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NejiTen month día 8
Agosto 08/2021
Prompt: Pasión / Sanación
Mundo ninja
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Aclaración: Continuación del día 6
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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.
Disfruten la lectura.
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Saga "Destino"
Parte 2 de 3
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Día 08. Sanación
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Quiero despertar así el resto de mi vida.
No estaba segura si había escuchado esas palabras o las había soñado, solo sabía que al despertar estaba sobre el pecho de Neji quien la tenía firmemente abrazada y la vio tan pronto notó el cambió en su respiración. Su mirada lo decía todo, los dados habían sido lanzados y la guerra empezaba esa mañana en la que ellos solamente querían detener el tiempo y quedarse en ese lugar juntos.
Neji la había besado cuando ella le dijo que no consideraba un error que se hubieran acostado antes, y luego tras decirle que para él tampoco lo era se habían ido para su carpa. El sentido común y la orden de los comandantes dictaban que esa noche tenían que descansar y dormir bien pues al día siguiente necesitarían hasta la última gota de su energía para el combate… pero eso no los detuvo a ellos de pasar un par de horas haciendo el amor como si fuera la última vez que podrían estar juntos.
Dos pensamientos llegaban juntos ante esa expresión, el primero iba por el lado de describir su apasionada noche como hacer el amor y no solo como sexo y ya, pero la diferencia había sido abismal y definitivamente no había sido algo únicamente carnal como esa noche en la posada lejana, se habían conectado de una forma mucho más profunda. Su segundo pensamiento era un poco lúgubre. Si lo pensaba objetivamente y sin el velo romántico, realmente había, aunque fuera una posibilidad pequeña, que SÍ fuera la última vez. La última vez en que los dos estarían con vida pues nada estaba dicho aún sobre el resultado.
Desechó el camino de ese pensamiento, Neji era un guerrero notable, el mejor de su generación y si ella debía apostar por alguien que sobreviviría sería él. Ella por su parte había mejorado bastante y tenía la firme convicción que iba a luchar con todo lo que tenía, si la suerte estaba de su lado iba a sobrevivir también.
- Cuando la guerra termine estaremos juntos — le prometió él con un beso de despedida pues ya debía irse a preparar para lo que se avecinaba.
Ella sonrió y asintió, los dos habían sido inmaduros la primera vez por estar excedidos de tragos al no saber cómo afrontar el haber traspasado el límite de la amistad, pero ahora no lo iban a ser más. Ese desliz solamente había sido provocado por lo que realmente tenían oculto en su interior y ahora que lo habían dejado aflorar no lo esconderían más. Cuando la guerra terminara iban a estar juntos.
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Cuando la guerra termine estaremos juntos.
La frase sonó en su cabeza a medida que corrían al lugar en el que Neji acababa de caer en el campo de batalla.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Se repitió una vez sintiendo un nudo formarse en su estómago y que todo el aire de sus pulmones escapaba, siendo imposible respirar por el dolor en su pecho mientras Rock Lee lloraba al sostener el cadáver de Neji.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Mil sentimientos pasaban por ella mientras el tiempo se había detenido. El enojo era uno de ellos y quería gritar, reclamarle al Hyūga que se levantara de una vez, ¡él le había prometido que estarían juntos cuando la guerra terminara! ¡él no tenía que morir! ¡no de esa forma!
Quería avanzar y quitar a Lee para ser ella quien abrazaba el cuerpo de Neji y lloraba desconsolada, pero alguien debía mantener la compostura y lamentablemente quien lo hacía ya no estaba, así que ahora era su tarea. Con dificultad pasó saliva y le dijo a la minibestia que debían continuar, la guerra no había terminado y estaban en un punto vulnerable.
