Advertencia: R18.
Lenguaje no apto para menores de edad. Temas con explicites y con sensibilidad.
Aclaración: Los personajes utilizados en esta historia pertenecen al Mangaka Japones, Masashi Kishimoto, creador del Anime-Manga Naruto
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El sol ya se había ocultado, era alrededor de las 8:30 PM.
A lo lejos, podía verse a un hombre vestido de negro acercándose a la entrada de la aldea.
Era un hombre que muchos conocían, mientras que para otros su Historia era sumamente desconocida. Para pocos un héroe y para muchos, un traidor cuyos crímenes fueron perdonados por influencias políticas.
Un hombre que era reconocido en el mundo Shinobi como uno de los más fuertes. Un ninja cuyos rasgos son más que atractivos, uno de los más altos que podían verse.
Así es, Sasuke Uchiha se encontraba en los portones de Konoha.
Cada que regresaba de la aldea, no podía evitar sentirse nostálgico. Todo cada vez era ligeramente diferente.
Cuando la aldea comenzó a entrar en la era tecnológica, las cosas habían cambiado drásticamente dándole paso a mejores oportunidades para las futuras generaciones, sin embargo, no podía dejar de pensar que a pesar de las ventajas que esto les traía, hacia que la nueva generación se perdiera en el mundo electrónico.
Las herramientas ninja eran de gran ventaja en combate, pero también mal acostumbraban a los jóvenes a no practicar sus habilidades naturales con su Chacra real. Él se encargaría que su hija no utilizara esas herramientas y se hiciera fuerte con sus propias habilidades.
Dejó de avanzar lentamente para dirigirse a la torre del Hokage, para dar sus respetos e informes a Naruto Uzumaki; Su gran amigo y Séptimo Kage de la Aldea de la Hoja.
Aunque su misión aun no terminaba, tenía información que debía ser tratada rápidamente, así que decidió ir el mismo para atenderla, y al saber que el análisis de esta información tardaría unos días, quiso aprovechar para estar también con su familia.
Decidió entrar a su estilo, avanzando sigilosamente para no llamar mucho la atención.
Decidió escuchar unos momentos tras la puerta para asegurarse de no interrumpir un asunto importante que Naruto estuviese tratando, al darse cuenta de que solo hablaba con Shikamaru sobre como ambos estaban cansados debido a las actividades diarias, decidió entrar llamando la atención de ambos Shinobi.
- ¡Sasuke!, ¿Qué haces aquí? – Pregunto Naruto por la inesperada aparición del azabache.
- Hmp. También es un placer verte. – Menciono el Uchiha de manera sarcástica ante la pregunta de su amigo.
- jajaja, Disculpa Sasuke, solo que es una gran sorpresa que estes aquí. – Dijo el rubio sonriendo como solo la sabia hacerlo.
- Bienvenido Sasuke, espero todo este bien. – Hablo Shikamaru integrándose al dialogo sobre la repentina aparición del portador del Sharingan.
-Ah. – Respondiendo y afirmando a lo mencionado por el Nara. – El motivo de mi visita es sobre esto. – Dijo mientras sacaba un pergamino de una de sus bolsas. – Era propiedad de los Outsutsuki, inmediatamente como lo obtuve decidí dirigirme a la aldea. Esta completamente sellado; pero sé que contiene información sobre sus principales motivos ante la rebelión de Kaguya.
- Trataremos de averiguar su contenido en estos días, aunque puede tardar. – Dijo Shikamaru tomando el pergamino.
-Ya es hora de irnos, este asunto lo resolveremos mañana en la mañana, tengo un compromiso en casa que atender. – Dijo Naruto mirando a Sasuke y a Shikamaru con una pequeña sonrisa.
- ¿Algo en especial? – Pregunto Shikamaru a Naruto
- Jajaja, algo así. Verán, hoy es mi aniversario de bodas y quiero pasar el resto de la noche con mi esposa. – Dijo Naruto sonriendo mientras llevaba una de sus manos detrás de su cabeza.
- Oh. Ya veo, felicidades y que la pasen bien. Yo también me voy a casa. – Dijo el Nara dejando seguro el pergamino que el Uchiha le había entregado. – Sasuke, te quedaras en la aldea o te iras? – le pregunto al azabache dirigiendo su mirada a él.
