Día 2: Hands Holding
Dime Eriol, ¿qué sentiste la primera vez que nos tomamos de la mano?
Después del paraguas tuvieron que pasar 2 semanas para volvernos a encontrar, tenías esa misma mirada traviesa, para agradecerte lo del paraguas te invité un café.
-Pero gracias a mí terminaste empapada, creo que mi acto caballeroso fue un fracaso total
-¡Hey! Pero las risas no faltaron -te dije y reímos juntos
Así empezamos nuestras tardes de café, solíamos hablar de libros y series, de música, especialmente de música, así descubrí que ambos estábamos en la misma facultad, tú querías ser un gran pianista y yo una bailarina, recuerdo que estaba apenada cuando me dijiste que me habías visto bailar y que era la mejor de mi clase.
Nuestros encuentros se volvieron casi diarios, y recuerdo que ese día se nos hizo especialmente tarde, aún así caminábamos sin prisa hasta la parada del autobús, lado a lado, nuestras manos rozaban de vez en cuando, y en uno de esos roces enlazaste nuestros dedos, y llenándome de valor fui yo quien terminó de afianzar nuestro agarre, sentí un nudo en el estómago cuando llevaste nuestras manos unidas hasta tus labios y besaste mis nudillos, sentí un calor en mis mejillas y que por fin estaba en el lugar correcto.
