Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene temas de violencia y situaciones de connotación erótica y sexo explícito. Lenguaje ofensivo y vulgar.

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Capítulo VI: Arrebato de vida Parte 2

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28 de Agosto de 1985

Una joven castaña corría por los pasillos de la universidad de forma sigilosa, era casi la hora de salida de su escuela y había aprovechado para viajar en el autobús hasta la universidad. Su padre no sabía que estaba aquí ni su hermano, por lo que había suficiente luz de día para regresar a casa. Tuvo el cuidado de pasar por el campo de biología y evitar a Will Cipher e Isabella.

Estaba casi a llegar solo faltaban dos aulas más. Lo difícil seria el área entre licenciatura y matemáticas. Tomo aire y camino lentamente sin provocar ruido alguno. Paso por enfrente del aula de matemáticas antes de que cierto pelirrojo alzara la vista y embozara una sonrisa ladina.

La jovencita hubiera seguido su camino si no fuera por la voz autoritaria que escucho en el pasillo.

- Deténgase ahí jovencita – Llamo el mayor en una voz medio alta pero lo suficientemente audible para que la intrusa se detuviera. – Faltan menos de tres días para que vengas a verlo.

- Señor Phill… - Entro al aula ocultándose un poco de los estudiantes que pasaban. – Apenas fue la ceremonia de entrada de la escuela y quería ver, ¿Por qué Bill no fue a mi presentación?

- Sí fue – Afirmo el pelirrojo con una sonrisa. – Pero eso no debías saber aún.

- ¡Enserio fue! – Sonando sorprendida. – ¿Por qué no me llamo? Espere mucho tiempo en el teléfono. Mi mamá se quedó hablando con tanto tiempo con el abuelo Shermy, que perdí la oportunidad de escucharlo.

- Mabel – Caminando hasta la jovencita viendo que iba bien arreglada y hermosa para su hermano. embozo una sonrisa malvada antes de llevar sus manos a su pelo achocolatado dando una sacudida a su cabello. – ¡Aguanta solo tres días más!

- ¡Hiyaaaa! – Grito la menor al sentir como el pelirrojo le revolvía el cabello hasta dejarla con los pelos alzados. - ¿Qué hiciste? ¡Malvado!

- Solo evito que mi futura princesita cuñada, no vea a mi hermano antes de tiempo. – Comento antes de tomar el gis del pizarrón y dar golpes en su suéter y manchar la falda rosa de la menor con tiza. – Listo.

- ¡PHILL! – Grito enfurecida la omega. – ¡Me has dejado hecha un asco!

- Mabel ya casi lo logras, tres días – Haciendo hincapié con los dedos. – Si logras no verlo tan solo tres días, serán libres de irse al mundo de felices por siempre.

- Phill…

Se escuchó la voz por el pasillo antes de que la menor se le acelerada el corazón y corriera por el salón en busca de una salida.

- No querrás que te vea así – Soltando una risa el pelirrojo.

- Eres malo – Dando miradas rápidas al salón.

- La ventana Mabel – Sugirio Phill. – Usa la ventana.

- Me las pagaras, Tomate – Enfundando un puño, mientras estaba dispuesta a saltar por la ventana.

- Se te ven los calzones – Dijo el pelirrojo. – Por cierto, me las pagaras y me lo agradecerás un día.

La puerta del aula se abrió antes de mostrar un rubio un tanto alborotado que cargaba unas carpetas y empezaba a buscar con la mirada, cualquier rastro de la omega adolescente.

- Phill, aquí están las carpetas que ocupabas y por favor ordénalas la próxima vez antes de entregarlas al comite. – Deposito los archiveros de anillo frente a su escritorio.

- Gracias, hermanito. – Cruzándose de brazos y dando una mirada fija a su hermano menor. - ¿Qué buscas tuerto? Se te cayó el ojo o ¿Qué?

- ¿Mabel estuvo aquí? – Frunciendo el ceño.

- Posiblemente – Respondió mientras lo tomaba de los hombros y lo empujaba hacia la salida. – Pero se fue por el aire, así que es hora de que tú también lo hagas.

- Phill.

- ¿Sí? – Notando que el rubio lo miraba con una sonrisa sincera cambiando su semblante de hace un momento.

- Gracias.

- Solo quedan 3 días – Comento. – Deberías pensar que regalo darle a tu novia.

- Cierto… - Emitió un sonido de alivio y felicidad. – Debería pensar en que darle a Mabel, pienso que adora mucho los ornamentos para cabello.

- Bill, nuestro padre hablara con nosotros la semana que viene.

- Había olvidado a ese sujeto.

- ¿Mabel lo sabe?

- Sí… - Dando una mirada llena de serenidad a su hermano. - ¿Qué hay de Will e Isabella?

- Aceptaron, pero su hija estará siendo cuidada por Wendy.

- ¿Tú esposa?

- Sí – Cruzando los brazos. – No quiero causarle a Wendy la llegada del bebé tan pronto, y menos verla enojada y hecha una furia. Tú sabes cómo se pone estando estresada.

- Siento que te has entusiasmado en dejar descendientes.

- Son mis hijos. – Frunciendo el ceño. – Y los quiero lejos de este asunto.

- Lo sé.

- Hablando de esto… - Dando una mirada rápida a los lados. - ¿Qué has sabido de Pyronica Areckva?

- Sigue siendo vigilada por las autoridades de la escuela – Recordando a la peli rosada que en varias ocasiones lo miraba con desprecio. – En mi clase está restringida al acceso. Escuche que Tad se encargaría de impartir la segunda parte de la materia con ella, evitando los conflictos.

- ¿Crees que siga tras Mabel?

- Tad no ha mencionado nada. – Aclaro Bill. – Por el momento mientras que Mabel continúe lejos de la vista de Pyronica, no le hará daño.

- Esperemos. – Dijo. – No confió mucho en esa Alfa.

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La tarde-noche llego cuando las nubes del cielo se dispersaron dejando un color violáceo entre la verada naranja que se perdía entre los arboles de la carretera. Bill guardaba su portafolio y la caja con material de literatura que debía preparar para la siguiente clase. El rubio estaba tan absorto de terminar el trabajo lo antes posible de que llegara el fin de semana, había pedido permiso al señor Pines de pasar el domingo en una cita con su hija Mabel Pines.

Al principio el alfa mayor no había aceptado por el simple hecho que se la llevaría un día después de su cumpleaños. Pero su esposa lo convenció permitiendo que al final se le otorgara el permiso, aun recordaba a su cuñado hecho una furia al ver como su hermanita gritaba entusiasmada de salir después de contarle por el teléfono su plan.

El rubio no era dado de planear salidas, jamás había salido con sus hermanos y mucho menos había convivido con sus familias. Pero la sola idea de ir de picnic y estar juntos como una pareja, lo emocionaba demasiado.

Salió de su pequeño sueño despierto cuando escucho a un sujeto de cabello gris oscuro carraspear con su voz; como una forma de aclarar y hacerse notar su presencia.

- Umm… ¿Puedo ayudarle chico? – Pregunto el rubio viendo al sujeto sostener un portafolio de dibujo.

- ¿Es maestro de literatura?

- Sí – Cerrando la puerta de su auto. - ¿Qué se te ofrece?

- Quería saber si me puede recomendar un libro de nomenclaturas en latín, un poco variado.

- Iohannes Amos Comenius – Respondió. – Es algo más entendible para usted, pero si lo busca para el título de su cuadro o trabajo, le sugiero que se inscriba al taller de latín. – Girando sus llaves. – Aunque el cupo casi está al límite.

- ¿Usted imparte?

- Los martes y jueves en la mañana. Aunque esta la profesora Julia disponible entre el fin de semana.

- La profesora Julia no es de mi interés – Comento el chico. - Eso es bueno profesor, tal vez me interese asistir más a su clase. Escuche que imparte bien la materia y es entendible.