- Si, no me quedare mucho tiempo, pero al menos estaré aquí el tiempo en que tarde la decifracion del pergamino.
-Entonces, que se la pasen bien. Sasuke, dale mi Saludo a Sakura-chan; Estoy seguro de que estará muy feliz por tenerte aquí. – Le dijo el Rubio a su antiguo compañero de equipo mientras le sonreía de una forma sincera.
-Ah, mañana empezaremos con el análisis. vendré después del desayuno. – menciono Sasuke
-Si, nos vemos. – Se despidió Shikamaru mientras que cada ninja se aproximaba a salir de la torre del Hokage para tomar diferentes caminos hacia sus respectivos hogares.
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Eran no más de las 9:30 de la noche mientras el Uchiha se dirigía a su hogar. Se sentía más que relajado de una u otra manera., ¡Se encontraba en casa!, pasaría tiempo con su familia y sabía que ambas mujeres rebosaran de alegría cuando se enteren de que su estancia será un poco duradera; no como otras veces que debe irse al día siguiente.
Se encontraba ya en su piso correspondiente, listo para llamar al timbre. En una ocasión Sakura le ofreció un juego de llaves para que entrara a casa sin ningún problema, pero estas fueron rechazadas por él ya que consideraba peligroso el que pudiese perderlas y alguien más pudiera entrar de manera sorpresiva a su hogar donde se encontraban esas dos mujeres tan especiales para él.
Sasuke llama el timbre y espera unos segundos. No era muy tarde, así que no sabía si su esposa ya había llegado del trabajo, así que lo que consideraba congruente es que su hija atendiera a la puerta.
Mientras este esperaba pudo escuchar como dentro del departamento se había caído algún utensilio, lo cual llamo mucho su atención y no paso por desapercibido.
-E. Ehh?, acaso es… - Escucho la voz de su esposa que se aproximaba a la puerta. Sabía que ella lo conocía tan bien, que al momento de acercarse a la puerta pudo sentir la presencia de su Chakra y por esto mismo era su sorpresa.
La puerta se abre dejando ver a una hermosa mujer de cabello rosa, con una expresión de sorpresa y felicidad.
Vestía unos pantalones holgados color negro que al parecer pertenecían a un pijama, mientras su blusa era de color Beige claro cayendo sobre su ombligo mientras en su mano sostenía una taza de café. Aun portaba su bata de médico y cabello recogido dejando unos mechones caer entre sus mejillas. El Uchiha se imaginaba que no tenía mucho que ella había llegado a su hogar, y que lo más probable es que se dio una ducha y se preparó para entrar a la cama, pero al escuchar la puerta se colocó su bata para no lucir tan informal.
-Bienvenido a casa, cariño. – Le respondió su mujer al verlo en la puerta.
-Ah, estoy en casa. – Le respondió de manera un poco seca, pero ella ya se había acostumbrado a la actitud de su esposo, así que no le tomo mucha atención.
Sasuke internamente no dejaba de admirar la belleza de su esposa, se veía tan hermosa y atractiva con esa ropa. No cabía duda de que tenía una gran mujer en casa.
-Pasa por favor, ¿Ya cenaste? – Pregunto mientras se hacía a un lado para que su marido pudiese entrar al departamento. Al ver que su Esposo negó con la cabeza decidió seguir hablando. – Entonces espera un momento, te preparare la ducha para que te relajes mientras te preparo algo para cenar. – le dijo su mujer siempre de manera amable y con una sonrisa llena de alegría y ternura.
- Si. Oye. – Dijo llamando su atención. - ¿En dónde está Sarada? – Pregunto ya que su hija no había bajado a recibirlo.
-Oh, nuestra pequeña Sarada se encuentra de misión con Konohamaru y Shikadai realizando una misión. Regresaran en dos días, llegando al medio día probablemente. – le comento su esposa a lo que él respondió extrañado.
-Shikadai?, ¿El hijo de Shikamaru? – Pregunto a lo que su esposa asintió. - ¿Por qué está haciendo una misión solo con ellos?