Limpió un par de lágrimas que surcaron sus mejillas a medida que avanzaban, no podía descomponerse, no todavía. No había una certeza de cuánto tiempo más duraría ese combate, pero de seguro si llegaba a sobrevivir iba a tener mucho tiempo para llorar después por la pérdida de su compañero de equipo y amado.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Esas palabras la habían hecho desconfiar del mundo irreal en que fue sumergida, ese mundo extraño en el que todos actuaban de forma diferente. Su sensei y Rock Lee dejando de lado entrenar, Ino de forma tímida, Hinata agresiva y lo peor era él, Neji siendo pervertido y espiando la ropa interior de las mujeres. Ese no era su Neji, no podía serlo. No si tenía en cuenta que SU Neji había fallecido apenas unas horas atrás y ella todavía no procesaba que nunca lo volvería a ver.
¿Era mejor ese Neji pervertido que nada? ¿Era tan malo conformarse con alguien que solo tenía su apariencia pero no su personalidad ni ninguno de los rasgos que hicieron que se fijara en él? ¿Era tan malo quererlo cerca pues el vacío en su pecho menguaba un poco?
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Neji no mentía, jamás lo había hecho y sin embargo sus últimas palabras hacia ella habían sido una promesa rota. Escuchaba los festejos cuando todos salieron de ese mundo ilusorio y supieron que la guerra había terminado y ellos habían salido victoriosos. O bueno, su bando había ganado, porque ella no podía unirse al clamor de la victoria, a la alegría que los embargaba a todos.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
En su mente podía escuchar esas últimas palabras con claridad, como si todavía la estuviera abrazando, dichas justo antes de besarla. Un beso que ahora le daba un dejo amargo, había sido un último beso sin saber que lo sería.
Caminaba con resignación de regreso a la aldea, escuchaba a todos celebrar, la alegría infaltable a pesar de las bajas y las heridas de gravedad. Solamente deseando llegar a su departamento y esconderse en su cama, tal vez si dormía un rato al despertar descubriría que era un mal sueño. Fue entonces cuando Sakura llegó junto a ella y la abrazó, siguieron el recorrido con la ojijade mencionando todo lo que les esperaba a los ninjas médicos pues había un sinnúmero de heridos, unos peores que otros.
Y sin duda gracias a Tsunade y sus avances en la investigación médica, muchos de los habían sufrido lesiones que en otras circunstancias habría sido una muerte segura, estaban vivos. Ella solo asentía a sus palabras hasta que escuchó que pronunciaba ese nombre.
- Neji sobrevivió por poco, sus heridas son graves y le queda un largo camino de recuperación pe…
No estaba segura de qué más dijo su amiga, su mente ahora repetía una y otra vez. Sobrevivió, sobrevivió, sobrevivió, sobrevivió, sobrevivió.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
No había sido una promesa rota, él había sobrevivido y ella también. La guerra había terminado, así que ellos iban a estar juntos.
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Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Ella odiaba los hospitales, siempre los había odiado pues era un lugar que la hacía sentir vulnerable y jamás le había traído buenos recuerdos. Pero ahí estaba, desde que supo que Neji estaba vivo había llegado a preguntar por él y eran contadas las ocasiones en que abandonaba la habitación más que para ir a comer y dormir. A veces ni siquiera a comer, era tan asidua en el lugar que las enfermeras ya la dejaban entrar su propia comida.
- Buenos días, dormilón — saludó con una sonrisa al llegar esa mañana y como siempre no obtuvo respuesta — ¿quieres que abra la ventana? El día está hermoso… o algo así, anoche nevó y tenemos el primer paisaje blanquecino del año — ella inhaló profundo, le gustaba hablarle, que se sintiera acompañado — Te gusta la nieve ¿cierto?
La enfermera entró en ese momento a la habitación y ella la saludó, recibiendo los implementos necesarios para darle a Neji el baño de esponja diario. Llevaba dos meses visitándolo a diario y desde el principio se había ofrecido a ser ella quien lo limpiaba, no es que fuera celosa o nada por el estilo para no gustarle que otra mujer pasara sus manos por su cuerpo, era que ella lo conocía bien y sabía lo quisquilloso que era respecto a su higiene.
