Eran casi las 19:00 horas,cuando Hermione se encontraba dedcansando en una de las camas de la enfermería. Sus cabellos esponjados se esparcían formando patrones irregulares sobre la almohada que le facilitaba el estar semi sentada en la cama.
Ella aún tenía algo de fiebre , pero resultaba ser tolerable. Al menos se sentía mejor que en la mañana y su cuerpo ya no dolía como si le hubiesen lanzado miles de crucios, pero el aburrimiento y el tedio de estar allí sola, postrada en la cama sin poder hacer nada,era en verdad lo peor de esa situación.
En un momento inesperado,las puertas de la enfermería se abrieron y unas voces se hicieron escuchar haciendo eco en aquel recinto casi vacío.
Al mirar el lugar de dónde provenían aquellas voces tan familiares, se dio con la agradable sorpresa de que tenía visitas.
Ginny, Harry y Neville se habían presentado para visitar a su amiga. Guiados por madame Pomfrey, se acercaron hasta dónde Hermione se encontraba reposando.
- Señorita, sus amigos vinieron a verla y traerle algunas de sus pertenencias -le informó la medimaga a la única paciente del lugar - Tienen una hora, chicos, porque pasado ese tiempo, los echaré a patadas de aquí. Y lo haré, ¡hablo en serio!.
Después de hacer sus advertencias, Madame Pomfrey se retiró, dejando a los cuatro amigos para que conversaran.
- ¡Mione!,¡¿cómo te sientes?!- preguntó primero, la efusiva pelirroja.
- Pésima, en verdad. No tengo fuerzas ni para estornudar y Poppy dijo que debo quedarme aquí una semana completa hasta recuperarme- respondió la castaña con una voz rasposa.
- Sí, ella nos lo dijo hace un momento - le comentó Harry - Te traje los deberes de transformaciones ,y un libro para que realices " una lectura ligera", de esas que sólo tu sabes hacer ,Mione.- le dijo a su hermana provocando las risas de sus otros dos acompañantes.
Todos ya conocían de sobra lo que era una "lectura ligera" para Hermione Granger.
- También traje tu pijama - continuó diciendo Harry - Supuse que querrías cubrir tus piernas...- le habló haciendo referencia a ocultar las marcas de las cadenas, evitando delatarla frente a Ginny y Neville.
- ¡Oh, Harry!. Gracias ,eres el mejor hermano que podría llegar a tener- le dijo conmovida al pelinegro.
Harry sonrió tiernamente, pero no dijo nada al respecto.
- Dejaré el bolso con tus cosas aquí - le señalo Harry mientras depositaba el bolso con las pertenencias de la castaña al lado de la cama que ella ocupaba.
- Vinimos temprano a visitarte, pero Poppy nos echó literalmente a patadas- le explicó Neville a Hermione, mientras se rascaba la cabeza- Ten, te traje estos caramelos de miel. Mi abuela dice que son ideales para cuando tienes resfriados.
Hermione tomó la cajita con los dulces que le extendía su amigo Neville. Ella se sentía muy reconfortada por la visita y las atenciones de sus amigos.
- Tienes que recuperarte pronto, Herms. Sin ti estamos perdidos para los exámenes - le dijo Neville con las manos en sus bolsillos.
- ¡Y que lo digas!- asintió Harry.
- Chicos... ¿ se lo decimos?- les preguntó Ginny.
- Ginny, ella tiene que descansar. Decírselo solo la alterará y después no lo hará.
- Tienes razón, Harry - le asintió la pelirroja.
- ¡ Hey!, estoy aquí chicos. ¿ Qué es lo que me están ocultando? - preguntó Hermione.
Ninguno de sus amigos quería hablar del asunto...
Entonces, la castaña resolvió preguntarle a la persona que sabía, no podría mentirle.
- Neville, ¿ Qué es lo que no me quieren decir?.
- Neville, ¡cierra la boca!- le ordenó Harry.
- Es... Que...- titubeó Neville.
- ¡ Dime!, ¿tú no me lo Ocultarás, verdad?. - le manipuló la castaña.
- ¡No la escuches ,es una trampa!- le advirtió Ginny.
- Neville, sabes que me debes varios favores... ¿Así vas a pagarme el que te haya salvado en repetidas ocasiones de que te desaprobaran de algunas materias?- le manipuló la castaña.
- ¡¡ Snape adelantó la fecha de los exámenes de pociones!!- soltó Neville sintiéndose liberado.
-¡¿ Qué?! - exclamó histérica Hermione.
- "¡Genial, Neville!, ¡ Buen trabajo!", ahora Mione no se calmará ni aunque le inyecten sedante para Hipogrifos- soltó Ginny con gran ironía
-¡ No puede ser!,¡ no llegaré para los exámenes!. ¡¿Cómo se le puede ocurrir hacer eso a Snape?!...
- Es Snape ,Herms ¡¿ qué esperabas?!.- le dijo Harry.
- Pero tranquila ,Herms. Mi intuición me dice que algo le va a suceder a Snape, que no le permitirá continuar con su plan de adelantar los exámenes ¡Muajajajajajá!- dijo Ginny con una risa digna de una bruja.
- Siempre me da escalofríos cuando se ríe así... - dijo Neville asustado.
- A mí también - asintió Harry.
-¿ Qué piensas hacer?- preguntó Hermione a la pelirroja.
Ginny sacó de su bolsillo una cajita multicolor a la que le aplicó un hechizo para expandirla hasta que adoptó la forma de una caja de tamaño mediano.
- ¡Esto les va a encantar! , son unas cosas que les pedí a los gemelos. Tenía planeado mostrárselas en la cena cuando estuviéramos reunidos en el Gran comedor, pero como a Mione se le ocurrió la brillante idea de engriparse justo el día de hoy, decidí traer las cosas aquí. - explicó la pelirroja.
Neville y Harry se rieron por la ironía del comentario y Hermione solo sonrió sin energía, la castaña tenía la punta de su nariz roja por causa de los constantes estornudos. Sin soportar su propio peso, se dejó caer pesadamente sobre la enorme almohada de la cama.
-¿Estás bien?- le preguntó Harry.
Hermione respondió con una débil sonrisa y asintiendo con la cabeza.
- Si quieres, podemos volver mañana. Te ves algo cansada- le dijo Neville a su amiga.
