Emma miró el reloj, eran las 14:54 y aún no le respondía nada a Zeke. Realmente no le importaba que se retrasara una hora más, su cabeza estaba pendiente en Levi.

Decidió sacar el celular y escribir. Habían acordado juntarse a las 20:00 pm, aún tenia tiempo.

-Zeke ¿te molestaría mucho si cancelamos? 14:56-

- No, claro que no ¿estás bien? 14:58-

- sí, sí, es que prefiero que hagamos algo más elaborado- 14:58

- ¿Te gustaría salir a cenar el viernes? – 14:59

- sí, me parece perfecto- 15:02-

Guardo el celular sonriendo. Jean la miro con reproche, pues debía estar pendiente de la clase y no de su teléfono.

Levi terminó la clase antes de lo pensado por lo cual se encontraba listo para volver a casa a las 18:46. Al salir de clases, pasó a comprar un té como acostumbraba. De lejos pudo divisar a Emma, la cual conversaba muy cariñosa con el futuro doctor Jean Kristein. Sintió como los celos avanzaban por su espina dorsal.

- Oye, tienes un bicho en el pelo – Jean tomó un mechón de su cabeza, sacando la mariquita que se había posado. De lejos parecía que la había acariciado-

- No es un bicho – Emma tomó su mano, buscando el insecto, dando la impresión de que hablaban acaramelados, nada más lejos de la realidad-

- Un insecto es un insecto – el peliceniza le intentó pasar la mariquita, pero esta salió volando-

Ambos juntaron sus cabezas al mirar como el coleóptero se marchaba, lo cual hizo hervir de rabia a Levi, al no tener ningún contexto.

- Levi – Petra se acercó cariñosa. El pelinegro sabía hace meses que quería algo con él-

- Hola petra – Levi tomó un sorbo de su té, la pelirroja pidió algo también - ¿saliste antes de clase? –

- Sí, odio los lunes – Petra recibió un café y luego de agradecerle al vendedor volvió con Levi- es como mi pequeño ritual, siempre dejar salir a los jóvenes antes de clase-

- No es necesario que lo hagas – Levi le indicó uno de los asientos y ambos se acomodaron- esos mocosos se terminaran acostumbrando-

- Mira Ackerman, no me digas como hacer mi trabajo – respondió, sonriendo-

Levi esbozó una sonrisa y miró a Emma. La cual suponía le explicaba algo a Kristein, mientras se movía intentando danzar. Bailaba pésimo.

- Petra, me preguntaba si tenías planes para el viernes, después de clases-

- ¿yo? – Petra se sonrojó nerviosa- si planificar clases y revisar trabajos con una copa de vino son planes, si –

- Oh, está bien – el pelinegro asintió serio y volvió a mirar a Emma, la cual ahora escuchaba seria como su compañero le hablaba sobre algo-

- Oh no – Se llevó las manos a la cabeza, captando su atención nuevamente- ¿estabas invitándome a salir? Soy una tonta, claro que acepto –

- Petra, si no puedes no…-

- ¡No! Claro que puedo, quería hacerte una broma y fallé –

- Me parece bien – Levi asintió desinteresado mientras se levantaba de la silla y luego de botar su vaso a la basura se acercó a Petra- nos vemos-

- Nos vemos Levi…-

El ojiazul se alejó y al pasar por la salida evitó a la castaña, la cual lo siguió con la mirada, luego miró donde había estado y se percató de lo feliz que estaba la profesora de Lengua, Petra.

- Oye Jean, creo que me voy a ir –

- También yo ¿andas en metro? –

- No, estoy en mi auto- Emma se encogió de hombros –

- Una lástima, te perdiste de mi compañía por veinte minutos más –

- ¿Veinte minutos? Son las 19:00 de la tarde, tendrías suerte en llegar tan rápido con este tráfico-

- En tu chatarra posiblemente, en mi auto de lujo, jamás-

- Ya – Emma giró los ojos y atacó su cara con la mano, molestando a Jean- no todos somos los millonarios hijos de un exitoso empresario –

- Si le dieras la oportunidad a mi hermano, tus hijos podrían serlo-

- Prefiero cagar piedras que acostarme con tu hermano de doce años-

- Estoy seguro de que aún tiene fantasías con tu imagen en traje de baño –

- ¡Jean! ¡que asco! – Emma sonrío avergonzada- ¿tu lo haces? –

- ¡Claro que no! Tengo sentido del gusto –

Emma sonrío y luego de bromear un poco más, caminaron juntos hacía sus respectivos autos. Negó con la cabeza pensando en lo que acababan de hablar y agradecía poder tener un amigo como Jean, pues sabia perfectamente que no se la quería tirar ya que estaba enamorado de su mejor amiga, Sasha.

