Hola hermosas, espero que me hayan extrañado así como yo extrañé sus comentarios jejeje. Como ya saben los personajes no son míos, solo los tomé prestados para divertirme un poco y llevar hasta sus hogares una historia más que les ayude a divagar de sus problemas y responsabilidades, lo hago sin fines de lucro, meramente diversión. La historia no es apta para personas menores de edad ni para personas que se sienten ofendidas con temas de carácter adulto, por ello es clasificación M, gracias por su comprensión. COMENZAMOS!

LEJOS DE TI

CAPÍTULO 29

TERRY ESTÁ CELOSO

La parte difícil de la muerte de Liam fue avisar a la tía abuela de lo sucedido, la pobre mujer a pesar de saber lo que era su hijastro no pudo evitar sufrir con su pérdida, sabía que había sido un desalmado y que la había engañado al igual que Sara y sus hijos, sin embargo el amor que ella les había profesado había sido sincero y verdadero.

Candy se acercaba a Anthony con verdadero dolor, sabía que no era la intención de su prometido de terminar con la vida de aquel desgraciado.

-¿Cómo estás? – Preguntó Candy cuando lo vio llegar a su amado después de varios días de ausencia, la herida que tenia en su mano ya había sanado en los días en los que habían esperado que les entregaran el cuerpo de Liam. Anthony le sonrió de lado y la abrazó con fuerza, buscando en ella un poco del confort que buscaba su alma. Candy correspondió a su abrazo con la misma ternura y cuidado que tiene una mujer que ama demasiado.

-Mejor ahora que estás a mi lado... – Dijo Anthony besando con delicadeza su frente. – Te extrañé mi amor. – Dijo de nuevo sin soltar su cuerpo, aspirando el delicado perfume que este desprendía.

-Y yo a ti amor. – Dijo Candy sin dejar de abrazarlo. - Siento mucho lo que pasó. – Dijo a su amado, ella sentía el motivo de su pena, tampoco hubiera deseado que a pesar de que aquel ser era tan despreciable pagara de esa manera sus crímenes.

-Yo también amor, hubiera preferido que Liam hubiera sido juzgado por su crímenes en lugar de que hubiera muerto de esa manera. – Dijo Anthony recordando cómo había quedado aquel hombre que tanto daño había hecho a su familia, la culpa lo embargaba porque días atrás él había pedido que sucediera algo para que los dejara por fin en paz, sin embargo la respuesta obtenida no era la esperada.

-Hay que agradecer que murió instantáneamente. – Dijo Candy para intentar reconfortarlo con sus palabras.

-Eso fue lo que dijo la policía a la tía abuela para que no sufriera más con la noticia. – Dijo Anthony mirando a un punto fijo. – Pero yo estaba muy cerca para asegurar que no fue así. – Dijo de nuevo, él había escuchado los gritos de Liam muy de cerca, así como lo había hecho Albert y los demás, sin embargo habían acordado decirle eso a la matriarca porque sabían que ella a pesar de todo quería a ese hombre. Candy besó sus labios con ternura al saber que aquella escena sería difícil de borrar de su memoria.

Anthony le sonrió agradecido por lo que intentaba hacer y se dejó llevar por sus besos, poco a poco se hicieron más necesitados, y Candy intentaba con ello mitigar el sentimiento de culpa de su amado.

-Tú no tienes la culpa de lo sucedido Anthony. – Dijo Candy sin dejar de besar su rostro, haciendo lo que él hacía cuando le demostraba su amor, besando todo su rostro con cortos besos que animaban más al rubio.

-Lo sé, sin embargo no puedo evitar sentir que sí lo es. – Decía sin querer evitar que Candy lo siguiera besando.

-Él decidió subirse a un caballo que no conocía, lo castigo de manera brutal y Satán lo único que hizo fue defenderse de su ataque. – Decía Candy con la intención de convencerlo que no había sido su culpa.

-Tienes razón hermosa, Satán lo único que hizo fue aliviar el dolor que sentía en su cuerpo. – Dijo Anthony un poco más tranquilo, le ayudaba mucho que Candy comprendiera su sentir y que intentara levantarle el ánimo. – Me siento mucho mejor ahora que estás conmigo. – Le dijo besando sus labios una vez más, de manera tierna y apasionada. Sus besos eran intensos y largos, buscando cada vez hacerlos más profundos, sin embargo el lugar en el que estaban como siempre no era el indicado y además no quería descontrolarse.

-¿Vamos? – Preguntó Candy con dificultad una vez que Anthony se separó por un momento de su boca.

-Vamos. – Dijo con un suspiro para calmar el calor de su cuerpo. Anthony le ofreció su brazo y sonrió a su pecosa para reunirse con los demás.

El cortejo fúnebre era encabezado por Elroy quien iba del brazo de Albert, solo la familia más cercana había asistido para acompañarla.

Albert había prohibido a los Leagan asistir al funeral con el apoyo de Elroy quien no tenía aún ánimos y mucho menos ganas de recibir a Sara y que le reclamara la herencia que le correspondía a los hijos de Liam, sabía que eso era lo que ella buscaba cuando le avisó de la muerte de su hermano, ya que fue lo primero que preguntó antes de averiguar cómo había ocurrido.

-¿Te encuentras bien? – Preguntó Albert al ver que Elroy comenzaba a caminar más lento.

-Sí, hijo no te preocupes. – Le dijo con una sonrisa débil. Albert buscó a Andrea con la mirada y esta que estaba al pendiente de él de inmediato se dio cuenta de que la requería a su lado. Anthony a su vez se acercaba a Albert junto con Candy y Andrea le pedía ayuda a la rubia menor.

-Ven Candy, creo que comenzarás antes con tus prácticas de enfermería. – Le dijo la mayor a su sobrina, ya que la rubia acababa de comenzar el curso de enfermería que llevaría en el hospital para titularse en esa especialidad.

-Sí. – Dijo Candy haciendo lo que Andrea le indicaba. Elroy las observaba a ambas con suma curiosidad, sobre todo a la menor quien ella sabía bien era la chiquilla que había despreciado.

Elroy no era de las personas que pedía perdón, ni siquiera al saberse en un error, sin embargo con Candy si lo había hecho al creer que ya había sido suficiente daño el que le había causado su hijastro y sus nietos.

Cuando llegaron a la mansión Elroy no podía evitar dejar de pensar en el hijo que había escuchado había tenido Liam con una mujer en México y de la cual no sabía nada más que él mismo la había enviado a un orfanato.

-Albert. – Dijo la matriarca. – Necesito que me ayudes a algo. – Dijo obteniendo la atención del patriarca.

-Tú dirás. – Dijo Albert atento, sonriendo con dulzura a la fría mujer.

-Mejor dicho, necesito la ayuda de todos. – Dijo dirigiéndose a Albert, Anthony, Stear y Archie. – Los cuatro jóvenes pusieron atención, mientras sus acompañantes les daban la privacidad que requerían para que la dama hablara con ellos.

-¿Qué necesitas tía abuela? – Preguntó Anthony acercándose a ella para sentarse a su lado.

-La noche del compromiso… - Dijo sin evitar recordar a Liam. – Cuando escuché a Liam en el salón de música… - Volvió a decir haciendo otra pausa ya que las palabras se le ahogaban en la garganta.

-Tranquila tía abuela. – Dijo Anthony al ser el que estaba más cerca de ella. – Es comprensible tu dolor. – Le dijo tomando sus manos y besando su mejilla con cariño.

-Gracias por comprender hijo. – Le dijo Elroy con una sonrisa rota. – Necesito que me ayuden a buscar a mi nieto o nieta. – Dijo de nueva cuenta. Los cuatro chicos sabían que se refería a la hija de Liam y ellos conocían muy bien quien era.

