[–Un omega Senju joven, interesante…

Taicho… Es el segundo hijo de Butsuma.– Soltó uno de esos cabrones mientras sujetaba mi mentón clavando sus dedos para que no pudiera liberarme.

¿Estás seguro?

Totalmente.

Esas sonrisas no presagiaban nada bueno…]

MALDITOS BASTARDOS

CARA B

1ª parte

Luchó por intentar liberarse y había conseguido golpear a alguno de esos alfas, pero fue reducido y obligado a estar de cara al suelo mientras sus ropas eran rasgadas dejándolo desnudo y a la merced de esos asquerosos Uchiha.

–¡Soltadme! ¡Os mataré, cabrones!– Las heridas y los golpes que le habían causado le dolían, notando como la sangre caía al suelo desde su boca, sien, brazos... Pero no podía desfallecer, él era Tobirama Senju, el segundo hijo de Butsuma y hermano del apodado dios de los shinobis, no era alguien débil, él mismo era respetado y admirado en su clan por sus gestas y batallas ganadas, era el segundo shinobi más fuerte del mismo.

Lo apretaron con más fuerza en las extremidades, mientras su torso también fue apretado contra el suelo y su cuello presionado para conseguir mantenerlo quieto. Le costaba respirar, pero tenía que… Boqueó para conseguir aire, tragando tierra en el proceso y tosió un poco. ¡Putos desgraciados!

Sintió movimiento en sus espaldas, piel siendo estimulada y se temió lo peor y así fue, la presión en su entrada causada por un pene duro y erecto, provocó que se removiera con mayor ímpetu. Pero le era imposible soltarse, se mordió el labio para retener el quejido doloroso que le causaba que su entrada fuera forzada por ese pene grueso, su entrada que no estaba estimulada, ni lubricada, ni preparada… Su virginidad iba a ser tomada sin consentimiento, y él no podía hacer nada por evitarlo.

El gemido del alfa detrás suyo le causó arcadas de repulsión.

–Que apretado está el cabrón… Me la estruja de forma tan dolorosa.– Sintió como ese pene ere removido en el movimiento que iba a iniciar el alfa– Joder está muy seco, no parece omega.

–Mira Yorichi te has llevado su virginidad.– Los escuchó reír mientras él gruñía airado y por el dolor.

–Es la única humedad que he sentido en ese interior.– Oyó como carraspeaba y luego escupía en su ano. Su rostro se crispó en mayor repulsión si era posible.– Ahora me podré mover con mayor facilidad hasta correrme en ti, Tobirama Senju. Mi esperma en tu útero, que espero no éste tan seco como tus paredes… Cualquiera diría que no eres un jodido omega, Senju.

Y de esa forma el alfa siguió penetrándole, mientras los demás lo animaban y le sujetaban fuerte contra el suelo, causándole dolor por sus acciones y por las bruscas penetraciones. Más vale que cuando terminaran lo mataran, porque sino definitivamente los cazaría uno por uno y los mataría lenta y dolorosamente.

–Chicos… mmmm… Una vez consigues que se humedezca es bueno… Quizás nos lo tendríamos que llevar con nosotros para convertirlo en la putita de nuestro clan.– Mientras de forma ronca gruñía por el esfuerzo de penetrar tan delicioso agujerito.

–Es una gran idea, capitán Yorichi. Imaginaos que golpe a la moral de esos Senju que el segundo hijo de Butsuma Senju, al arrogante, fuerte y altivo Tobirama, pase a estar en nuestros harenes como a una putita omega más, un magnifico botín de guerra.– Corroboró otro mientras se colocaba el paquete de forma ansiosa, estaba deseando penetrar y correrse en ese interior del orgulloso omega Senju.

–Y si encima en cada cópula o celo lo preñamos… Jajajajaja. Le diremos a Butsuma y al jodido dios de los shinobis que miren que cachorritos más bonitos nos ha parido su familiar.– Todos rieron, mientras se relamían y liberaban feromonas excitadas.

–Oh..., aunque sea un enemigo es el omega más fuerte que he conocido… Nos aportaría buenas crías que serían grandes soldados en un futuro. Sólo tenemos que saber educarlas bien para quitarles el veneno Senju que les aportaría éste omega de la mente.

