Volvió a mirar el reloj de la pared. Su psicóloga debería haberla llamado hace quince minutos. Odiaba que la hicieran esperar y no fueran puntuales. Se mordió una dureza de la uña, haciéndose daño.
- Emma Dawk –
Emma se levanto nerviosa. Había dejado las terapias hace algunos meses y aún que sabia que estaba mal, no le importaba en lo más mínimo.
- Hola – saludó tímidamente, esperando algún regaño-
- Hola Emma, ha pasado un tiempo – sonrío- dime- dijo colocando un cronometro- ¿qué es lo que te trae por aquí? ¿nuevamente problemas con tus padres? –
- No, no – negó con la mano derecha- la verdad es que – miró el bonsái que tenía en su consulta la psicóloga, con atención - creo que han vuelto mis crisis de ansiedad. Estoy con sentimientos muy raros y actuando erráticamente, como siempre pero ahora siento que, es más-
- ¿Has estado tomando tu medicación? –
- Claro… -
- ¿estás cien por ciento segura? –
- Sí – mintió-
- Emma… - Nanaba se quitó los lentes ópticos y apretó suavemente sus ojos, luego se los volvió a colocar- es muy importante que estés tomando tus medicamentos para evitar estas crisis-
- Lo sé, por eso lo hago-
- ¿podrías decirme que es lo que ha detonado estás crisis? –
La joven asintió y comenzó a contarle lo que sucedía. Emma había comenzado a ir a terapia desde una temprana edad. Siempre mostró comportamientos extraños y poco control en ciertas situaciones, lo cual derivó en crisis nerviosas y ataques agresivos contra su entorno. Con el tiempo y la madurez fue mejorando algunas cosas, pero otras quedaron con ella, por lo cual dos años atrás decidió ponerse en contacto con una psicóloga distinta a todas las otras que hubiese visitado y al sentirse cómoda siguió la terapia, hasta que encontró que no era más necesaria.
- Y eso es lo que sucede-
- Entiendo – Nanaba realizaba algunas anotaciones en su cuaderno- debes saber que este no es un espacio para juzgar nada, yo solamente te aconsejo sobre lo que es mejor para tu salud –
- Aja- asintió-
- Recuerdo cuando hablamos sobre tu obsesión con Zeke Jaeger y creo que ha mejorado mucho, por lo cual podremos crear un punto medio en su relación. Ahora ¿podrías hablarme un poco más de esta persona, Levi Ackerman? –
- Bueno… - Emma tocó su cuello nerviosa. Le había contado a su psicóloga todo, excepto sobre Levi- va a estar difícil, eh – sonrío – es un amigo – mintió- un amigo con el que salgo a veces…-
- Está bien – asintió- me parece muy bien que salgas con personas, ¿tienes relaciones con este individuo? –
- Ajá-
- ¿sientes alguna emoción similar al amor con él? –
Antes de poder responder, sintió como sonaba el reloj, anunciando que la sesión había terminado. Agradeció mentalmente.
- Te ha salvado el reloj – Nanaba sonrío- te esperaré la próxima semana –
- Claro, nos vemos-
Emma asintió, despidiéndose y dudando si realmente tendría coraje para enfrentarse con lo que se venia esta semana.
Llegó a clase treinta minutos tarde. El profesor no la dejaría entrar, estaba más que segura. Se miró las uñas nerviosa y se sentó afuera de la aula.
Miraba el teléfono distraída, cuando sintió una mirada conocida. Alzó la vista y hizo una mueca de asco al ver quien era.
- Mira quién se quedó fuera de la clase, la fierecilla-
- ¿Por qué no te metes tus comentarios estúpidos por el culo, mejor? –
- Porque prefiero meter a que me metan cosas – sonrío, caminando hacía el baño-
- ¡Vete a la mierda, Floch! –
Floch Forster, el odioso compañero de Jean con el cual compartía más de la mitad de las clases, al cual siempre había odiado y el cual siempre se le había insinuado, tenia que justo ir a buscar agua cuando ella se encontraba sola.
Resopló molesta. Odiaba toparse con él y más cuando estaba sola, pues Floch sabía lo mucho que la hacía rabiar.
Paso nuevamente por su lado luego de ir al baño y le hizo un gesto obsceno. Emma le mostró el medio de al medio como respuesta.
Una hora después, los alumnos comenzaban a salir de clase, pues pronto comenzaría otra. Emma se levantó al ver a Hitch saliendo despreocupada junto a Jean.
