Advertencia: R18
Lenguaje no apto para menores de edad. Temas con explicites y con sensibilidad.
Nota de autor: "Aquello que fue, ya es. Aquello que ha de ser, fue ya; y nosotros restauraremos lo que pasó".
Aclaración: Los personajes utilizados en esta historia pertenecen al Mangaka Japones, Masashi Kishimoto, creador del Anime-Manga Naruto
Dedicaciones:
Andrea98_RD
LMDPC27
Vian1509
Darylon14
PattyXDA
FannyRodriguez256
Juviagrey1729
NancyFlores996
MarthaZuiga1
KassfromVenus.
Quienes me dieron apoyo y comprensión desde el capítulo 1. Es un honor para mi traerles y presentarles el capitulo final de mi primer Fic extenso.
Si se me pasó alguien, me disculpo desde ahora.
Agradecimientos al final del capítulo.
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. . . . . . . . . . . . . . . . . . Dulce Tomate. . . . . . . . . . . . . . .
Capítulo Final
-Sakura… - su voz pareció como un susurro apenas pronunciado. Eran tantas las emociones y sentimientos que Sasuke tenia encontrados en esos momentos, sobre todo, el de si el presente era real en esos momentos.
Pudo ver como de aquellos ojos verdes destellaban de lágrimas. Noto que las facciones de aquel rostro eran de terror… justo como aquella vez en el bosque de la muerte… cuando eran apenas unos Gennin.
-Para, Sasuke-kun. – rogó aquella mujer de cabello rosa, mientras apretaba mas el agarre que ejercía sobre su Esposo. – Por favor.
Sasuke miró a Marina notando que ella estaba igual de sorprendida que él.
El ojinegro descargó su brazo que contenía la corriente eléctrica producida por la técnica de los mil pájaros, al mismo tiempo que Susanoo se dispersaba entre la zona y el Chakra regresaba a él.
La castaña al momento de percibir las acciones del pelinegro sobo rápidamente su cuello y buscó retroceder. Sasuke no se lo permitió, pues sus ojos la sometieron a una ilusión donde la atmosfera era atrapada por púas gigantescas.
La mujer tembló de miedo. Era incapaz de moverse.
Ishigi anonadado y turbado, miro a Marina con mucho odio y rabia.
Esa Inútil… - pensó el peliplata.
¿Por qué motivo la doctora que debería estar muerta no lo está? ¿Cómo fue posible todo eso?
Sasuke volteo por completo su cuerpo quedando cara a cara con su mujer.
Podía sentir las pulsaciones rápidas de su agitado corazón. Sentía como todas estas llegaban hasta su mente y la cargaban de sensaciones que le estaban comenzando a producir el llanto.
Iba a abrir la boca cuando fue interrumpido por el dócil dedo posicionado sobre su boca, perteneciente a su Esposa, Sakura.
-Se que tienes muchas preguntas… - acaricio su mejilla. – y yo debo demasiadas explicaciones. – decía al mismo tiempo de acariciar su rostro, pues quería que su marido estuviese seguro de que no estaba bajo ningún genjutsu o que se encontraba dentro de algún sueño. Quería que el tuviese la certeza de que estaba viviendo… que estaba consiente, que todo lo que estaba sucediendo… era más que la verdad.
- ¿De verdad, eres tu? – preguntó con asombro de poder ver su rostro de nuevo.
-Si… soy yo. – sonrió causando que sus lágrimas cayeran por sus mejillas. -Te explicare todo después…ahora…hay algo que debo decirte sobre todo esto. – dijo soltando su rostro y mirando a la castaña quien estaba sometida bajo un profundo Genjutsu.
Ishigi observaba y analizaba la situación presentada ante sus ojos.
Volteo para observar como Marina sujetaba su cabello con fuerza. Al parecer, estaba bajo una ilusión que le impedía salir de ella. Se tranquilizaba al saber que ella no podría hablar, pues podía ver a través de sus facciones el terror que estaba sintiendo.
Hora lo que le importaba, era el hecho de como saldría de ahí… al menos, necesitaba un poco de tiempo para poder ir al sótano y alistar a todos sus clones y hacerlos luchar contra ellos. Al menos así podría ser que consiguiera escapar.
Debía pensar rápido o las oportunidades se escaparían.
-Escuchen. – hablo Ishigi, llamando la atención de los ninjas, los cuales voltearon inmediatamente al escuchar aquella voz.
- ¿Qué quieres? – pregunto el Uchiha a la defensiva, tomando la cintura de Sakura entre su brazo, al mismo tiempo que apuntaba al sujeto con su Espada.
Sakura, quien ya conocía toda la situación desde el interior, se moría de curiosidad por lo que este hombre pudiese pronunciar o declarar, hasta donde seria capas, o si aceptaría sus crímenes y se entregaría ante la justicia impartida por los hombres, entregándose y volviéndose un prisionero de la Aldea.
-Por… Por favor… - rogaba, viendo a ambos con suplica. Sasuke mantenía su mirada firme ante los ojos de Ishigi. – Te pido tengas misericordia de mi… - pedía, colocándose sobre sus rodillas, rogando en todo el máximo de a palabra. – No lo hagas por mi si quieres… - miró a la pelirrosa. – Háganlo por mi hijo.
Marina al escuchar lo mencionado por Ishigi, sintió un nudo en su corazón. ¿Acaso finalmente había aceptado al pequeño como su hijo?
- ¿Tu hijo? – cuestiono el pelinegro, frunciendo su entrecejo. - ¿De quién hablas?
-Mi Esposa te mencionó que tenemos otro hijo a parte de Ray… - dijo rápidamente. – O al menos… el único que es de mi sangre…
-Ese niño tampoco es hijo mío. - lo interrumpió el Uchiha con molestia. Sakura dentro de su corazón sentía cuchillas traspasándola, pues le dolía profundamente el haber dudado de su marido. – Que te quede claro eso.
-Entonces nos engañó a los dos. – dijo con rabia, apartando sus ojos de los de aquella mujer. – Pero hay otro niño que es nuestro.
La castaña comenzó a sollozar, incrédula por la situación que estaba atravesando, y dudosa, al no saber lo que Ishigi seria capas de decir, o hasta que grado mentir.
-Eso es cierto, Cariño. – interrumpió Sakura, mirando a Sasuke. Este se giró a mirarla. – Es un niño que tiene por nombre Kory. -Ishigi asintió a lo mencionado por la ojijade un tanto dudoso, ¿Cómo es que ella sabía de eso? ¿Acaso Marina se lo había contado? No le dijo nada de eso. -Pero dudo mucho que…
-Antes que diga algo más… - interrumpió el peliplata. – Quiero pedir un favor.
Sasuke lo miro interrogante, si de verdad tenía un hijo, ¿Dónde estaba?
- ¿Qué es lo que quieres? – pregunto el Uchiha, acercándose más a él, mientras que al mismo tiempo, cancelaba el Genjutsu que estaba aprisionando a Marina en contra de la realidad y la ilusión.
Ishigi miro a Marina con rabia, como con dolor.
La castaña notó su mirada, y no pudo evitar jadear por la sorpresa.
Aquel hombre de ojos perversos volvió su mirada a Sasuke, preparó sus palabras y acodo sus pensamientos.
-Lo que me hizo esa víbora… - Marina abrió su boca con incredulidad. – Porque solo se le puede llamar así, no tiene perdón. – Sakura abrió sus ojos con asombro. Ishigi se puso de pie, acercándose mas a ellos. – No te pido que le perdones la vida. Hagan lo que deban de hacer con ella.
-Ishigi… - susurro la mujer con dolor. Él iba a abandonarla.
-Esa mujer es lo peor que pude conocer en toda mi vida… - agacho su mirada, dejando salir lagrimas de sus ojos. – No la quiero cerca de nuestro hijo.
Sakura movía su cabeza, negando la situación. Impactada por el cinismo de aquel hombre.
-Por favor… yo no tuve nada que ver. – se arrodillo nuevamente ante ellos. – Déjame al lado de mi hijo… no lo condenes a vivir sin nadie a su lado. – volvió su mirada a la castaña. – Ella me mintió diciendo que Ray era mi hijo… ¿Qué seria capaz de hacer con nuestro hijo? – Sasuke mir también a la mujer… trataba de adivinar sus emociones. – Solo quiero lo mejor para Kory… no tienes idea… el profundo amor que le tengo a ese niño.
Sasuke ahora titubeaba con sus decisiones. Sakura ya le había confirmado que tal niño si existe, ¿pero este hombre hablaba en serio?
Sakura voltio su mirar a la castaña y se percató de algo importante.
Los ojos de Marina… estaban mas gastados. Mas nublados de lo normal.
De sus ojos ya no brotaban lágrimas, pues parecía no tener ni siquiera fuerzas para hacerlo.
