Una delgada y alta chica rubia se encontraba sentada sobre la cama de su habitación, con la espalda apoyada en la pared. Se mantenía leyendo una revista deportiva mientras en sus piernas descansaba la cabeza de una castaña, claramente durmiendo muy tranquila. Haruka dejó de leer su revista al cerrarla y dejarla a un lado, paso su mano sobre el cabello de Molly, la castaña, y comenzó a darle pequeñas caricias. Ya hacía dos años que eran novias oficialmente, su primera pareja y es que con tan solo quince años ambas habían encontrado el amor en la otra. Su relación era bastante estable y tranquila, pero Haruka sentía que ese motor que impulsaba su noviazgo iba deteniéndose poco a poco, al contrario de Molly, quien sentía que esta relación iba cada vez mejor.
Pasó alrededor de media hora acariciando el cabello de la castaña hasta que esta despertó. Molly le había insistido casi un mes a Haruka para ir a un recital de música clásica, todo porque una de las personas que se presentaba era Michiru Kaioh, Molly es fan de la música clásica y más aun de Michiru, una chica prodigio de Japón que con tan solo diecisiete años daba mucho de qué hablar en su país. Haruka en cambio solo conocía a Michiru por Molly quien a veces la escuchaba cuando estaba en compañía de su novia. A Haruka no le disgustaba el sonido del violín siendo interpretado por Michiru, al contrario le cautivaba de sobremanera, pero aun así no era de su estilo musical y nunca se interesó en saber más allá de ella.
Molly miró sonriente a Haruka quien le devolvía la sonrisa.
-Al parecer me he quedado dormida-.
Haruka levantó una ceja y comenzó a reír -¿Eso crees?- Se inclinó para alcanzar los labios se su novia y luego dar un profundo suspiro –Se está haciendo tarde y si quieres asistir a ese bobo recital deberías ir a casa para cambiarte de ropa, yo haré lo mismo y después pasaré por ti ¿Te parece?-.
La castaña solo asintió feliz y emocionada por lo que ocurriría en unas horas más. Regresó rápidamente a su casa pidiendo un taxi.
Al cabo de unas horas Haruka estaba lista, vistiendo un sofisticado traje blanco, con una camisa negra y corbata color blanca, cambiando totalmente los colores de un típico traje. Le había pedido el auto a su padre y este se lo prestó sin dudar. Una camioneta negra era conducida por la rubia a toda velocidad en dirección a la casa de su novia.
Bastó con tocar una vez el timbre de aquella gran casa para que esta se abriera dejando a la vista al padre de Molly.
-Buenas noches señor Baker ¿Molly está lista?- Decía a la vez que estrechaba la mano de su suegro.
-Para tu sorpresa lo está…- Miro hacia atrás después de escuchar los pasos de su hija –Y hablando de la Reina- Ambos rieron en contraste a la castaña –Bueno muchachas, cuídense y pásenlo de maravilla… Haruka no me la traigas tan tarde por favor- Dijo esto último con un acento mucho más serio.
Haruka solo sonrío y asintió con su cabeza para posteriormente despedirse con un apretón de mano, luego Molly le dio un fuerte abrazo a su padre. Cuando iban de camino al auto Molly se detuvo provocando que la rubia también lo hiciera y la mirara extrañada.
-Te ves muy guapa con ese traje- La castaña soltó con sus mejillas sonrojadas, a lo que Haruka se enterneció y le robó un corto, pero profundo beso.
-Tu igual- Fue su respuesta mientras se alejaba para retomar su camino a la camioneta.
Tomaron lugar en sus asientos, unos privilegiados a decir verdad, y rápidamente comenzó el recital.
Varios músicos fueron presentados, para Haruka eso solo significaba largos y tediosos minutos que podía estar aprovechando en otras cosas, como entrenando o más bien jugando en su consola.
Apoyaba su rostro en su puño izquierdo mirando ya de manera perdida al escenario cuando la ultima artista de la noche fue presentada "Michiru Kaioh", su sorpresa fue grande al ver a aquella chica en el escenario con su violín marrón, su extraño e inusual color de cabello, que llegaba hasta sus hombros, era único al igual que sus rasgos faciales y físicos ¿cómo era posible que nunca antes la haya visto?, Haruka se perdió en sus pensamientos "realmente es muy guapa" retumbaba en su cerebro. Los siguientes minutos eran escuchados con atención por parte de la rubia, si antes creía que era una buena artista ahora lo afirmaba aun más, ni siquiera estaba pendiente de su novia y lo maravillada que podía estar, toda su absoluta atención estaba en aquella chica con cabellos agua marinos.
En un momento aquellos ojos grises con toques verdes se cruzaron con unos azules, Haruka y Michiru habían hecho contacto visual, uno que pudo significar algo más que una simple mirada. Aquel contacto fue interrumpido por Michiru, pues ahora mantenía sus ojos cerrados sintiendo las cuerdas de su violín bajo sus delgados dedos.
