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NejiTen month día 22
Agosto 22/2021
Prompt: Verdad o reto / Prohibido
Universo alterno
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Aclaración: Continuación día 20
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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.
Disfruten la lectura.
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Saga "Harry Potter"
Parte 4 de 4
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Día 22. Prohibido
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Dio un par de golpes al cascarón de sus huevos tibios y tras retirar el primer trozo de cáscara frunció el ceño. Gritando de una vez para que uno de los elfos domésticos de la mansión estuviera frente a él.
- Este huevo está podrido — los enormes ojos el elfo se abrieron.
- Disculpe amo Hiashi — se excusó de una vez y él solo bufó — enseguida se lo cambio amo Hiashi
- Olvídalo, ya perdí el apetito — dijo haciendo a un lado el plato — que no se repita o los azotaré a todos
Se levantó y se fue de una vez a su estudio, estaba por sentarse cuando pudo ver de lejos al búho de su hija volando hacia la propiedad. Así que decidió ir a la lechucería en una de las alas de la mansión para poder revisar de una vez de qué iba la carta. El lugar se sentía un poco vacío pues solo se encontraban su búho personal y la lechuza de Neji a la que no le agradaba y siempre trataba de morderlo cuando la usaba para enviarle un mensaje a su sobrino.
No entendía del todo porqué su propio búho no podía nunca llevar sus mensajes, debía ser por medio de la de Neji directamente. Aunque bueno, su búho ya estaba algo anciano y ya no era tan hábil como en antaño para encontrar direcciones. Recibió al búho de Hanabi en su antebrazo y desató de una vez la nota, nada del otro mundo, solo su hija saludando y diciendo que esperaba que las vacaciones llegaran pronto para terminar su penúltimo año.
Llamó a uno de los elfos y le ordenó que preparara unos sapos de menta, eran los dulces favoritos de su hija menor y se los enviaría a modo de respuesta por la carta. A su mente llegó por un momento el recuerdo de cuando su hija mayor era educada en casa y las meriendas solían ser bollos de Bath, que eran los favoritos de Hinata. Frunció el ceño de una vez, pensar en su primogénita rara vez lo ponía de buen humor, en especial desde que se había convertido en la deshonra de la familia y era una mediocre Hufflepuff.
Había sido todo un escándalo el saber que su hija mayor quedaba en tal casa, muchos de sus amigos lo comentaron y él solo trató de ocultar lo molesto que en realidad estaba por el asunto. Era su primogénita, la que debería ser su heredera ya que su esposa no le había podido dar un hijo varón, pero en lugar de eso tenía a alguien que desde su infancia había mostrado su debilidad de carácter.
Precisamente algunos cercanos a la familia habían tratado de justificar su falta de carácter con el hecho que su madre hubiese fallecido cuando apenas tenía seis años y le parecía ridículo. Su hija menor había crecido sin una madre y era una digna Hyūga, también podía poner de ejemplo a su sobrino, su madre había fallecido cuando tenía escasamente un año y luego Hizashi había contraído viruela de dragón en un viaje y estuvo internado varios meses en San Mungo sin éxito en su tratamiento.
Y ahí estaba Neji, huérfano de padre desde sus ocho años y también era todo lo que se podía esperar de alguien de su apellido. Siendo no solo el mejor Slytherin de su generación, sino el mejor estudiante de ese año, obteniendo notas prácticamente perfectas en sus ÉXTASIS y teniendo ahora un trabajo en el que muchos no pasaban de la etapa de entrenamiento.
Era en gran parte un orgullo para él ver hasta donde había llegado, hasta donde lo estaba encaminando él, porque todavía tenía grandes planes para su sobrino y para seguir incrementando el prestigio de su apellido. Ya tenía planeado un camino también para su hija menor, pero hasta que no se graduara no empezaría, de ahí que su mira estuviera fijada en su sobrino.
Había estado intercambiando cartas y tenido un par de reuniones con la matriarca de los Ōtsutsuki, Kaguya. Todo en pro de conseguir una alianza entre las dos familias por medio de un matrimonio entre Neji y Aino, a pesar de la falta de interés de su sobrino en las mujeres le iba a dar hasta sus veinticinco y lo haría sentar cabeza. Muchos siglos atrás los Hyūga y los Ōtsutsuki habían tenido un antecesor común, así que nada mejor que una boda que garantizaría mantener la pureza de su sangre en los futuros descendientes, porque al igual que ellos, los Ōtsutsuki también se habían asegurado de mantener puro su linaje. Algo bastante difícil de encontrar con tanto mago dispuesto a revolcarse con sangresucias y estar plagando el mundo mágico de mestizos.
Un escalofrío lo recorrió ante la degradación en la que se estaba viendo envuelto el mundo mágico, ya hasta permitían que los sangresucias ocuparan cargos en el Ministerio. Al final decidió desechar esos pensamientos, alguien como él no tenía que estar pensando en ese tipo de cosas. Acababa de enviar el búho con el postre para su hija menor cuando una nueva lechuza llegó, era de Hamura, uno de los hijos de Kaguya que pedía se vieran al día siguiente para tomar el té. Escribió la respuesta afirmativa, un poco sorprendido por la repentina solicitud.
