentamente.

-¡Es ella! – Dijo Anthony. - ¡Candy es la pequeña que los De la Garza dieron por muerta! – Decía emocionado, no solo porque se había enterado de que su pequeña pecosa era la hija de los De la Garza, sino porque a pesar de cómo hubieran sido las cosas entre ellos ya estaban destinados a ser comprometidos.

-Creo que tienes razón Anthony. – Dijo Albert compartiendo la misma emoción que tenía el rubio menor.

-Eso significa que Annie… - Dijo Archie pensativo. Stear y los demás lo veían comprendiendo lo que pensaba.

-Que Annie es hija de Liam Briand. – Dijo Albert provocando en Archie un sobresalto que no podía evitar.

-Archie, Annie no es culpable de ese hecho. – Dijo Anthony observando a su primo que estaba confundido.

-Además la familia Britter hizo un excelente trabajo con ella. – Dijo Albert, reconociendo que aquella chica no tenía la culpa de su origen.

-Eso lo sé… - Dijo Archie pensativo. – Solo me causa pena y una gran preocupación la reacción que tendrá Annie cuando se entere. – Dijo de nuevo, Albert y los demás estaban de acuerdo con aquello que decía Archie, ya que Annie no era alguien que simpatizara con la familia Leagan.

-No te preocupes Archie, Annie comprenderá igual que tú, que ella no es culpable de nada. – Dijo Albert para animar a su sobrino.

La hermana María había ido a su habitación para traer de ahí las canastas en las que habían encontrado a las dos pequeñas, unas que en su momento no pensó extraño pero que ahora que las volvía a ver tenían similitud entre sí, siendo ambas del mismo material y tejido.

-¿De dónde sacó eso hermana María? – Preguntó la Srita. Ponny.

-Yo las guardé todo este tiempo. – Confesó la religiosa. – No sé por qué lo hice. – Decía tímida, ya que eran de las únicas niñas que había guardado algo, sobre todo de Candy a quien le tenía un aprecio especial.

En aquellas canastas aún estaban las sábanas con las que habían sido cubiertas las pequeñas al momento de su abandono, así como la pequeña muñeca que Candy creía perdida.

-Tal vez esto nos pueda servir. – Dijo Albert tomándolas ambas para llevarlas consigo y mostrarlas así a los señores De la Garza y a Rocío, y así saber si reconocían algo de ello.

El camino de regreso era más silencioso de lo normal, todos llevaban en su mente diferentes damas que los hacían suspirar pero solo Archie temía por la reacción de Annie al saber lo que habían descubierto.


En la mansión de las rosas un telegrama llegaba en calidad de urgente para que fuese entregado a Albert o en su defecto a Anthony, quien permanecía en el jardín arreglándolo con esmero, mientras pensaba la necesidad que tenía de regresar a México junto a su amada Candy.

-Joven Anthony, ha llegado un telegrama directo de México. – Dijo James acercándose apresurado a él.

-¿De México? – Preguntó sorprendido y extrañado por ello. James extendió el papel que le habían entregado y Anthony lo tomó de inmediato para leerlo.

-"Hubo un cambio de planes, esperen pronto la llegada de Candy y Roxanne". – Decía aquel papel. Anthony a pesar de sentir una inmensa alegría por aquel aviso no pudo dejar de preocuparse por lo que significaba el cambio de planes, así que salió corriendo para buscar a su tío.

-¡Stear, Archie! ¿¡Dónde está el tío Albert!? – Preguntó a sus primos quienes estaban en el salón principal de la mansión.

-Salió en busca de la Srita. Williams. – Respondió Stear.

-¿Otra vez? – Preguntó Anthony con una sonrisa. Archie asintió de la misma forma.

-Toda la semana ha ido a visitarla para saber cómo se encuentra de su brazo. – Respondió el gatito con la misma sonrisa traviesa que le había dedicado a Anthony, los tres chicos que ya conocían esa necesidad de estar con la persona que amaban lo comprendían muy bien.

-Creo que el tío está enamorado. – Dijo Stear con una sonrisa.

-¿Tú crees? – Preguntó Archie un tanto sarcástico, sin embargo Anthony no decía nada y solo se preocupaba por la reacción que tendría la tía abuela al saber que Candy era su prometida, miedo que le decía que de ser así ni la fortuna más grande haría que ella cambiara de opinión.

