Día 15. Nudo

Pareja: Draco/Charlie/¿Harry?


—Espera, espera—dijo Draco casi sin voz—. No te muevas.

—No me estoy moviendo, bonito.—Le acarició Charlie el rostro llevándose un par de lágrimas que le caían.

—No para de crecer—gimoteó Draco espantado.

Charlie dejó salir un buen chorro de feromonas tranquilizadores, mientras que rellenaba a Draco sin poder evitarlo. Acarició su vientre, era muy delgado, y casi podía notarse la redondez de su estómago producida por su cantidad de semen.

Draco no debería caer en esas provocaciones con Potter, la competitividad se les estaba pasando de rosca.

Pero parecía que sus vidas jamás iban a poder separarse, ¿cuántas posibilidades había de que los dos acabaran en la misma reserva de dragones? ¿Cuántas?

¿Cuántas de ser los dos únicos omegas? Pocas.

¿Cuántas de que acabaran compitiendo por ver quien se tiraba más alfas? Todas.

Y cuando Harry había vuelto de una noche loca con Charlie Weasley diciendo que era el alfa con el nudo más grande que había visto en su vida, supo que era mentira.

No se acostaban con los mismos, eso era casi como acostarse juntos. Pero cómo iba a perderse dejar por mentiroso a Potter. Imposible.

Pero admitía que tenía razón, no solo es que tuviera la polla más grande que hubiera tenido metida dentro. Es que el nudo le iba a romper en dos.

—Le voy a matar—gimió Draco.

—¿A quién?—preguntó Charlie.

—A Potter.

—Curioso que en estos momentos, justo en estos, os acordéis el uno del otro.

—¿Perdona? ¡Ay!

—No te muevas.—Le agarró por la cadera inmovilizándolo para que no se hiciera daño.

—Harry también se acordó de ti mientras le anudaba.

—¿Ah, sí?—se sorprendió Draco—¿Y qué dijo?

—Que te lo tenía que contar, ¿me lo explicas?

Pero Draco no estaba para dar explicaciones raritas sobre su enfermiza competición con el cararajada.

Por fin, sintió como el nudo de Charlie se iba desinfrando, y una sensación muy placentera al ir expulsando su semen le hizo gemir de nuevo.

Mala cosa, porque se reinició todo y Draco acabó de nuevo anudado.

Con las piernas flojas, pero debía de reconocer que realmente satisfecho, se levantó de la cama de Charlie para irse a su habitación.

—¿Te acompaño?—se ofreció el alfa.

Draco se quedó mirándole, la verdad es que era un alfa apuesto, con un monstruo entre las piernas, eso sí. Se acercó a besarle, y Charlie le tomó de la cadera. No, no. Dos en una noche con la charlieconda era demasiado.

—Estoy pensando que si tanto os contáis estas cosas Harry y tú, podríamos quedar una noche los tres, ¿qué te parece?

Draco se apartó de él como si le hubiera atacado un colacuerno húngaro.

—¿Qué? No, ni de broma.

A la mañana siguiente vio a Harry en el comedor de la reserva sonriendo al verlo andar, ¿cómo diablos había hecho él para disimular?

Maldito. Se la había jugado.

¿Y si se la jugaba él aceptando la propuesta de Charlie? Seguro que Potter no se atrevería. Quizás también fuera que la idea, desde que Charlie se la propuso no se le iba de la mente.

Era por la competitividad se decía mientras iba hacia él lo más dignamente que podía y con su sonrisa más venenosa.

Se iba a encargar que del anudado en ese trío fuera Harry, y que no le fuera posible disimular al día siguiente.


Vale, he descubierto algo desde hace tres o cuatro os hasta aquí.

Harry y Draco como omegas y juntos.

Nuevo fetiche desbloqueado.

Hasta mañana.

Besitos

Shimi