Había sido enfático con los elfos que absolutamente todo en la mansión debía estar impecable para el invitado, haciendo que prepararan variedad de acompañantes para el té. Diez minutos antes de la hora acordada Hamura apareció en la entrada a los terrenos, por lo que él salió a recibirlo y que caminaran juntos admirando el jardín. Era una de las tantas cosas de las que estaba orgulloso en su propiedad, en especial porque se había vuelto un aficionado a la herbología y muchas plantas eran cuidadas por él en persona.
- Siento mucho haber enviado un mensaje con tanta celeridad — se excusó Hamura en cuanto el té fue servido — aunque la respuesta fue bastante rápida
- Oh no, no pasa nada. Justo estaba en la lechucería enviándole un regalo a Hanabi
- ¡Ah, la pequeña Hanabi! — dijo el hombre con una sonrisa — ¿Se gradúa este año igual que mi sobrina?
- No, mi hija es un año menor que Aino
- ¡Cierto! No sé porqué siempre me suelo confundir — él no contestó, tan solo tomó un poco de azúcar para agregar a su té
- ¿Cómo está Kaguya y tu hermano?
- Mamá está de viaje, decidió que quería un retiro espiritual o algo así — se encogió de hombros — solo nos dijo ayer que más nos valía no estropear todo mientras no estaba y se fue por la chimenea
- Es una mujer que sabe lo que quiere
- Sí, y mi hermano está esperando la graduación de Aino para buscarle un trabajo apropiado. Es una joven muy dulce
- Se llevará bien con mi sobrino — por un momento le pareció que este se tensaba un momento
- Aino se lleva bien con todos, es un encanto — él frunció el ceño
- ¿A qué debo exactamente esta visita? — no quería ser descortés, pero todo parecía indicar que contrario al deseo de su madre, Hamura iba a estropear su acuerdo con los Ōtsutsuki
- Escuché una noticia y decidí venir hasta aquí en persona para presentar mi felicitación
- ¿Felicitación?
- Supe que serás abuelo — él enarcó una ceja. ¿Hinata estaba embarazada? Más le valía que por lo menos fuera de un sangrepura
- No estaba al tanto del embarazo de Hinata
- No, no, no hablo de ella — ahora frunció el ceño, Hanabi se lo habría contado — ¿O tal vez el término abuelo no es el apropiado?
- Me temo que no estoy entendiendo
- ¿Neji no ha compartido la buenanueva? — su rostro debió reflejarlo su desconcierto — su novia está embarazada
- Imposible — descartó de una vez — mi sobrino no tiene novia — ni siquiera volteaba a ver a las mujeres
- Escuché la noticia en persona porque la chica la gritó a los cuatro vientos, hay una pastelería exquisita en un barrio muggle a las afueras de la ciudad — el hombre sonrió — debo decir que los muggles son despreciables, pero sus pasteles son deliciosos
- Debiste escuchar mal, mi sobrino no ocultaría algo así
- ¿Hace cuánto no lo ves? — fue un comentario mordaz y él trató de pensar — porque yo escuché esto hace casi dos meses y he visto a la mujer en algunas de mis visitas al Ministerio, debe tener alrededor de tres meses o algo más porque su vientre ya se está empezando a notar — su ceño se volvió a fruncir, era el mismo tiempo que Neji llevaba sin ir a la propiedad ni escribir ninguna carta y él no le había dado mayor importancia
- ¿Sabías esto desde hace tanto y apenas vienes a decírmelo?
- Admito que mentí, mi visita no es realmente cordial y estaba esperando que mamá no estuviera para poder venir y tener esta conversación
- No estaba al tanto, podemos cambiar la alianza, seguro Asura y Hanabi...
- No, cualquier tipo de alianza ha sido totalmente descartada y si vine yo es porque dudo que mi madre vuelva a contestar una carta o dirigirle la palabra a alguien de esta familia
- Mi sobrino es joven y no estaba al tanto de su futuro compromiso, fue un error que...
- No, el error de Neji no fue engañar a mi sobrina con quien ni siquiera sabía que estaba comprometido. Su error es ser un traidor a su linaje y al mundo mágico
- ¿Qué? — los colores habían subido a su rostro por el enojo que lo embargaba
- La novia de Neji es una asquerosa sangresucia — la taza en sus manos cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos — muchas gracias por el té, pero mi familia no tolerará ser relacionada con una familia con mestizos.
El Ōtsutsuki se fue y él se quedó viendo pasmado a la puerta, no podía creer ninguna de esas palabras. Su sobrino no sería capaz de semejante bajeza, era un sangrepura que siempre había sabido la importancia de conservar su linaje. Frunció el ceño, su apellido no podía mancharse de esa forma, él no permitiría tal cosa.
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La alarma sonó a lo lejos y él corrió por el departamento hasta la cocina, abriendo el horno para comprobar que la tarta de manzana ya estaba. Sonrió orgulloso al dejarlo en la encimera para que se enfriara un poco y procedió a llenar la tetera para calentar el agua. Había alistado las dos tazas y las opciones de té cuando escuchó los pasos en la sala y fue su turno de ir a esa zona, Tenten con un bostezo se dirigía al comedor y él movió de una vez la silla para ella.
