Suspiró mientras se bañaba. A pesar de todos sus esfuerzos, su sueño se había roto en segundos. Zeke no le producía ni un cuarto de lo que su profesor sí. Se golpeó mentalmente pues se daba cuenta de que todos estos años había vivido una idealización falsa.

Se colocó el albornoz del rubio, el cual le quedaba al menos tres tallas más grandes y salió, más decepcionada que nunca.

- Te ves hermosa –

- Gracias Zeke… - sonrío, triste-

- ¿Qué te pasa? ¿por qué estás triste? –

- No sé, ha sido un bajón, quizá el efecto del alcohol-

- Ven aquí –

Se acercó y sintió como los fuertes brazos del hombre la estrechaban contra sí y en ese momento, deseo más que nunca sentir las caricias de Levi.

Levi miraba el techo concentrado mientras Petra descansaba a su lado. Había tenido sexo por despecho y se sentía un ser miserable al usar así a una persona.

Nuevamente lunes y la primera clase era como siempre, con el profesor Ackerman. Emma se mordía las uñas nerviosa. Ansiaba con todo su corazón verlo.

- ¡Deja de morderte las uñas! ¡es un mal hábito! – Nifa la reprochó, como una mamá-

- Lo siento –

Pronto la clase se ordenó, pues entró el profesor. La castaña sonrío y lo miró con amor, pues ese nombre hacía que su corazón se acelerara.

- Espero que hayan estudiado el fin de semana, haré un examen sorpresa. Todos saquen papel y lápiz-

Todos los jóvenes comenzaron a reclamar hasta que el mayor les lanzó una mirada asesina. Hitch, Nifa y Emma se miraron nerviosas, no habían estudiado nada.

Al terminar la prueba, en un acto de misericordia, Levi dejó que sus alumnos salieran al baño o a comprar un poco de comida. El trio de amigas había aprovechado.

- Que le pasa al profesor, jamás nos había hecho una prueba así de difícil antes- Hitch hablaba mientras masticaba su empanada de espinaca-

- ¡Ya lo sé! – Emma suspiró tomando de su café y comiendo muffin – yo dejé mi prueba en blanco…-

- Ay, chicas, no estaba tan difícil – Nifa se encogió de hombros. Solo tomaba agua pues estaba en una dieta estricta-

- Si estaba tan fácil podrías habernos dicho las respuestas – Hitch la miró molesta- tu dieta te ha vuelto una pesada-

- No podemos pelear, es hora de subir-

Tanto Hitch como Nifa asintieron tomando sus cosas y las tres caminaron rápidamente hacía el ascensor, topándose para su desgracia con Floch.

- Emmita… - se acercó tomándole un mechón de cabello-

- Suéltame - respondió incomoda-

- ¿Por qué? No estoy haciendo nada-

- suéltala, imbécil – Hitch lo empujó agresivamente y Nifa lo miró feo-

- ¡Ya, ya! Me di cuenta de que la gatita está acompañada –

- ¿Qué es eso de gatita? – Emma frunció el ceño – no soy una de tus prostitutas –

Se giró mirando el ascensor, el cual había llegado. Nifa y Hitch se subieron primero y Emma quedó de última, antes de subir, Floch le susurró.

- No siempre estarás sola, algún día tendrás que pagar tu deuda-

Lo miró con odio y tragó hondo la saliva que se había acumulado como una pelota en su garganta. Sus amigas le preguntaron que le sucedía y negó, quitándole importancia.

Luego de terminar la clase comenzó a guardar sus libros lentamente, haciendo tiempo como solía hacer. Su sorpresa fue enorme al ver como Levi tomaba sus cosas y se iba, sin siquiera darle una mirada.

- ¿Por qué te demoras tanto? – Hitch giró los ojos- Jean no nos va a guardar puesto otra vez – bufó- hasta Nifa ya se fue a su clase-

- Lo siento, he estado pensando en otras cosas-

Asintió y luego de terminar de arreglar sus cosas, ambas caminaron hacia el ascensor. Levi esperaba en silencio con sus carpetas y maletín. Hitch volvió a hablar.

- ¿Qué te dijo ese patán de Floch? –

- Nada importante…-

- Debe ser importante, no has querido hablar desde que nos subimos al ascensor-

El ascensor llegó y Levi dejó pasar a las jóvenes primero que él. Ambas agradecieron.

- ¿A que piso van, jóvenes? –

- Al piso ocho – respondió Hitch, agradecida-

El pelinegro marcó el numero ocho y Emma no pudo evitar mirar su mano. Tenía un vendaje casero. El cabezota no había ido al hospital.

- Emma – la rubia la llamó y esta la miró inexpresiva- ¿está Floch amenazándote por algo? -

La castaña negó dos veces con la cabeza y luego la bajó. Hitch la miró curiosa, pero decidió no indagar más.

