BROTE DE CEREZO

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Capítulo 1

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Lo último que necesitaba Sakura en esos momentos era haber viajado en el tiempo.

Realmente no entendía como es que se había suscitado una situación de índole mayor a una misión de máximo peligro. No es como que Sakura fuera una jovencita tonta, de hecho era todo lo contrario, sin embargo, la información con la que contaba en esos momentos era demasiado escasa como para siquiera revisarla internamente.

—Tengo que levantarme —perezosa, la peli rosa apartó las sabanas que envolvían su menudo cuerpo y acaparo con la mirada, la que era su anterior habitación de la niñez. El pastoso rosado la rodeaba en cada rincón, la pintura de la pared era rosada, su reloj de mesa era rosado, sus cuadernos por consiguiente, y la ropa…

Sakura hizo una expresión desagradable al abrir su armario.

Dios mío, la ropa.

Antes de empezar a volverse loca, decidió ponerse lo usual, preferible a pegar patadones a lo loco dentro de su habitación. Luego de esto, se dijo, tendría que conseguir ropa que fuera de ninja en el mercado comercial. Sus pies calzaron rápidamente sus suelas clásicas y antes de poder darle vueltas a su cabeza sobre lo que pasaba, salió de su cuarto hacia una nueva historia.

O hacia el comedor.

Su padre estaba en una de las sillas con el periódico en la mano, su madre, muy cariñosa, dejaba un plato con el desayuno de su esposo frente a él.

—¡Oh, Sakura! Ya está listo el desayuno, toma asiento. No querrás llegar tarde a tu graduación.

Graduación… pensó Sakura sin contestarle a su madre. Rápidamente tomo asiento en el comedor y miro la amorosa comida que había preparado su progenitora.

No soy buena con las fechas en lo absoluto, por lo que no habría podido deducir que hoy es el día de mi graduación —una mirada rápida hacia su calendario le advirtió acerca de un marcado círculo rojo en la fecha de hoy. Decía "graduación" y "felicitaciones". Por más que Sakura quiso sonreír, nada salió.

Primero que nada, la situación es inaudita. La capacidad de viajar en el tiempo no es descabellada, Sasuke es capaz de viajar entre dimensiones, y Naruto y yo incluso fuimos a un mundo paralelo. Sin embargo, estar aquí ya trae los suficientes problemas como para alarmarme. Hay muchas cosas que pueden suceder estando aquí, primero, si he viajado en el tiempo quiere decir que, o mi futuro ha sido borrado, o mi cuerpo ha caído en coma, o mi cuerpo ha tomado a la pequeña Sakura de huésped, o en todo caso, mi verdadero tiempo ha sido estancado mientras yo estoy aquí.

Puedo llegar a ser capaz de regresar a mi tiempo de dos maneras, de la misma en que vine aunque no tenga idea de cómo paso, o vivir toda mi vida nuevamente, sin modificar nada y dejando que las cosas sucedan como ya han sucedido y como las recuerdo.

El desayuno de Sakura se estaba empezando a enfriar.

No hay forma en que pueda quedarme quieta mientras estoy aquí, me conozco lo suficiente como para saber que no hare la vista gorda de sucesos que ya he vivido y que seguramente puedo arreglar. ¡Ah! Esto va a volverme loca.

—Sakura, tu desayuno.

—Eh… ¡sí! —la peli rosa comió en silencio mientras ojeaba el reloj a cada momento. La hora de ingresar a la academia estaba pronta, tenía que irse.

—Buena suerte —la despidió Mebuki con una sonrisa orgullosa, su pequeño cerezo había crecido tanto que había sido capaz de llegar a ser una ninja que ayudaría a la comunidad. Mebuki nunca podría estar más orgullosa de su pequeña como ahora.

