La historia me pertenece, los personajes son de Masashi Kishimoto.
Personajes con OoC.
Una pequeña historia que será cortita y tendrá capítulos todos los días.
•
§La Otra§
•
Era como si mí mundo se detuviera, como si todo en ese momento se hubiera desdibujado cuando vi su mirada hacia Sakura.
Esa llena de pasión y promesas que ella respondió con una sonrisa y mejillas sonrojadas.
No tenían vergüenza.
Creí que sólo había sido un desliz, esa última escapada que tenían los hombres antes de casarse. Por eso no hice nada cuando la vi saliendo de su oficina arreglándose el cabello rosa. Sakura había estado varias horas allí, yo lo sabía, la había visto entrar. Pensando que era una cosa de la boda, al ella ser mí madrina, no le presté atención. A las dos horas salió como si hubiera pasado un muy buen momento.
Como si acabará de ser follada.
A los diez minutos entre en su oficina, con una sonrisa pegada en mí rostro. Lo abrace, sólo para sentir el perfume de mí mejor amiga impregnado en su ropa y su cuerpo. Él me había besado, me había hablado como si nada, entonces decidí no arruinar el plan de la boda por un desliz que tal vez no se repetiría.
Pero verlo ahora, en MI noche de bodas, su mirada prometedora de un sexo caliente para otra, fue algo que no pude pasar por alto.
Mí mano se apretó tanto en la copa de champaña que temí romperla. Tomando de un trago todo, la dejé sobre la mesa al ver cómo Sakura salía por una puerta del costado.
Mí flameante marido estaba con amigos, charlando y riendo. Mí mirada se quedó clavada en él.
Y no me decepcionó.
A los pocos minutos, él se excuso y caminó, como si no fuera a hacer nada malo, hasta la puerta que había salido mí amiga antes.
Dejando la tercera copa que había tomado desde ese momento, me levanté de mí mesa para seguirlo. Mis pasos tambaleantes gracias al alcohol. Nadie me detuvo, así que abrí la puerta y pasé sin preocuparme de que dijeran algo.
Un largo pasillo estaba del otro lado, la luz era tenue y el ambiente frío. Comencé a caminar, intentado permanecer en el mayor silencio posible con mis tacones. Mis pies estaban tan perdidos que iba de una pared a otra mientras avanzaba.
Cuchicheos llegaron a mí oído y me volví tan silenciosa que tranquilamente podría haber sido una ninja en otra vida.
Mí espalda se pegó a la pared cerca de la puerta y realentise mí respiración jadeante y furiosa.
—Esto no está bien...— susurraba la traidora, mientras se escucha el roce que provocaba manos moviendo ropa.
—Shh, sabes que siempre te he deseado ¿O no?
Mí mano tapó mí gemido de dolor mientras un gemido diferente venía de la otra habitación.
—Hinata es mí amiga...
Si, como no...
—Pero eso no te importó el jueves cuando te jodí en mí escritorio ¿Mm?
Ahora se me revolvió el estómago con la confirmación y con los nuevos gemidos que se escuchaba en la otra habitación. No podía seguir escuchándolos, así que escapé de allí. Volví al pasillo y mientras la música se hacía más fuerte gracias a estar más cerca a la sala donde otros festejaban la farsa que sería mí matrimonio, el odio, el dolor y la traición comenzó a coroer en mí interior.
Continuará...