- Chico, ¿Qué semestre vas de universidad? – Dando una mirada rápida al joven. – No pareces un nuevo ingreso.

- Ultimo año señor… algo estancado. – Haciendo un leve gesto al portafolios oscuro. – No logro siempre presentar la tesis, pero estoy seguro que esta vez lo obtendré.

- ¿Un proyecto?

- Muy interesante… estado trabajando en el casi alrededor de tres años.

- Debe haberte tomado un poco más del tiempo.

- Solo espero que el comité lo apruebe, es un trabajo compartido con colaborador de otro compañero. – Menciono en tono orgulloso. – Pero me falta mi última obra, la obtendré muy pronto.

- Una modelo en mente o un paisaje que plasmar, o tal vez eres de los que hacen una serie de cuadros abstractos.

- Puede, pero no puedo contar mucho. – Comento soltando una sorna risa. – Le prometo que cuando la tenga lista, usted será el primero de ver en la exposición de arte.

- ¡Oh, vaya! Y a qué se debe el honor de esta invitación. – Sonando intrigado el rubio. – Es la primera vez que hablo con usted. Para ser invitado es un halago en el mundo de los artistas.

- Bueno… mi amiga me decía que era un terrible sujeto, algo que no merecía ni vivir en este mundo. – Dijo. – Yo dije lo contrario. – Colocando una mirada oscura en sus ojos. – Usted es alguien que debe vivir al último momento de su vida, tener la felicidad y la dicha de conocer la palabra amor. Porque cuando uno lo obtiene todo, es más placentero el caer en el caos. Así uno pierde la esperanza de un mejor futuro.

- ¿Disculpa?

- Se me hace tarde señor… el cielo oscurece y no quisiera tomar el ultimo autobús de regreso a la ciudad. - Haciendo una reverencia. – Espero verlo pronto.

Si alguien me hubiera dicho que detuviera a ese sujeto, tal vez no la habría perdido, tal vez podría haber evitado que ella desapareciera de mi mundo.

El alfa sin importarle mucho el suceso se subió a su auto y condujo de regreso a su casa. Quería llamar lo más pronto a su preciada omega, por lo que más anhelaba era escuchar su voz.

No le llevo más de 15 minutos llegar y dejar sus cosas, estaba con la emoción de escuchar la voz de aquella adolescente. Solo tuvo que esperar dos pitidos del teléfono y escucho la voz de su amada.

- Familia Pines, habla Mabel – Contesto la menor. - ¿Quién es?

- Por el momento eres Mabel Pines – Aclaro Bill en tono cantarín y con una leve risa. – Cuando seas la señorita de Cipher, entonces contestaras el teléfono diciendo: habla la familia Cipher.

- ¡Bill! – Dijo emocionada la castaña a través del auricular. – Bienvenido a casa, querido. – Expresando una voz dulce.

- Espero escucharlo pronto aquí – Recargándose en la pared del pasillo. – Mabel…

- Hoy saliste un poco más tarde de lo normal – Viendo la castaña que era alrededor de las siete cuarenta de la noche. - ¿Mucho trabajo? ¿Almorzaste algo? Espero que no estes haciendo trabajo extra.

- Tranquila comí un bocadillo en la tarde. – Comento. - Es temporada de nuevo ingreso y último ingreso sabes que tu padre me alza mucho el trabajo en reportes – Menciono el rubio con una leve sonrisa. – Y no estoy haciendo horas extras. Aunque impartiré un taller extra. Para cubrir unos huecos en el horario matutino, no quisiera regresar a la casa en deshoras y después regresar a los 30 minutos.

- ¿Un taller extra?

- Latín.

- Me enseñarías también – Sonando interesada. – Ahora estuvimos viendo en una materia de ecosistema varias plantas de origen botánico con nombres. Y el maestro que estuvo impartiendo la clase menciono cuentos o leyendas referidos a los nombres que menciono. – Después inmediatamente se ruborizo la adolescente al darse cuenta que hablaba de más. – Bueno… también si tienes tiempo o si quieres, no es necesario buscar la lectura de esos nombres...

- Mabel, tu sabes que te enseñaría todo. No tienes que pedirlo. – Embozando una sonrisa. – Tengo tiempo suficiente para ti. El conocimiento te lo puedo dar, los libros son tuyos al igual que mi tiempo.

- Suena muy egoísta quitarte el tiempo.

- No lo es, porque también tengo el tuyo para tenerte.

- ¿Eh? – Ruborizándose.

- Ya que aprenderás latín, sería bueno que aprendieras de otros libros. – Recordando el libro que encontró fuera de su lugar. – Sé que tocaste un libro que no debías aun y no entendiste nada de su contenido, pero las imágenes hablan por sí solas.

- ¿Por qué tienes esa clase de libros? – soltando un suspiro nervioso.

- Mabel algo te suena a que era un Alfa soltero. – Soltando una risa. – Vas a ver que no debiste meterte con ese libro.

- Eres un pervertido señor Bill – Sonrojándose. – De todos modos no lo vi mucho. Así que no puedes regañarme.

- Tres días – Repitió, como una forma de recordarse. – Solo tres días… y cuando te vea, te abrazare y…

- ¿Querrás besarme? – Soltó una risita la menor, dando miradas alrededor para que no estuviera su hermano cerca de escuchar la conversación.

- Sí… - Llevándose una mano a revolver sus mechones rubios. – Aunque te adelantaste, iba decir "darte un regalo".

- Eso también quiero.

- No puedo decir tu regalo.

- Ni un poco.

- No – Sonriendo de lo contento de escuchar a su amada nínfula insistir.

- No olvides tu mochila, Mabel – Viendo en el calendario la fecha marcada. – Solo es un picnic.

- De acuerdo.

- ¡Mabel! Despídete de tú enamorado, debes ayudarme a guardar la ropa, luego podrás hablar todo lo quieras con él el fin de semana.

- ¡Sí! – Contesto la castaña sonrojada de sus mejillas.

- Parece que tu madre acaba de pedirte algo – Soltando una risa. – ¿Algún deber?

- Nada que debes saber.

- Adivinare… ¿Lavar los platos? O tal vez ¿La ropa?

- Bill no te diré, así que buenas noches. – Haciendo un sonido de beso.

- Pequeña Omega, creo que cuando te vea te recordare como darme un beso de buenas noches como es debido. – Haciendo un ruido de beso. – Mabel, buenas noches preciosa.

Mabel colgó antes de soltar un gemido lleno de felicidad e irse dando vueltas por el pasillo, mientras su padre y madre miraban a su hija medio feliz.

- Creo que nuestra hija extraña a su pareja.

- Sí, creo que parece indicar que no es un enamoramiento común o simple.

- Escucho pronto una boda – Soltó una risa la madre.

- Solo no quiero que el señor Cipher nos quite tan pronto a Mabel. – Comento Charles. – Mínimo quiero verla graduada de universidad.

- Si lo hará querido. – Respondió Caroline antes de ir con su hija.

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31 de Agosto de 1985

"Dicen que los momentos especiales pasan fugazmente, este día fue especial para mi"

La tarde de agosto había caído de inmediato anunciando el atardecer. Un par de hermanos disfrutaban de su cumpleaños junto a su familia y amigos, que habían venido desde tan lejos para felicitar a la hermana menor y el hermano mayor.

Sus tíos abuelos Stan y Ford estaban bebiendo un poco a un lado del padre de Mabel y Dipper. Mientras que los amigos de Dipper le entregaban obsequios al mayor, quien recibía penoso.

- Oh chicos, no tenían que molestarse – Rasgando el papel verde del obsequio. – Espero que sea el libro de la 5ta edición de Paranormales.

- Mira nada más – Cruzándose de brazos Wirt. – Yo te regalo algo bueno, y tu vienes y exiges las perlas de la virgen.

