13. Cristales

El Señor Oscuro sospecha….

Ahora…

lárgate, ahora…

Dejó de ser una advertencia para convertirse en una orden directa.

Observo detenidamente como del pedazo de pergamino brotaban ligeras llamas de tono naranja, borrando la torpe caligrafía de Theo y …. Por Salazar... como deseo en ese momento con todas sus cansinas fuerzas, encontrar algún resquicio de burla para aquella estúpida y absurda escritura, pero… no encontró ninguna.

En cambio se sintió asustado, realmente asustado.

Quiso pensarlo, quiso tener por lo menos un maldito par de minutos para asimilar la mierda en la que metió a su antiguo compañero... Pero no tuvo oportunidad. No tuvo tiempo siquiera de asimilarlo cuando salió despavorido de la Mansión Malfoy.

Dos años antes su mejor amigo había muerto casi en las mismas circunstancias y como si fuese una puta casualidad, esa excusa de pergamino arrugado le anuncia que Theodore Nott seguramente tendría la misma suerte.

.

Acudió al llamado, aun cuando sabía de antemano que sería una posible emboscada….

Bien, si así tenía que ser, él no iba a irrumpir en su destino, y se recordó que lo hacía por ella, perder la vida de esa forma incluso valía la pena.

.

Los bullicios del gran comedor se extendían hasta el otro extremo de la entrada principal; le zumbaron los oídos cuando se acercó a un más.

Apresuró sus pasos mientras los guardias encargados de custodiar el castillo le enviaban miradas furtivas. No sabía con exactitud si reflejaban miedo, pena o consideración.

Cambió su semblante; sombrío, mortífero, asesino tan solo en cuestión de segundos cuando detectó que Alecto Carrow salía a su encuentro.

"Tenemos al traidor.."

Malfoy se paralizó.

La realidad lo golpeó mas cuando una vez dentro olfateó el olor a muerte, y este se impregnó en su fosas nasales hasta el límite de ser desagradable. No era una emboscada, era una puta ejecución. Camino, con desidia hasta la entrada del salón.

Casi pareció vacilar cuando lo vio, pero, se vio obligado a quedarse quieto hasta wl punto en que los músculos de dolieron.

a tu suerte está vez, Malfoy" susurró alecto golpeando su hombro y pasando de lado, para tomar el paso delante suyo.

El rubio aliso su túnica y presenció con tortuosa lentitud oculto, detrás de su máscara de Mortifago la muerte del hombre puesto en su campo de visión.

Ocluyo.

No sin antes tensar su mandíbula cuando, con la vista bastante perturbada miró sin reflejar ni una pizca de culpa o remordimiento, cuando salía un rayo verde de la varita de un mago y el cuerpo de un chico de tez morena cayó inerte sobre las frías y sucias baldosas de lo que alguna vez fue el alegre comedor de Hogwarts.

Pasaron unos cuantos minutos antes de que el Gran salón quedará completamente solo, luego alguien entró de nuevo. Forzó al choque emocional permanecer detrás de sus paredes de concreto.

Rabastan Lestrange con una tétrica sonrisa le ordenó a alinear al joven muerto con los demás cuerpos y, Draco solo pudo percibir una sensación nauseabunda instalándose en la boca del estómago.

Mecánicamente sujeto al mago muerto por las piernas, tirando de él hacia los terrenos de castillo. Localizando una fosa exclusiva para desertores, sangre sucias y traidores.

.

Draco se adentro en el infierno y los había arrastrado a ellos con él. Eran su maldita responsabilidad y no pudo brindarles ni siquiera seguridad… Pero, ¿Cómo podría?, ¿Cómo?, cuándo él fue el primero que cruzó la línea de la perdición, cuando traicionó su familia y su honor, al ir en contra de su madre cuando esta le rogó que no se fijará en la mujer equivocada.

Tal vez tenia razón, quizá si debió escuchar.

Pero ahora su madre había muerto y esa mujer tenía un hijo suyo. Sin embargo no se arrepintió pues sus cálidos ojos marrones le dieron la redención que por años necesito.

Blaize y Theo, sus daños colaterales personales, dieron ciegamente su vida por él, y él quizá no lo merecía. Por lo mal amigo que fue. Pero a diferencia de Draco, ellos sí sabían lo que era la lealtad y sin titubear por un bien común perdieron la vida. En nombre de los últimos magos de la alta sociedad que estaban en contra del régimen de Lord Voldemort.

¿Qué carajo iba a decirle a Lovegood ahora?.

Ya cargaba sobre su conciencia lo desagradable que era mirar a Ginevra Weasley deambular como un fantasma a lo largo de Grimmauld Place, y lo retorcido que le parecía cuando él hacía cualquier visita al cuartel; la pequeña Weasley siempre lo seguía con la mirada, esperando en momento en que él le dijera que la broma había terminado, y que la supuesta muerte de su prometido era solo una estrategia más.

Eso terminó por fastidiarlo.

Ella se aisló y cayó en depresión cuando Potter y Pansy y la comadreja certificaron a través de Severua Snape que efectivamente el cuerpo de Blaise Zabbini estaba dentro de la fosa de los prisioneros.