–¿Quién aportaría buenas crías al clan?

Esa voz los puso en alerta, y el alfa que le había estado penetrando sacó su pene de su interior y se subió los pantalones, pero aunque se tensaron, ninguno le soltó.

Yorichi se inclinó respetuoso ante Tajima Uchiha, su poderoso líder, el hombre que acababa de llegar.

–Señor, hemos capturado al omega Senju Tobirama y estábamos divirtiéndonos con él. En un principio lo íbamos a matar al terminar de… Bueno, al terminar nuestro entretenimiento, pero pensamos que sería más doloroso para ese clan y para el omega, convertirlo en un esclavo sexual y que se le obligue a parir cachorros Uchiha. Sabemos que es un sucio Senju, pero también que es extremadamente poderoso y los cachorros que pariría podrían heredar tales rasgos. Bien educados serían excelentes soldados Uchiha.– Miró a su líder– Aunque sólo es una opinión y si desea lo destriparemos en cuanto terminemos… Si nos permite tal diversión de nuestro prisionero.

Tajima pensó en las palabras de su subordinado. Yorichi era astuto y tenía razón, el omega Senju era el más poderoso que había conocido jamás. No se encontraban omegas tan fuertes, definitivamente tenía buenos genes corriendo por su inmunda sangre. Miró al reducido omega contra el suelo, que todo y las heridas y la situación en la que se hallaba seguía buscando huir y gruñía muy cabreado y amenazante. Tenía un porte altivo y fuerte en batalla, y ahí tumbado contra el suelo, con las caderas levantadas y amordazado, atado y sostenido por cuatro fuertes alfas seguía mostrando esa fortaleza. El Senju tenía la piel pálida recubriendo un cuerpo fuerte y lleno de potente musculatura, tan diferente a los omegas a los que solían estar acostumbrados. Era alto, era fuerte, estaba "duramente construido" para ser un soldado incansable, un guerrero tenaz y poderoso. Si, si era capaz de transmitir esas características a su descendencia definitivamente aportaría buenos cachorros, grandes soldados y mejores guerreros. Sería un soplo de aire fresco en la genética Uchiha. Sólo esperaba que las crías no heredaran ese horrible pelo blanco, los ojos le daban igual, el rojo era un color que los Uchiha adoraban. Y si encima podían desmoralizar al clan Senju con su acción, mejor que mejor. Seguro que el cabrón de Butsuma le daría un ataque al conocer que su hijo menor era un omega de los Uchiha en ese momento.

–Muy bien pensado Yorichi. No esperaba menos de uno de mis mejores capitanes. El Senju será llevado al clan Uchiha, y allí verá su sino. Podéis acabar con lo que le estáis haciendo, a ver si así le domáis un poco. Pero al llegar al clan llevadlo con la matriarca y que le de un té anticonceptivo, tengo planes para que se embarace con un Uchiha. No os corráis en su interior, ya sabemos que el té no termina de ser efectivo en su totalidad.

Y Taijima se quedó allí, controlando que su inversión no se les fuera a escapar. Mirando como el omega Senju era violado una y otra vez por sus hombres, mientras el albino le miraba con una clara muestra de odio y rencor, sin desfallecer por mucho que sus hombres abusaran de él y por mucho que le doliera, como a veces demostraba al tensarse de más. Si, el omega tenía carácter y era sumamente fuerte, había tomado la decisión más acertada no matándole y llevándole como premio y rehén al clan. Esa cara altiva y demostrando su fuerza todo y la situación le excitaron muchísimo. Apartando a uno de los que iban a entrar en el ano del albino, se colocó él. Le sonrió con cinismo al Senju mientras se bajaba los pantalones, masajeo un poco su pene y lo colocó en esa entrada que ya estaba roja y un poco sangrante de tantos abusos.

–Vamos a ver de que estás hecho, Tobirama-chan– Se burló antes de introducírsela de golpe y empezando a moverse con brusquedad.– Esto es muy bueno… Después de tantas violaciones sigues apretado… Mmmm. Le vas a encantar, ya verás, omega.

–¿A quien le va a encantar Tajima-sama?– Preguntó con curiosidad, uno de sus hombres.