- ¡No!,¡por favor chicos, quédense un poco más!. Estoy muy aburrida aquí sola- les suplicó Hermione con su circunstancial voz ronca- No estoy como para competir en el torneo de los tres magos, pero me siento mucho mejor en comparación a esta mañana...
- A ver...- le dijo Harry, acercándose a ella.
El pelinegro posó la palma de su mano sobre la frente de su hermana.
- Aún tiene fiebre - observó en voz alta.
- Estaré bien ,Harry- le replicó con voz rasposa- Ginny, ¡muestranos lo que trajiste, estoy ansiosa por ver!.
Harry suspiró con resignación. Pensó que a lo mejor divertirse un momento no le haría mal a su hermana.
- ¡Sí!, ¿ Qué trajiste? - preguntó Neville acercando su cabeza al paquete multicolor de la pelirroja.
- Harry, deja de ser aguafiestas un momento y trae aquella mesita.- le mandó Ginny.
El pelinegro hizo caso del mandato y desplazó la mesa con rueditas hasta posicionarla enfrente de Hermione.
Ginny no se hizo esperar y al tocar tocar el paquete con la punta de su varita, este se abrió enfrente de la atenta mirada de sus amigos.
- Es un hechizo de seguridad- les explicó Ginny - Solo el legítimo dueño puede abrirlo con su varita. Es por si acaso Snape lo confisca, ya saben que él no tolera nada que venga de Fred y George...
La pelirroja comenzó a sacar varias cosas del paquete policromático.
- Estas son gomas de mascar, aún no han sido testeadas en seres humanos, pero igualmente pienso suministrarselas a Snape.
Ginny le arrojó la caja de chicles a Harry, el cual la atrapó en el aire.
- Metamorpho-Bubbles - leyó el pelinegro en voz alta mientras abria la caja para ver el contenido - ¡ precaución!: no masticar más de uno por vez , tampoco se debe tragar la goma de mascar por más tentador que sea su sabor. ¿Ok?.
Neville tomó una goma de mascar de color rosado , se la llevó a la boca y la masticó concienzudamente.
- ¿ Qué tal está? - le preguntó el pelinegro.
- Mmm... Está rica... ,Es de fresa- respondió Neville entre mordiscos.
Ginny había estado ocupada sacando algo mas de la caja, cuando vió la insensatez de su despistado amigo...
-¡¡ Neville!!- chilló la pelirroja.
- ¿ Qué?, solo tomé uno como dice la caja- se defendió el atolondrado chico.
- ¡¡¿No escuchaste cuando dije que, no fueron testeados aún?!!- le preguntó Ginny con exaltación.
- No...- respondió sincero Neville, al tiempo que su cabello se volvía de un tono rosa chicle.
- Pareces Tonks- le dijo Harry.
-¡¿ Por qué?!, ¿ qué tengo?- preguntó asustado.
- Tu cabello, Neville...se tornó de color rosa- le explicó con asombro la castaña.
Ginny, que se había golpeado la frente con su propia palma de la mano, estaba molesta con su amigo por no haberla escuchado.
- Por eso se llama Metamorpho-Bubbles, ahora estarás con el cabello de ese color ¡ quien sabe por cuanto tiempo ,idiota!.
- ¡Ay, no!- dijo asustado Neville, mientras se tomaba la cabeza con ambas manos
Harry y Hermione no pudieron evitar reírse del pelirosado Neville.
- ¡Eso te pasa por no escuchar!- le regañó Ginny.
- ¡¡¿ Y ahora qué hago, Ginny?!!- preguntó alarmado.
- Nada, solo esperar a que pase el efecto...- le respondió la pelirroja- sé que es muy pronto para esto, pero mandé a hacer las postales de navidad. Toma una para ti Mione y esta otra para ti Neville - les dijo su amiga al mismo tiempo que le regalaba las tarjetas.
Las postales de navidad eran las fotos de Lavender y Ron entrelazados por sus lenguas, formando con ellas un lindo moño. Sobre ellos se había un dibujo de una rama de muérdago y al pie de la tarjeta se podía leer la frase: Merry Kisstmas!!.
- No puedo creer que las hayas hecho tarjetas de navidad - le dijo Harry entre risas.
- Los gemelos se ocuparon de eso, quedaron encantados con lo que hiciste Mione; ¡¿ Pueden creer que esos dos no quisieron regalarmelas?!, los desgraciados me las vendieron. - les comentó indignada la pelirroja.
- ¿Y qué vas a hacer con tantas?- le preguntó Neville.
- Estas voy a repartirlas en vísperas de navidad por todo Hogwarts. Serán furor, ¡ ya veran!- les confesó a sus amigos.
Harry negó con la cabeza y una sonrisa en sus labios. La pelirroja era terrible... Terriblemente atractiva para él. Sin embargo, no podía darse el lujo de estar con ella, Harry tenía muy presente que una guerra se aproximaba y no estaba muy seguro de como afrontar las cosas con Ginny.
- Gracias ,Ginny, por la tarjeta, auque no sé que voy a hacer con ella- le dijo Hermione.
- Guardala como recuerdo- le respondió Neville encogiéndose de hombros
-¿ No vas a regalarme una?- le preguntó Harry a Ginny.
- No.- le respondió tajante y sin mirarlo- si la quieres..., te la tendrás que ganar- terminó de decir ,dirigiéndole una mirada desafiante al pelinegro.
- Pero... Acabas de regalarle una a Mione y otra a Neville, y ¿ por qué a mí no?.- le reclamó airosamente Harry.
- Si no le ragalara una tarjeta a Hermione sería una desagradecida con mi amiga, después del regalo adelantado de navidad que me dio al hechizar a Lavender y a mi hermano. Y en cuanto a Neville, él es mi mejor amigo ¿ cómo no iba a regalarle una a él?.
- ¡¿ Y yo qué?!- le preguntó dolido Harry - ¿Que soy para ti?- terminó de preguntar en su mente el moreno.
- Y tú... Tú te lo tienes que ganar, ya te lo dije - le respondió la pelirroja evadiendo el verdadero sentido de la pregunta.
- Me parece bien- dijo Neville respaldando a su amiga pelirroja.
- Sí, a mi también. Me parece justo - asintió Hermione con su voz rasposa.
Y es que tanto Hermione como Neville, sabían lo mucho que la pelirroja había sufrido los desaires de Harry y ahora él estaba cosechando su propia siembra...