-¿Qué sucede Anthony? – Preguntó Stear al rubio cuando lo vio sumido en sus pensamientos y no continuó con aquella charla que habían iniciado a costas del patriarca. - ¿Por qué lo buscas con tanto apuro? – Preguntó de nuevo recordando que había entrado precipitadamente preguntado por él.

-No sé qué pasó Stear, pero me acaba de avisar que Candy y su mamá vienen en camino. – Respondió Anthony con la misma expresión desconcertada que tenía cuando entró.

-¿De verdad? – Dijeron ambos hermanos levantándose casi al mismo tiempo, los dos para que Anthony les confirmara el hecho.

-De verdad, el Sr. De la Garza envió un telegrama que al parecer era muy urgente porque hoy mismo fue enviado. – Dijo el rubio corroborando la fecha y la hora del envío.

-¡Volveremos a ver a Candy! – Dijo Stear feliz por este motivo. Archie estaba igual de feliz, ambos habían extrañado a la pecosa y en el fondo estaban aún algo celosos de que Anthony ya la hubiese visto y ellos no.

-¿Qué sucede Anthony? – Preguntó Archie a su primo al ver que no mostraba la misma emoción que ellos. – Parece que no estás muy feliz con la llegada de la gatita. – Dijo al rubio una vez más.

-No es eso Archie… - Decía pensativo. – Por supuesto que estoy feliz de volver a verla, de hecho quería ir de nuevo a México solo para estar a su lado. – Decía revelando los planes que tenía a tan solo una semana de haber llegado.

-¿Entonces? – Preguntó Stear igual de intrigado que su hermano.

-Me preocupa la reacción de la tía abuela. – Dijo el rubio exponiendo sus miedos a los Cornwell.

-¡La tía abuela! – Dijo Stear desanimado al recordar a la matriarca de la familia.

-Es verdad, ella es capaz de romper ese compromiso. – Dijo Archie provocando un sobresalto en Anthony.

-¡Eso no lo voy a permitir! – Dijo decidido a enfrentar una vez más a la vieja Elroy por el amor de Candy.

-¿Qué es lo que harás? – Preguntó Archie intrigado a su primo.

-Lo que nunca he hecho todos estos años. – Dijo Anthony observando a sus primos con determinación, ambos lo miraron sorprendidos. – Llamar a mi padre y exponerle la situación, él me ayudará a ponerle fin a todo este circo que ha armado la tía abuela. – Decía decidido, su padre era el último recurso que utilizaba al saber que ni uno ni otro habían estado nunca de acuerdo entre sí, pero su padre había heredado un gran peso en las decisiones de la familia ya que al morir Rosemary él había quedado como su sucesor al haber estado casados al momento de ella morir.

-Pero la tía abuela no tolera ni respeta al tío Vincent. – Dijo Stear un tanto preocupado, ya que había escuchado de los enfrentamientos que había tenido con la vieja Elroy, para poder unirse en matrimonio con Rosemary, ya que ella estaba necia en casarla con su hijastro Liam Briand.

-Por eso mismo. – Dijo Anthony. – Mi padre nunca se ha vencido a sus caprichos y si estoy aquí es porque yo lo decidí, no por gusto de él, sin embargo él siempre me ha apoyado en todas mis decisiones sobre todo con la de abandonar el Colegio y en la búsqueda de Candy. – Dijo revelando que su padre sabía todos sus movimientos.

-¿Qué sucede? – Preguntó Albert quien a pesar de venir con una enorme sonrisa al ver la expresión de sus sobrinos en su rostro se puso serio. Anthony se acercó a él y le mostró el telegrama que le habían entregado, el cual procedió a leer detenidamente.

-¿Qué habrá pasado? – Se preguntó Albert quien de inmediato se dirigió al despacho seguido por los tres chicos, buscando entre sus papeles personales un número de teléfono que pertenecía al rancho "Los Obeliscos". – Me pude comunicar al número… - Dijo dando cada uno de ellos a la operadora. – Sí, México. – Respondió el patriarca a la pregunta que le hacía la operadora. – Por favor. – Decía de nuevo. – Gracias. – Volvió a decir mientras esperaba un tanto angustiado. – Vuelva a insistir. – Dijo amable de nuevo. Después de varios intentos Albert se había dado por vencido.

-¿Qué pasó? – Preguntó Anthony al ver que colgaba el aparato.

-No hay conexión. – Respondió Albert frustrado. – Mañana volveremos a intentarlo. – Dijo Albert no muy tranquilo con ello, lo mismo que Anthony y los Cornwell.

-Tío, la tía abuela… - Dijo Anthony para revelar el motivo de su preocupación.