Algo en la cabeza de la castaña hizo click.
Esto era lo último. Su amor por Ishigi era una maldición… pero Kory…
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- ¿Estás seguro de que es aquí? – preguntaba Naruto a Kiba, quien los había traído a la orilla de un templo. - ¿Venimos a buscar a Sasuke o a pedirle ayuda a los dioses?
-No seas imbécil. – dijo el hombre del Clan Inuzuka, reprendiéndolo. – Claro que es por aquí.
Mitsuki dirigió su mirada a Sarada. Se percato que la chica estaba sumamente afligida, pues la situación de su padre le preocupaba.
- ¿Qué ocurre, Sarada? – pregunto el albino, preocupado por la Uchiha.
-Tengo un poco de miedo. – dijo casi en un susurro, juntando sus dos manos y llevándoselas al pecho. – Necesito hablar con mi padre rápido.
-El está aquí, Sarada. – alzo su mirada ante el lugar, observando como el Inuzuka olfateaba el lugar, dándole indicaciones a Naruto. – No te preocupes por eso.
-Pero ¿Y si ya hizo una locura? ¿O si lo hirieron? - cubrió su boca con una de sus manos. – Ya perdí a mi madre… - contenía su voz. – no quiero perder también a mi padre, Mitsuki. – lo miró. – Si tan solo…
Mitsuki se acercó a Sarada tomándola por la Cintura, envolviéndola en un fuerte abrazo.
Sarada no esperaba la acción de su compañero, sin embargo, se sentía un poco mejor al sentir aquellos brazos finos envolviendo su delicado cuerpo. Era una sensación satisfactoria.
-Todo estará bien, Sarada. No te preocupes por eso. – dijo cerca de su rostro. – Recuerda que me tienes a mí, contigo.
La chiquilla sonrió y se apoyó más en su hombro.
Mitsuki siempre era así. Un ser en el que podía confiar y contar siempre, y el con ella también.
-Oigan… ¡Ustedes dos! – gritó Boruto. – No es tiempo para estar con coqueteos eh, tenemos que encontrar a Sasuke-san. – bufo molesto y sonrojado.
- ¡No estamos coqueteando! – dijo la Uchiha, separándose rápidamente del reconfortante abrazo sumamente sonrojada, viendo al Uzumaki con reproche. – Deja de decir tonterías.
El peliblanco solo se alejó. El no era muy expresivo en cuanto a sus emociones.
- ¡¿Qué, que?! – gritó Naruto, alarmando a los jóvenes que estaban a unos cuantos metros detrás de ellos.
Sarada se asusto y sin pensarlo, se acerco hasta ellos. Sus dos compañeros le siguieron.
- ¡No me grites! – expreso molesto el Inuzuka. – Justo lo que escuchaste, Hinata también está aquí.
- ¡¿Mi mamá?! – pregunto Boruto sorprendido.
Shikamaru soltó una pequeña risa al ver la expresión de Naruto, pues el Hokage había quedado impactado tras la noticia.
-Jsjsjs, como se ve que cuidas muy bien a tu Esposa, ¿Eh, Naruto? – le hacía Burla Shikamaru, codeando uno de sus hombros.
-Temari e Ino también están aquí. – Contestó Kiba.
En el rostro de Shikamaru apareció una neblina de decepción y una gota de sudor resbalando de su frente. El no era nadie para cuestionar al Hokage. Ambos estaban en las mismas.
Naruto se incorporó, observando a Shikamaru con una sonrisa ladina. - ¿Qué decías, Shikamaru?
-Ahg, Cállate. – dijo entre dientes, irritado por la sonrisita burlesca del séptimo.
-Y bien, ¿Dónde están? – pregunto Naruto a Kiba, dejando el tema anterior en el olvido.
-Deben estar muy cerca porque… - los sentidos del hombre de ojos afilados sintieron una pulsación de alerta, causando que este se detuviera al instante.
Todos observaron la reacción de Kiba, llenándolos de intriga.
El chico comenzó a olfatear y su entrecejo se fruncia, también negaba, sus ojos se agrandaban por asombro.
Lo que mas los asustó, fue el cómo los veía. Pues la mirada que Kiba les transmitía era como la de alguien que estaba viendo a un muero en vida. Y bueno… no era tan literal, pero tenia un poco de sentido.
- ¿Qué pasa? – pregunto Shikamaru, preocupado, rogando en su interior que su Esposa este a salvo.
- ¿Qué sucede, Kiba? ¿Es referente a Sasuke? – cuestiono Naruto.
El chico seguía pasmado. No se podía creer lo que sus sentidos le alertaban. El Chakra que sentía, olor de quien pensaba… no podía estar ahí.
-Oiga, ¡Diga algo, por favor! – exigió Sarada, pues los nervios comenzaban a controlarla.
-Oye, ¡Cara de perro! – le gritó Boruto, igual de nervioso que su compañera. – No nos dejes así, ¡Ya dinos que ocurre!
Los gritos hicieron que el hombre saliese de su transe. Les miró a los Adultos.
-Sasuke esta muy cerca de aquí… - decía entre cortado. – Pero también hay unos receptores de Chakra que parecen desaparecer constantemente. – Ambos ninjas adultos no comprendían lo que el chico les decía. – Mi hipótesis… y lo que quiero pensar… es que las chicas están luchando y ellas están ganando. – agregaba. – Ellas deben de estar muy cerca de aquí.
-Eso no será problema. – interrumpió Naruto. – Solo denme un minuto… con el modo sabio los encontrare ensegui…
-Una cosa más. – interrumpió, igual de pasmado que hace unos momentos.
- ¿Qué ocurre? – pregunto el rubio, observando que el chico se había quedado igual que en el principio. – Vamos, ¡Dilo ya!
-Sakura… - dijo el Inuzuka, callando a Naruto al instante.
Sarada le miró con atención.
- ¿Sakura-chan? ¿Qué hay con ella?
-Se… se que lo que voy a decir va a sonar muy descabellado, pero… ustedes saben que en cuestión de rastreo… yo nunca me equivoco. – los miró serio. Los adultos asintieron. – No sé cómo ni el porqué, pero Sakura… ella tiene que estar aquí.
- ¿Mi mamá? – preguntó en susurro la pelinegra. – pero… eso es…
-Lo se. – la interrumpió el Inuzuka. – Yo estoy igual de impactado que tu… y que todos ustedes.
- ¿Seguro que no hay ningún error? – le cuestiono Naruto. – Kiba… tu sabes que Sakura es como mi hermana. – lo tomo por la camiseta. – Mas te vale no estar jugando con …
- ¡Yo jamás jugaría con algo así! – lo aparto el shinobi. – Y mucho menos si su hija está aquí presente.
Naruto respiro hondo y suspiro. Después le miro a Kiba con disculpa, pero es que la noticia le estaba impactando e instalando de manera sorpresiva.
Sakura… Sakura-chan… ¿Viva? – pensaba el Hokage. Parece todo un sueño.
Sarada estaba mas conmocionada que Naruto. Sentía alegría, molestia, enfado, esperanza…
-Tranquila… - susurró Mitsuki, tomando una de las manos de Sarada, entrelazándola con la suya. – Sea cual sea la situación… debe haber una muy buena razón.
Las palabras de Mitsuki la tranquilizaron, pues en su mente no dejaba de instalarse, ¿Cómo su madre había sido capaz de algo así?
-Averiguaremos todo eso en cuestión de segundos. – dijo Naruto, sentándose para comenzar a utilizar el modo sabio. Rastreando con las esperanzas… de que Sakura está viva.
-Démosle tiempo a Naruto. – agregó Shikamaru, haciéndose unos metros hacia atrás.
En las ansias y desesperación de Sarada, solo pudo ser tranquilizada por la aquella mano blanca que entrelazaba la suya y aquel niño rubio, quien la abrazó por los hombros.
Se sentía avergonzada, pero a la vez se estaba dando cuenta de la importancia de los lazos entre los seres humanos.
Sentía el apoyo de esos jóvenes en su vida.
Esto es lo que su madre quiso enseñarle.
Que, aunque los lazos sanguíneos se acaben, los lazos de amor perduran para siempre. Justo como lo hizo con su padre.
Tenia muchas dudas y demasiadas preguntas… pero realmente, el que su madre estuviese viva, el que volviera con ella y que estuviera bien… era lo único que importaba.
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Sasuke se encontraba entre la espalda y la pared. Todo lo que estaba sucediendo en ese día, estaba repleto de emociones confusas.
Ese hombre… ¿Debía confiar en él?
-Por favor. – volvió a hablar Ishigi. – Piensa en mi hijo.
- ¿Cómo puedes ser tan cínico? – preguntaba Sakura, mirándolo con rencor. – Tu no quieres a ese niño.
