Al día siguiente.
Serena se podía notar que estaba muy tranquila por fuera, pero por dentro se debatía muchas cosas importantes tanto que en el carro su padre y Hotaru sentían el aire muy tenso.
—Llegamos hija, me marcas cuando salgas -dijo llamando su atención y Serena asintió bajando del auto con Hotaru detrás de ella- adiós a las dos, cualquier cosa me avisan.
—Gracias y adiós papá -se despidió ella, al hacerlo se metieron por el callejón hasta llegar a la puerta y la rubia toco- abran la puerta, soy yo.
—¡Oh, hola Sere! pasa -exclamó Kaori abriendo la puerta, Serena entro y todas la recibieron porque en un mes no la habían visto- te extrañamos mucho querida.
—Serena ¿como has estado? -pregunto Misao acercándose a ella y tocó su estómago- estuvimos preocupadas por ti.
—Tranquila Misao -contesto con una sonrisa pequeña al sentir la caricia de su amiga- yo he estado muy bien estoy recuperándome lentamente, pero muy bien.
—Que bueno... -respondió Misao suspirando aliviada y Serena sonrió por la preocupación de su amiga- por cierto Serena.
—¿Qué pasa Misao?
—Bueno lo que sucede... -murmuro, pero luego volvió a subir el tono normal- se nos reclutó alguien hace poco.
—¿Alguien? Se supone que ya no reclutamos a nadie desde esa vez además les di la orden de no hacerlo mientras yo no estaba... -respondió la rubia mordiendo su labio después de unos minutos asintió y pasaron a una niña de unos 9 años, provocando mucha incertidumbre en la rubia- ¿que significa esto? Ella es muy pequeña para ser reclutada ¿no creen?
—Te recuerdo que tu empezaste cuando eras una niña Serena -comentó Kaori y le miro burlona- ¿que tiene de malo que ella haga lo mismo?
—Lo se Kaori.
—Entonces no te quejes -replico, Serena le fulminó con la mirada y Misao se encogió de hombros- solo digo la verdad no me mires así.
—Pero no es bueno que siempre lo digas Misao -gruñó molesta y miro a la niña quien se encogió de hombros al ver la mirada de ella- volviendo contigo ¿como te llamas?
—Me llamo Kaede -contestó temblorosa, Serena pudo notar como la niña tenía muchos moretones por todo el rostro- mucho gusto en conocerla.
—Hola Kaede -saludo relajando su expresión necesitaba hacerlo o la iba a asustar más de lo que ya estaba y se agachó todo lo que su estómago le permitía- me llamo Serena y soy la líder de este grupo de personas, así que... -tomó su mechón colocándolo detrás de su oido- ¿porque quisiste entrar a este lugar?
—Ya no quiero vivir en la calle... -comenzó a llorar tan desconsolada que hizo a Serena querer llorar también- me escape de la casa de mis tíos, ellos abusaban mucho de mi.
Serena entendió esas palabras inmediatamente, miro a todos quienes parecían estar igual que ella y tomó sus brazos.
—Bien puedes adentrarte a la pandilla cariño... -mencionó acariciándole los brazos y suspiro- nadie te va a hacer daño de nuevo, te lo aseguró.
—¡¿En serio?! -exclamó la niña esperanzada y Serena asintió- ¡en serio muchas gracias!
Serena solamente sonrió con ternura y luego de unos minutos, miro a todos con una mirada tan tierna ya que había aceptado a esa niña cuando vieron esa sonrisa todos también cambiaron su humor, pero a Serena la había puesto de tan buen humor y con mucha hambre.
—¿Que pasa? -pregunto Yuki curiosa al ver esa mirada que conocía muy bien- ¿quieres algo?
—Si... -respondió sonrojada siendo ayudada a levantarse y junto sus dedos- vayamos al crow, se me antojo algo dulce.
—Vamos.
(...)
Serena platicaba con todos sobre nuevas remodelaciones para el lugar y sobre la pandilla ya que al volver quería renovar todo, cuando Andrew se acercó a ellos a tomar sus pedidos.
