Llevaron a Mina a un lugar escondido entre los callejones mientras ella se removía mucho dificultando la movilidad de quien la cargaba y provocando que se molestaran también lloraba por la desesperación y miedo que sentía en ese preciso momento.

—¡Eres una inmadura, lloras solo por esto! -grito enojado mientras la lanzaba a una colchoneta bastante dura y Mina se volvió a quejar- si ella no fuera tan tranquila con tipas como tu, te haría mil pedazos en un solo momento.

—"¿Quien es ella?" -se pregunto a si misma, la cinta cubría sus sollozos y eso casi la esta ahogando- "tengo miedo... Me matarán, si alguien no viene a rescatarme".

—Ana -Mina escucho una tercera voz en aquel lugar que llamaba a la chica que la había sometido- ya llegaron los dos.

—¡Bien eso es ser rápidos! de acuerdo diles que estoy acá Alan -exclamó bastante feliz y Mina solo escuchó las pisadas alejarse del lugar nuevamente- sabes rubia, tu serás buena para nuestra jefa.

Mina sintió una fuerte patada en sus costillas provocando un ruido sordo y un intenso dolor que provocó que ella ahogara un gemido de dolor entre su mordaza más lágrimas salían y salían ahora con intensidad.

—Hola chicos -saludo Ana y en el lugar solo se escuchaba los sollozos de Mina- bienvenidos sean de vuelta.

—Hola Ana, Esteban me comentó que me tenías una sorpresa -dijo con curiosidad e inmediatamente Mina reconoció la voz y cerro los ojos con fuerza- ¿qué es lo que pasa Ana?

—Bueno, mira Serena este es tu regalo -le dijo y le quito el trapo que estaba en su cabeza, Mina sintió un alivio al no sentir eso sobre su cabeza- ella estaba merodeando por los callejones.

—Tu... -murmuró mirando a Takeshi quien negó frustrado, Serena suspiro y miro a Ana- gracias Ana por traerla a mi, ya puedes retirarte ahora Takeshi y yo nos haremos cargo de ella.

—Claro Serena.

Serena se agachó observandola por unos momentos, Mina tenía sus ojos cerrados fuertemente no quería abrirlos por miedo y dolor que sentía en ese momento, Serena suspiro frustrada.

—Amor ¿la llevamos? -preguntó el pelinegro curioso y Serena le miro dudando un poco, pero unos segundos después asintió- entonces volvamos a casa.

—Vamos -dijo soltando sus brazos a sus costado en forma de frustración- ¡que le haremos!

Takeshi cargo a la rubia con mucho cuidado fueron al departamento de Serena, Mina en ningún momento abrió los ojos o sentiría el rechazo que pensaba que Serena le daría, el mismo rechazo que ellas le hicieron a ella y de tanto pensar ella se quedó dormida.

—Por lo que veo se a dormido -dijo y Serena tocó el rostro de Mina al ver las lágrimas secas en el- lloró todo el camino.

—¿Hay que subirla? -pregunto Takeshi acomodándola.

—Si no podemos despertarla y que suba por su cuenta... -respondió suspirando cansada observando las muecas que hacía Mina aún dormida- olvidalo... Vamos a subirla nosotros mismos, tengo algo de culpa por no poder evitar que la golpearan así o decirles por lo menos que no maltraten a alguien que pillaron merodeando en la callejones.

—Entonces vamos a subirla.

(...)

Serena le curo al revisarla notó como su costilla derecha estaba morada y también al sentirla pudo darse cuenta que la tenía rota, la patada que le había dado Ana la había fracturado ya que ella si era muy fuerte no tanto como Serena, pero algo es algo después Serena se dispuso a marcar Rei para que viniera por ella.

—¿Hola?

Rei, soy Serena -respondió observando la puerta donde Mina estaba descanso y luego al teléfono- ven por Mina a mi departamento.

¿Mina? -preguntó confundida- ¿que hace ella ahí?

Se coló en un callejón así que la amordazaron y le rompieron una costilla, aunque eso ya la cure.

—No puedo ahora mismo, pero iré mañana.

De acuerdo... No quiero que llegues impuntual que no lo soportaré ¿de acuerdo?

Dijo con voz fría y colgó sin esperar respuesta, Serena suspiro observando el teléfono de la entrada con frustración.

—¿Todo bien?

—Si todo bien amor.

—¿Entonces comemos? -pregunto ansioso, él ya tenía hambre.

—Me muero de hambre

—Entonces mi bella dama -Takeshi dijo haciendo una leve inclinación hacia ella y sonrió burlón- venga a comer esta delicia que acabo de cocinar que es para llenar ese estómago.

—Claro mi caballero, vamos a comer... -contesto y en segundos se quedaron en silencio para luego mirarse- eso no nos queda.