- ¿Cómo te atreves a decir algo así? – e respondió Ishigi, fingiendo dolor. – Tú no sabes nada.
-Mira, Ishigi… - suspiro la pelirrosa, soltándose del brazo que la envolvía. – Créeme que aquí… el que menos sabe todo… eres tú.
Sakura se acercó más a él. El pelinegro la seguía, poniéndose a la defensiva ante cualquier movimiento de la castaña o del peliplata.
- ¿Por qué no hablas de una vez?
- ¿Qué tengo que hablar? Ni siquiera sé quién eres.
- ¿Qué no sabes? – pregunto con burla. Sasuke observaba el entorno con una ceja alzada. -Tu sabes perfectamente quien soy.
Ishigi temblaba. Desconocía al cien por ciento las técnicas y habilidades de Sakura en combate, además, ¿Quién se atrevería a atacarla teniendo a Sasuke Uchiha a su lado como protector? Si intentaba un solo movimiento de atentado, Sasuke lo mataría en ese instante.
-Después de todo, ¿Qué no eres tu quien planeo todo esto? – tomo el rostro del ojimora entre sus manos, apretándolo con fuerza considerable, causando un quejido por parte de Ishigi. – ten el suficiente valor de decirme en la cara lo que hiciste.
-Yo… - abrió la boca, más temía que sus palabras lo condenaran más de lo que ya estaba.
¿Ella lo sabía?
- ¿Por qué no me dices lo que hiciste? – apretó mas su agarre, causando un grito del peliblanco. – Encontraste uno de los juguetes del maldito de Kido… - comenzaba a relatar los hechos. Ishigi abría cada vez mas sus ojos ante la sorpresa. – Lo trajiste hasta este lugar, le diste vida y lo enseñaste a seguir tus ordenes… -
-AHH! – grito el ojimora por la fuerza ejercida por parte de la médico. Sasuke miraba a su esposa de forma interrogativa, pues no tenia idea del como ella sabía aquello.
-Utilizaste la fisiología de Zetsu negro, por su habilidad de transformación… - Marina agrandaba sus ojos, asombrada. – Moldeaste una versión infantil de mi marido, lo obligaste a acoplarse a ella. – Los ojos de Sakura se afirmaban ante la mirada de terror del Ojimora. – Mandaste a esta mujer que no es nada especial para ti hasta la aldea. – Sasuke miró a Marina. – La obligaste a ir hasta mi presencia… a decirme que mi marido me había engañado con ella… y que tenia un hijo suyo a causa de tal infidelidad.
-No pu… puedo… - trataba de decir, pues el aire se le hacia pesado y cada vez era mas complicado pasarlo. Mucho mas al sentir la frívola mirada de Uchiha Sasuke sobre él.
-Ese maldito clon tenia el ADN de la sangre de mi Marido… - Sasuke miró a Sakura con incredulidad. – al momento de la alteración genética… obviamente no puede haber dos Uchiha Sasuke… más si descendientes de él. – comenzó a soltar poco a poco la cara del sujeto. – La maquina detectó el parentesco… y yo fui una estúpida… - miró a Sasuke. – Fui una tonta al haber creído todo aquello. Deje que mis emociones controlaran mis sentidos… - volvió su mirada a Ishigi. – Pero tu… tu fuiste más estúpido aun… al creer que podrías salirte con la tuya. – lo aventó hacia atrás, soltándolo.
Ishigi sobo su rostro, pues la presión empleada en aquel agarre fue alta.
- ¿Eso es cierto? – preguntó Sasuke, lleno de rabia. Ishigi no respondía.
-No se atreverá a responder. – le contesto Sakura, mirando a Ishigi con inferioridad. – Si tuvo que mandar a su amante a realizar el trabajo, cuando es el quien quería gozar de los resultados.
- Como lo… - hablo Marina, inundada de duda. - ¿Cómo lo sabes?
-Me bastó comprobar mis dudas al día siguiente de mi supuesta muerte. – Sasuke la miro confundido, pues ese tema aun no le quedaba claro.
No sabia si estar feliz o no, pues, por una parte, finalmente pudo comprobar si inocencia ante tal acusación, pero también todo ese tema había causado estragos en su relación con su Esposa.
-Eso es lo primero… - contesto rápidamente la castaña. - ¿Cómo es que tu…
-Se lo que vas a preguntar. – dijo Sakura, interrumpiéndola. Todos en estos momentos centraron su atención en la pelirrosa. – Lo hice porque sabia que era lo que buscaban tu y ese tipo que fue contigo, ¿Él es el clon, cierto? – pregunto ante su hipótesis. – todo estaba ocurriendo demasiado rápido… y yo tuve una noche entera para pensar todas las cosas.
- ¿A qué te refieres?
- A que estaba comenzando a dudar… no solo de que ese niño fuese hijo de Sasuke… si no que, mas bien, me preguntaba si ese "niño", ahora me doy cuenta de que no lo es, realmente era tu hijo. – e explico a la mujer, detalladamente.
-Pero ¿Por qué? – pregunto incrédula. – La maquina arrojo la coincidencia. Mas prueba que eso sería…
- ¿De verdad? – la interrumpió. – ¿Eres el tipo de madre que dejaría a su hijo, solo con un extraño? ¿Lo dejarías solo en un lugar que el no conoce? – la castaña cerro sus labios. No podía responder aquello. - ¿Harías algo así con tu verdadero hijo? – la cuestiono, viendo como bajaba su mirada. – Cuando mis dos asistentes se llevaron a tu supuesto hijo… tu te quedaste conmigo, humillándome, insultándome… dejando a tu hijo solo. – se acercó a ella. – Esa noche no regrese a mi casa. Fui donde el tal Ray dormía, y se suponía que tu estarías ahí… pero no lo estabas. – su puso hasta su altura y le miro a los ojos. – Tus labios perjuraban amar a ese niño… pero tus acciones decían todo lo contrario, ¿De verdad creíste que no sería raro una actitud así? Te importaba mas herirme que el bienestar de ese mocoso.
Ishigi miro a Marina con rabia. Si salían vivos de esta, él se encargaría de hacerla pagar con sus propias manos. Dejarla abandonada, o hasta arrebatándole ese niño al que le llama hijo, pero la haría pagar por su estupidez.
Sakura se volvió al lado de Sasuke, acercándose a el para controlar a su marido, quien de solo verlo sabia lo rabioso que se encontraba en esos momentos.
Se habían metido con las personas equivocadas, en un plan que solo podría ejecutarse si la acción o delito cometido era cien por ciento efectivo.
-Por si planeas cobrártela con Marina. – hablo nuevamente la pelirrosa. – No lo hagas… nadie realmente sospechó que yo estuviese viva.
-Sakura… - hablo el pelinegro. – Eso mismo es lo que yo…
-Me imagino, Querido… - le sonrió amargamente. – Básicamente… era un clon mío, sin gota alguna de Chakra. – explicó, esperando que Sasuke entendiese sus palabras. – cuando aquel tipo me atacó, inmediatamente cause el Jutsu de sustitución y clonación. – recordaba el momento en el que todo paso. – Quien recibió la herida… fue mi clon, quien murió en frente de Tsunade… fue mi clon. Gracias al Byakugou pude hacer todo eso. – tocó su frente. – Gracias a el pude controlar y reducir el nivel de Chakra de mi propio clon, manteniendo de forma física algo que no tenía gota de Chakra.
Sasuke procesaba la información y realmente estaba muy sorprendido.
Saba que el Byakugou ayudaba a su usuario a controlar los niveles de Chakra utilizados, mas no sabía que dicho Chakra podía ser compartido quitado, justo como paso con el clon, pero a la vez, dejando el clon de forma física.
Menudo control preciso de Chakra se aventó su mujer. Sonrió arrogante. Vaya que sabia de lo que era capaz.
-Yo… - hablo Marina. – Yo se que no merezco nada…
-No, realmente no. – le respondió Sasuke. – Alguien como tu… no vale para nada.
La castaña agacho su cabeza, pues él tenía razón.
Una de las puertas se abrió, haciendo que los presentes volviesen su atención. No fuera ser que fuesen los clones de este tipo y …
- ¿Mamá?
Esa voz fue rápidamente reconocida por los Shinobi. Mucho más a Sakura.
Esta se giró encontrando a su hija con las mismas condiciones que ella. Las lágrimas dominaban a ambas.
La pelirrosa se maldecía al saber que a causante en las lagrimas de su hija… era ella. Se alegraba de que su pequeña estuviese bien, más si se llenó de preocupación al pensar ¿Por qué ella estaba aquí? Ya suficiente era la aparición de Sasuke, ¿Ahora también su hija? ¿Sasuke la había traído?, comprobó que no al ver la misma sorpresa en él.
