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NejiTen month día 17

Agosto 17/2021

Prompt: Alma gemela / Anhelo

Universo alterno

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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.

Disfruten la lectura.

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Día 17. Alma gemela

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Se detuvo en su recorrido y trató de recordar las indicaciones que le habían dado, "sales por la puerta, a la derecha hasta el fondo, bajas las escaleras, luego a la izquierda hasta el extintor, giras de nuevo a la izquierda unos cuantos pasos hasta el aviso de precaución, luego a la derecha y es la cuarta puerta." Respiró profundo, no estaba segura de haber girado en el extintor que era pues había dos con apenas unos metros de diferencia. Ahora tras el que se supone era el último giro estaba frente a un pasillo lleno de puertas. Puertas a lado y lado y no sabía exactamente cómo contarlas para saber cuál era la cuarta.

Fue andando despacio, viendo que una de las luces estaba encendida así que avanzó hasta allí. Se asomó y sonrió al darse cuenta que ese era el lugar que buscaba, se adentró sin notar que con su pie movió un objeto en el suelo que estaba trancando la puerta. ¿Qué era lo que había ido a buscar? ¡Ah sí! El señalador para el docente.

Veía mil repisas y estantes, sin tener ni idea de por donde empezar a buscar. Tal vez no había sido una muy buena idea ofrecerse a ser quien iba a buscar el dichoso señalador cuando ni siquiera estaba en su instituto. Pero lo primero es que le gustaba ayudar y lo segundo que se estaba durmiendo en esa charla a la que les había tocado asistir en ese instituto. Por eso le habían dado las indicaciones precisas para llegar hasta ese depósito. Se acercó a uno de los estantes y había tomado en sus manos algo que no sabía qué era cuando escuchó un portazo que la hizo soltar un grito.

- ¿Qué? ¡No! — fue la voz de un chico la que se escuchó y solo entonces se dio cuenta que no estaba sola — Tú — la señaló

- ¿Quién? ¿Yo?

- ¿Por qué quitaste el objeto que puse para evitar que la puerta se cerrara? — le mostró en sus manos algo que parecía un pisapapeles pesado

- Yo no quité nada — se defendió

- Esto no se movió solo de su lugar — lo movió en el aire — y estaba allí por un motivo

- Pues no sé qué pasó, pero no fui yo — replicó cruzándose de brazos — además ¿cuál es el problema?

- La puerta no puede abrirse desde adentro, todos lo sabemos y por eso siempre ponemos algo para evitar quedarnos encerrados

- Pues yo no lo sabía

- Evidentemente, ni siquiera estudias aquí — ahora le señaló la falda y el escudo en su abrigo — ¿por qué te enviaron a ti?

- Yo me ofrecí — avanzó hacia la puerta, moviendo el pomo y notando que efectivamente no se movía — ¿por qué mierda tienen una puerta que no se puede abrir desde adentro? ¿no se han quedado encerrados otros alumnos?

- Sí, por eso ponemos algo para evitarlo

- ¿Y por qué no arreglan la puerta? Eso sería más eficiente

- Claro — dijo en tono irónico — díselo tú a las directivas del instituto a ver si tienes mejor suerte que todo el estudiantado — ella solo volvió a tratar de mover el pomo, de seguro tenía algún truco o algo para aflojar. Cuando sintió su desespero crecer ante la perspectiva de estar encerrada empezó a golpear la puerta con fuerza mientras gritaba

- ¡HOLA! ¿HAY ALGUIEN POR AHÍ? ESTUDIANTES ENCERRADOS — el joven junto a ella se cubrió los oídos y la vio mal, pero decidió ignorarlo — ¡ALGUIEN! ¡SÁQUENNOS DE AQUÍ!

- Es inútil, nadie pasa por aquí y menos hoy que están todos en el auditorio y los salones del este por la visita de tu instituto

- ¿Qué significa eso? ¿Vamos a morir aquí?

- No seas dramática — con calma él se fue hacia donde sea que estaba antes — solo es cuestión de esperar que el personal de aseo o los de seguridad hagan su ronda cuando cierren el instituto

- ¿Qué?