Sakura volteo a verla fijamente entonces. Su madre ya no tenía las arrugas que hubiera reconocido de su tiempo, se veía tan vivaz y amorosa que empezó a sentirse nostálgica, su madre siempre había sido un apoyo para ella cuando de pequeña había sufrido mal de amores. Eso lo recordaba muy bien, Mebuki la había acompañado esa noche cuando, en su rabieta, había declarado la guerra a Ino. Llorando abnegada por perder a su mejor amiga, su rubia madre había dado todo de sí para consolarla. La había mecido en sus brazos como a una recién nacida mientras rozaba sus dedos en su cabellera. Había dormido sobre su pecho como una bebe, y aunque la pequeña Sakura se avergonzara de ese recuerdo, la Sakura actual lo apreciaba.

Una verdadera sonrisa se apreció de sus fauces antes de tomar el camino a la academia.

—Gracias.

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—¿Puedo pasar?

Largas miradas de odio empezaron a escudriñar su espalda. Sakura estaba consciente de que las admiradoras de Sasuke estaban reventando su nuca con una envidia que era casi palpable. Se tragó un suspiro de resignación.

—¡Sakura-chan! ¡Claro, claro! Puedes pasar, de veras.

—Gracias —su rubio compañero se levantó de forma instantánea para darle el paso a la chica que le gustaba. Su aroma perfecto recorrió sus fosas nasales en el momento en que la chica se cruzó frente a él, esto lo elevo a las nubes y lo golpeo en el estómago, sí, todo a la vez.

Tan pronto ella tomo asiento sobre la carpeta, empezó a acariciar su bandana, el símbolo de Konoha había sido tallado sobre el metal de forma lo bastante precisa como para preguntarse como lo habían hecho. Dudaba seriamente que fuera con un kunai y de forma manual, sin embargo todo indicaba que así había sido. Su índice recorrió la forma rugosa del símbolo de la aldea una vez más.

Curiosa por su propia interrogante, deshizo el lazo que ataba su bandana en su cabello y lo miro con atención. Si tenía que ser sincera, durante sus veintidós años de vida, jamás había tenido curiosidad por algo como eso. Así que al ser algo nuevo, recorrió sus dedos sobre la figura con curiosidad.

Su comportamiento llamo la atención de Naruto.

—¿Qué haces, Sakura-chan?

—Me preguntó como hicieron el símbolo.

—¿Eh?

—Hay muchos ninjas activos dentro de la aldea, además de otros que han sido dados de baja, todos ellos reciben una bandana otorgada al graduarse. Sin embargo, son muchos ninjas, y por consiguiente la fabricación de este protector tiene que ser masiva. La tela es simple, por lo que puede crearse por maquinaria pesada, sin embargo el símbolo de la aldea es rugosa —para demostrar su punto, Sakura recorrió su dedo sobre el espiral con cuidado—, si tuviera un modelo, algo así como sello para estampar el símbolo sobre el metal, entonces no tendría esta forma rugosa, como si hubiera sido hecha por kunai. Porque sería imposible y ridículo, pensar que ha sido hecho de forma manual, ¿verdad? —rio la muchacha levemente—Son montones de protectores…

Naruto, que poco o nada había entendido que lo dijo la chica, le sonrió nervioso.

—Tiene que ser industrial.

Sakura y Naruto voltearon la cabeza para ver a quien se había incorporado en su conversación. Sasuke, sin embargo, no se movió un solo centímetro.

—La fabricación de las bandanas tiene que ser industrial, la cantidad que ha sido creada hasta el momento supondría un problema de mano de obra para el que genere los protectores de forma manual. Tanto la tela, como el metal reforzado y el símbolo han tenido que generarse por una maquinaria que realice todas esas actividades.

Sakura hizo un puchero—Tienes razón, después de todo, es lo más lógico, pero no dejo de pensar en la textura del símbolo.

—¡Ah! En todo caso, puedes revisar el mío —pensando que podría ser de ayuda, Naruto se retiró el protector de la frente y se lo extendió a la peli rosa.

—¡Es verdad! Compararlos podría comprobar nuestras suposiciones.

Rápidamente la peli rosa sostuvo los dos protectores sobre la mesa, la textura era considerablemente parecida, sin embargo la bandana de Naruto se veía un poco más descuidada, como si tuviera un tiempo de ser usada.