- ¿Qué te paso? – La rubia le tomó un mechón de cabello con cariño –
- Estaba…-
- Lo lamento por interrumpir, pero, anoche debieron follarsela con muchas ganas, la gatita se quedó dormida-
Floch gritó frente a todos los alumnos que estaban presente, molestándola. Jean frunció el ceño y Hitch hizo una mueca de vergüenza ajena.
- Eres un imbécil – Jean alzo su mano, pero Emma lo detuvo-
- En efecto Floch, anoche me rompieron – Sonrío- cosa por la cual no tengo que avergonzarme, es más, es normal en el ser humano – se acercó a él. Sus mejillas estaban rojas, pero lograba hablar tranquila- quizá, tu deberías coger más, así se te quita lo estúpido e infantil-
Hitch sonrío y Emma también, alejándose de su compañero junto a Jean. Floch no iba a dejar las cosas así y pronto respondió.
- Emma – La castaña se giró aburrida- olvidaste mencionar que fui yo quién te cogió toda la noche-
La ojiazul sintió como la furia subía por su cuerpo y el impulso de sacarle al menos tres dientes al pelirrojo se hacia presente, pero nada de eso podía suceder.
- Forster…-
Todos sintieron como una voz seria y autoritaria les hablaba enojada. Algunos empezaron a irse, otros simularon no mirar. Emma y compañía se quedaron.
- Profesor Ackerman…- Floch sonrío nervioso. Era un cobarde-
- Me gustaría saber que sucede aquí –
- Na…na…na…da… yo… - comenzó a tartamudear-
- Lo lamento profesor – Emma se acercó – no queríamos causar ningún problema-
- Sí es problema – la miró serio, ignorando todo- última vez que tratas a tu compañera así, Forster, la próxima vez tendrás una causal de expulsión-
- Si –
- ¿Sí que? –
- Si profesor…-
Levi asintió y miró a Emma sin emoción, para luego pedirle al resto de alumnos que se fueran, pues el espectáculo había terminado.
Emma mordió su labio. No necesitaba que nadie la salvara, no quería un príncipe azul, ella podía ser su propio príncipe azul.
- Que guapo es el profesor Ackerman – Hitch suspiró en otro mundo-
- Que va – Connie hizo cara de modelo y mordió su sándwich- yo soy mucho más guapo-
- Todos son guapos – Emma sonrío, tomando té helado- haría un quinteto con todos ustedes-
Hitch sonrío coqueta. Connie le guiño el ojo. Jean hizo una mueca de disgusto y Nifa se puso roja.
- No puedo creer que nos hayamos perdido que retaran a Floch – Connie miró al piso, apenado-
- Eso les pasa por no elegir los mismos electivos que nosotros- Hitch respondió, como si fuese lo más obvio-
- Ya… - Jean giró los ojos- pero Hitch, piensa, ustedes eligieron Física ¿para qué quieren ustedes física? De Nifa lo entiendo, porque quiere ser profesora de física, pero ¿tu y Emma? –
- Jean, tu quieres ser doctor, pero tu carrera no es solo anatomía y microbiología, es mucho más que eso- Emma lo miró seria, se sentía ofendida- elegí física simplemente porque me gusta – mintió, no del todo, pero en gran parte-
- La verdad – Hitch se entrometió- yo elegí física porque se me da fácil y porque quería mirarle el culo al profesor Ackerman, así de simple-
- Bueno – Nifa sonrío – cuando sean enfermeras con Emma, podrán mirar muchos culos-
- JAJAJA – Connie comenzó a reír fuertemente- Ay Nifita, eres tan inocente ¿Crees que no lo hacen ya? –
- Si, claro – respondió la pelirroja avergonzada. No estaba acostumbrada a hablar así- pero Hitch dijo claramente a quien le gusta ver…-
- ¿al profesor Ackerman? – Hitch respondió – pagaría por verlo sin ropa, debe tener un culo…-
- Ya… - Jean cerró los ojos, incomodo- ¿podemos cambiar el tema? No hay porque hablar así de las personas-
- Deberías intentar tirártelo – Connie miró a Hitch, ignorando todo lo que su amigo acababa de decir-
- ¿Tu crees? –
- NO – Emma respondió rápidamente-
- ¿Qué te pasa? ¿te gusta? –
- No, claro que no, que asco – fingió- ¿No te das cuenta lo estricto que es, Hitch? Algo así podría ser causal de expulsión para siempre y tendrías que olvidarte de tu tesis-
- Oh, mi tesis…- Hitch hizo una mueca de puchero-
- ¿Sigue siendo la misma estupidez de hace dos años? – Jean volvió al tema. Si no podía eliminarlo, tampoco quería quedarse atrás-
- Claro – sonrío- "Como afectan las erecciones al personal de salud" –
- Es una estupidez….-
- Es un gran tema-
Emma giró los ojos mientras escuchaba a sus compañeros discutir. Pronto, sintió como su celular comenzaba a sonar. Era Zeke.