—¿Serena? -pregunto asombrado al verla de esa forma y le señaló con la pluma- ¿en serio eres tu?
—¡Hola Andrew! -saludo con una gran sonrisa y se recargo con sus brazos en la mesa- ha pasado mucho tiempo sin vernos.
—Si mucho tiempo -respondió muy inseguro ahora mirando a todos- ¿ellos son tus amigos?
—Si estábamos aburridos y quisimos venir a tomar algo -contestó con una leve sonrisa y a punto de hacer un berrinche entonces tomó la carta- yo quiero pedir...
—Queremos unas malteadas -interrumpió Kaori a Serena quitándole la carta de la mano- que sea para todos por favor.
—Si, eso queremos -respondió Serena a Kaori mirándole con recelo- "yo quería decirlo maldita..."
—No me veas así.
—Si es así la casa invita -comentó Andrew dándose cuenta del tono de voz de Serena- ¿ellos la obligarán?
—Estas muy sensible -dijo Esteban mirándole y la abrazo cuando ella le sostuvo del brazo- ¿no crees rubia?
—Son las hormonas del embarazo Esteban -contestó recargándose sobre él y se encogió de hombros para luego dirigirse a Kaori- además no me vuelvas a interrumpir.
—Si seguías hablando seguro te soltarías llorar -respondió con simpleza y burla, pero soltó una risa- y harías un súper berrinche como cuando eras una niña.
Serena se sonrojo al recordar su niñez y ellos rieron por su sonrojo, aunque se alegraban de verle sonriendo desde lo sucedido.
Con Andrew.
El rubio suspiro dejando los pedidos en la barra mientras se acercaba a su hermana quien se encontraba en la caja.
—Hermana
—¿Que sucede hermano?
—Le marcaré a Darien, porque siento que la obligan a estar ahí -comentó preocupado, así que Unazuki asintió preocupada y empezó a marcar- esperó él conteste...
Después de unos minutos de espera, Darien por fin le contestó.
—Darien, hola amigo
—Hola Andrew -saludo con un tono casual a su amigo- ¿qué pasa?
—Es Serena y la pequeña Hotaru -dijo preocupado observando las mesa de las nombradas- están en el local y vienen acompañadas de pandilleros siento que algo le puede pasar.
—Tranquilo Andrew, llamaré a las demás e iremos para allá, mientras tu entretenlos
—Vale amigo, nos vemos acá.
Colgó e inmediatamente llevó las ordenes a la mesa, Serena comenzó a beber su malteada durante minutos todos platicaban a gusto, pero Serena lloro de furia al escuchar la historia de Kaede y ante eso Andrew se alertó más.
—¿Y tu estas bien? -preguntó Esteban a la niña y todos la miraron con preocupación- debe ser muy duro... Después de pasar por todo eso...
—No entiendo como existen ese tipo de personas -mascullo furiosa Serena y apretó los puños- debiste de pasar por mucho, si fueran mi familia ellos ya hubieran muerto a mis manos.
—Mis padres fallecieron cuando yo tenía siete años, así que mis tíos me odian creyendo que yo fui la culpable de su muerte y por ello me hacían todo eso.
—Tranquila, ya nada pasara estas protegida por nosotros -respondió limpiándose las lágrimas con una servilleta que Kaori le dio y con seriedad siguió hablando- más por mi, ya que nadie se mete conmigo así que menos ellos se meterán contigo, además Hotaru y tu pueden llevarse bien.
—Gracias.
—Mañana mismo Yuki y Misao te llevarán con una amiga mía que es una gran doctora -le dijo tomando sus manos y sonrió, esa niña debía ser revisada por un profesional- para que te revisen.
—Muchas gracias...
—¡Si! -exclamó feliz Hotaru haciendo que todas sonrieran- ¡tengo una nueva amiga!
Serena sentía que había hecho algo bien por el futuro de aquella infante, pero en ese momento su humor había cambiado por completo.
—Oh no... Dime que esto no podría ser peor... -dijo Serena mirando la entrada para luego agachar la mirada y apretar los puños- ya amargaron mi día otra vez...