-Es verdad. – Dijo Albert. – Yo me encargo. – Dijo el patriarca muy seguro de que sabía cómo entretener a la matriarca por lo menos un tiempo.

-Tío, no me importaría incluso dejar la familia para casarme con Candy. – Reveló a su tío de lo que sería capaz de hacer por tal de estar al lado de Candy. Albert sonrió.

-Lo sé Anthony, pero no será necesario. – Le dijo con una sonrisa tierna, Albert sabía bien de lo que su sobrino era capaz de hacer por ella y entendía completamente esta situación.

-La tía abuela no puede andar decidiendo sobre la vida de los demás. – Decía de nuevo Anthony.

-Es verdad Anthony, es por eso que hablaré con ella de una vez por todas. – Dijo Albert resuelto.

-¿Hablarás con ella por lo del compromiso con Elisa? – Preguntó Stear quien ya daba por hecho que aquella joven era la que pretendía darle a su tío. Albert abrió los ojos como si hasta ese momento recordara aquella triste realidad.

-No sabemos si es ella Stear. – Dijo Archie dando el beneficio de la duda.

-Yo no estoy tan seguro de lo contrario. – Dijo Albert. – La tía abuela siempre ha visto por el beneficio de la familia Briand y cuando existía el compromiso con Rosemary hizo un verdadero berrinche cuando mi padre la comprometió con Vincent, sin embargo en aquella ocasión mi padre aún estaba por encima de su autoridad, así que no tuvo mucho apoyo, por más trampas que le puso a tu padre, él supo sortearlas todas para estar junto a tu madre. – Dijo a Anthony quien tenía mucho de su padre en su carácter, si bien físicamente Anthony era un completo Ardlay, en carácter y determinación era un Brower definitivamente, había heredado el temperamento de su padre y eso le había valido mucho para enfrentar a la tía abuela.

-¿Qué harás si eso es verdad? – Preguntó Anthony refiriéndose a su posible compromiso con Elisa.

-Por lo pronto nada. – Respondió el mayor. – De ahí me agarraré un poco para mantenerla alejada de Lakewood. – Dijo con una sonrisa.


En Nueva York, Terry ensayaba con verdadera pasión cada uno de los diálogos que le habían dado para la pequeña obra que montarían, sin embargo gracias a una recomendación anónima y a su talento ya no estaba en la escuela para principiantes a la que había llegado, sino que sin saber el motivo lo habían llevado a las grandes ligas y ahora iba a actuar en una verdadera obra de teatro, donde había actores consagrados y a pesar de tener un papel pequeño era uno verdaderamente importante.

-Adelante. – Respondió parco, después de haber escuchado una y otra vez el sonido de la puerta.

-Hola Terry. – Dijo una joven de ojos azules y figura diminuta.

-Hola Susana. – Respondió el rebelde un poco indiferente. - ¿Qué sucede ahora? – Preguntó un tanto fastidiado, le molestaba por alguna razón aquella chica que insistía en ponerle una atención que él no había pedido.

-El director nos ha mandado llamar. – Dijo Susana tímida, le causaba nervios la manera de ser tan fría de Terry, sin embargo era un comportamiento que tenía con todos los actores con los que trabajaba.

-Ahora voy. – Respondió esperando que Susana saliera de su camerino para ir él por su propio pie, no necesitaba niñeras que lo estuvieran acompañando, mucho menos cuando eran tan empalagosas como aquella rubia cabellos lacios y caídos.

Una vez que Terry llegó al lugar del llamado, el director procedió a dar el anuncio que tenía que dar.

-Bueno señores y señoritas. – Dijo con su fuerte voz. – Los he llamado porque ha llegado una nueva integrante al reparto. – Dijo poniendo todos su atención a la chica nueva, la mayoría de los caballeros se sorprendió con la belleza de la nueva joven que ahora en adelante sería su compañera del elenco. – Ella será la pareja de Terry. – Dijo provocando un sobresalto en Susana y haciendo que los ojos de Terry se posaran en los de ella, haciendo una mueca en el rostro del chico que no fue desapercibida para Susana.

-Pero director. – Dijo Susana de inmediato. - Terry es mi pareja. – Dijo impaciente por el mismo comentario. – Además creo que él tampoco está de acuerdo. – Dijo hablando por Terry, quien se ganó la mirada de desaprobación del director y de la joven recién llegada.

-¿Tienes algún inconveniente Grandchester? – Preguntó el director a Terry con visible molestia ya que cuando usaba su apellido era cuando hacía notar que estaba furioso con él.