Sarada se fue acercando a ellos. En una de sus manos empuñaba un Kunai. Una vez estando frente a frente, la ojinegra la miro detenidamente.
- ¿Eres tú, mamá? – pregunto con voz que el viento podría llevarse fácilmente, pues fue tan sutil, que, si su madre no le hubiese leído los labios, no le hubiese entendido.
Las lágrimas brillantes de aquellos ojos jade recorrían el camino por las escarchadas mejillas de la pelirrosa. Temía por el rechazo, el enfado o el desprecio de su primogénita.
-Si… - le respondió en un susurro. Sarada jadeo de sorpresa. – Soy yo… y, antes que nada, quiero decirte que te amo tanto y que…
No pudo proseguir pues su hija había corrido a sus brazos, apretándola fuertemente.
Sasuke las miró con ternura, acercándose a ellas.
Ambas mujeres se abrazan con amor, dejando que sus sentimientos florecieran, no reteniendo sus lágrimas, si no dejándolas salir.
Sarada se coloco su rostro sobre el pecho de su madre, sintiendo las fuertes pulsaciones de su corazón. Hablo cuando una lagrima de su madre había deslizado cerca de una de sus orejas.
-Ahora… - decía con voz temblosa. – No importa nada… ¡Nada! – le miro a los ojos, regalándole una sincera sonrisa. - ¡Mi mamá está viva! ¡Viva! – la abrazo nuevamente, observando frente a ella a su Padre. – Papá… - Sasuke llevo su mano hasta el rostro de su hija, limpiando sus lágrimas. – Papá… Mi mamá esta viva… - le sonrió. - ¡Viva!
-Si… - dijo, sin poder retener una lagrima traicionera.
No quería sensibilizarse. Debía mantenerse fuerte, para darle de su fortaleza a su hija… pero le fue imposible no derramar lagrima. Su familia… la que consideraba fracturada… estaba completa, a salvo, unida y muy… muy feliz.
-Oh, Sarada… Mi niña. – habló Sakura, tomando entre sus manos el rostro de su hija, regalándole una sonrisa de felicidad. – Te extrañe tanto…
-Yo también… Yo también, Mamá… - le sonrió. – Y yo también te amo… - Sakura suspiró con alivio. – mucho… mucho…
- ¿Sakura-chan?
- ¿Doctora Uchiha?
- ¿Sakura?
- ¿Tía Sakura?
Escuchó al mismo tiempo la pelirrosa, volteando hacia la puerta.
- ¿Eh? – sus ojos se abrieron con impacto. - ¿Naruto? ¿Mitsuki? ¿Shikamaru? ¿Boruto?, ¿Pero que hacen aquí? – pregunto muy anonadada, mientras los niños corrían hacia ella.
-Ay, Tía Sakura… -hablo Boruto con un puchero y lagrimas en sus ojos. – Que bueno que estas bien… - le acerco sus brazos, dispuesto a abrazarse a ella.
Sarada, adivinando los planes del Uzumaki, se interpuso entre ellos, mirándolo con el entrecejo fruncido.
A Naruto le causo gracia, soltando una pequeña risa.
Esa actitud… esa postura de celos y posesividad es por parte de los Uchiha. No comparten lo que es suyo. – pensó con alegría, Naruto.
-Cuando Kiba nos dijo que el olor de tu Chakra estaba aquí… de verdad no lo podía creer. – dijo mirándola con alegría, sin poder evitar la humedad en sus ojos.
Hubiese querido abrazarla, pero si Sarada había reaccionado así… no quería ni imaginar como lo haría Sasuke.
-Se que tienen muchas preguntas… pero…
-No te preocupes; todo a su tiempo. – añadió Shikamaru. - ¿Tus sabias que las chicas estaban aquí? – le pregunto el Nara, llevando una de sus manos detrás de cabeza.
Sakura se sonrojo por la vergüenza. – Ammm … si… - confeso, haciendo que se llenaran de sorpresa. – Yo… ellas vinieron conmigo… - saco su lengua en señal de "Ups"
-Ahora mas que nunca… no entiendo nada… - dijo Sasuke, mirándolos a todos con el cejo fruncido.
Todos rieron ante el comentario de Sasuke.
Ishigi, quien observaba todo, con mucho cuidado de no ser descubierto, se puso de pie y fue hasta Marina, quien tenia una mirada de tristeza y dolor.
-Pss pss. – pronuncio un monosílabo, haciendo que la castaña le mirase.
- ¿Ishigi? – pregunto, como perdida de la realidad.
-Escúchame, porque no lo diré dos veces, y esta vez procura hacer las cosas bien. – le pidió como ultimo favor.
- ¿Qué pasa? – cuestiono, aun presa de sus sentimientos.
-Toma. – dijo, entregándole la única arma que poseía en esos momentos, una simple navaja. – Quiero que tomes esto y apuñale a cualquiera de los que están ahí.
Marina lo miró asombrada, ¿Qué, ¿qué?
-Hazlo. – volvió a hablar el peliplata. – Cuando lo hagas o lo intentes hacer, ellos estarán entretenidos contigo. – explicaba con rapidez, siempre observando que los ninjas estuviesen platicando, distraídos de ellos. – No sé, quizá hasta tengas suerte y no te maten. Por el chiquillo no te preocupes, Ryna tiene indicaciones de partir en una hora… tu hijo estará bien. - Sujeto las mejillas de la mujer. – Así yo conseguiré escapar. Es la única oportunidad que tenemos…
Marina en ese momento… tomo una decisión. Si iba a condenarse la vida entera… al menos lo haría así.
Tomo entre sus manos aquella arma y la escondió entre sus pechos.
-Esta bien, Mi señor. – dijo, dándole una mirada decidida, la cual Ishigi noto. Como último encuentro, le dio un corto beso en los labios.
-Escucha… acércate lentamente a ellos, ¿Sí?
-Si… ¿No importa a quién?
-Amm, trata de herir al chico de cabello blanco. – le susurraba, pues podían escucharlos. – El se ve que no es familiar de ellos. Quizá así te perdonen la vida.
Marina miró a Mitsuki y luego a Ishigi. sonrió.
-Está bien… - susurro. – pero antes…
-Sí? – preguntó aquel hombre.
-Me gustaría saber… ¿Dónde están Ryna y Kory? – pregunto preocupada.
- ¿Vez la puerta de allá? – pregunto, señalando detrás de unas gavetas, pero que, si observabas bien, había un cerrojo detrás de ellas. La mujer asintió. – Detrás de esa puerta hay un pasadizo y se puede salir.
-Ok… esta bien. – asintió. – Dame otro beso… - dijo, tomando una de sus manos… - por favor… sabes lo tanto que te amo…
-Jsjs, Estas completamente loca. – sonrió para ella, envolviéndola entre sus brazos. – Sera uno corto… no hay tiempo.
-Entiendo… - dijo acercándose a sus labios.
Llevo sus manos hasta su cuello dándose el ultimo tacto… el definitivo.
Mientras estos hablaban, Sakura les explicaba la situación, lo sucedido. Se lamento tanto al recordar el echo de que Kai estaba muerto.
Para ese entonces… ella no tenia idea de que también pensaban erradicar a la mayoría del personal, pensaba que solo iban tras ella.
- ¡AAAH! – escucharon un grito. Todos rápidamente se pusieron a la defensiva… pero cuando giraron no pensaban estar viendo claramente.
Marina, había clavado una cuchilla en la hendidura del cuello de Ishigi.
El peliplata miro a los ojos vacíos de la mujer, notando odio, resentimiento… dolor. Todo, menos amor.
-Eres un ser despreciable. – le dijo Marina, eufórica, presa del odio; sacando de nuevo la navaja de su cuerpo, y volviéndola a clavar en él, con la misma fuerza utilizada.
Ishigi la miraba incrédulo, ¿Cómo había sido capaz? ¡Ella comía de la palma de su mano! ¿Cuándo se había visto que una perrita se revelara ante su dueño? ¿Quién se creía que era?
-Eres un miserable, poco hombre, patético… - lo insultaba con coraje, mirándolo a los ojos. – Eres lo peor que me pudo pasar en la vida…
Ishigi sentía su cabeza explotar, poco a poco iba descendiendo hasta caer tirado en suelo.
Marina se posiciono sobre él, apuñalándolo nuevamente.
-Hoy finalmente me quedo claro lo que yo significaba para ti… maldito narcisista mediocre. – lo apuñalo nuevamente. El ojimora jadeaba de dolor. – Tarde tantos años… no puedo ser mas patética. – lloraba rabiosa, con el y consigo misma. – Pero se acabó… - rio. – finalmente se acabó.