—Esta bandana, Naruto, ¿es tuya? —inquirió la muchacha pensativa—Se ve bastante maltrecha y descuidada, parece estar usada ya bastante tiempo.

—De hecho es de Iruka-sensei, ¡él me dio su bandana!

Solo entonces Sakura le dirigió una mirada significativa, nunca había descubierto el motivo por el cual Naruto había sido capaz de aprobar la prueba gennin cuando claramente la había reprobado el día anterior, nunca se lo había preguntado y Naruto nunca lo había mencionado, por ende, jamás supo que la bandana que usualmente llevaba el rubio, alguna vez le había pertenecido a su maestro de la academia.

—¿Ocurre algo? —Sakura despertó de su ensoñación al escuchar la baja voz de su compañero.

—No, no es nada —rápidamente levanto el protector de Naruto y se lo extendió—. Está muy usado, no puedo compararlos, tiene que ser uno recientemente entregado para que pueda notarse las diferencias entre ellos.

—¡Entonces pídeselo a Sasuke!

Ella sintió una gotita de sudor resbalar desde su cien hasta su mentón—Escucha, Naruto, no creo que…

—¡¿Escuchaste, patán?! ¡Entrégale tu protector a Sakura-chan!

Otra gota de sudor se encontró con una de sus cejas. Sakura sabía que Sasuke era poco abierto para estas épocas, poco o nada tenía de aprecio para ella o para Naruto. La conexión que logró formar con él durante su época, en esos momentos no servía de nada, y no es como si fuera a lamentarse por ella en esos momentos. Recordaba perfectamente esa escena, luego de la boda de su mejor amigo y la de Hinata, el Uchiha se había presentado como si nada en la aldea, a la pobre peli rosa casi le daba un soponcio.

El Uchiha había ido estrictamente para encontrarse con ella, tocando la puerta de su departamento de soltera, como si nada estuviera pasando y como si fuera la vecina pidiendo un poco de azúcar. Repito, Sakura casi se desmaya al verlo en su puerta. Luego de una larga charla con varios encontrones emocionales, había formado una estrecha relación con el susodicho, logrando que él la mirara de otra forma. Un beso en su puerta, al despedirse, le había aclarado el motivo de su llegada y su extraña conversación sobre el pasado. Una bonita relación entre ellos empezó desde allí.

Por lo que, en esos momentos, frente al apático Sasuke de antaño, no estaba exactamente muy desesperada por que la viera, él no lo había hecho en la línea de tiempo original, ni más adelante, no le correspondía. Ella esperaría cuando fuera el momento, no tenía nada que forzar por ahora. Ella era perfectamente capaz de ser paciente.

—Aquí.

Sus pensamientos volvieron a ser interrumpidos al notar la bandana del Uchiha ser depositada cerca de ella. Ella sonrió internamente. ¿Qué haría con este pequeño y oscuro Sasuke?

Rápidamente tomó el protector y empezó a compararlos. Sin ella notarlo, lentamente Naruto se acercó a su hombro para ver lo que ella veía, igualmente Sasuke, disimuladamente se acercó al hombro de la chica para ver lo que hacía.

Varias chicas gruñeron al ver la escena—Mírala, llamando la atención de Sasuke-kun.

—Son distintas —murmuró ella.

Sasuke vio el ceño fruncido y concentrado de la chica.

—Si —habló con un poco más fuerza—, son distintas.

Con frustración, Sakura se tomó la cabeza y sacudió su cabello. ¡No podía resolver el enigma para nada!

—No lo entiendo, ambos son rugosos, pero aunque el símbolo es el mismo, la línea tiene pequeñas diferencias significantes que fácilmente podrían ser hechas por kunais de distintas personas.

Sasuke volvió a su posición original y se tomó el mentón. Por otra parte, Naruto se rascó la cabeza, se había ofrecido a ayudar a Sakura pero realmente no entendía que era lo que estaba haciendo. El rubio se rasco la cabeza y con un soplido de idea, se dio la vuelta para observar a los chicos detrás suyo. Ino, Shikamaru y Chouji le devolvieron la mirada desde su posición.