-De ninguna manera señor, el que Susana haya expresado su opinión no demuestra mi sentir. – Dijo tranquilamente. El director sonrió complacido por la respuesta, ya que él creía que la nueva integrante se vería mejor con el apuesto inglés, en lugar de Susana que a pesar de su entrega, talento y su belleza era demasiado pequeña para la estatura del joven actor.

-Pero ese es mi papel. – Dijo Susana una vez más, no quería dejar aquel breve papel a pesar de ser tan corto porque era la primera vez que besaría a Terry en el estreno ya que en los ensayos nunca lo había hecho.

-Susana querida. – Dijo el director con ternura. – Tú eres una actriz más experimentada, para ti tengo un papel más importante en la misma obra. – Dijo para convencerla y a pesar del gusto que le daba aquella oportunidad le entristecía no poder serla pareja de Terry y le dolía mucho más no ser ella la que besaría aquellos labios tan sensuales que poseía el joven actor. – Muy bien, una vez aclarado el punto vamos a continuar. – Dijo el director dando un aplauso como una señal para que comenzaran a despejar el escenario y comenzar a ensayar. - Ensayaremos la escena Terry, para que así tu compañera se adapte y haga suyo el papel. – Terry asintió y se acercó a la joven recitando sus líneas, una a una iban cayendo todas y cada una de las palabras que ya tenía memorizadas y que no ocupaba inspirarse más para decirlas con aquella pasión y arrojo que requería su personaje.

Tomó a la joven de la breve cintura y la apegó con fuerza a su cuerpo, sintiendo que la sangre comenzó a fluir más rápido por su venas, los ojos azules de él se encontraron con los de ella quien lo miraba de una manera tan especial que provocó que Terry despejara su rostro de sus cabellos y acariciara lentamente su mejilla. Todos los espectadores estaban en silencio, los caballeros estaban envidiosos por la suerte que tenía el novato con la nueva chica y las damas sobre todo Susana sentían envidia de la nueva integrante que a leguas se veía tenía cautivado al rebelde.

Los ojos de Susana se abrieron del golpe al observar que poco a poco los labios tan ansiados por ella se colocaban sobre los labios de aquella joven sin titubeo alguno, sus bellos ojos azules se llenaban de lágrimas de inmediato al ver como aquella chica correspondía de la misma forma al beso que ella debió haber recibido alguna vez, más sin embargo el mismo Terry le había dicho que no quería ofenderla y que por eso no la había besado, poniendo como excusa aquella que le había dado en cada ensayo, dejándola más de una vez con la sangre hirviendo y solo un roce de aquellos labios tan perfectos para ella, labios que la habían hecho fantasear en la intimidad de su alcoba.

El beso que requería aquella escena era un beso largo y tierno, uno lleno de amor, un amor dulce y que correspondía a un par de jóvenes que se amaban y tenían que terminar su relación a pesar de sus sentimientos.

Los ojos de ambos actores se encontraron llenos de ternura, mientras los otros espectadores aplaudían por aquel despliegue de talento, todos incluso el director estaban entusiasmados por la química que ambos habían demostrado en su actuación, todos menos Susana pensaron lo mismo.

-¡Bravo! – Gritó el director. - ¡Me han convencido de que hay amor entre ustedes! – Decía acercándose a ellos para felicitarlos a ambos, abrazándolos a cada uno al colocarse en medio de ellos.

-¡Sabía que Mackenzie sería la pareja perfecta para tu personaje, Terry! - Decía feliz y satisfecho con el resultado.

Tanto Terry como Mack al salir de sus personajes se volvieron a mirar con esa cara de desprecio que ambos se mostraban. El director no se dio cuenta de aquellas miradas, mucho menos se había enterado que aquel par de aprendices ya se conocían de mucho tiempo antes.

-No sabía que ocupabas niñera. – Dijo Mack cruzándose de brazos al ver que atrás de Terry estaba la chica que había protestado por su incorporación al elenco. Terry rodó los ojos cansado al saber quién era la que lo estaba esperando.

-Yo no necesito niñera. – Dijo Terry dando la media vuelta para ir directo a su camerino, mientras Susana lo veía enamorada a su paso.

-Terry ¿Podemos hablar? – Preguntó una vez más la rubia.

Mack observaba aquella escena sintiendo algo extraño en sus labios al recordar el beso de Terry minutos antes y la reacción de su cuerpo cuando lo tuvo tan cerca y a pesar de que todo había sido actuación para ella había logrado estremecerla como nunca lo había sentido.