Anthony observó a Archie con una sonrisa, pidiéndole de esa manera que fuera él encargado de informarle la identidad de aquella joven.

-Tía abuela, creo que podemos ayudarte con ello. – Dijo Archie poniéndose en cuclillas frente a ella. Elroy miró sus lindos ojos y le sonrió agradecida.

-Muchas gracias Archie. – Le dijo con verdadero agradecimiento, pensando que él también se uniría a la búsqueda de su nieto.

-No tienes que buscar mucho tía abuela. – Volvió a decir Archie. Elroy lo miró un poco confundida. – Lo que sucede es que hace tiempo encontramos a la hija de Liam. – Dijo con un brillo de felicidad en sus ojos.

-¿¡Qué dices!? – Preguntó la matriarca más atenta con las palabras de Archie, de inmediato volteó a ver a Anthony, Albert y Stear quienes sonreían asintiendo para que se diera cuenta que no la estaban engañando. - ¿¡Cómo es eso posible!? ¿¡Desde cuando saben!? – Preguntó la matriarca desesperada y a la vez un poco ofendida por habérselo ocultado.

-Hace tiempo que sabemos su identidad. – Dijo Albert. – Solo que temíamos que Liam intentara algo en contra de ella. – Dijo de nuevo. Elroy comprendió su temor al saber ahora cómo había sido realmente su hijastro.

-De hecho lo intentó. – Dijo ahora Stear, al recordar el negocio que tenía entre manos con el Sr. Britter.

-Es verdad. – Dijo Anthony. – La ventaja es que Archie se dio cuenta de sus intenciones. – Agregó el rubio menor. Elroy los veía sin comprender todas las piezas del rompecabezas que le decían.

Los cuatro jóvenes contaron a la matriarca lo que había sucedido con la hija de Liam y cómo había terminado en el hogar de Ponny junto a la rubia, como habían descubierto que era ella, la identidad de su madre y toda la vida que había tenido la muchacha, sin revelarle aún el apellido de la familia que se había encargado de adoptarla.

-De hecho la hija de Liam está en esta misma habitación, tía abuela. – Dijo Archie para darle la mayor alegría que podría recibir la anciana después de la muerte de quien crio como a un hijo.

-¿¡Aquí!? – Preguntó Elroy levantándose de su posición para buscar a su alrededor y posar sus ojos en cada una de las jóvenes que estaban presentes. Su mirada se posó en Candy quien estaba con las prometidas de sus otros nietos y de su sobrino, no tuvo mucho que pensar cuando vio que las rubias eran parte de la familia Williams, solo quedaban Patty y Annie, sin embargo Patty era una chica que había venido del viejo continente y por consiguiente tampoco podría ser ella. Los ojos de Elroy se posaron en la tímida Annie, la joven que un día Sara había recibido en su mansión para que se hiciera amiga de sus hijos. Sus cansados ojos se llenaron de lágrimas al ver en los ojos de la joven los mismos ojos de su hijastro, recordando que la noche del compromiso lo había notado. - ¿¡Cómo pude no darme cuenta!? – Dijo comenzando a llorar y a sentir que sus piernas le fallaban. Los Ardlay comprendieron que la había reconocido.

Archie fue por Annie cuando vio que la anciana volvió a sentarse sintiéndose incapaz de que sus piernas le respondieran, para llevarla a su lado.

-Damita ¿Puedes venir un momento? – Preguntó Archie a su novia, quien le extendía la mano con el rostro enrojecido por la manera en la que él la veía.

-¿Sucede algo? – Preguntó la tímida chica ignorante de lo que estaban hablando con la mayor.

-Alguien quiere conocerte. – Dijo Archie con una sonrisa y Annie vio a su novio con una expresión que le indicaba que comprendía el motivo de su llamado. Archie asintió. – Ella lo sabe. – Dijo con una sonrisa. Annie se dejó llevar por su novio hacia donde estaba la matriarca, quien la esperaba con las manos temblorosas y los ojos llenos de lágrimas.

-¡Eres tú! – Dijo Elroy orgullosa de que Annie fuese la chica que Liam había engendrado, había sido adoptada por una familia rica y habían conseguido convertirla en una verdadera dama.

Annie la veía comenzando a llorar por la manera en la que era observada, sentía la ansiedad y el amor de aquella implacable dama sobre ella. Annie asintió a su comentario y se acercó a ella cuando esta le pidió se acercara para abrazarla.

-¡Mi nieta! – Dijo emocionada, los presentes no pudieron evitar que las lágrimas visitaran sus ojos por la escena tan conmovedora que apreciaban frente a ellos. Annie se sentía feliz porque aquella dama dura y al parecer sin sentimientos se había conmovido por que era como ella misma decía "su nieta". Hasta ese momento Elroy comprendió por qué Liam había apoyado la boda de Archie con la señorita Britter. – Serás la esposa de mi nieto. – Decía conmovida, con una sonrisa en sus labios, Annie sonreía y abrazaba a Elroy demostrando que ella también se alegraba de que tuvieran relación entre ellas.

Candy y Anthony se abrazaban felices por aquel encuentro, nunca se hubieran imaginado que Elroy podría ser tierna con una persona que no fueran Elisa y Neal, y por supuesto Liam.

-Me alegra que la Sra. Elroy esté feliz. – Decía Candy abrazándose a su novio.

-Tienes razón princesa, jamás imaginé ver a la tía abuela siendo cariñosa con alguien que no fueran los Leagan. – Dijo Anthony seguro de que con ellos había sido extraño verlo.

-¿Ya pudiste hablar con Terry? – Preguntó Candy, queriendo cerciorarse de que las cosas entre los dos buenos amigos estuvieran bien.

-No, desde que volvimos de Lakewood no lo he visto. – Dijo Anthony de nuevo pensativo, recordando que la manera de comportarse Anthony con él no era la misma de antes y que había decidido quedarse en el hotel, creía que por estar cerca de Mack. – Aun no entiendo qué fue lo que pasó. – Decía Anthony recordando que desde el día del baile Terry a pesar de haberlo apoyado cuando se enfrentó a Neal y de haberlo acompañado a perseguir a Liam, su manera de comportarse con él no era la misma.

-Creo que tengo una idea de lo que sucedió. – Dijo Candy recordando el día de la noche del compromiso.

-¿De verdad? – Preguntó Anthony un tanto aliviado porque con todo lo que había pasado no había tenido tiempo de hablar con él y preguntarle el porqué de su actitud.

-La noche del compromiso, cuando Patty me llevó con ella para que Mack pudiera hablar contigo. – Dijo Candy incómoda recordando lo sucedido. Anthony la escuchaba atento a su relato. – Terry se había quedado platicando con Stear, pero cuando yo regresé a buscarte, Terry miraba fijamente hacia el lugar donde estaban tú y Mack hablando. – Dijo Candy quien por unos segundos había observado a Terry mirando hacia el lugar donde estaba su novio con Mack.

-¿Entonces crees que Terry se puso celoso por ello? – Preguntó Anthony un tanto pensativo, sabía que eso sería posible ya que Terry siempre había mostrado inseguridad en su relación a Mack cuando él estaba implicado. – Creo que tendré que hablar con él. – Dijo Anthony decidido a aclarar todo con Terry.

-Creo que es una buena idea. – Dijo Candy mostrándole una dulce sonrisa a su prometido, sonrisa que él correspondió de la misma forma.

-Pero primero creo que necesito un beso de mi hermosa prometida. – Dijo mientras ella lo veía sonrojada, buscando alrededor para ver si alguno de los presentes había escuchado aquella conversación, sin embargo todos estaban aún interesados en el descubrimiento de Elroy.