-Es una misión de análisis más que nada en la aldea del té. No era de riesgo sino de obtener información. - le decía su esposa mientras le ofrecía un poco de té a su marido y este se aproximaba a sentarse en la mesa. – Shikadai y Sarada son muy brillantes, por eso solo fueron ellos dos.
-Ya veo. – hablo el Uchiha dando por finalizado ese tema. Su hija no se encontraba en casa y regresaría en dos días.
-Ahora vuelvo sí?, cualquier cosa que necesites Llámame. – le dijo su esposa mientras se acercaba a darle un pequeño beso en los labios a lo cual a él lo tomo por sorpresa. – Bienvenido otra vez, Cariño. – Dijo sonriéndole mientras el asentía ligeramente y veía como su esposa desaparecía al dirigirse a la ducha. El por su parte decidió terminar su te mientras esperaba a su esposa nuevamente en la cocina.
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-Todo listo, Sasuke-kun. Deje todo a tu alcance para facilitar lo que necesites. – le mencionó su mujer mientras él se ponía de pie para dirigirse a la ducha. – Cuando termines vienes para que cenes algo ¿si, querido? – hablo Sakura mientras comenzaba a tomar algunos alimentos para prepararle la cena a su esposo.
-Ah. – asintió. – Sakura- dijo para llamar la atención de su mujer.
- ¿Qué pasa?
Sasuke se acercó por detrás de ella mientras colocaba su barbilla en el hombro de la pelirrosa y abrazaba su cintura.
Él era un hombre que varios podrían considerar un completo hijo de puta. Él era consciente de que las personas no le conocían en realidad, pero de la misma manera, no era algo que a él le importara. Las únicas opiniones que le importan son las de su hija, sus amigos más cercanos y por supuesto, de su bella esposa. Así que cada que podía estar a solas con ella, trataba de ser un poco más cariñoso para demostrarle cuanto la quería.
-Gracias. – le dijo a su mujer mientras hacía que esta girara su cuerpo en busca de sus labios.
Fue un beso pequeño, pero lleno de ternura. Hacía tiempo que no sentía esos labios que tanto le embriagaban, que lo incitaban a llegar a más, pero sabía que debía controlarse; al menos por ahora.
Sakura le sonrió tiernamente mientras se giró para seguir con lo suyo, mientras que Sasuke se dirigía al cuarto de baño.
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La cena había finalizado y ambos se encontraban conversando en su dormitorio. Sasuke le platicaba de sus últimas misiones. Él siempre le contaba lo que hacía y que encontraba, ya que sabía que Sakura no solo era su Esposa, sino también un ninja muy inteligente la cual le podía ayudar a descifrar información e incluso completarla. Admiraba mucho a la mujer en la que se había convertido; ya no era más la chiquilla que dependía de él o de Naruto. Sakura había florecido de una manera asombrosa, al grado que mientras el analizaba que su esposa continuaba y seguiría adelante sin él, él no podría hacerlo sin ella.
- ¿Puedes esperarme un momento cariño?, voy al baño un momento.
-Ah, sí. No demores mucho. – Le dijo brindándole una pequeña sonrisa.
Ella sabía lo que ocurriría, siempre era así.
Sasuke era un hombre muy serio, pero a la vez era un hombre muy pasional; a decir verdad, ella nunca se imaginó que Sasuke fuera tan íntimo y frenético en la cama; aunque podía comprenderlo. Él había sido un chico que toda su vida había excluido los placeres y hormonas de su ser. Cuando por fin se permitió sentirlos, se dio cuenta de lo mucho que se había perdido, por eso mismo, siempre que tuviese la oportunidad, buscaba el contacto de su esposa.
Una vez dentro del baño, saco una pequeña lencería que había comprado justo para un momento así. Se dio unos retoques y aseguro su higiene para el momento. Su lencería era toda de color negro, un conjunto sencillo pero que le acentuaba muy bien.
Se acomodo su cabello agitándolo un poco para verse un poco más sensual y provocativa mientras al espejo, practicaba unas cuantas posturas de modelaje para hacérselas a su marido.
-Vamos, vamos, vamos, Sakura. – Se decía así misma mientras se veía en el espejo de cuerpo completo que había en una de las esquinas de su baño.