Emma prendió su auto y mientras se calentaba un poco el motor miró su celular. Tenia solo un mensaje de Sasha, el cual era un audio.

Emma conoció a Sasha a los doce años, cuando ambas iban en el colegio. Sasha era la alumna nueva y Emma se acercó con buenas intenciones. Años después, ambas seguían siendo amigas, a pesar de todos los altos y bajos de su relación.

Sasha estudiaba para ser fonoaudióloga en una de las universidades más prestigiosas de Sina. Estaba soltera debido a sus problemas con los hombres y con su familia, pero a pesar de todo era una chica extremadamente alegre y luchadora.

-Hola Emma, te escribo ahora pues acabo de terminar mis clases, ha sido agotador ¿sabes? – carraspeó – ¿qué le sucede a Levi? ¿acaso le entró un ataque de celos? Es un tipo tan raro… - suspiró- en fin, te iba a decir si nos veíamos hoy, pero recordé que tienes una cita con Zeke, uii, después de tanto tiempo finalmente pasó. ¿Te depilaste el chocho, ¿no? Bueno, amiguita, te deseo toda la suerte del mundo y que tu tiempo con ese tipo raro y enano haya servido. Eso –

Se escucha como se corta el audio y automáticamente se reproduce otro.

-Oye, podríamos salir el fin de semana, quizá ir a un brunch, jejeje, tú sabes que siempre tengo ganas de comerme una que otra friturita. Me avisas que pasa –

Emma sonrío y luego de responderle emprendió camino hacía su hogar. Luego de cambiarse de ropa y lavarse los pies, comenzó a preparar la cena.

Una hora después se encontraba comiendo ñoquis y viendo una famosa teleserie colombiana. Betty la fea.

- Maldito Armando – Emma tomaba una copa de vino, mientras reclamaba-

- ¿estás viendo Ugly Betty otra vez? – Yelena apareció. Había entrado sigilosamente y no ser por sus reflejos, Emma habría botado la copa-

- Maldita sea Yelena, no te escuché – sonrío- fue una buena decisión cambiar la alfombra-

- Ni que lo digas – Yelena dejo su abrigo y se sentó a lado- ¿no ibas a salir hoy con Zeke? –

- Si, la verdad me dio pereza. Perdón por no avisar, saldremos el viernes-

- Ya… - la rubia hizo una mueca- lo que pasa es que invité a un chico… para… que me penetre hasta el ombligo –

- ¡Yelena! – comenzó a reír, su prima era demasiado directa- iré al cine ¿sí? O a dar una vuelta-

- Lo lamento, pensé que hoy finalmente le entregarías tu cuerpo a Zeke-

- No pasa nada – Emma se levantó y comenzó a lavar los trastes-

Luego de terminar de limpiar, se cambió de ropa, colocándose un pantalón y un polerón. Amarró su cabello en una coleta desordenada y guardo su billetera y su celular en la parte delantera de su pantalón.

Camino por las calles de Sina sin saber exactamente que hacer. Conociendo a Yelena quizá habría sido mejor irse a dormir a otro lado. Llamó a Zeke. No le contestó. Llamó a Sasha, tampoco. ¿quizá sus amigos de la universidad? Los descartó, algunos tenían clases temprano. ¿Su hermana, Annie? Vivía muy lejos. Aún que sabia que tenia muchas más opciones, miró su última opción en la lista de contactos y dudo unos segundos en llamar.

- ¿Sí? - una voz ronca respondió –

- ¿Estás ocupado? Me ha sucedido algo…-

- ¿Dónde estás? –

Sonrío mordiéndose el labio y tomó el metro. En veinte minutos llegó allá. Estaba un poco sudada y sin maquillaje, pero le daba igual.

- ¿Qué ha sucedido? –

Levi abrió con dificultad sus ojos. Seguramente estaba durmiendo. Emma miró el reloj de la pared. 23:45. Era bastante tarde.

- Mi compañera de piso iba a, ya sabes – hizo un círculo con una mano y apunto el mismo con la otra- así que Sali…-

- Ya…- Levi asintió y se frotó el rostro con las manos- ¿no tenias a nadie más que llamar? –

- Oh… - Emma sonrío dolida- si quieres me puedo ir, aún no son las doce de la noche-

- No te estoy diciendo que te vayas, te estoy preguntando-

- Sí es así ¿Por qué no me has invitado a pasar? -

El pelinegro la miro serio, dejándola pasar, para luego, mientras la ojiazul se sentaba, el buscaba un vaso de licor

- Levi, no quiero ser una molestia para ti ¿sí? Puedes decirme y me iré- Emma dejó el vaso que le ofrecieron en la mesa y se levantó- es más, fue una tontería venir, lo lamento-

