Prologo.

Lisa miraba la televisión inexpresivamente. No prestó atención a lo que decían hasta que dejó de escuchar el motor de la van alejándose. Su familia iba ir a visitar un lugar para distraerse un momento; lo más probable es que fuera un parque natural o algo por el estilo. A pesar de que a ella le encantaba ir por las cosas que podía llegar a ver o descubrir; como un fósil de un animal que Leni encontró, esta vez no tenía ganas.

Y no era tan mala idea, sobre todo por lo preocupados que últimamente habían estado un tanto estresados por la violencia que había incrementado de manera abismal.

A pesar de todo, sin embargo, no quería ir. No podía explicar la razón exacta del porqué, simplemente no quería ir a ningún lado; solamente tenía ganas de estar sentada y ver la televisión. Tampoco estaba viendo algo interesante, simplemente un reportaje que hablaba de los cambios extraños que últimamente estaba teniendo el mundo, y del gran aumento en las desapariciones, violencia y asesinatos. Era extraño. Al menos le parecía un poco extraño que fuera en todo el mundo.

Normalmente pasaba por inconformidad social, pobreza o crisis económicas; pero no había nada de eso. Simplemente había aumentado de un día para otro. No tardaría en que algún miembro de la comunidad científica le llegase hablar para hablarlo. Esperaba que fuera dentro de mucho tiempo. No tenía ganas de hacer nada.

Le parecía un tanto extraño que tuviese esa actitud tan indiferente, generalmente la tenía solo con su familia, ahora era todo.

Cambio de nuevo el canal de la televisión.

-Estaba viendo eso…

Lisa dio brincó al escuchar la voz de Lucy de repente.

-¿Se volvieron a olvidar de ti? –Preguntó, con un tono de burla, volviendo a calmarse.

-No tenía muchas ganas de ir de todas maneras –respondió. Sonrió un poco. Lisa alzó una ceja –. O puede que simplemente encontré gracioso lo que harán cuando se den cuenta que no estoy ahí. Espero que sea cuando vengan de regresó para que entren en pánico.

Lisa también se rió un poco.

-Sería algo gracioso.

-De seguro te ayudaría a tus investigaciones del comportamiento humano –comentó. Su hermana pequeña se encogió de hombros. Dejó el canal en un programa lúgubre que a Lucy le gustaba.

-Últimamente no me interesa mucho. –Lucy la volteó a ver con un poco de sorpresa. –No me está interesando mucho seguir con mis estudios.

Lucy no le preguntó más.

Fijó sus ojos en la televisión; Lisa cambió el canal a uno donde hablaban un poco de lo espiritual que pasaba en el mundo; las criaturas que se ocultan en la oscuridad han regresado para destruir el mundo. Lucy se quiso reír. A pesar de que le gustaban esos temas, no pudo evitar encontrarlo ridículo. ¿De verdad podrían existir cosas así? Y lo más extraño era que lo había pensado desde que tuvo una pesadilla.

En su pecho había un diamante, atrás de ella una legión de hombres, criaturas, mujeres y demonios que observaban el cielo, de este había una mancha oscura se abría y mostraba a un monstruo de siete bocas.

Debía admitir que, después de mucho tiempo, se sintió aterrada por una pesadilla. Era aterrador ver a todos esos hombres… sus caras le resultaron tan extrañas; algunas parecían no mostrar nada más que dolor, miedo, tristeza, furia, alegría o indiferencia. Y ella lo único que sentía era un vacío. Después de ese sueño encontró un poco ridículo sus gustos o llegar a estar con su familia mucho más de lo que ya sentía anteriormente.

Pero algo que ella no sabía es que Lisa también tuvo pesadillas; eran personas, objetos o caos mientras ella estaba realizando algunos experimentos. Estaba experimentando con aquellos seres para que hicieran algo que ella quería. Puede ser que por eso se sentía de ese modo y más retraída; simplemente no quería que le pasara algo así.

-¿No te gustaría ver otra cosa? –Preguntó Lucy, cambiando de canal.

-¿Acaso ya no te interesan las cosas "aterradoras"?

-Supongo… solo quiero un descanso.

Lucy pasó por varios canales y decidió dejar en las noticias. Era lo que Lisa estaba viendo. Su hermana no dijo nada, se limitó a ver de nuevo los reportajes. Esta vez era Katherine Mulligan. Lucy notó que parecía algo asqueada. Además, ambas, reconocieron el lugar en el que estaba: la tienda de Flip.

-Las autoridades no pueden explicar este acto tan… repugnante y atroz… no se sabe si realmente fue causado por un animal o una pandilla. Si hay menores con ustedes le recomendamos cambiar de canal.

