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NejiTen month día 19

Agosto 19/2021

Prompt: Amanecer / Atardecer

Mundo ninja

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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.

Disfruten la lectura.

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Día 19. Amanecer

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Se giró en la cama y estiró la mano, sintiendo el otro lado de la cama vacío y ligeramente frío, lo que la hizo maldecir entredormida. Abrió los ojos solo para comprobar lo que ya sabía, Neji se había levantado y salido de la habitación. Con desgana salió de la comodidad de la cama para ir al baño y por un momento dudó su paso a seguir.

Era demasiado temprano en la mañana para estar levantado, peor aún si tenía en cuenta que era domingo y por ley ese era un día que se debía dormir hasta tarde. Bostezó mientras se dirigía a la salida de la habitación, sabiendo perfectamente en donde iba a encontrar a su esposo a esa hora. Abrió la puerta que daba al patio de su vivienda y tiritó al sentir la baja temperatura que hacía afuera, por lo que se abrazó a sí misma, dando los pocos pasos que los separaban.

- Ven a la cama — se agachó para abrazar a Neji por la espalda

No obtuvo una respuesta verbal, en cambio de eso el Hyūga le rozó ligeramente las manos y en un movimiento hábil propio de un shinobi de su nivel los reacomodó. Quedando ella ahora en su regazo y rodeada de sus brazos, el frío desaparecía al estar en esa posición así que se dedicaron a ver juntos el cielo, los colores que poco empezaban a aparecer en el horizonte ante el amanecer de un nuevo día.

Los colores también empezaron a subir a su rostro a medida que sentía ahora los labios de Neji deslizarse lentamente desde el lóbulo de su oreja hacia su cuello, moviendo su pijama para proseguir con sus hombros. Claramente su propuesta de regresar a la cama por fin había sido aceptada.

Muchas veces había escuchado a sus amigas quejarse de algo que hacían sus esposos y que querían cambiar, por ejemplo hacer que Sai fuera un poco más expresivo. Siempre sonreía mientras pensaba que, aunque apenas estaba planeando su boda no se le ocurría absolutamente nada que ella quisiera cambiar de su futuro marido, ella amaba a Neji tal y cómo era. ¿Había sido un poco ingenuo pensar de esa forma? Tal vez, pero en ese entonces estaba convencida.

Ahora un año después de casados volvía a revisar lo que había creído y se daba cuenta que había estado equivocada. Claro que la convivencia siempre era difícil al principio, mientras cada uno lograba amoldarse a la rutina diaria del otro y dividían las tareas domésticas. Con lo que no había contado es que lo que la iba a sacar de quicio no era la obsesión que tenía su esposo con la limpieza o que se tardara más que ella alistándose para salir. No, para eso había estado preparada pues eran detalles que conocía desde su noviazgo.

El detalle que había pasado por alto y al que no le había dado importancia en ese entonces era simple, de hecho por su cabeza pasó que al ser un hombre casado desaparecería por sí solo. Neji madrugaba, madrugaba mucho.

Sabía que era un rasgo característico del clan, dentro de los terrenos Hyūga la vida empezaba temprano y todos se levantaban con las primeras luces para empezar sus respectivas labores. Así que cuando los entrenamientos eran citados por Gai era normal que Neji fuera el primero en llegar, lo que de paso creo una nueva competencia entre él y Rock Lee, por decirlo así. Era una competencia para Lee, era su rutina normal para el Hyūga, lo que en general la dejaba a ella siempre como la última en llegar.

La cuestión es que precisamente al dejar de vivir en los terrenos y mudarse juntos a una pequeña casa tras su boda, pensó que él iría dejando de a pocos tal cosa, que disfrutaría quedarse en la cama a su lado cuando no tenían ninguna misión o entrenamiento programado que los obligara a levantarse temprano. Y se había equivocado, era ya usual los domingos u otros días libres el despertar sola en la cama porque su esposo se había levantado a meditar con las primeras luces.

No le gustaba, a ella le gustaba quedarse en la cama hasta que su estómago la obligara a levantarse. Ahora que era casada quería que fuera de la misma forma, pero que su esposo estuviera a su lado. Estar los dos bajo la manta abrazados sin pensar en nada más que lo cómodo que era acurrucarse juntos. Porque ni siquiera se trataba del sexo en las mañanas, ni en la relación en sí, en ese aspecto no tenía ninguna queja y estaba satisfecha. Ella solo quería despertar en sus brazos y luego volver a dormitar en la seguridad que le daban.

Despertó un rato después, nuevamente sola, pero esta vez los sonidos dejaban claro que Neji estaba duchándose. Iba a debatirse entre quedarse un poco más en la cama o ir a colarse en la ducha con su esposo, aunque no había nada que debatir. Ya estaba desnuda por lo que solo abrió la puerta del baño, a pasos seguros avanzó hasta la regadera y una nube de vapor la recibió en cuanto deslizó la división.

En la cocina se dedicó a preparar el jugo de naranja mientras el Hyūga hacía los huevos revueltos y tostaba el pan, los dos con una sonrisa que delataba el buen humor que los rodeaba por lo bien que habían empezado el día. Ya que estaban listos se fueron a visitar a Hinata, aprovechando luego de eso para comer por fuera pues era una regla no escrita de su matrimonio, los domingos no se cocinaba almuerzo ni cena.

- Neji — dijo ella en la noche estando entre sus brazos — no me gusta despertar sola — él la vio a los ojos y le acarició la mejilla

- Lo supuse, pero me gusta meditar al amanecer — ella exhaló pesado, lo sabía y en parte lo entendía — también me gusta cuando me buscas y vemos el amanecer juntos

- Eso no cambia el hecho que es demasiado temprano, quiero dormir en tus brazos hasta tarde

- Yo quiero tenerte siempre entre mis brazos — ella sonrió antes de besarse, sintiendo sus manos recorrer lentamente su espalda para empezar a subir su vestido de pijama — te propongo algo

- Dime — una parte de ella le decía que era mala idea negociar en ese momento, su mente no estaba realmente enfocada en sus palabras sino en el agradable cosquilleo que él le estaba provocando con la caricia

- Podemos hacer como hoy, ver el amanecer juntos y luego regresar a la cama — un suspiro se le escapó — primero a no dormir y luego sí a descansar un poco más ¿Qué dices?

- Mmm… — la coherencia no era algo realmente presente en su cabeza en ese momento. ¿Su esposo la estaba manipulando? — podemos intentarlo — aceptó, bien podía tratar de seguir esa propuesta y si no funcionaba ya luego buscaría ser ella quien trataba de convencerlo de algo diferente.

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Quedó mucho más corto de lo planeado... pero bueno.

¡Nos leemos mañana con la continuación del día 9 (Harry Potter)!

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Att: Sally K