A Ishigi todo se le hacia mas pesado, el aire se le iba, la vida se corría. El tiempo pasaba. No podía ni siquiera defenderse… su única arma se la había entregado, confiando en que ella seguía sometida.
La chica llevó una de sus manos el cuello de Ishigi y lo apretó fuertemente. – Ya respiraste demasiado aire… Ahora muerte… - apretó su agarre.
-Mal…maldita… - fue lo ultimo que pudo decirle, cuando sintió que la luz de sus ojos se apagaba.
-Cállate y muérete ya! – enterró nuevamente el arma en su cuerpo.
Lo único que alcanzo a escuchar, fue un quejido cortado. Los ojos de aquel hombre tenebroso como la noche se convirtieron en dos pozos sin vida.
La mujer, dispuesta a hacer lo mismo con ella, fue detenida por un Shuriken arrojado por la pelirrosa, quitándole de las manos aquella arma.
-No lo hagas… - le alcanzo a gritar la médico.
-Yo merezco la muerte… - comenzó a sollozar. - ¡Yo soy igual de miserable que el! – grito, pues se sentía como la peor de las escorias.
Cuando vio el rostro de Sarada, se sintió miserable al pensar ¿Qué hubiera pasado si hubiesen logrado matar a Sakura? ¿Qué sentiría ella al saber que su hijo quedaría sin madre? ¿Hasta dónde había llegado con tal de satisfacer a Ishigi? ¿Qué hizo bajo su voluntad y que no? Toda esa parte de su vida… había sido una simple muñeca de la suerte. Una muñeca que se dejaba usar, que se dejaba tocar, quien hacia lo que el portador quería. Todo el tiempo, controlada bajo los mandos de alguien despiadado, sin corazón.
-Tu necesitas ayuda. – hablo Sakura. – No eres una mala persona. De una manera… enferma y retorcida, también fuiste una víctima de él.
-Hice muchas cosas por aprobación. – recordaba perdida. – Solo quería que el estuviera feliz… y acepara a nuestro hijo. – pensó en Kory… - ¿Mi hijo? … ¡Maldita Ryna! – intento correr, mas fue interrumpida por una voz que bien conocía.
-Mamaaaá. – volteo rápidamente. Miro a su hijo aterrado, corriendo a sus brazos.
Lo abrazo fuertemente mientras controlaba sus sollozos, evitando que el niño viese el cuerpo de Ishigi en el suelo. Quien necesitaba consuelo era su hijo antes que ella.
-Ya… ya… ya paso. – susurraba en el pequeño oído de su hijo. - ¿Pero ¿cómo?
-Hola, frentesota. – hablo Ino, haciendo que ambas mujeres voltearan. – Estábamos terminando con los clones, cuando Hinata alcanzo a ver a una mujer que escapaba de aquí. – explico la Yamanaka, señalando hacia una esquina, donde Temari tenia a Ryna atada de muñecas y pies. – El niño nos dijo que quería a su mamá y que su mamá estaba aquí y pues… lo trajimos. – finalizó, regalándole una sonrisa a Sakura.
-Gracias… - se apuro a decir la castaña. – de verdad muchas gracias por traer a mi hijo conmigo…
-No me dirijas la palabra por ahora, querida. – le dijo Ino, con arrogancia. – Ni creas que no supe todo lo que le dijiste a mi amiga.
La castaña miro hacia abajo. Se sentía sumamente avergonzada.
Los demás su fueron acercando hacia ellas.
Sasuke tomo a su Esposa por la cintura, mirando a Marina de forma prepotente, como protegiéndola de ella. Sakura abrazo igualmente a Sarada.
-Yo… - hablo nuevamente la castaña. – Yo quiero pedirles… pedirles a ustedes…- mirando a Sasuke y Sakura. - … que me perdonen. – los miraba con suplica. – Por favor…lamento tanto el daño que les cause.
Sasuke la analizaba, como quien buscaba verdad en sus palabras.
Kiba aprovechaba de retirar el cuerpo de Ishigi… quizá deberían ponerlo bajo tierra… o pensándolo bien, a el que le importa, decía en su cabeza. Solo lo saco del lugar.
-Yo no se si pueda perdonarte ahora, Marina. – dijo Sakura. – Pero se que podre hacerlo. – le sonrió.
Sasuke solo le asintió. ¿Qué significaba eso? Pensó Marina, mas no se atrevía a preguntar.
-Si mi madre te perdona, por mi no hay problema. – le regalo una pequeña sonrisa ladina. – Me alegro de saber que no tengo un hermano bastardo.
Todos a excepción de Sasuke, rieron ligeramente ante el comentario de Sarada. El Uchiha frunció el ceño.
Claro que no lo tenía y jamás lo tendrá. Si algún día tiene un hermano, lo será en toda la extensión de la palabra.
-Ay Sarada, Obvio que no lo tienes, querida. – habló Ino, codeándola. – Ya le dije a tu mamá que tu papá le es super fiel a ella y a el culo que tie…
- ¡Ino! – le grito la pelirrosa, molesta y sonrojada por el comentario de la Yamanaka.
Sarada se quedo pasmada ante tal frase. Como quisiera pedirle a su padre la meta en un Genjutsu y la haga olvidar lo que escucho.
Sasuke la miro ladino, molesto por lo que l Yamanaka le había dicho a su hija.
-Ashh, esta bien. – dijo Ino nuevamente. – Todos ustedes me chocan, ¡Bola de santurrones! – les enseño la lengua. – Por eso me case con Sai.
-No lo digas, por favor. – pidió Shikamaru, pues sabia lo explicita que podía llegar a ser Ino al momento de hablar. No tenía gota de vergüenza para hablar y decir lo que piensa, y eso era bueno, pero… por ejemplo, de cuando hablaba de las posiciones sexuales que ya había probado… era un tanto incomodo.
-Bueno jsjsjs, regresando a lo otro... – dijo Hinata, después de una pequeña tos.
-Tienes razón. – menciono Sakura, mirando a Marina, quien no comprendía nada, pues no conocía la vida personal de los shinobi. – Marina, te seré sincera. – se cruzo de brazos. – No considero que estes apta para quedarte con tu hijo… al menos por ahora.
- ¿Qué? – pregunto cubierta de miedo. -No me quiten, por favor… es todo lo que tengo.
-Lo sé, y no sugiero que se te quite, si no que ustedes sean llevados a Konoha con nosotros. – le sonrió. – Tu ahora no tienes trabajo, casa, ni mucho menos; salud mental para afrontar esto.
Naruto, quien ya conocía el caso por la conversación que había tenido con Sakura, le propuso.
-Si mi hermana esta dispuesta a ayudarte… - dijo mirando a Sakura, quien le regalo una sonrisa. – Yo estoy dispuesto a darles a ti y a tu hijo un hogar… y que estén bajo mi protección. – los ojos de Marina se iluminaron. -Claro, que primero deberás pasar por el hospital de salud mental.
- ¿Qué?
-No estas bien, Marina; mucho menos por lo que atravesaste. – añadió Sakura. – En ese hospital, vivirás con tu hijo, no solo con la protección del séptimo, sino también con la mía. – sonrió orgullosa. -Mi amiga y yo somos fundadora de dicho hospital.
-Jjsjsjs, creo que nos veremos mas de lo que yo tenia planeado, querida. – le sonrió con esfuerzo la Yamanaka. – Claro, que primero debes aceptar ir con nosotros.
-Piensa en tu hijo muchacha. Aprovecha la oportunidad – le dijo Temari.
La mujer meditaba. ¿Realmente tenia a donde vivir? ¿O que ofrecerle a su hijo?
Oportunidades como esta, solo sucedían una vez en la vida, solo así, podría darle a su hijo una vida digna.
-Está bien… - sonrió con lágrimas. – Si quiero… por mi hijo… y por mí.
-Si… - suspiro Sakura. – Tu también vales, querida.
-Todo terminó, ¿verdad? - pregunto refiriéndose a Ishigi.
-Si… tranquila. – toco el hombro de esta. – Todo termino…
Marina sonrió a Sakura, agradeciéndole su oferta y amabilidad. Camino hacia el Hokage, colocándose a su lado.
-Vámonos de aquí. -. Les comunico el Hokage, dispuesto a salir de aquel lugar.
Todos asintieron y se dispusieron a abandonar el lugar.
Sakura miro a Sasuke, caminando hacia él. – Vamos a casa, Cariño. – tocó su brazo.
-Si… - le respondió el Uchiha. – Vámonos de aquí.
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De regreso a Konoha, se encontraban los ninjas.
Sakura quería pasar desapercibida, aun n quería asumir la tarea de dar sin fin de explicaciones. De verdad, lo que más quería hacer, era ducharse, conversar con Sasuke, entenderse con él, y dormir.
