Los personajes de Candy Candy no me pertenecen solo los utilice para armar una historia más de mis personajes favoritos, los demás personajes son de mi total autoría y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Esta historia no es con fines de lucro ni mucho menos para ofender a las lectoras, es clasificación M así que no es apta para menores de edad, dicho esto comenzamos!
LEJOS DE TI
CAPÍTULO 16
ANTHONY Y CANDY SE REÚNEN
Mientras Candy continuaba con su mamá el viaje que estaba a punto de terminar, Albert había viajado a Chicago para hablar directamente con la tía abuela, sin embargo no tenía intención de dejarla decidir sobre su compromiso.
-¡Hasta que te apareces! – Fue el comentario de reproche que recibió el joven patriarca por parte de la tía abuela por su comportamiento y su ausencia.
-Tenía y tengo muchos pendientes en Lakewood. – Respondió el patriarca sin mortificación alguna a su reclamo.
-Si te refieres a la búsqueda de Candy… - Dijo la mayor creyendo que los planes de Albert era continuar con la búsqueda de la joven y para que Albert se diera cuenta de que siempre había estado en desacuerdo con aquel plan que ellos tenían se lo mencionaba.
-No, no es por ello. – Dijo Albert controlando su molestia, no le gustaba que intentara controlar todo y se daba cuenta que siempre estaba al pendiente de lo que hacía, sin embargo no le daría el gusto de que lo notara molesto. – Sé que te has mantenido al tanto de todos mis movimientos. – Dijo tranquilo para sorpresa de Elroy. – Así como también que me ocultaste todas las cartas que Candy envió a los muchachos dos años atrás. – Dijo de pronto también demostrándole que no era la única que sabía de sus movimientos. Elroy frunció el ceño por su atrevimiento. – El jardinero de los Leagan ya no trabaja ni para ellos, ni para mí. – Reveló la fuente de cómo se había enterado de aquella acción que ella misma había ordenado en el pasado.
-Ella nunca reveló dónde estaba. – Dijo Elroy quien a pesar de todo nunca había abierto las cartas, solo las quemaba cuando llegaban a nombre de Anthony o los Cornwell, había aprendido a reconocer la letra de Candy y solo ocupó leer la primera carta para hacerlo y de ahí en adelante comenzó a deshacerse de ellas y al irse a Londres ordenó al jardinero de los Leagan que siguiera haciéndose cargo del correo.
-Pero tú sabías que estaba con vida. – Dijo Albert con reproche por su comportamiento, demostrando que le guardaba rencor por su atrevimiento.
-Esa niña no merecía ser una Ardlay. – Decía necia. Albert sonreía al pensar la sorpresa que se llevaría la anciana al saber la verdad sobre el origen de Candy y más cuando se enterara que ella no era otra sino la prometida de Anthony.
-Ya te dije que anulé la adopción. – Decía Albert fijo en los ojos de su tía abuela, quien sintió un estremecimiento sin saber el motivo, por la manera en la que él le decía aquellas palabras tan decididas y seguras, un Albert totalmente diferente al que ella educó.
-Mejor así, Anthony se casará con la hija de Roxanne y tú con…
- ¿Y Neal? – Preguntó interrumpiendo el nombre de su supuesta prometida, con un poco de temor de que sus sobrinos tuvieran razón en sus conjeturas y que Elisa fuese aquella que ella hubiese elegido como su prometida y futura esposa.
-¿Qué pasa con Neal? – Preguntó la anciana con sorpresa y extrañeza. Albert sabía bien que la única manera de sacarla de su plática era mencionar a uno de los miembros de los Leagan y sabía bien que no debería ser Elisa.
-A que mencionaste que si Candy fuese mi hija ella sería la prometida de Neal. – Dijo Albert con cierta incomodidad en su estómago. – Pero como ya te dije que anulé la adopción, y como te veo muy emocionada preparando compromisos, pero no te veo arreglando uno para Neal… - Decía tranquilo, observando los ojos de aquella dama implacable quien los abría como sorprendida por que realmente no había vuelto a pensar en ello desde que le dijo que Candy no sería una Ardlay había descansado hasta cierto punto, a pesar de que perdía a una excelente dote para su nieto más joven.
-No había pensado en ello. – Dijo reconociendo que era verdad. Sara la había convencido de aquella locura a pesar de que no estaba de acuerdo con ello y ahora se quedaba en el aire aquel compromiso que se había formado en su imaginación. Neal se encontraba sin un compromiso armado y a la edad del moreno no era algo bien visto, Elroy recordó a su hijastro Liam quien tampoco fue comprometido a tiempo y terminó solo y desterrándose a México por la vergüenza de haber sido rechazado por Rosemary primero y después por Roxanne. Albert la observaba pensativa, como si acomodara las cosas en su mente. – Hay una amiga de Elisa… - Dijo la matriarca pensando en la dulce y a la vez rogona Daysi una chica que se veía estaba loquita por Neal, sin embargo pensaba que la fortuna de su padre no era suficiente para su nieto.
