~1 mes después~
—Ya ha pasado tan un mes desde que tuve ese accidente... Y casi te pierdo -susurro de forma tenue mientras acariciaba ya su vientre abultado- sabes pequeño torbellino rosa, tuve que contarle a la doctora Mizuno todo lo referente a nuestro verdadero origen porque se le iba a ser muy raro que llegara ya en fecha de parto si hace poco me dijeron que eras un pequeño frijol... -soltó una carcajada sonora al recordar a la niña- también le dije lo de su hija y le pedí que me hiciera el favor de guardar el secreto, ella aceptó sin dudarlo...
Serena le encantaba hablarle a su vientre, le encantaba la sensación de su hija moverse y patear al escucharla hablar o cantar.
—¡Hija! -Serena miro la puerta al grito de su madre- ¡esta aquí Hotaru!
—¡Dile que suba y gracias mamá! -le devolvió el grito tomando un plato de fruta que estaba a un lado de ella y comenzó a comer esperando a que subiera Hotaru- oh mi pequeña Rini nadie sabe de tu existencia excepto Hotaru y mis pandilleros... Cuanto quisiera ya tenerte en mis brazos.
Fue interrumpida por un pequeño torbellino morado que entró a su habitación de forma rápida y la rubia sonrió al ver a Hotaru a su lado.
—¡Hola princesa! -saludo Hotaru realmente feliz y se subió a la cama- ¿como se ha sentido?
—Bueno mi pequeña Hotaru -respondió con ternura al verla ahora frente a ella- ya me siento mucho mejor que antes, gracias por preguntar cariño.
—Eso es muy bueno... -comentó con una sonrisa y se metió entre las cobijas para quedar entre las piernas de Serena colocando su cabeza en el vientre de ella- sabe... Las demás quieren venir por usted a la fuerza, porque creen que finge que estas mal y el príncipe les mete ideas porque a visto al joven Esteban salir de la casa cuando sus padres y hermano no están.
—Lo he visto rondar por aquí, pero a pesar de eso yo me siento observada antes de que se me notara el vientre y tengo que bañarme en el cuatro de mis padres o de Sammy... -comentó soltando un suspiro, al verlo caminar por las noches delante de su casa se sentía como la presa de un acechador peligroso- pero con su actitud yo tengo una duda sobre algo... ¿le podrías hablar a mi mamá? Por favor.
—Si claro princesa -dijo saliendo de entre las cobijas y corrió hacia la planta baja, un rato después volvió con Ikuko detrás de ella- aquí está princesa.
—Gracias Hotaru.
—¿Me necesitas hija? -preguntó trayendo en sus manos una bandeja con una jarra de jugo y con más fruta- por cierto te traje algo mas de fruta.
—Gracias mamá -agradeció sentándose en el borde de la cama y comenzó a buscar a todos los lados- ¿alguien vino mientras estaba en el hospital o fuera de casa?
—Si, fue el joven Darien -respondió bastante pensativa llevando su mano a la barbilla cuando dejó la bandeja en la mesa- vino aquí hace un tiempo dijo que venia por una chaqueta y luego se fue.
—Oh mamá, pero si yo... -dijo asombrada por la respuesta de su madre y se levanto con cuidado del borde- no tengo nada de él aquí en la habitación Mamá, me deshice de todo lo que tenga de él.
—Tenga cuidado princesa -pidió corriendo hacia ella y se colocó a su lado- ¿a donde va?
—¿Qué pasa hija? -preguntó preocupada, Serena entro al baño, pero se detuvo mirando hacia arriba y luego golpeo fuertemente la pared alertando a su madre- ¡no hagas eso hija!
—Mamá quiero un abogado y que a los dos días de que nazca mi bebé quiero que en esos dos días sea el juicio contra él...
Ikuko se le helo la sangre por el tono utilizado la rubia y sabía que cuando ocupaba ese tono, era en serio el la situación en la que ella se iba a meter.
—¡¿Qué pasa princesa?!
—Darien colocó una cámara para grabarme en el baño y otra en esa dirección -comentó señalando una pequeñita cámara que daba hacia la cama, era casi invisible- él es un desgraciado.
—Lo siento mucho -se disculpó muy apenada Ikuko al ver eso- en serio hija, no pensé que él hiciera algo como esto.
—No te preocupes mamá... Darien Chiba ¿quieres guerra? Bien porque guerra tendrás -murmuró después de tranquilizar a su madre y trono los dedos- te juro que me conocerás y de la peor manera...
—Princesa... -Serena le observó y pudo notar la mueca preocupada en la niña- ¿crees que se haya dado cuenta de la cuna?
—No Hotaru, la cámara está colocada solo a la dirección de mi cama -dijo volviendo a la cama y se acostó no aguantando sus pies- la colocó donde yo no le viera.
—El pagará princesa, pagara -bufo Hotaru, pero le miró preocupada y mordió sus uñas- ya me dio pendiente que se quede sola ¿me puedo quedar a dormir?
—Si claro -aceptó Serena con un suspiro cansado- mamá quiero que mañana papá me deje con los chicos ¿si?
—Claro hija, yo le digo sabes que él aceptara.
Se la pasaron platicando durante un rato hasta que Hotaru se quedó dormida en brazos de la rubia, Serena con sus poderes pudo hacerle a las cámaras donde se vería por ahora un cuarto vacío y también él baño.
—Darien no sabes en que problema te has metido, conmigo nadie se mete y si lo hacen lo pagan muy, pero muy caro Chiba.
Acaricio con suavidad el cabello de Hotaru quien la abrazaba del vientre con una pequeña sonrisa en su rostro durmiente.
—Realmente fui una estúpida, no debí hacerlo... -murmuro Serena observando la fotografía que se encontraba lejos de su cama- fui estúpida total, nunca debí rehacer mi vida...
Continuará...