- ¿Necesitas ayuda en la cocina?
- No, tú solo siéntate — a lo lejos la tetera silbó y él regresó a la cocina, estaba llenando las tazas cuando se dio cuenta que la castaña estaba a su lado, con el guante de horno lista a levantar la tarta — Yo lo hago, tú...
- Neji, no estoy inválida. Puedo... — se quedó en silencio pues él la veía fijamente — bien, si te hace feliz
- Gracias — le dio un beso en la mejilla y Tenten sonrió, regresando al comedor en donde un minuto después él estuvo con las tazas de té y luego con la tarta que inundó todo el lugar con un agradable aroma
- Huele bien — cortó un trozo considerable para ella y uno de la mitad de tamaño para él. Lo saboreó dudoso, podía hacer cualquier poción que le pidieran, pero la cocina no se le daba tan bien y eso que en teoría era casi el mismo principio de seguir unas indicaciones al pie de la letra y revolver una olla en lugar de un caldero — está deliciosa — él asintió ante el cumplido — ¿avisaste en tu trabajo que llegarás tarde mañana?
- No, dije que me tomaría el día
- Neji, la ecografía no cita médica no tomará más de una hora
- Lo sé — él se encogió de hombros — pero pensé que podemos disfrutar el día, tal vez ir y empezar a comprar las cosas del bebé o ver los departamentos que están construyendo en... — la risa de Tenten lo hizo dejar de hablar — ¿Qué pasa?
- Nada — una ligera lágrima resbaló por su mejilla y él la limpió con su pulgar preocupado — son las hormonas — aclaró ella con una sonrisa — es solo que... esta fase tuya de futuro papá es... no creí que sería así y me encanta
- ¿Cómo pensaste que sería? — posó su mano sobre la pequeña panza que estaba empezando a crecer
- No lo sé — ella se encogió de hombros — ¿Alguna vez habías pensado que tendríamos un hijo?
- Sí — admitió — y también te veías igual de hermosa con el vientre
- ¿Qué? — él sacudió la cabeza
- No es importante, lo importante es que mañana comprobaremos que nuestro bebé sigue creciendo sano
- Y que ya no me da náuseas, aunque sigo odiando la calabaza
- Ha heredado algo de sentido común — los dos rieron mientras terminaban su té de la tarde, pensando de paso cual sería la receta que él iba a intentar para la cena.
Al igual que todas las noches desde que se habían enterado del embarazo de Tenten, él se quedó viendo su vientre. De hecho la primera noche la castaña se había reído mientras le decía que no era como si la panza le fuera a crecer de forma espontánea, sería algo gradual. Y precisamente, cada noche él veía las diferencias, como su futuro hijo o hija con la mujer que amaba empezaba a abultarle esa parte de la anatomía.
A la mañana buscó entre su armario algo apropiado para ir a la cita, ya que en las anteriores el médico lo había visto de forma extraña. Estaba emocionado y jamás en su vida hubiera podido llegar a creer que preferiría un doctor muggle sobre un sanador, que en completo uso de su raciocinio estaría de acuerdo en tener los controles del embarazo de Tenten con lo que solían ser carniceros que cortaban a la gente y ya.
Le había insistido a Tenten que lo mejor era un sanador, y fueron a una cita con uno que confirmo que el embarazo iba bien. Ella hizo un puchero porque no le había gustado la atención e insistido en que quería seguir asistiendo al otro doctor, él quería solamente lo mejor para ambos y se inclinaba por algo que conociera. Y como siempre la castaña se salió con la suya, le dijo que con él o sin él iría al médico muggle y allá él si la acompañaba.
Fue de mala gana, solamente por estar con ella y porque quería estar al tanto de cualquier novedad respecto a la salud de las dos personas más importantes de su vida. Esa vez habían entrado a una habitación en la que había una máquina rara que Tenten dijo que se llamaba ecógrafo y él pensó que era un nombre ridículo, como la mayoría de nombres en el mundo muggle. Trató de no rodar los ojos mientras el hombre en bata blanca le preguntaba a ella varios datos y los anotaba, hasta ahí su veredicto seguía siendo que un sanador era muchísimo mejor. Y luego todo cambió.
La castaña se acostó en la camilla y se destapó el abdomen en el que apenas si era notorio su estado, luego él vigiló atentamente al hombre que se acercó con una botella de algo extraño, listo a atacarlo de ser necesario si le hacía algo a su novia, pero de la botella solo salió algo que parecía un gel y a lo que Tenten se empezó a reír diciendo que era muy frío. Seguía firme en su convencimiento que la medicina muggle iba siglos atrás de la mágica, pero entonces el doctor acercó un pequeño objeto y lo posó sobre el gel. La pantalla de la extraña máquina se encendió y él se quedó totalmente mudo ante lo que estaba viendo.
¡Era su bebé! Se acercó lentamente y extendió la mano, tocando la pantalla y lo que allí se estaba mostrando. El médico le pidió que regresara a su lugar pues no lo estaba dejando ver y él frunció el ceño, ¡estaba viendo en vivo y en directo la forma y tamaño que tenía su bebé! ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Cómo pretendía el hombre que siguiera como si nada pasara ante tal imagen? Fue la voz de Tenten quien consiguió que volviera a su lado y dejara que la ecografía prosiguiera.