-No. – dijo Albert decidido. – No quiero a alguien que sea amiga o siquiera conocida de Elisa. – Dijo firme ante la sorpresa de Elroy, sobre todo porque Albert nunca se había inmiscuido en los compromisos de nadie.
-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? Esta joven ha mostrado mucho interés por Neal, y a pesar de que su fortuna no es cuantiosa. – Decía necia intentando explicar sus motivos para aceptarla. – Puede ser una magnífica esposa para él. – Dijo expresando sus ideas.
-He dicho que no. – Dijo Albert una vez más firme, muy en su papel. Elroy lo miró confundida. – A Anthony, Allistear y Archivald les obligaste a conseguir a una joven que tuviera una excelente dote, exigiendo ello como requisito para permitirles así firmar un contrato matrimonial con sus familias, ¿Por qué no haces lo mismo con Neal? Es para su beneficio, no para el mío, y así como tú no aceptaste menos para ellos yo no aceptaré menos de lo que les has exigido para Neal. – Dijo pareciendo muy exagerado para él, pero era la única forma de lograr su cometido. Elroy lo miraba un tanto confundida, pero entendía el punto de vista de su sobrino y no era del todo descabellado. – Además las jóvenes como Elisa nunca son buenas esposas. – Dijo arrojando una piedra a la morena, una que fue lanzada con fuerza y llegó de golpe a la matriarca directo a la cabeza.
-¿Por qué lo dices? – Preguntó indignada.
-Son caprichosas, convenencieras, falsas, arrogantes y realmente unas inútiles. – Dijo todo lo que pensaba de Elisa. – Son solo unas esposas de adorno, yo no quiero eso para mí, tampoco para mi sobrino. – Dijo para calmar la ofensa hecha a Elisa con el reconocimiento de que Neal era su "sobrino". Elroy a pesar de la ofensa se tranquilizó pensando que era un comentario al aire ya que él no sabía de su compromiso aún.
-Pero Elisa… - Dijo intentando abogar por el bien de ella.
-En Florida he escuchado que hay familias muy caudalosas provenientes de Europa, que tienen hijas de la edad de Neal, sería una buena opción para encontrar a una joven para él. – Dijo tranquilamente como si no se hubiera dado cuenta de la interrupción que había hecho con todo el propósito del mundo.
-¿Irás a Florida? – Preguntó Elroy confundida por tanta palabrería de su sobrino.
-No, de eso te encargarás tú. – Dijo de nuevo, no quería batallar con el inútil de Neal. - ¿No es eso a lo que te dedicas? – Preguntó con ironía.
-Pero eso podría tomarme mucho tiempo, además tenemos que anunciar tu compromiso con…
-Eso no urge. – Dijo Albert. – Ya te dije que no tengo apuro en casarme y menos de que me obligues a hacerlo. – Dijo intimidante una vez más a su tía. – Además tú misma te has empeñado en buscar una u otra joven para nosotros y no para Neal ¿Qué acaso no lo quieres tanto como aclamas? – Preguntó para terminar de dar el golpe final en la mujer que sabía bien ese era su punto débil. Elroy frunció el ceño una vez más. – Cuando regreses de tu viaje hablaremos de ese compromiso y te diré si me conviene o no. – Dijo Albert decidido a abandonar el despacho y dejar una vez más a Elroy molesta por aquella actitud, pero segura de que buscaría en Florida a una joven digna de su nieto y si era posible una mejor que la que había conseguido Anthony al ser el que mejor contrato le había dado.
Albert salió algo raspado con aquella visita, aumentando sus sospechas de que sus sobrinos tenían razón y que Anthony se había liberado de aquel compromiso que Elroy quiso imponerle para heredárselo a él. Un suspiro de frustración salió de su cuerpo, molesto por la manera en la que la tía abuela quería más a los Leagan que a los de su verdadera sangre.
Anthony por su parte se la pasaba ansioso en la mansión, no habían podido comunicarse al rancho De la Garza en esos días y solo esperaba que los días pasaran volando para que su amada Candy llegara por fin a su lado. Salió al jardín decidido a trabajar, solo cuando trabajaba en ese tranquilo lugar era cuando se tranquilizaba, hablándole a su madre en ese espacio que ambos compartieron como si realmente ella lo escuchara.
-¿Qué haces Anthony? – Preguntó Stear quien lo miraba que tenía rato hablando solo.
-Nada, hablando con mi madre. – Respondió tranquilo.
-¿Y qué dice? – Preguntó distraído el inventor. Archie le dio un empujón y Anthony sonrió divertido.
-Qué está feliz por su nuera. – Dijo con su hermosa sonrisa.
-Me imagino que sí. – Dijo Archie. – Resultó realmente la chica con la que te prometió desde que eras un infante, más, incluso antes de nacer. – Decía el gatito aún temeroso de la reacción de su novia.
-Tranquilo Archie, Annie es una buena chica. – Decía Anthony para animar a su primo, ya que sabía perfectamente el miedo que tenía él por su novia.