La pareja se retiró del lugar discretamente, buscando un lugar en el cual pudieran estar un momento a solas y poder demostrarse así lo mucho que se habían extrañado y necesitado, uniendo sus bocas con dulzura y mucha ternura, con un poco de ansiedad que despertaba en sus cuerpos una vez más la necesidad de entregarse uno al otro, respirando tranquilos para que esto no sucediera.

-Te amo Anthony. – Dijo Candy con dificultad al sentir que el cuerpo de su novio se alejaba de ella.

-Y yo te amo a ti princesa. – Dijo Anthony de la misma forma, obligándose a calmar sus ansias, sin embargo los besos no podía dejar de repartirlos en sus labios, saboreándolos con gusto y demostrándole de esa forma lo mucho que la amaba.


En el teatro Terry estaba como siempre ensayando las líneas para su gran debut, no quería que algo sucediera a la hora del estreno, mientras Mack lo observaba desde las butacas, tenía días que lo veía extraño, se había portado indiferente con ella y a pesar de que ella deseaba volver a compartir su cama él no había hecho de nuevo el intento desde la noche del compromiso de los rubios, a pesar de que ahora dormía en una habitación contigua a la suya. Su mirada era triste llena de melancolía por no obtener lo que deseaba de su amado, comprendiendo que lo quería incluso más de lo que ella misma creía.

Los ojos de Mack se posaron de pronto en lo alto del escenario, las luces estaban siendo reparadas y pudo observar que Terry estaba exactamente debajo de ese lugar, su lugar favorito para recitar su líneas. Al otro extremo del escenario estaba Susana quien como siempre tenía la vista fija en Terry, observando el más mínimo de sus movimientos, cosa que exasperó aún más a Mack ya que con el pasar de los días y a pesar de que ella seguía manteniendo una relación con el rebelde, aquella chica no quitaba el dedo del renglón y seguía insistiendo para que él le correspondiera.

-Esa mujer ya me tiene cansada. – Pensaba Mack al ver que Susana le sonreía de forma coqueta a su prometido, y más cuando esta se atrevió a guiñar un ojo y en vez de que Terry la ignorara le sonrió coqueto a su gesto, a sabiendas que su prometida lo observaba atenta. - ¡Esto es el colmo! – Dijo Mack molesta, últimamente estaba más irritable que nunca y sentía muchos celos de todas las mujeres que se acercaban a Terry con el pretexto de tener un autógrafo o una fotografía con él. – Terry, necesito hablar contigo. – Le dijo firme, resultando ser la misma chica rebelde del Colegio. Terry la volteó a ver levantando la ceja izquierda al escuchar la manera en la que ella le hablaba.

-¿Qué sucede? – Preguntó observándola un tanto indiferente.

-Ya estoy cansada de tu indiferencia. – Le dijo con las manos en la cadera, importándole muy poco que los demás actores estuvieran a su alrededor. Terry cruzó los brazos despreocupado esperando que ella desahogara lo que tenía que decirle y a pesar de que sentía que ella seguía enamorada de Anthony algo en el fondo de su corazón se alegraba que ella estuviera molesta por la actitud que había tomado los últimos días para ella.

-¿Y qué vas a hacer al respecto? – Le preguntó mirándola de frente, como buscando en sus ojos la respuesta a su pregunta.

-¿Eso qué significa? – Preguntó Mack incrédula de su respuesta, mirándolo de la misma manera, buscando ella también qué escondía en su interior.

-No entiendo qué te molesta de mi conducta. – Dijo fríamente, mientras sonreía a Susana una vez más, la cual se emocionaba por las atenciones que últimamente estaba teniendo con ella.

-¡Esto es suficiente! – Dijo Mack molesta. - ¡No sé cómo tratabas a Elisa o a tus demás conquistas! ¡Pero te aseguro que yo no estoy dispuesta a tolerar tus tonterías! – Dijo Mack bastante molesta, acercándose a él con la mirada fúrica, mientras lo señalaba con el índice en su pecho. Terry pudo comprobar que al igual que él la chica rebelde del Colegio estaba frente a él una vez más.

-¡No estoy haciendo nada malo! Solo estoy correspondiendo de la misma manera que tú correspondes a Anthony por sus atenciones. – Dijo revelando la razón de su manera de comportarse.

-¿¡Eso es!? – Preguntó Mack acercándose más a Terry, él la miro arrepentido de haberse delatado.

-¡Sí! Te vi la noche del compromiso cuando lo llevabas a un lugar apartado, seguramente a llorarle porque se había comprometido. – Decía realmente molesto, hablando con saña, apretando los dientes por el coraje que tenía.

-¡Tan despreciable crees que soy para hacer eso! – Dijo Mack con dolor en sus palabras.

-¡No hay otra explicación para entender por qué el día que decías amarme por la mañana te arrojaste a sus brazos frente a su prometida! – Dijo Terry aún más molesto. Mack lo miró sorprendida, dolida por sus palabras, sin saber cómo se había enterado de ello. - ¡Y después en el anuncio del compromiso lo apartaste de todos para hablar con él! ¡No puedes negarlo! ¡Yo lo vi! – Decía sin poder bajar el timbre de voz, todos los presentes observaban consternados lo sucedido. Mack comenzó a llorar incontrolablemente.

-¡No sé cómo pude pensar que habías cambiado! – Dijo Mack con los ojos llenos de lágrimas, nunca había sido una chica llorona, sin embargo en esos momentos sentía que no podía controlarse, quería llorar, quería golpear a Terry, quería gritarle que estaba equivocado y que ella lo amaba a él solamente a él, sin embargo las palabras se le atoraban en su garganta por el orgullo que le repetía que debía haber confiado en ella. - ¡Sigues siendo un imbécil! ¡El mayor que he conocido! ¡Nunca debí de haberme entregado a ti! – Dijo ya a grito abierto, sin importarle lo que había dicho. Después de lo que había dicho se dio cuenta que había perdido el control, cosa que nunca pasaba con ella, se había dejado llevar por el coraje y la decepción, dio media vuelta y le dio la espalda a Terry para bajar del escenario y correr a su camerino donde se encerró para dar rienda suelta a su llanto. -¡No llores Mack, no seas tonta! – Se decía a sí misma para darse valor, sin embargo aquel líquido salado no obedecía a sus palabras y continuaba cayendo de sus ojos sin control, sentía que últimamente todo le afectaba y sabía que amar como amaba a Terry era lo que le provocaba más su llanto.

-No te preocupes Terry, pronto la olvidarás. – Dijo Susana quien se acercaba a él para abrazarlo por la espalda, mientras Terry seguía viendo por el lugar que ella se había ido, arrepentido por haberla tratado así y haberla hecho llorar de esa manera, la cual nunca la había visto hacerlo. – Yo te ayudaré a hacerlo. - Dijo colocando su rostro sobre su espalda, cerrando sus azules para aspirar el aroma a hombre que Terry desprendía.

-¡Déjame en paz Susana! – Dijo Terry zafándose de su agarre. Susana se sorprendió por su actitud.

-¡Yo fui la que te dijo que ella se había arrojado a los brazos de ese joven! – Dijo para que él se diera cuenta de lo que era capaz de hacer por él. – Si no hubiera sido por mí, ni ese tal Anthony ni Mack se hubieran atrevido a confesártelo. – Decía cambiando su tono de voz una vez más para volverla melosa y cariñosa al rebelde.

-Lo siento Susana, yo no puedo corresponderte ya te lo dije. – Dijo Terry alejándose de ella, observándola sobre su hombro de manera indiferente.

-¿A Dónde vas? – Preguntó al ver que se dirigía a la salida, cosa que le resultaba extraño porque no era la hora a la que él se retiraba normalmente.