La imagen cambió por una totalmente perturbadora. Incluso Lucy quedó sorprendida; Lisa tuvo ganas de vomitar; el cuerpo de Flip estaba hecho cortado en pedazos; su cabeza estaba colocada a un lado de su caja registradora, su interior colgaba como serpentinas de una fiesta en distintas partes de la tienda. Lucy no pudo evitar pensar que su cuerpo entró en una licuadora abierta para que todos sus intestinos junto con la sangre salpicaran por completo su tienda.

Lisa cambió de canal por uno de caricaturas. Ambas estaban algo asqueadas, a pesar de todo lo que llegaban a ver. Aunque quizás esta era la primera vez que veían algo como eso en la vida real y por esa razón se sintieron asqueadas. Dios, el cuerpo en trocitos de Flip era tan asqueroso. De no ser por su cabeza bien acomoda puede que no lo hubieran identificado. Era lo único que quedaba, y de esta salía un trozo de carne; la expresión que tenía era completamente de dolor.

La expresión en su cara les hizo sentirse algo enfermas.

Lucy se aclaró la garganta.

-No es la primera vez que escuchó acerca de un caso como ese –comentó Lucy –, hace dos días Haiku me dijo que en otras ciudades del mundo habían encontrado cadáveres totalmente cortados hasta reducirlos a mermelada –las náuseas de Lisa aumentaron con esa revelación –. Eso me hace pensar en algo que quizás "algo" este provocando esto…

Fue interrumpida al sentir toda su casa moviéndose cómo un péndulo. Inmediatamente se dieron cuenta que se trataba de un sismo. Algo que a Lisa sorprendió. Royal Woods no era una ciudad con actividad sísmica. Salieron rápidamente de su hogar; varios de sus vecinos también lo habían hecho, pero algo que ambas notaron fue, al momento que algunos salían, miraron al cielo.

Ellas lo hicieron y entendieron la razón. No podían llegar a entenderlo, no podían dar una explicación, ni siquiera podían pensar, en el cielo había algo parecido a palos de color negro que estaban cayendo.

Ellas quitaron la mirada de ahí para verse un momento. No dijeron una palabra, se quedaron en silencio sin nada más que el silbido del aire y el crujir de la tierra, hasta que alguien gritó. La tierra se agitó con más fuerza, miraron hacia las personas donde observaron que sus vecinos bajaron las miradas. Quien gritaba era el hijo menor de la familia de los Yates.

-¡No quería contaminarme!

Después de esas tres palabras cuatro garras atravesaron su carne limpiamente. Eran tan filosos como cuchillas de afeitar, atravesaron su estómago tan limpió que las serpentinas para la fiesta estaban listas. Las garras se levantaron hasta llegar a su cabeza, la rebanó limpiamente. Era tan extrañó. Era tan irreal observar como alguien podía ser cortado limpiamente en dos.

Y de su cuerpo rebanado apareció una mancha negra. Y de ella una criatura completamente anormal, irreal y ni siquiera podían darle una forma exacta. Pero era jorobada, con cuatro garras filosas, dientes salidos que parecían afilados y sus ojos nada más que dos esferas de luz que no trasmitían nada.

Esa cosa las observó atentamente. Lisa y Lucy comenzaron a llorar. No se movieron, solo lloraron. Tenían miedo de morir, lo peor es que sabían que el dolor sería tan insoportable que quizás eso las terminaría por matar primero.

-Ustedes son a quienes tengo que cuidar –dijo una voz, con cierta felicidad en ella –. No había hecho esto desde hace mucho.

Lisa y Lucy observaron una sombra caminar enfrente de ella. Esta parecía humana, femenina realmente. Aunque su cuerpo parecía ligeramente más grande, e incluso observaron que parecía que tenían rostros humanos por todo su cuerpo.

Se lanzó contra la criatura. Aquella de las garras hizo cortes en su pecho limpiamente haciendo que las cabezas reventaran como palomitas en aceite. La sombra envolvió sus garras con un par de tentáculos que envolvieron su cuerpo.

Era asqueroso, pero sorprendente. Aunque no aguantaron seguir viendo la sangre y terminaron por ver todo negro.

Lincoln estaba un poco molestó con sus padres, en especial con su padre; le molestaba que fuera tan indiferente con algunos de sus hijos; Lucy, Leni, Lana, Lisa y él. No entendía porque siempre los olvidaba, o los pasaba de largo como simple objetos que podía desechar si quería. Olvidar a Lucy le hizo pensar que realmente no le importaban. Eso lo estaba fastidiando.