Por eso estaba ansioso y emocionado por esa cita. Tenten tenía cuatro meses de embarazo y era la tercera ecografía a la que iban, el anterior mes había visto como ya tenía una forma definida aunque todavía fuera un punto diminuto. Del tamaño de una ciruela decía una aplicación en el artefacto muggle llamado celular, ella la había descargado en los dos aparatos. Para esa revisión decía que era del tamaño de una manzana. Era raro pensar en su bebé como una fruta, pero le daba una mejor idea de lo que no podía ver todo el tiempo entre ecografías y definitivamente ya quería que fuera del tamaño de una sandía.
Era un día gris y bastante frío algo inusual para finales de primavera, pero eso no nubló ni un poco su humor y ni lo exultantes que salieron del médico. El parto sería con un sanador, pero todo el resto del proceso iba a seguir siendo con médicos muggles, o al menos con esa máquina muggle que cada vez le gustaba más. Estuvieron viendo un nuevo edificio que estaban construyendo cerca a donde ellos vivían, su departamento era de una sola habitación y tendrían que conseguir algo más grande.
A su mente regresaba el tema de su herencia, si la tuviera podrían elegir comprar algo de diez habitaciones si quisieran, pero en lugar de eso estaban viendo si con sus sueldos podían permitirse el nuevo lugar sin vender el actual, los dos le tenían cierto aprecio por ser su primer hogar. Igual no pensaba hablar con su tío, ni por su dinero ni por absolutamente nada más, lo único que existía para él era Tenten y su bebé en camino.
Estaban completamente dormidos cuando lo despertó el grito de la palabra "bombarda" seguido de una explosión justo en la puerta. Se levantó y tomó su varita de una vez, poniéndose entre la entrada a la habitación y Tenten para protegerla, ella por su parte había tomado su varita también junto con un pequeño bolso que mantenía en la mesa de noche. Un fuerte golpe derribó la puerta y pudo ver varios hombres con cara de pocos amigos tras esta.
- Pero ¿qué tenemos aquí? — sabía que no se habían equivocado de departamento desde que abrieron con un hechizo, pero no había esperado ver ese par de ojos violeta clavados en él de esa forma — un traidor a la sangre
- Largo, Hidan
- Tranquilo Hyūga, después que matemos a la asquerosa sangresucia y el engendro antinatura que lleva dentro, podremos considerar si te dejamos vivir.
Fue a hacer un movimiento con su varita para lanzar el primer hechizo y lo que sintió fue que Tenten tomaba con fuerza su mano para desaparecerlos, apareciendo unos segundos después en una pequeña cabaña. ¿Qué acababa de pasar?
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Soltó la mano de Neji y a tientas buscó la pared para poder recostarse, tratando así de controlar las náuseas que le había producido la repentina acción, y toda la situación en general. Su respiración empezó a acelerarse y cuando se dio cuenta estaba hiperventilando pues no conseguía que el aire llegara a sus pulmones.
- ¡Tenten! Respira — amaba al Hyūga, pero en un momento así lo que menos necesitaba es que le dijera tal obviedad — despacio, inhala — bueno, eso era más útil y él frotó ligeramente su espalda — sostén un momento, ahora exhala despacio — así lo hizo — ¿mejor?
- No realmente
- ¿Por qué nos desapareciste? Podía con ellos — él hizo un "lumos" para iluminar la punta de la varita pues el lugar estaba completamente oscuro
- No me iba a arriesgar — aclaró
- Soy un Auror, mi trabajo es apresar a magos como esos
- Neji...
- Les hemos estado siguiendo la pista por meses en el Ministerio, era la oportunidad perfecta para...
- ¿No escuchaste que iban a matarme? ¿Qué querían matar también a...? — hacía mucho tiempo había dejado de importarle que alguien pudiera referirse a ella como sangresucia, pero le habían dicho engendro a su bebé, querían matar a un nonato. Sus ojos se llenaron de lágrimas
- Nunca permitiría que nada les pasara, ni a ti ni a nuestro bebé
- Dijeron que era un engendro antinatura — estaba llorando y no sabía si era por las hormonas de su embarazo o por frustración — nuestro bebé un...
- No, claro que no lo es — la luz iluminaba directo su rostro y podía ver que sus ojos blancos no mentían — nuestro bebé es un fruto del amor y eso jamás deberá ser puesto en duda — más lágrimas salieron de sus ojos — es solo que hay unos malditos que no lo entienden — la abrazó, de modo tal que ella pudiera seguir llorando por varios minutos — Tenten... — preguntó cuando estuvo un poco más calmada — ¿en dónde estamos?
- Es un lugar al que veníamos en las vacaciones de verano con mis padres— se limpió el rostro con la mano — ¡Mis padres! ¿Crees que vayan tras ellos? Tengo que llamarlos
- No creo — ella abrió el pequeño bolso que había tomado antes de aparecerse en la cabaña y empezó a buscar su celular — ¿dijiste que estaban de vacaciones en Francia?