- Es poco probable que alguien venga antes de eso

- ¡No voy a quedarme aquí encerrada por cuatro horas! — además que estaba el tema que ella había ido por algo que necesitaba el docente, seguro al notar que no regresaba enviaban a alguien más — ¡Ya sé! — dijo sonriendo — llamaré a mi amiga y que ella le diga a alguien que vengan a rescatarnos

- ¿Tienes señal? — fue un tono sarcástico que ella ignoró, sacando del bolsillo de su falda el celular y maldiciendo de una vez en voz alta — como decía, es cuestión de esperar

- ¿Qué pasa si quiero ir al baño?

- ¿Tienes dos años y no puedes aguantar? — ella hizo un mohín enojado — al fondo hay uno

- Gracias

Aunque la verdad no tenía ganas, solo lo había preguntado por curiosidad. El muchacho siguió en lo que estaba y ella vio a todas partes sin saber qué ponerse a hacer. Al final optó por sentarse en el suelo y revisar qué juegos tenía en su teléfono que no requirieran conexión y que no se drenaran la batería en diez minutos. Era inútil, casi todo lo que tenía requería datos, por lo cual buscó alguno de sus libros digitales, podría adelantar la lectura que tenía pendiente para el ensayo de literatura de la siguiente semana.

No pasó mucho tiempo cuando empezó a bostezar, recordando precisamente que se había ofrecido a esa tarea porque se estaba quedando dormida. ¿Y si dormía mientras alguien llegaba a rescatarlos? No le parecía una buena idea, no sabía nada del joven con quien estaba atrapada y por su actitud hasta el momento dudaba que fuera a tener la gentileza de despertarla en caso que alguien abriera la puerta. Bostezó de nuevo, estirando los brazos y luego posándolos un momento en su cabeza. Ahí tuvo una idea, ¡las hebillas de su cabello!

- ¿Qué estás haciendo? — no sabía de dónde salía exactamente, solo que nuevamente estaba a su lado mientras ella trataba de concentrarse en su nueva misión — creo que has visto demasiada televisión, eso no funciona

- ¿Lo has intentado? — preguntó con la mirada fija en la cerradura mientras movía sus hebillas de lado a lado tratando que algo pasara

- No, pero obviamente es falso

- He abierto puertas en mi casa con un cuchillo ¿tienes un cuchillo?

- Claro que no ¿por qué tendría un cuchillo?

- Entonces cállate, al menos yo estoy intentando hacer algo y no como tú

- Yo hice algo, tenía un objeto evitando que la puerta se cerrara — ella rodó los ojos, intentando un rato más antes de bufar frustrada — te lo dije

Volvió a donde estaba sentada antes, tratando de pensar en algo más. Sus padres le habían escondido una vez sus dulces favoritos en el enorme cuarto junto a la cocina que era la alacena, no le tomó más de cinco minutos lograr abrir la cerradura que le impedía entrar. Aunque esa vez lo que había hecho era meter un cuchillo por el resquicio de la puerta, un pequeño espacio entre el marco y la cerradura que facilitó su objetivo. Cosa que ese odioso lugar no tenía.

- ¿Qué haces tú aquí si todos los estudiantes están en el evento?

- El profesor me excuso porque estoy trabajando en mi proyecto de grado, necesito unos materiales de aquí

- ¿Eres estudiante de último año?

- Creo que eso está implícito en las palabras "proyecto de grado"

- Con ese humor debes ser de los más populares — dijo entre dientes

- ¿Qué?

- Dije que mi nombre es Tenten — hizo un movimiento con la mano a modo de saludo desde donde estaba

- Neji Hyūga

- Bueno, Neji. Un gusto conocerte, tu instituto apesta

- Gracias, igualmente.

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Se había levantado y caminado de lado a lado, tratando de no dormirse, había buscado entre los estantes algo interesante o que captara su atención para entretenerse, pero era inútil. Le dio risa cuando vio el señalador, tomándolo para dejarlo en otra parte por si los liberaban, cosa que cada vez dudaba más. Con cada minuto que pasaba empezaba a creer más en las palabras de Neji sobre tener que esperar a que el conserje o las personas de aseo pasaran por allí.