-¿Te pasa algo, Linky? –Preguntó Leni, mirándolo –. ¿Te duele el estómago, tienes ganas de vomitar? Si quieres…

-Estoy bien –respondió secamente. Soltó un suspiró con fastidió.

-¿Te pasa algo, hermanito? –Preguntó Luna, uniéndose a la conversación.

Volvió a mirar molestó a su padre de reojo. Luna se dio cuenta al ver esa mirada. Por suerte, él no notó la mirada de su hijo. Volvió la mirada hacía sus hermanas.

Puede que estuviera tan enojado porque las amaba. Era algo bobo que recordara lo obvio, pero realmente las amaba y no soportaba que alguien las hiciera a un lado, fuese quien fuese.

-No me gusto que nos hayamos ido sin Lucy y Lisa –respondió, en un tono de voz bajo.

Sus hermanas parecieron entender lo que estaba sintiendo. Eso le pasaba a todas ellas cuando pasaba algo como eso; en su caso con Luan o Lori. Lo entendían, incluso si alguien llegaba a meterse con su hermano.

-No permitiremos que pase de nuevo –le aseguró Luna.

-Sí, en la siguiente ocasión podríamos…

Lincoln no pudo darle sentido a lo que pasó. Fue tan rápido que no se dio cuenta; sus ojos solo observaban como todo daba vueltas tan rápido; hubo algo de cosquilleó en algunas partes de su cuerpo. Algo que llegó a observar mientras su vista estaba dándole vueltas fue una mancha de color gris parada a mitad de la calle.

Todo se detuvo de repente.

Su boca tenía un sabor degradable. Su cuerpo estaba punzándole mientras la humedad mojaba las mangas de su camisa corta junto con sus pantalones.

Su ojo derecho comenzó a darle algo de picazón, todo de ese ojo se veía entre rojo y oscuro. Lo tocó sintiendo un poco de dolor. Todo su cuerpo le dolía tanto que no sabía distinguir que le dolía y que no. Dejó de tocarlo para salir de la Van. No prestó atención a sus hermanas, él solamente quería salir de ahí.

Ni siquiera logró acercarse a la puerta. La sintió tan lejos, como si fueran kilómetros de distancia. Tosió un poco sintiendo más sabor desagradable dentro de su boca, no lo soportaba así que lo escupió; tenía un color rojo y era viscosa. Intentó moverse, pero solo escuchó un quejido.

-¿Te duele mucho? –Lincoln miró al frente de la puerta, observó a una niña de cabello castaño y ojos verdes. No entendió que hacia ahí. A pesar de que no entendía, le resultó un poco aterrador verla parada enfrente de él. –La noche que deje de sentir dolor fue en una carretera, pero tranquilo, aun no morirás.

Volvió a toser con fuerza. No escupió sangre, aunque si sintió algo húmedo salir de su nariz. Dejó caer su cuerpo. Le dolía tanto que ya no podía moverse. Miró de reojo a sus hermanas; estaban envueltas en una sustancia viscosa de color negra, ¿o era su ojo? Ni siquiera sabía que era lo que tenía su ojo.

-Debería matarte… –dijo. Lincoln sintió un cosquilleó en su estómago, acompañado de un escalofrío. –Te eh visto; has hecho cosas tan repugnantes que no puedo evitar verte con odio.

La sustancia también comenzó a envolverlo a él. Un pánico envolvió su cuerpo, intentó moverse sin obtener resultados. Enfrente de él observó una masa de color negro, con su único ojo observó rostros de personas; parecían tan felices, y, a su vez, repugnantes.

-Oh, mira eso… es tan bello. ¿Qué dices, mi niño, quieres estar con nosotros? No sentirás dolor nunca más. Solo déjate consumir.

Su cuerpo comenzó a elevarse, o eso sentía. A su alrededor apareció niebla. En el cielo hubo distintos puntos de color negro. No sabía la razón del porque brillaban, ¿la oscuridad podía brillar? Su cuerpo siguió elevándose hasta que llegó a donde solo había oscuridad total.

Y entonces observó, de entre la oscuridad, a sus hermanas; todas estaban muertas; sus cuerpos colgaban de una soga. Sus expresiones eran de un terror que lo asustó. No porque estuvieran muertas, sino por la razón que le pasaría lo mismo a él.

-Te tomara algo de tiempo, mi niño –escuchó detrás. Le transmitió mucho miedo, pero también algo de tranquilidad –. Necesitas algo de tiempo antes de aceptarla.

Aquella criatura que no podía observar comenzó a cantar. Sintió tanto sueño que solo cerró los ojos. No le importaba lo que pasara, él estaba dormido. Solo quería descansar y escuchar esa canción; era tranquila.