Grande fue la sorpresa de la familia Uchiha, cuando Sarada les informo que iría a dormir a casa de Boruto, junto con Mitsuki y Himawari. Pensaba que su hija la llenaría de preguntas.
Lo que ambos adultos desconocían, es que su hija ya no era una inocente niña, y sabía que su padre necesitaba mucho de su madre y bueno, prefería esperar a mañana para recibir los chiqueos de su madre, a salir traumada de su casa.
Que los dioses la libren de algún día escuchar algo indebido. Benditos sean por haberle dado un sueño pesado.
Llegando a la puerta de su piso, Sakura hablo, pues habían venido callados en la mitad del camino.
-Sasuke…- dijo llamando su atención. - ¿Podemos hablar?
-Claro… - le respondió dispuesto a entrar a su casa.
Solo fue en cuestión de segundos e echo de que Sakura pusiese ambos pies dentro de la casa, para que Sasuke la tuviese acorralada contra la pared.
- ¿Cariño? – alcanzo a decir, pues los fuertes y necesitados labios de su Esposo invadieron sus labios.
Sasuke se lanzó a besarla.
Por los dioses, ¡Cuánto necesitaba volver a sentir sus labios! Solo así sus pecados y angustias eran eliminados y aliviados.
La besaba con devoción, como si nunca quisiese apartarse de ella.
La pelirrosa correspondía al beso de la misma manera, pues, así como el la necesitaba, ella también lo necesitaba a él… y mucho.
Pasaron por un maldito tiempo de angustia, dónde solo ambos con el calor infinito de sus sentimientos serían capaces de curar. Un tiempo que pareció haberse perdido entre las penumbras de la oscuridad y la desolación, más por parte del Uchiha.
Pero ese tiempo, ese dolor y esas dudas ya eran página pasada. Ahora ambos estaban ahí… queriendo competir por quién le comía mejor la boca al otro.
La mano de Sasuke no perdía el tiempo, y el cuerpo de Sakura sabía cómo recibirlo.
Hambre… hambre de ellos mismos. Un hambre que solo entre ellos podrían derrocarla hasta saciarse por completo.
El Uchiha apretaba el cuerpo de su pelirrosa con firmeza, tocando toda su extensión.
Necesitaba tocarla… sentirla suya. Suya para siempre o morirá… o al menos eso es lo que el sentía.
-Ahhh. - suspiro la mujer al sentir como su esposo envolvía sus caderas para hacer que sus piernas rodearan la suya, sujetándola y cargándola mientras se deleitaba con la redondes de ese par de glúteos que lo volvían loco.
Ino no estaba equivocada, pensó. No le seria infiel nunca. Antes muerto.
Joder… tenía ganas de hacerle tantas Cosas
Hace unos días creyó que la había perdido para siempre. Tenerla ahí era una bendición infinita por parte de todos los dioses.
La mujer sujetaba el cabello de su marido con devoción. No quería que por nada del mundo se le ocurriera dejar de besarla. Quería que sus labios se saciaran un poco por ahora.
No solo quería sentir esos finos labios sobre los suyos… también los necesitaba en otro lugar, así como el sentía lo mismo.
-Cariño… es… espera. – pidió, sintiendo como la traviesa mano de su esposo intentaba despojarla de sus ropas. – Necesitamos una ducha.
Sasuke le dio la razón, no les vendría mal el agua sobre su cuerpo.
Tomo a su mujer, llevándola hasta su baño, donde abrió la regadera y no perdió tiempo.
Sasuke la apoyó contra la pared.
Su entrepierna palpitaba y dolía por la excitación. Necesitaba sentir pronto esa paz maravillosa que solo el cuerpo de su esposa era capaz de proporcionarle.
Apoyada contra la pared, podía sentir como su esposo restregaba su sexo contra el suyo.
Los suspiros no se hacían esperar, los gemidos comenzaban a florecer.
Sabían que estaban seguros y que su linda hija no los escucharía. Sasuke no soportaría el tener que escuchar los gemidos ahogados de su esposa. ¡Necesitaba escucharla! Oír su voz perdida en el placer que solo él tenía derecho a provocarle.
Sakura no perdía tiempo tampoco.
Llevó una de sus manos, deslizándola por todo el torso de su viril marido hasta llegar a sus pantalones. Por encima de la tela, masajeó el pene de su pelinegro.
-Ahg… Sakura. – dijo ronco, inundado de satisfacción.
Ambos estaban más que perdidos de placer. Un mínimo roce era lo suficiente como para perderlos, incluso hasta hacerlos venir, pero ni él ni ella permitirían que eso sucediera antes de hacerse uno de nuevo.
El agua complicaba las acciones, mas no las impedía.
Sasuke no podía perder le tiempo en haberla despojado de su ropa primero. No… necesitaba tocarla ya.
Sasuke busco los pantalones de su esposa, mas ahora, con una sola mano le era imposible despojarla de ellos.
sonrió complacido al observar que como Sakura tomaba aquella prenda entre sus manos y la rasgaba por la mitad.
El retiró la blusa de su Esposa con maestría, así como el sujetador. La necesitaba ya.
-Sasuke… - le ronroneo perdida de placer. – Házmelo ya… - rasgo de la misma manera el pantalón del pelinegro, dejándolo en la misma situación que ella.
sonrió perverso, se sentía tranquilo al saber que no solo era el quien quería perderse en el placer, sino que también ella lo necesitaba.
Llevo una de sus manos y tanteo la intimidad de esta, comprobando su humedad. No era el agua que los envolvía lo que la tenía así. Era su cuerpo quien lo pedía.
Sin perder tiempo, la penetro de una sola. Un gemido de satisfacción fue pronunciado por ambos.
Se apegó a su cuello, mientras masajeaba en círculos su espalda, acariciaba sus glúteos; la tocaba como queriendo estar seguro de que ella estaba ahí… con él.
La ojijade Suspiraba de satisfacción. Esta actitud de Sasuke la hacia sentir la mujer mas deseada del mundo. No podían esperar mas tiempo para sumergirse en el cuerpo del otro. La noche era joven, y ellos tenían todo el tiempo del mundo para todo.
-Ahh, Sakura… - gimió ronco al sentir la presión de las piernas de su mujer a sus caderas, haciendo más profunda la penetración.
La besó. Un beso pasional y de necesidad. Un beso que quitaba aflicciones y otorgaba consuelo y tranquilidad. Un beso que se burlaba d la muerte y traía a la vida nuevamente.
- ¡Sasuke… yo… yo estoy! – jadeo colocando su rostro en uno de sus hombros. Se sentía tan bien que le era imposible completar palabra.
-Yo… yo igual. – le respondió, pues entendió lo que ella quería decirle. No solo porque la conocía demasiado, sino porque ya sentía las contracciones de la vagina de su amada aprisionando su virilidad.
Unas cuantas estocadas más, y el pelinegro dejo instalada sobre la cavidad femenina su semilla, llenándola con su esencia.
Suspiraron satisfechos. Finalmente, habían logrado aplacar la tensión que ambos habían acumulado por los sucesos ocurridos.
Sentían que habían pasado años… eternidades; debían aprovecharse y amarse antes de que el dios Seth desatara nuevamente el caos en sus vidas. Debian instaurar la paz en sus corazones, fortaleciéndolos con sus pesados sentimientos.
-Te amo tanto… cariño. – sollozo la mujer, derramando lagrimas sobre el hombro de su amante, quien la sujetaba en su fuerte brazo.
Este soltó su agarre y la coloco de pie, mirándola tiernamente.
-Lo se… no tienes que disculparte por nada… - acaricio su mejilla y le sonrió. – Fuiste muy valiente… aunque…
-Que… ¿Qué pasa? – pregunto al ver como su marido desviaba su mirada hacia un costado.
Sasuke volvió su mirada a ella y sonrió. Sonrisas que solo a ella le obsequiaba. – No vuelvas a arriesgarte tanto… ¿Si?
La Kunoichi volvió a suspirar de felicidad, asintiendo su cabeza. – Tratare de hacer lo posible, ya conoces muy bien a tu Esposa. – se dio la vuelta, pues el sonrojo en sus mejillas era fuerte, y la mirada de su Esposo muy profunda.
-Y tu… ya conoces muy bien a tu Esposo. – la abrazo por detrás, dándole un pequeño beso en el espacio de su cuello y hombro.
La muchacha sonrió con felicidad. Finalmente, aquel presagio de adversidad había sido derrotado. Las cosas irían a mejor camino. Estaba segura de ello.
Ambos se dispusieron a limpiar sus cuerpos con calma, disfrutando de las gotas de agua sobre sus cuerpos.
Cuando ambos salieron envueltos en sus toallas, directo a su cama, no esperaron mas para unirse nuevamente en un beso.