Cuando el recital terminó y Michiru se reverencio contra el público las cortinas rojas del teatro se cerraron. Recién en ese instante Haruka miro a Molly quien le veía algo seria.
-Y así decías que no te iba a gustar- Breves segundos pasaron y Molly terminó por reír –Te lo dije, Michiru es la mejor-.
-De eso no hay duda, ahora mismo me consideraría una fan- Sonrió volviendo a ver las cortinas rojas.
-¿Si? Pues yo sigo siendo la fan número uno- Se cruzó de brazos fingiendo molestia sin siquiera sospechar que para su novia Michiru le había cautivado más allá de la música.
Lo siguiente era una pequeña fiesta en el mismo teatro donde asistían los músicos presentados y solo algunas personas del público, las más importantes, entre ellos críticos, famosos o gente con una muy buena situación económica, Haruka junto con Molly estaban en esa última categoría.
La castaña se arreglaba el cabello una y otra vez, cosa que extraño a la rubia.
-¿Que sucede?- Preguntó sin más.
-Michiru podría aparecer por aquí y… a quien engaño, he leído muchas revistas en las que dicen que ella nunca asiste a este tipo de eventos- Suspiro desganada- Pensé que podía ser mi oportunidad para tener una foto con ella o un autógrafo, quien sabe-.
Haruka puso su mano en el hombro de la más baja y le dedicó una leve sonrisa –Tu suerte está por cambiar- Le hizo una seña para que Molly mirara detrás de ella, ahí estaba Michiru llegando al lugar.
La castaña se comenzó a poner muy nerviosa, sus manos sudaban mientras que Haruka solo aprovechaba cada instante para poder observar a la violinista, sentía una extraña sensación invadir su cuerpo, algo muy extraño.
-Mierda… Haruka ve a pedirle que se saque una foto conmigo- La recién nombrada desvió la vista de Michiru hacia Molly arqueando una ceja –P por favor-.
Si que se veía nerviosa, Haruka besó su frente y camino en dirección a Michiru con su notoria seguridad. Cuando estuvo a escasos metros una sonrisa se dibujo en sus labios.
-¿Michiru Kaioh?- La rubia llamó la atención de la recién nombrada, quien se volteo con rapidez para poder saber quién era la persona que la llamaba. Nuevamente ambas miradas se cruzaron y ambas sintieron algo extraño en su interior.
-Esa soy yo- Respondió con educación y una leve sonrisa en sus labios –Y tú debes ser Haruka Tenoh- Haruka se sorprendió y parece que fue muy notorio ya que Michiru volvió a hablar –Eres la campeona nacional de atletismo en cien y doscientos metros, es un placer- Extendió su mano para saludarla. Haruka miró aquella pequeña y delicada mano, sin esperar más sujeto está devolviendo el saludo –Es un placer conocerte en persona- Continuó diciendo.
-El placer es todo mío- Seguía sorprendida, pero tenía ya que comunicarle la petición hecha con anterioridad por su novia –Michiru, mi novia Molly se preguntaba si podía hacerse una foto contigo, verás que está bastante nerviosa y por eso me ha mandado a mi- Una delicada risa escapó de la boca de ambas.
-Fue una buena decisión mandarte a ti- Dijo con un toque de coquetería –Puedes decirle que venga-.
Haruka le hizo una señal a Molly para que se acercase y en menos de diez segundos ya estaba con ella. Se presentó cordialmente con su idola y luego le entregó su celular a Haruka para que tomase la fotografía. Todo había salido muy bien y ya ambas se estaban despidiendo de Michiru para retirarse, pero esta última colocó su mano en el hombro de Haruka.
-Ahora ¿podría yo tener una fotografía contigo?- Haruka sin pensarlo asintió frenéticamente.
La situación dio un giro cuando ahora Molly sacaba una fotografía de Haruka y Michiru juntas.
-¡Haruka no lo puedo creer, tengo mi fotografía con Michiru!- Hablaba una emocionada Molly en el asiento de copiloto cuando ya se dirigían a su hogar.
-E inesperadamente yo también tengo una- Reía despreocupada con la vista en el calle.
-Bueno… mi novia también es una famosa deportista, no me extraña que Michiru haya querido tal cosa, pero ¡Yo tengo una foto con ella y nada más importa!- Su emoción no cesaba.
Haruka despertó al día siguiente y lo primero que hizo fue revisar su celular, tenía un mensaje de Molly, más bien una imagen donde aparecía una captura del instagram de Michiru. La joven había subido a su red social la fotografía tomada el día anterior donde aparecía con Haruka, en la descripción había escrito "Fue muy grato haber conocido a la campeona nacional de atletismo Haruka Tenoh después del recital" junto con algunos emojis.
