Día 2: Un lunar que nos vincula

Sentado frente a sus padres y hermano Sasuke suspiró con resignación cuando el tema del matrimonio resurgió, últimamente parecía ser el en lo único que su familia solía pensar, como si ser independiente y exitoso no fue lo suficiente, sin una "linda esposa y dos hijos y medio "lo convertía en una vergüenza para los Uchiha.

—Deberías aprender de tu hermano, su esposa está a punto de dar a luz y es un varón, el apellido se mantendrá porque supo escoger una mujer que diera varones, a tu edad ya estaba casado con tu madre… —su padre continua con su discurso lleno de errores biológicos y sociales, el sexo del bebé lo determina el hombre, pero ya había perdido el interés en hacer entender al anciano que consideraba que tenía la razón.

Cuando su madre empezó a mencionar citas a ciegas supo que si no mentía no saldría ileso de allí.

—Estoy saliendo con alguien. —Sus palabras silenciaron el lugar— no lo he mencionado porque sé que ustedes la asustarán hablando de matrimonio y debo conocerla más para saber si podremos casarnos a futuro.

Su padre lo miró con desconfianza pero su madre parecía encantada ante la idea de tener una nuera.

Cuando el tema cambio supo que estaba libre, por el momento, al final de la cena su padre le advirtió que el llevar a la dichosa novia a la siguiente cena familiar no era debatible, Sasuke asintió frustrado, la sonrisa burlona de Itachi no ayudó a su sentimiento de derrota.

Pero había un dicho que decía que a las personas buenas les ocurren cosas buenas, y no se consideraba alguien malo, su recompensa llegó una semana después de manera inesperada.

Salía de su trabajo con rumbo a una librería cuando una chica corrió hacia él y lo tomó del brazo— por favor finge que eres mi novio —rogó entre dientes demasiado asustada como para decirlo más alto.

Sasuke la vio temblar en el agarre, ya varios metros avanzando en su dirección un tipo algo molesto por ver a la chica a su lado.

—Te dije que me esperaras ofrecer aquel sujeto sin molestarse en mirar a Sasuke, actuando como si no existiera.

Incluso si Sasuke no era del tipo de personas que se meten en asuntos ajenos y prefiere evitar problemas, la nefasta actitud del sujeto frente a él le dejó pocas opciones.

—¿No le dijiste a tu amigo que tenemos planes hoy? —Sasuke no tenía que ser un genio para intuir que la chica junto a él había intentado alejar al hombre con excusas, usó un tono amenazante con la actitud desafiante que usaba a veces en su trabajo.

—S-si —respondió con algo de nerviosismo.

—Hinata suele ser muy bromista, no pensé que debería novio.

Sasuke bufó ante la insulsa respuesta, el tipo cambió de actitud ante el aura de Sasuke y se volvió un cobarde marchándose después de un par de palabras.

Hinata pudo soltar un suspiro de alivio cuando vio al tipo irse—. Muchas gracias —se apresuró a decir al desconocido que la había ayudado, apartando la mirada casi de inmediato, estaba tan nerviosa hace un momento que no se fijó que el chico del que se había aprovechado era realmente apuesto.

—Lo mejor sería que alguien te viniese a ver, nada nos asegura que ese tipo no se quede merodeando a esperar a ver si vuelves a estar sola.

Hinata asintió mientras escribía a alguien en su celular y luego sacaba su tarjeta de datos para ofrecérsela a Sasuke—. Tienes un lugar en la mano igual que yo —recalcó al notar aquello.

Sasuke miró y efectivamente ambos tenían un pequeño lunar en su mano derecha.

—Mi mamá me contaba que el lunar en este lugar significaba que la persona era confiable —indicó mostrando orgullosa el suyo— es una suerte haberme encontrado con alguien como usted.

Sasuke miró el nombre de la joven y sacó una de sus tarjetas de presentación— no fue nada.

Un auto se estacionó a pocos metros de ellos— mi primo vino por mí, en mi tarjeta están mis datos, lo contactaré para pagarle el favor que me hizo hoy —miró la tarjeta recibida— fue un placer conocerte Sasuke.

El nombrado la vio subirse al auto y marcharse, la sensación de que aquel encuentro no fue casualidad lo invadió, pero nunca fue supersticioso y no creía en cosas como el destino, guardó la tarjeta de Hinata y miró su mano, aquel pequeño lunar al que nunca le había prestado atención ahora parecía muy interesante.

En la siguiente cena familiar Sasuke pudo llevar a una novia, su madre, emocionada de haber ganado una apuesta con su padre sobre la existencia de la mujer en cuestión la llenó de preguntas, todas siendo respondidas con honestidad y prudencia, en la única que omitió detalles fue en cómo se conocieron, Hinata suprimió el incómodo momento que los hizo encontrarse, pero le dio a su madre una anécdota de cómo fue aquel pequeño lunar que compartían lo que le había hecho fijarse en la otra persona.