-¡A ver a Brower! – Dijo más por enfado que por darle explicaciones a la joven, quien se quedó observando como salía del escenario. Susana se quedó arriba del mismo mientras los demás la observaban como juzgándola por lo que hacía, se habían dado cuenta que ella se había encargado de provocar problemas entre la pareja de rebeldes, sin embargo la predilección que tenía el productor por ella al ser la principal de su obra los obligaba a callar sus pensamientos sobre ella.


Anthony llegaba al teatro unos minutos después de la salida de Terry y para su buena suerte Susana fue la que se acercó a él de una manera muy sutil.

-Buenas tardes joven Anthony. – Lo saludo amablemente con una sonrisa de lado.

-Buenas tardes, señorita Marlowe. – Dijo Anthony con un poco de duda a la joven, respondiendo amablemente. Ella asentía para confirmar que estaba en lo cierto. - ¿Me podría decir dónde está Terry por favor? – Preguntó de nuevo a la joven para que le indicara si sabía dónde estaba su amigo. Susana lo miró de arriba abajo, haciendo sentir incómodo a Anthony, la joven no podía dejar de admirar que aquel chico era también demasiado guapo y apuesto, entendiendo por un segundo que Mack se hubiese enamorado de él.

-¿Anthony? – Dijo Mack quien aparecía detrás de Susana. Mack miró a Susana molesta por la manera en la que se había acercado al rubio y por su sola presencia, debía admitir que no la toleraba para nada mucho menos los últimos días.

-Hola Mack. – Saludó Anthony con amabilidad a su amiga, besando su mano como lo hacía siempre que la veía. – Vine a ver a Terry ¿Puedes decirme dónde está? – Preguntó de nuevo ignorando a la rubia que estaba junto a él.

-Estaba aquí hace un rato. – Respondió Mack. – De hecho venía a hablar con él. – Decía Mack explicando el motivo de su regreso.

-¿Sucede algo? - Preguntó Anthony al ver a Mack a los ojos y darse cuenta que había estado llorando.

-Discutimos. – Dijo Mack. Anthony la miró intrigado. – No sé cómo se enteró lo que sucedió la mañana que viniste a buscarlo. – Dijo Mack sin dejar de ver a Susana quien sonrió triunfante a su mirada. Mack confirmó sus sospechas y Susana no intentaba ocultarlo, ella había sido la informante que se había dedicado a ponerlo al tanto de aquella situación.

-Terry dijo que iba a ver a Anthony. – Dijo Susana como si le hubieran preguntado a ella.

-Vengo de la mansión y nunca llegó allá. – Dijo Anthony intranquilo, sabía lo temperamental que era su amigo y temía que hiciera una tontería. – A menos que… - Dijo deteniendo sus pensamientos.

-¿A menos que…? – Preguntó Mack inquieta.

-Nada… – Dijo Anthony dando la vuelta y comenzando a apresurar el paso.

-¡Anthony! – Dijo Mack detrás de él. - ¿¡Qué pasa!? – Preguntó de nuevo, sin intentar detenerse a su paso.

- Creo que debe de haber ido a casa de Candy. – Dijo Anthony sin dejar de caminar, con pasos largos y seguros se dirigía a su automóvil para ir hacia la casa de su amada.

-¿Por qué piensas eso? – Decía Mack sin dejar de seguirlo.

-Porque él sabe que a esta hora voy a visitarla. – Dijo de nuevo. Mack se fue detrás de él para acompañarlo, no quería que su novio se metiera en problemas con Anthony por causa suya. - ¿Sabes hace cuanto se fue para allá? – Preguntó el rubio inquieto.

-No, yo me fui a mi camerino cuando discutimos, pero regresé para intentar aclarar las cosas. – Dijo Mack a Anthony. – Creo que Susana fue la que informó a Terry de lo que sucedió aquella mañana. – Dijo Mack de nuevo.

-Es lo más seguro, ella se dio cuenta de lo que pasó. – Dijo Anthony colocándose al volante de su auto mientras Mack se subía del lado del copiloto, no quería que fuera solo porque temía que Terry hiciera una tontería. Anthony no puso objeción por ello y dejó que se asegurara en el asiento del copiloto antes de arrancar.

Terry por su lado sabía bien que Anthony a esa hora no estaba en la mansión Ardlay, sino que se iba todas las tardes a ver a su novia, así que dirigió sus pasos hacia la mansión Williams para aclarar lo sucedido con Mack y de paso abrir los ojos de la pecosa para que se diera cuenta de lo que había pasado entre su novia y su prometido y este les explicara a ambos de frente todo de una vez por todas.

-Buenas tardes. – Dijo Terry a Roxanne quien fue la que lo había recibido.

-Joven Grandchester. – Dijo Roxanne extrañada por la visita que recibía. - ¿Qué lo trae por acá? – Preguntó para saber la razón por la que había ido a visitarlos.

-Disculpe Sra. De la Garza. – Dijo Terry besando la mano de la dama. – Lo que sucede es que estoy buscando a Anthony y sé que a esta hora viene a visitar a su hija. – Dijo el rebelde para explicar la razón de su visita.

-Anthony aún no llega. – Dijo Roxanne. – Debe de ser muy importante lo que tiene que hablar con él para no poder esperar hasta más noche. – Dijo de nuevo observando en el gesto del actor su incomodidad, ya que lucía algo desencajado.

-Lo es. – Dijo Terry sonriendo de lado.

-En un momento le aviso a Candy que está usted aquí. – Dijo Roxanne dirigiéndose al mayordomo para que avisara a Candy de la visita que debía recibir.

Cuando la rubia llegó al salón principal de la mansión, Roxanne se aseguró que todo estuviera bien. Terry pidió hablar con Candy a solas y Roxanne les permitió que hablaran en el jardín, insegura de que fuera lo correcto, pero Candy le decía que no había problema con ello.

-¿Qué sucede Terry? – Preguntó Candy al ver que Terry caminaba de un lado a otro.

-Quiero hablar con Anthony. – Dijo Terry indeciso, no sabía si hablar primero con ella o no.

-¿Hay algún problema? – Preguntó Candy al verlo tan inquieto. Terry la vio a los ojos, algo le decía que debía abrirle los ojos y aclarar lo que realmente había pasado.

-Creo que Anthony y Mack se entienden. – Dijo Terry de pronto. Candy se sorprendió con lo dicho por el rebelde.

-¿¡Qué dices!? – Preguntó sorprendida, no desconfiaba de Anthony, sino de lo que era acusado por su mejor amigo.

-¡Lo que oyes! ¡Anthony y Mack se besaron el día que Anthony llegó a visitarme al teatro! – Dijo Terry comenzando a caminar de un lado a otro. Candy comenzó a respirar más aliviada cuando él le dijo el tiempo en el que había sucedido. - ¡Además tú los viste el día de la fiesta de compromiso, no lo niegues! ¡Y también los viste el día que sucedió! ¡Él salió corriendo detrás de ti! – Dijo de nuevo Terry comenzando a desesperarse, tenía toda la información que Susana le había dado y la que él mismo había recabado la noche del compromiso, pero su coraje fue aumentando con los días al sentirse inseguro y más cuando Susana se lo recordaba cada que podía hacerlo.

-Creo que debes hablar con él Terry. – Dijo Candy intentando que se calmara, lo veía demasiado alterado y fuera de sí y sabía que era una persona muy poco tolerante.

-¡Es lo que pretendo! – Dijo desesperado.- ¿¡Por qué no estás ofendida!? ¿¡Acaso tú estás de acuerdo con ello!? ¿¡Por qué soportas que te humillen de esa forma!? – Preguntó volteándose a ver a Candy de manera intimidante. Candy lo observó con desconfianza por la manera tan intensa que la veía. Terry la tomó por ambos brazos al mismo tiempo que Candy brincaba hacia atrás, sin embargo no había sido tan rápida y pronto la tenía muy cerca de él.