-Eso lo sé. – Dijo Archie a sabiendas de que Annie era una chica noble. – Pero es vulnerable y frágil a veces. – Dijo reconociendo las debilidades que Annie tenía con respecto a su adopción, creyendo que él la rechazaría por este hecho y tal vez solo tal vez temería que la rechazaran por ser una Briand y por consiguiente prima hermana de Elisa y Neal, pero lo que creía que le afectaría saber más era el saber que su madre era una sirvienta.
-Tranquilo Archie, Annie comprenderá que no tiene la culpa de su origen, su madre a pesar de lo que hizo es una buena mujer y su hermana también, sufrieron con el secuestro de tu novia. – Archie asintió sonriéndole a su primo que lo animaba con sus palabras.
-¿Cuándo llegará Candy? – Preguntó Stear para distraer un poco los miedos de su hermano.
-Creo que mañana, por eso estoy esperando al tío para que me permita ir a alcanzarlos al cañón amarillo. – Dijo emocionado por el tiempo que tenía para volver a ver a su prometida.
-Nosotros iremos contigo. – Dijo Stear decidido y Archie confirmó de la misma forma. Anthony asintió estando de acuerdo con su compañía.
El ruido de unos caballos comenzó a escucharse a lo lejos provocando que los tres jóvenes se dirigieran su mirada hacia el portal y al mismo tiempo comenzaron a avanzar a la entrada del mismo conforme escuchaban que los ruidos eran cada vez más cercanos y que la cantidad de jinetes no era normal.
Anthony pudo visualizar que aquel carruaje que se dirigía por el camino que llevaba a la mansión no era otro más que el carruaje de los De la Garza.
-¡Candy! – Dijo emocionado al descubrir ya más de cerca que realmente era así. Comenzó a hacer señas para que estos se detuvieran antes de tomar la desviación a la mansión Williams.
Candy quien venía observando todo el camino, recordando su niñez y hablando a su madre de las anécdotas vividas en aquel bosque mágico, no se había percatado de que su amado estaba haciendo señas a los cocheros para que se detuvieran, hasta que el aroma de las rosas llegó a su nariz y la voz de su amado al decir su nombre llegó a sus oídos. El carruaje se detuvo y ella bajó a pesar del llamado de su madre para que se detuviera un poco.
-¡Anthony! – Dijo bajando del carruaje para poder correr a los brazos de su amado príncipe, lanzándose a sus brazos para ser atrapada con el mismo entusiasmo que ella demostraba, mientras Anthony corría a su lado para recibirla gustoso.
-¡Te extrañé tanto! – Decían ambos con lágrimas en los ojos, apretándose uno a otro a su pecho con una felicidad que se acumulaba en sus corazones alborotados, ambos chicos olvidando por completo la presencia de los Cornwell quienes se habían quedado a la distancia para darles un poco de privacidad a pesar de las ganas que tenían de volver a ver a la pecosa y el gran cortejo de seguridad que llevaban los De la Garza que se quedaba en silencio observando al par de enamorados.
Mientras los rubios permanecían abrazados con fuerza, Roxanne bajaba del carruaje, seguida por María quien era llamada por la curiosidad que le causaba el lugar tan hermoso que se abría paso a su alrededor, mientras Juan y José se acercaban en sus respectivos caballos ya que ambos venían resguardando a la diligencia donde viajaban las mujeres.
-Buenas tardes Anthony. – Dijo Roxanne saludando a su futuro yerno.
-Buenas tardes señora Roxanne. – Dijo el rubio saludando a su suegra besando el dorso de su mano y haciendo una reverencia con la mano libre, ya que con la otra continuaba aferrado a Candy, quien permanecía con los ojos cerrados, demostrando que había regresado al lugar a donde pertenecía su corazón, al lado de Anthony. – Llegaron más pronto de lo que pensaba. – Expresó Anthony al creer que llegarían hasta otro día.
-Joaquín dio las órdenes de viajáramos directamente. – Confesó Roxanne, evidenciando en su manera de estirarse que estaba muy cansada por el largo viaje.
-Mucho gusto. – Dijeron Stear y Archie quienes llegaban por fin junto a los rubios, extendiendo su mano a cada una de las damas, mientras Anthony se disculpaba por su descuido.
-Mucho gusto jóvenes. – Respondió Roxanne con una sonrisa sincera a ambos caballeros.
-Disculpe Sra. Roxanne, ellos son mis primos Allistear y Archivald Cornwell. – Terminando de decir esto Candy abría los ojos rápidamente al escuchar el nombre de sus dos grandes amigos para encontrarse con ellos y abrazarse efusivamente a ambos, mientras la abrazaban los dos uno de cada lado, comenzando a derramar sus lágrimas por el gusto que les daba volverla a ver.
-Gatita, te extrañamos mucho. – Dijo Archie sintiendo que su corazón se aceleraba emocionado por volverla a ver, era la primera vez que la tenía tan cerca y no podía evitar sentir un estremecimiento en su pecho.