-¿Qué sucede Susana? – Preguntó amable, pero con fastidio en su voz, caminando a su camerino mientras ella lo seguía detrás.

-Lo que pasa es que la chica nueva… - Decía con pena. – A ella si la has besado en el ensayo y… -Decía visiblemente nerviosa. Terry comprendió la razón de su reclamo y al observar que Mack estaba al pendiente de aquella plática observando a lo lejos como Susana suplicaba al rebelde, Terry sonrió cínico de lado.

-Todo es actuación Susana. – Dijo tomándola de pronto por la cintura para plantarle un beso en los labios, un beso que si bien para él no fue real para Mack pareció todo lo contrario al creer que entre aquellos dos había más que una relación de trabajo. - ¿Lo ves? – Le dijo cuando dejó de besarla. Cuando en eso Mack pasó detrás de ellos de un pésimo humor, uno muy parecido al de Terry y se metía al camerino contiguo al de Terry, el cual le habían asignado a ella. Terry observó como Mack lo volvió a ignorar y suspiró derrotado. – Lo siento Susana, estoy muy cansado. – Le dijo para deshacerse de ella.

-¡SÍ! – Dijo Susana aún en trance por el beso recibido, uno que a pesar de haber sido actuado como le había dicho Terry, para ella había sido tan maravilloso al sentir que fuegos artificiales le salían por las orejas y las piernas le temblaban cual gelatina.

-Te veo después. – Dijo Terry cerrando la puerta sin delicadeza para que la joven se retirara de una vez por todas.

Terry se dejó caer en el sofá que había en aquel lugar, mientras cerraba sus ojos para volver a recrear en su mente el beso que acababa de darle a Mack, un beso sincero y tierno que no solo requería el personaje, sino que había sido uno que él llevaba mucho tiempo con ganas de darle a ella, brindarle aquella pasión y aquella ternura que ella le despertaba a sabiendas que siempre lo había despreciado.

Mack en su camerino estaba igual, aquel había sido su primer beso y a pesar de creer que todo había sido por el personaje no pudo evitar pensar que así se hubiera sentido un beso con Anthony si él le hubiera correspondido, cerró los ojos y volvió a recrear el beso tan mágico que había recibido por primera vez, deseando que fuese otro el portador de él, recordando como Terry había logrado que su cuerpo se estremeciera una vez más al tocar su boca para recordar la suavidad de los labios ajenos.

La noche del estreno no fue uno, sino dos besos que ambos actores se dieron en el escenario, no porque estuviera en el libreto, sino porque Terry había sido poseído por él mismo y había aprovechado la situación.

-¡Eres un imbécil! – Le dijo Mack a Terry en el descanso. - ¿Por qué me besaste otra vez? – Preguntó ofendida, a pesar de haber deseado secretamente que esto se repitiera, era algo que se negaba a sí misma.

-¡No fui yo! – Respondió Terry en su defensa. – Fue el personaje, lo siento, me metí tanto en él y en su sentimiento que pensé que de esa manera sería más creíble. – Dijo de nuevo para justificar las ganas que le estaban incrementando en su ser, ya que no le era suficiente un beso en los ensayos y menos cuando la misma Mack no lo dejaba hacerlo siempre.

-¡Maravilloso! – Dijo el director de pronto. – Creo que fue buena idea un segundo beso con la pareja. – Decía bastante complacido mientras los dos actores escuchaban, así como Susana quien ya iba por una explicación con Terry. – De ahora en adelante así lo harán. – Dijo de nuevo el director.

-Muy bien director. – Dijeron ambos con sus rostros enfurecidos viéndose uno al otro. Mack a lo lejos vio a Susana.

-Te habla tu novia. – Le dijo a Terry quien volteó a ver a Susana que lucía muy molesta, este rodeó los ojos enfadado de aquella joven actriz, pero se había prometido no ser un barbaján con las jóvenes de ahora en adelante. Vio como el director se la llevó del brazo para que continuara con la obra, al llevar la rubia el rol principal.

-No es mi novia. – Respondió indiferente.

-No es lo que yo entendí el primer día que llegué. – Dijo recordando la manera en la que Susana la había tratado, el beso del que ella fue espectadora, uno que sin saber por qué le había molestado y a todo esto se le sumaba que la rubia siempre estaba buscándolo, entrando a su camerino e ignorándola a ella.