Se podía apreciar a una hermosa pelirosa con un hermoso cuerpo posando sensualmente.
Sus pechos no son muy grandes, pero tampoco demasiado pequeños, aunque aún, no podía superar al cien por ciento ese complejo, ya que está acostumbrada a convivir con mujeres con más busto como su maestra tsunade o sus amigas; pero, también ella tenía sus propias cualidades que hacían sentirla mejor. Su cintura es muy estrecha, siendo de sesenta centímetros solamente. Podía apreciarse un hermoso vientre plano, del cual parecía ni haber sufrido ningún maltrato o estría debido a su embarazo, aunque si así fuera, ella amaría con todas sus fuerzas esas cicatrices. De su cintura descendía a sus anchas caderas, que le daban una preciosa y sensual curvatura, y además de eso, poseía un trasero voluminoso y de una forma majestuosa; agradeciendo a los dioses por favorecerla con ese atractivo, ya que era de las cosas que le encantaban de su cuerpo.
Sus piernas son largas y torneadas, bastante voluminosas a su complexión. Tampoco es que tuviera unas piernas escandalosamente grandes, porque su complexión es de una mujer muy delgada, sin embargo, para su estrechez, eran más que atractivas y voluminosas.
Observándose a sí misma, posaba al espejo practicando la manera en la que se presentaría a su esposo, claro que no tenía planeada aparecer con esas prendas así nada más en su habitación, se pondría un yukata y saldría a coquetearle a su marido, (ya que a su consideración, ella sentía que a Sasuke le agradaba que ella jugueteara con él, además, de esta manera también podía hacerle saber cuánto lo había echado de menos), para solo dejarla caer y que su marido pudiese contemplarla.
-Quizá así… veamos. Sasuke-kun. – Decía frente al espejo posando una mano sobre su cintura con un tono de voz seductor, acompañada de una mirada provocativa. – No, así no.
-Sasuke-kun. – Volvió a decir mientras cambiaba de postura ahora con ambas manos hacia arriba entrelazadas mientras inclinaba su cuerpo hacia un lado para que de esta manera resaltara su preciosa silueta. – No, así tampoco.
Cambiando de postura nuevamente, se volteo un poco para que de esta manera resaltara su voluptuoso trasero llevando una de sus manos sobre su cabeza y la otra sobre uno de sus glúteos. – Cariño. – Dijo mientras se apreciaba en el espejo para tener una idea de cómo se vería. – Ay por los dioses, me voy muy ridícula, ¿no?
-En estos momentos lo menos que encuentro en ti, es ridiculez. – mencionaba una voz ronca, que se encontraba observándola de pies a cabeza. Ella estaba tan concentrada practicando sus poses, que no se percató cuando su esposo decidió entrar al baño y pudo observarla en la esquina mientras ella hacia todo eso mirando hacia el espejo.
Sakura al verlo no pudo evitar sonrojarse por completo mientras el nerviosismo se apoderaba de ella.
-Sa… sa... ¡Sasuke-kun!, ¿Cuándo entraste? – pregunto la pelirrosa completamente nerviosa.
- Desde hace un minuto. Me dio curiosidad al escuchar mi nombre. – le decía su esposo mientras se acercaba a ella. Sakura podía notar la profunda mirada de su marido por todo su cuerpo, devorándola con una sola mirada. Este tomo su cintura y la acerco a él.
- Si lo que querías era sorprenderme, vaya que lo hiciste. – le dijo Sasuke besándola tiernamente.
Sakura no pudo evitar sonreír en el beso, mientras correspondía a ese dulce beso. Mientras más tiempo pasaba, ese beso cada vez más se iba profundizando, haciendo que las manos de Sakura abandonaran el pecho de su esposo y sujetaran ahora el cabello azabache, mientras el descendía su agarre en su cintura para ir bajando hacia su trasero. Una vez en este lo masajeo completamente sacándole a su esposa un suspiro de placer.
