Día 3: Under the rain

Hey Eriol, en aquellos días parece que nuestro Cupido estaba confabulado con el espíritu de la lluvia, ¿lo recuerdas?

Esa vez no teníamos ni siquiera un paraguas roto para protegernos, al menos hubiera deseado la cornisa de algún edificio, pero al igual que a muchos, nos tomó desprevenidos y todas estaban llenas.

-¿Deberíamos buscar refugio? -me preguntaste

-Mi padre decía que la lluvia es un regalo del cielo, y a mí me gustan los regalos -te contesté mientras daba vueltas, con la cara hacia el cielo y con los brazos extendidos

-En ocasiones como esta pienso que eres una niña

-Te aseguro que no lo soy -dije acercándome a ti, usando mis más altas habilidades para ponerme en puntitas y alcanzar tus labios
-Lo sé

Después de eso volvimos a besarnos sin importar la lluvia que caía sobre nosotros, después de todo, la lluvia siempre había sido nuestra aliada.