- Ya veo... Ahora se han confabulado todos en contra mía - dijo el pelinegro con inquietud.
- ¡Deja de hacer drama, Harry!, si quieres la postal tendrás que ganarme en este juego- le dijo la pelirroja sacando el último artículo de la caja- Este es un juego de mesa mágico y se llama "¿Quién es el cazador"...
— ¡Oh!, ¡¡yo conozco ese juego!!, leí en "el quisquilloso" que acaba de salir al mercado mágico y lo calificaron como " una divertida trampa para revelar el carácter de una persona "— dijo entusiasmado Neville. —¡¿ cuánto te costó ,Ginny?!.
— Este juego es un regalo de mis hermanos — les comentó la pelirroja.
— Ginny, entonces... ¡ No te puedes quejar!, ¡¡Esto es lo mas caro que te enviaron!!— le dijo Neville con exaltación — Mione, ¿ te sientes bien cómo para jugarlo ahora?.
—¡ Claro !— respondió levantando su puño para darse ánimos, ( aunque en realidad estaba muy debilucha).
— No, ahora no— le dijo Harry a Neville mientras le ponía una mano en el hombro— Mejor en otro momento, ella tiene que hacer reposo.
— Harry, Harry , Harry... Tú y tu complejo de papá castrador — se burló Ginny haciendo reír a los demás — Aquí, la que decide es Mione, no tú. ¿ Qué dices ,Herms?, ¿qué quieres hacer?.
— ¡ Quiero jugar ese juego !.— dijo con entusiasmo la castaña.
— ¡Ya escuchaste el rugido de la leona!— le dijo la pelirroja dándole unas palmadas en el rostro a Harry — Traigan unas sillas para ustedes dos, yo me sentaré aquí en la cama con Mione.
Ambos chicos buscaron sillas , pero solo encontraron una. Harry prefirió cedersela a Neville
—¿ Dónde están las sillas cuándo las necesitas?— se quejó Harry.
— Afortunadamente desaparecen— soltó esa frase Hermione con sus mejillas sonrosadas y recordando que esa había sido la razón por la que había podido tener tan cerca de ella a su esposo ,( por no decir encima de ella).
— Creo que la fiebre ya le afectó el cerebro — dijo Ginny.
Neville y Harry sólo asintieron con la cabeza.
— Bueno chicos, juguemos de una buena vez antes de que Mione delire por la fiebre y Poppy nos dirija expulsos.— les apuró la pelirroja a sus amigos.
Ginny depositó el juego sobre la mesita. Era un tablero artesanal hecho en madera tallada a mano. Lo que le confería un precio elevado al juego.
—¡ Tablero, despliégate !— Dijo Ginny en voz alta.
El tablero se abrió permitiendo ver su interior y el resto de las piezas que lo componían.
— ¡ Está precioso!— dijo Neville, babeando.
— Estos son los tótems — dijo Ginny sacando los muñequitos de madera del juego y enseñandoselos a sus amigos.
— ¡ Son ovejitas !, ¡ Qué lindas!— dijo la castaña tomando un par en sus manos — ¡míra, Harry!— le dijo ella mientras le entregaba una a su hermano.
— Son graciosas — dijo el moreno, mientras las observaba.
— Y este es el pastor— les explicó Ginny mientras mostraba otro muñequito que poseía los rasgos de los gemelos.
— Se parece a Fred o a George...— dijo Neville mirando el tótem del pastor.
— Amo estas ovejitas , ¡ son una lindura!— dijo la castaña invadida por la ternura que le provocaban la forma en la que habían sido tallados los muñequitos.
— No te encariñes tanto con ellas , porque a menos a que seas "la cazadora" del juego, no te puedes quedar con ninguna, pero si ganas puedes quedarte con la ovejita que elijas. — le aclaró Ginny — Son las reglas del juego.
Unas voces irrumpieron en la enfermería alertando a los cuatro amigos. Eran la medimaga y el licántropo, que le llevaba un ramo de margaritas a su "alumna preferida".
— ¡Neville!,¡ esconde el juego!— le dijo la pelirroja en voz baja, abriendo sus ojos como platos por la desesperación.
Su amigo de inmediato se paró de la silla y fingiendo tropezarse, se abalanzó sobre la mesa para apoyar su infladito abdomen encima del tablero para ocultar el juego con su chaqueta al erguirse.
—¡Ay, me caí! — fingió torpemente Neville.
Los demás amigos ocultaron los tótems en los bolsillos.
— Aquí está su adorada, ejem... Perdón, Quise decir su mejor alumna— le habló la medimaga a Remus, provocando que éste se incomodara.
— Hola— le dijo nervioso Neville a su profesor de D.C.A.O.
— Buenas tardes-noches, profesor Lupin — le saludó fingiendo inocencia la pelirroja.
— Profesor — saludó solemne Harry.
Y Hermione estaba en una dulce ensoñación al ver entrar a su esposo.
— Harry, señorita Weasley— correspondió Remus respetuosamente el saludo a sus alumnos — ¿ Longbottom?— dijo extrañado el licántropo al ver al reciente pelirosado.
— ¡¿ Qué rayos te pasó a ti en la cabeza?!, ¿ acaso te vomitó un algodón de azúcar en tu cabello? — le preguntó horrorizada madame Pomfrey a Neville.
— ¡No!, es solo que... Neville, está probando nuevos estilos y explorando nuevos horizontes— argumentó Ginny.
Los demás no pudieron evitar reírse por la situación y la cara de madame Pomfrey.
Hermione sentía la imperiosa necesidad de besar los labios de sus esposo y abrazarse a él. Pero, Remus aún ignoraba cual era el vínculo que los unía.
El licántropo se acercó a su Hermione sin poder contenerse. Aún no entendía el porque no podía sujetarse a sí mismo cada vez que la veía. Un fuerte tirón lo llevó Hasta ella, sus ojos ambarinos se volvieron melosos al poder contemplarla tan de cerca.
— Yo... Las traje para usted, señorita Granger — le habló con una suave voz que ni él sabía que poseía, mientras le entregaba el ramo de margaritas a su castaña.
Hermione recibió con ambas manos y una gran sonrisa las frescas florecitas.
— Gracias ,profesor. Son bonitas — le dijo algo sonrojada la castaña.
—Como tú — le respondió Remus en su mente.
— Quería saber cómo te sientes.— argumentó Remus.