Lisa y Lucy miraban su nuevo hogar.

¿Qué paso? No lo sabían. Sus padres habían desaparecido, por no llamarlo de un modo más cruel, pero que ambas sabían perfectamente lo que había pasado. La mirada de su abuelo lo decía todo.

Ellas despertaron dos días después en un hospital. Su abuelo y Myrtle aparecieron enfrente de su cama de hospital. Al parecer hubo asesinatos cerca de su casa, solo ellas habían sobrevivido. Lisa no podía dejar de pensar que se debía a la palabra que escuchó de una persona que no podía recordar. ¿Y cuál era la palabra?

Algo que dijo su abuelo fue que una chica era la que las llevó al hospital, no sabían quién fue. Todo era tan oscuro, borroso y no podían pensar con claridad debido a lo que pasó con sus padres. No tenían ganas de pensar en lo que sucedió. ¿A quién le importaba a fin de cuentas?

-Esta es la casa de mi mamá… de la bisabuela Harriet. Nunca me quede ahí porque estaba bien viviendo en el asilo, pero creo que estará bien para nosotros –dijo Albert, intentando sonar positivo.

Su voz se escuchaba más amargada y, hasta cierto punto, vieja. Era la misma que un hombre fastidiado por la vida y las porquerías que esta le ha hecho.

Quizás estaba resistiendo todo, puede que aún tenía la esperanza en que los encontraran. Pero ambas sabían perfectamente que no pasaría. Por esa razón ya no tenían ganas de vivir. Les habían quitado una parte de su vida. Estaban muertas, simplemente estaban respirando que es algo diferente.

-¿Te gustaría que las ayudara con algo, chicas? –Se ofreció Myrtle, mirándolas. –Su abuelo me dijo que ustedes disfrutan de los lugares en silencio para hacer lo que más les gusta. Quizás pueda ayudarlas con algo.

-Supongo que está bien –respondió Lucy, sin ánimos.

Myrtle miró a Albert. Ambos se quedaron callados. Comenzaron a meter su equipaje. La casa estaba en perfectas condiciones. Probablemente hubiese algo de polvo dentro, a menos que su abuelo la limpiara. Puede que por esa razón estuviera en buenas condiciones. Algo que observó, sin embargo, fue que su abuelo parecía algo incómodo por tener que regresar ahí. Quizás por los gustos particulares que su bisabuela tenia.

O puede que quisiera tanto a su madre que simplemente volver le hacía recordar los buenos momentos que pasó con ella. Eso tenía más sentido, su bisabuela siempre estaba feliz cuando le hablaba de su hijo. En su caso, no quería volver de nuevo, al menos no por un largo tiempo.

Al entrar una brizna de aire frio las golpeó como el mar a la costa. Al entrar notaron que parecía ser bastante agradable. Al menos a lo que imaginaron; algunas pinturas de monstruos raros o símbolos, no había nada de eso. Era una casa normal; no tan pequeña como creyeron. Su hogar era una mansión, por decirse de un modo, aquella era suficiente para los cuatro.

-Las habitaciones están en la parte de arriba. Puede que ahora están cansadas por todo el tiempo que estuvieron en el hospital.

Ambas asintieron. Subieron las escaleras y observaron cuatro habitaciones.

Antes de que Lisa entrara a una, Lisa se le acercó. Tenía una mirada de tristeza extrema en sus ojos.

-¿Puedo dormir contigo? –Preguntó Lisa, tímidamente.

Lucy asintió. No podía culparla, al final seguía siendo una niña de cuatro años que tenía miedo y estaba triste por haber perdido a sus padres. Ella también; al final tenía nueve años y estaba triste por lo que pasó con su familia. Y no solo eso, también tenía miedo de que esa cosa que llegó a ver regresara por ellas.

Lucy miró un momento a su alrededor; todo estaba tan desolado y parecía rio. No podía entender que hacia ella ahí.

Una mano la sostuvo fuertemente, sin lastimarla. Al ver a quien se la había agarrado observó una criatura encapuchada con alas y objeto que brillaba intensamente en su pecho.

-Oye, Lucy, es hora. Es tiempo. Se Legión, muéstrales tu sonrisa y detenlo. Demuestra que pasa cuando alguien se mete con tu familia. –Algo cayó del cielo…

Lucy se despertó de golpe. Intentó moverse, pero Lisa la estaba abrazando de su cintura fuertemente. No le molestó que lo hiciera. Ella también quería hacerlo. Quería ir con su abuelo y llorar, puede que ambos lo hicieran por varias horas hasta que finalmente se sintieran con un peso menos.