Humedeció la esponja y empezó por su rostro, siempre se mordía el labio cuando veía su frente ahora completamente despejada pues el sello que por tantos años lo había marcado había desaparecido. Frotó sus ojos, sus labios, sus mejillas y finalmente su mentón. Procediendo a abrirle la bata para proceder con su cuerpo, humedeciendo cada tanto la esponja de nuevo para seguir frotando con dedicación cada centímetro de piel.
Al finalizar le puso la ropa limpia y le besó la frente, esa era parte de su rutina, darle ese beso al terminar a modo que tuviera algo de ella. Lo siguiente en la agenda de la mañana era hacer los ejercicios, tanto tiempo postrado en una cama podía atrofiar sus músculos y por eso debía moverle las extremidades.
- No me has contado qué hablaste con Hinata ayer — comentó mientras empezaba a mordisquear su comida — es difícil para ella ¿sabes? — cuando alguno de los Hyūga iba prefería dejarlos solos – está feliz porque por fin Naruto se fijó en ella… pero está muy triste porque todavía no despiertas — sin duda una situación compleja — aunque obviamente no pierde la esperanza, tanto ella como yo sabemos que es cuestión de tiempo, vas a regresar… prometiste que estaremos juntos, nunca has roto una promesa.
Sonrió, ella iba a seguir a su lado el tiempo que hiciera falta. En la tarde buscó un libro, a veces se quedaba sin temas para hablar y por eso había empezado a llevar algo para leer, leyendo en voz alta para que la escuchara. Incluso discutía con él, o bueno sola, lo que pasaba en la novela de turno o criticando a la protagonista.
Al día siguiente observó a las enfermeras cambiar los vendajes, con cada cambio de vendaje veía cómo las heridas se habían ido cerrando de a pocos y siempre pensaba que era todo un milagro que estuviera vivo después de haber sufrido tal magnitud de heridas en su pecho. Admiraba a Tsunade desde su infancia, pero ahora la había elevado a una nueva categoría, gracias a la Sannin y su dedicación al ámbito médico Neji vivía, sin ella nadie sobreviviría esas perforaciones en los pulmones.
Después de limpiarlo con la esponja lo reacomodó en la cama, esta vez para poder dedicarse a cepillar su cabello. El Hyūga cuidaba mucho su cabello y por más que lo intentaba no conseguía que reluciera como lo había hecho antes, incluso se lo había lavado con el mismo champú que él usaba sin éxito, pero no se rendía en su esfuerzo. Los cuentos de hadas que le leía su madre en su infancia decían que debía cepillarse el cabello cien veces y ella las contaba concentrada en la tarea.
Ella casi envidiaba su sedoso y liso cabello desde la academia, aunque en ese entonces él ni la determinara. Cuando fueron compañeros de equipo se preguntó si algún día él la dejaría trenzárselo, pero luego descubrió que Neji no permitía que nadie le tocara el cabello. O no de esa forma porque claramente en las escasas dos noches que compartieron ella había tirado de este, despeinándolo por una vez en su vida.
Un ligero sonrojo la cubrió ante el recuerdo, no era el momento de pensar ese tipo de cosas. Era mejor cosas ligeras como ¿podría trenzárselo ahora que Neji estaba inconsciente? ¿Hacerle cualquier peinado que ella quisiera? Empezó a reírse casi a carcajadas de pensar que alguien de su Clan preciso fuera a visitarlo y lo encontrara peinado con dos chonguitos, seguro le prohibirían la entrada.
- Y con esa son cien — dijo en voz alta tras dejar de reírse — creo que no importa qué peinado te haga, seguirás luciendo apuesto — dejó el cepillo a un lado y depositó un beso en su frente solo porque sí, porque le gustaba hacerlo. Al apartarse se encontró con un par de ojos que conocía como la palma evaluando todo a su alrededor, claramente desubicado — ya era hora que despertaras, dormilón — fue lo único que atinó a decir mientras un sinfín de lágrimas empezaban a brotar.
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Todo había sido oscuro por mucho tiempo.