–Será el regalo perfecto para mi hijo Izuna, y de paso joder al clan Senju.– Sonrió con gran cinismo sin dejar de embestir con fuerza ese cuerpo arrodillado y que liberaba quejidos de dolor. "Por fin" Pensó con sadismo disfrutando de herir a alguien como Tobirama Senju.–Eso, grita y gime… Omega.

Su hijo Izuna hacía poco había presentado como alfa. Estaba muy orgulloso, dos hijos y los dos alfas, los dos eran los más fuertes y poderosos del clan, todo y el pequeño tamaño de Izuna. En un principio temió que dada su consistencia y tamaño corporal, Izuna saldría beta u omega. Pero no, su hijo menor era un alfa, bajito y delgado, pero muy fuerte. Seguía en poder a Madara y su sharingan era de los más terribles… Las ilusiones de Izuna era terroríficas, capaces de causar la muerte en aquellos que caían en ellas. Pero Izuna seguía siendo de contextura pequeña, incluso después de haber madurado, sexualmente hablando, después de su primer celo. Por eso cuando sus hombres le hablaron de lo que podrían hacerle al omega albino, pensó que era un gran plan. El Senju tenía la contextura ancha y robusta, y si tenía suerte las crías que pariría podrían heredar eso de su madre. Era la mejor opción, por mucho que algunos de sus capitanes y consejeros hubieran ofrecido sus hijos e hijas omegas para que se enlazaran con su hijo menor. No, podía aceptarles, definitivamente quería mejorar físicamente al clan Uchiha, que los futuros guerreros salieran fuertes y robustos y si dejaba que su hijo se apareara con esos omega ofrecidos por sus hombres, eso no sucedería… Los Uchiha eran poderosos, sus hijos eran extremadamente poderosos, pero no tenían una altura muy "llamativa", sobretodo su Izuna. Quería cambiar eso para su segundo hijo y la descendencia que éste le pudiera aportar al clan.

–Lo llenaremos de crías Uchiha de mi segundo hijo. Será un duro golpe a su orgullo y al orgullo de todos los cabrones Senju. Y cuando ya no nos sirva, o si no cumple mis expectativas, lo devolveremos a su clan sabiendo que se ha abierto de piernas para sus mortales enemigos… Y de paso preñado de crías con sangre Uchiha– Si su plan no salía bien, que las crías que nacieran no cumplían los ideales que creía y deseaba… Tobirama Senju sería entregado a sus hombres, a todos ellos, y que lo usaran hasta que se cansaran del omega. Luego lo devolverían a su hermano y padre, ya estuviera preñado o con un mocoso agarrado a sus pantalones… Le daba igual, para entonces sería problema de los otros.

Cuando estaba llegando a la culminación, salió de ese interior, igual que habían hecho sus hombres y masturbándose un poco más se corrió encima de las nalgas y espalda del retenido albino. Acarició esa piel con cierto recochineo.

–Espero que te haya gustado… Vas a tener más de esto, Tobirama-chan. Mucho más.

Para ese entonces el omega les insultó, pero ya no tenía la misma fuerza para pelear. Estaba agotado y seguramente se sentía adolorido y humillado.

–Volvamos. Y no dejéis que huya.– Encabezó la marcha, mientras sus hombres llevaban atado al Senju como un animal.

Tobirama no peleaba, caminaba con la cabeza algo baja mientras cojeaba de forma visible.

–Seguro que esa fue tu primera cópula, niñato.

–Si, Butsuma-sama, el omega era virgen antes de que lo folláramos.– No le extrañaba a Tajima al verle caminar, seguro que ese Senju se creía demasiado superior como para dejarse tocar y por eso nunca había sido penetrado. A ver como respondería cuando un alfa anudara en su interior y le llenara de semen el útero, una y otra y otra vez. Sonrió con malicia, ya tenía ganas de verlo.

No tardaron mucho en llegar. El omega Senju fue atado con unas cadenas especiales que le impedirían usar el chakra contra ellos, su cuerpo recubierto por los sellos de la técnica encerrada en esas cadenas. Ahora si quería pelear lo tendría que hacer a base de fuerza física, cosa que Tajima sabía que el albino era muy capaz de hacer.