Los ojos brillantes de Naruto, estaban empezando a ponerlos nerviosos.

—¿Qué quieres, Naruto? —consulto Shikamaru al ver que la mirada azulina y brillante del niño estaba direccionada a él. Esto no terminará bien, se dijo.

—Tú eres muuuy inteligente, Shikamaru, lo sé porque has hecho montones de problemas difíciles de la clase, aunque seas un vago. Sakura-chan tiene un problema, ¿puedes ayudarla? —al escuchar su nombre, Sakura dio la vuelta y miro a su compañero de clases, Shikamaru Nara, probablemente el tipo con mayor habilidad mental de toda su generación; ella sonrió, ¡Naruto había tenido una buena idea!

Rápidamente volteó todo el cuerpo y puso las manos en un rezo.

—¡Por favor, Shikamaru! —el Nara alzo la ceja al ver a Haruno pedirle un favor. No es como si quisiera hacerlo pero, si veía a alguien en problemas, algo en él tiraba su lado amable.

El niño de la coleta puntiaguda soltó un suspiro—¿Qué sucede?

Ochos minutos después

—Es bastante simple en realidad.

Sakura empezó a sobarse la nuca nerviosa mientras el Uchiha a su lado bajaba el mentón disimuladamente. Ambos se sentían terribles por haberse roto la cabeza por una tontería como esa y que Shikamaru dijera, de pronto, que no era algo tan difícil. Naruto por su parte mostro su mejor sonrisa esperando a que el Nara explicara lo que tenía a Sasuke y a Sakura tan ensimismados.

—Piénsalo con cuidado —dijo Shikamaru—. Es imposible que todos los símbolos de los protectores sean hechos de manera manual, tienen que haber sido creados gracias a una maquinaria que imprime la señal sobre el metal reforzado. De esta manera, uno puede llegar a pensar que todas las bandanas son iguales pero, no necesariamente todas las bandanas han pasado por una sola máquina.

Ella alzo la cabeza con los ojos muy abiertos al notar hacia qué rumbo estaba llevándola el poseedor de las sombras—Eso quiere decir que…

—Así es. Es muy probable que sean varias maquinarias las encargadas de imprimir el símbolo de la aldea sobre el metal protector de la bandana. Eso quiere decir que todas esas máquinas encargadas de tal actividad pueden tener diferentes moldes del símbolo de Konoha, esa sería la mayor razón por la que es poco probable encontrarse con dos bandanas iguales.

—Los moldes son, entonces, los que se hicieron a mano.

—Así es.

—Eso realmente tiene mucho sentido, ¡gracias por tu ayuda, Shikamaru! —le sonrió Naruto mostrando sus dientes en una sonrisa característica de él.

El joven perezoso solo le asintió y con un movimiento de su mano hizo que Naruto, Sakura y Sasuke se voltearan para mirar al frente.

—Sakura-chan… —un pequeño susurro hizo que la peli rosa volteara a ver a su compañero, el rubio tapaba su propia boca con una de sus manos y la incitaba a acercarse con la otra. Ella alzo la ceja y se acercó unos cuantos centímetros a él—¿podrías explicarme que dijo Shikamaru?

Ella sintió otra gota de sudor bajar por su cuello al escucharlo. Naruto era un caso…

Unos aplausos interrumpieron su plática.

—Todos. Escúchenme. En estos momentos todos los presentes ya son gennin considerados adultos dentro de la aldea, como tal tienen la capacidad de empezar a tomar misiones del más bajo rango, pero para eso tienen que estar bajo la tutela de un jounnin sensei que les inculcara mayores conocimientos para su futuro. A continuación les diré con quienes formaran el grupo de tres que dicho jounnin sensei tomará bajo su tutela.

Mientras Iruka mencionaba los grupos, Sakura se perdió en sus pensamientos.