- Eres mi mejor amigo, de algo debo molestarte – Enarcando una ceja divertida antes de recibir un codazo del omega castaño. - ¡Ouch!

- Ya abre el regalo Pines – Soltando una burlona risa.

- Wirt me hizo conducir hasta 3 librerías. – Se quejó Beast la actual pareja de Wirt.

- Tranquilo este es el definitivo. – Comento Dipper emitiendo una risa nerviosa. – Veo una pasta guinda… ¿podrá ser? – Deteniéndose en romper el papel. – No lo sé, tal vez lo deje para el final.

- ¡Mira Pacifica! Tu esposo no quiere abrir el obsequio.

- Aun no es mi esposo – Dijo la rubia entre risas, mientras se abría paso caminaba directamente hacia Dipper con unas tijeras. – Ya cariño no los hagas esperar.

- Solo quiero matar de nervios a Wirt – Soltando una risa más fuerte el castaño al ver a su amigo muerto de desesperación en que terminara de abrir el regalo.

- ¡Ábrelo Pines! – Viendo al chico solo abrir el papel y cerrarlo. - ¡Uyy! ¡Beast dame la escoba le voy a dar!

- ¡Vaya! – Grito el castaño sorprendido y alzando el libro entre sus manos. – Es mejor que el paranormal, es el de criaturas Mitológicas y Fantasía Paranormal.

Se levantó para extender los brazos a su mejor amigo, quien este solo embozo una sonrisa de orgullo.

- Gracias Wirt, enserio me encanto.

- No te vayas a conformar con eso – Advirtió el omega antes e abrazarlo con fuerza. – Nuestro regalo de bodas, será mejor que el del público.

- Ni lo sueñes Wirt – Dijo Gideon. – Que sepas los gustos de Dipper Pines, no significa que tienes ganado esto.

- Cierto – Dijo Candy apoyando a su pareja. – Sabemos los gustos de Pacifica y Dipper, y creemos que tenemos todo lo que necesitan ellos.

- Así, ¿y que sería eso? – Pregunto Wirt dando una mirada de desdén.

- Toallas con bordado y un juego de baño – Dijo Gideon.

- Y sabanas matrimoniales elegantes. – Aclaro Candy.

- Eso es para empezar la vida en una casa – Se quejó el chico.

- Da, por eso se van a casar – Señalando a la rubia y al castaño.

- Yo no le veo nada de malo – Hablo un chico de cabello oscuro acercándose a Dipper. - ¿Qué tal amigo?

- ¡Nico! – Dando un apretón de abrazo y un choque de puños. – Pensé que no ibas a venir.

- ¿Bromeas? – Soltando un bufido burlón. – Piedmont me queda de pasada, en unas semanas iré a Portland. Y aproveche un poco el camino para darte una visita.

- Nico, más te vale ir a la boda – Le señalo la chica. – Eres capaz de irte de pata de perro.

- Como ordenes señora de Pines, jeje – Saco de su chaqueta una cajita azul alargada. – Ten Dipper.

- ¿MontBlac? – Viendo la cubierta de la caja, antes de abrir grande los ojos. – Oh dios… un bolígrafo de MontBlac.

- Necesitaras escribir buenos apuntes y firmar pases de permiso.

- ¡Oh gracias amigo! – Abrazando con fuerza al alfa de cabello oscuro.

- ¡Ey! eso es trampa – Dijo Wirt enfurecido.

La castaña se encontraba desenvolviendo unos cuantos regalos de sus amigas; entre bolsas, maquillaje de rubores y sombras para ojos, perfumes. La jovencita estaba atiborrada de atención. Hasta que recordó que ya eran más de las seis de la tarde.

Su hogar estaba lleno de conocidos y de música, comida, bocadillos y bebidas, incluso habían llegado de visita los hermanos de Bill, los cuales llegaron hace una hora, se encontraban platicando con su padre.

Ella pensaba que su Alfa no llegaría, esperaba pacientemente mientras escuchaba a sus dos mejores amigas; Candy y Grenda que platicaban de las novedades de la clase que tuvieron el viernes. Hasta que de repente el sonido aminoro un poco, ella levanto la vista para ver por qué el mundo dejo de ser ruidoso y dejaron de lado algunos su plática. Oh era lo que ella pensaba cuando vio a su madre y padre hablar con un rubio que traía en mano un bouquet de peonias rosadas.

La vista de ellos se giró en la joven antes de que su padre embozara una sonrisa y le hiciera una seña con su mano para que se acercara. Al igual que su madre que correspondía en ese mismo momento el ambiente de calma. Pero la jovencita busco la mirada de su hermano mayor y su cuñada antes de verlos embozar una sonrisa la rubia y su hermano que daba el intento de aprobación para dejarla ir con su pareja.

Mabel no tuvo que pensarla dos veces cuando sus amigas entendieron que la castaña deseaba ir a lado de esa persona que estuvo esperando, por tres largos meses.

Ella solo corrió y lo abrazo sin importar lo que dijeran los demás siendo correspondida por el rubio. Esto era un sueño, un sueño que ella deseo y esperaba que si hiciera realidad. Ya no era un secreto su relación y podían ahora caminar de la mano, sin miedo a que los separaran los juzgaran.

Este era el lazo entre un Omega y un Alfa, algo inquebrantable.

El resto de la fiesta podría decirse que ambos permanecieron juntos sin alejarse de la vista de los invitados. Pero Bill y Mabel sabían una cosa, estaban al fin junto como pareja. Y por poco que duraba el festejo de los hermanos Pines, ellos aprovecharon cada segundo y minuto.

- Mabel – Le extendió un anillo el rubio antes de mencionarle en el oído. – Felices 16 años, mi preciada Omega.

La Pines se emocionó demasiado al tener al fin de regreso el anillo y colocárselo inmediatamente. Ella encontró la oportunidad para jalarlo y besarlo con entusiasmo cuando su hermano era enterrado en el pastel, siendo el centro de atención de los invitados.

- Ya extrañaba esos besos – Dijo Bill completamente rojo de la cara.

- Yo también.

- Sabes que no es el único regalo que te tengo. – Mostrando una bolsa de papel rojo decorada.

- Bill sabes que mi regalo es que estés conmigo. – Abrazándolo con fuerza. – Por favor no te vayas de mi lado esta noche.

- Lo sé preciosa, pero quiero que uses esto mañana – Señalando la bolsa.

- ¿Qué es?

- Te gustara – Acariciando un mecho de su cabello. - ¿Qué quiere hacer la cumpleañera?

- Bailar con mi alfa esta noche – Atrayéndolo en medio de la sala. Viendo que algunos invitados se unían a ellos.

- Te quiero Bill – Dijo contenta la Omega de haber esperado la noche para verlo.

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01 de Septiembre de 1985

Era el día del picnic familiar que organizo Phill para convivir un poco con sus hermanos. Habían salido un rato por el campo de Piedmont, mientras que el grupo se encontraba terminando de instalarse. A Mabel se le hizo una maravilla encontrar a los hermanos de Bill en un estado armonioso, puesto que cada quien estaba conviviendo y conversando de temas que unían a su vida cotidiana o trabajo.

- Es bueno que Mabel pudiera venir al picnic – Menciono Phill. – Valió la pena la espera ¿o no tortolitos?

- Ella tiene permiso de salir conmigo ahora y en cualquier momento – Dijo Bill comiendo un sándwich que preparo la omega de la canasta. – Solo me pidió Charles que la cuidara de ustedes, que son muy capaces de hacerle burla.

- ¡Ja!, que gracioso ahora yo soy el malo – Frunciendo el ceño. – Recordemos tuerto que tú casi la secuestras para llevártela a casar a Las Vegas.

- Los planes siguen en pie. – Comento el rubio sintiendo un golpe por parte de su novia. – Pero no en Las Vegas, dijimos en una iglesia.