-Así es Candy, nos hiciste mucha falta. – Dijo Stear sinceramente, las lágrimas en ambos jóvenes eran sinceras ya que hasta ese momento sentían que la presencia de Candy había sido muy necesaria en sus vidas.
Roxanne veía orgullosa que no solo Anthony había sido alguien importante para Candy, sino que aquel par de jóvenes también lo era y eso le alegraba ya que podía comprender que no siempre estuvo al lado de gente indeseada como los Leagan.
-Y yo los extrañé a ambos. – Dijo Candy sincera.
Una vez que deshicieron su abrazo, Candy regresó a los brazos de Anthony quien la recibió con gusto, feliz de ver en ella aquella sonrisa angelical que tanto lo había enamorado en su adolescencia.
-Mucho gusto Sra. Roxanne. - Dijo primero Stear a la mamá de Candy, extendiendo su mano para tomar la de ella y dar un beso en su dorso para después hacer una sutil reverencia, lo mismo que Archie quien con la elegancia que lo caracterizaba saludaba de la misma forma a la suegra de su primo.
-Veo que Candy heredó su belleza. – Dijo como siempre galán y solemne en sus modales.
-Veo que la Sra. Elroy los educó muy bien. – Expresó al ver la educación que ambos mostraban, tan bien educados y formales como Anthony y Albert.
-Muchachos, la señorita es María. – Dijo Anthony para presentar por fin a la joven que era hermana de Annie. Archie posó sus ojos en aquella joven que lo miraba bastante tímida y ruborizada, sus mejillas se habían teñido de un profundo rojo carmesí que fue imposible de ocultar cuando Archie de la misma manera que había saludado a Roxanne, se inclinaba a ella besando su áspera mano que evidenciaba los años de trabajo que había sostenido, sin embargo eso no lo detuvo en su cometido y con su hermosa y elegante sonrisa saludó a quien ya consideraba su cuñada.
-Es un placer señorita María. – Dijo Archie sin dejar de ver su rostro, maravillado por el sutil parecido con su tierna dama, no eran los ojos de Annie, sin embargo estaba su mirada, no eran los labios de ella pero estaba su sonrisa y su timidez, había algo en ella que no podía negarle que le recordaba a la dama por la cual ahora suspiraba, sobre todo sus cabellos negros que caían lacios y pesados en su cabeza y que esta joven los trenzaba con gracia.
-Mucho gusto. – Respondió Juan quien rápidamente se colocó al lado de María al mal interpretar el escrutinio que Archie le hacía a su novia.
-Mucho gusto María. – Dijo Stear extendiendo su mano únicamente por temor a incomodar al chico que estaba junto a ella, a quien a leguas se notaba estaba reclamando lo suyo.
-Él es Juan. – Dijo Candy un tanto divertida por la actitud de su amigo ya que nunca lo había visto celoso de María, pero quien no lo estaría si frente a ella tuviera tres galanes de aquel fuerte calibre de frente y uno de ellos mostrara un interés especial en su novia a pesar de que no era el interés que él pensaba, pero si en el rubor de su novia al cohibirse con aquellos galanes. – Es el novio de María. – Explicó Candy para aclarar la situación.
-Prometido. – Dijo Juan a Candy corroborando el hecho. José se mantenía al margen de todo y Anthony lo observaba extrañado, no lo había visto en aquella posición desde que lo conoció y no hacia el intento por estar cerca de Candy, y a pesar de que era lo que él quería, pensaba que había algo extraño en su actitud. Anthony lo saludó con un gesto que él correspondió de la misma forma.
-María. – Dijo Anthony dando más importancia a la chica para darle la confianza y sobre todo explicar que el interés de su primo no era basado en lo amoroso. – Juan, mis primos también están comprometidos, no se alarmen. – Dijo con una sonrisa.
-¿De verdad? – Preguntó Candy emocionada por ello. Archie asintió feliz por ello al igual que Stear. - Pero qué les parece si pasan a la mansión para que descarguen su equipaje. – Dijo Anthony seguro de que se quedarían ahí.
-No te preocupes Anthony, nos quedaremos en la mansión Williams. – Dijo ante la visible desilusión del rubio. – Es lo mejor. – Dijo Roxanne al ver la mirada de Anthony. Él sonrió entendiendo aquel hecho, de todas formas aún no podían presentarla ante la tía abuela.
-¿La Sra. Williams sabe de su llegada? – Preguntó curioso para saber si le habían avisado de su regreso.
-¿La Sra. Williams? – Preguntó Roxanne confundida. Anthony asintió extrañado por aquella pregunta.
– Hace unos días nos encontramos por casualidad con la Srita. Andrea Williams, tuvimos un percance y la acompañamos hasta su casa. – Decía Anthony mientras caminaba con ambas rubias para que volvieran a la diligencia.
-¿Andrea? – Preguntaba confundida.
-¿No estaba enterada? – Preguntó Anthony sin comprender la contrariedad que demostraba Roxanne en su rostro.