- Sí, los voy a llamar — mientras buscaba el número avanzó por la estancia hacia el interruptor y encendió la luz, así Neji podía apagar su varita
El constante tono de marcado estaba haciendo que su ansiedad regresara, afortunadamente le contestaron en el último tono adormilados. Ella tan solo agradeció eso en su mente mientras inventó una excusa para haberlos llamado a medianoche, no quería asustarlos mientras no tuvieran nada definido con el Hyūga. Con una sonrisa les contó de la ecografía de esa mañana y se despidió sugiriéndoles que extendieran sus vacaciones, para toda la vida de ser posible.
- Tenten — se giró hacia su novio y lo vio con el ceño fruncido, lo cual era extraño últimamente. Tenía el bolso en sus manos y por lo visto ya se había dado cuenta del contenido de este — ¿por qué tenías este bolso listo?
- Es... — se mordió el labio por un segundo, pensando en la mejor forma de explicarse — mi embarazo no pasa desapercibido, lo sabes ¿verdad?
- Claro
- Pues desde que se me empezó a notar la panza... las cosas han cambiado un poco en mi trabajo, no te lo había dicho
- ¿Qué cosas han pasado?
- Muchos me han preguntado quien es el padre, suelo decir que es un muggle y ya... hasta ahí todo normal, pero — posó una mano en su vientre, acariciándolo suavemente — estaba la presencia a veces de ese hombre
- ¿Qué hombre?
- No sé su nombre, sus ojos se parecen a los tuyos pero son diferentes, fríos. Creo que su apellido es Otsu... algo, nunca lo entendí
- ¿Un Ōtsutsuki? — ella se encogió de hombros — ¿Qué pasó con ese hombre?
- Hay algo en la forma en que siempre me ha visto, no era solo desprecio por mi origen lo que mostraban sus ojos. Incluso antes que se me notara bajo la ropa y les contara a mis compañeros de oficina... él parecía saberlo
- ¿Te dijo algo?
- Claro que no, soy una sangresucia y él no habla con gente así — Neji fue a replicar algo y ella levantó la mano para que la dejara seguir — es como cuando estábamos en la escuela, todo en él grita Slytherin
- Tenten...
- En fin, las miradas empeoraron y ahora era una abierta hostilidad lo que mostraba — ella suspiró — empecé a presentir que algo así pasaría, por eso encanté el bolso y guardé todo lo que pudiéramos necesitar
- Por eso me falta ropa — no pudo evitar empezar a reírse — te dije que los nargles no existen y aún si lo hicieran serían incapaces de entrar al departamento — ella siguió riendo — Tenten... ¿por qué no me dijiste nada?
- Creí que era paranoia mía, miedo de mamá primeriza o algo similar. No quería preocuparte sin motivo
- Y un grupo de puristas nos atacó en nuestra vivienda — él exhaló pesado — aunque yo también debí ver venir esto
- ¿De qué hablas?
- El último año hemos recibido varios reportes de facciones de puristas que están atacando mestizos y nacidos de muggles, se justifican en que están haciendo limpieza de sangre para regresar el mundo mágico a lo que era
- ¿Han matado a otros... como yo?
- Algunos, en el Ministerio estamos tras la pista pero al ser puristas son de familias poderosas y acaudaladas
- Como Sasuke — acotó ella, porque en los años que habían pasado desde la graduación el pelinegro no había cambiado ni un poco — o como tú
- Como mi tío, creo que ya probamos que a mí eso no me importa mucho — puso la mano en su vientre y sonrió — anda, vamos a descansar y mañana pensaremos qué hacer.
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Regresar a sus trabajos no era una opción, de hecho era uno de los lugares obvios a los que irían. Jidanda había llegado con ellos al día siguiente y por medio de esta envió un mensaje a su oficina para alertar sobre el ataque que había sufrido y la identidad confirmada de uno de los integrantes, posiblemente líder, del grupo. Igual no tenía mayor esperanza en que sirviera de mucho o que la respuesta llegara pronto, su cargo era netamente burocrático precisamente porque era una enorme burocracia la que rodeaba cualquier decisión que se tomara en el departamento, y en el Ministerio en sí.
Tenten había sido precavida y aunque él estaba acostumbrado a la magia, era impresionante la cantidad de cosas que había empacado entre el bolso. Es decir, no le sorprendía que todas esas cosas pudieran caber allí, sino que ella se hubiera encargado de empacarlo. Llevaban un par de días en esa cabaña y la mayor parte del día mantenían alerta, vigilando por las ventanas que nadie se acercara al perímetro que él había creado.
Tampoco se trataba de seguir viviendo de esa forma para siempre, la castaña estaba embarazada y esas condiciones no eran adecuadas ni para ella ni para el bebé en camino. Además que faltaban un par de meses para el alumbramiento y todos los controles médicos debían seguirse llevando a cabo. Pero no era seguro regresar a la ciudad, ni siquiera a la zona muggle pues en esta habían sido atacados.
Y no podía decir que estaban a salvo en donde estaban, la zona rural era un área mixta en donde se podía cruzar con criaturas mágicas como normales por igual. Respiró profundo, tratando de pensar en un lugar que fuera un poco más adecuado y en el que estuvieran a salvo. Le costaba pensar en algún lugar por su cuenta, la mayoría eran sitios a los que lo había llevado su tío y por lo tanto sería fácilmente relacionado a su apellido para buscarlo allí, si no es que lo habían hecho ya.