- Sí, como no – Entecerrando la mirada el pelirrojo. – Mabel te prohíbo casarte con él hasta que tengas 40 años.

- ¡¿Qué?! – Soltando una risa la pequeña. – Pero Phill…

- Nada de peros, mi hija adoptiva la quiero casada a los 40.

- Phill me pasas un poco de ensalada. – Hablo Will. – Y deja que Mabel se case cuando quiera.

- Mabel sabes que no debes tratarme así – Se quejó el rubio sobre el golpe de hace rato. - ¿Qué no me extrañaste por estos 3 meses?

- No – Sacándole la lengua.

- ¡¿Qué?! – Sintiendo un golpe directo al corazón. – Pero… pero Mabel…

- Se me hace que el divorcio está a la vuelta de la esquina, rubio tuerto – Menciono Isabella entre dientes. – Pido a Mabel, sea mi hija adoptiva.

- ¡Tú guarda silencio! Mujer engreída.

- Oblígame perro. – Se dirigió una mirada enfurecida al rubio.

- Isa, calma y no pelees con mi hermano o se te pegara su locura.

- ¡Oye! – Se quejó el rubio. - ¿Qué clase de reunión es esta? Parece que todos están contra mí.

- Posiblemente – Respondieron todos.

- Tranquilo Bill, debes relajarte un poco. – Comento Wendy. – Amargaras la comida y nadie se la comerá.

- Cierto si sigues así te saldrá una hemorroide en el ano – Comento Isabella mientras le daba de comer a Esteé.

- Oh posiblemente un grano en la frente. – Sugirió Will entre risas. – Un tercer ojo – Explotando de risa los presentes.

- Muy gracioso ustedes dos – Soltando un refunfuño.

- Bill – Se acercó la castaña ofreciendo un bocado de ensalada. – Vamos no estés enojado abre… Di ~Ahh.

- Ahh – Se sonrojo el rubio antes de recibir el alimento y después ver a sus hermanos murmurar junto a su pareja de lo pedófilo que se veía. - ¡¿Qué diablos miran?!

- Lo pervertido que te escuchaste hermanito. – Dijo Phill. – Casi parecías una estrella de esas que actúan en películas triple x.

- Cierra la boca – Lanzándole una manzana a la cabeza. – Estrella fugaz solo me daba a probar de la rica ensalada que hizo.

- De acuerdo… - Hablo la oji azul. – Mabel tu novio es muy vergonzoso en público, ya no le des comida.

- De acuerdo – Dijo Mabel.

- Oigan ustedes dos andan muy cómplices – Viendo a su novia ignorarlo. – Mabel deja de juntarte mucho con la Gleeful.

- Por cierto, Mabel es un bonito broche de cabello el que tienes. – Hablo la pelirroja acercándose un poco para apreciarlo. – Es un color oro reluciente y la gema en la estrella me recuerda al arcoíris.

- Bill me lo regalo, es una ¡Estrella fugaz! – Mostrando en su coleta el broche de cabello. – Dice que ama mucho mi cabello y que le recordaba que usaba tanto los listones y mis badanas que un broche le iría bien. – Mostrando una sonrisa. – Me gusto este regalo y sabe que lo cuidare bien. Porque… es un regalo muy preciado que atesorare por siempre.

- Eso es tan romántico – Dijo Wendy.

- Me recuerda a la película lo que el viento se llevó. – Comento Isabella. Antes de soltar un suspiro ambas chicas.

Ambos hermanos miraron con furia al rubio mientras que este solo disfrutaba de su bebida.

- A ver Phill ¿Dónde está el mío? Tanto que me perjuras amor y fidelidad. – Dijo Wendy Molesta. – Solo comida y una que otra carta, me quieres tener cerda.

- Cierto Will, ¿Dónde está mi broche? – Menciono Gleeful. – No soy lo suficientemente importante, un belleza entre las flores.

- Pero Wendy… que hay de esa chaqueta que te regale… los vestidos.

- Sabes que no puedo ponérmelos por el embarazo.

- Isabella acabas de regresar… espera antes de que te molestes.

- 3 meses Will… y mira que tiene un broche que reluce en el sol, tan brillante como el rocio de una lluvia sobre las gardenias.

- ¡BILL TRAIDOR! – Gritaron ambos hermanos.

- Yo solo le doy lo mejor a mi preciada Estrella fugaz – Tomando a Mabel de los hombros. – Que ustedes no sepan que darle a sus esposas, no es mi problema.

El picnic transcurrió en una tarde agradable, las chicas se reunieron en una parte con sombra para seguir conversando mientras que Mabel jugaba un rato con el bebé de Wendy y la hija de Isabella. Hasta que escucho a la pelirroja soltar un quejido y un suspiro de agotamiento mientras mantenía con sus manos sosteniendo su abdomen antes de sentarse nuevamente.

- ¿Wendy estas bien?

- Sí, solo que es la hora en que este pequeño le gusta dar varias vueltas en mi panza.

- Patadas – Menciono Isabella. – Cuando estuve embarazada de Esteé, no dejaba de lanzar sus mortales patadas voladoras.

- ¿Patadas voladoras? – Pregunto con curiosidad Mabel.

- Mientras trabajaba en el escritorio apuntando los informes de la clasificación de las rosas hibridas, siempre a las seis de la tarde tan puntualmente la pequeña Esteé le gustaba de tirar patadas y empujar la mesa. Solo unos centímetros. – Soltando una risa. – Hazte cuenta que veías un bulto pequeño sobre salir solo unos segundos. – Señalando el abdomen de Wendy. – Me gustaba ver que seguía creciendo dentro de mí. Y pensar que si hubiera estado Will estaría a cada ratito soltando una exclamación de asombro por cada cosa que pasaba dentro de mi vientre.

- Will es muy animado con esta clase de noticias, incluso se pone nervioso con cualquier asunto.

- Lo sé – Menciono Isabella mientras acomodaba su largo cabello en una coleta. – Algún día entenderá esa pequeña Mora, que debe dejar de preocuparse cada 5 minutos.

- Mabel mira – Dijo la pelirroja señalando unos pequeños bultitos que sobresalían de su abdomen. – Se está moviendo… ¿quieres tocar?

- ¿Puedo? ¿No te dolerá? – Levantando su mano nerviosamente antes de tocar la barriga de Wendy.

- Adelante. – Levantando su blusa verde. – No duele jeje.

- No es necesario levantarlo – Ruborizándose.

- Tranquila, no me molesta.

Vio a la joven omega colocar sus manos un momento al igual que Isabella. La joven castaña estaba atenta antes de sentir como el bulto tocaba su palma y después desaparecía. La adolescente estaba tan emocionada por ese contacto, ese sentimiento que acababa de experimentar, el imaginar como esa vida seguía creciendo.

- Esta muy activo Wendy – Comento Isabella.

- Solo espero que sea niña – Dijo la pelirroja ilusionada. – Aunque mi madre decía que si comía cerezas o frutos rojos, saldría una bebita muy hermosa con el cabello rojo como las manzanas.

- Los cachorros de omegas y alfas y sus creencias – Comento Isabella en modo de puchero. – Su periodo de gestación es corto a diferencia del mío.

- Aunque no te creas Isa, también pueden ser periodos largos los míos como el de un Beta. Eso me recuerda Will es un Beta – Dijo Wendy. – Sus periodos de celo, ¿no tiene él?

- No – Soltando una leve risita la oji azul. – Pero Wendy~ - haciendo una voz lastimera. – Le he dicho a Will que quiero un hermanito para Esteé. Pero no quiere. – Dando una mirada discreta a la pelirroja. – Tienes que decirnos a Mabel y a mí, ¿Cómo convencerlo?

- ¿Yo también? – Sonrojándose la castaña. – No creo que aun este lista jeje.

- Se me hace que tu madre hablo contigo – Entrecerrando la mirada la pelirroja. - ¿Algo que confesar Mabel?

