-Las he reunido aquí para anunciarles que ya he decidido que solo Akane es mi única prometida.-informó decidido el chico de cabello trenzado.

-No, Ranma!

-no nos dejes!

-te necesitamos!-las tres chicas lo rodearon con ojos llorosos, pero el joven Saotome ya había tomado una decisión.

-Lo siento, confío en que encontrarán a un buen tipo para compartir sus vidas. Por supuesto, no sería tan apuesto y fuerte como yo, pero ya me decidí por Akane y no hay vuelta atrás.

-No!-gritaron al unísono las mujeres.

Sin darse cuenta, su padre se acercó y lo golpeó tan fuerte en la espalda que lo hizo perder el equilibrio y caer de bruces al estanque.

-Pero qué demonios te pasa, viejo inútil!-gritó molesta la pelirroja.

-Estabas muy distraído muchacho, en qué demonios estás pensando ahora? Llevas desde ayer igual-cuestionó Gemma.

-En nada que te importe-respondió saliendo del agua mientras torcía su camisa.

Akane apareció justo en ese momento atando su delantal rosado. Les dio una mirada breve-tan linda- y siguió su camino a la cocina donde supuestamente empezaría con lecciones de cocina bajo la supervisión de Kasumi y el estricto ojo crítico de Nabiki.

-Esa torpe, cuando entenderá que cocinar no es lo suyo-murmuró Ranma.

Sí, lo había hecho. Por fin había confesado su interés en Akane.

La había besado, por todos los cielos.!

Y ella le había correspondido. Y eso era, era algo totalmente fuera de cualquier otra cosa en el mundo.

Besarla fue un deleite único...saber que ella sentía lo mismo fue todavía mucho más increíble... Y sin embargo, ahora estaban en una especie de punto muerto, incluso peor que el anterior.

Y sólo le quedaban unas cuantas horas de tregua.

[-Ya les dijiste?-Akane le impidió colarse por la ventana de su habitación y lo miró llena de desconfianza.

Ella le había pedido, exigido más exactamente, dejar las cosas en claro la noche anterior, cuando él la siguió a casa de Kota.

Y él, en un arrebato causado por sus sentimientos por Akane, aceptó, pero no tenía idea de cómo enfrentar a esas tres locas.

-Aún no, es que el U-chan y el café Neko estaban muy ocupados hoy, pero se los diré mañana mismo, lo prometo-intentó excusarse a la vez que desarmaba a la chica de su espada de madera y se lograba meter en la habitación.

Había algo que estuvo anhelando hacer todo el día y ahora que la chica por fin había regresado a casa, planeaba tomar tanto como sentía que necesitaba de ella. Aunque de ser así, quien sabe si algún día se separarían.

Ambos estaban en sus veinte años y los últimos cuatro, casi cinco, habían estado comprometidos. Antes era fácil resistirse a la tentación, pero desde que lo hizo la primera vez, no podía dejar de pensar en cuándo, cómo y dónde, pero sobre todo cuánto podría volver a besarla.

-Ni siquiera lo intentes, Ranma-le advirtió la chica al ver como él se acercaba, con clara intención de unir sus labios a los de ella.

-Por favor, Akane, no me hagas esto. Te necesito-Alcanzó a decir abrazándola y hundiendo su rostro avergonzado en el cuello de la chica de cabello corto.

-No me digas? Solo fuiste a que te dieran de comer-Akane apretó los puños molesta e intentó sin éxito librarse de su abrazo.- Sueltame, apestas a comida de esas dos!].

No podía negarlo, fue con toda la voluntad de aclarar que su único interés amoroso lo tenía Akane, pero nada más entrar en el café Neko y el U-chan las dos señoritas le ofrecieron tanta comida que habría sido delito rechazar.

Y por eso no pudo decirles nada.

Y por eso Akane se molestó con él, lo sacó a empujones de la habitación y lo amenazó con romper definitivamente si no aclaraba todo en las próximas 24 horas, de las cuales le quedaban apenas la mitad.

Y por eso también, Akane se había empeñado en aprender a cocinar ese día.

Demonios!, por que nada iba como él quería?

-Ranma, explícame qué está pasando entre ustedes dos-pidió Genma mientras acomodaba sus lentes claros con el dedo índice-No había visto a la hija menor de Tendo tan molesta desde hace mucho tiempo, que le hiciste?!

-Ocúpate de tus propios asuntos!Ranma lanzó un golpe tan fuerte y rápido que Genma no pudo evitar caer al estanque.