–No bajéis la guardia porque no pueda usar chakra… Sabéis que es un gran luchador.

–Si, señor.– Cumplirían las ordenes, no le fallarían a su gran líder.

–Ahora llevadlo con la matriarca y que le de el té, por si acaso… Y luego encerradlo a solas, no le perdáis de vista.

Ese mismo día, horas más tarde, fue a visitar a la matriarca, una vieja omega que se dedicaba a sanar y tratar con los omegas embarazados, ayudarlos en los partos cuando era necesario, preparar infusiones y pócimas curativas… Esa mujer había explorado al omega albino, a la vez que le hizo tomar el té anticonceptivo y la había curado las heridas más graves que le habían causado.

–¿Y bien?¿Qué me puedes decir de nuestro nuevo esclavo?

–Que es muy fuerte y potente, alberga poder en sus venas. Es igual de fuerte que tu segundo hijo, quizás hasta algo más y todo. No había visto un omega tan fuerte nunca, y no hablo sólo del físico, que posee una admirable musculatura; sino mentalmente y en chakra.

–¿Es fértil?–Esa era la parte que le interesaba de todo eso.

–Si, mucho. Aportará buenos cachorros al alfa que le preñe.–El Senju poseía una alta fertilidad, según pudo oler y comprobar después de la exploración, y basándose en sus muchos años de experiencia.

–¿Cuánto puede tardar en entrar en celo?–Otro punto importante a tener en cuenta. Le gustaría que su hijo le embarazara cuanto antes, en los tiempos que corrían era cuestión de no perder tiempo en banalidades, cualquier día podías caer en una emboscada, recibir una mala herida, una pelea desigual… Y morir.

–No creo que tarde demasiado… A lo sumo unas semanas. Su vientre y óvulos están madurando y a la espera de ser llenado, y más ahora que no se le va a dar nada para suprimir el inminente celo.

Su líder se iba a marchar, satisfecho con la información recibida.

–Tajima-san, que se alimente bien y beba suficiente líquido. Pues seguro que su celo será intenso, lleva tiempo reprimiéndolo.– El alfa asintió– Me gustaría que se me permitiera ocuparme de él. He podido comprobar que su "honor de guerrero" no le permite dañar a una anciana omega como yo. Además de que mi aroma puede mantenerlo calmado.

Y era cierto, la matriarca era respetada por todos y a su alrededor todos se mantenían en un estado de calma y relajación. Su aroma suave y la tranquilidad que emanaban de la anciana mujer contribuían a que tanto alfas como omegas emparejados la respetaran y le permitieran entrar en sus territorios sin sentirse amenazados, lo que era perfecto en caso de complicaciones durante el embarazo y el parto. También los no emparejados buscaban a la anciana como una figura materna y de seguridad. Incluso los alfas heridos en combate, que solían estar agresivos y a la defensiva, permitían que la vieja omega se acercara sin miedo a que la fueran a dañar y le permitían que tratara sus heridas de forma mansa. Imaginaba que al Senju le había ocurrido igual, que el influjo de la matriarca también le había afectado haciendo que mantuviera un perfil bajo con la anciana.

–Está bien, ocúpate de que esté bien cuidado y de prepararlo para el celo.

Esa misma noche le contó su idea a sus dos hijos. Madara le había fruncido el ceño disconforme.

–Padre, es un jodido Senju. No puedes estar hablando en serio… Los odiamos.–Había tenido amistad con el alfa Hashirama durante su niñez, pero ya llevaban demasiadas batallas encima, demasiada sangre derramada, demasiado odio… Ya no había vuelta atrás, él era Uchiha, Hashirama era Senju, eran enemigos declarados. Y a su padre se le ocurría esa catastrófica idea. –Sería mejor que a esa jodida rata albina la mataras. O si quieres, deja que los hombres disfruten de él y luego lo decapitas y fuera.

–No Madara, es cierto que son nuestros peores enemigos, pero tu no ves las bonanzas que puede aportar ese omega a nuestra sangre. Podemos odiarles, pero has de reconocer que son muy fuertes, el omega Senju es extremadamente poderoso y fuerte… Su sangre mejorara nuestro clan. Y si luego de esta primera prueba vemos que no sale bien, siempre estamos a tiempo de hacer lo que tu sugieres. Nunca sería tarde para tales acciones.