- Bueno yo… - Coloreándose su rostro a un rojo intenso, antes de dar una mirada a Bill quien estaba distraído jugando a la pelota con Kvothe y junto a sus hermanos. – Le dije a mi mamá que si tuve relaciones con Bill.

- Espera un momento… - Dijo sonrojada Isabella y con la boca abierta. – Yo lo decía de broma pero… ¿Bill hizo eso contigo?

- ¿Tuviste relaciones sexuales Mabel?

- Sí.

- Oh por Dios – Soltando una carcajada la oji azul. – No puede ser, Bill es un pervertido de primera.

- ¡Ambos quisimos hacerlo! Por favor… no digan que es un pervertido con meterse conmigo – Respondió la castaña. – Bill… fue suave la primera vez, él me besaba mucho y me acariciaba con sumo cuidado. Incluso él me decía no y que volviera a la cama, pero… yo quería hacerlo.

- Espera chica, espera – Dijo Isabella soltando una risita nerviosa. – Vas muy rápido con los detalles.

- Entonces Bill y tú lo hicieron – Comento Wendy con una expresión seria. – Bueno debí pensarlo antes, Bill es un Alfa con deseos y siempre estuvo solo un largo tiempo. Ha sido distante en su familia, en especial con sus hermanos. – Viendo de reojo al rubio. – Pero cuando tu llegaste… empezó a relacionarse un poco más, no me equivoco… antes de conocerte ya empezaba a hablar con ellos y contigo.

- A lo que escuche de Will, su hermano ya sentía la presencia de Mabel. – Comento Isabella. – Solo que… no se encontraban aun.

- Un momento… ¿sabes entonces de…? - Dijo la castaña avergonzada.

- De que te gustaba Will, sí, lo sé – Soltando una risita. – Pero luego se dieron cuenta que era un error y que todo este tiempo… buscabas a Bill, solo que este idiota usaba mucho su ropa.

- Dios… solo andaba distraída.

- Sueles suceder en omegas jóvenes.

- Sí, pero Will aún es muy distraído para decirme bien los detalles de su relación – Aclaro Isabella viendo a la joven omega. – Mabel, sé que apenas inicias la preparatoria… pero ¿Bill te ha preguntado si tiene planes?

- ¿Planes?

- Se refiere a si Bill no te ha hablado de algo a futuro – Comento Wendy con una leve sonrisa nerviosa. – Ellos hacen muchos planes cuando conocen a su destinataria.

- Mm… - Sonando pensativa. – Hace unos meses atrás hablábamos mucho de nuestra relación y sobre cómo íbamos a contarle a mis padres de que andábamos juntos. – Cruzando sus brazos y agachando levemente la cabeza. – Luego…

- ¿Luego? – Preguntaron ambas mujeres.

- Bill hablo sobre compromiso la idea de casarnos, era muy pronto pero… me entrego un anillo y me hablo de ser su prometida.

- ¡Aja! Lo sabía, el tuerto tiene planes muy serios de tener a Mabel a su lado. – Dijo Isabella entusiasmada. – Por eso ha estado muy reservado; solo diciendo que es su novia.

- Isabella, ya sabíamos que Bill desea mucho que Mabel sea su prometida. – Hablo Wendy. – Pero él sabe muy bien que todo Alfa debe esperar a que su destinatario sea mayor de edad para estar juntos.

- Un año menos un año más, pronto Mabel tendrá diecisiete el año que viene. – Guiño un ojo la castaña. – Y será para Bill, legal.

- Yo solo quiero… estar junto a Bill eso es lo que más deseo en este momento – Comento Mabel. – No quiero una boda tan ostentosa.

- Shh… - Colocando un dedo en sus labios Wendy. – Mabel, sé que te gustan las bodas, así que no digas que no quieres una boda ostentosa. – Mostrando una sonrisa de complicidad. – Porque si ese alfa quiere que seas su esposa, tendrá que consentirte muy bien y mantenerte muy feliz el resto de sus días. Eso significa que tendrás una ceremonia de boda con vestido y tu sesión de fotos, tiene que ser un día especial.

- Jejeje tienes razón Wendy. – Dijo Isabella. – Así que ve haciendo una lista de lo quieres en tu boda, porque después en la luna de miel lo pagaras.

- ¿Luna de miel? – Ruborizándose completamente la castaña.

- A Bill no le importa gastar un centavo en ti, te consiente y te quiere como la diosa que eres, sabiendo que cuando llegue eso. – Haciendo un gesto de travesura. – Serás suya por un buen largo rato.

- Eres una pervertida Isa – Entrecerrando la mirada Wendy. – Tranquila Mabel, no le hagas caso a Isabella.

- Wendy.

- ¿Qué sucede?

- ¿Un alfa es muy feliz con la llegada de un bebé? – Viendo a Phill presumir su hijo frente a sus hermanos levantándolo como un dios egipcio.

- Bueno… que se puede decir – Sobando su vientre. – Es una felicidad muy grande saber que tienes hijos con tu pareja, fruto del amor y el deseo de una familia anhelada.

Mabel solo miraba el abdomen de Wendy, de tan solo pensar la idea de quedar embarazada le llenaba un poco de pánico y nervios, pero no arruinaba sus deseos.

Pero sabía que era muy pronto para tener bebé. Aun recordaba el sermón de su madre y la conversación de Pacifica con ella.

Pero la felicidad de llegar a tener uno con su alfa, solo era un sueño a futuro.

══════ •『 』• ══════

Bill conducía de regreso a casa de Mabel, aunque la castaña veía que era temprano para regresar. El clima empezaba oscurecerse por las nubes, pero no había señal en la radio de que fuera a llover en Piedmont. Le sugirió al rubio ver una película, sabiendo que el rubio no se negaría en decirle un "no" a su novia. Fueron a su residencia y rentaron una película de terror, una que habían prometido ver en su primera cita.

La adolescente estaba preparada para ver la película sin la excusa de escaparse a una feria del pueblo o terminar en una carretera peligrosa durante la lluvia. El rubio soltó una carcajada al recordar que esa cita casi por poco terminaba mal.

- Mi padre casi preguntaba dónde estábamos. – Comento la castaña entre risas. – Aun no puedo creer que le dijiste que pasaríamos la noche en un motel.

- El auto no era un lugar acogedor. Y era sábado de estro, tú padre sí que me iba a matar.

- Tampoco esa noche de lluvia fue que dormimos acorde a la hora. – Frunciendo levemente el ceño. – Los besos no dejaron dormir.

- Tampoco las caricias ni la poca ropa que llevábamos. – Viendo a la menor recostada en el sillón embozando una sonrisa inocente sosteniendo el tazón de palomitas. – Hemos visto la mitad de la película, Mabel. – Viendo que estaban en la escena del chico acostado en la cama viendo televisión. – Aquí se supone que aparece Freddy Krueger y lo ataca.

- Sí – Dando una leve mirada a la película para ver la escalofriante escena de como las cuchillas de Freddy lo atraviesan y crea un torbellino de sangre. - ¡AHH! – Soltó un grito grande la castaña al ver la escena y sentir la mano de Bill tocar su tobillo, llegando a tirar las palomitas al sofá. - ¡BILL!

- JAJAJA – El rubio soltó una carcajada fuerte antes de sentir los golpes de su novia encima de él. – Lo siento no pude evitarlo.

- ¡Tonto tuerto! – Empujando su pecho y golpeándolo con el cojín. – Casi muero del susto.

- Ven aquí miedosa – Tomándola en un agarre y abrazándola contra su pecho hasta quedar recostados en el sofá. – Tranquila preciosa que el único demonio de los sueños, seria yo.

- Muy gracioso Bill – Tirándole un puño de palomitas el cual atrapo con la boca.

- Sabes es una mala suerte no quedar atrapados en una lluvia. – Insinuando la situación en la que estaban.