-No… - Dijo Roxanne pensativa, dudando si quedarse o no en su mansión. – Ven acompáñanos. – Dijo a Anthony para que continuara con su relato. Anthony asintió y se colocó al lado de Candy en la diligencia.
Juan mientras tanto tomaba de la mano a María para alejarla de Archie, llevándola hasta su caballo para subirla con él. José se ponía enseguida de su hermano como ayudando a protegerla, mientras Stear y Archie los veían con cierta diversión por su comportamiento.
-Vamos chicos. – Dijo Candy invitándolos a subir al carruaje para que también las acompañaran. Roxanne dio la orden para que comenzaran a avanzar rumbo a la mansión Williams. Anthony podía observar una expresión que no sabía si era de temor o angustia en el semblante de Roxanne.
-¿También estaba mi madre? – Preguntó Roxanne a Anthony con cierta inquietud.
-También nos tocó conocerla. – Respondió tranquilo, pero no dejaba de observar la reacción que tenía la mayor. - ¿Sucede algo malo Sra. Roxanne? – Preguntó intrigado. Roxanne negó.
-No, lo que pasa es que tengo casi veinte años que no los veo. – Dijo nerviosa, captando la atención de todos.
-¿Veinte años? – Preguntó Candy sorprendida. Roxanne asintió tímida.
-Cuando me casé con tu padre me fui de inmediato a México, y a pesar de haber heredado la mansión de Lakewood, con los acontecimientos que sucedieron nunca volví. Ellos se fueron a vivir a Europa y no regresaron, nos mantuvimos en contacto alguna vez con cartas, pero al estar sumida en mi depresión… - Dijo apenada porque todo aquel distanciamiento había sido únicamente su culpa. Candy tomó sus manos con cariño para darle valor.
-Mamá, la abuela debe comprender todo lo que pasaste. – Habló Candy, mencionando a aquella mujer como su abuela, a pesar de que ella sabía que aquella mujer tenía cierto rechazo hacia ella porque creía que no era su "nieta".
-Candy, la Sra. Williams… - Dijo Anthony sin atreverse a decir o no lo que había percibido el día que la conoció.
-Ella no acepta a Candy. – Dijo Roxanne ante la sorpresa de Anthony ya que no sabía si podría decirse que eso era lo que había percibido. Roxanne estaba perfectamente enterada de ello y hacía tiempo se lo había mencionado a Candy para explicarle la ausencia de su familia después de la adopción. – Lo sé Anthony, pero cuando se entere que Candy realmente es mi hija… - Dijo para aún más sorpresa de los Ardlay ya que ellos pensaban que serían los encargados de darle aquella buena noticia.
-¿¡Lo sabe!? – Dijo Stear y Archie al mismo tiempo. Roxanne asintió.
-Lo sé… - Respondió Roxanne con una sonrisa que no podía esconder su felicidad, dichosa, aquella mirada reflejaba la felicidad de ese hecho, un brillo que Anthony no había visto en ella en los días que había estado allá. – Candy realmente es mi hija. – Dijo Roxanne emocionada volteando a ver a la menor con orgullo y mucho amor.
-Lo sé. – Dijo Anthony feliz, abrazando con mayor fuerza a la rubia que estaba junto a él. - ¿Cómo lo averiguaron? – Preguntó a Roxanne para saber qué había sucedido esos días para que los llevaran a la decisión de volver a Lakewood sin la compañía del Sr. Joaquín.
Anthony sonreía y cedía la palabra a su suegra, quien volteó a ver a Candy para tomar sus manos y escuchar aquella historia a grandes rasgos.
Anthony comprendió ahora el motivo de su llegada y a pesar de estar feliz por tenerla a su lado no podía dejar de maldecir a Liam Briand, quien como siempre era el que movía los hilos de la historia para su beneficio.
-¿Entonces María se ha quedado sola? – Preguntó Anthony sintiendo pena por la suerte de esa muchacha.
-No. – Dijo Candy. – María ha sido lo que Annie fue para mí los primeros años de mi vida, es más que una amiga. – Dijo emocionada. Anthony sonreía tierno a su amada.
-¿Ella sabe que Annie…? – Preguntó Archie sin atreverse a completar la frase.
-Ella lo sabe. – Dijo Roxanne.
-Annie es la prometida de Archie. – Dijo Anthony para aclarar el punto. Roxanne lo miró fijamente.
-¿De verdad? – Dijo Candy ilusionada.
-De verdad. – Dijo Archie completamente feliz.
-María es una buena chica. – Dijo Roxanne temiendo que Archie se avergonzara de ella o fuese como la vieja Elroy, quien recordaba era una dama llena de prejuicios. – Y a pesar de todo su madre también lo era. – Dijo de nuevo a Archie, defendiendo a Rocío a pesar de lo que había hecho.