Extrañaba a sus hermanos. Sobre todo a Lincoln. La persona más importante para ella.

-Te extraño…

-Si los llegas a ver de nuevo puede que termines muerta.

Lucy brincó cayendo junto a Lisa de la cama por la voz que le habló a su oreja. Lisa se quejó un poco y al estar un poco más calmada recordó que era la misma que escuchó cuando vio a esa cosa de garras.

Lisa se despertó.

-¿Qué pasa…? –Se quedó en silencio al observar a la misma persona de hace unos días.

-Creo que no debí hablarte de ese modo. Tanto tiempo que no hablo con una persona que simplemente olvide como se hace –dijo, soltando un suspiro. Era la misma persona que vieron cuando esa cosa de garras atacó a todos –. Hace mucho tiempo que no he hablado con alguien normal. Hablo con mis amigos, pero es diferente.

Ambas se quedaron mirándola un momento.

-¿Quién eres? –Preguntó Lucy finalmente, tomando de la mano a Lisa, quien estaba temblando un poco.

Al voltear a verla observó algo deslizándose entre su cuerpo, no sabía que era debido a la oscuridad

-Lo siento, tuve que hacerlo; ella iba gritar y tu abuelo iba venir. Necesito hablar con ustedes. –se acercó a Lisa. Tocó su mano suavemente.

Lucy iba arrojarse contra ella en el momento que sintió como la tocaba de la mano. No se podía mover.

-Es sobre sus hermanos. –Ambas sintieron un cosquilleó en sus estómagos. –Se dónde están, pero antes de decirles necesito hablar. –Ambas se calmaron lo mejor que pudieron; Lucy dejó de estar paralizada, mientras que Lisa sintió algo viscoso salir de su ombligo. –Me alegra que quieran escuchar.

-No vuelvas hacer eso –dijo Lucy, intentando calmarse.

-Lo siento. Mi nombre es Sally Simpson –se presentó, sacudiendo su cabeza –. De seguro lo habrán visto ese día, aquella criatura es de lo que viene con él. Lo que yo quiero hacer es detenerlo.

Ambas no parecieron entender. Lisa se limitó a pensar que esa chica estaba alucinando o diciendo cosa, o quizás era una ladrona que estaba distrayéndolas; si ese fuera el caso, ¿Por qué no pudieron moverse hace un momento?

-¿De que estas hablando? –Preguntó Lucy, sin entender que estaba diciendo.

-Lo siento, es solo que no sé cómo explicarlo –comentó, volviendo a sacudir su cabeza –. Sus hermanos están vivos porque Luna, Lincoln y Lily son lo que ellos llaman seres de luz. Aun no entiendo porque; creo que cuando hay un ser de luz en un nuevo mundo no pueden entrar. –Sally sacó un par de libros de su blusa. –Hable con uno de ellos y fue lo que me dijo. Solo quiere oscuridad, pero no puedo dejar que consuma todo. Sé que alguien los va parar, si parecen ellos vamos a morir todos. –Sally sacudió su cabeza, entregándole los libros a Lucy. –Hablan acerca de algo que pueden usar para detenerlos. Sus bisabuelos Ray Wagner y Harriet los escribieron. Quizás nunca te habló de eso. Aunque te darás cuenta que uno de ellos, lo escribió tu bisabuela.

Sally dio media vuelta, entró debajo de la cama. Lucy observó un tanto confundida. Se quedó un momento viendo a la oscuridad lo que aquella mujer les dijo. Lucy miró para ver si estaba ahí; no había nada. Ya no sabía si todo fue un sueño. Miró los libros. Tuvo ganas de leerlos en ese momento, pero realmente no tenía ganas de hacer nada, tampoco Lisa.

Estarían descansando junto con su familia si hubieran ido con ellos.

Eso era lo que más le molestaba a ambas; abandonaron a su familia y ahora estaban como un ciervo que se quedó sólo porque un cazador asesinó a su madre. ¿Por qué no murieron con su familia?

Comenzaron a sentirse cansadas, y un tanto enfermas. Tenían sueño.

-Aquí es cálido. Los que se contaminan están bien.

Los rostros de su familia aparecieron enfrente de ellas. Sonrieron de oreja a oreja. Puede que fuera porque parecían ir hacia ellas. Entraron. No era cálido ni frio, todo era oscuro, pero podían ver a muchos rostros conocidos. Entre la oscuridad pudieron distinguir al señor Grouse, a los Yates, algunos compañeros, incluso.

-¡No deben ser contaminadas!