Fue inevitable que Neville y Ginny se percataran de lo que estaba ocurriendo allí, entonces la señora Incomodidad entró como una invitada más al lugar que estaban compartiendo estas cinco personas.
El exagerado carraspeo de Harry hizo regresar al matrimonio de su ensoñación.
— Permítemelas ,querida. Las pondré en agua fresca— le pidió Poppy ,mientras tomaba las margaritas — En un momento regreso.
La medimaga se retiró para cumplir con lo dicho, dejando a los cinco en un ambiente algo enrarecido.
— Me siento mucho mejor, profesor. Poppy me suministró varias pociones febrífugas y algo me aliviaron.— le dijo a su esposo con la voz rasposa.
— Me alegra saberlo — le dijo Remus. Sin poder frenarse a si mismo ,tomó un rizo castaño de la joven y lo acomodó detrás de su delicado cuello, el cual miró con deseo. El licántropo sintió como sus dientes caninos emergían de forma antinatural para marcarla, era algo que les sucedía solo a los hombres lobo cuando eran presa de la excitación...
El regreso de Madame Pomfrey cortó el cálido ambiente que había generado el matrimonio. La medimaga traía en sus manos un florero dónde las margaritas eran contenidas con abundante agua cristalina.
— Así estarán frescas por más tiempo— dijo Pomfrey cuando depositaba el florero en la mesita de luz al lado de la cama de Hermione — Tienen media hora después de ese tiempo, echaré a todas las visitas de aquí. Sean o no sean docentes.
— Gracias... Entendí la indirecta, Poppy — le respondió Remus.
Madame Pomfrey abandonó nuevamente el lugar , para ingresar a la habitación dónde se guardaban las pociones curativas.
— Si gustan, podemos dejarlos solos— soltó de repente la pícara pelirroja dirigiéndose a su amiga y a el profesor Lupin.
— No, por favor. Aquí el intruso soy yo, así que me retiraré para que continúen con lo que estaban haciendo.— se excusó el licántropo
— Por favor ,quédate.— le pidió la castaña a su esposo— Es decir,... Quédese. Su presencia no es ninguna intrusión para nosotros, ¿verdad?— buscó con su mirada la aprobación de sus amigos.
— No— dijo Neville
— No, claro que no.— respondió Harry.
Ambos muchachos miraron a la pelirroja que se mostraba desconfiada respecto de la presencia del profesor.
— Ah; por mí está bien... Mientras no nos delate.— respondió finalmente Ginny.
— No se preocupe, señorita Weasley alguna vez también cometí ilegalidades — le aclaró el licántropo.
Hermione sonrió feliz de conseguir que su esposo se quedara. Remus se sentó en una cama vecina a la que ocupaba su castaña, mirando sin esconder su curiosidad por saber qué era lo que habían estado haciendo los cuatro.
— Bueno, ¿ en qué nos quedamos?— preguntó Ginny — Saca el juego Neville, que no tenemos mucho tiempo.
— ¡ sí !— respondió él sacando el juego de su chaqueta rápidamente.
El tablero se desplegó nuevamente sobre la mesita.
— ¿ cuáles son las reglas ,Ginny?— preguntó Harry.
— Las reglas están en la tarjeta de la frase que abre el juego. Debes ir girándola a medida que aparezcan para leer las instrucciones.
El licántropo agudizó sus sentidos para observar.
Veía a su compañera entusiasmada a pesar de su malestar.
— Te dije que ella es fuerte, por eso es ideal para nosotros — le dijo en su interior un tranquilo Lunático.
— Puedo ver que sí — le asintió Remus.
Harry leyó en voz alta la tarjeta de las instrucciones que aparecían una por vez con cada giro que se le hacía a la misma tarjeta.
— Primero, se debe colocar los naipes de las preguntas debajo del tótem del pastor , que a su vez se ubicará en el centro del tablero.
Hermione y Neville se encargaron de colocar y ordenar las cosas del tablero.
— Luego, cada participante tomará solo una oveja a la que le escribirá en las patitas su primer nombre. No es valido usar un sobrenombre o seudónimo, debe ser estrictamente el primer nombre del jugador.
No hay límite para la cantidad de participantes. A mayor cantidad de jugadores , más divertida será la cacería.
— Que interesante — soltó Remus en voz alta, que había estado escuchando a Harry leer las instrucciones.
—¿ Quiere jugar con nosotros? — le preguntó Hermione.
— No... No creo que sea un buen jugador — respondió dubitativo Remus.
— Por favor...— le suplicó la castaña.
Remus suspiró, pero terminó accediendo a la petición de su castaña. No podía negarle nada a ella si se lo pedía con esos ojos que lo miraban llenos de amor...
— Esta bien— dijo el licántropo acercándose a ellos para jugar—, Pero sólo lo hago porque tú me lo pediste — le confesó a Hermione enfrente de los demás.
A lo que ella le respondió con una dulce mirada.
— Tome una ovejita, profesor — le pidió Harry mientras le extendía un tótem — ¿ en qué estábamos? — preguntó el pelinegro.
— En que,se debe colocar el nombre en las patitas de las ovejas — respondió Remus que había estado prestando atención.
— ¡Cierto!, ¡ tenemos que hacerlo! — dijo el pelinegro — ¿ Ginny, tienes marcadores o algo con qué escribir?.
La pelirroja puso un semblante incrédulo...
— ¿ Harry, estás bromeando?. ¡Debes escribir con la varita!.— le respondió Ginny.
Entre risas los participantes del juego escribieron sus nombres en sus respectivos muñequitos.
Todos se llevaron una gran sorpresa al ver que cada ovejita, después de ser nombrada tomaba las características de su respectivo dueño.
El tótem de Harry, era una ovejita con anteojos circulares , ojos verdes, lana negra y con una cicatriz en forma de rayo dibujada en la frente.
El tótem de Ginny era una oveja de lana roja con abundantes pecas en el rostro.
La ovejita de Neville era la más graciosa de todas, tenía las mejillas gorditas , una pancita perfectamente esférica y un rostro distraído.
El tótem de Hermione , como era de esperarse era una ovejita con abundante lana castaña y con graciosas pequitas que decoraban las mejillas rosadas de su cara.
Por último... La ovejita de Remus... Que no había adquirido ninguna característica de su dueño.
— Creo que la mía está defectuosa — observó Remus con una sonrisa lobuna.
