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NejiTen month día 24
Agosto 24/2021
Prompt: Sueños / Inocencia
Universo alterno
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Advertencia: Lime/lemon
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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.
Disfruten la lectura.
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Día 24. Inocencia
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Podía sentir sus manos recorriendo su cintura y su cadera, descendiendo hacia el borde de su vestido corto y tan solo pensaba que estaban todavía demasiado lejos de su destino. Iban caminando, o ella siendo prácticamente llevada por él mientras mordía su cuello. Finalmente el ruido de una puerta que se abría sonó y ella agradeció en su mente.
Aunque no estaba pensando nada racional en ese momento, no solo porque estaba segura que había sobrepasado su límite del alcohol que soportaba dado su tamaño y peso, sino porque el hombre la había empujado contra una pared y antes de poder molestarse o reclamar, se había arrodillado y estaba lamiendo el interior de sus piernas. No sabía si podía hacer ruido o no, no le importaba en ese momento cuando un gemido surgió de su garganta ante la maestría que esa lengua se estaba moviendo justo en su intimidad.
Sus piernas se tambaleaban y pudo ver una sonrisa presumida en el rostro del hombre, que le hizo una seña con la mano para que se girara, ella pasó saliva pesado viendo como él ya había abierto su pantalón y dejado a la vista lo que allí guardaba. Así que lo obedeció, dejando salir muchos gemidos más a medida que era embestida con fuerza. En el momento que alcanzó un nuevo orgasmo lo sintió retirarse y ahora en un movimiento seguro volver a darle la vuelta, indicándole que era su turno de estar de rodillas.
Sin duda era un hombre que sabía exactamente lo que quería, y teniendo en cuenta el placer que ya había recibido hasta el momento no veía problema en devolver un poco. Masajeó un poco la base antes de llevárselo a la boca, escuchándolo gruñir a medida que aceleraba su succión. No le tomó mucho, él la apartó en el momento justo que eyaculaba y todo fue a parar a su vestido.
- ¿Me darás tu número? — el hombre había buscado en el armario de aseo que se habían metido un trapo con el cual limpiarla un poco, ella asintió con una sonrisa — mierda — él se estaba revisando los bolsillos — no tengo mi teléfono. ¿Tienes el tuyo y te guardo el mío?
- Sí — abrió su cartera que había quedado en algún lugar del suelo y fue su turno de maldecir — nop, no lo traje — no estaba segura si lo había dejado en su vivienda o si lo había perdido en su ebriedad
- ¿Tienes algo con qué escribir? — revisó su cartera de nuevo, no tenía un bolígrafo ¿Quién lleva un bolígrafo en una de esas carteras diminutas al salir de fiesta?
- Tengo este — era su lápiz para delinearse los ojos, era lo más parecido a tener con qué escribir
- Te anotaré mi número — la tomó del brazo y lo extendió, empezando a escribir con el delineador — ahora, tú dame el tuyo — todo le parecía borroso en ese momento cuando intentaba recordar cómo se hacía un número y cuál era su número. Alcanzó a escribir los tres primeros cuando la punta del lápiz se partió
- Maldición — obviamente no tenía con qué sacarle punta de nuevo
- No pasa nada, sé que tú me escribirás y repetiremos esto.
Despertó con un dolor de cabeza que la hizo odiarse de inmediato. Ella no solía beber, o por lo menos no en las cantidades industriales que lo había hecho la noche anterior. Iba a culpar a sus amigas por convencerla de salir a ese sitio que era barra libre y probablemente al barman por no dejar de darle tragos. A pasos excesivamente lentos se levantó para ir al baño y vomitar, definitivamente no iba a volver a beber en su vida. Estaba a punto de levantarse para enjuagarse la boca cuando de reojo vio algo anotado en su brazo.
Frunció el ceño inicialmente al no tener ni idea de cómo habían llegado esos números allí, pero poco a poco los recuerdos de lo que había hecho en ese armario de limpieza y el hombre desconocido empezaron a emerger. Tomó una foto con su teléfono a su brazo pues pensaba dormir otro rato y temía se borraran, pero todavía no se sentía lo suficientemente funcional para guardarlo debidamente.