Tenten se había quedado dormida en sus brazos esa noche, por lo que la apretó ligeramente mientras fruncía el ceño pensando en toda la situación en general. No le parecía casualidad lo del Ōtsutsuki viéndola mal en el ministerio, había escuchado muchas veces ese apellido, era una familia de sangrepuras igual de antigua que la suya. De hecho en algún punto habían compartido árbol genealógico y de ahí lo del parecido en el color de ojos que había mencionado la castaña. Que la viera mal tenía sentido, eran puristas obviamente, pero de ahí a que sospechara algo del embarazo era diferente.
¿Será que los había visto en el Ministerio cuando Tenten lo arrastraba a alguna oficina? ¿O cuando salían? Lo dudaba, el único motivo por el que ella hacía algo tan atrevido era porque no había nadie en los alrededores y siempre eran cuidadosos al salir, ocultando cualquier evidencia de lo que habían hecho. Muchas veces él esperaba un par de minutos después que ella se fuera para luego sí irse y que no fuera sospechoso.
Nadie más que sus suegros sabían que él era el padre del bebé, ni siquiera que ellos eran pareja. En el mundo mágico eran supremamente cuidadosos, aunque en el mundo muggle no tanto. Partiendo del hecho que solían ir seguido a la pastelería en la que ella le contó la noticia y a veces salían a caminar por el barrio. Y obviamente desde la noticia se había descuidado, lo de ir a ver el nuevo departamento, ir a las tiendas de bebés y muchas cosas similares. Todo eso en parte porque estaba enfocado solamente en su propia y creciente familia, sumado al estar en un área en el que se sentía a salvo pues ningún mago pasaría por allí.
¿Podrían haberlos visto en el vecindario? Era de las pocas formas en que podrían estar al tanto del dato, o al menos la habían visto a ella y fueron a atacarla solo por estar embarazada sin importar quien fuera el padre de la criatura. Lo que hacía incluso peor todo. Tenten entre sueños se quejó de frío y él estiró uno de sus brazos para tomar su varita, haciendo un "Accio" para que la manta llegara a su lado y poder extenderla, abrigándola a lo que ella suspiró. Él le besó la coronilla, la amaba y no veía nada malo en su relación ni en su futuro hijo, pero extrañamente podía entender que otros lo hicieran.
Y ahí su mente se fue a su tío, a él en específico le estaba ocultando la relación. Sabía que lo desheredaría, le diría traidor y un sinfín de maldiciones más por no respetar su apellido y linaje. Por dejar de lado todas las creencias con las que había sido criado, por elegir seguir los deseos de su corazón y no las órdenes que le eran dadas. ¿Creía capaz a Hiashi de mandar a atacar a Tenten si se enteraba que estaba con ella? La verdad no estaba seguro.
No metería las manos al fuego por el hombre, sabía que podía ser alguien muy ruin y cruel, pero no quería creer que sería capaz de atacar a su propia familia. En su mente lo que iba a ocurrir el día que él revelara su relación iba a ser algo como lo de Hinata, simplemente Hiashi lo miraría con desprecio y nunca le volvería a dirigir la palabra.
Tiritó ligeramente y los reacomodó a los dos para poder quedar también cubierto por la manta, definitivamente era un clima demasiado extraño para la época del año. Estaba empezando a cabecear para unirse al sueño de su novia mientras todo a su alrededor se estaba volviendo oscuro cuando una alerta se disparó en su mente y de inmediato se levantó, despertando a Tenten en el proceso que quedó desconcertada.
- Sabía que algo pasaba con este clima — se asomó a la ventana y comprobó que su estado de ánimo más decaído y meditativo de lo habitual no era normal — debemos irnos de inmediato.
- Accio bolso — Tenten llamó el bolso en el que afortunadamente mantenían todo empacado — vamos — estaba adormilada, pero entendía la situación y ya se había levantado también.
- Mierda — maldijo de una vez, eran demasiados dementores los que estaban rodeando la cabaña y les impedían desaparecer. Sentía su desespero empezar a crecer, pensando en la posibilidad de ser atrapado por tan horribles y desesperanzadoras criaturas. Y era precisamente por ser tantas que su humor se estaba nublando. Necesitaban un plan B, salir de allí a pie no era una opción. No se sentía bien, su visión se estaba nublando y entonces la puerta se abrió de golpe, en el momento que la primera criatura se adentró en el lugar flotando y fue a extender su mano hacia ellos Tenten dio un paso al frente con su varita en alto
- ¡Expecto patronus!
Toda la oscuridad se empezó a disipar a medida que un dragón emergía de la punta de la varita de la castaña. Él se quedó pasmado por un segundo, viendo el hermoso dragón chino empezar a revolotear alrededor de ellos, alejando de paso a todos los dementores y de paso su sensación pesimista.