Una sonrisa que derritió a Hermione y asustó a los demás compañeros de juego.
— ¡Por Merlín!— dijo Ginny, la única que se animó a preguntar — ¡¿ Por qué tiene así los dientes ?!.
Hermione se apuró a cambiar de tema para que no molestaran a su esposo...
— Pruebe agregar a Moony— le pidió la castaña — Funcionará — le garantizó ella.
— Pero, el juego específica que no están permitidos los apodos.— le recordó Neville.
— Sí, pero Moony forma parte de él, no es un seudónimo — explicó la castaña.
Remus la miró sorprendido , ¿ cómo sabía ella algo tan íntimo sobre él?
— Es para hoy profesor — le recordó Ginny.
— Eh... Sí, Moony — dijo mientras escribía el nombre de su parte animal e irracional.
Instantáneamente la ovejita adquirió las características de su dueño , era de un tono castaño más claro que la de Hermione , de ojos ambarinos y unos simpáticos bigotitos.
— Tenías razón, Mione— le dijo Neville
—¡Claro!, es nuestra sabelotodo , ¿ qué esperabas?.— le dijo Ginny.
— Escuchen— pidió Harry — luego de que cada participante haya nombrado a sus tótems ya se encuentran listos para que todos juntos lean en voz alta la frase que abre el juego.
Los cinco se acercaron para leer la tarjeta donde estaba la frase. Y en voz alta, todos leyeron lo siguiente:
¡Mucho cuidado, tierna oveja!, si lo que quieres es vestir la piel del cazador. Recuerda primero que no debes perder el temple en tu corazón.
De lo contrario, terminarás siendo la cena de algún astuto observador.
Sin embargo,...
Ser cauteloso no significa prescindir de tu determinación, pues sin osadía, no habría en este juego un voraz campeón.
Fija tu objetivo, jamás lo pierdas de vista,
Muevete con sigilo,
Sin dejar ni una mínima pista.
En este juego cazarás al preguntar.
Por eso debes elegir bien a quién apuntar.
Establece tu estrategia para emboscar
Sin olvidar que tú no estas excento de que a ti también te pueden asediar.
¡Ten paciencia!,la paciencia del cazador
Y no olvides esta pregunta, aunque seas el predador:
En este juego,
¿Quién es el cazador?
Después de haber recitado en voz alta el canto que abría el juego, los tótems de cada jugador saltaron de sus manos hacia el tablero, dejando a los participantes maravillados
Las pequeñas ovejitas que compartían las características de sus dueños , saltaban alrededor del tótem del pastor como si hicieran una especie de danza dando brincos.
El tótem del pastor les repartió a cada oveja una cantidad de cinco naipes que ellas se ocupaban de atrapar con sus bocas en cada vuelta que daban alrededor del pastor. Luego de recibirlas paraban de saltar para caminar grácilmente hacia sus respectivos dueños y entregárselas.
Los participantes tomaron cada uno los naipes que les correspondían.
Remus que estaba recibiendo sus naipes de la pequeña boca de su tótem, no pudo evitar mirar a la ovejita que le pertenecía a Hermione, se parecía mucho a ella... Eso le hizo sonreír de lado.
- ¿ Y ahora, qué sigue?- preguntó Neville.
- Ahora el tótem del pastor señalará con su bastón quién es al que le toca preguntar - le respondió Harry leyendo la carta de instrucciones
Los jugadores vieron a sus tótems regresar al tablero y continuar con su graciosa danza alrededor del pastor, ese tótem se emplazaba en un pedestal en el centro del tablero .
Mientras las ovejitas giraban a su alrededor el pastor ponía una cara pensativa hasta que decidió señalar con su bastón a la ovejita de Remus...
-¡ Oveja Remus !, te toca preguntar decide a quién, con tu pregunta vas a apuntar.- dijo el pastor, con una voz similar a la de George.
Remus alzo sus cejas, no se esperaba que esa pieza hablara. Pensó un momento y decidió dirigirle la pregunta a Ginny.
- Elijo preguntarle a la Señorita Weasley- respondió Remus.
- Entonces ¡dispara!- le dijo el pequeño muñequito de pastor.
Remus leyó sus naipes y notó que solo tenía cuatro cartas con preguntas y una con los nombres de los demás participantes.
- ¿ Para qué es esta carta con los nombres? - preguntó Remus, cometiendo un error.
- Eeeeeh, ¡error!. Pregunta invalida, le cede su turno de preguntar a otra oveja - dijo el pastor con una voz chillona.
- Pero...- quiso replicar el licántropo.
- Son las reglas , amiguito de mala puntería - le respondió el pastor , que ya se había puesto en marcha a elegir a otro partipante.
- Ya escuchó ,profesor ,falló su tiro- se regodeó la pelirroja que se había salvado por un error.
El pastor eligió a Neville.
-¡ Oh ,redonda ovejita Neville, dispara tu pregunta! - canturreó el tótem.
- Elijo preguntar a Harry .- respondió el tímido muchacho.
- ¡ Dispara campeón! - le pidió el pastor.
- Si en una trampa te encuentras y la muerte se te acerca, dime oveja tu mente ¿ en qué se concentra?- leyó una de sus tarjetas Neville, luego la tarjeta se esfumó de sus manos para regresar a los pies del pastor.
- En... Sobrevivir ,supongo. Que raro es este juego. - respondió Harry.
De pronto las ovejas comenzaron a delatar a sus dueños. Hacían lo que ellos harían en esa situación.
Allí Remus entendió de qué se trataba, el juego en sí era una trampa para todos los participantes...
El tótem de Ginny se puso en una postura para atacar, demostrando que ella pelearía hasta su último aliento en esa situación, el tótem de Neville, estaba de igual modo y la ovejita de Harry mostró indiferencia.
El tótem de Remus corrió hacia la ovejita de Hermione para protegerla, delatando al corazón del licántropo.
Los jugadores miraban como sus ovejitas los exponían y casi al unísono pensaron que había que prestar mucha atención.
- Para eso es la tarjeta con nuestros nombres, para que escriba quien le parece que es la presa, el cazador y el predador ,si en caso hubiera uno.- le dijo Ginny al profesor Lupin sintiendo que a ella le sería fácil ganar.
- Ya me percaté. Gracias, señorita Weasley .- le contestó Remus que se esmeraba en traer de vuelta a su ovejita. Esta estaba embravecida, defendiendo a la ovejita de Hermione. En su insistencia por retirarla, su tótem le mordió en el dedo.