—¿Qué pasa? -preguntó Aiko intrigada ante el comportamiento de la rubia- Serena ¿qué pasa?
—Todos vean a la puerta, por favor... -pidió así que voltearon a la puerta viendo venir a Darien y las chicas hacia su dirección- maldición esos malditos no entienden...
—Princesa, ellos se darán cuenta de... -le dijo preocupada Hotaru, rápidamente Serena dijo unas palabras y para que nadie note su embarazo- impresionante ahora no puedo ver su estómago.
—Ellos ya no se darán cuenta de mi embarazo -comentó irritada y suspiro al ver que tendría que enojarse en ese momento- no quisiera armar un problema ahora...
—¿Que no les advertiste Kaori? -pregunto Kuro intrigado observándole y Kaori asintió- entonces son unos tercos que no entienden de palabras.
Ellos acercaron en donde estaba ella, cuando lo hicieron agarraron a Serena y Hotaru de los brazos para llevárselas del lugar, pero Darien no podía jalar a Serena le resultaba difícil levantarla.
—Serena vamos no seas terca -dijo Rei también jalandola, pero tampoco podía y todas se le unieron, pero ni siquiera entre muchas pudieron levantarle- no podemos moverla, ella parece completamente de piedra...
—¿Me dejan de jalar? es bastante molesto ser jalada de esa manera... -pidió por fin mirándoles se había concentrado mirando la mesa y ya estaba empezando a molestarse de nuevo- y yo no me iré a ningún lado con ustedes.
—No querida, nosotros debemos alejarte de estos callejeros que son muertos de hambre -exclamo con asco Darien y Kaede al escuchar esa ofensa provocando su llanto, haciendo enojar a Serena y a los demás- vamos mi amor.
—Oh querido Darien...
Cuando dijo eso se acerco a él de forma tierna Darien sonrió orgulloso al ver esa acción, pero la idea fue otra ya que Serena fue para agarrarlo del cuello y soltarle un gran puñetazo con un cabezazo en la nariz y luego una patada en la entrepierna provocando que cayera al suelo retorciéndose de dolor, mientras Serena acomodo su cabello y respiraba un poco agitada por tal acción.
—¡¿Qué?! -gritaron todas bastantes sorprendidas.
—Escuchame muy bien idiota, vuelve a decir eso frente a mis narices te dejó sin miembro y testículos... ¡No la llames así! -grito bastante furiosa mientras sacudía en el proceso su cabello y todas estaban en shock, más al decir esas palabras que no supo callarse porque había niños- ¡y no soy tu "Mi amor" y una cosa más, nosotros no somos muertos de hambre!
—Princesa -la llamó suavemente y la rubia le miro de reojo- tranquilicese por favor.
Viendo como las chicas ayudaban a Darien a levantarse él se cubría la nariz, mientras le salia sangre de color vino ya que fue fuerte el puñetazo y el cabezazo que al parecer le había roto el tabique de este.
—Vuelve a decirlo y te va a ir peor Chiba, no sabes de lo que soy capaz ustedes no me tienten... -amenazó mirándoles furiosa si que la sacaban de sus casillas de forma había logrado controlar eso, pero ellas habían roto esa estabilidad- esta es la última advertencia que les vuelvo a dar y lo que acaban de ver, es la verdadera Serena Tsukino... ¡Vamos chicos!
—Vamos Kaede -pidió Yuki tomando de la mano a Kaede y Hotaru que se soltó de Haruka que seguía en shock al igual que las demás- adiós imbéciles.
Todos salieron del shock cuando vieron maldecir a Darien y lo ayudaron a sentarse en una de las mesas para ayudarle con su herida.
—Pronto, muy pronto mi verdadera yo saldrá a la luz y se arrepentirán de haberse alzado en contra de su princesa -mencionó furiosa mientras tocaba su estómago sintiendo a su bebé moverse- y también sabrán de él en poco tiempo...
—Líder -le llamaron y Serena bajo la mirada a Kaede- ¿esta bien?
—Si Kaede, yo estoy bien.
Dijo apretando con fuerza el bolsillo de su suéter y ambas se acercaron a sus compañeros.
Continuará...