Fue al baño y tras asegurarse que su falda estaba bien acomodada regresó a donde estaba, ¿en serio nadie había notado su ausencia? ¿el docente no necesitaba más el dichoso señalador? No valía la pena desgastarse en eso, de momento solo debía concentrarse en mantener la calma. No era claustrofóbica pero definitivamente era una situación algo estresante. Pasada media hora más o algo así se dio por vencida, prefería descargar su teléfono que seguir aburrida. Aunque probablemente se aburriría el doble una vez este se apagara.

Era algo así como una aficionada amateur de la lectura de cartas y por eso había descargado una aplicación que le permitía practicar un poco, curiosamente no requería conexión pero consumía bastante batería. Cerró los ojos un momento concentrándose, tratando de liberar su energía y prepararse, pensando en las preguntas que quería hacer. La primera y más importante ¿iba a salir pronto de allí?

La carta que apareció fue el Hierofante invertido lo que la hizo reír, estaba en un lugar sin posibilidad de salir ni tener mente abierta. Sí, definitivamente sí.

¿Por qué estaba allí atrapada? Era una pregunta retórica, realmente no es que esperara que las cartas le dieran una respuesta específica ni nada parecido, sin embargo presionó sin querer para destapar una nueva carta y ahora soltó una carcajada. Su respuesta había sido la Rueda de la Fortuna invertida.

- ¡Claro que son circunstancias inesperadas! — dijo como si la carta la fuera a escuchar y olvidando que no estaba sola

- ¿Disculpa?

- ¿Qué? ¡Ah! Lo siento — volvió a reírse — hablaba con mi teléfono

- ¿Y te contesta? — ella ladeó su cabeza sin entender — hablar con objetos no es normal, pero suele ser aceptable. Ahora, si el objeto te contesta necesitas un manicomio

- No estoy loca, y lo que me contesta es la aplicación — señaló la pantalla — estoy en una aplicación de tarot, yo le pregunto cosas y las cartas me dan la respuesta

- ¿Crees en esas estupideces?

- Eso es…

- ¿Tan cáncer? Lo he escuchado antes — le dijo con desgana — y no, no creo en el horóscopo

- Iba a decir que tan poco considerado, ¿nadie te ha enseñado a ser diplomático o…? no sé ¿decente?

- ¿Solo por decir la verdad? Se llama ser honesto

- Como sea, sigue en lo tuyo y yo en lo mío — regresó su atención al teléfono, tratando de pensar una nueva pregunta. Pero ahora se sentía enfurruñada y no en el modo correcto para seguir lo que hacía

- ¿De verdad crees en eso?

- ¿Por qué? ¿Para que te sigas burlando de mí?

- Me parece un poco tonto que la gente deje su destino a algo tan azaroso como las cartas o crean que por nacer un día específico su suerte es diferente

- Así que un señor "yo hago mi propio destino"

- No, no dije eso

- ¿Entonces qué dijiste?

- Dije que es absurdo poner todas tus decisiones y tu destino en una respuesta aleatoria dada por un objeto inanimado o por leer algo que escribió el practicante de comunicación social del periódico

- ¿Pero entonces crees o no en el destino?

- Claro, todos tenemos un destino definido

- Eso no tiene sentido, no crees que las cartas digan tu destino pero tampoco que se pueda cambiar

- Nuestro destino viene trazado y cada decisión que tomamos nos va a acercando a este, no cambia porque unas cartas lo digan

- ¿O sea que tu destino era quedarte atrapado aquí hoy?

- No…

- ¿Entonces por qué pusiste el objeto para evitar que la puerta se cerrara? No había forma en que supieras que yo iba a venir, si tu destino ya había dicho que ibas a quedar aquí encerrado por un par de horas pudiste cerrar la puerta desde el principio y me ahorrabas estar aquí atrapada contigo

- ¿Qué?