Cuando volvió a despertar se sentía ligeramente mejor, al menos las náuseas se habían ido aunque el dolor de cabeza se mantuviera. Fue a la cocina para preparar algo de comer que le ayudara a terminar de superar su molestia y mientras tomaba un café sin azúcar revisó su teléfono. Tenía algunos mensajes de sus amigas, preguntándole si estaba bien o si había recogido algún otro hombre en el camino a su vivienda.
No era ajena al sexo casual, pero jamás había hecho algo como lo de la noche anterior de hacerlo casi en público. Pero le había sido inevitable, la química con el hombre había sido inmediata, de lo que podía recordar no era exactamente apuesto pero sí muy interesante. Y ya que pensaba en ese tema decidió ver su brazo de nuevo y guardar el número allí anotado. En el momento que tuvo que ponerle nombre lo dudó, por más que trataba de enfocarse en el minuto exacto en que él le había dicho su nombre al oído, nada acudía a su mente. Así que finalmente decidió ponerle "Chico del bar", como no era algo que soliera hacer no lo confundiría con ningún otro de sus contactos.
La semana siguió avanzando con normalidad, ella asistiendo a sus clases de la universidad y a su trabajo de medio tiempo. Recordaba que no le había podido dar su número al hombre y de ahí que si quisiera volver a verse con él, fuera ella quien tenía que tomar la iniciativa de buscarlo. Varias veces había abierto la aplicación de mensajes, la primera para comprobar que no era un número falso y que realmente existía y usaba la aplicación, pero ninguna pista de su nombre pues solo decía en el nombre de usuario "NH". Las otras veces solo la había abierto y se quedaba viendo el chat vacío, había visto su foto de perfil y encontraba curioso que usara una imagen de un paisaje.
El viernes en la noche estuvo un rato viendo su teléfono, le había dicho a sus amigas que ese fin de semana no estaba de humor para salir y seguía firme en su convicción de alejarse del alcohol. Sin embargo estaba aburrida y seguía meditando si escribirle o no al hombre en cuestión. Se consideraba una mujer moderna, precisamente creía en que eso de esperar a que el hombre diera el primer paso estaba mandado a recoger y las mujeres también podían mostrar iniciativa. Pero nunca había sido ella quien tuviera que escribirle a un hombre después de tener sexo casual.
Un excelente sexo casual, dijo su voz interna y le dio la razón, la había pasado muy bien. Se mordió el labio todavía dudando en cuanto abrió la aplicación de mensajes, pensando en cómo podría saludarlo o qué decirle exactamente.
Hola, ¿me recuerdas? Soy la chica del bar de la otra noche, la de los dos chonguitos.
No, eso sonaba ridículo. Quería creer que igual él la recordaría con el mismo agrado, aunque también podía pasar que fuera mucho más frecuente que ella en lo de ligar en los bares y ella no hubiera sido la única con la que había estado. O en un panorama más optimista, podría saber que era exactamente ella quien le escribía y contestar con alguna invitación para verse. Bueno, pero cualquier opción posible partía de la misma base. Tenía que escribirle.
Tenten:
Hola
Ya, lo había hecho. Ahora solo era cuestión de esperar que le contestara y que rumbo tomaba la conversación. Estaba revisando sus redes sociales para pasar el rato cuando la respuesta llegó.
Chico del bar:
¿Hola?
Esperó un momento, a ver si decía algo más. Pero nada pasaba.
Tenten:
Soy la chica del bar del sábado pasado.
Me diste tu número
Chico del bar:
Número equivocado
Tenten:
¿No querías que te escribiera?
Chico del bar:
En serio, número equivocado
No salí de mi casa el fin de semana.
Tenten:
Oh, lo siento
Frunció el ceño, buscando la foto que le había tomado a su brazo para comprobar si había guardado bien el número. Así era, o tal vez estaba confundiendo el último digito y no era un 9 sino un 4. Guardó el número con ese cambio y revisó la aplicación de mensajes, no estaba entre los contactos. Fantástico, o le había dado un número falso o ella no entendía la letra. Al final decidió que dejaría el tema de esa forma, por algo se definía como sexo casual.