- Hola…-
- Hola Emma ¿por qué no me has contestado? –
- ¿Me has llamado? No lo he escuchado, estaba en clases, salí hace poco-
- ¡genial! ¿cómo te sientes? ¿dormiste muy mal en la casa de tu amiga? –
- Un poco, no paré de pensar en cosas…-
- No te preocupes, podrás contarme todo mañana- tosió- recuerda usar un vestido bonito, iremos a un lugar genial-
- Si… -
- Bueno, nos vemos-
- Nos vemos, Zeke-
Cortó, con una sensación de malestar generalizada y internamente gritó. Tendría que volver a las pastillas y la idea no le gustaba nada.
- ¿Era acaso tu querido monito? –
- Que pesada eres Hitch – Emma la empujo suavemente mientras se sentaba- pero sí, era el amor de mi vida-
Emma sonrío, pero su corazón la hacia sentir rara. ¿era efectivamente Zeke el amor de su vida? Apenas llevaban saliendo unos meses y esporádicamente.
El segundo bloque de la clase del profesor Smith comenzó y todos volvieron a entrar de mala gana. Emma se acercó a su profesor.
- Hola profe Erwin – sonrío, tímida –
El rubio se giró sonriendo y el corazón de la joven se aceleró. No podía negar las emociones que producía Erwin Smith en su cuca. Lo encontraba increíblemente atractivo y seductor, pero jamás como Levi… se abofeteó mentalmente ¿Por qué demonios pensaba en Levi?
- He visto que no has llegado a la primera clase ¿te ha pasado algo, Emma? – miró sus labios al pronunciar su nombre y deseo besarlos-
- ¿eh? –
- Te he preguntado si te ha sucedido algo – sonrío nuevamente- te he puesto presente, no te preocupes-
- Si, sí, gracias, le debo una –
- Quizá algún día me puedas pagar – respondió amigable. Y al contrario de lo que la gente podría pensar, sin ningún ápice de doble sentido-
- ¡Le presentaré a mi Hermana! –
- Ve a sentarte – dijo, entre risas-
Emma se sentó junto a sus amigos mientras escuchaba como partía la clase de anatomía del día. Al tener ciertos problemas de concentración, prefería mirar la ventana y luego estudiar en su casa.
Miró la ventana divertida, observando como dos pájaros se peleaban por una lombriz. Su emoción duró poco, pues luego de divertirse con los pájaros, pudo divisar a cierta persona coqueteando con una mujer.
Levi tenía el almuerzo corrido debido a una clase extra que le pidieron. Para su suerte, Petra también por lo cual se habían topado en el patio y estaban discutiendo que almorzarían.
- Podríamos ir a una tienda de por aquí, tiene dulces – Sonrío la pelirroja, emocionada-
- Oye, oye – el pelinegro negó serio- no me gustan los dulces-
- Oh… - Petra asintió- ¿Qué harás para nuestra salida del mañana, no comerás nada? –
- Cierto…-
El pelinegro asintió mentalmente. Le había dicho a Petra que saldrían el viernes y con la emoción de haber tenido a la mocosa en su casa, había olvidado todo.
- Petra, yo…-
- No me digas que te estás acobardando, no permitiré que me digas eso cuando compré un vestido hermoso –
- No es eso – suspiró. No le negaría la salida la su compañera- te iba a decir que creo que tengo antojo de pastas-
- ¡Me parece perfecto! –
Y así, la mayor lo tomó del brazo y juntos salieron de la universidad, camino hacía un local de pastas, para almorzar.
Emma no podía creer lo que estaba viendo. ¿El imbécil de Levi estaba jugando a dos bandas, acaso? Gruño, furiosa y decidida. No dejaría que ningún hombre la hiciera sentir así de vulnerable.