-Lo sé, Sra. Roxanne. – Dijo Archie en respuesta. – Annie también lo es, y no siento pena alguna por su origen, mucho menos repulsión por tener sangre de los Briand. Annie es una joven maravillosa que no necesita apellidos o etiquetas para definirla, ella es noble, sencilla y a veces frágil, pero sé que dentro de todos sus miedos e inseguridades está una joven fuerte y valiente. – Decía realmente enamorado de ella.
-Veo que realmente la amas. – Dijo Roxanne, feliz de que aquel chico tan elegante y demasiado fino era realmente humilde y que detrás de su pulcra apariencia era un joven sencillo y noble justo como lo era Anthony.
-Así es, la amo… - Dijo por primera vez convencido de ello. – Así que no quiero problemas con el prometido de María. – Dijo algo inquieto por la manera en la que Juan y José lo veían.
-Qué bueno que lo aclaras hermano, porque temía que tuviéramos que enfrentarnos al par de gemelos que la custodian. – Dijo Stear bromeando como siempre. Todos comenzaron a reír por el comentario que hacía el inventor.
-Son buenos chicos los dos, y Juan ama profundamente a María. – Dijo Roxanne. – José nunca ha mostrado interés por alguna chica, ¿Verdad hija? – Dijo inocente a lo que había sucedido días atrás con respecto al beso que propinó a su hija. Candy asintió incómoda, aquella reacción obligó a Anthony a sospechar algo extraño nuevamente, la actitud de Candy con aquel comentario era de incomodidad y podía percibir que tal vez la rubia ya había comprendido los sentimientos del joven, sin embargo tenía la duda de cómo sería ya que también había visto al moreno de alguna forma diferente hasta con él, no con su típico semblante de burla o superioridad que le mostraba y dudaba mucho que fuese porque no estaba en sus terrenos.
Llegaron por fin a la mansión Williams y Anthony fue el primero en bajar seguido de los Cornwell quienes rápidamente ayudaron a Roxanne uno de cada lado, lo mismo que Anthony quien al ver la atención de sus primos con su suegra, dedicó por completo su atención en su prometida, quien lo veía feliz y muy enamorada.
-Con razón tienen la habilidad de poner celosas a los jóvenes. – Dijo Roxanne encantada con los tres Ardlay. – A parte de guapos son demasiado atentos. – Dijo feliz de nuevo. Los chicos reían por aquellos comentarios, mientras todos los de la escolta comenzaban a bajar de sus caballos cansados por el viaje.
Juan ayudó a bajar a María quien comenzó a sentir que estaba más atento que nunca con ella y eso le agradaba mucho. José estaba a su lado, cosa extraña que no se había acercado a Candy, y mientras todos comenzaban a bajar el equipaje, Roxanne observaba la gran mansión, la cual a pesar de ser suya tenía años sin pisar.
-¿Se encuentra bien? – Preguntó Anthony entendiendo el temor que tenía, ya que sospechaba que su mayor miedo era el rechazo hacia Candy, ya que él temía lo mismo, sin embargo él no lo permitiría por eso se había atrevido a ir con ellas para proteger a su amada así fuese de su propia familia.
-¿¡Roxanne!? – Se escuchó un fuerte grito desde lo alto de la entrada principal, cuando de pronto una joven de cabellos rubios emprendía una carrera para encontrarse por fin con su hermana, a quien identificó de inmediato ya que no había cambiado en absoluto, lo único que había cambiado era la edad, por el contrario de Andrea que si había cambiado en esos casi veinte años, ya que era casi una bebé cuando dejó de verla y hoy a sus 21 años estaba frente a ella por fin.
-¿Andrea? –Preguntó Roxanne un poco confundida, solo en fotos la había visto, ya que ella fue la única con la que tuvo contacto después de la adopción de Candy.
La manera de correr de Andrea, su aire fresco y despreocupado a pesar de la edad, eran muy similares a Candy, quien veía al torbellino rubio que se acercaba a su madre emocionada.
Ambas rubias se abrazaron con fuerza, con lágrimas en los ojos mientras el corazón de Candy se estrujaba al entender aquel sentimiento de pérdida que ambas tenían.
-¡Estás hermosa! – Dijo Roxanne a su hermana menor.
-¡Tú estás más! – Decía Andrea emocionada, su rostro pecoso se coloreaba de rojo igual que el de Candy, todos los presentes las veían conmovidos, mientras Anthony abrazaba a Candy con ternura al sentir que su cuerpo comenzaba a temblar por la emoción.- ¿¡Ella es Candy!? – Preguntó al ver a la rubia que estaba cerca de su hermana, una joven muy parecida a ella y de su mismo tamaño, un hecho que le sorprendió bastante al saber que era adoptada.
-Ella es Candy, mi hija. – Dijo Roxanne orgullosa de presentar a Candy con su hermana por fin después de tantos años.
-¡Mucho gusto! – Dijeron ambas rubias con el mismo entusiasmo, pero Andrea se lanzó sobre Candy muy emocionada, haciendo a Anthony a un lado para poder abrazar libremente a su sobrina. Candy la recibió con gusto sintiendo una conexión especial con aquella joven que la abrazaba gustosa. - ¡Eres hermosa! – Decía observando el rostro de Candy.