Sasuke al escuchar lo que provocaba comenzó a besar el cuello de su esposa mientras esta comenzó a gemir de placer, tirando del cabello de el por su excitación. Sasuke se acercó al oído de la pelirrosa para decirle:
-Envuelve tus piernas en mi cintura. – le susurro en un tono muy ronco y seductor, mordiendo levemente el lóbulo de la oreja de ella; por lo cual ella acató su orden casi al instante. Sasuke se encargó de sujetarla para salir del baño y llevarla hasta su cama donde terminarían lo que habían comenzado.
recostándola en la cama, comenzó a besar su cuello mientras ella no dejaba de suspirar y acariciar su cabello, su espalda, su brazo. El descendió su mano hasta su espalda mientras ella se levantaba un poco para que su marido pudiese desabrochar su sujetador. Ambos se sentían sumamente atraídos, Sasuke necesitaba de ese momento, así como ella.
Los labios del pelinegro descendieron de su cuello a los pechos de ella, mientras que son su mano libre comenzaba a acariciar una de sus piernas. Ella tenía una piel exquisita, eran tan suave y embriagadora para él, sabía que cualquier hombre se perdería en el placer de solo acariciar su piel, pero él sabía que solamente él era el único con ese privilegio. Ella acariciaba toda su espalda y se apegaba más a su cuerpo. Sujeto el cabello de su esposo enlazando sus manos entre sus cabellos finos y delgados. Sakura echaba de menos las caricias de su esposo, extrañaba tenerlo en su cama, probar de su piel, besar sus labios. La pelirrosa no perdió tiempo y empleando un poco de fuerza hizo quedar a su marido debajo de ella. Ahora ella era quien tenía el control de las cosas y al eso le gustaba, le fascinaba ver la disponibilidad de ella, su entrega, saber que no era el único que necesitaba de aquello. Ella besaba su cuello mientras descendía hacia abajo, besando todo su pecho, su torso; acariciándolo, sintiendo la firme textura. Subió de nuevo a su oído para decirle.
-Siéntate, querido. – le ronroneo de manera seductora y al él solo se le escapo un suspiro de placer al saber lo que ella planeaba hacer.
Decidió obedecer esa invitación ya que, aunque ella quizá no lo supiera, eso era algo que lo volvía loco. Cuando Sasuke se acomodó en una de las orillas de la cama; Sakura bajo al piso para ponerse de rodillas ante él. Llevo sus labios a los suyos, mientras sus manos abandonaban su pecho y se dirigían a aquella zona sensible. El solo la tomaba por la nuca para profundizar su beso, y el sujeto de una forma más fuerte cuando sintió una de sus manos acariciando su miembro. El soltó un suspiro entre el beso, y ella supo que era el momento perfecto para comenzar. Sin dejar de acariciar su hombría, le miro a los ojos de manera coqueta.
-Hare que te sientas bien, cariño. – Dicho esto, lo último que aprecio Sasuke fue un guiño por parte de ella, mientras veía como su esposa dirigía su boca a su pene.
Ella era muy buena en ello, Sasuke pensaba que al ser doctora y conocer el cuerpo humano, conocía más sobre los lugares erógenos y qué hacer ante ellos, pero en realidad; ella solo prestaba atención hacia su marido; Sasuke al ser un hombre de pocas palabras, ella trataba de adivinar lo que a él le gustaba, porque claro, él no podría hablar de esto.
-Ah… Sakura. – Suspiro apretando su mandíbula
Su esposa lo estaba volviendo loco, su cabeza se movía de arriba hacia abajo en una velocidad exquisita para él. El solo sujetaba su cabeza, solo marcando el ritmo con ella. Con sus manos libres acariciaba la base del miembro de su esposo, y con la otra acariciaba una de sus rodillas. Cuando ella le miro a los ojos, él sabía que no duraría mucho. Sakura acelero sus movimientos y el solo la miraba; tan radiante, tan hermosa, tan sensual, tan mujer… tan suya. No podía más, así que aparto a la pelirrosa de su miembro y la acostó en la cama.
El se subió sobre ella y la miro de una manera tan profunda, que para Sakura fue difícil no besarlo desesperadamente.
-Sakura… ¿Puedo? – pregunto el casi en un susurro.
- Sabes que si… siempre, Querido. – Le dijo ella atrayéndolo más, acariciando su espalda y cabello.