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Una nueva semana pasó, cada tanto revisaba la aplicación a ver si mágicamente el número aparecía entre sus contactos o si el equivocado cambiaba de foto y comprobaba que la estaba evadiendo con una excusa de cajón. Estaba metiendo en la lavadora su ropa sucia cuando vio el vestido de esa noche, claramente el intento del hombre de limpiarlo había sido infructuoso y la evidencia de lo que habían hecho estaba ahí. Puso el ciclo y tomó su teléfono, se negaba a creer que se había equivocado o que de verdad no quisiera saber de ella. Esa lengua le había provocado el mejor orgasmo de su vida y hasta donde recordaba él también la había pasado bien.
Tenten:
¿Seguro que estoy equivocada?
Ya revisé, este es el número que me diste
Chico del bar:
Para empezar, buenas tardes
Ella rodó los ojos antes de contestar.
Tenten:
Perdón, buenas tardes
Chico del bar:
Segundo, estoy seguro.
No suelo darle mi número a desconocidas
Tenten:
No soy una desconocida, por algo me dijiste que te escribiera
Chico del bar:
Cuando alguien me interesa suelo pedirle su número
¿Por qué él no te pidió tu número?
Tenten:
Lo hiciste, no tenías tu teléfono
Chico del bar:
No lo hice, porque no era yo
Déjame en paz
Hizo un puchero viendo la pantalla, molesta por la descortesía y porque finalizara la conversación de esa forma. Lanzó su teléfono a un lado, definitivamente tenía que dejar pasar el tema y ya. Tal vez su marea etílica había cambiado su percepción de las cosas y el hombre no era tan interesante como había creído sino que al estar ebria hasta una luciérnaga era interesante. Puede incluso que el sexo no hubiera sido tan increíble, es decir, fue algo rápido en un armario de aseo ¿qué tan bueno podía llegar a ser?
Tenten:
No te creo que no seas tú
Habían pasado dos semanas más, ese sábado había ido con sus amigas nuevamente al bar de barra libre y se mantuvo alejada del licor, pero se dedicó toda la noche a vigilar a los asistentes en busca de ese rostro que creía recordar bien. Regresando enfurruñada a su vivienda por no ser capaz de superar algo así, nunca en su vida la habían plantado. Probablemente por eso mismo no podía cerrar el tema así como así.
Chico del bar:
De nuevo, la cortesía dice que se debe saludar primero
Buenos días
Otra vez tú
¿No tienes nada mejor que hacer una mañana de domingo?
Tenten:
Envíame una foto tuya
Mientras no lo hagas no te creeré
Chico del bar:
No lo haré
He escuchado de sitios donde reciben voluntarios
Digo, ya que no tienes nada que hacer con tu tiempo
Tenten:
Solo por la forma en que hablas no eres tú
Chico del bar:
Te lo dije
Tenten:
Igual se nota porqué no tienes novia
Hasta nunca
Chico del bar:
No tengo novia porque no quiero
Aprecio la soledad
Tenten:
Sí claro, esas son las excusas que te das a ti mismo
No tienes novia porque no te soportan
Adiós
Las palabras "escribiendo" aparecieron bajo su nombre por unos segundos, desapareciendo sin que ningún nuevo mensaje llegara y posteriormente dejó de aparecer en línea. Rodó los ojos, debería borrar ese número y ya, en serio terminar el asunto.
Así que siguió con su vida esa semana, contrario a lo que había dicho el hombre al otro lado de la línea, ella tenía una vida ocupada entre sus clases, su trabajo y su vida social. No es que tuviera tiempo que perder detrás de alguien que la había rechazado, de hecho podría subirse el ánimo bien fuera saliendo con sus amigas y ahora sí devolver algunas de las miradas que recibía cuando estaba en un vestido corto, o contestarle el mensaje a ese compañero de clase que estaba mostrando interés en ella.
Tenten:
Esta soy yo
Cumplió en lo de salir con sus amigas, había coqueteado un poco por aquí y por allá, dándole su número solo a una persona que le gustó. También había tomado un par de copas, pero no estaba ebria y sabía que no tendría resaca. Aunque sí estaba un poco encendida y desinhibida, si el hombre a quien le dio su número hubiera sido un poco más avezado hasta se habrían ido juntos. En cambio ahora estaba en su cama sola, sintiéndose un poco caliente por los recuerdos de esa vez. Así que buscó una foto que le había tomado Ino, no era nada indecente ni provocador, pero le gustaba la forma en que se veía.