- Susana es así desde que llegué. – Dijo sin importarle mucho aquellos comentarios y mucho menos sin comprender el motivo de aquel sutil reclamo, pareciendole imposible eso ya que ella lo había odiado desde la primera vez que los anunciaron como pareja por sus padres, siendo que antes de eso ambos parecían buenos amigos sobre todo cuando él le ayudaba a ella a brincar la barda del Colegio cuando recién llegaron al internado y se dieron cuenta de sus escapadas.

-Pues creo que está enamorada de ti. – Dijo Mack ya menos irritada.

-No fue mi intención hacer que eso pasara. – Dijo un tanto frustrado ya que él sabía que así era, sabía que la ilusa Susana se había enamorado de él y a pesar de que a él le había gustado de primer inicio, solamente escucharla hablar y perseguirlo como lo hacía lo habían hecho desistir de su primera impresión.

-No es tu culpa. – Dijo Mack de la misma forma. – A veces nos enamoramos de alguien a pesar de que este no nos corresponda. – Dijo suspirando al recordar al rubio.

-¿Sigues pensando en Brower? –Preguntó directo, sin filtro, molesto por aquella realidad que vivía desde que ella había conocido a su ahora amigo. Mack se sorprendió por aquella pregunta.

-¡Mack! ¡Terry! ¡Su turno! – Gritó el ayudante del director. Los castaños regresaron al escenario y siguieron sus líneas hasta el final de su actuación, provocando que el público se levantara a aplaudir con aquella escena que no era el final de la obra, pero que ambos jóvenes habían sabido llevar el sentimiento al público, logrando una ovación anticipada.

Mack y Terry se tomaron de la mano por reflejo celebrando internamente ambos aquel recibimiento en su primera actuación como pareja. Susana veía desde el mismo escenario el papel que Terry había desempeñado mirándolo orgullosa, mientras a Mack la observaba con coraje en sus ojos comparándola con ella, reconociendo con molestia su talento, sin embargo se sentía y se creía más que aquella principiante, sus ojos no perdían de vista a aquella pareja que el público reconocería en esa obra a partir de entonces.


Mientras el camino para Candy era un tanto pesado, viajaba con alegría al saber que faltaba poco para volver a ver a su amado Anthony, a pesar de extrañar a su padre y de las circunstancias que las habían obligado a abandonar súbitamente la hacienda, tenía la esperanza que como su padre lo había dicho pronto las alcanzaría así que rogaba porque arreglara aquel problema que tenía con aquel hombre del cual sospechaba pero que no tenía prueba alguna de sus delitos.

-¿En qué piensas hija? – preguntó Roxanne, todo el camino había permanecido pendiente de ella.

-En Anthony… en papá… en que la primera vez que recorrí estos caminos fue hace mucho tiempo. – Decía la rubia suspirando por los acontecimientos de su vida, había vivido doce años de su vida en un orfanato, viendo como uno y otro niño era adoptado mientras ella se mantenía en el mismo lugar, cuando pensó llegaría la felicidad a su vida pasó un año con la familia Leagan quienes le demostraban que no toda la gente era buena, que ella era nada para ellos y que su vida era puro sufrimiento, sino hubiera sido por la amistad de los Cornwell y el amor que sentía por Anthony, hubiera regresado al hogar de Ponny a ayudar a sus madres con los niños y a hacerse cargo de ellos, pero gracias a ese amor, a ese sentimiento de seguridad y protección que Anthony le proporcionaba con su presencia, decidió quedarse a pesar de los malos tratos hasta que lograron su cometido de acusarla de ladrona y enviarla a México, provocando otra experiencia dura de pérdida en su vida, pero a pesar de todo agradecía a Dios que su historia se hubiera dado de esa manera porque a pesar de todo no hubiera conocido a su príncipe de la colina, tal vez no hubiera conocido a Anthony y a los Cornwell y jamás hubiera regresado a donde había nacido, nunca hubiera recuperado el amor de sus padres y ellos continuarían con la creencia de que había muerto a los pocos días de nacida.

-No te preocupes, tu padre es un hombre valiente e inteligente. – Dijo Roxanne para calmar la angustia que comprendía debía tener por él.

-Lo sé, pero el Sr. Leagan es un mal hombre. – Decía Candy preocupada por él.

-Lo sé hija, pero Felipe y los demás peones lo ayudarán, tenemos que confiar en él, Liam no puede quedar impune con todos sus crímenes. – Decía Roxanne aún furiosa con aquel hombre que la había lastimado tanto.