Sasuke no perdió tiempo y debido a la humedad de su mujer pudo hacerlo de una sola penetración, sin embargo, evitando lastimarla.
El vaivén comenzó entre ambos. Sakura por su parte no podía evitar gemir, sabía que al estar a solas con Sasuke no debía de reprimirse y podía expresar todo lo que sentía. El por su parte no podía reprimir sus sentidos; gruñía y suspiraba debido al placer que estaba sintiendo…que solo su esposa podía darle.
-Cariño… ¡Mas!. – Le pedía ella ronroneando en el oído de su pelinegro. – ¡Mas!
Sasuke sin perder tiempo acato la orden al instante y se movió más rápido, haciendo más profundas y consecutivas sus penetraciones.
-¡Si!… ¡sigue así!. – Sakura no podía contenerse en reprimir algún gemido, además; era una manera de alentar a su esposo, haciéndole saber que lo estaba haciendo muy bien.
El por su parte olía su aroma en su cuello, deleitándose con la mujer que tenía debajo de él y que lo estaba llevando a un éxtasis inimaginable.
-¡Sa..Sakura!… Mírame. – Dijo el para que su esposa lo viera a los ojos. Al ver sus ojos tan preciosos, no podía contenerse más al ver esa mirada tan perdida en el placer; el Verde y rojo sangre del Sharingan se encontraron embelesándose uno con el otro.
-¡Mi amor!… Sigue… ¡Sigue!
Sasuke beso los labios de su esposa, probándolos como hacía tiempo no hacía. ¡Dios, cuanto la había extrañado!
Ambos perdiéndose en el placer del otro, disfrutando de cada una de las sensaciones, sabia que su encuentro amoroso terminaría más rápido de lo que imaginaban.
-Ya no puedo más. – le dijo para darle un beso lleno de pasión. – Voy a acabar
-Siii, acaba Cariño. – gimió viendo sus ojos y perdiéndose en su boca.
-¡Sakura!
-¡Sasuke-kuun!… Cariño!
Solo unos cuantos segundos más bastaron para que ambos culminaran su encuentro carnal. Ambos gimieron el nombre del otro, permitiéndose sentir aquel glorioso clímax que experimentaron. Suspiraron exhaustos, ambos cansados pero relajados y satisfechos a la vez.
Sasuke se dejó caer ligeramente sobre su esposa y esta lo abrazo. Podían sentir y escuchar la respiración del otro, tratando de regresar a la ía la guardia tan baja en esos momentos; se estaba permitiendo disfrutar al máximo de lo que acababan de hacer, cosa siempre lo hacían. Después salió de ella y se acomodó a su lado mientras ella lo abrazo un momento y le sonrió.
-Te extrañe tanto, Cariño. – Le dijo abrazada a su pecho
-… - No sabía que decirle. Él era un hombre de muy pocas palabras y al cual le costaba expresar lo que sentía. Él también la había extrañado, pero por más que su mente decía "Yo también", su boca no parecía querer sacarlo.
Sakura estaba tan acostumbrada a la falta de comunicación de su marido, que decidió responderse por sí sola, afirmándose así misma que él también la había echado de menos. Se acerco a su rostro y ambos volvieron a mirarse con mucha profundidad.
-Buenas noches, Cariño. – le dijo su esposa antes de darle un beso más de buenas noches.
-Buenas noches. Dijo casi en un susurro el pelinegro
Ella le dio su espacio y ambos cayeron dormidos casi al instante.
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Dioses… Ojalá todo hubiese sido como siempre lo era. Nunca imagine la jugada que la vida me planeaba hacer.
Hola que tal
Esta es mi nueva historia, de verdad espero sea de su agrado ya que me estoy esforzando en crear esta historia.
Mi inspiración fue que desde hace tiempo quería leer una historia con esta temática, pero al no haberlo hecho, ¡Decidí hacerlo yo misma!
Apenas estoy empezando, así que espero no sean muy duras conmigo jajaja.
Nos vemos en el siguiente capitulo.
Habrá capitulo nuevo todos los sábados, y si las review a mis historias son buenas, quizá un día les vuelva a sacar dos capítulos de esta historia.
Disfruten el mini maratón de dos capítulos.
Que los dioses les favorezcan.
-Missjell