-¡Suéltame! – Dijo Candy con temor, no sabía que esperar de aquella reacción que tenía el rebelde. Terry se perdió en los verdes ojos de Candy por un segundo, encontrándolos verdaderamente hermosos, el brillo que desprendían a pesar de su temor le pareció verdaderamente atrayente y cautivante, recordó el dibujo que Anthony hizo y que él había admirado tanto.

-¡Terry, suéltala! – Le dijo Anthony desde su automóvil. - ¡Es a mí a quien buscas! – Dijo Anthony al momento de que se bajaba del auto y caminaba a pasos acelerados, seguido por Mack quien también se bajaba del vehículo para llegar hasta su novio.

-¡Vaya! – Dijo Terry irónico. - ¡Hasta que llegas! – Dijo molesto con Anthony pero sin soltar a la rubia. – Creo que sería bueno hacer lo mismo que tú hiciste con mi prometida. – Dijo intentando besar a Candy a la fuerza. Anthony corría lo más rápido que podía para llegar hasta su novia y evitar que Terry le faltara al respeto de esa manera.

-¡No te atrevas! – Gritó Anthony ante el atrevimiento de su amigo. Candy se removía intentando zafarse de él.

-¡Suéltame! – Gritó Candy de nueva cuenta empujando con todas sus fuerzas a Terry propinándole una bofetada tan fuerte que hizo que el actor diera un paso hacia atrás mientras Candy se hacía también hacia para atrás.

Terry volteó furioso a ver la rubia, sin embargo se encontró con el rostro enrojecido de Anthony quien por fin había llegado para proteger a su novia de aquel abuso proporcionado por el rebelde.

-¡Ojo por ojo Brower! – Dijo Terry recomponiéndose a la bofetada.

-¡No sabes lo que dices, Terry! – Dijo Anthony bastante molesto con él porque sin averiguar bien lo que había pasado, había intentado propasarse con su novia, y serían muy amigos y todo pero nadie le faltaba al respeto a su novia.

-¡Por supuesto que sí! ¡Tú besaste a mi prometida! – Decía Terry necio al rubio, dando rienda suelta a los celos que siempre había sentido con respecto a él y Mack.

-¡Terry detente! – Dijo Mack para defender a la pareja de rubios.

-¿¡Todavía lo defiendes!? – Preguntó Terry incrementando su furia. - ¡Me dijiste que ya no lo amabas! – Decía ahora enfrentándose a Mack.

-¡Y así es! – Decía Mack para defender el amor que sentía por él. - ¡Déjame explicarte lo que realmente pasó! – Dijo Mack una vez más.

-¿¡Para qué!? ¿¡Para volver a mentirme!? - Decía Terry sin control.

-¡No! – Decía desesperada. -¡Yo te amo, ya te lo había dicho! ¡Te lo he demostrado! – Decía una vez más angustiada por la manera en la que Terry se estaba comportando.

-¿¡Te parece forma de demostrarlo besando al que se supone es mi mejor amigo!? – Preguntaba cada vez más exasperado.

-¡Soy tu mejor amigo! – Dijo Anthony a Terry, el cual continuaba protegiendo a Candy con su cuerpo pero sin dejar de ver a su amigo.

-Bonita forma de demostrarlo...! – Dijo mirándolo con una mirada filosa en sus ojos.

-¿Y se te hace que tu manera de demostrarlo es la correcta? – Preguntaba Anthony al referirse a la forma en la que había intentado vengarse de él.

-¡Terry, Anthony no me besó el día que te fue a buscar! – Dijo Mack captando por fin la atención de Terry, quien se sintió un poco confundido ya que Susana le había dicho que así había sido.

-¡Susana me dijo que ambos se habían besado! – Dijo Terry enfrentando a Mack una vez más.

-¡No! ¡Yo besé a Anthony! – Dijo Mack y aquella confesión hizo que Terry sintiera ganas de abofetear a Mack por primera vez, apuñando su mano para descargarla en contra de ella.

-¡No te atrevas! – Dijo Anthony al adivinar sus pensamientos. Terry lo vio con furia por detenerlo con aquella voz de mando.

-¡No te metas, Brower! – Dijo Terry de nuevo, rebatiendo contra Anthony por atreverse a defender a Mack.

-¡Lo hice porque pensé que aún lo amaba! – Dijo Mack interrumpiendo a su novio. -¡Pero esa mañana me di cuenta que ya no era así! – Dijo Mack intentando ser escuchada por Terry. - ¡Esa mañana me di cuenta de a quien realmente amo es a ti Terry! ¡Tú sabes que es verdad! – Decía comenzando a temblar con cada palabra que decía. Terry la veía aun dudando, queriendo creer lo que ella le decía, la amaba, sabía que la amaba y le dolía bastante haberse sentido víctima de la situación, sin embargo las palabras de Susana aún calaban en lo más profundo de su corazón.

-Es verdad Terry, ella misma me pidió una disculpa la noche de mi compromiso con Candy. – Dijo Anthony para terminar de calmar a su amigo y declarar lo que Mack había hablado con él la noche del compromiso. Terry lo vio ya más tranquilo, sin embargo Mack hacía un esfuerzo sobrehumano por no desfallecer ya que sentía que el aire le faltaba, sus piernas temblaban y un sudor frío comenzaba a fluir por su frente.

-¿Por eso estaban hablando aquella noche? – Preguntó Terry sintiéndose tonto por haber dudado de Mack, pero sobre todo de su mejor amigo ya que él siempre le había demostrado lealtad y fidelidad, sin embargo cuando se trataba de Mack todo perdía sentido con él. Ella asintió comenzando a ver todo negro.

-Perdón por no habértelo dicho antes... – Dijo Mack comenzando a caer como en cámara lenta. Terry observó cómo su amada comenzaba a desvanecerse justo frente a sus ojos. Ni la rapidez con la que Terry se movió, ni la manera en la que Anthony intentó sostenerla fue suficiente para detener su caía entre ambos.

-¡Mack! – Gritó Terry cuando la vio tendida en el piso.

-¡Háganse a un lado! – Dijo Candy actuando como toda buena enfermera. - ¡Anthony ve por Andy! – Dijo Candy, pidiendo a su novio que avisara a su tía lo que estaba pasando.

Mack no reaccionaba y Anthony corría por la otra rubia. Terry se sentía fatal por no haber controlado una vez más ese temperamento explosivo que poseía, sin embargo estaba estático viendo como Candy intentaba reanimar a su novia.

-¡Terry! – Dijo Candy al actor para que reaccionara de una vez por todas. Terry volteó como si estuviera en trance. - ¡Ayúdame a llevarla dentro! – Dijo una vez más la rubia de manera enérgica.

Terry reaccionó y se agacho para levantar al amor de su vida, su corazón comenzaba a acelerarse y con el paso de los minutos sentía que el miedo iba apoderándose de su alma. Anthony llegó junto con Andrea quien había ido por su maletín para revisar a la joven.

-Será mejor que la llevemos al hospital. – Dijo Andrea al ver que la joven no reaccionaba. Terry sentía que moría de la angustia y la culpa en su alma.

Candy se abrazaba a Anthony quien de inmediato se dirigía hacia el automóvil para llevar a la joven al hospital. Terry subía con ella en brazos incapaz de apartarse de su lado. En el transcurso del camino Mack comenzó a despertar, sin embargo Andrea le decía que no se moviera ya que su mirada aún se veía algo extraviada. Ya en el hospital Anthony y Terry esperaban en la sala de espera mientras Candy se había ido con Andrea a pedido de ella.

-¿Cómo estás? – Preguntaba Anthony a su amigo.

