- Debo preguntar, dulce dama ¿Quién le enseñó a blandir la espada? - Cuestionó Artemis Zabini, quien continuaba hablando como si el mundo le perteneciera a pesar de estar encadenado a un poste en la intemperie.
Se encontraban en el campamento, a solo dos días de distancia de la Madriguera. Aun no recibía la respuesta de Draco Malfoy, y a cada segundo que pasaba, la opresión en el pecho al imaginar a su hermano a manos de sus enemigos, se hacía más grande.
- El hombre que mataste - Contestó Dominique mirándolo fríamente. Curiosamente no había sufrido por Caradoc como pensó que lo haría. Le daba lástima no tenerlo, por supuesto, pero la preocupación por el bienestar de su hermano era muchísimo más grande - Supongo que estamos a mano, lanza del sol. Mataste a mi amigo y yo maté a tu padre.
- Me hiciste un favor, ahora soy el señor de mis tierras. Entenderás que en el fondo un hijo siempre sueña con la muerte de sus padres.
- ¿El médico atendió tus heridas? - Preguntó la rubia cambiando de tema.
- Fue muy amable por enviarlo, mi lady. Una mujer admirable en todo sentido, sin lugar a duda. Cualquier hombre perdería la cabeza por una dama como usted.
Ignoró ese último comentario y salió con intención de dirigirse a la otra celda que habían improvisado. Allí también se encontraba un prisionero encadenado a un poste.
- Libéranos - Pidió Albus mirándola desde el suelo - Solamente lograrás que Hogwarts y Dumstrang se unan en tu contra. Estás causando una guerra innecesaria, Dominique. Piensa en tu gente, en todas las vidas que puedes salvar si te detienes. En todas las familias que no tendrán que separarse.
Observó a su primo con indiferencia. Quizá si hubiera traicionado a cualquier otro miembro de su familia, Dominique hubiera intentando comprender sus razones, dialogar con él o hacerle cambiar de bando… pero era a James Potter a quien había traicionado.
Dominique se puso de cuclillas frente a Albus, clavando la mirada en sus intensos ojos verdes y disfrutando el poder estar tan cerca de él, sabiendo que éste no podría hacerle ningún daño al tener las manos atadas.
- ¿Recuerdas el quinto cumpleaños de Lily? Quizá no, solías escapar de las fiestas… Tu padre había invitado a todos los nobles del reino a celebrar en el valle. Hubo un momento, cuando todos estaban distraídos, que decidí escapar para conocer los jardines. Solo tenía ocho años así que me perdí inmediatamente. Recuerdo que había un molino a lo lejos, pero antes de llegar allí un hombre me encontró… debía tener 40 años, quizá más. Tenía la ropa desgastada y olía terriblemente. Me preguntó si estaba sola y fui tonta, dije la verdad… Me golpeó en el estómago, y abrió mis piernas… Supongo que no tengo que decirte lo que pretendía hacer ¿verdad? - Albus la miraba completamente confundido. Por supuesto, no entendía a qué iba toda esa historia - Vi como sacó su miembro del pantalón, pero no pudo hacer más porque una espada había atravesado su estómago… Fue el primer hombre que tu hermano mató, James solo tenía nueve años… Él nunca se lo mencionó a nadie, ni siquiera lo volvió a comentar conmigo. Me pregunto si lo olvidó, o quizá pensó que se trataba de un sueño…
- Dominique… - Murmuró Albus comprendiendo que no había amenaza de guerra que pudiese convencerla de dejar libre a quien traicionó a James Potter.
- Amaba a tu hermano. James era mi rey y lo seguirá siendo hasta que yo muera - Aseguró la rubia - Zabini y Karkarov podrán irse si aceptan mis condiciones, pero tú… Todavía no decido que hacer contigo.
Albus no dijo nada, después de todo era listo y sabía cuándo algo estaba perdido, o quizá estaba planeando una mejor forma de obtener su libertad. En cualquier caso, Dominique lo dejó solo y fue en busca de su tercer rehén.
Esta vez ingresó a una pequeña habitación, con la mano sobre el cuchillo que tenía en el cinto. Igor Karkarov se encontraba sentado, comiendo las frutas que le habían llevado.
- Espero esté cómodo, majestad.
- ¿Tratas a todos tus prisioneros con tanta amabilidad? - Preguntó el rey - ¡Ojalá todos los captores fueran mujeres! No sólo me alegras la vista con tus pechos, sino que…
- Majestad - Interrumpió Dominique con paciencia - Supongo que está enterado de los planes que tenía mi familia con la suya.
- ¡Oh, sí! Casar a mi hija con tu hermano ¿cierto? Una lástima que Anya esté comprometida con Artemis Zabini…
- Otro prisionero - Interrumpió nuevamente - Una lástima que la vida del prometido de su hija esté en una posición tan… endeble - Esta vez Karkarov borró la sonrisa y la miró con seriedad - Entiendo que aceptó la oferta de los Malfoy, no porque llegaran primero, sino porque mantiene gran amistad con Draco Malfoy. Sin embargo, amistades sin fundamento y alianzas débiles, suelen llevar a caídas imperiales.
- ¿Quieres que traicione a Malfoy y me una a tu familia?
- No, por supuesto que no. Esta guerra no le concierne y usted no tiene que seguir luchando por un reino que no es el suyo. Le daré un consejo, majestad: Regrese a su tierra, retire todas sus tropas y case a su hija con un hombre más digno. No luche en una guerra que no le incumbe.
- ¡¿Y tú qué sabes sobre lo que me incumbe o no, maldita zorra?! - Exclamó Karkarov y escupió en dirección a Dominique - No eres nadie para darme consejos, y no escucharé las palabras de una sucia prostituta que…
- Por fortuna no tendrá que escuchar mis palabras mucho tiempo. Una vez que lleguemos a la Madriguera será mi padre quien decida qué hacer con usted. Si él decide que es mejor tenerlo muerto, solo habré lamentado haber desperdiciado alimentos en usted; si decide mantenerlo vivo, habré cumplido con mi trabajo y podré irme con la consciencia tranquila.
Se levantó sin esperar respuesta, pero Karkarov habló usando un tono casi amable.
- Tener de rehén a un rey es peligroso, no solamente tendrán a los Malfoy en su contra sino también a todo Dumstrang. Tu padre deberá saberlo, zorra.
- Mi padre determinará si es más peligroso liberar a un rey que quiere destruirnos, o matarlo. No creo que resulte una decisión complicada - Ya se encontraba casi en la puerta, cuando recordó otro detalle - Por cierto… No debería llamar zorra a la futura Duquesa Millefeuille. Escuché que mi prometido, (el hombre más rico de Beauxbatons y quien se encarga de dar alimentos a Dumstrang en época de invierno) es un hombre protector.
- ¿Duquesa…?
- Quien sabe… Quizá mi padre demande que su amada Anya sí se case con mi hermano.