Naruto sigue siendo un tonto para las cosas que requieran agilidad mental. Recuerdo que para postular a candidato a Hokage e incluso antes de que Sasuke-kun se fuera de aldea para su redención, él empezó a leer y aprender mayores cosas de nuestra historia ninja bajo la tutela de Iruka-sensei. Solo entonces y luego de bastante tiempo, pudo postular y tomar el puesto de discípulo —ella dio una risita imperceptible ante el recuerdo de algo gracioso—, incluso ahora es divertido ver como carga los documentos que Kakashi-sensei debería firmar. La más contenta con todo eso es Shizune, se ha librado del gran estrés que significa estar siempre detrás del Sexto, sobre todo por su perezoso comportamiento.

Su mirada se detuvo al frente unos segundos, totalmente en blanco, antes de continuar.

Ayer, antes de regresar en el tiempo, había sido la fiesta sorpresa que organizo Ino por el ingreso de Sai a Inteligencia. Le tomo algunos años para que la gente lo reconociera pero finalmente fue capaz de ser declarado miembro oficial de dicho departamento. A la fiesta asistió todo el mundo exceptuando por Sasuke-kun… recuerdo haber tomado muy poco para llegar a emborracharme, Hinata trataba de sostener a Naruto que se caía de la silla por el sueño y su embriaguez, mientras Kiba y Shino discutían sobre la próxima bebida que pondrían en la mesa. Ino había desaparecido con Sai y los demás se encontraban en su propio mundo. Tuve que regresar sobre mis pasos para llegar a casa, estaba sola y las calles estaban vacías. No sentí ninguna presencia cercana, estoy segura de eso porque no estaba lo suficientemente ebria como para bajar la guardia. Después de llegar a mi departamento, ni siquiera me moleste en cambiarme de ropa y me metí a la cama mientras el cerebro me retumbaba bajo el cráneo. No recuerdo absolutamente nada más, me dormí muy tranquila sobre mi mullido colchón, sin amenaza alguna a mí alrededor. Pero ahora estoy aquí, y no sé porque.

—¡No puedo creer que haya caído con un truco tan tonto! —una risa estridente despertó a Sakura de su ensoñación, el salón estaba vacío a excepción de Naruto, Sasuke y ella. Su profesor tenía la cabeza metida en la rendija de la puerta, con su usual cabello plateado en un estado de suciedad evidente por la reciente broma hecha por su futuro rubio alumno. Ella se tragó una risita al ver el poker face que Kakashi les estaba mostrando. Definitivamente había cosas que simplemente no iban a cambiar.

—¿Cómo decir esto? —empezó Kakashi—Todos ustedes me caen mal.

La escena automáticamente se traslada hacia la pequeña azotea de la academia, había varios árboles en filas de dos que coreaban una especie de cúpula que les mostraba una agradable apariencia de simetría. Los tres se posicionaron al borde de las escaleras que hacían de entrada a aquel mini paraíso de tranquilidad. Su maestro por otra parte se apoyó sobre la barandilla frente a ellos que escoltaba a la calle y con su único ojo visible los incito a presentarse.

—¡Oye! ¡Oye! ¿Por qué no te presentas tu primero? —interrumpió Naruto mientras Kakashi sentía una vena en su frente inflamarse.

—Si —secundó Sakura—, tú te ves medio sospechoso.

—¿Quién? ¿Yo? Soy Hatake Kakashi, ¡y no tengo pensado decirles lo que me gusta o lo que no me gusta! Tengo mis sueños y mi futuro… también tengo muchos pasatiempos…

Sakura frunció el ceño sin poderlo evitar al ver que su maestro seguía siendo igual de impertinente que siempre. Ella volteo la cabeza para mirar a sus compañeros, ambos tenían un rostro asqueado. Ella suspiró.

—Ahora es su turno —dijo el peliblanco estirando las manos—, de derecha a izquierda, comiencen.

—¡Oh, soy yo! —alzo la mano Naruto con una pequeña sonrisa en su rostro. Sakura se limitó a escuchar su amor por el ramen unos segundos antes de volver a perderse en sus asuntos como venía haciendo desde hacía buen rato.