-¡Tú eres hermosa! – Dijo Candy respondiendo con cariño a su tía, sintiendo su corazón latir acelerado al conocer por fin al resto de su familia.
-¡Pero si son igualitas! – Dijo Stear provocando la risa de todos.
-Es verdad, te pareces mucho a mí. – Dijo Andrea tomando el rostro de Candy y volteándola de un lado a otro como inspeccionando cada una de sus pecas, sorprendida por aquel parecido sin comprenderlo por completo ya que era una chica adoptada. Candy la observaba un poco confundida, pensando si realmente ella actuaba así como le había dicho su madre alguna vez.
-Buenas tardes. – Dijo una voz tranquila y algo solemne. Todos voltearon a ver a la Sra. Williams quien apareció en lo alto de las escaleras observando todo el movimiento.
-Mamá. – Dijo Roxanne algo seria por la manera tan fría que ella los recibía.
-¿Yo soy así? – Preguntó Candy a Anthony aprovechando la distracción de todos, refiriéndose a la manera de actuar de su tía. Anthony sonrió y la tomó de la mano para ver sus ojos.
-Tú eres mucho más alegre y efusiva amor. – Le dijo completamente enamorado. – Y mucho más hermosa para mí. – Dijo de nuevo. Candy se perdió en sus ojos y solo hasta que su abuela habló de nuevo dejó de hacerlo.
-Roxanne. – Dijo de nuevo la Sra. Williams, bajando lentamente las escaleras para acercarse a abrazar a su hija, con mucho amor y delicadeza, todo lo contrario a Andrea quien la había estrujado hasta sacarle el aliento. – Hija. – Dijo por fin abrazando y comenzando a llorar. - ¿Ella es…? – Preguntó un tanto fría en su mirada cuando volteó a ver a Candy.
-Camille… - Dijo Roxanne a su madre antes de que dijera otra cosa más, se había dado cuenta de la manera en la que se había referido a ella. – Ella realmente es Camille. – Dijo de nuevo y las lágrimas de Juliette comenzaron a caer por sus mejillas confundida y poco aturdida por aquella repentina revelación, sin embargo no podía negar aquella verdad cuando realmente el parecido de Candy con sus hijas era verdaderamente asombroso sobre todo con la menor que era la que más se parecía a su difunta suegra.
-¿Cómo es eso posible…? – Preguntó con duda, a pesar de todo no comprendía qué era lo que había pasado si ella había tenido noticias de que su única nieta había muerto casi al mismo tiempo que había nacido y su hija había quedado supuestamente imposibilitada para ser madre de nuevo.
-Más tarde te digo. – Respondió Roxanne conmovida. Juliette se acercó a Candy quien la miró a los ojos un tanto extraño para después abrazarla con cariño. Candy sintió que su corazón palpitaba emocionado al sentir aquel cálido abrazo que recibía de su abuela.
-¿Dónde está mi nieta? – Preguntó un hombre de cabello cobrizo entrecano, acercándose entre todas las personas para ver a su hija y a su nieta, ya que él la consideraba su nieta a pesar de creerla adoptada. Candy volteó a ver a su abuelo y encontró en él algo que de inmediato hizo click con ella.
-¡Papá! – Dijo Roxanne corriendo hacia él, se notaba rápido la conexión que había entre padre e hija. - ¡Perdóname! – Decía la rubia, arrepentida por haberse mantenido alejada de él, ya que para ella era evidente que su padre era el que más había sufrido por aquella separación. -¡Lo siento! – Decía emocionada sin dejar de aferrarse a él.
-No hija… fue la reacción de tu dolor. – Dijo su padre, un hombre de la edad de Elroy aún joven y fuerte, alto y de mirada tierna.
-Ella es Camille. – Le dijo emocionada y aún con dolor por su separación. – Candy… ahora se llama Candice White De la Garza Williams. – Dijo a su padre..
-Es tan hermosa como tú y tu abuela. – Dijo recordando a su madre. – Es idéntica a mi madre. – Decía emocionado, nadie podía negar o dudar que Candy realmente era una Williams, una que se había perdido por muchos años y que había regresado por fin a su familia.
Anthony miraba conmovido todas y cada una de las presentaciones que se llevaban a cabo en la mansión de los Williams, observando que incluso la señora Juliette se veía feliz de que su verdadera nieta hubiese aparecido, aún más cuando Candy demostraba ante todos ser una chica noble y sencilla, su apariencia ahora elegante tal vez podría engañar a más de uno, pero él que la conocía y que la había vuelto a conocer sabía que seguía siendo la misma niña dulce y tierna de antes, no le hacían falta sus harapos o sus dos coletas ni el sutil olor a establo que antes desprendía para que fuera la misma niña tierna que él amaba desde aquella época.