- Eso — ella tampoco estaba del todo segura de qué había dicho — no puedes creer y no creer en el destino al mismo tiempo

- ¿No es lo que crees tú al preguntarle cosas a las cartas? ¿No lo sigues porque ellas te lo dicen?

- Creo que todos lo vamos definiendo a medida que vivimos, las cartas dan un vistazo a lo que podría pasar pero no son una ciencia exacta

- Es una aplicación de teléfono que ha sido programada por un informático para dar ciertas cartas de forma aleatoria en cada lanzada, probablemente alineadas al algoritmo de búsqueda de tu teléfono para dar "respuestas" basadas en lo que tú misma has suministrado previamente.

- Funciona sin conexión

- Eso no cambia mucho, pudo nutrirse cuando sí tenías señal. O simplemente estar programada con todas las variables que se pueden presentar teniendo en cuenta la cantidad de cartas y tú crees que te está contestando una pregunta porque buscas adaptar el resultado a tu vida diaria

- No, no lo hace

- Negarlo no cambiará las cosas, tampoco cambiará el destino que ya ha sido trazado ni el hecho que no podemos hacer nada alterarlo

- No somos seres sin pensamientos, tenemos el libre albedrío y cada persona reacciona de formas inesperadas a las diferentes situaciones. No puedes pronosticar lo que pasará

- Tampoco tus cartas — Neji iba a decir algo más cuando se escuchó desde afuera que movían el pomo

- ¡Mira! Una prueba más, fallaste al creer que estaríamos aquí hasta que la jornada terminara. Los seres humanos son impredecibles, de ahí que el destino se cambie.

- No, seguía estando entre las posibilidades que alguien necesitara algo de este depósito. Estamos en un lugar… — ella se había ido acercando y se estiró para callarlo al unir sus labios.

- Anda, dime que sabías que iba a hacer eso, genio.

La puerta se abrió y ella tomó el señalador antes de salir a pasos rápidos de allí, musitando un gracias a su salvador sin verlo mientras sentía los colores acumularse en su rostro. ¿Por qué había hecho eso? En su instinto infantil de demostrarle que estaba equivocado y ganar la discusión buscó que era lo más imprevisto que podía hacer, y esa fue la respuesta.

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Muchas veces durante su vida adulta resultaba pensando en ese día, en ese encuentro con ese chicho y que sería de su vida, o bueno, en que sería de ese hombre porque iba un año adelante que ella y ahora a su edad definitivamente ya no eran adolescentes.

Recordaba ese beso, o intento de, que si bien no había sido el primero de alguna forma le parecía de esa forma. Esa vez al regresar con su amiga le contó que había estado encerrada pero no exactamente lo que había pasado, pensando si tal vez debía buscarlo o hablarle. Porque no negaría que le había parecido atractivo, aunque su actitud fuera algo insoportable. Pero esa tarde había ido a comer sushi con sus padres y al día siguiente amaneció con una intoxicación alimentaria que la tuvo de baja médica por los siguientes días que estuvieron en el otro instituto.

Y ya luego de eso se acobardó, dejando pasar los días sin ir a buscarlo y cuando el año escolar terminó supo que había perdido cualquier oportunidad o algo parecido. Neji estaba en su último año y se había graduado, así que no sabía nada de su paradero.

Neji Hyūga, nunca había olvidado ese nombre. Era gracioso porque había olvidado muchos noviazgos malos que había tenido, pero no ese encuentro fugaz con alguien que había sido desconsiderado. Por la forma en que lo pensaba cada tanto parecía que hubiera sido ese primer amor que no se supera o que se cree que será para siempre.

Estaba por salir de la oficina, esperando que el reloj marcara que la jornada había terminado. Ya había terminado sus pendientes para ese día así que abrió la aplicación de lectura de cartas, a sus treinta y cinco seguía siendo una aficionada amateur en el tema, y la seguía entreteniendo hacerlo. Cerró los ojos un momento mientras pensaba en una pregunta para hacer, al abrirlos tocó la pantalla, empezando a reír al ver que la carta que aparecía era la de los Amantes.