—Definitivamente, no nos queda venga mi Serenity plateada.

—Claro mi Tonto.

~Dos horas después~

Mina despertó algo desorientada y aún un poco adolorida.

—¿Donde estoy? -se pregunto algo alterada y trató de levantarse, pero le dolía mucho toco su cuerpo- duele mucho...

—No te levantes de la cama, te dolerá mas si te mueves -dijo y Mina miro la puerta donde apareció Serena, lo que la asusto fue la voz de ella ya que se escuchaba tranquila y fría- es mejor quedarse acostada.

—Serena...

—Toma -dijo lanzándole un bote de pastillas y ella las tomo con gran agilidad- tomalas te recuperaras con más rapidez cuando lo hagas, mañana viene por ti Rei... Pero solo quiero decirte que para la otra no seas tan imprudente y fíjate en donde te metes -advirtio señalandole con el dedo sintiéndose molesta- hubiera sido un problema de que fuera otra pandilla la que te hubiera tomado y no la mía... Ya hubiera una guerra por recuperarte.

—Lo siento -se disculpó agachando la mirada- en serio, lo siento mucho.

—Solo cállate y apúrate para que comas -dijo así salió de la habitación y desde afuera siguió hablando- no quiero retrasos.

—Si está bien -dijo sonriendo levemente y pensó observando las pastillas- "aún le preocupo".

—¡Mina apúrate! -Mina se exaltó por el grito de la otra rubia y se levanto rápido- no tengo todo tu tiempo.

—¡Ya voy! -grito y con esfuerzo se fue a la sala donde en la mesa encontró un plato de comida y jugo- ¿es para mi?

—Si, solo come esto -ordeno mientras se sentaba en el sillón con un libro en manos- y no me molestes.

—Si, gracias.

Se sentó a comer en silencio pronto Takeshi hizo su aparición en la sala mirando a Mina y luego a Serena.

—Amor -la llamó y Serena hizo una seña de que le tomaba atención- voy por pañales para mi princesa.

—Si claro -respondió con una sonrisa divertida- pero ¿ahora es tu princesa?

—¿Celosa? -preguntó agachandose y le miró con una leve sonrisa- mi reina esta celosa

—¿De mi propia hija? -preguntó soltando una gran carcajada- jamás, por cierto también ve por leche también.

—De acuerdo amor, ahora vuelvo.

Takeshi salió del departamento dejando solas a la rubias nuevamente y pronto Serena volvió su vista al libro.

—Serena.

—¿Qué sucede Mina?

—Bueno... -comenzó a decir y los nervios comenzaron a hacerse presente en ella- quería pedirte perdón.

—¿Porque? -preguntó levantando una ceja, pero sin despegar su vista del libro- ¿por que ahora me pides perdón?

—Me di cuenta demasiado tarde, fui una idiota al hacer todo esto.

—Yo les debería agredecer porque ustedes sacaron mi verdadera esencia y ya no aguantaba estar detrás de esa máscara inútil... -mencionó suspirando bajando el libro y cerrándolo, para observar a la rubia quien evitaba su mirada al sentirla pesada- es algo que agradezco sino jamás me daría cuenta de quien esta a mi alrededor y de quien me debería de cuidar.

—Serena -le llamó comenzando a llorar y Serena puso los ojos en blanco- ¡perdón!

—No llores -pidió tocando su frente sintiéndose frustrada- ¿no decías que eras mas madura que yo? además no me gusta que lloren con cosas inútiles.

Antes de que Mina dijera algo hacia ella, en ese momento entro Rudo corriendo interrumpiendo a las chicas.

—¿Rudo que pasa? -preguntó Serena y se levantó sintiendo un mal presentimiento- se supone que te encontrabas vigilando a Chiba y a mi hija...

—Él se llevó a la niña, no se como le hizo... -anunció con miedo al ver la expresión de Serena cambiar rápidamente- se escapo por la puerta trasera del edificio y se llevo sus cosas el departamento esta vacío.

—¡¿Como dices?! -exclamó muy enojada y asustada- ¡¿se llevó a Rini?!

—Si -dijo agachando la mirada y Serena gruñó molesta al haberle gritado- lo siento fue mi culpa.

—No es tu culpa, ese idiota es realmente inteligente... -comentó para evitar que él siguiera sintiéndose así y él asintió muy apenado, Serena tomó su celular gritando nuevamente- ¡pero dile a todos nuestros grupos que busquen al maldito de Chiba!

—Si Jefa, yo lo haré de inmediato.

Se revolvió el cabello bufando desesperada para luego golpear la mesa asustando a Mina y Rudo quien rápidamente se retiró de ahí.

Continuará...