Algo se levantó del suelo, lo cual comenzó a golpear a todo. Ambas vomitaron, mientras la furia se apoderaba de ellas.

Lucy se quejó un poco al sentarse en el sofá. No sabía porque le dolía tanto su cuerpo. Lo extrañó era que lisa también estaba adolorida. Puede que por dormir abrazadas una de la otra. O eso pensaba, ya no sabía que era real o no. Ver a Sally parada en la oscuridad le hizo pensar que era un sueño. Aunque despertar, eventualmente, ver los libros le hizo darse cuenta que no era mentira.

En estos momentos estaban solas. Su abuelo y Myrtle fueron al asilo a recoger un par de cosas que dejaron. Lo hicieron porque ahora tendrían que vivir ahí y cuidar a la única familia que les quedaban.

Los libros estaban en perfectas condiciones y parecían un tanto viejos. No tenían una buena espina de lo que leerían, no querían leer el contenido. Por alguna razón tenían miedo de lo que podrían llegar a decir. Era algo que no podían entender.

Fue Lisa quien abrió el primer libro; tenía como título "Fundación SCP". El que Lucy tenia decía "Los portadores". Leyeron lo que más pudieron.

Al ir avanzando fueron tomándolo un poco ridículo; parecían historias de terror hechas para asustar. Aunque hubo algo raro en ellas; no sabían cómo explicarlo.

¿Podía tratarse de una broma, realmente lo era? Sally, aquella chica le dio ambos libros hizo cosas que no podían entender. Lucy pensó que se trataba de algo que se oculta en la oscuridad. ¿Qué es lo que quieren decir esos libros?

-Suena estúpido lo que dice, ¿no es así? –Ambas dieron un brinco por el susto. Incluso Lisa tuvo la sensación de gritar el nombre de su hermana para que dejara de hacer eso. –Su bisabuelo fue un trabajador de la Fundación SCP. Y tu bisabuela buscó los objetos, buscó a los portadores.

Tanto Lisa y Lucy alzaron una ceja. Lo de esos libros solo eran historias, nada más.

-Esto… que…

-Son reales, Lucy –dijo –, no sé cómo es que tu bisabuela sabría de su existencia. No tengo idea. Por lo que he estado investigando, los objetos aparecen en cada caos de la humanidad. –Sally suspiro. –Creo que ya lo saben, ¿verdad? Si vieron esas cosas de color negro, quiere decir que el caos se aproxima. Pero podemos detenerlo; Lucy puede buscar los objetos y Lisa reunir algo para ayudarnos.

-Pero por lo que hemos leído, hay algunas cosas que pueden causar la extinción de la humanidad.

Sally rió por las palabras de Lisa.

-Si lo hicieran, ya se habrían extinguido. Pueden usarlos, salvar a sus hermanos, ellos están vivos.

-¿Cómo lo sabes? –Preguntó Lucy, molesta.

-Están con alguien llamado Zalgo, adentro de la oscuridad.

-¿Quién es Zalgo? –Preguntó Lucy, sin entender.

-El ser que consume dimensiones. Sus bisabuelos lo descubrieron cuando atendieron a un loco que balbuceaba cosas, este sujeto les habló de lo que él hacía. Fue entonces que se dieron cuenta de su existencia, y también la de los objetos junto con la corporación SCP –Sally miró los libros. –Podemos detenerlo para que nadie más sea consumido. Además, si sus hermanos están vivos darían todo por salvar a sus hermanos, ¿no es así?

Lucy miró a Lisa. Ambas no sabían que decir o hacer, esto era tan extraño, tan irreal que no entendían del todo. ¿Era una broma?

-Pueden salvar a sus hermanos con los objetos –repitió nuevamente Sally –, se dónde están. Pero si quieren hacerlo deben ayudarme a buscar los objetos y algunos SCP.

Entonces pareció mirar a la nada. Necesitaba hacer algo urgentemente. Dio media vuelta, entró en una esquina desapareciendo de su vista.

Todo era oscuro hasta que vio un pequeño rastro de luz. Al salir observó que estaba en el bosque. Por lo que observaba era donde los Loud habían sido contaminados por la oscuridad. ¿Por qué estaba aquí? Pero no le importó. Al ver los puntos de color blanco que parecían burbujas, las cuales estaban comenzando a oscurecerse se preguntó algo: ¿Quién los habrá contaminado, Sally, BOB, Jeff? Dependiendo de quién hubiera sido es como encontraría los cuerpos de los padres. Caminó un poco más por el bosque hasta que encontró unos rastros de sangre.