La risa encantadora de Sakura se expandió por su habitación, mientras que Sasuke reía de forma nasal. Las cosas apenas comenzaban, y ambos lo sabían, solo que esta vez, se darían todo el tiempo del mundo.
Sasuke necesitaba sentirla más, así que, con prisa, la tomo con destreza y la llevo hasta la cama, recostándola.
-Mírame. – pidió el joven Esposo, volviéndose loco al admirar el sonrojo que envolvía la delicada piel del cuerpo de Sakura.
La mujer hizo caso omiso, sonriéndole.
Él se detuvo su momento a admirarla. Pensando como mierda existía una mujer así de hermosa. La pelirrosa parecía sacada de las películas. Una belleza muy única e incluso irreal, que lo hacía más engreído al saber que esa mujer… era suya.
Sakura amaba ser mimada, observada de esa manera, pero justo ahora ¡No quería que solo la viera! Quería que la tocará… que la tocará hasta que sus manos marcaran su delicada piel.
Retiraron las toallas que impedían el tacto y la visión en sus cuerpos y pupilas. Solo estorbaban en sus deseos.
Sasuke la miraba maravillado, observando con detenimiento que su piel seguía intacta. Si ella tuviese un cambio, el sería el primero en notarlo. Joder, conocía más el cuerpo de su mujer que el suyo propio.
Sasuke besó su cuello, escuchando como la respiración de su amante cambiaba a una más agitada, llenándolo de placer. Sin embargo, para su sorpresa Sakura tomó su cabeza y lo apartó hacia atrás.
Él le miró comunicándome su incomprensión, no entendía la razón del porque ella lo estaba apartando.
-Cariño… - ronroneo con seducción, haciendo que el Uchiha se acercara más a ella. – Sabes que me encanta todo lo que me haces. – confesó llena de rubor. Sasuke sentía su ego en los cielos. – Solo que… no solo me veas. – dijo, haciendo que el Uchiha arquera una ceja.
Es que apenas estoy comenzando, pensó.
-Tócame… - pidió con anhelo, llevando la mano de su marido a uno de sus pechos, haciendo que el tocase sus pezones excitados.
El ojinegro tragó grueso.
Ese par de botones rosas que brotaban de sus pechos le están pidiendo sus labios sobre ellos.
-Tócame… por favor. – volvió a pedir, restregándose contra la mano del ojinegro, provocando que él se deleitara acariciando y sintiendo la suavidad de sus redondos senos. – Necesito tanto tus manos sobre mi piel… date prisa por favor.
El Uchiha sonrió ante sus palabras con arrogancia.
Era todo lo que necesitaba… la aprobación de su Esposa.
El sin perder más tiempo, llevó sus labios nuevamente a su cuello, mientras que su mano surcaba los rincones de su piel con mucho descaro. ¿Por qué debería tener miedo a tocarla? Si la verdadera pregunta era ¿Qué parte de ella no ha Sido tocada por él?
La mujer acariciaba toda su espalda, presionándola cuando esté tocaba algunas de sus zonas erógenas en su cuello, creando le contantes descargas de emoción.
Sasuke deslizó su boca hasta sus pechos. Hacía que su lengua rodeará y saborearse la redondez y suavidad de los pechos de la ojijade.
-Perfectos… - les murmuró el azabache a estos, como si hablar con un niño se tratase.
La amaba… ¡La amaba tanto! Tenía que hacerle saber cuánto la amaba, cuánto la deseaba, lo que sentía cuando estaba con ella.
¡A la mierda el qué dirán! ¡A la mierda el "ella lo sabe"!
¡Él tenía que decírselo! Este era el momento perfecto, si no, quizá se arrepentiría para siempre el nunca haberse abierto con ella de esta manera.
Sakura permitía que sus gemidos salieran por su boca. El saber las condiciones en las que estaban le permitía liberarse y entregarse a su esposo, tal y como cuando están solos.
El Uchiha llevó su mano hasta la intimidad de ella, acariciando toda la piel que se encontraba en el paso.
Ella por obviedad lo comprendió, ayudándole a este a quitarlos dejándola en bragas.
Sakura miró la abultada entrepierna de su marido, deseando poder sentirla dentro de ella pronto. Pero antes… antes quería.
-Quiero chuparte. – le dijo a su marido, mirándolo con anhelo, casi llegando al ruego.
Al Uchiha se le entra corto un suspiró, ¿Había escuchado bien?
-Por favor, Sasuke- Kun – dijo posicionándose sobre el, siendo ahora ella la del control. -Déjame disfrutar de mi marido… - lo besó.
Sasuke se dejaba hacer. Claro que no dejaría que solo ella lo mimara, ahora más que nunca, quería consentir a su sensual amante; pero permitiría que ella comenzara. Ni siquiera Chuangmun se imaginaba lo que está noche seria capaz de hacer.
La ojijade pasaba sus labios por el pecho de este, mientras meneaba sus caderas sobre las de su Esposo, sintiendo como la mano de él tomaba su trasero haciendo que la cercanía entre sus cuerpos fuese más profunda.
Ella llevó sus labios hasta su cuello, subiendo hasta su oreja mientras permitía que sus gemidos envolvieran los oídos de su marido.
Ella sabía cuánto le encendían a el.
Llevó su boca muy cerca y dijo.
-Oh … Cariño. – jadeó cuando sintió como su inocente marido ya había profanado su interior, tocando en círculos su feminidad. – Ohhh… Sasuke-kun. – gemía, frotándose más contra la mano de Sasuke.
- ¿Te gusta, S. a. k. u. r . a? – enfatizó en su pronunciación.
- ¡Por dios, Siii! – gemía, sintiendo un calor fuerte sobre su vagina. Sasuke estaba tocando justo en el lugar correcto. Justo donde él ya sabía. - ¡Más! – rogaba en su oído, haciendo que el Uchiha sin poder negarlo, aumentara la velocidad de sus manos.
Bastó de unos cuantos segundos más para que Sakura se envolviera en su primer orgasmo de la noche.
-Oh, querido. – ronroneo sobre Sasuke. – Ahora si… me dejarás sentirte entre mis labios.
- Hazlo. – respondió en automático, cosa que sorprendió a su Esposa.
¿Desde cuándo Sasuke correspondía con palabras? Es siempre era de asentir, negar o besar.
Sasuke al notar el asombro de su esposa, se incorporó sentándose, llevándola a ella sobre su regazo.
-No me hagas sufrir, Sakura… Quiero que me chupes justo ahora. – declaró mirándola fijamente a los ojos para después besarla.
La pelirrosa solo con esas palabras sentía sus pezones erectarse aún más de la cuenta y a su vagina gotear más debido al placer
-Sera un honor complacerlo, señor Uchiha. – dijo para irse incorporando y posicionarse en el lugar indicado.
En todo momento, manteniendo contacto visual… siempre lo habían hecho así.
Uno de sus gustos íntimos que ambos compartían, era admirar como sus miradas se oscurecían por la densa neblina de placer que los envolvía.
La pelirrosa con ambas manos tomó ese miembro erecto con sus manos.
El Uchiha rápidamente apretó sus labios, impidiendo que sus gemidos fuesen escapados. Cosa que a Sakura no le gustaba… no ahora.
Mirándolo, con su mano acariciaba la longitud de su pene, mientras que su lengua comenzaba a acercarse cada vez más, dando su primer lamida.
Sasuke volvió a reprimir sus palabras mordiendo su propio labio.
-Cariño… No tienes porqué reprimirte. – dijo, llamando la atención del Uchiha quien ahora le miraba desconcertado. – Quiero escuchar que tan bien mi boca le hace perder a mi marido la razón. – metió su sexo a su boca.
-Sa…Sakura. – jadeo ronco, sintiendo como la lengua de su amante lo hacia sentir en las nubes.
Sabia como hacerlo. Sus movimientos eran sutiles y llenos de gracia, como si una diosa hiciese tal acto tan lujurioso. Los movimientos ondulados y rectos de su cuello, y las caricias de su lengua lo tenían a sus pies.
Aumentaba la velocidad de sus movimientos. Sasuke llevo su brazo hasta su cara, cerrando los ojos, colocando su brazo sobre ellos. No quería interrumpir los movimientos de su mujer.
Que ella le haga lo que quiera, que lo haga como quiera. Él se encargará de deleitarse con ello.
Sakura miro triunfante al verlo en tal estado. Sabia que lo estaba haciendo bien, pues de su boca no dejaban de salir suspiros y gruñidos.
- ¡Ahg… Sa… ¡Sakura! – jadeo fuerte, pues sabia que ya no podría más.
Su esposa sonrió perversa, aumentando sus movimientos.
Bajo su mano tratando de apartarla, mas ella no se lo permitió. Se quedo en su boca, para recibir la esencia de su amado esposo en su boca.