- ¿Cómo quieres que me sienta? – dejó el vaso también y frunció el ceño – vienes el sábado a "hablar" – hizo comillas imaginarias con sus manos- luego me dices que ya no quieres nada conmigo y ahora aparecer a las doce de la noche en mi puerta – suspiro- ¿qué esperas que piense? –

- Lo lamento – asintió, tampoco ella entendía lo que pasaba por su mente- tienes razón, estoy actuando mal –

Emma hizo una mueca y se aproximo hacía la puerta. Moría de vergüenza, ¿por qué había decidido ir donde él? Sabia perfectamente la respuesta. Una parte de ella deseaba poder concretar lo que habían comenzado a construir.

- ¿podrías decirme que mierda debo hacer? –

- ¿eh? –

- Nunca me dices nada ¿Qué te pasa? ¿por qué ya no quieres estar conmigo? ¿por qué empezamos esta maldita relación? –

- Yo… - Emma acarició su cuello con nerviosismo- no puedo decirte el porqué, simplemente me pareces un tipo atractivo – pensó unos segundos y prosiguió- Levi… yo… me es difícil expresarme-

Levi asintió. Tenia tantas cosas que decirle, pero no sabía como empezar, ni como hacerlo. Pero si sabia que la deseaba, la deseaba con cada fibra de su ser.

- Lo sé – se acercó a ella, peligrosamente- también me es difícil a mí-

- Estamos volviendo a lo mismo de siempre… - giró su rostro, indecisa-

- ¿No es eso lo que los dos queremos? – tomó su rostro y la beso-

Al sentir que era correspondido comenzó a acariciar sus pechos bruscamente. La joven gimió y empujo al mayor hacía el sofá, haciendo que se sentara. Colocándose de rodillas frente a él, le pidió un poco de ayuda para bajarle el pantalón. Pronto se encontró chupando su pene con entusiasmo. El pelinegro suspiró, tirando la cabeza para atrás y elevando las caderas levemente. Suspiraba y se quejaba suavemente, mientras la joven aumentaba la frecuencia de la succión.

- Sigue, mocosa – gimió excitado, acariciando su cabello-

Emma siguió su faena gustosa, mientras lo miraba retorcerse de placer. Con su boca lamía entretenida y con sus manos le acariciaba las pelotas.

- Me voy a correr en tu boca ¿eso quieres? – pregunto, nublado de placer-

La castaña asintió y aceleró el ritmo. Luego de unos minutos el pelinegro se corrió con un gruñido fuerte. Emma tragó su explosión sonriendo.

- Eso fue intenso – dijo limpiándose el resto de semen de la boca-

- ¿quién dice que terminó? –

La empujó suavemente, quedando encima.

- Levi… - sonrío y tomó su cara, acariciándolo-

- Hmmm – respondió él. Aceptando el cariño que la joven jamás le había ofrecido antes-

Emma lo miró y sintió como su corazón comenzaba a acelerarse sin razón alguna. ¿Qué era toda esto que estaba haciendo? Se preguntaba a si misma, dudosa, pues toda su vida había estado obsesionada con Zeke Jaeger y ahora, cuando finalmente podía estar con él, su corazón le decía que estaba mal, que no debía hacerlo y que debía quedarse con Levi, pero ¿qué le ofrecía realmente su profesor? Hace más de un año habían empezado una relación plenamente carnal y si bien sus intereses y valores eran similares, nunca habían convivido como una pareja real.

- ¿Estás pensando en como asesinarme? –

- Ajá…- tocó los labios del ojiazul con la yema de los dedos, suavemente-

El pelinegro la miró a los ojos en silencio. La joven parecía perdida en sus propios pensamientos. ¿Cómo explicar lo que sentía por ella? ¿estaba enamorado? No lo sabía, pero sin duda la quería y la atracción física de ambos era innegable. ¿sería todo distinto si no fuese su alumna? La diferencia de edad era mínima y Emma ya era una adulta en toda la expresión de la palabra. ¿por qué jamás habían logrado concretar su relación? ¿cuál era el obstáculo real que les impedía a ambos dar otro paso?

El sonido del celular de la ojiazul los sacó de su trance. Levi se levantó de encima, sentándose a su lado. La castaña se alejó, para poder hablar con mayor tranquilidad. Cuando volvió lo miró nerviosa.

- Yo creo que es mejor que me vaya…-

Levi miró el reloj de la pared. Las 01:23 de la mañana. Mañana daría la clase con más sueño que de costumbre.