- Me mordió - dijo Remus.
Los demás chicos se rieron por la graciosa reacción del docente y Hermione ocultó su rostro entre sus manos por haber sido delatados ambos.
El pastor llamó a las ovejas para que continuaran con su grácil danza a su alrededor. Estas le obedecieron y él señaló con su bastón a la ovejita de Hermione.
- Tierna oveja, dispara tu pregunta - le pidió el tótem central.
- Elijo a Ginny - respondió la castaña.
- Adelante ,bombón - le dijo el pastor.
La ovejita de Remus se molestó al escuchar como nombró a la castaña y corrió hacia el pastor, persiguiéndolo por todo el tablero haciéndolo gritar con cada mordisco que le propinaba el tótem del licántropo.
-¡ Quieta, oveja descarriada!, o descalificaré del juego a tu dueño.- le advirtió el pastor.
- Regresa aquí- le dijo Remus a su tótem, tomándolo de las orejitas.
Los demás se divertían de ver el interactivo juego, mientras que Remus y Hermione se sonrojaban al sentirse tan expuestos...
- Voy a preguntar - dijo la castaña para distraer - Oveja pelirroja , en una fiesta o celebración ¿ Qué vestimenta usarías en esa ocasión?.
- Usaría lo mejor de lo mejor , ¡claro!- respondió sin detenerse a pensar.
Los tótems mágicamente comenzaron a vestirse como sus dueños lo harían en esa situación. El tótem de Remus era sobrio como su dueño; el de Harry vestía un traje elegante y costoso, la ovejita de Neville en cambio era simple como el tótem de su profesor.
La ovejita de la pelirroja se vistió exuberantemente, provocando que el tótem de Harry abriera la boca hasta que chocara con el suelo, el tótem de Neville al ver a la ovejita pelirroja cayó sobre su lomo en el tablero, exponiendo sus sentimientos...
El licántropo notó ese detalle y lo apuntó en una tarjeta, mientras él hacía eso no se percató de que la ovejita de Hermione vestía un atrevido vestido rojo sangre.
-¡ Ay ,Mione! - dijo la pícara Ginny - Creo que te salió el tiro por la culata - terminó de decir la pelirroja dando una carcajada.
La ovejita de Remus fué la más descontrolada al reaccionar. Al ver el tótem de la castaña comenzó a jadear,babear y aullar como un lobo. Antes de que su tótem hiciera lo que intuía que haría, Remus sujetó a su oveja para que no corriera en dirección a la ovejita Hermione...
Las carcajadas de los demás ya hacían eco en la enfermería, ahora sí les estaba divirtiendo el juego...
El tótem de Hermione vestido de rojo, bailaba sensualmente para la ovejita de Remus llamándolo con sus movimientos y el tótem de este enloquecía aún más por ir con ella...
Allí el licántropo entendió que él era la presa de su castaña y que siempre caería rendido en esa deliciosa trampa. Pronto soltó a su ovejita y escribió en la tarjeta de nombres que Hermione era una cazadora del juego.
El pastor tocó una campanilla y les habló a los participantes.
- ¡Ovejas, una de ustedes ha sido cazada!. La oveja Hermione está atrapada.- cantó el pastor.
-¡¿ Qué?!, ¿ quién fué? - dijo asombrada la castaña y veía como su ovejita era encerrada en una pequeña cerca.
La pelirroja se divertía en grande y reía a carcajadas.
Más que sus otros oponentes.
- Lo siento ,Herms , pero ya no puedes preguntar estás fuera de juego- le dijo Harry.
Hermione hizo un gesto infantil de frustración cruzándose de brazos, quería seguir jugando. Remus la vió y mentalmente se disculpó con ella, pero ya no quería seguir siendo delatado... Luego se lo compensaría.
El pastor continuó con su labor y señaló a Harry, como el próximo en preguntar.
- ¡ Oveja anteojuda, te toca preguntar!- cantó el pastor.
- Elijo a Ginny. Esto es entre tú y yo, pelirroja.- le dijo desafiante Harry - Aquí va la pregunta. ¿Qué prefieres?... ¿ El silencio sepulcral o el ruido infernal?.
- El silencio obviamente - le respondió ella sin poderselo creer ni a si misma.
Pero, como era de esperarse la ovejita pelirroja la expuso sin problemas. El tótem rebelde se puso unos anteojos negros y una guitarra eléctrica con la que tocaba acordes de heavy metal, sacaba la lengua y se deslizaba por el tablero escandalosamente.
- "Sí, se ve que sí". -Le dijo con ironía Harry y sintiéndose triunfador.
- ¡Otra oveja ha sido atrapada!- gritó el pastor, haciendo que Ginny abriera los ojos por el miedo de ser descubierta- redonda ovejita Neville estás fuera de juego.- dijo el pastor para alivio de la pelirroja.
Dicho esto la ovejita de Neville se vió encerrada en la misma pequeña cerca donde estaba el tótem de Hermione pastando.
El pastor esta vez señaló a la pelirroja y ella sintió que era su oportunidad para humillar a Harry...
- Bien ,Harry. Ahora me toca a mí preguntar. - le dijo ella con una sonrisa macabra- Dice la tarjeta: El verano es hermoso , la primavera una caricia, el otoño es un regalo y el invierno ...¿A Qué propicia?.
El profesor Lupin terminó de completar en su mente quién era quién en ese juego, mientras Harry y Ginny peleaban ,él apuntaba sus elucubraciones en la tarjeta de nombres.
La ovejita de Ginny mostró que su dueña gustaba de comer abundantes cantidades de comida , mientras que el tótem de Harry se tiraba a dormir.
-¿ Es en serio, Potter?, ¿ prefieres dormir? ¡ míra que eres aburrido!- soltó con acidez la pelirroja.
- ¿Y qué hay de ti?, tú comes casi tanto como Ron en invierno- le respondió el pelinegro ofendido.
Ginny iba a responderle su agravio, pero unos ruiditos provenientes del tablero llamaron la atención de ambos.
Era la ovejita de Remus que perseguía dentro del corral a la ovejita de Hermione, quería aparearse con ella mostrando lo que a su dueño le gustaba hacer en los días fríos...
Ambos chicos reaccionaron tarde, por pelearse entre ellos se habían olvidado que su profesor aún seguía en juego. Para cuando quisieron reaccionar ya era demasiado tarde...