La última vez que había visto esa carta estaba invertida, trayendo consigo poco después la ruptura de su relación de cuatro años. Llevaba casi un año soltera sin estar segura de querer una nueva relación, pero le parecía curioso que justamente la carta estaba al derecho, lo que significaba que alguien posiblemente entraría a su vida. Lanzó una nueva carta, obteniendo esta vez la Estrella, también al derecho.

Rejuvenecimiento y un nuevo amor, quería reírse porque eso no era exactamente lo que ella había preguntado. Ya que tenía tiempo lanzó una última carta, si bien lo mejor era poder hacer una lectura completa y evaluar lo que las cartas mostraban respecto a su pasado, presente y futuro, a veces hacía algo corto como eso. Su risa fue inevitable cuando la nueva carta fue el As de Bastos, posiblemente debería abrir otras, pero en ese momento una de sus compañeras de trabajo se asomó a la puerta y le preguntó si quería que la llevara.

- Claro — aceptó sin dudarlo, tomando su bolso y guardando el teléfono.

Su auto se había descompuesto y estaría en el taller hasta el fin de semana, en el camino siguió pensando una y otra vez sobre las tres cartas y lo que podía ser no solo un obvio sino inminente significado. Igual estaría alerta, no significaba que el primer hombre que se cruzara o que la invitara a salir fuera el que había sido pronosticado, tampoco significaba que ella aceptaría propuestas de cualquier desconocido.

- Esto no salía en el GPS — solo entonces regresó su atención al recorrido, habían cerrado una calle por una obra — tendré que rodear esto

- No te preocupes, me bajo aquí

- No, como crees — negó su compañera — no tomará mucho

- Son solo un par de cuadras a pie, está bien

- ¿Segura?

- Sí, muchas gracias por traerme — soltó el cinturón de seguridad y abrió la puerta — nos vemos mañana

Ajustó ligeramente su abrigo, estaba haciendo un viento frío que se colaba bajo la ropa y por un segundo se lamentó en haberse bajado del auto, pero en lugar de pensar en eso prefirió empezar a caminar, ya entraría en calor con el movimiento. Se equivocó, junto a su edificio había una cafetería y entró tiritando. Andando hasta la caja para ordenar un latte que la ayudara a calentarse.

Recibió el vaso de cartón y se quedó con sus manos rodeándolo para disfrutar lo caliente que se sentía, un par de segundos después por fin fue hacia la estación con el azúcar, la crema y la canela. Estaba mezclando todo cuando escuchó que la puerta se abría y por algún motivo sus ojos se dirigieron hacia allí, quedándose congelada y esta vez no era por el frío, sino por lo que estaba viendo. O a quién estaba viendo, porque esos ojos claros eran inconfundibles y a pesar de todos los años que habían pasado lo reconoció de una vez ¿era a él a quién se habían referido las cartas?

- Neji — murmuró para sí misma y como si lo hubiera gritado él dirigió su mirada hacia ella. Entrecerrando los ojos por un segundo, no la reconocía y eso la hizo sentir estúpida. Ella seguía recordando ese día con perfecta claridad y él no. Bajó la mirada y buscó la tapa de la bebida para poder irse.

- ¡Espera, Tenten! — ella ya había salido de la cafetería cuando escuchó el grito que la hizo detener. Él había ido tras ella y por un momento los dos se quedaron en silencio — no sé si me recuerdas, aunque no creo que te hayas quedado encerrada con algún otro idiota

- Neji Hyūga — contestó — y te sorprendería la respuesta a lo segundo — sonrió de lado, esperando que dijera algo más. Pero solo era silencio lo que había

- Nunca supe tu apellido — habló finalmente él — te busqué al día siguiente y toda la semana, pero no volviste — sus ojos se abrieron como platos — no tenía tu apellido para buscarte

- Ama, Tenten Ama

- Te invitaría un café, pero… — le señaló el vaso que sostenía y ella sonrió — voy a comprar uno para mí ¿lo tomamos juntos?

- Me encantaría.

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¿Esto es alma gemela o anhelo? No estoy segura, igual me encantó el resultado.

¡Nos leemos mañana con la parte final del threeshot del día 6 y 8!

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Att: Sally K