Recordaba perfectamente estar en el campo de batalla y decidir usar su cuerpo a modo de escudo para proteger a su prima y a Naruto. Era su deber, él era su guardián y la última decisión que tomó fue ser fiel a su juramento por encima de su propia vida.
También recordaba el dolor, el sabor de la sangre en su boca aunque no recordara las palabras que pronunció. Su mente se iba hacia atrás, a esa promesa que acababa de romper por una maldita guerra.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
En un ataque de optimismo se convenció a sí mismo que los dos iban a sobrevivir al combate y por eso hizo esa promesa. Pero el destino se había reído en su cara y frustrado todos sus planes. Volviéndose de repente todo oscuro mientras pensaba en Tenten, en que debió ser menos cobarde y buscarla mucho antes, hubieran tenido al menos un par de semanas juntos y no solo esa noche.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Era el pensamiento que predominaba mientras la oscuridad reinaba, viendo a lo lejos un túnel al que inevitablemente empezó a acercarse. Lo sabía, lo entendía, pero eso no hacía que le doliera menos saber que no la volvería a ver.
La luz fue haciéndose más grande a medida que se acercaba, era simplemente deslumbrante y hermosa. Estiró su mano cuando faltaban solo unos pasos y pudo ver el haz de luz iluminarla, convirtiéndola en algo etéreo, iba a dar un paso más pero de repente todo volvió a ser oscuro. Era un inmenso vacío y él estaba en medio de la nada misma.
Estaba acostumbrado a la meditación, así que se sentó y se dedicó a eso. Entendía que algo había cambiado en el exterior pero no sabía qué era y por lo visto lo único que podía hacer era esperar. A veces caminaba en medio de la nada que lo rodeaba, a veces se recostaba y cerraba los ojos, aferrándose a los recuerdos de cuando estaba vivo.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Esa vez no había sido su mente quien trajo esas palabras, era una voz, era su voz. Se concentró entonces en escucharla y en sonreír, Tenten siempre había hablado bastante, pero jamás tanto como en ese momento y en lugar de desear que se callara, solo quería que siguiera haciéndolo. No le importaba el tema, a veces ni siquiera sabía de qué iba la conversación, solo le importaba que fuera ella quien lo hacía.
Luego empezó a sentir un ligero cosquilleo, no en todo su cuerpo y no todo el tiempo, pero le gustaba la sensación que le daba, lo que le transmitía. Cuando ese cosquilleo aparecía se enfocaba por completo en ello, en tratar de identificar exactamente cuál era la parte de su cuerpo que estaba siendo tocada, y dicho sea de paso en tratar de encontrar su cuerpo. Porque a veces él mismo sentía que se fundía en la nada que lo rodeaba.
Cuando la guerra termine estaremos juntos.
Sintió el contacto en su frente y logró abrir sus ojos, encontrándose los orbes chocolate fijos en él. Estaba desubicado, toda su cabeza se había vuelto una masa difusa y no conseguía hilar dos ideas seguidas. Pero ese rostro bañado en lágrimas le era familiar y le daba paz, a la vez que le molestaba que llorara, ella no tenía porqué llorar. Nadie tenía que hacerla llorar.
Y fue entonces que poco a poco sintió que sus pensamientos regresaban, su promesa sobre estar juntos. Era él quien la estaba haciendo llorar. Trató de moverse o de hablar para consolarla, pero no lo consiguió, lo único que salió de su garganta fue un jadeo y Tenten lo abrazó muy fuerte por un segundo antes de dejar la habitación.
La castaña regresó un minuto después con varios médicos que empezaron a examinarlo por completo, ella ya no lloraba, ahora sonreía y esa sonrisa le gustaba. Le gustaba el mensaje en este que era solo para él.
Los dos habían sobrevivido, en su caso con mucha dificultad, pero lo había hecho y ahora le quedaba sanar.
La guerra había terminado y ellos iban a estar juntos.
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Esto es un threeshot, la parte final llegará el día 18.
¡Nos leemos mañana en la continuación del día 2!
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Att: Sally K