-Mal, hermano… muy mal… - Decía arrepentido de su comportamiento. – Fui un completo idiota... – Dijo de nuevo, sin evitar mostrar su arrepentimiento ante su mejor amigo. – Me dejé llevar por los celos y me dejé envolver por el veneno de esa mujer. – Dijo refiriéndose a Susana, mientras apretaba sus puños con coraje.

-Tienes razón. – Le dijo Anthony a su amigo. – Eres un verdadero idiota. – Le dijo de nuevo con una sonrisa de lado. Terry lo miró no muy convencido por su comentario.

-Te lo paso, únicamente porque estuve a punto de besar a tu novia. – Dijo Terry recordando la mirada de terror de la rubia, sin embargo no pudo evitar pensar en lo hermoso de su rostro.

-No… - Le dijo Anthony. – Eso me lo vas a pagar… únicamente estoy esperando a ver cómo está Mack. –Dijo Anthony al rebelde. Este sonrió de lado.

-Cuando quieras Brower. – Le dijo sonriendo de lado. Anthony le dio un leve empujón demostrando que aceptaría ese reto como en los viejos tiempos.

En ese momento Andrea salía en compañía de Candy quien estaba algo seria cuando se acercó a su novio, este vio su rostro preocupado y sintió temor por el resultado de la revisión de su amiga. Terry se paró con dificultad, temiendo lo peor en aquella expresión que tenían las rubias.

-Terry, necesitamos hablar a solas. – Dijo Andy llevándose a Terry al consultorio que tenía asignado. Terry volteó a ver a Anthony y a Candy y siguió a la doctora Williams.

-¿Qué sucede amor? – Preguntó Anthony al ver que se llevaban a Terry para hablar en privado. Candy le sonrió de lado con una sonrisa un tanto triste.

-No es nada grave. –Dijo Candy a su novio.

-¿Entonces? – Preguntó de nuevo al no comprender tanta seriedad en el asunto si no era nada grave.

Candy lo dirigió hacia el jardín del hospital, donde podían hablar sin que nadie se diera cuenta de lo que hablarían. - ¿Qué sucede princesa? – Preguntó de nuevo, impaciente por saber lo que sucedía.

-Mack está embarazada. – Dijo Candy a su novio quien se sorprendió con aquella revelación que le hacía su novia.

-¿Embarazada? – Preguntó Anthony sorprendido, nunca imaginó que sus amigos hubieran llevado su relación más allá, pero si lo pensaba bien era de esperarse de Terry. Candy asintió. – Por eso el desmayo...– Dijo recordando a María.

-Por eso y porque según dijo Mack la pelea con Terry la hizo olvidarse de la comida, al parecer en todo el día no había comido ni tomado agua. – Dijo de nuevo la rubia.

-¿Pero estará bien verdad? – Preguntó Anthony de nuevo, ya que no solo la vida de su amiga estaba implicada en ese asunto.

-En cuanto se acabe el suero que le puso Andrea y comience a comer a sus horas y tomarse las vitaminas estará como nueva. – Dijo Candy con una sonrisa. Anthony sonrió más aliviado.

-Me tranquiliza saber eso. – Dijo el rubio con una sonrisa más tranquila.

-Sin embargo tendrá que pasar la noche en el hospital para poder monitorear su reacción. – Dijo de nuevo la rubia, advirtiendo que era importante saber la reacción de la castaña.

-Entonces creo que Terry se quedará en el hospital. – Dijo Anthony abrazando a Candy, ella se dejó envolver con sus brazos y lo abrazó por la cintura. - ¿Sucede algo princesa? – Preguntó Anthony al sentir que Candy emitía un suspiro cuando lo abrazaba. Ella volvió a suspirar.

-Todo esto me sorprendió. – Dijo Candy quien no se esperaba que Mack también resultara embarazada igual que María. Anthony sonrió con ternura y besó su frente para reconfortarla.

-Me imagino mi amor, también a mí me sorprendió. – Dijo el rubio mirando a lo lejos, para después cerrar los ojos y centrarse en el aroma de su cabello. - ¿Tienes miedo de pasar por lo mismo? – Preguntó Anthony al comprender la reacción de la rubia. Ella asintió y Anthony buscó su rostro para verla de frente.

-No te preocupes amor, te prometo que no pasaremos por esa situación. – Dijo Anthony seguro de que respetaría el honor de su novia hasta el día de su luna de miel. Candy le sonrió tímida.

-El detalle es que aún falta mucho para la boda. – Dijo Candy tímida, ella también necesitaba estar a su lado y sabía que cada que estaban a solas era más y más difícil contenerse.

-Puede adelantarse. – Dijo Anthony travieso, sin embargo sabía bien que debían esperar hasta que ella concluyera con sus estudios de enfermería ya que quería concentrarse en ello y no distraerse con los preparativos de la boda. – No te preocupes amor, podremos manejarlo. – Le dijo más seguro, abrazándola de nuevo para besarla con ternura y delicadeza. Candy lo abrazó con fuerza para sentirse mejor con las palabras dichas por él.

-Aquí están. – Dijo Terry a la pareja de enamorados que no habían escuchado los pasos del rebelde.

-¿Cómo está Mack? – Preguntó Anthony al ver el rostro contrariado de su amigo.

-Está dormida, Andrea dice que tardará unas horas en despertar. – Explicó a ambos.

-Es normal. – Dijo Candy al ver que estaba algo inquieto. – Está muy débil, necesita reponer sus fuerzas, recuerda que ahora su energía está comprometida. – Dijo Candy refiriéndose al bebé que se formaba dentro de ella. Terry asintió con una sonrisa ilusionada.

-Necesito que me acompañes a un lugar. – Le dijo a Anthony de frente, este lo miró un poco confundido ya que pensaba que se quedaría en el hospital.

-¿A dónde? – Preguntó queriendo saber el motivo por el cual quería irse de ahí.

-Vamos, no preguntes. – Le dijo una vez más. Anthony prefirió ir con él antes de que cometiera alguna otra imprudencia al creer que haría algo para reclamarle a Susana. Anthony observó a Candy y ella le sonrió asintiendo.

-Ve con él, yo me quedaré mientras con Mack. – Dijo la rubia quien le volvía a demostrar a Terry lo maravilloso de sus nobles sentimientos. Terry le sonrió agradecido por su ayuda.

-Candy… - Le dijo un tanto apenado. – Gracias… - Le dijo un tanto apenado. – Y disculpa por mi actitud de hace rato. – Le dijo rascando su cabello.

-No te preocupes, solo espero que no vuelvas a intentar nada parecido. – Le dijo Candy mirándolo a los ojos con una mirada que le advertía que no estaba bromeando. Terry vio en esos hermosos ojos verdes la seguridad de quien defendería su honor hasta la muerte. Él asintió con una sonrisa y Anthony también sonrió a su novia, quien se despidió de él con un beso rápido en los labios para correr apenada dentro del hospital.

-Vamos Romeo. – Le dijo Terry para sacarlo de la ensoñación en la que había caído por la repentina acción de la rubia.

-Voy... – Dijo Anthony sin dejar de ver a su pecosa correr hasta el interior del hospital, donde de inmediato se detuvo al escuchar el reclamo de una superiora. – Es maravillosa. – Dijo Anthony pensando en voz alta, palabras que pudo escuchar a la perfección su amigo.

-Tienes razón Anthony, y además es muy hermosa. – Dijo Terry también observando a la rubia de lejos. Anthony lo volteó a ver con desagrado. - ¿¡Qué!? ¡También opinas que Mack es hermosa! – Dijo Terry en su defensa.

-Pero nunca te lo dije de frente. – Dijo Anthony con queja. – Además, el que tu novia sea hermosa, para mí Candy lo es más. – Dijo el rubio de nuevo comenzando a caminar hacia el lado contrario al haber perdido de vista a Candy por completo.