Candy se abrazó a su madre quien correspondió a ese abrazo con aún más amor que el que había nacido en ella la primera vez que la abrazó el día que la conoció, ahora que sabía que ella era su hija su alma había descansado de aquel sentimiento de culpa y vulnerabilidad en el que había caído años atrás, ese amor le había dado la fuerza necesaria para salir del rancho sin su esposo con tal de ponerla a salvo y no le quedaba de otra más que pedir por el bienestar y la seguridad por su esposo.

Roxanne observó a María quien estaba dormida frente a ellas, la mayor parte del camino se la había pasado dormida, triste por la pérdida de su madre. Un suspiro abandonó sus pulmones y se aferró aún más a Candy agradecida de haberla encontrado y sintiendo pena por Rocío quien a pesar de haber actuado mal en contra de ella le causaba pena que no hubiera conocido a la hija que perdió gracias a sus acciones.

-¿Estás bien mamá? – Preguntó Candy, al sentir aquel suspiro tan profundo que había soltado su madre.

-Estoy bien cariño, solo pensaba en Rocío y que no pudo conocer a su hija. – Dijo con un poco de melancolía.

-Lo sé, Annie siempre tuvo la ilusión de que un día su madre llegaría por ella. – Decía Candy también con melancolía y a la vez un tanto preocupada ya que no sabía cómo tomaría la Sra. Britter aquel descubrimiento de la familia de sangre de Annie, ya que recordaba perfectamente aquella plática que había tenido con Elena Britter aquella mañana en la que pensaba había encontrado de nuevo a su hermana. – Pero cuando fue adoptada, fue educada de una manera estricta y muy diferente a mí y a lo que nos habían enseñado en el hogar de Ponny. – Decía Candy recordando la última vez que había visto a la pelinegra.

-¿Cómo es Annie? – Preguntó Roxanne, animada a averiguar más de aquella chica que había crecido junto a su hija.

-Annie era una niña tímida, llena de miedo, siempre fue una llorona y una cobarde. – Decía Candy recordando a su hermana del alma. – Siempre tenía que protegerla de Tom y de los chicos que la molestaban, los cuales se aprovechaban de su miedo. – Candy relataba toda la historia de Annie a su madre, la escapada cuando conocieron al Sr. Britter, la treta que inventó para no ser adoptada por ellos, la carta dónde decidía cortar contacto con ella a pedido de su madre y la última vez que se vieron en la mansión den los Leagan en donde por culpa de los malvados hijos de aquella pareja su vida había estado en riesgo.

-Por lo que me dices la familia que la adoptó es una familia con mucho dinero. – Dijo Roxanne, observando con cierta ternura a María, quien a pesar de la limpieza de su apariencia sus ropas eran humildes así como su calzado, pensando tal vez el desprecio que recibiría por parte de los Britter.

-Bastante, Anthony me contó que Annie también está estudiando en el Colegio San Pablo, un colegio muy elegante en el cual fueron enviados por su tía abuela. – Decía Candy visiblemente emocionada cuando hablaba de su amor.

-El San Pablo es un lugar donde asisten jóvenes de un nivel socio económico bastante alto. – Dijo Roxanne. – Yo había pensado en enviarte a estudiar a ese lugar. – Dijo para la sorpresa de Candy quien no pudo pensar que tal vez si hubiera sido así se hubiera encontrado antes con su príncipe rubio y de ojos azules. – Solo que el miedo que te alejaras de mí se apoderó de mi alma y mi angustia creció de una manera inesperada, así que nos decidimos por el Colegio de México para que estuvieras más cerca de nosotros. – Dijo Roxanne confesando los motivos que tuvo para no enviarla a aquella cárcel como ella le llamaba de joven.

-¿Tú conoces ese lugar? – Preguntó Candy.

-Asistí al igual que Rosemary antes de casarme. – Confesó a su hija. – Y es un lugar muy exclusivo pero parece una cárcel para los estudiantes que viven ahí. – Decía tranquila, no extrañaba aquellos años de Colegio donde había pasado parte de su adolescencia junto a Rosemary y regresaba a Chicago por el compromiso que había formalizado su familia.

María escuchaba con atención aquella historia sobre su hermana, las dos rubias seguían platicando de Annie y la morena comenzaba a llorar discretamente al reconocer que tal vez su hermana se avergonzaría de ella, ninguna de las dos mujeres frente a ella se dio cuenta que María solo simulaba que dormía.