Una vida más, una vida que se había llevado a cuestas. La última esperanza para su alma y su conciencia.

Se tranquilizo al pensar que al menos Hermione, su Hermione Granger estaba a salvo. Logró sacarla antes de que el infierno iniciará. Ella estaba ahí oculta en alguna parte del bosque Wiltshire junto con su pequeño hijo… así que por primera vez en mucho tiempo, acatará una orden de alguien que no fuera su Verdugo.

Aislado en sus pensamientos camino a través del laberinto de setos, se detuvo a lanzarse un hechizo desilusionador y siguió su paso cuidadoso... Hasta ahora nadie sabía su paradero excepto Severus, pero dadas las difíciles circunsatancias no podía, no debía llamarlo. Pues Severus está liderando una expedición en Rusia.

Así que Draco aprovechó su ventaja, gracias a ser reducido solamente a un mísero creador de Pociones. Evitando esa noche a Yaxley con el pretexto de que necesitaba algunos ingredientes de los cuales, se encontraban almacenados en la Mansión.

Él estaba seguro de que Yaxley algo sospechaba. Y por eso le sorprendió cuando él no preguntó nada más; lo dejo salir de lo que hora era la prisión y centro de mando, antes utilizado como colegio de magia y hechicería.

Pero, su pesadilla estaba por comenzar.

Escuchó el crujir de las hojas secas esparcidas por el piso al mismo tiempo que su encantamiento se daba tiempo para abandonar su cuerpo.

– ¿Vas a alguna parte… Malfoy? – preguntó el hombre al que por la voz Draco reconoció a la perfección.

Mierda.

Esté levantando el entrecejo y colocando su varita contra el rubio agregó:– Lo sé, sé que eres tú. Tú maldito traidor eres el que trabaja para la Orden… – sé encogió de hombros mientras una sonrisa burlona surco sus labios – … ¡Oh! pero no me mires así, que he sido benevolente contigo…

Draco, quien no se había movido ni un centímetro, solo entrecerró los ojos. Evitando a toda costa parecer confundido. ¿Benevolente?... Entonces imperceptiblemente metió la mano en el bolsillo del pantalón, sintiendo hasta este punto los nervios a flor de piel con la sangre burbujeando en el cerebro….

Casi rozaba con las llemas de sus finas manos la punta de su varita su magia vibraba por su torrente sanguíneo bajando con furia hacia la punta de sus dedos temboloros….

–¡INCARCEROUS!

Fue de la varita de Rabastan Lestrange de la que salieron disparadas gruesas cuerdas, y al cabo de un segundo Draco Malfoy cayó al suelo, atado y amordazado.

– Pequeño bastardo… escupió el Mortifago con fastidio –... tú y la sangre sucia, no irán a ningún lado...

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

Hermione se aferró a su hijo….

El niño hundió su rostro en el hueco del cuello de su madre derramando lágrimas llenas de susto. El pequeño no tenía idea de lo que estaba sucediendo, y mucho menos entendió porque el hombre que entró a su hogar lanzaba malas palabras al aire… su corazón inocente estaba libre de todo prejuicio… y el pequeño aterrado solo atinaba a sollozar.

Con el corazón latiendo a ritmo acelerado ella sintió un filo delgado y doloroso surcar su esternón cuando el sonido limpio de los cristales rompiéndose al otro de habitación la paralizó….

Contuvo la respiración cuando escuchó el sonido tosco de las botas del sujeto mezclados con el crujir del cristal dando enormes zancadas sobre los pedazos; ya estaba surcando el pasillo.

– No huirás de mí… sangre sucia.

La voz tosca de Fenrir Greyback se instaló en sus oídos como un veneno de muerte lenta...

Implorando inútilmente con ojos cerrados al cielo que el hombre lobo se detuviera o que alguien repentinamente acudiera por ella.

Mami... –Susurró entre el amargo llanto el pequeño -- ¿Dónde está papi?

Hermione tragó un nudo que tenía en la garganta con bastante esfuerzo, conteniendo las ganas de gritar para no asustar más a quien con mucho terror se aferraba cada vez más a ella buscando esperanza.

El… – su voz se cortó por la opresión en su pecho. Pero se animó a seguir hablando para intentar tranquilizarlo.

– … vendrá pronto.

Sin embargo con el corazón y los sentimientos en la mano intuía, que probablemente Draco no lo habría logrado... La carta de Theo había sido bastante tajante y específica.

Si él no aparece a las 12 en punto.

Vete Granger, toma a tu hijo y vete.

No vayas con la Orden ahí será el primer lugar donde te busquen.

Toma el traslador que está debajo de la madera que rechina en la escalera, y lárgate….

Porque, probablemente, si algo sale mal, el día de mañana ambos estaremos muertos.

Demasiado tarde.

Te tengo.

Hermione abrió los ojos cuando la puerta del armario se abrió bruscamente, el terror quedó plasmado en ellos. Entró en pánico, su respiración se agitó, observó las fauces del hombre curvarse en una sonrisa cruel.

-- Te lo advertí… – gruñó contra su rostro. – Nadie... pequeña rata, nadie.. huye de mí.