Descargo de responsabilidad: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen. El universo en propiedad de JK Rowling.
9. Escoba.
Parpadeo un par de veces. La carta de Mcgonagall tamborileando en sus dedos.
Pensó en sí misma escapando de un troll a los 11 años y se rió para sus adentros. Recordó la cara aterrada de Harry y Ron cuando la encontraron y entonces dedujo que si de eso fueron victorios…. una vitrina de trofeos rota en mil pedazos por una escoba no era para tanto. No podía culpar a unos chiquillos curiosos por querer hacer algo -a sus ojos- peligrosamente divertido, pero, después de todo, se sentía orgullosa de que Scorpius hubiera heredado algo que a ella la casa de Griffyndor le había otorgado.
Valentía.
Se levantó decidida de la silla del elegante y enorme comedor de la Mansión y fue directo al despacho de Draco.
Toco un par de veces y la puerta se abrió para ella sin aparente esfuerzo.
– Es la tercera en esta semana Granger– suspiro Draco resignado.
– Lo sé – ella ahogó una risita cómplice –… evidentemente no entiendo de donde heredó Scorpius esa barbarie de comportamiento.
Él levantó la mirada del pergamino en que estaba escribiendo y la miró entrecerrando los ojos minuciosamente. Dejó la pluma en el tintero y negando con la cabeza se levantó lentamente chasqueando los dientes. Rodeó su fino escritorio de caoba y caminó acercándose peligrosa y seductoramente a su esposa.
Sus mechones rubios cayendo libres por su frente.
– Evidentemente Granger, se que si lo sabes –. Ella no se movió ni un centímetro cuando lo vio acercarse. Su porte aristócrata la volvía jodidamente loca. Y el tono de su voz...
Oh.. por Merlín, si esa era cárcel que la condenarán a su voz seductora por siempre.
– Tendrás.. que – titubeó ella embelesada en los ojos grises oscurecidos y penetrantes de su esposo. – Q-quiero decir.. – su aliento mentolado más cerca de sus labios. ...
–Te pongo nerviosa, Hermione – dice el remojandoce los labios y rozando la miel de los suyos ligeramente abiertos. Sin más ella acortó la distancia y tiró de su cuello,en un leve toque y lo besó. Primero con suavidad danzando alrededor de su aliento y disfrutando de su sabor mentolado enviando un choque eléctrico y caliente en todo su tembloroso cuerpo. Benditas mentas.
Con los ojos cerrados aspirando su aroma, Draco enredó sus manos posesivamente en la cintura de su esposa y ella se arqueo hacia el un poco. Hermione mordió su labio inferior y el gimió en respuesta, soltando una mano de su agarre y colocándola en la nuca de su bruja.
Sujetando sus rizos y tirando de ellos hacia atrás Draco corto el beso.
Jadeantes se miraron unos segundos, luego ella rompió el silencio.
– Cama. Malfoy. Ahora.
El sonrió maliciosamente. La charla por la mala conducta se su hijo podriá esperar para más tarde...
