Lucy se encontraba en su habitación merendando una manzana. Esa semana había sido realmente buena para el negocio y, aunque ya contaba con 15 chicas, tenía que administrar las ganancias de la casa del placer, pagarles a sus mozas y seguir invirtiendo en el local.
- ¿Aylee? - Llamó Greer ingresando a su habitación - Supongo que querrás saber cómo nos fue con los invitados de la otra noche.
- Por favor.
- El rey y el príncipe no llegaron para mostrar sus respetos ante la muerte de la reina. Artemis Zabini se casará con la hija del rey de Dumstrang… Albus Potter esperará hasta la boda de su hermana para reclamar las tierras de su prima Roxane… Creo que en resumen sería eso… Oh, Garrick Nott interrogará a los sirvientes que atendieron a la reina antes de que muriera. Mencionaron que la visita de Karkarov aumentaría los impuestos temporalmente, pero el rey Karkarov piensa quedarse un par de semanas y luego regresará a su país.
Lucy asintió analizando las palabras de Greer. Enlistó su lista de prioridades: Empezando, por supuesto, por aquellos que querían su cabeza:
Los Malfoy no permitirían que la muerte de la reina los desestabilice tan fácilmente, y si quería seguir manteniendo su seguridad tendría que hacer más que usar un antifaz por las noches. Tal vez no era suficiente, pero tenía que cambiar un poco su apariencia para involucrarse más con los nobles de la corte sin temor a que la reconozcan.
- Gracias, Greer… Saldré un momento al pueblo, ¿te encargas de todo mientras no estoy?
- Claro, mi lady - Se despidió Greer haciendo una reverencia en son de burla.
Divertida, Lucy salió del establecimiento y se dirigió al pueblo. Una vez allí encontró una mujer que podía pintarle el cabello. Una hora después Aylee, la Madame, presumía su nueva cabellera pelinegra.
Con una sonrisa decidió pasear por el pueblo para ver algunas telas para sus chicas. Avanzó unos pasos sin darse cuenta que alguien la había reconocido, dio media vuelta en una calle y sintió el jalón de unos brazos que la obligaban a chocar contra una pared.
El miedo la paralizó, sintió su corazón latir con fuerza y sus manos sudar inmediatamente. Abrió los ojos esperando lo peor y…
- ¿Nigel? - Había reconocido al muchacho de la cocina que la ayudó a escapar la noche del asedio a su hogar - ¿Eres…? ¿Eres tú?
- Pero, mi lady ¿Qué hace en este lugar? - Susurró el muchacho con miedo de que alguien los oiga - ¿Los Malfoy pusieron precio a su cabeza y usted viene a las puertas de la capital? ¿Cree que el color de su cabello será suficiente como para confundirlos?
Unos meses atrás habría tenido el impulso de decirle que no tenía el derecho a hacerle preguntas, pero lady Lucy había quedado atrás. Ahora compartía techo con 15 prostitutas que imitaban sus modales tanto como "Aylee" las imitaba a ellas.
- Los Malfoy nunca me vieron - Señaló ella - Conocen mis rasgos físicos por información brindada por parte de mi primo. No tiene que preocuparse, aprendí a cuidarme sola.
Nigel lanzó una risa sarcástica, pero ¿quién demonios se creía?
Estaba a punto de perder los cabales y no podía tener un exabrupto en la calle o llamarían la atención.
- Vámonos - Ordenó ella, tomando su mano para dirigirlo a su casa del placer.
- Por Dios, mi lady, no podemos entrar a cualquier taberna. Por favor, recapacite. Debe esconderse.
- Conozco un lugar seguro.
Desconfiado, Nigel se dejó conducir por Lucy hasta llegar a la pequeña casa de cortinas rojas. El muchacho reconoció que se trataba de una casa de placer, y detuvo la marcha a pocos metros de la puerta.
- Mi lady, no creo que quiera entrar allí… No es lugar para una dama…
- ¡Aylee! - Exclamó Greer desde la puerta - ¡Ven rápido, sucedió algo terrible!
Sintió preocupación inmediatamente y, con angustia, ingresó a su negocio soltando la mano de Nigel. Ni siquiera se percató que el joven que había salvado su vida, ahora caminaba completamente confundido tras ella.
- Lo lamento, no estamos atendiendo - Anunció Greer mirando por detrás de Lucy, quien giró la cabeza para ver a quien le hablaba.
- Descuida - Tranquilizó cuando recordó la compañía de Nigel - Es un amigo mío, confió en él con mi vida.