Sasuke respiraba pesadamente con una sonrisa de satisfacción. Vaya que había echado de menos todo esto.
Él también quería probarla, hacerla retorcerse de placer, inundando su habitación con sus sensuales gemidos; pero fue muy lento, pues ella ya se había posicionado sobre él, y cuando la vio a los ojos, notó sus ojos esmeralda oscurecidos por el denso placer.
-No iba a apartarme… - rio, restregando su sexo sobre el de él. – Te dije que quería disfrutar de mi marido… - lo beso.
Sasuke correspondió gustoso, pues estaba más que embelesado. Fascinado con la mujer que estaba sobre él. Su esposa… su mujer.
Una vez que su miembro descanso lo suficiente y se volvió a poder duro, la pelirrosa lo tomo entre sus manos, penetrándose lentamente.
-¡Sasuke…! – gimió al sentirlo dentro suyo, colocando sus manos sobre su pecho, para darse apoyo.
Comenzaron con un vaivén lento, disfrutado de la profundidad.
Se besaba, acariciaban sus cuerpos, reían cortamente.
Disfrutaban… eso hacían.
-Eres mío, Sasuke… - susurró sensualmente, mirándole a los ojos plenamente sonrojada. – mío… mío… - Sasuke la atrajo a su pecho para poder besarla mejor. – No quería ni imaginar que… alguna otra tu hubiese tocado… besado… - decía entrecortada, mordiendo el labio inferior de Sasuke. – Sabes lo celosa que es tu esposa… - rio un poco, aumentando sus movimientos, moviéndose con mas prisa sobre su miembro. – no soportaría el hecho de saber… que alguien mas te ha tenido… justo como yo. – dio un Salto sobre él.
Sasuke sintió una oleada fuerte de placer. Solo ella era capaz de hacerlo enloquecer.
-Tú también eres mía... – tomo una de sus manos y la pego a una esquina de la cama, al costado de él. – y lo sabes… - la besó. Sakura se asombro placenteramente, pues Sasuke no era tan vocal en la intimidad. – Jamás podría estar con alguien más…
Detuvo los movimientos de Sakura, colocándose el como el dominante de la situación. Llevo una de las blancas piernas de ella hasta uno de sus hombros.
- ¡Ahhh! ¡Sasuke! – gimió al sentir la sentera penetración de su marido.
-Solo tú puedes ponerme así… - jadeaba mirándola profundamente a los ojos. Que le quedara claro lo que decía. – Ninguna mujer me provoca lo que tu me haces sentir… Sakura… me vuelves loco…
- ¡Oh, Cariño! … - chirrió al sentir como llevo su mano a su intimidad, acariciándola. - ¡Mas! … ¡Mas… Sasuke-kun!
Sasuke concedió el deseo de su mujer. Lo sentía… ya estaba por finalizar. No la torturaría.
- ¡Sasuke-kun! … ¡Sasuke-kun! – gemía fuertemente. - ¡No pares, Cariño! ¡Me vengo!...
- ¡Sakura! – apretó sus dientes, esperando el momento del éxtasis.
- ¡Sasuke! ¡Ahh! – soltó cundo sintió sus paredes contraerse. - ¡Te amo, cariño!
Sasuke envió unas cuantas veces más, tomando el rostro de Sakura para que lo mirase llegar.
- ¡Voy a acabar!
- ¡Acaba! – gimió por la sensibilidad de su cuerpo, deleitada con la vista que tenía. – Acaba dentro de mi…
- ¡Sakura! … te amo… te amo… - la besó, callando el jadeo de sorpresa de la pelirrosa, vaciándose nuevamente en su interior.
Sakura lo recibió gustosa, feliz por el acto consumado.
-Sasuke… tu… - dijo entre el beso.
-Te amo… - volvió a decir sobre sus labios. – Te amo tanto…- acaricio su rostro.
Sus palabras titubeaban, pues le era difícil expresarse, y más estaba conmocionado por sus emociones.
-Sasuke… - dijo en tono preocuposo, pues vio como pequeñas gotas se formaban alrededor de lo ojos de su marido. – Cariño…
-Tuve tanto… tanto miedo… - se recostó sobre el pecho de ella. - … Al pensar que te había perdido… - su voz se entrecortaba.
Necesitaba sacarlo… desahogarse para superar.
-Sasuke, yo… - comenzó a sollozar nuevamente la pelirrosa, pues se sentía culpable por los sentimientos de su Esposo.
-No quería ni imaginar que te había perdido de esa forma… de que no había podido hacer nada para protegerte… - escondió su rostro entre uno de los hombros de ella. – de que… te habías apartado de mi… pensando que te había engañado… que no te había amado.
-Se que me amas. – dijo rápidamente. – No necesitas decírmelo para que lo sepa, Cariño. – lo abrazó fuertemente. – Solo que… - apretaba sus ojos. – me deje llevar por la situación y…
-Lo se… y lo entiendo. – la interrumpió el Azabache. – ni yo sabía cómo podía comprobar lo contrario. Nadie hubiese dudado de esa prueba… entiendo tus dudas.
Sakura lloró amargamente, mas Sasuke beso sus lágrimas, mirándola tiernamente.
-No pasa nada. – dijo el ojinegro cerca de sus labios. – Aquello que pasó, ya fue… y no podemos cambiarlo… - le sonrió. – pero podemos restaurarlo… y se cual es el primer paso para ello.
- ¿Cuál? – preguntó desesperada.
Sasuke sonrió ante su reacción. – Es sencillo. – se acerco mas a su rostro. – Solo… vuelve a casarte conmigo… - sonrió sobre sus labios.
Sakura quedo estupefacta, sonrió lentamente. - ¿Cómo?
-Tu y yo solo estamos casados bajo ley de los dioses, ¿Lo recuerdas?, Quiero que seas mía… en toda la extensión de la palabra. ¿Aceptas? – rio. – Así no podrás escapar de mi tan fácilmente…
Sakura rio tiernamente, sintiendo una felicidad inmensa. – Pero claro… una y mil veces. – lagrimeo un poco. – te amo tanto… Sasuke. – dijo sintiendo como la mano del pelinegro acariciaba su mejilla, limpiando sus lágrimas.
-Yo también te amo… mi amor… - la besó.
Necesitaban recuperar el tiempo perdido, el tiempo de aflicción.
Burlarse de él, pues el Uchiha renegado de Konoha, había salido victorioso en todos los aspectos, teniendo por mujer a Sakura Uchiha, quien le dio el mejor regalo de todos. Su hija y su amor incondicional.
Y Sakura, el cerezo curativo de Konoha, quien resistía las adversidades que la vida le imponía, ganando todas sus pruebas y retos. Feliz, pues tenía todo lo necesario para hacerlo.
Aun era tiempo de sonreír y disfrutar… y era justo lo que aquellos amantes pensaban hacer.
Toda la vida.
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Epilogo corto:
Luego de un año y medio, Marina salió de rehabilitación, para continuar su vida al lado de su pequeño hijo.
Evaluaron su situación, permitiéndole vivir en una casa en la aldea de la Arena, lejos de sus malos recuerdos.
Sasuke hacia mas de un año que había partido con Boruto, llevándoselo lejos para entrenar.
Lo que el Uchiha no sabía, es que, dentro del vientre de su Esposa, su semilla habia germinado, dando paso nuevamente a la vida y el restablecimiento del Clan Uchiha.
Y lo que la pelirrosa aun no se había esperado, es que no era un bebe… si no dos.
Uchiha Satoshi
Uchiha Sakoto
La familia espera con ansias el regreso del hombre de ojos carmesi.
. . . . . . . . . Dulce Tomate. . . . . . . . . . .
Cerezo…. ¡Resiste a la adversidad!
Proyecto finalizado.
Agradecimientos:
Estoy muy feliz por haber concluido esta historia larga.
Muchísimas gracias por el apoyo, por las votaciones y los comentarios en la historia, por sus reseñas y comprensiones.
Perdón por las promesas que no pude cumplir, pero de verdad, muchas cosas que pasaron quedaron fuera de mis manos.
Estoy muy feliz por la historia concluida.
A los dedicados: Sus mensajes, comentarios, votos, entre tantas cosas, me motivaban demasiado. Muchos de ustedes me motivaron a pasar mis historias a esta plataforma, pues como mis seguidores mas antiguos sabrán, yo subía solo en fanfiction.
Gracias por haber seguido aquí, confiando en mi y esperando cada día la resolución de este fic.
Gracias por el apoyo.
Gracias a los que llegaron después, gracias por sus lecturas, favoritos y listas de lectura.
Este es el comienzo, próximamente publicare el inicio de mi nueva historia larga.
Que sean favorecidos en todas sus acciones.
Nos vemos muy pronto, fue un placer maravilloso.
-Missjell