– Veo lo que dices, y entiendo la fuerza que podemos conseguir a futuro. Crías más fuertes pues se ha de reconocer que los Senju poseen mucho poder y chakra. Pero no puedes decidir por Izuna, le estás diciendo que debe tomar a ese omega como suyo.

–No veo problema en ello. Sabes que la marca mejoría su control sobre el Senju y además ayuda a favorecer la fertilidad del omega y que haya una camada segura. Sino funciona siempre se puede romper la unión, Izuna no se vería afectado.

Madara negó porque su padre no veía que había hecho mal. A veces se pactaban uniones entre alfas y omegas, pero al final el alfa era el que decidía si realmente aceptaba al omega que le ofrecían… En cambio su padre parecía que no diera opción a escoger tal acción.

–Si tanto ves las opciones positivas de tomar al Senju como omega, siempre puedes hacerlo tu, padre. Después de todo madre ya murió y tienes a tus amantes, pero todos y todas sin mordisco que demuestre que te pertenecen. Puedes marcar a la rata albina y preñarle tantas veces como desees.

–Lo haré.– Se pronunció Izuna por primera vez.

Su hermano tenía razón, pero él si era capaz de ver la visión que tenía su padre de esa unión. Tobirama había sido su mayor enemigo, ese jodido omega era tan fuerte, tan poderoso y con un chakra increíble, siempre a la par suya. Incluso tenía que esforzarse tanto para que el omega Senju no tomara ventaja en las batallas. Pero si lo convertía en su omega, sería suyo. Se tendría que someter a él y le obligaría a parirle los cachorros que dejara hacerle en cada celo, a aceptar las cópulas cada vez que deseara montarle. Tobirama sería suyo, lo haría por el poder del clan y por su propio beneficio. Un clan Uchiha invencible, al unir su sangre con la de alguien como Tobirama. Además de que también se divertiría apareándose con él y destruyendo su orgullo.

–Padre tiene razón, hermano. Lo que nos puede aportar Tobirama Senju es mejor que todas las posibles consecuencias de tal acto.– Luego miró a su progenitor–Cuando sea el celo de esa maldita rata albina me aparearé con él y lo marcaré como mío.

Su padre sonrió con orgullo, sus hijos nunca le defraudaban. Eran su mayor orgullo y su mayor fuerza.

En el clan Senju, la situación era mala. Tobirama no había vuelto de esa misión, ni al día siguiente. Eso preocupó a Butsuma y a Hashirama. Se hicieron varios equipos que salieron en busca de cualquier rastro del albino. Sólo volvió el equipo del primer hijo del líder, sin bajas. En el resto hubo muertos, entre ellas su progenitor... Les habían emboscado durante el rastreo.

El entierro y la ceremonia donde Hashirama Senju fue nombrado nuevo líder fue austera y pesada. Nadie tenía ganas de festejar nada, Tobirama seguía sin aparecer. El único rastro que habían hallado de su menor fue sus ropas rasgadas, sus armas, sangre del mismo y un esqueleto carbonizado. Nada más quedaba en el lugar… Se le acabó dando por muerto, atribuyendo que esos huesos resecos y negros eran los de su querido hermano menor. Ahora se encontraba sólo y teniendo que dirigir todo un clan, batallar por sus tierras, para evitar que posibles invasores fueran a robarles suministros y omegas. Fue muy duro de afrontar sin tener a su amado hermano a su lado aportándole esa fortaleza que poseía y su aguda mente.

Por suerte tiempo después la ayuda vino a través de una alianza, el clan Uzumaki. Se casó con la bella omega hija del líder. Eso le aportó felicidad en su vida, una felicidad que hacía tiempo no lograba sentir.

Y fue conjuntamente con el clan Uzumaki que levantaron sus antiguos sueños infantiles, una aldea que llamaron Konoha… Más y más clanes se unían a ese agradable lugar donde vivir. Su gran sueño por fin era real, lástima que no había podido realizarlo junto a su buen amigo de la infancia y, posteriormente mayor enemigo. Uchiha Madara.

CONTINUARÁ...