Greer lo miró desconfiada, pero la ignoró para buscar la razón por la cual la habían llamado. Por detrás pudo ver a una de sus chicas llorando desconsoladamente mientras otras intentaban animarla.
- ¿Qué demonios ocurrió? - Preguntó Lucy caminando hacia su trabajadora.
- Ma… Madame - Lloraba la chica, quien tenía marcas de golpes y sangre seca en el rostro y las ropas - Lord… Lo… Lord…
- Fue Lord Wilfrec - Aclaró Lola - Le gusta el dolor, y cuando intentó pararlo… No lo tomó bien.
- ¿Qué te hizo? - Preguntó Lucy con preocupación.
La chica no pudo responder. Abría la boca, pero solamente salían quejidos de miedo y dolor. Demonios, necesitaba mantener a salvo a sus chicas, pero no tenía idea cómo. Solamente era una lady virgen que jugaba a ser Madame.
- No podremos seguir así - Expuso Lola con voz de circunstancias - Los demás hombres sabrán que no existen represalias por golpear a las prostitutas y vendrán a la casa solo para torturarnos.
- Nigel podría protegernos - Sugirió Lucy mirando con súplica a su amigo.
- Con todo respeto, mi lady… No sé pelear - Negó Nigel con honestidad - Si me pide que me enfrente con caballeros y soldados armados, me temo que no seré de ayuda.
- Pero tenemos que hacer algo - Insistió Lola desesperada.
- Lola tiene razón - Dijo Greer quien se paró a su lado - No podemos seguir trabajando aquí si no tenemos seguridad. Tal vez por nuestra cuenta sea más…
- ¡No! - Negó Lucy. No sabía cómo, pero no podía perder a sus chicas o volvería a ser una mendiga de alta cuna - Encontraré una solución, solo...
- Mi lady, quizá pueda ayudar… - Habló Nigel nuevamente, logrando que todas las muchachas lo miren con esperanza - Escuché que Lady Nott realiza trabajos de caridad en el pueblo… Quizá si hablamos con ella y exponemos nuestro caso, podamos convencerla para que mande algunos hombres de su esposo a tomar justicia contra Wilfrec.
Era una idea estúpida, pero no tenía más opción. No tenía mejores planes para mantener su estabilidad, así que optó por asentir con la cabeza sin mirar a Nigel.
- ¿Podrías contactarte con ella y pedirle que venga?
- Lo intentaré, mi lady - Sin decir más, Nigel salió del lugar.
Mandó a las chicas a atender las heridas de la pobre muchacha y cerró las puertas de la casa hasta que Nigel regresara con las noticias, tanto si su prima aceptaba visitar el burdel que frecuentaba su esposo como si no, todas sus esperanzas estaban puestas en aquel plan.
Luego de tres días de no recibir la señal de Nigel, Lucy comenzó a preocuparse. Estaba en su habitación, cepillándose el negro cabello frente al espejo. Se sentía extraña, como si fuera una persona distinta quien la veía desde el reflejo. Una persona con camisón blanco que contrastaba con el oscuro pelo que cepillaba, y que no tenía la presión de salvar a las mujeres de un burdel de las garras de nobles abusivos.
Como siempre, Greer entró como si se tratara de su propia habitación.
- Rose Nott está aquí - Anunció su amiga pelirroja mirándola con seriedad. Lucy volteó a verla con sorpresa - Antes quiero hablar contigo… Aún recuerdo tu verdadero nombre. No olvido que eres importante y que muchos te quieren muerta. ¿Estás segura que puedes confiar en tu amigo?
- Nigel fue quien me salvó - Explicó Lucy, enternecida por la preocupación de su amiga - ¿Podrías pedirle a Rose que hable con la chica que fue atacada a solas? Les prestaré mi habitación… No les digas que estaré escondida aquí dentro.
- Una cosa más, Nott viene acompañada de Duncan. Supongo que recuerdas al hombre que casi te arresta en la posada ¿cierto?
Mierda.
Esa maldita alianza entre los Weasley del Bosque y los Malfoy sí que era una molestia.
- Él se quedará fuera…
- Imposible, él insiste en no separarse de su cuñada.
Lucy respiró con profundidad y entendió que no tenía opción. Debía aceptar todas las condiciones que le ponían si quería recibir ayuda.
- De acuerdo, me esconderé muy bien. Hazlos pasar y no permitas que te reconozca. No solo te vio conmigo el día que escapamos, también se acostaron antes.