La primera vez que Kakashi-sensei nos hizo esta pregunta no pude responder absolutamente nada… actuar como si Sasuke-kun hubiera dejado de gustarme definitivamente le atraerá la atención porque él nos mencionó una vez, que antes de presentarse a nosotros, nos había investigado, tanto en nuestros hogares o como en mi caso, con mis familiares y algunas amistades. Dentro de mi presentación, tengo que si o si, mencionar que todavía siento algo por él, pero definitivamente no puedo actuar como la primera vez. De hecho, no podría hacerlo ni aunque lo intentara.

—Bien… —continúo Kakashi al término de la presentación del Uchiha—y al final tenemos a una chica…

—Yo soy Haruno Sakura —se presentó sin esperar otro llamado, pronto se dio cuenta de que se había perdido gran parte de lo dicho por Naruto y la completa presentación o amenaza de muerte de su compañero pelinegro—, actualmente me g-gusta una persona en particular —con una gran fuerza de voluntad y con la vergüenza recorriendo por cada uno de sus poros, le dio una mirada "disimulada" a Sasuke, él mismo ni siquiera se movió—, no hay mucho que me disguste… a parte de las tonterías de Naruto….

El susodicho se limitó a bajar la cabeza con pesar. Kakashi se mantuvo en silencio.

—Mi sueño es poder llegar a ser una gran ninja médico y en mi futuro… quiero convertirme, si es que puedo, en la directora del hospital de Konoha.

Una llamarada de pasión se cruzó por verdosos ojos antes de alzar la mirada para mirar a su maestro, el peliblanco se mostró imperturbable ante ella pero conocía lo suficiente de Kakashi como para saber que no le había disgustado para nada lo que había dicho, después de todo su sueño era realmente su verdadero objetivo.

En mi tiempo, he estado buscando todas las maneras posibles para convertirme en la directora del hospital, considerando a Tsunade-sama como la mandamás del edificio, he logrado escalar lo suficiente para apoyar el trabajo de Shizune como su asistente, además de seguir ejerciendo mi profesión ayudando a los heridos. Si bien soy la discípula de la actual directora, eso no quiere decir que luego de su retiro, yo pueda tener el puesto asegurado, ella me ha dejado muy en claro que si lo quiero tengo que pelear por él, no soy la única médica reconocida de Konoha en lo absoluto, hay muchos especialistas dentro del hospital que también pelean por ese puesto tanto como yo. Es un objetivo que he tratado de alcanzar en mi tiempo y ahora es imposible que se quite de mi cabeza.

—No tenía idea de que querías ser una ninja medica —Naruto escurrió su cabeza al frente y le tomó la palabra. El sonido de su voz trajo a Sakura de vuelta.

—Si. Últimamente he escuchado sobre Tsunade-sama y sus hazañas, yo… quiero convertirme en alguien así.

—¡Bien! Creo que eso es suficiente —interrumpió Kakashi mientras se acomodaba sobre la barandilla donde, en algún momento, se había sentado—. Mañana comenzaremos con nuestras tareas.

El dialogo era bien conocido por la peli rosa quien ni siquiera se tomó la simpatía de prestarle atención. La práctica de supervivencia que realizarían para mañana era algo que ya había hecho dos veces en su vida, con esta, la temida tercera. El objetivo de la prueba era como siempre: el trabajo en equipo. No había nada de lo que alterarse, después de todo, la pasarían aun si tomasen las campanillas como si no. Con ese pensamiento en mente espero a que su maestro terminara de hablar y que Naruto acabara de quejarse de aquella injusticia.

Tan pronto Kakashi desapareció, ella se levantó y con un asentimiento de cabeza a sus compañeros, dio media vuelta para regresar a su hogar. Las calles no estaban desiertas, todavía era parte de la tarde como para que el sol se ocultara, y ella tenía demasiadas cosas en las que pensar. Como la razón del porque había vuelto en el tiempo cuando nada había sucedido que le diera una pista de su regreso. ¿Tenia, a lo mejor, ella algo que hacer para poder regresar? ¿Tenía algo que cambiar o rescatar? Su misión como ninja especialista en medicina siempre había sido ayudar a las personas heridas en combate. Desde que se había tomado de discípula bajo el ala de una de las mejores medicas del mundo ninja, su vida había cambiado para ese propósito. Había salvado la vida de incontables personas en lo que llevaba de su carrera y era probable que siguiera salvando más hasta el momento en que perezca, por anciana o en batalla.

