Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, solo mi imaginación.
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Pov: Elsa.
– ¡Eres hermosa!– quién lo hubiera dicho e imaginado; un tipo tan atractivo y arrogante como Hans Westergaard, sin duda, le va muy bien con su personalidad.
Estaba en mi piscina, y me había bronceado como era debido; dejando que el sol empañará mis gafas oscuras y dejando que el mismo sol me iluminará como una moneda de oro.
Mientras mi arrogante novio me admiraba, levanté mi cabeza para rápidamente dirigirle una mirada con el ceño fruncido.
Pov: Hans.
Me encontré recargado en mi cómoda silla, viendo su atractivo cuerpo.
Era el hombre más afortunado sin lugar a dudas.
Cuando me miro con esas gafas oscuras que al parecer le cubrían casi todo el rostro, no pude contenerme una vez que le mire su busto redondo y le dije – Quítate ese sostén, mi dulce copito helado–.
Para ella era una broma un poco resonante, pero realmente me gustaba verla desnuda.
Iba al trabajo y en lo único en que pensaba era en sus hermosas piernas, sus redondos senos y su atractiva figura.
– No haré eso– me contestó como toda una diva intocable.
Burlándose de mí, me levanté de mi cómoda silla y me posicioné arriba de mi hermosa muñequita.
Pov: Elsa.
Me encontraba ocupada y centrada en mi misma, cuando Hans me tomo por sorpresa y se subió casi arriba de mi.
Lo había ignorado, pero no era algo apropiado que digamos, ya que a él no le gustaba que lo ignoraran.
– Te dije que te quites, está mierda– me dijo mientras lo miraba con un semblante tímido.
Tomando el control rápidamente, Hans desató el nudo de mi sostén y al instante me expuso de manera considerable mis atributos.
Pov: Hans.
Me gusta ser el amo.
Después de desatar los nudos de su sostén, pude ver con lujo de detalle, sus pequeños pero redondos pechos.
Encantado con la visión que tenía sobre mi chica, acune una de mis manos en uno de sus senos, y al instante logré escuchar un jadeo involuntario producto de las primeras señales de excitación.
Tan excitado estaba, que me levanté un poco de encima y me acomode entre sus piernas.
Pov: Elsa.
No podía dejar de jadear, era jodidamente excitante.
Al verlo tomar el control cerca de mi zona íntima, él ladeó mis bragas y al instante comenzó a deslizar su dedo en mi parte más recóndita.
Con un sonrojeo involuntario, me quite mis gafas y le exigí que me hiciera suya – Follame–.
Pov: Hans.
De entre mis boxers, y sin mediar ni un segundo más.
Saque de mi ropa interior mi gran y endurecido miembro viril.
Elsa al ver mi miembro viril, pude notarla con cierto aire de excitación.
Sin siquiera tentarme más, acerque mi masculinidad a su zona.
Acariciando suavemente con la punta sus paredes, pude sentir como los líquidos bañaban mi miembro.
Asimismo también pude observar como el calor nos irradiaba de manera espontánea y reconfortante.
No aguantando ni un segundo más, entre en sus paredes de manera lenta y reconfortante.
Pov: Elsa.
Empecé a moverme a la par con él.
Aferrándome a mi asiento, sabía que Hans no se detendría hasta eyacular dentro de mí.
Con cada movimiento que hacia, no podía suprimir mis gritos, por ello, mi voz exclamaba y pedía con cada embestida, más velocidad.
Tocándome con rudeza, no podía contenerme en mis exclamaciones las cuales cada vez más se escuchaban fuertes.
Pov: Hans.
Mientras me movía, mi vista se había perdido con cada embestida y con cada golpe de mi piel contra la suya.
Al igual que ella, no podía contener mis jadeos y empecé a jadear con más fuerza y profundidad.
Estando a punto de terminar, me acerque a su rostro y le confesé a mi copito de nieve – Te amo–.
– Y yo a ti– me contestó mientras se preparaba para la estocada final.
Completamente listo para el último acto, concluí eyaculando en su zona, mientras me dejaba caer encima de ella.
Pov: Elsa.
Al acercarse a mi, lo abrace con tanta fuerza al grado de que no quería que se fuera de mi interior.
En medio de ese calor floreciente que me daba con su cuerpo, resople un poco y levanté mis labios para lo que iba a decir.
– Tengo hambre– le informe, a lo que él me dijo con algo de cansancio y después de suspirar una y otra vez – Yo también…–.
Saliendo de mi interior y levándose, me dio la mano para ir al interior de nuestra mansión.
Mientras caminábamos, me dijo con mucho cariño – Me encantó. Vamos a repetirlo–.
Estaba de acuerdo con él, me encantaba que me pusiera como su chica sumisa, pero a veces era yo quién ponía las reglas.
Ir a comer, no era una mala idea, lo malo era que los nutrientes de los alimentos no eran solo para mí, sino para el futuro bebé que iba a tener con Hans.
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Terminando así este fic.
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Notas del autor:
Hola lector, este fic lo publicó junto con otro. Bueno es el anterior de Dama peligrosa.
Lo publique este fic porque está ocupado espacio en mi disco duro, asimismo no fue del todo de mi agrado este fic, aún así lo publique.
Espero les haya gustado y nos leemos pronto.
Hasta luego.