-Sé a lo que te refieres hermano. – Dijo Terry refiriéndose que para él Mack era mucho más hermosa, sin embargo no podía olvidar lo hermosos que le habían parecido aquellos ojos verdes que había observado tan de cerca.

-¿A dónde vamos? – Preguntó Anthony a Terry una vez más, para que fuera informado de su destino. Ambos se subieron al auto de Anthony y este inició el camino que Terry le anuncio, llegando al centro de Chicago para detenerse frente a una de las joyerías más famosas de la ciudad, Tiffany & Co. era la elegida por el rebelde para poder obsequiar una valiosa joya a la que sería su esposa. Anthony sonrió al ver lo que pretendía su amigo.

-¿Vamos? – Le preguntó con una sonrisa que mostraba la ilusión que le provocaba hacer eso.

-Vamos. – Le respondió Anthony feliz de poder compartir con su amigo aquella nueva etapa de su vida.


Cuando Mack salió del hospital, Terry estaba ahí para acompañarla, la chica lo veía desconfiada ya que después de su desmayo no había podido ver su reacción y cuando había despertado hasta la mañana siguiente él no estaba a su lado a pesar de que había pasado la noche cuidándola.

-¿Cómo te sientes? – Preguntó Terry a su prometida. Mack lo miró extrañada por la ternura en su trato.

-Bien. – Dijo Mack a la defensiva. – Si estás así por que tendré un hijo, de una vez te digo que no es necesario que lo hagas. – Dijo Mack firme, pensando que su actitud era otra por saberla embarazada. – Yo puedo salir adelante con mi hijo sola. – Dijo de nuevo si voltear a verlo, le dolía decir aquellas palabras y no quería que él viera el miedo que tenía en sus ojos al saberse sola y pronta a ser madre.

-Nuestro hijo. – Le dijo Terry para asegurarle que aquel que llevaba en su vientre era fruto de su amor y que por lo tanto también le pertenecía a él. – Y te aseguro que ninguno de los dos estará solo nunca. – Dijo de nuevo el rebelde, besando la sien de la castaña causándole sorpresa aquella acción.

Ambos salieron del hospital rumbo al estacionamiento, Mack lo seguía con sigilo, aún estaba desconfiada de la actitud del rebelde y ella ya no pensaba con su corazón, sino había comprendido que primero estaba su hijo antes que ella misma y él mismísimo Terry.

-¿A dónde vamos? – Le preguntó Mack al ver que la subía al auto de Anthony y que él mismo lo conducía.

-¿Por qué todos están dan deseosos de saber a dónde los llevo? – Preguntó Terry indicando que no hablaría de más. Mack guardó silencio, sintiéndose incómoda por las palabras de Terry. En todo el camino ya no habló, se había limitado a dejar que el la dirigiera en el auto de Anthony hacia algún destino, le había sorprendido todo desde que había despertado, el vestido que le había dejado Candy, los zapatos y el que Terry llegara tan bien vestido por ella, demostrando que no la llevaba al teatro y temiendo por un momento que la llevara hacia la mansión de Anthony, un lugar al que ella prefería no ir al seguir incómoda por la situación que habían atravesado los últimos días.

Terry continuó su camino con la misma seriedad y de vez en cuando volteaba a ver a su novia con la mirada dulce, mientras ella desviaba su vista para no verlo de frente, eso lo hacía sonreír por su actitud. Se detuvo frente a una sencilla iglesia y Mack giró su rostro para ver al lugar al cual la había llevado.

-¿Qué hacemos aquí? – Preguntó a sabiendas que su novio no era muy religioso que digamos.

-Ven conmigo y lo sabrás. – Le dijo Terry extendiendo su mano para ayudarla a bajar del vehículo. Mack tomó su mano con curiosidad y se dejó llevar por él al interior de la capilla. Dentro de ella estaba Anthony y Candy frente al pequeño altar y un poco más atrás estaba un sacerdote con una biblia en sus manos, las únicas tres personas que había en el interior de la pequeña capilla voltearon a ver al par de enamorados que entraba por el pasillo que los llevaba hasta al altar.

Mack volteó a ver Terry sorprendida, pensando por un segundo que Candy y Anthony se casarían en ese momento, sin embargo tenía más sentido que fueran ellos los próximos a casarse por las ropas que lucían. Terry asintió cuando vio que ella captaba a lo que habían ido a ese lugar.

-Dijimos que haríamos las cosas a nuestro modo. – Le dijo sonriendo con travesura. – Que mejor que casarnos aquí y ahora, para que nuestro hijo nazca en un ambiente bendecido. – Le dijo con ternura. Mack asintió aún sin poder articular palabra, comenzando a llorar una vez más, ahora comprendía la razón de sus repentinos llantos. - ¿Estás de acuerdo? – Preguntó Terry al ver la mirada acuosa de la mujer que tanto amaba.

-Si… acepto… - Dijo Mack a su novio.

-Creo que tendrás que esperar a que él te lo pregunte. – Dijo señalando con su rostro al sacerdote, quien les sonrió al haber escuchado su plática. Anthony y Candy también estaban conmovidos por aquella pareja que pronto serían una familia.

Candy se acercó a Mack otorgándole un hermoso ramo de flores hecha con las rosas que Anthony había cosechado. Mack agradeció enormemente a Candy por haberla perdonado por su atrevimiento y haberla apoyado en esos días que estuvo sola, ahora comprendía porqué Anthony nunca la había olvidado, ella se merecía el amor que Anthony le tenía y él merecía a una mujer como ella en su vida.

La pequeña ceremonia comenzó y pronto los votos matrimoniales fueron recitados espontáneamente por ambos rebeldes, jurando amarse hasta que la muerte los separase frente al altar.

Candy y Anthony se veían enamorados, no podían esconder sus sentimientos, mucho menos el amor con el que se veían uno a otro, sintiendo en ese momento la necesidad que tenían uno y otro de también unir sus vidas para siempre, escuchaban las palabras del sacerdote con devoción, imaginándose que aquellas palabras devotas eran dirigidas para ellos, respondiendo con sus miradas cómplices jurándose en silencio un amor eterno entre ellos.

La celebración que realizaron así como la ceremonia fue sencilla, solo los más allegados se reunieron en la mansión Ardlay para festejar a la nueva pareja de esposos y así como se habían casado y celebrado se fueron al hotel para vivir su luna de miel, regresando al día siguiente como si nada al teatro, causando sorpresa a la mayoría del elenco que la pareja de actores regresaran más enamorados que nunca, sobre todo en Susana quien veía con coraje que aquellos dos se hubiesen reconciliado en tan solo los dos días que no se habían presentado al ensayo.

Mack dormía en su camerino, el embarazo la mantenía sin mucha energía y decidía guardarla para la noche en escena. Terry ensayaba de nuevo y las luces seguían siendo revisadas, en el mismo lugar que Terry solía ensayar. Susana lo observaba desde el otro lado del telón, todo fue muy rápido, el joven encargado de las luces no pudo detener aquel reflector tan pesado y el filo de su recubrimiento cortó las cuerdas que lo detenían cayendo estrepitosamente de lo alto del escenario.

-¡Terry! – Fue el grito de advertencia de Susana, quien sin pensarlo se arrojó sobre él para salvarlo de una muerte segura. Terry observó hacia arriba al ver peligro que lo acechaba y brincó hacia un lado, sin embargo pudo ver que Susana se arrojaba a él para salvarlo y se acercó a jalarla del lugar para que tampoco ella fuera lastimada, ni el empujón de Susana a Terry, ni el jalón de Terry a Susana logró evitar que aquel pesado reflector cayera sobre la pierna izquierda de Susana logrando emitir un grito de dolor que se escuchó por todo el teatro, despertando a Mack de su sueño.