Su propósito era salvar, era médica por eso. Entonces… ¿ella tenía que salvar a alguien? De hecho, rememorando sus épocas antiguas, habían muchísimas personas que habían perecido en combate y que, sin lugar a dudas, no lo merecían. Como el maestro del equipo diez, el sensei de Naruto y Neji. Incluso, siendo osada, podía considerar en la lista al hermano de Sasuke.

Ella se miró las manos con duda, su fuerza en esta época era mínima, había entrenado a partir de mucho más adelante. Sus conocimientos en medicina no eran nada del otro mundo, lo único que podía rescatarla era el Byakugou, su amplia gama de conocimientos en veneno y antídotos, su fortaleza mental, su inteligencia y sus puños. Pero ahora no tenía nada de eso. Su taijutsu era pobre comparado al prodigio Uchiha y no tenía la resistencia de Naruto para pelear por horas. Su ninjutsu era aún peor, nada tenía que hacer contra los clones de sombra de Naruto y el katon de Sasuke, y en genjutsu ni hablemos.

El único jutsu que se sabía era uno que, en su desesperación por fuerza, le había rogado a Kakashi que le enseñara, mucho antes de que llegara Tsunade a la aldea y se interesara por la medicina. El peliblanco había aceptado brindarle su apoyo y la entreno para que fuera capaz de dominar dicho jutsu tierra, aunque nunca había logrado tener la oportunidad de usarlo.

El jutsu era Doton: Doryūheki, con las posiciones de manos adecuadas, podía ser capaz de crear un muro de tierra que la protegería de forma individual. Su conocimiento moría ahí. Era un jutsu extremadamente simple y común, si tuviera que darle una puntuación, sería un miserable 3 por su falta de uso. Ella necesitaba técnicas más poderosas, pero sabía también que no las requería en su totalidad.

Sakura sabía pelear porque Tsunade le habían insistido pero usualmente los médicos no van al frente. Con un suspiro, acepto que tenía que volver a retomar su entrenamiento, no podía simplemente descartar cualquier posibilidad de mejorar antes de que llegara su maestra. Por el momento tenía que actuar con un bajo perfil, con habilidades limitadas y una fuerza comparable a la de un bicho. Sin embargo, había cosas que si podía hacer. Y eso era reservar chakra.

Si quería obtener el Byakugou para las situaciones futuras e importantes como lo era la destrucción de Sasori, tenía que empezar a reservar sus fuerzas desde ya y para eso no necesitaba que alguien se lo enseñase.

Tan pronto llego a casa, se encerró en su habitación.

Tengo que crear un pozo extra para reservar mi chakra, tengo tan pocas reservas que voy a necesitar un poco más de tres años para completar el Byakugou. Pero lo lograré definitivamente y antes de la misión de Suna, estoy segura. Muy bien, comenzare ahora.

Sakura cerró los ojos tranquilamente y sintió sus reservas ser separadas muy lentamente, para eso necesitaba mucha concentración de su parte y un alto grado de control. Para su suerte, dada sus bajas reservas, su control era más que aceptable para comenzar la primera fase del Byakugou, tan pronto como vio formarse el pozo extra al que, normalmente, estaba acostumbrada a ver, dio un suspiro de alivio.

Tres años y poco más serían suficientes para volver a tener el Byakugou.

Ahora que esto está hecho, necesito recuperar mi fuerza. Empezare mi entrenamiento mañana también.

Con eso en mente, y un cansancio que no había sentido hace mucho tiempo, acostó la cabeza sobre la almohada y durmió profundamente, sin notar que una pequeña criatura bajo su cama, al igual que ella, tomaba una siesta muy tranquila. La criatura susurro algunas palabras en su somnolencia y cayó rendida a un sueño del cual no despertaría en un buen rato.

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Review?