Los Cornwell estaban igual que Anthony, ambos felices por haber sido testigos de que Candy recuperara a su familia, ese era un espectáculo que jamás se hubieran imaginado al haberla conocido tan solitaria tiempo atrás y hoy no solo los tenía a ellos, sino que tenía una mamá, un papá, una tía y hasta abuelos y lo mejor de todo es que ellos seguían siendo parte de su vida.
Continuará…
Hola hermosas, espero que les haya gustado el reencuentro de los rubios y el de la pecosa con su familia, como pueden ver de pronto Candy está llena de familiares, un prometido y muchos amigos, una vida que creo yo se merece.
Ster Star. Hola hermosa, primero que nada quiero ofrecerte una disculpa porque en el capítulo anterior no te respondí tu comentario, la verdad que no me di cuenta de él hasta que había publicado el capítulo. Me alegra mucho saber que estás bien y sobre todo el saber que estas disfrutando unas merecidas vacaciones, espero se diviertan mucho y si ya terminaron espero que se hayan divertido mucho. En este capítulo se encontró la parejita de ensueño y falta poco para que Annie se entere de su verdadero origen, a ver como reacciona. Muchas gracias por leer hermosa y sobre todo por comentar, te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.
TeamColombia. Hola hermosas, mis golosas amigas ya me imagino lo que han de pensar del capítulo, pero tranquilas todo con calma ya que algún día el gato de Anthony comerá sandía jajaja. Muchas gracias por comentar y leer hermosas, se agradece su esfuerzo. Saludos y bendiciones para todas!
Mayely León. Hola hermosa, las parejas se van armando poco a poco y Candy y Anthony ya están juntos para que puedan disfrutar de sus días de enamorados. Muchas gracias por tu comentario hermosa y por tu esfuerzo por leer, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones para ti y tú familia.
Julie-Andley-00. Hola hermosa, espero estés bien, aquí se revelaron otras respuestas a tantas preguntas que surgen en esta historia que la verdad siento que es la que tiene más historias entrelazadas pero poco a poco se van a ir aclarando para que no nos queden dudas, espero no dejar ninguna en el aire. Te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones como siempre.
Rose1404. Hola hermosa, un gusto volver a leer tu comentario, me alegra que te guste la historia y que te mantenga con ganas de seguir leyendo. Espero que te haya gustado el encuentro entre los rubios y sobre todo el de Candy con su familia. Te mando un fuerte abrazo hermosa hasta tu maravillosa tierra. Saludos y bendiciones amiga.
lemh2001. Hola hermosa, fue bonito imaginar cómo se comportaría Anthony al ver de cerca el lugar donde creció Candy, sobre todo el ver la emoción que sintió al saber parte de su vida. ¿Cómo ves? Nadie se esperaba que Mack también tenía la intención de ser actriz, al parecer ambos rebeldes de la historia son muy parecidos en gustos y en sentimientos ya que ambos son intensos y necios. Espero tengas un excelente fin de semana amiga, saludos y bendiciones.
Aminaabud. Hola hermosa, tienes razón Elroy es una vieja desesperante y muy interesada, vamos a ver que final le damos a esta anciana. Creo que el drama no es mi fuerte por ello me enfoco en otro tipo de trama aunque a veces es inevitable crear drama para poder llegar a una historia. Muchas gracias por leer amiga, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
Clint Andrew. Hola hermosa, ya falta menos para que Annie se entere de la realidad de su origen y vamos a ver la manera en la que va a recibir la noticia. Muchas gracias por continuar leyendo hermosa, te agradezco te mantengas al tanto de las actualizaciones. Te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.
Carolina Benitez. Hermosa! ¿Cómo estás!? Veo que también tienes armada la historia, me alegra ver que tu mente empieza a divagar en lo que puede continuar en el siguiente capítulo, esa Elroy es de temer y sabemos que es muy terca, necia y testaruda como dijo el Many manito jajaja. Muchas gracias por leer hermosa y por dejar tu comentario, te mando un fuerte abrazo amiga, saludos y bendiciones.
María José M. Hola hermosa, tienes razón las dos escenas sucedían simultáneamente sin embargo no se pueden plasmar así, a mi también se me hizo muy tierno como Anthony reaccionó al descubrir la vida de Candy en ese lugar. Annie pronto se va a enterar de lo que sucedió con ella y con Candy y vamos a ver como reacciona. Gracias por comentar hermosa, te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.
arleniferreyrapacaya. Hola hermosa, tienes razón yo también no quedé muy conforme con el final que pusieron en la serie, sin embargo a pesar de que entiendo que Albert es con el que se queda en la historia final yo no puedo verlo así, así que como dijo la autora que Anohito podría ser cualquiera para mi es Anthony que despertó de su largo sueño jajaja. Muchas gracias por leer hermosa y dejarme tu comentario, saludos y bendiciones amiga.
A las personas que leen y no dejan un comentario quiero agradecerles infinitamente el continuar con la lectura. Muchas gracias por tomarse ese tiempo que sé que es valioso para cada una de ustedes para dejar lo que están haciendo y compartir este espacio conmigo. Mil gracias.
GeoMtzR.