El tótem del pastor hizo sonar su campanilla dando por finalizada la partida.
- ¡ Fin del juego tiernas ovejas ,hay entre ustedes un ganador!, ¡ Contemplen por favor al astuto cazador! - cantó el pastor señalando a la ovejita de Remus.
El tótem del profesor se quito la piel dejando ver que había un lobo debajo de ella.
Hermione lo miró y le sonrió picaronamente a lo que Remus respondió con una tímida mirada y una leve sonrisa.
-¡ Ay ,no! ¡no puede ser!. ¡¡Era obvio!! - dijo Ginny sin poder aceptar la derrota - ¡¡Es tu culpa ,Potter!!.
- ¡¿Mi culpa?!- dijo exaltado el pelinegro.
- Debí haberlo anotado apenas inició el juego - se reclamó a si mismo Neville.
- ¡Dime ,cazador!, ¿ Qué oveja ha tentado tu corazón?- le habló el pastor a Remus - Tienes derecho a escoger a cualquiera ,por ser en este juego el auténtico ganador.
—¿ Con cual tótem se va a quedar, profesor?— le preguntó Neville, antes de que fueran interrumpidos por la entrada de madame Pomfrey.
La medimaga se acercó a paso ligero a las únicas cinco personas que habían estado en la enfermería. Dando alaridos que hicieron saltar a Hermione y a Neville.
— ¡¡ Aaahh!!, pero... ¡¡¿ Qué es esto?!!.— Poppy se acercaba con una cara de no gustarle lo que estaba viendo — ¡¡¿ Donde se creen que están ustedes, en el casino Royal?!!.
Harry y Neville se apuraron a levantar el tablero con urgencia junto con la ayuda de Ginny. Tiraban las cosas con prisa dentro del paquete multicolor en la que habían sido enviadas .
Remus levantó sus cejas en un gesto de asombro por el conocimiento de Poppy sobre algo muggle.
— ¡¡Se largan en este instante todos!!— ordenó molesta, madame Pomfrey.
— Poppy ,tranquila, es solo un juego de mesa nada más... — le dijo con parsimonia el licántropo.
— Ah, no claro y la próxima vez solo será "un carnaval de mascaras , nada más "— le respondió con el mismo tono la medimaga — Estoy sorprendida que usted les haya consentido que jugaran ,profesor.
— Me obligaron, Poppy — Remus le respondió con fingida inocencia.
Las miradas fulminantes de Ginny hacia el profesor Lupin no se hicieron esperar.
— ¡Eso es mentira ,Poppy!— dijo la castaña de inmediato.
Remus solo sonrió de lado con picardía y le hizo una pregunta inesperada a madame Pomfrey...
— Esta bien Poppy, ya nos retiramos, pero antes de irnos responde esta pregunta. ¿ Cómo conoces el casino Royal?, me parece asombrosa tu erudición respecto de las costumbres muggles. — le preguntó con cierta picardía en su voz.
La medimaga abrió los ojos como platos en una involuntaria respuesta, mientras en su mente se agolpaban varios alocados recuerdos...
— Mmm, ya me imaginaba— dijo Remus.
— ¡¿ Qué quieres ,Lupin ?!— le dijo sin rodeos la medimaga.
— Dame quince minutos más con Hermione y me iré sin reclamar ,lo prometo.— le pidió Remus.
— Cinco.
— Diez— le negoció el licántropo.
— Está bien, pero solo diez minutos no más de ese tiempo.— accedió la medimaga.
— Gracias ,Poppy, es un placer hacer negocios contigo. Por cierto, ¿ dónde aprendiste a negociar?...— le dijo Remus de forma divertida.
— A ver, dejame recordar... ¡Ah, sí!, en el mismo lugar donde usted aprendió a asignar " tareas extra" a su compañera de vida— le respondió con ironía.
Remus sonrió y se pasó una mano por el cabello, revolviendolo un poco.
— Me lo merecía — admitió el licántropo.
— Y ustedes... ¡¿qué siguen haciendo aquí?!— les dijo a los amigos de Hermione.
Los tres se apresuraron a salir antes de que la medimaga los despachara en persona.
— Ya nos vamos, ¡¡ ya nos vamos!!— decía Neville mientras se cubría con ambas manos.
— ¡ Recupérate pronto, Mione!— le dijo Harry ,mientras corría para salir esquivando a madame Pomfrey.
Poppy dejó solos al matrimonio para echar de la enfermería a los insurrectos amigos de la castaña, le habían convertido su humilde enfermería en una casa del juego y eso no se los iba a tolerar.
Los amigos de Hermione entre risas y tropezones salieron de allí siendo perseguidos por Poppy amenazándolos con su enérgica voz y con la varita en mano.
Remus y Hermione pronto se quedaron en un tranquilo silencio. Las voces que antes habían estado haciendo eco en la enfermería se esfumaron junto con sus dueños.
El licántropo miró las puertas de la enfermería cerrarse, fué entonces cuando volvió su vista a la hermosa castaña que lo había estado mirando en silencio.
La tierna sonrisa de su esposa le dio ánimos para tomar asiento al lado de ella en la cama.
Antes de hablar, él carraspeó por los nervios que sentía. No sabía como explicarle lo que últimamente le sucedía cada vez que la tenía cerca.
— Hermione... — inició diciendo el licántropo.
— ¿ Sí ?— respondió ella acercándose más a él , irguiendose a duras penas en la cama.
— Respecto de lo que pasó ayer yo...— quiso explicar Remus.
Hermione tuvo miedo de lo que vendría. No quería escuchar que lo anteriormente ocurrido había sido un error ,un desliz, algo que nunca más iba a suceder...
Ella no dijo nada , pero en ese momento su corazón se estrujó de miedo.
— Me disculpo por la conducta que tuve ayer, cuando viniste a visitarme aquí. Me comporté como un... Cavernícola, un depravado y me asombra que no me lo recriminaras. Jamas volveré a comportarme así te lo prometo; no va a volver a pasar. Tú mereces más que nadie que te trate con respeto.
Hermione desvió su mirada no quería que sus lágrimas rodaran por sus mejillas enfrente de él.
Lo que ella más temía que sucediera en ese momento se estaba cumpliendo. Trató de hablar con firmeza, pero su voz le traicionó al salir de manera quebrada por el dolor...