- Cierto, así nos escaparíamos en un motel y estaríamos en camas duras, con un loco asesino acechándonos.

- Muy imaginativa, Estrella fugaz.

- Enserio ese motel tenia las camas no estaban cómodas y la almohada era muy dura.

- O duro fue otra cosa.

- ¿Qué dijiste?

- ¿Qué dijiste tú? – Sonriendo con burla al doble albureo a la menor.

- Pervertido. – Sonrojándose con fuerza.

De repente los sonidos de los relámpagos se hicieron presentes provocando que la pareja soltara una risa silenciosa y temblaran de la emoción.

- ¿Crees que…? – Pregunto Mabel dirigiendo una mirada a la ventana. – Será mejor que metas a Pato.

- Cierto. – Respondió Bill un tanto ansioso antes de ir al patio y abrir el corral para llamar a su mascota. – ¡Pato!, ven. – Viendo al cerdito caminar a dirección de la casa. – No puedes quedarte afuera, va ser una tormenta fuerte.

- Hace poco hacia sol, solo que se nublo bastante – Menciono la castaña con las mejillas rojizas. – Creo que la invocamos, Bill.

- Son las lluvias de Agosto y Septiembre, son muy fuertes. Ya se me hacía extraño que no volviera a llover.

- ¿Tienes todo para un apagón?

- Sí señorita seguridad. – Tomándola suavemente de la cintura y haciéndola girar. – Tenemos linternas, velas, un machete por si se acerca un asesino y la podadora de césped.

- Jajaja creo que no vencerías a Freddy Krueger con una podadora de césped.

- Sería conveniente dejarte antes de que inicie totalmente la lluvia. – Cepillando levemente sus mechones rubios. – No sería bueno pasar la noche aquí, apenas me han dado el permiso de sacarte a una cita.

- Mis padres aun no llegan a casa, 30 minutos me dejaras afuera de mi casa ¿No lo harías Bill? – Llevando sus manos a su cadera.

- Esperamos en el auto. – Aclaro. – En lo que llega tu padre.

- Y tú te iras en medio de la tormenta, ¿y si te pasa algo durante el camino? – Alzando una ceja. – Si descubro en las noticias que tuviste un accidente y en el titular dice: Sujeto tuerto cae a un río mientras conducía. Entonces me veras muy furiosa.

- Mabel, no eches la sal – Dijo Bill. – No hay que desaprovechar que tu padre me permitió ser tu novio oficial y único.

- De acuerdo – Dijo la joven levantándose del sofá y alisando su falda. – Pero enserio no quiero eso en las noticias de las 7 de la mañana. Oh saldré con un alfa de mi escuela.

- Claro que no veras esa noticia – Dijo Bill. – Así que ni mires otro reemplazo mío, es más agarra el beeper de tú padre y miras el mensaje que deje.

- Sí.

La chica tomo su mochila mientras que Bill se acercaba por su abrigo, un sonido se escuchó del beeper. El rubio tomo el aparatito y reviso dos mensajes del coordinador.

[¿Siguen en el parque?]

[Mi esposa y yo no hemos llegado, tardaremos en llegar a casa]

[Fuimos a una fiesta de despedida de Soltero]

[Iba apenas a dejar a su hija]

[Estamos en mi casa, terminábamos de ver una película de terror]

[Bill, deja que se quede esta noche]

[La lluvia estará fuerte para salir]

[Es peligroso para ti y Mabel]

[¿Su hijo no está?]

[Está mañana salió con su prometida]

[Regresara mañana, prefiero que Mabel no este sola]

Al parecer el día no terminaría, al saber que su preciada Omega podría quedarse con él solo por esta noche.

- Bill estoy lista – Tomando el paraguas. – No encontré el impermeable del closet. Pero tomare el paraguas prestado.

- Esta noche no iras a casa – Se acercó a su novia retirándole la mochila de sus hombros.

- ¿Qué? – Viendo al rubio guardar la mochila y el abrigo. – ¡Bill!, mi papá se enfurecerá contigo si me llevas tarde.

- No si me pidió que te quedaras aquí.

- Estas bromeando – Cruzándose de brazos. – ¿Quieres desafiarlo?

- Querida – Mostrando el Beeper y un mensaje que decía la respuesta de Charles. – Esta noche te quedas conmigo, fin de la discusión. – Embozando una sonrisa colmilluda. – Ve preparando más bocadillos, tendremos maratones de películas de terror.

- ¡Sí! – Dijo contenta la castaña abrazándose del rubio. – ¿Podemos terminar de ver la película?

- Por supuesto, claro siempre y cuando no tires los bocadillos. – Pellizcando sus mejillas.

- Claro que no – Inflando levemente sus mejillas. – Por cierto… ¿me das un pijama?

- ¿Pijama? – Sobándose la barbilla y pensando un poco.

- Sí pijama, recuerda que no traigo.

- Sabes que, mejor recreamos la noche en el motel. – Se acercó amenazante hacia ella acorralándola contra el pasillo dando una mirada picarona a su novia. Levantándola de sus caderas abrazo sus piernas a su cintura y robo un beso ardiente de sus labios.

- Bill… - Siguiendo el dulce beso que le brindaba el rubio. La llevo lentamente a la estancia donde estaban hace un momento viendo la película, sentándola en el reposa brazos del sofá sintió las manos del alfa acariciar sus esbeltas piernas con suma delicadeza, dirigiendo apretar suavemente sus glúteos. – Señor Bill… ¿No es un poco tarde andar afuera en la lluvia? –Soltando una leve risita. – Solo hay una cama disponible.

- Mm… el dueño del motel dijo que podíamos compartir – Sintiendo las manos de la castaña desabotonar su camisa oscura. – No necesitaras esto… - Adentro sus manos tomando el elástico de sus bragas y bajándolo lentamente por sus piernas, viendo a la condenada adolescente provocarlo cuando movió sus piernas en forma de balanceo. – Tampoco la falda, así que vamos a quitarla.

- Ehm… Bill…- Dando una mirada directa al rubio para detenerlo. – Pato está en casa y nos está mirando.

Viendo al cerdito mirarlos con curiosidad y con su colita retorcida moviéndose.

- Mira nos está mirando, se ve lindo – Soltando una risita.

- Cierto… hay un cerdo presente y no queremos poner mal ejemplo. - Apartándose de la menor, tomo la manta que estaba en el sofá y la aventó hacia el cerdito viendo como este rápidamente se acomodaba y emitía sonidos de emoción. – Listo, ahora el chico está dormido.

- jeje Bill – Señalando a Pato alzar la cabeza.

- Haber señorita Cipher – La cargo en modo nupcial llevándola hacia las escaleras. – Tú y yo vamos a jugar un largo rato arriba, y dejamos al chico dormir en paz ¿de acuerdo? Porque me estas interrumpiendo.

- Nos va escuchar, Bill. – Soltando una risa la castaña mientras se aferraba al cuello del alfa.

- Lo único que se oirá es… tú deliciosa voz gritando mi nombre por la habitación.

- ¿Así? ¿Y tú qué? no te oirás o eres silencioso.

- Mi voz solo emitirá lo bien que lo disfruto haciéndolo con mi pareja.

Podría decirse que son los momentos más felices entre nosotros dos

La lluvia no paraba de caer durante la noche, Bill se encontraba en la cama desnudo junto a su amada. Ambos miraban por la ventana el clima del momento. Ella se acomodó en su regazo siendo recibida por sus brazos mientras recargaba su cabeza contra su pecho, escuchando el suave golpeteo de su corazón.

- Bill… - Trazo leves círculos sobre su pectoral izquierdo dando un besito que provoco al rubio un agradable risa, pero que al final termino apagándose. - ¿Hay algo que quieras decirme?

- Sí – Abrazando a Mabel con fuerza y enterrando su rostro en su melena achocolatada, como si fuera un gran consuelo el tenerla en sus brazos. Era su única calma y la persona que más le importaba en su mundo.