Haruka sin tomar más tiempo entró a instagram para ver nuevamente lo enviado por su novia, se sorprendió al ver que la violinista ya le seguía entonces se apresuró a seguirla de regreso. Le dio like a la fotografía y comentó "El placer fue todo mío al conocer a la mejor violinista del país".
La rubia sonreía como una boba sin explicación alguna con su celular entre las manos a la altura de su pecho.
El entrenamiento diario de Haruka en la pista había terminado y se encontraba despidiendo a su entrenador con un rápido abrazo. Caminaba ya a la salida donde su padre le esperaba dentro de la camioneta negra, hoy habían quedado para almorzar juntos después del entrenamiento matutino.
Durante el almuerzo conversaban de los arreglos para el ingreso de Haruka a la escuela en su último año de estudios. Faltaban dos meses para el inicio del año escolar y Haruka estaba muy nerviosa, sería su reingreso a la escuela después de muchos años ya que dejó de asistir cuando tenía tan solo diez años, un reingreso a una escuela nueva, desconocida para ella. La atleta no asistía a la escuela pues tenía profesores particulares, de esta forma podía asistir regularmente a sus entrenamientos sin distracciones, sin tensiones y sin preocupaciones. Todo eso cambio cuando sus padres decidieron que lo mejor para ella sería asistir a su ultimo año de estudios en una escuela, de esta forma podría tener más vida social y divertirse como cualquier adolescente "normal", para Haruka no fue ninguna molestia, después de todo asistiría al Mugen con sus amigos. Darien su gran amigo de infancia, Lita la chica que conoció cuando iba a practicar judo, cosa que ya no hacía tan seguido por su enfoque al entrenamiento atlético y Rei su otra amiga de infancia, una amistad que surgió de las salidas frecuentes al parque donde a demás compartían con Darien.
El Mugen era una escuela para jóvenes dotados con talentos de distintas índoles, una escuela de excelencia y elitista donde solo asistían los mejores de los mejores. Oportunamente tenían espacio para el ingreso de Haruka Tenoh, la renombrada atleta.
-Y entonces eso me ocurrió ayer- Comentó una alegre Lita al grupo de amigos reunidos en una heladería.
-Por lo que escucho ganaste fácilmente el combate, después de todo eres de las mejores artistas marciales- Habló Darien.
-Es de Lita de quien hablamos, obvio que ganaría fácilmente- Fue la acotación que dio Rei.
Mientras su grupo de amigos conversaba despreocupadamente Haruka mantenía el silencio, distraída con su celular entre las manos haciendo algo que ya era frecuente en su día a día, revisar las imágenes e historias que subía Michiru a su cuenta. Ni ella sabía el motivo de por qué hacia tal cosa.
Un golpe en el hombro la hizo entrar en sí, miro rápidamente a la agresora; Ahí estaba Lita mirándola fijamente.
-Deja de hablar con Molly y presta atención Haruka, conversábamos sobre el mes de vacaciones que nos queda antes de entrar a la escuela- Haruka se extrañó, pues no supo en qué momento habían cambiado de tema.
-Cosa que debería preocuparte tanto como a mí, después de todo también asistiré al Mugen este año todo para tener a mi rubia favorita en clases conmigo- Rei le sacó la lengua en señal de reproche.
Rei asistía a otra escuela, pero al conocer la noticia de que una de sus mejores amigas comenzaría a asistir al Mugen después de tantos años sin asistir a una escuela, su idea fue asistir con ella, después de todo debían aprovechar para pasar más tiempo todos juntos. Era notorio lo bien que lo pasaban los cuatro juntos, reían todo el tiempo y la confianza en este pequeño grupo era altísima.
-Escuché que Molly también se trasladó al Mugen- Habló Darien.
-De seguro quiere pasar más tiempo con su novia- Dijo Rei con un tono de voz algo fastidiado, luego comenzó a burlarse al dar pequeños besos al aire –Ay Haruka, te amo tanto- Seguía burlándose, Haruka la miro sería aunque después de unos segundos no pudo aguantar la risa.
-Lo que sucede es que Rei está celosa porque no tiene a nadie que le de besos- Respondió Haruka a la burla de su amiga.
-Si quieres yo te doy un par- Darien le guiñó un ojo a Rei.
Haruka y Lita se miraron para poner una expresión de asco, cosa que no pasó desapercibida por sus demás amigos. Terminaron todos riendo y disfrutando lo que les quedaba de sus helados.
El reloj marcaba las 11pm y una joven rubia se encontraba en su habitación, acostada sobre la cama observando el blanco techo de esta misma, Haruka suspiró pesadamente. Los meses de vacaciones pasaron muy rápido entre salidas con sus amigos y días de duro entrenamiento. Mañana debía asistir a clases, a su primer último día de clases, después de largos siete años regresaba y los nervios eran muy evidentes. Se avecinaban muchas cosas, aun más de las que podía imaginar, algunas que escapaban de sus pensamientos.
Debería buscar un equilibrio entre las clases, las salidas y sus entrenamientos.