Mientras la pequeña pelirroja se alejaba del patio, el enorme panda levantó unos letreros que Ranma ni siquiera notó.

(Están juntos, verdad?)

(Que felicidad, hijo mío).

-Akane, al menos lee las etiquetas! Qué no sabes leer?-Nabiki caminó por la cocina a paso lento, rodeando a sus hermanas.

-Pon atención y tómate tu tiempo, Akane, no es una competencia de velocidad.-Kasumi acarició su cabello con delicadeza, igual a como lo hacía su madre cuando era niña.

-Sí-respondió emocionada.

Sin importar qué, ese día prepararía un platillo solo para Ranma. Si él cumplía su palabra lo liberaría de comerlo, pero si no lo hacía lo obligaría a comer lo que sea que saliera de ese intento y le pondría la mesa en la cabeza por idiota.

-Ahora añade un poco, solo un poco, de aceite en la sartén-explicó pacientemente su hermana mayor.

Akane miró entre los ingredientes dispuestos frente a ella y distinguió claramente la botella requerida. La tomó con agilidad, abrió con destreza y dejó caer una gruesa línea amarilla de su contenido en la sartén.

-Qué no escuchas que solo un poco?-la regaño Nabiki-Hazlo otra vez!.

Demonios, cocinar no era lo suyo, pero no sé rendiría.


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-Ran-chan, qué gusto me da verte de nuevo!-Ukyo saludó al chico que entraba mientras despachaba los okonomiyakis a dos de sus clientes.

-Si, es que yo...podemos hablar un momento U-chan?.

-Claro, solo espera a que me desocupe y hablaremos de todo lo que quieras!.

Ukyo sirvió uno tras otro los deliciosos okonomiyakis que los hambrientos clientes devoraban mientras charlaban de solo Dios sabe qué.

Ranma observó sentado desde una esquina a su amiga de infancia. Ukyo era buena cocinera, de eso no había duda, también era muy independiente, se las había arreglado sola desde muy joven. Y físicamente, la consideraba una mujer muy hermosa.

De todas sus autoproclamadas prometidas, si él no estuviera enamorado como estaba desde hace años de Akane, probablemente Ukyo se habría ganado su corazón.

Y aunque la chica de largo cabello castaño no provocaba en él interés amoroso, sí tenía todo su respeto y admiración.

Y así se lo hizo saber poco después, cuando Ukyo se sentó frente a él.

-Rayos, sabía que esto pasaría algún día y aún así, no puedo evitar sentirme derrotada-Había sido la respuesta de la chica.

-Ukyo, sé que no debería decirlo justo ahora, pero podemos seguir siendo amigos? En verdad eres muy importante para mí-terminó de decir Ranma.

-Oye, no me presiones. Quizás después, dame algo de tiempo.-respondió ella.

Un nuevo y nutrido grupo de comensales entró al restaurante de Ukyo, listos para pedir sus okonomiyakis.

-Bien, será mejor que te vayas, Ran-chan. Hazme un favor y no me invites a tu boda.-la chica de largo cabello castaño se levantó y volvió a ubicarse frente a su enorme plancha para preparar los pedidos de sus clientes con una sonrisa cordial en los labios.

Ranma tardó un poco en reaccionar. Así que eso era todo. Ukyo se dio por vencida tan pronto como él admitió que amaba a Akane con todas sus fuerzas.

Miró a la chica que despachaba los okonomiyakis y sonrió. Definitivamente, Ukyo era una buena amiga, pero sobre todo, una buena persona.

Se dispuso a salir del U-chan con el pecho ligeramente aliviado, aunque con el pesar de saber que, quizás, su amistad con Ukyo se había terminado.

-Ran-chan-escuchó decir a la linda cocinera de pizzas japonesas. Él volteó para mirarla.-Dile a tu prometida que si te trata mal se las verá conmigo.

Ambos sonrieron sabiendo que aún se tendrían el uno al otro después de que el tiempo sanara sus heridas.

Ranma caminó despacio hasta su siguiente objetivo:el café Neko.

Por supuesto, lidiar con Shampoo no sería ni de lejos tan fácil como fue dar por terminada su "relación" con Ukyo.

-Ranma vino a ver a Shampoo!-gritó la amazona y corrió a colgarse de su cuello, nada más verlo llegar.


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Nota de la autora

Gracias a los que siguen este fic, estoy de viaje y aprovecho los momentos de cobertura para publicar, pero de verdad estoy tratando muy duro por actualizar pronto. Un abrazo!