- ¿Es acerca de…? – La castaña sabía a lo que se avecinaba, pronto tendrían que dar cara al padre de Bill. - ¿Tienes miedo?

- Sí – Acariciando su cabello. – Es inevitable pequeña.

- Bill – Se acercó a tomar el rostro del rubio entre sus manos, limpiando las lágrimas que caían sobre su orbe dorado y parte de su parche ocular. – Todo estará bien, recuérdalo bien. – Embozando una dulce sonrisa. – Me tienes aquí Bill.

- Mabel… - Soltando un débil sollozo. – Mabel – Dejo que su pequeña y amada prometida lo consolara con su cariño y ternura. – No me dejes.

- No me apartare de tú lado. – Lo atrajo colocando un beso suave en su frente. – Algo me dice que Bill Cipher no es muy maduro aun para enfrentar por completo a su padre. Y yo lo entiendo… - Acariciando los mechones rubios del Alfa. – Pero la decisión que tomes Bill, sé que será la correcta.

- Desde cuando esta omega se volvió tan bastante madura en hablarme – Viendo a la chica regalarle esas sonrisas que lo alegraban bastante.

- Desde que tengo que cuidar a lo más preciado para mí – Abrazándose a su pecho. – Bill recuérdalo mucho… te amo demasiado, de aquí hasta el multiverso.

- Mabel – Levanto el rostro de su chica viendo ese brillo en sus avellanados ojos. – Recuerda que serás mía por la eternidad, mi preciada omega.

- Bill – Tomando la sabana para colocárselo en su cabeza. – Cuando cumpla diecisiete… ¡Quiero casarme contigo! – Mostrando sus dientes blancos en una sonrisa. – Tengamos una boda.

- Preciosa si ya sabes que me casare contigo – Viendo a la chica usar la sabana como vestido. – Entonces ¿quieres una boda?

- Sí – Sonrojándose de sus mejillas. – Quiero llevar un vestido y caminar al altar contigo. Quiero estar hermosa para ti ese día.

- Mabel – Tomándola suavemente de su cintura y atrayéndola. – Ya eres demasiado hermosa para mí. – Soltando una suave risa. – Pero… si quieres tenerme muy embobado viéndote todo el día y teniéndote a mi lado sin que nadie te tenga, harás que los invitados se quejen conmigo por ser tan celoso de mi esposa.

- Bill.

- De acuerdo – Soltando un bufido de felicidad. – Pero estando solos serás mía.

- Eres un tuerto pervertido, señor Bill.

- Y esa palabra… ¿De dónde la sacaste?

- No te diré jeje.

- También… - Hablo el rubio en un tono sereno dando caricias en sus hombros.

- ¿También? – Pregunto curiosa la chica.

- Sí más adelante… me gustaría – Ruborizándose de su rostro el rubio. – Yo quisiera de ti… bueno si se podría o estuvieras preparada… un…

- ¿Un cachorro? – Susurro en su oído la menor consiguiendo que el alfa la mirase con el orbe abierto. – Bill… quiero un bebé tuyo.

- Mabel… - Viendo a la castaña asentir.

- Cuando sea el momento… dejare de tomar mis pastillas. – Comento la chica sonriendo. – Quiero tener un pequeño Cipher, lo más pronto jeje.

- Sabes que lo voy a querer mucho – Se acercó a la chica besando la coronilla de su cabeza. – Y a ti más que nada.

- Bill… - Un beso que se perdió en la oscuridad de la habitación, fue el gesto de felicidad de una pareja. – Te amo tanto.

══════ •『 』• ══════

06 de Septiembre de 1985

La tarde del viernes Mabel había salido temprano del instituto Media Luna, sus clases habían finalizado y había pedido permiso en el taller de arte para salir temprano. La joven omega tomo su suéter rosa y agarro su mochila corriendo con prisa a la entrada del campus. Visualizo al Alfa rubio que estaba estacionado en su auto deportivo en la acera del instituto.

- Bill – Se acercó la chica siendo recibida por el rubio, quien tomo su mochila y la puso atrás del asiento. - ¿No saliste algo temprano?

- Pedí permiso para salir antes.

- Descuida tenemos tiempo.

- Sí, pero no quiero ir con esta vestimenta. – Señalando su falda azul oscuro y su suéter de lana blanca.

- Mabel – Se acercó tomando su mano con discreción y dando un beso en su dorso. – Te ves preciosa con ese atuendo, es la primera vez que te veo usar un tono oscuro de falda. – Embozando una sonrisa seductora. – Hasta diría que me andas coqueteando en este día.

- Bill – Tomándolo de la corbata arreglo el nudo medio flojo, dejando uno presentable. – La vestimenta, vamos no estamos de salida de trabajo. Debes ir bien presentable, quiero verte presentable y nada de fachada de flojo.

- Jejeje ¡Por Dios! – Se sonrojo el rubio entre risas al ver a la omega comportarse muy madura frente a él, tiro de la castaña muy cerca de él para darle un beso rápido en sus labios rosados. – Ya se mi esposa, por favor ya cásate conmigo Mabel. Te necesito ya en mi vida completamente.

- ¿No puedes esperar un año? – Sintiendo el abrazo del Alfa muy fuerte.

- No – Llevándola al copiloto del auto, le abrió la puerta dejando que entrara. – Pero… tenerte conmigo me hace tan lleno de dicha y felicidad, pequeña omega.

Mabel solo ladeo un poco su rostro teniendo un leve tinte carmín en sus mejillas, esas palabras eran miel para la menor. Bill se subió al auto encendiendo el motor y comenzando el viaje hacia la mansión donde visitarían a su padre.

Fue un viaje de una hora aproximadamente por el trafico pero ideal para calmar las ansias del rubio, lo que sabía la castaña era que su prometido no había visto a su padre desde que su hermano Phill anuncio su compromiso con Wendy. Casi 4 años sin verse a cara, más sumando el rencor desde que él tenía 13 años.

Mabel podía ver que Bill solo se tensaba de pensar que arribarían muy pronto a la mansión Cipher. La pregunta sería… ¿Serán recibidos? Era una reunión sorpresa.

El rubio aparco el auto atrás del auto de Will, notando el ama de llaves y el mayordomo que estaba afuera en el jardín. En cuanto salió del vehículo fue interrogado por ambas personas, sorprendiéndose de quien se trataba, incluso le decían que estaba a tiempo de retirarse. Bill rechazo y fue a la puerta del pasajero para extenderle la mano a Mabel.

- El amo Phill y Will llegaron hace 10 minutos.

- Muy temprano comenzaron el disturbio. – Menciono el Alfa tomando la mano de la castaña. – Es mejor que ellos reclamen primero, lo mío es más una advertencia.

- Joven Cipher – Hablo el ama de llaves. – No le aseguro que este de buen humor, pero estaremos al pendiente si vuelve… - Viendo el ojo del rubio.

- No volverá suceder – Comento. – Tampoco dejare que la toque.

- Bill – Sintiendo el leve temblor en la mano del rubio.

- Tranquila, yo solo le hare entender a ese sujeto… que no quiero que se entrometa en nuestra vida.

PV Mabel

Sabía que Bill estaba nervioso y lleno de ansiedad, el llevarme a dirección a la mansión fue trabajoso puesto que de momentos los recuerdos regresan al día en que dejo su casa. Para Bill era imposible no dejar de voltear para ver en los pasillos o la entrada de las habitaciones algún cambio. Se detuvo al pie de las escaleras viendo que ya no estaba el cuadro de su madre, y que uno de los cuadros familiares donde estaba él y sus hermanos, estaba rasgado del rostro de donde debería estar Bill.

- Él tuvo el tiempo de rediseñar el cuadro.

- Pero es su familia… - Menciono la chica con la cabeza baja. – No debería hacer eso.