-¡Terry! – Fue lo primero que pudo pensar al creer haber escuchado la voz de su amado.

-¡Susana! – Decía Terry al ver que la rubia yacía tendida en el suelo con un charco de sangre que comenzaba a formarse en una de sus extremidades inferiores.

-¡Llamen a un ambulancia! – Fue el grito que se escuchó cuando Mack llegaba al lugar.

-¡Terry! – Decía angustiada corriendo desesperada junto a él al creer que había resultado también herido.

-Estoy bien amor, no te angusties. – Dijo Terry, reaccionando al ver que Mack corría angustiada hacia él, temiendo por ella y por su hijo.

-¿¡Qué sucedió!? – Preguntó al ver que Susana estaba desmayada y con aquel pesado reflector encima de ella. Terry explicó rápidamente lo sucedido mientras esperaban a la ambulancia la cual llegó a los pocos minutos. La rubia era llevada al hospital y Terry decidía ir con ella.

-¡Voy contigo! – Dijo Mack. Terry no quería que ella fuera con él porque ella misma acababa de dejar el hospital días atrás y no quería que recayera por un descuido.

-Es mejor que te quedes aquí. – Dijo Terry seguro, sin embargo no pudo convencerla de lo contrario y tuvo que dejarla que lo hiciera.

La madre de Susana reclamaba que su hija debía ser compensada de algún modo por haber salido lastimada en el intento absurdo de salvar la vida del joven que ella amaba, y había hablado con Terry para que se hiciera responsable de aquella situación. La joven madre observaba a Mack con desconfianza advirtiendo que su hija había hecho todo por él.

-Terry no le pidió a su hija que lo salvara. – Dijo Mack molesta al ver que aquella mujer tenía algún interés especial en su esposo. Terry por primera vez se sentía perdido no sabía qué hacer ante esa situación, se sentía culpable por lo sucedido.

-¡Pero mi hija lo salvó! ¡Y salió lastimada por ello! ¡Lo de menos sería que este joven respondiera a la bondad de mi hija y se comprometiera con ella! – Decía la mujer necia, ante esas palabras Terry se levantó de su asiento, fue como si algo lo impulsara a hacerlo.

-¿¡Qué está diciendo señora!? – Preguntó Terry indignado.

-¡Lo que escuchó joven! ¡Susana ya no podrá valerse por sí misma! Ella era una joven independiente y ahora tendrá que tener a alguien que se haga cargo de ella.

-¡Pues siento mucho decirle que usted será la que tendrá que hacerse cargo de ella y de enseñarle a salir adelante! – Dijo Mack sin querer ofender a la dama.

-¡Señora eso que usted pretende es un abuso! – Dijo Terry a la mujer.

-¡Usted debe casarse con mi hija! ¡Hacerse cargo de ella! – Decía insistente, ya que Susana le había dicho cuanto amaba a ese joven y que este estaba con la joven que estaba a su lado.

-Eso no podrá ser. – Dijo Mack decidida enfrentando a la madre de Susana. – Terry y yo estamos casados. – Dijo enseñando el anillo que ella portaba como evidencia de que era verdad lo que decía. – Y pronto vamos a ser padres. – Dijo de nuevo ante el asombro de la Sra. Marlowe.

-Es verdad Sra. Marlowe. – Dijo Terry al ver la cara de interrogación que ponía la mujer. – Sin embargo, puedo asegurarle que Susana no quedará desprotegida, no puedo casarme con ella no solo porque no la amo, sino porque yo ya tengo una familia que cuidar. – Dijo Terry ante la sorpresa de Mack, quien se sintió conmovida por sus palabras.

-Mi hija no necesita de tus limosnas. – Dijo indignada al ver a ambos actores, dándoles la espalda molesta al ver que no podía conseguir lo que su hija pretendía. – Váyanse, no quiero que ella lo vea cuando despierte. – Le dijo a Terry sin voltear a ver a Mack, quien la veía fijamente a los ojos sabiendo que aquella mujer lo que buscaba era aprovecharse de la vulnerabilidad que presentaba Terry en ese momento.

Terry y Mack salieron del hospital tomados de la mano con una sonrisa en los labios, a pesar de sentirse mal por lo sucedido con Susana, sabían que ninguno era responsable de aquel accidente y que el teatro sería el que tendría que responder por aquella lamentable situación, pero en ese momento la pareja de recién casados salía con un peso menos en sus hombros, felices de iniciar juntos el inicio de su matrimonio, habían hecho las cosas a su manera y habían sabido enfrentar la repentina prueba que les había puesto el destino, sin embargo ambos salían adelante juntos como lo que eran un matrimonio.

Continuará…

Hola hermosas muchas gracias por su paciencia, me alegro que sigan al pendiente de la historia.

TeamColombia. Hola chicas gracias por su paciencia, aunque ya empiezan a inquietarse jajaja. Gracias por esperar el capítulo. Les mando un fuerte abrazo a cada una de ustedes.

Mayely León. Hola, gracias por tu comprensión, espero que esta semana hayas reducido un poco tu trabajo. Te mando un fuerte abrazo.

Cla1969. Ciao bella, quanto è bello che ti sia piaciuto il capitolo, grazie per la pazienza e spero che anche questo sia stato di tuo gradimento. Ti mando un grande abbraccio, saluti e benedizioni.

Aminaabud. Hola hermosa, que bueno que te gustó el capítulo anterior, muchas gracias por tus palabras, yo opino lo mismo de ti, te aprecio mucho y te agradezco seguir cada una de mis historias. Te mando un abrazo hermosa.

Rose1404. Hola hermosa, me alegra que estés muy bien, aquí también estamos bien gracias a Dios. Me alegra saber que el capítulo te ayudó en el día. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Julie-Andley-00. Hola hermosa, ¿Cómo estás? Me alegro leer tu comentario como siempre, no tengo pensado un final especial para los Leagan, con el destierro y la nula relación con los Ardlay y salvo algún comentario para definir su futuro será suficiente creo yo, a ver que ocurre, aunque me diste buenas ideas jajaja. Te mando un fuerte abrazo hermosa.

lemh2001. Hola hermosa, ya ves Anthony ya está bien de su manita, así que puede acariciar con confianza a su pecosa jejejeje. Gracias por tus buenos deseos hermosa, te mando un fuerte abrazo, espero puedas enviarme lo que te pedí. Saludos y bendiciones hermosa.

Ster Star. Hola hermosa! tienes razón la muerte de Liam fue la salida más fácil para él, pero era la única manera de que los dejara en paz porque capaz que convencía a la tía abuela y continuaba con sus maldades. Tienes razón, los rubios están ansiosos y que se queman, pero creo que la palabra "suegro" deja a Anthony imposibilitado para actuar. Gracias por leer hermosa, te mando un fuerte abrazo.

María José M. Hola hermosa, espero que esta semana hayas tenido el tiempo para leer un poco más, aunque no fue mucho el tiempo que estuvieron sin actualización eh!? Gracias por continuar leyendo y por comprender mi falta de actualización. Te mando un fuerte abrazo.

Mia8111. Hermosa, fíjate que tenía una idea errónea de tus gustos, creí que solo leías Terryfic, pero me da gusto que leas todo tipo de historias así le das la oportunidad a mis historias que si bien no son las mejores están hechas con mucho amor para Anthony y Candy. Gracias por leer hermosa, y sobre todo por dejarme tu comentario. Te mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

Muchas gracias a cada una de las lectoras por su paciencia en la actualización, así como a las que se comenzaron a desesperar por no actualizar por la mañana. Les mando un fuerte abrazo, saludos y bendiciones.

GeoMtzR.

P.D. No se pueden quejar porque el capítulo quedó muy largo!