- No puedes irte, es demasiado tarde-

- No sé si sea buena idea quedarme – se rascó la nuca- había dicho que esto no volvería a pasar y en dos segundos he terminado de rodillas frente a ti-

- No voy a tocarte a menos que quieras que te toque-

- Ya… es que ese es el problema Levi – Emma se acercó a donde estaba sentado y lo besó suavemente-

El mayor asintió y la estrechó contra él. Tampoco le iba mucho eso del sentimentalismo ni el cariño, pero con ella sí, con ella le nacía y no sabía como explicarlo.

- Vamos a dormir ¿te parece, mocosa? –

- ¿sabes? – lo miró - Solo tienes unos pocos años más que yo, enano-

Esbozó una sonrisa, para luego levantarse y tenderle la mano, la cual la joven aceptó, cansada y ambos se fueron a dormir.

Seis de la mañana y Levi se duchaba para ir a trabajar. Emma tocó la puerta y al no recibir respuesta decidió entrar.

- Hola… - le tocó un hombro suavemente-

- Tsk – dio un pequeño salto del susto al girarse- podrías haberme avisado-

- Te avisé, pero no respondías – se acercó y junto sus labios-

- Debo… ir…a… trabajar- respondió entre besos-

- Lo sé – tomó su mano y la llevó a su intimidad la cual estaba húmeda-

El mayor suspiró y la estrechó contra su cuerpo, gustoso. La castaña gimió, mientras sentía como su amante se agachaba para hacerle un oral. Se estremeció al sentir su lengua tocar ese punto tan íntimo.

- Levi… - suspiró agarrando su pelo, ni tan suave, ni tan fuerte-

- ¿Quieres que siga? – pregunto, provocándola-

- Sí…-

- pídemelo -

- Mierda… - cerró los ojos y al sentir como el pelinegro depositaba besos en su monte de venus los volvió a abrir- quiero que me chupes…-

- Ajá – asintió lamiendo los sectores cercanos- ¿así? –

- No – protestó- quiero que me chupes el clítoris-

Asintió y enterró su cara con emoción en la feminidad de la castaña, haciéndola llegar al orgasmo en tan solo minutos.

Se levantó y la giró bruscamente, dejando su rostro contra la pared del baño y alzándole el culo.

- Pero Levi… - Emma giró un poco el rostro- quiero devolverte el favor-

- Yo también quiero que lo hagas – respondió el Pelinegro mientras bombeaba su miembro- pero hora necesito estar dentro tuyo-

- Mmm – asintió y levanto un poco la pierna izquierda, para darle más acceso-

Tocó su entrada, comprobando la dilatación y entró de una estocaba certera. Ambos contuvieron el aliento por un segundo.

- Tómame el pelo – gimió la castaña, pidiéndole agresividad-

- Tch… -

La tomó bruscamente, como a ella le gustaba. ¿siempre sería así de bueno? Pensó el mayor, mientras escuchaba los gemidos de la joven y los propios. Por más que buscaba en sus recuerdos no podía encontrar ninguno que se sintiese igual de bien.

- Voy a correrme… - la castaña aceleró el encuentro de sus sexos, mientras se tocaba el clítoris- más…. –

- ¿más qué? – preguntó, desacelerando las embestidas-

- Más fuerte Levi – protestó- quiero que me penetres rápido y fuerte-

Aceptó sus órdenes, penetrándola con rapidez, sintiendo como sus pelotas buscaban la liberación. Unos cuantos movimientos erráticos y se apretó contra ella, sintiendo como su vagina lo ordeñaba hasta la última gota.

La joven vestía el pijama del mayor mientras comía tostadas con mermelada. Levi terminaba de prepararse para las clases del día.

- ¿Por qué usas un pañuelo? – mordió el pan, aburrida-

- Porque me gusta-

- Me alegra que lo uses, no sé hacer nudos de corbata-

Levi giró los ojos y luego de buscar unos segundos su maleta, la encontró. Se acercó a la castaña y la beso.

- Ahora sí debo irme. Puedes utilizar todo lo que está aquí, mocosa. Hoy salgo más temprano por si quieres, quizá ir a comer algo- sacudió suavemente la cabeza, restándole importancia- o quizá no. No es una obligación – la miró serio- nos vemos- se despidió y salió camino a la universidad-

Emma suspiró mirando a su alrededor y se preguntó que estaba haciendo. Ni siquiera ella era capaz de describir sus emociones en ese momento.

Ayer, después de recibir la llamada de Zeke, cometió, como tantas veces un acto impulsivo porque sí. ¿por qué había vuelto a acostarse con Levi? ¿por qué su cuerpo le pedía tanto estar con él? Gruño molesta. Tendría que tomar hora con la doctora Nanaba, sus crisis estaban volviendo.