- Ahora sí, vamos — ella le extendió la mano y la tomó de una vez, seguía completamente anonadado por lo que acababa de ver. Aparecieron esta vez en el patio de una casa, Tenten empezó a avanzar de una vez hacia la puerta para entrar y se giró al ver que él no se movía — Neji ¿Estás bien? ¿quieres un chocolate? — él asintió y la castaña empezó a buscar algo en el bolso
- Estoy bien — confirmó — no necesito el chocolate
- ¿Seguro?
- Sí, es solo... nunca había visto un patronus como ese
- ¿Corpóreo? — afirmó con la cabeza — ¿Nunca te había presentado a Mushi?
- ¿Mushi?
- Así lo llamé — ella se encogió de hombros y sonrió — aunque solía ser más pequeño — le hizo una seña para que entraran a la casa y no siguieran en medio del patio
- Es...
- ¿Tu patronus no es corpóreo? — él negó — ¿no dijiste que lo habías hecho para tus ÉXTASIS?
- Sí, y solo logré un pequeño escudo. Me lo valieron porque igual era un hechizo por encima del nivel exigido en la escuela
- Curioso — dejó salir una pequeña risa, encendiendo una de las luces. El lugar estaba lleno de sábanas que cubrían los muebles y mucho polvo — fue mi mejor nota, estoy segura que te lo conté
Él trató de recordar tal conversación, pensando que esa vez que ella mencionó que había hecho un patronus corpóreo en su examen se había referido a un pequeño gato o perro, no a una criatura mitológica casi del tamaño de un humano. Era un hechizo sumamente complejo que pocos magos lograban y a él le había costado bastante esfuerzo, sobretodo por aquello de buscar recuerdos felices para crearlo.
Bueno, por ese mismo motivo tenía sentido que el de Tenten fuera algo tan vistoso y fuerte. Ella era una mujer feliz, tenía miles de recuerdos felices con sus padres que le debieron facilitar la tarea. Lo importante es que nuevamente estaban lejos y tendrían un par de días en calma para pensar mejor las cosas. En ese momento no estaban de ánimo de hacer la limpieza requerida para que el lugar fuera habitable, por lo que del bolso sacaron una carpa y la armaron en la mitad de la sala.
Tenten no tardó mucho en volver a dormirse y él posó la mano sobre su vientre, su bebé no debería estarse desarrollando en tales condiciones. También pensaba en haberse visto rodeado por dementores sin darse cuenta, lo primero que pasó por su mente es que nunca se acercaban tanto a la ciudad, aunque estaban era en esa cabaña en medio del bosque. Esas criaturas gustaban del frío, el clima impropio de la estación debería estar favoreciendo que pulularan por lugares que normalmente no lo hacían en esa época del año y posiblemente solo había sido mala suerte el que ellos estuvieran allí.
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La casa estaba en medio de un pequeño pueblo, la abuela de su suegra era de allí por lo que era virtualmente imposible que alguien relacionara la propiedad con la castaña. Dentro de lo que había en el bolso también había dinero muggle, así que fueron a comprar algunos víveres pues no podían acabar con las provisiones que habían guardadas. Mientras almorzaban él revisó en la aplicación del celular las noticias, llevaba haciéndolo desde que los habían atacado.
En las noticias unos días atrás había encontrado algo relacionado a una explosión por una posible fuga de gas en el edificio que ellos vivían, sin víctimas. En el periódico mágico que Jidanda les había traído no habían encontrado nada respecto al ataque, pero sí sobre otros ataques a otros mestizos y que los puristas estaban inconformes con ser señalados por tal cosa. Malditos hipócritas que podían pagar para que les lavaran la cara en un medio de comunicación.
Los padres de Tenten decidieron alargar su viaje lo cual tenía a la castaña ligeramente tranquila, ellos por su parte ya habían limpiado todo y salían solo a lo estrictamente necesario. Tratando de vigilar que no hubiera dementores acercándose al poblado. Porque el clima helado se mantenía y eso sí lo mencionaba el periódico mágico, el haber divisado algunos dementores fuera de sus áreas estipuladas. No eran exactamente criaturas irracionales, pero en general solían hacer lo que querían y no era muy fácil negociar con estos.
- ¿Quieres un muffin? — preguntó la castaña, él acababa de poner la tetera al fuego
- ¿Un muffin? — ella asintió con una sonrisa, olfateándolos con agrado
- Sí, la vecina del frente me los regaló. Dijo que algunos están rellenos de caramelo y otros de calabaza dulce
- ¿Ya comes calabaza?
- No lo he vuelto a intentar, pero una tarta de calabaza suena como una buena opción para el té de mañana — él trató de no fruncir el ceño — Entonces ¿quieres?
- No, ¿por qué la vecina te regaló esos muffins?
- Porque es amable, a veces los muggles son amables — Tenten abrió uno de los muffins por mitad con la mano — en especial con las mujeres embarazadas. Este es de caramelo ¿seguro no quieres?
- Seguro — ella se encogió de hombros y a lo lejos la tetera silbó
- Justo a tiempo
Él llenó las tazas y regresó con Tenten, disfrutando juntos su té de la tarde. En la noche había intentado una receta que salió decente, sí, decente era una buena definición. Al ir a servir la cena la castaña se quejó que tenía demasiado sueño y prefería irse a dormir, ignorando su comentario sobre ser irresponsable para el bebé que no cenara, sus párpados se estaban cerrando solos. Comió un poco y tras asegurarse que todo estaba en el bolso, como siempre antes de acostarse, se fue a la cama con ella. Nuevamente estaba completamente dormido cuando el sonido de un "bombarda" lo despertó. Se puso en guardia de inmediato, sorprendiéndose un poco porque la castaña seguía profundamente dormida.