— Entonces... ¿ te arrepientes de lo que sucedió ayer?— le dijo ella conteniéndose.
Remus la miró, ella tenía su vista fija en el ventanal luchando por contener sus lágrimas...
¡ Cómo odiaba verla de ese modo!, pero ¿ Acaso a ella le había gustado lo que había ocurrido entre ellos?, ¿ella ya sabría lo que significaba para él?...
— Porque yo... Yo no me arrepiento...— le dijo ella limpiándose bruscamente las lágrimas.
— No llores, por favor— le rogó Remus con una voz ronca.
Él se acercó a su castaña y la tomó entre sus brazos brindándole contención. No quería verla llorar , no sabía que era lo que había dicho para que ella llorara, pero se sentía un imbécil por eso...
En un acto de ternura hacia ella, Remus llevó sus labios a las mejillas de su esposa y se bebió las pequeñas y saladas lágrimas que había derramado por su culpa.
— No llores...— le pedía Remus con cada beso que le daba en sus pecosas mejillas — Detesto verte así.
Ese dulce gesto hizo sollozar a Hermione, pero no era un sollozo de dolor...
Los suspiros que ella emitía le llegaron a sus oídos y solo eso bastó para encenderlo y olvidarse de la promesa que hacia un momento había hecho ...
Remus se separó un momento de Hermione para mirarla a los ojos, esperando el rechazo que nunca llegó.
Con tortuosa delicadeza el licántropo besó las mejillas de su esposa hasta llegar a la comisura de sus labios, donde la besó al principio tímidamente.
Hermione dejó escapar un profundo suspiro de su boca que desquició a Remus. Los suaves roces se convirtieron en besos urgentes, abandonando la suavidad con la que la había tratado, para tomar posesión de los labios de su esposa de manera apasionada.
Se besaron sin timidez, sin importar nada, olvidando dónde estaban , olvidando que seguían siendo profesor y alumna. Lo único que les importaba era sentirse mutuamente...
Hermione posó sus pequeñas manos en el pecho de Remus, tocándolo ansiosamente, correspondiendo así a cada hambriento beso que él le daba. La joven tironeó de la corbata de su esposo , deshaciendo bruscamente del nudo, logrando tener acceso libre para desabrocharle los primeros botones de la camisa...
El licántropo sentía la necesidad de su esposa, amaba tenerla así. Pero, también temía el hecho de que no podría contenerse por más tiempo y acabara cediendo a los designios de su propiasalvaje naturaleza
Sin poder contenerse más, Remus la abrazó con fuerza, apegándola contra su cuerpo, sus manos se volvieron tan inquietas como las de su esposa y sin dejar de devorar los labios de su castaña, acarició su espalda arrancandole gemidos que él mismo acallaba al besarla.
La castaña había logrado su objetivo dejando expuesta parte del pecho del licántropo. Con timidez ella comenzó a acariciarlo, tocándolo en cada cicatriz, mimándolo con deseo, haciendo que su esposo detuviera los besos para gruñir de placer sobre sus labios. Ella entendió rápido el mensaje, Remus había perdido el control y el que ahora estaba con ella era lunático...
Esos ojos ambarinos que tanto amaba centellearon lujuriosos , mirándola con anticipación al festín que iba a darse con su cuerpo , haciéndola estremecer.
El licántropo se abalanzó sobre su esposa provocándole que cayera encima de la gran almohada , quedando atrapada entre el cuerpo de su esposo y la cama, su cabello castaño se esparcía desordenado donde ella yacía.
Hermione no pensaba resistirse a lo que él quisiera hacerle, al contrario anhelaba demasiado ser suya. Ella lo atrajo para besarlo, a lo que él respondió sus besos de manera ferviente, casi con violencia disfrutando de sus labios y de poder morderlos suavemente ...
Remus enredó sus dedos en el cabello de su castaña abriéndose paso hacia ese cuello que le estaba haciendo perder hasta el aliento. Estaba desesperado por marcarla para que fuera suya y de nadie más, ese arranque de posesividad hizo que sus dientes caninos se prepararan para ese acto, rozando la delicada piel de la joven con lascividad, inhalando su suave aroma y disfrutando de escucharla gemir; completamente seducido por ella ,iba a hundir sus dientes, pero algo lo detuvo... La voz lejana de Remus ( la voz de la razón) que le rogaba que parara, porque no era el lugar, ni el momento apropiado
— Por favor... ,No pares...— le pidió con su voz entrecortada ,Hermione.
El licántropo iba a complacer el pedido de su esposa, cuando una figura familiar se paró detrás de él con los ojos llenos de ira...
Madame Pomfrey estaba detrás de Remus con una cara que denotaba un claro enojo.
Como cuando él era un niño, lo tomó de la oreja y tironeó de esta alejándolo de Hermione.
— Si en diez minutos ya están así, no me quiero imaginar que hubiera pasado si los dejaba por quince minutos — habló muy molesta Poppy.
— Poppy... Dejame explicarte— quiso decir Remus.
— ¡Si ,como no!... Me vas a explicar, pero mientras te conduzco a la salida— le dijo la medimaga mientras lo llevaba tironeandole de la oreja.
— Poppy, no es lo que parecía— quiso defenderlo su castaña.
— Después hablaré con usted, señorita Granger — le regañó Pomfrey — Y de paso le enseñaré a mentir con más ingenio, señorita.
Remus se fué, siendo llevado por la medimaga a los empujones. Antes de salir por las puertas de la enfermería él la miró por última vez, ella le saludó con la palma de su mano y sus mejillas rojas. A lo que él solo pudo sonreír.
Hermione hubiera querido darle un último beso antes de que se fuera, pero ya no podría. Lo último que escuchó antes de que su esposo y madame Pomfrey desaparecieran de la enfermería fue como ella lo regañaba diciéndole: — ¡¡Ni siquiera cuando eras adolescente te comportabas así!!, no te puedo dejar ni un minuto con ella a solas, porque ya te le estas tirando encima...
La medimaga seguía regañando al licántropo aún después de desaparecer por las puertas, pero la castaña ya no los escuchó.
Hermione volvió a recostarse sintiéndose arder, pero no era fiebre lo que le proveía ese ardor, eran sus estigmas de las cadenas... Ahora entendía cuando Cho le había dicho ,que se podía sentir un ardor agradable solo en situaciones especiales...