Siguió el rastro de sangre hasta que vio los cuerpos de Rita y Lynn completamente destrozados, a excepción de sus cabezas. A veces no podía entender del todo a Sleenderman, ¿le gustaba llamar la atención o no?

Le dio lo mismo. Caminó hasta que llegó a donde habían más burbujas blancas pasando a un color negro. No se acercó ahí. No había nadie. Puede que por lo que pasó con los otros. Aun no entendía como Lincoln logró invocar a uno de ellos. Pero pensar en cómo Tommy se convirtió en "eso". Tuvo ganas de reírse al recordar su aspecto.

Puede que por esa razón se alejó de ella. Aunque extrañaba a Tommy.

Al mirar las burbujas se dio cuenta que le quedaba esperar a que Lucy y Lisa comenzaran todo. Si no quería un desorden dimensional y que Billy se molestara, debía hacer que ambas estuvieran decididas, que realmente emprendieran el viaje a pesar de que eso las pudiera matar o que terminaran condenadas.

Fue entonces que un pensamiento vino a su mente, la golpeó como una cubeta de agua fría: los abuelos. Miró atrás donde observó a un perro, ese maldito perro estaba sonriendo como era de costumbre.

-Oh, eres una zorra estúpida –dijo el perro. Algo la agarró fuertemente al suelo. –Dejaste a los abuelos de las niñas solos. No hay muchos de nosotros de aquí… –Sally apretó los puños con tanta fuerza que sintió sus uñas comenzar a cortar su piel. – ¿Quieres pelear, puta?

Las manos de Sally se alargaron; se clavaron limpiamente en el cuerpo del perro. Ambos se miraron a los ojos. El perro comenzó a chillar, los ojos del perro se tornaron de un color rojo; entonces Sally se encontró en su habitación, en sus manos estaban las fotografías de su hermana pequeña. Rió secamente al recordar a Lily.

Su hermana nunca existió, pero ella sabía perfectamente que no era verdad, simplemente ellos se la llevaron por ser un alguien de Luz, fue entonces que la oscuridad se apoderó de su hermana y nunca existió. Ella estaba ahí no porque obedeciera a ese sujeto con el sombrero, sino por otra cosa.

Volvió a ver sus dedos clavarse en la carne del perro. Su alrededor estaba oscuro, y, a su vez caliente, tan caliente que parecía el infierno mismo. De su cuerpo comenzó a salir algo filoso que perforó la cabeza del perro. Eso no lo mataría; pero si le sería suficiente para poder ir por los abuelos de las chicas.

-¿En serio crees que vas a escapar? –Sally sintió un cuchillo atravesar limpiamente, y perforar profundamente su pecho.

Iba atacarlo, aunque un tentáculo atravesó limpiamente su cabeza, acompañado de un pitido. Podía liberarse, simplemente tenía que… algo mordió su entrepierna. Sally sintió como su interior comenzaba a moverse. Su visión no le mostraba completamente lo que veía, estaba volviéndose borrosa. Pero sabía que tenía a cinco de ellos encima de ella. No podía liberarse. No la mataría de todas formas, aunque dolía.

Estaría inconsciente durante unas horas o días. Posteriormente, sin embargo, tendría algo de dolor. Todo se volvió negro mientras volvía a recordar a Lily; su hermanita estaba feliz aquel día en cama. Sally no lo estaba porque su hermana estaba muriendo. Su piel seguía volviéndose negra.

Sus padres murieron, así que ella era la única que tenía que cuidarla. Ya no podía, simplemente su hermana estaba peor que hace una semana. En aquel lugar solo era iluminado por una vela. A su lado escuchaba algunas personas más; unos dormían y otros morían, ya fuera de hambre o una enfermedad al no poder ir al médico.

Lo peor era que su hermana seguía feliz.

-¿Por qué vas a salvar a los Loud? –Preguntó Lily, tocando su mano. Sally observó un momento la pared; había una sombra moviéndose tranquilamente. – ¿Ella te recuerda a mí?

Sally tembló, recordó que su hermana estaba muerta desde 1929.

-Tú no…

-Sí, lo entiendo. Intenta salvar a su hermana…

Lisa estaba abrazando fuertemente a Lucy al escuchar los golpes en la puerta. Ambas estaban en donde dormía Lucy. El viento estaba silbando; el frio no ayudaba que los temblores disminuyeran.

No sabían que era la cosa que habían visto; no tenía brazos, tampoco bello corporal, era como un humano, aunque lo único humano que había en esa cosa eran esos ojos negros, vacíos que solo reflejaban miedo.