Luego de la clase de microbiología recibió un extraño mensaje de texto, de un número desconocido, el cual le pedía juntarse a las cinco, en el patio de los estacionamientos. Emma se escusó con sus amigos y caminó nerviosa hacía allá.

- Mira a quién me encuentro – sonrío burlesco- pensé que no ibas a venir –

- ¿Podemos hacer esto rápido? –

- ¿por qué debería ser rápido? – Floch la tomó del rostro posesivamente- tu me debes algo enorme, Emma Dawk y no me has pagado-

- ¿por qué haces esto? – lo empujó, asqueada-

- Porque quiero estar contigo-

- ¿Estás enfermo de la cabeza, ¿no? – se frotó la frente – tu no quieres estar conmigo, tu solo quieres molestar-

- ¿Estás segura de que vas a tomar esa actitud? – Floch sonrío, buscando algo en su celular-

Le acercó la imagen a la castaña, la cual sintió como su estómago se encogía. En la fotografía aparecía ella, en un cubículo de baño, agachada, con el miembro de Levi en la boca, mientras este la agarraba del cabello.

- Me das asco…-

- ¿Quieres verla más de cerca? Puedo pasarte mi celular, tengo una copia en mi computador y muchas impresas-

- ¿Qué quieres de mí, Floch? –

- Quiero que me hagas lo mismo que le haces con tanto entusiasmo el profesor Ackerman en esta foto-

- ¿Cómo sé que me vas a dejar en paz si lo hago? –

- Te llevaré directamente a mi casa y podrás quemar todas las copias. Yo no miento, jamás-

- ¿No prefieres dinero o …? –

- No – Le tocó el cabello – quiero tu boca, tu cuerpo y, sobre todo, a ti-

- Eres un enfermo-

- Si – sonrío- hoy en mi casa, a las seis-

Asintió y se reprimió la arcada. Volvió junto a sus compañeros con todo el asco del mundo y se sentó junto a Jean, abrazándolo.

- ¿A que se debe este gesto de cariño inesperado? –

- Mis traumas reprimidos –

- ¿Estás bien? – Hitch la miró extrañada-

- Sí, sí – sonrío falsamente y miró el reloj- bueno jóvenes, ha sido un gusto hablar con ustedes, me marcho –

- ¿Tan temprano? –

- Sí, debo ir a hacer la tarea de anatomía, quiero los puntos extras-

- Ya… - Jean giró los ojos- vete antes de que te tire mi cuaderno-

Emma sonrío y comenzó a caminar hacía su auto, para luego de una hora estar finalmente en la dirección que Floch le había indicado.

Una enorme casa la esperaba. al verla, no le sorprendió que el imbécil de Floch estudiara medicina.

Tocó dos veces hasta que el colorín decidió abrir. Vestía una bata al más puro estilo de Hugh Hefner y Emma no pudo evitar reírse en su cara.

Entró con el corazón en la boca y siguió al joven, el cual parecía disfrutar su sufrimiento. Maldito sádico.

Al llegar a su cuarto se sentó en la cama, dejando de lado su mochila. Se abrazó a si misma, pues su cuerpo no dejaba de temblar.

- Estás temblando- comentó el pelirrojo, mientras se agachaba a su altura y le tomaba las manos-

- Sí – se encogió de hombros mirando sus manos y luego alzó el rostro- no me has invitado siquiera a un trago –

- ¿No estás manejando? – preguntó levantándose y abriendo la puerta de su cuarto-

- Si, pero necesito un poco de alcohol. Lo más fuerte que tengas-

- Está bien – asintió y salió de ahí –

Emma se levantó y comenzó a prepararse. Se sacó los anillos y el vestido que llevaba. Su cuerpo solo quedo cubierto por un body color cereza. Floch entró unos minutos después con un vaso de Whisky, al mirarla quedó embobado.

- Te ves maravillosa – le entregó el trago y la joven se lo tomó de golpe, aguantándose las ganas de vomitar-

- Hagamos esto rápido-

Floch asintió y se acercó a ella. A pesar de lo que había pensado, estaba actuando suavemente y no le aplicaba daño físico, pero aún y con todo eso, la castaña no quería estar ahí. Inspiró suavemente, intentando alejar su mente de la situación y de forma no tan inesperada llegó a Levi.

- No sabes cuanto espere este momento, Emma-

Y sonrío, porque en su cabeza no se encontraba Floch, no, en su cabeza quién le daba aquellas caricias y la trataba con suavidad era aquel hombre al cual tantas veces le había negado su amor.

Al terminar se levantó de la cama y como había prometido Floch, borró toda la evidencia que la inculpaba. Tomó sus cosas y se marchó de ahí, finalmente vomitando en el basurero del patio del pelirrojo.

Viajó hasta su hogar en piloto automático y lo estacionó de la misma forma. Entró por el camino de vegetación que rodeaba el edificio. No podía sacarse de la cabeza lo que acababa de pasar.