Tenten:
Porque sigo sin creer que no me recuerdas
O que estés jugando a ignorarme
Soy lo mejor que te podría pasar en tu maldita vida
Vete a la mierda
Buenas noches
Chico del bar:
Admito que serías alguien difícil de olvidar
En especial si eres igual de pesada como pareja
Ni hablar como exnovia
Era tarde, muy tarde y no había esperado que le contestara. Por lo que sonrió de lado antes de girarse con el teléfono para poder escribir más cómoda.
Tenten:
¿Qué pasó con lo que decías de la cortesía?
Lo de saludar primero
Chico del bar:
Supongo que pensé que podía omitirlo
Ya sabes...
Después que mandas a la mierda a alguien no esperas mucha cortesía
Buenos días
Sí, son días porque ya pasa la medianoche
Reitero en que conozco lugares para hacer voluntariados
Tenten:
Eres el alma de la fiesta ¿verdad?
Chico del bar:
No suelo ir a fiestas
Tenten:
Evidentemente
Chico del bar:
A ver, has despertado mi curiosidad
Y no puedo dormir
Según tú ¿qué te hice para que me estés buscando con tanto ahínco?
Tenten:
Así que admites que eres tú
Chico del bar:
No, de hecho eso quedó raro al escribirlo
¿Por qué buscas a ese hombre?
Tenten:
Si eres tú deberías saberlo
Y si no lo eres, no es de tu incumbencia
Chico del bar:
No, definitivamente no lo es
Pero no creo que seas alguien que deba perseguir hombres para conseguir sexo
Tenten:
No, claro que no
Y sigue sin ser de tu incumbencia
Chico del bar:
Lo sé
Pero no tengo sueño
Tenten:
Pues yo no puedo dormir por tu culpa
Chico del bar:
¿Mi culpa?
Tenten:
Sí, sigo pensando en esa noche
No es posible que la hayas olvidado
¿Tan mal estuve?
Porque recuerdo que te gustó
Chico del bar:
Contestaría eso, pero ya te dije que no era yo
Tenten:
Y yo te dije que no te creo
Este es el número que TÚ escribiste
Chico del bar:
Pues entendiste mal algún dígito
O te jugó una broma
Tenten:
No, nadie me haría eso
Dios, como extraño esa lengua
Chico del bar:
Debo admitir que esa es una de mis habilidades
Pero no te consta
Porque de nuevo, número equivocado
Tenten:
Te odio
Hizo el teléfono a un lado, lo mejor sería dormir.
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Curiosamente esa conversación le había ayudado un poco a superar el tema, esta vez en serio, pensando que error inocente o no, no era él. Igual siguió hablando con el desconocido sin nombre, pero ya no intentando convencerlo o convencerse que era la misma persona de esa noche. Solamente era un desconocido random con quien ahora se desahogaba cuando estaba estresada o aburrida, de hecho era entretenido hablar con él.
Chico que no era el del bar:
Veámonos
Ella releyó el mensaje varias veces, hace mucho que chateaba con él y su máximo avance había sido cambiarle el nombre con el que lo tenía guardado. Porque no se habían preguntado los nombres, se mordió el labio antes de decidir tipear su respuesta.
Tenten:
Está bien
Chico que no era el del bar:
¿Mañana en el centro comercial?
Tenten:
En el puesto de batidos
Chico que no era el del bar:
Hecho
Tenten:
Por cierto, mi nombre es Tenten
Chico que no era el del bar:
Soy Neji
Estaba sentada en la mesa cuando un hombre desconocido se acercó a ella, su mirada reflejaba que él se había aproximado con toda la intención. Lo que significaba que él era Neji, su cita.
Había cierta negación en su cabeza y había esperado que fuera una broma y quien se presentara fuera el hombre de tiempo atrás. Definitivamente no era ese hombre, pero se veía muchísimo más interesante.
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Un error inocente... ¿Alguna apuesta de quién era el hombre de la primera escena? ¿Le dio mal el número o ella lo entendió mal?
¡Nos leemos mañana!
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Recuerden que sus comentarios son bien recibidos en un review, en mi twitter (idamariakusajis) estaré retuiteando lo que encuentre y comentando cómo voy con el reto, y en mi instagram (idamariakusajishi) en mi perfil hice una historia destacada con todos los fanarts que comparten por allí.
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Att: Sally K