- ¡Tenten! — siseó sacudiéndola, sin respuesta, tomó el bolso y se lo colgó a ella al cuello. Iba a acomodarla para poder desaparecer juntos cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe y él lanzó de inmediato un "desmaius" que fue repelido con dificultad — Hidan
- Tú no deberías estar despierto — señaló hacia la cama — ya sabes, deberías estar igual que la asquerosa de tu novia — él no contestó — cierto, no te gusta la calabaza — chasqueó la lengua — la próxima vez trataré con otra fruta
Su respiración de nuevo empezó a sentirse errática y los pensamientos pesimistas empezaron a invadirlo todo. De reojo vio que afuera de la ventana se podían ver algunas sombras moverse de lado a lado, ¡imposible! Él había revisado que no hubiera dementores merodeando por casualidad en las cercanías.
- ¿Conoces a mis amigos? Son más agradables que tú en la escuela y eso es mucho decir para un Slytherin tan pusilánime como tú
- Púdrete
- Aunque debo corregir, son más amigos de tu tío que míos — él frunció el ceño — ¿No lo sabías? Fue tu tío quien me envío tras de ti
- No me importa Hiashi — solo la mujer en la cama y el bebé en su vientre por quien temía, esperaba que el sedante no lo afectara
- A ti no te importa Hiashi, a él no le importa la sangresucia, suenan como una familia normal para mí — él trataba de pensar en su siguiente movimiento, con los dementores rodeando el área no podría desaparecer — te ofrezco un trato, mi pago es solo por la cabeza de ella y el engendro
- No voy a permitir que los lastimes — el nudo en su pecho empezaba a crecer, debía protegerlos a toda costa y por eso lanzó un "impedimenta" del que Hidan se defendió
- Tsk, no estoy de humor para un duelo. Dejaré que mis amigos se encarguen de esto, volveré en un rato por lo que quede de ustedes
Lanzó un nuevo hechizo pero el hombre ya no estaba, su respiración empezó a agitarse a medida que su visión se nublaba y la desesperanza crecía en su interior. Sacudió a Tenten intentando despertarla a toda costa, la necesitaba, no solo porque la amara sino porque era ella quien podía defenderlos en esa situación. Su patronus era inservible, les daría a lo sumo unos minutos pero nada más pues podía asumir que era una cantidad igual a los de la vez pasada. Todo a su alrededor de él se estaba empezando a oscurecer casi tanto como su mente mientras él solo abrazaba a su novia, tenía que intentarlo al menos, no podía simplemente rendirse sin luchar.
Un recuerdo feliz, un recuerdo de un momento en el que hubiera sido completamente feliz. Eso era lo único que necesitaba y el motivo para haber tenido tan pobre desempeño en el pasado. Sus recuerdos felices en ese entonces eran escasos y se remontaban mayormente a su infancia por lo que eran borrosos. Pero ahora no, a su mente empezaron a llegar mil imágenes de todos y cada uno de los días que había compartido con Tenten, desde ese primer beso en el salón de pociones, esa primera vez que sus cuerpos se habían fundido en uno solo, esa tarde en que habían visto el departamento y ella sonriendo porque el lugar le parecía hermoso, esa vez en la pastelería cuando supo que sería padre, esa imagen en el ecógrafo, todo lo que habían vivido juntos.
- ¡Expecto patronus! — una enorme luz empezó a emerger de la punta de su varita, tomando la forma de un ave fénix junto a un polluelo que empezaron a volar por toda la estancia.
Sus ojos observaron fascinado el hechizo, no tenía un recuerdo feliz, tenía miles gracias a Tenten. Una sonrisa surcó su rostro mientras la apegaba más a él para pensar en su próximo destino, no era solamente la felicidad de lo que habían vivido juntos, era también por todo lo que les faltaba por vivir.
Cerró los ojos, desapareciendo hacia un nuevo lugar.
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Del 1 al 10 ¿Qué tanto me quieren matar y por qué 11?
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, les cuento que ya había contemplado que al finalizar el mes iba a publicar por aparte esta saga y hacerle un par de arreglos, además de darle un final un poco más cerrado. Porque a mi inspiración le pareció una gran idea meter nuevos personajes justo hoy y extenderse a gusto. Entonces bueno, esperen para septiembre u octubre la publicación de esta historia ¿Se les ocurre algún nombre?
¡Nos leemos mañana!
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Actualización: El longfic correspondiente a esta historia lo encuentran en mi perfil con el nombre de "Deseos del corazón".
Recuerden que sus comentarios son bien recibidos en un review, en mi twitter (idamariakusajis) estaré retuiteando lo que encuentre y comentando cómo voy con el reto, y en mi instagram (idamariakusajishi) en mi perfil hice una historia destacada con todos los fanarts que comparten por allí.
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Att: Sally K