Continuará…

Hola hermosas, ¿Cómo están? Espero que muy bien y sobre todo que hayan tenido un excelente fin de semana. Aquí les dejo el capítulo nuevo espero que les guste.

TeamColombia. Hola hermosas, muchas gracias por sus comentarios me da gusto que les haya gustado el capítulo anterior, espero que este también lo hayan disfrutado. Muchas gracias por comentar y por leer la historia. Les mando saludos y bendiciones a cada una de ustedes.

Julie-Andley-00. Hola hermosa, definitivamente creo que habrá todavía algunas sorpresas en la historia. Muchas gracias por seguir con la lectura, me alegra que te haya gustado el capítulo anterior, espero este también. Te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.

lemh2001. Hola hermosa, espero estés muy bien. Si, fue emocionante imaginar ese tipo de escenas como en el viejo oeste aunque la verdad nunca vi ese programa XD. La escena que describes me gusta mucho, siento que Candy hubiera sido una excelente madre y sobre todo una mujer que haría todo por sus hijos y por eso lo reflejé en esa parte de la historia, la verdad no recuerdo cual fue pero creo que es en El Efecto Candy-Anthony. Ojalá que pueda pronto plasmar mis ideas, gracias por decir que mis historias hacen un mundo más bello, por lo menos me gusta pensar que es una manera de escape de las preocupaciones y dramas que se vive en el mundo. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Rose1404. Hola hermosa, me da mucho gusto volver a leer un comentario tuyo, me alegra que te gusten los capítulos y sobre todo que te dejan con ganas de leer más, a pesar de que no es mi intención que te hagan llorar me halaga que haya tocado esa parte sensible que todos tenemos con un determinado tema. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Aminaabud. Hola hermosa, gracias por tu comentario, algunas veces también creo que sería más fácil de una u otra manera, pero creo que para generar un poco de trama hay que irse por lo más complicado. Fíjate que en esta historia no me pasó por la cabeza dejar a Terry con Elisa, creo que Terry es un personaje tan complejo y de muchas facetas que le puedes dar cualquier papel y lo interpretará de manera maravillosa, es un personaje que se me facilita mucho para desarrollar el drama con él. Pero no te preocupes, como puso una lectora Terry ya pasó por las armas de Elisa jajaja ya pasó. Gracias por leer hermosa, te mando un fuerte abrazo amiga.

arleniferreyrapacaya. Hola hermosa, no eres la única que cayó en las redes de Terry, y más cuando la voz que le pusieron al principio era la de Anthony, creo que eso y el que ambos personajes se parecen ayudó a que fuera amado, yo la verdad de niña nunca me gustó la manera en la que trataba a Candy pienso que la humilló mucho y no me refiero a la bofetada que le dio, sino a su comportamiento, pero ahora que vi la serie ya adulta puedo decirte que es un personaje que me da mucha tristeza y pena porque la mamá de Susana en su dolor lo manipula para que se quede con su hija y la verdad fue la primera vez que sentí pena por él. Anthony por el contrario siempre sacó mi lado romántico y dulce y pues Albert para mi es solo su tutor aunque amo su personaje no puedo verlo como la pareja de Candy. Muchas gracias por leer hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones, espero que este capítulo también te haya gustado.

María José M. Hola hermosa, que gusto saber que puedes imaginarte la escena de cada capítulo ese es mi objetivo que te sientas como si tú estuvieras ahí viendo una serie y aunque sé que es mucho pedir, me alegra que tú si lo consigas. Que bueno que te gustó el capítulo, espero que este también te guste, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Clint Andrew. Hola hermosa, ¡Si! sé que he manejado ese lado muy tranquilo pero pienso que sería extenderme aún más en el tema, sé que en esa época mi país pasaba por una revolución y todo era un caos (todavía :() pero no es una historia con ese fin aunque no podía dejarlo de lado. Tristemente Rocío no salió con vida, pero pues ayudó a que Candy y su hija estuvieran a salvo y con ello fue posible saber la verdad. Muchas gracias por seguir leyendo hermosa, agradezco que sigas en la lectura, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones amiga.

Muchas gracias a todas y cada una de las personas que leen esta historia y que no se atreven a dejar un comentario, así como las que lo dejan de manera anónima, me alegra que formen parte de esta lectura y que estén al pendiente de las actualizaciones, les mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones en especial a las lectoras de USA ya que son bastantes me sorprende el número de lectoras de ese país ya que llegaron arrasando con todo y se colocaron en primer lugar en todas mis historias. Gracias infinitas.

GeoMtzR.