La vieron al salir un momento a caminar. Estaba parada en la esquina. Cuando la vieron casi gritan, pero intentaron calmarse e irse rápidamente de ahí. Y esa cosa solo las siguió. Algo que Lisa pensó fue que esa cosa estaba jugando como cazador y presa. Eso lo supo porque se tardaron demasiado en llegar a su hogar. Parecía que estuvieran dando vueltas en círculos.

Quería que sus abuelos estuvieran aquí. Quería que las protegieran. Podía imaginar a su abuelo destruyendo a esa cosa con sus puños.

Lisa apretó con más fuerza a Lucy, ella le acarició suavemente su cara. Era lo último que podía hacer antes de que murieran. Iban a morir, Lucy tenía la sensación de que su hermana debía sentir amor después de que se había vuelto tan fría a sus cuatro años. Algo que le alegraba, al menos a ella, es que volvería a ver a toda su familia. Lo más probable es que sus abuelos también estuvieran muertos en poco tiempo.

-¿Por qué piensas que volverás a ver a tu familia?

Ambas se apretaron fuertemente al escuchar esa voz; les resultó muy repugnante. Ahí estaba, detrás de ellas. Voltearon para ver sus enormes garras. Antes de que las cortara algo la sostuvo fuertemente de sus brazos. Lucy sacudió su cabeza. Parecía como si la oscuridad las hubiera salvado. Observaron como algo se movía de un lado al otro.

La criatura pareció gruñir y soltar algunos gemidos de dolor.

-No fue buena idea venir en la noche –exclamó una voz. Les resultó bastante aterradora.

-¡Vete a la mierda!…

Escucharon un sonido a carne cortada. Luego crujidos en las paredes. Sintieron como todo comenzaba a moverse con violencia. Uno de los brazos del monstruo salió de la oscuridad, simplemente iluminada con la luz de la luna; estaba llena de sangre junto con algunos trozos de carne.

La oscuridad la arrastró de nuevo hacia ella. Lo único que escucharon fueron más crujidos en las paredes, temblores y gruñidos. Se quedaron mirando un momento a la oscuridad sin saber que decir. Pocos minutos después las luces de la habitación se encendieron.

Observaron a Sally. No estaba sola, con ella estaba una bebé que ellas reconocieron inmediatamente.

-¡Lily! –Gritó Lisa, arrojándose contra Sally para tomar a su hermanita.

Ella se la dio. Lucy también se acercó a ella. No parecía tener ningún rasguño ni tampoco alguna herida. Incluso pareció feliz al verlas. Miraron a Sally, quien parecía estar con algunos cortes en su piel.

-¿Estas bien? –Preguntó Lucy, acercándose.

-Si –respondió secamente, mirando a Lily.

-Gracias por salvarla.

-No salve a los demás –dijo, soltando algunas lágrimas al recordar ver a sus hermanos. Sin duda el infierno era mejor que estar ahí, y por lo que harían después. –Solo salve a Lily.

-¿Dónde tienen a mis hermanos, por qué los tienen?

-Ya les dije –respondió, inmediatamente –, ellos quieren consumir todo. Pueden detenerlos si tan solo me ayudan a recolectar lo que les mostré.

-Es que… parece imposible.

-Si lo ustedes están decididas, no será imposible. Lo lograran. –Sally comenzó a toser sangre. –No me siento bien –rió por alguna razón, era como si hubiera visto algo gracioso, o simplemente quisiera sentir otra cosa ajena al dolor –, necesito descansar. Necesito que me ayuden. Pero yo las protegeré para que anda les pase.

Lucy se acercó a ese centro de salud mental. Entró sin decir nada. Los trabajadores a su alrededor parecieron verla con indiferencia. En el escritorio principal había un hombre. Se acercó a él, cerró los ojos.

-Quiero ver al portador del fin.

El rostro del hombre mostró una expresión de niño asusatdo…

NA: Nueva historia. Esta es de las primeras que llegue a escribir, mal, pero fue de las primeras. Esta vez creo que encontré algo para que funcione, o eso espero.

Si, habrá muchos personajes de Creepypastas, como son los portadores, los SCP y otros como el rastrillo, sleenderman, etc.

Ahora, es posible que no salgan todo o que omita a muchos porque es una mitología muy extensa, así que tampoco pregunten si tal objeto hace tal, o que tal personaje hace esto. Quizás haga cambios, no a todos, pero si habrán muchos cambios.

Tampoco voy a repetir algunas de las historias de los portadores y los SCP, quizás algunas cosas para darles agregados especiales a las historias.

Bueno, de mi parte es todo. Muchas gracias por leer. Criticas bienvenidas, y comentarios también. Les mando un saludo y nos vemos en el siguiente capítulo.