Miró a lo lejos una pequeña pero impotente figura y quiso correr, pero ya era muy tarde. La miraba serio, pero intensamente.

- ¿Qué haces aquí? – comentó cansada. Después de lo que había pasado con Floch no tenía ganas de nada-

- Vine a hablar contigo-

- ¿No habíamos dejado claro ese tema? – no lo miró de frente. Metió la llave y entró en el edificio. Levi la siguió-

- Oye – le tomó el brazo- ¿por qué haces esto? –

- ¿Hacer qué? – lo ignoró y siguió caminando hacía el ascensor. Al llegar marcó el piso 8. Levi se subió a su lado-

- No te hagas la tonta, no te queda-

- No me estoy haciendo la tonta – el ascensor se abrió y ambos caminaron hacía el departamento 803. La ojiazul comenzó a abrir la puerta-

- ¿Qué ha pasado con Floch? ¿te esta amenazando? –

Emma apretó la llave al sentir como su espina dorsal se llenaba de electricidad y mordió su labio, intentando evitar mostrar emoción alguna.

- No pasa nada con Floch. Hitch suele hablar estupideces porque se droga entre clases- respondió y abrió la puerta-

- ¿También consumes drogas durante clases? – pregunto mientras entraba junto a ella-

- ¿Es un cuestionario? – colgó su chaqueta y se sentó en su sofá- ¿Cómo la mierda que hiciste hoy en clases? –

- Dejaste la hoja en blanco- se sentó frente a ella-

- Sí – sonrío- no sabía ninguna cosa de las que salían ahí. Supongo que no soy tan inteligente como creía-

Levi esbozo una sonrisa y pronto el ambiente quedó en silencio. Y a pesar de que Levi parecía abrirse más, ninguno estaba dispuesto a ceder.

- ¿Amas a Zeke? –

- No lo sé – respondió. Sinceramente. Sus emociones aún no estaban del todo claras-

- ¿Me amas? –

Se tomó un segundo. Lo miró, analizando sus facciones y lo mucho que le gustaban. ¿Qué significaba realmente el amor? ¿Querer compartir el resto de tu vida con una persona? En su cabeza la respuesta era sí. Definitivamente lo amaba. Pero no podían seguir juntos, no cuando había rebajado su cuerpo a protegerlo.

Se encogió de hombros mordiéndose la mejilla y el pelinegro asintió un poco desmotivado. Se esperaba una respuesta así.

- ¿Tu me amas a mí, Levi? –

Lo tomó un poco por sorpresa, pero en su mente el tenía clara su respuesta. Sin dudarlo la miró serio.

Ambos sintieron como alguien intentaba abrir la puerta del departamento. Emma miró el reloj, eran las 20:45 pm. Yelena había llegado. Tomó a Levi del brazo y le pidió con gestos que se fuera a su habitación, mientras ella se quedaba como si nada en la sala de estar.

- Dios mío, que difícil es abrir esta puerta algunas veces – Yelena colgó su abrigo y su cartera y se sentó frente a Emma- aún no puedo creer lo tarde que salí hoy del trabajo-

- Si – Sonrío, nerviosa-

- ¿Qué te pasa? –

- ¿A mí? – hizo un gesto de extrañez- nada, que me va a pasar-

- ¿Qué hiciste de cena? –

- Mierda – se tocó la cabeza- me recosté en el sillón y se me pasó el tiempo-

- No pasa nada – Yelena sacó su celular – ¿Qué prefieres, Pizza o hamburguesa? –

- ¿Patatas fritas? –

- Está bien – asintió y se levantó- me iré a bañar, mientras pediré la comida-

Emma miró como la rubia se desaparecía y caminó rápidamente hacía su habitación. No quería que Yelena supiera siquiera que Levi estaba ahí.

Abrió la puerta y luego la cerró con seguro. El pelinegro estaba sentado en la cama, inexpresivo.

- ¿Hurgueteaste mis cosas? – pregunto en voz baja-

- ¿no? –

- Da igual, debes irte-

El mayor asintió. Entendía que no era un buen momento para conversar y ya había presionado a la joven bastante.

Emma abrió la puerta nuevamente y miró por si aparecía Yelena. Al escuchar el sonido de la ducha suspiró de alivió y le indicó a Levi que también podía salir.

- Oye, Emma- la llamó, mientras la joven sostenía la puerta de entrada y miraba nerviosa por si aparecía su prima-

- ¿Sí? –

Sin previo aviso la tomó por la cabeza y la besó, suavemente. A pesar de todo lo que había pasado, la castaña le correspondió, colocando sus manos en los pectorales de su amor.

Al separarse Levi hizo un esbozo de sonrisa.

- Nos vemos –

- Nos vemos- respondió la ojiazul y cerró suavemente.