- El rencor que tiene mi padre con mi madre es muy grande, el verme solo aumenta su desaprobación y la traición.

Llegando al salón donde se reunirían, las voces altas no se hicieron esperar, parecía que uno de los hermanos de Bill estaba discutiendo con respecto al tema de privacidad.

- ¡Claro como siempre! ¡ustedes en vez de saludar llegan así como si nada! – Golpeando los puños en el escritorio. - ¡De ti esperaba que azotaras la puerta! – Señalando a Phill. – ¡Y a ti solo que llegaras en lástima! – Señalando a Will. – Invitar a esa mujer es lo único que prohibí en esta casa.

- Es mi futura esposa – Aclaro Will molesto de su voz. – No te atrevas a echarla.

- Típico de ti, una chica que viene de una familia llena de fraudes.

- ¡¿Qué tanto debo de pedir para que te alejes de ella?! – Dijo en un tono enfurecido Will. – Padre te deje pasar el hecho que mencionaras el despreciable comentario que le lanzaste a Isabella la primera vez que vino, pero enterarme que la amenazaste para alejarla de mí.

- Alguien no cumplió con su palabra – Dijo el señor Cipher dando una mirada oscura de sus ojos cenizos a la castaña oji azul, que solo ladeaba la mirada y se escondía de Will. – Te dije que no te acercaras ni a la universidad. Eso no puedes hacer nada discreto.

- Mi servicio no se ha completo porque usted interfirió.

- Solo eres una aprovechada, la pensaste bien al embarazarte de Will, sabiendo que es un Beta, aunque potencial de donde él proviene. – Golpeando con los dedos la mesa de su escritorio. – Buena familia y estatus. ¡Ja! y decirle que tienes una hija suya ¿arreglaría todo? que Will lo entendería fácilmente.

- Padre estas pasándote al entrometerte en la vida privada de mi hermano. – Sonando en un tono serio Phill. – No nada más investigaste a Isabella, te recuerdo que una vez le hiciste eso a Wendy y el día de la boda todavía la discriminaste a ella y a su familia, por su linaje y procedencia.

- Tú esposa ya la acepte Phill, tampoco daré cara al señor Corduroy, lo mío no fue insulto solo fue un comentario para que no se aprovecharan de ti. – Respondió el hombre molesto. – Lo que no tolero es que alejes los nietos de su abuelo, están a tiempo de reformarse y llevar una buena vida. Solo ofrezco una educación de excelencia como ustedes la llevaron.

- No queremos ninguna relación contigo, si piensas inculcar una forma discriminada con las categorías de ser un Alfa que son superiores a todos los demás, dejando de lado el respeto que se le debe de dar al Beta y al Omega, preferimos que ni te acerques a ellos.

- Claro, mi error fue dejarlos mucho tiempo con esa mujer – Aclaro el Alfa mayor. – Sabía que debí interferir cuando ella empezó a llevárselos a esos lugares e inculcarle esa clase de educación en hogar.

Su mirada se posó en el marco de la puerta viendo a su hijo acercarse con un semblante lleno de seriedad en su rostro. Notaba que no estaba solo y que iba acompañado de una adolescente de apariencia delicada. Sus manos apretaron en forma de puño y gruño ante su presencia.

- ¡Y ahora esto! – Viendo que se acercaba el rubio junto a su pareja. – De todos a los que no quería ver nunca más, aparece el intolerable. – Haciendo un comentario déspota. – Atacarme en una reunión que solo habíamos acordado tú y yo Phill, a esta hora de la tarde y me traes al primer traidor, producto de la infidelidad de mi mujer. Al único vástago desgraciado que solo me recuerda a mi socio, al hombre que se acostó con mi esposa a mis espaldas.

- También es un gusto no ser recibido, señor Cipher. – Respondió Bill. – Aunque llamarlo padre no está a su derecho, ya que dices que soy un producto que no debió existir. – Haciendo un sonido pensativo. – La última vez que nos vimos, me dijo que era un bastardo en simples palabras y que pisar la casa solo manchaba más el nombre.

- Que bueno que te reconoces todavía lo que eres – Dijo el hombre levantándose de su asiento. – Me alegra saber un poco que conoces tu lugar. – Procedió a caminar alrededor de sus hijos. – Así me evitas la molestia de recordártelo nuevamente. – Señalando su ojo parchado.

- Lamentablemente te ocultaste tras tú hermano, un maldito embarazo de mellizos. – Comento con repugnancia en su voz. – Un aborto pondría en riesgo a William.

- Claro él que crees que solo viene de ti. – Respondió Bill. – Tranquilo solo agradezco a madre por cuidarme muy bien, hasta el lecho de su muerte. Que por cierto tú lo causaste con tu maldita soberbia y avaricia hacia tú estatus y siempre sobre el dinero. Ni un tiempo le diste a tu esposa.

- Todavía vienes a escupir veneno. – Tomando de las solapas del abrigo al rubio. – Maldita sea el día que naciste Bill.

- Padre ya sabes porque estamos aquí – Comento Will empujando al mayor y alejándolo de Bill. – Y el motivo es bastante claro.

- No estarías indagando en nuestras vidas, de no ser por el testamento que dejo nuestra madre. – Comento Phill. – Que en paz descanse, con ella no es pleito. – Señalando al hombre que sostenía a su hermano. – El asunto es contigo.

- No – Comento el hombre levemente canoso. – Pero tampoco me gusto que esa mujer los agregara en su fortuna de esa manera. Habría aceptado de ustedes dos, pero no de este maldito desgraciado.

- Igual no la quiero – Respondió fríamente el rubio. –Sí es la fortuna o testamento, no lo deseo.

- ¡Bill! – Hablaron sus dos hermanos.

- Es bastante claro que solo quiero una cosa – Comento el mediano de los hermanos. – Que se aleje de nosotros, y que deje en paz nuestras vidas. – Continúo con lo que decía. – Es bastante claro que el viejo ha estado vigilándonos, aunque no soy de su agrado. Me di cuenta que empezaste a acecharla también.

- ¿También a Mabel? - Dijo enfurecido Phill. - ¿Qué le has estado haciendo a ella?

- A ella no la tocas – Dijo Will furioso.

- Solo quería saber con quién salía el bastardo de Bill – Respondió entre una leve risa el hombre. – Claro si no era una mujer que le pago de un prostíbulo o algo sacado de por ahí, mi hijo tiene tan mala fama de andar solo y provocar problemas, que hasta pensaría que le pago.

- ¡Suficiente! – Dijo Will. – ¡A ellos no los insultas!

- Tú hermano haría cualquier cosa para molestarme. Y esa chica omega dudo que tenga relación con él.

- ¡Suficiente padre! – Alzo la voz el pelirrojo. - ¡A ella no la metas!

- Seria su culpa por involucrarse. – Dando una mirada a Mabel. – Aunque no creo que este por él, sé que es falso. Amar un defecto que actúa como mi hijo.

- Veo que esta es una discusión sin fin. – soltándose el rubio. – Phill.

- ¿Por qué estas acechando a nuestro hijos? – Pregunto Phill. – Cuando nació Kvothe, no lo aceptabas pero inmediatamente empezaste a tratarlo como favorito. Y ahora andas tras la hija de Isabella.

- ¿Qué está prohibido conocer a mi nieta?

- Amenazaste a Isabella que se alejara de mí – Apretando un puño el peli azul. – La asustaste, huyo y casi provocas un aborto porque ella estuvo sin cuidado, sin su pareja. – Continuo. – Luego la seguiste, te enteraste de que ella estuvo embarazada y la mantuviste vigilada, todo para evitar que no se acercara conmigo.

- Sabia que te pondrías así Will – Hablo su padre en tono endurecido. – Te hice un favor al alejarla, estabas como profesor de sustituto en la universidad. Si se enteraban de tú relación con una estudiante te correrían. Recuerda que en una institución es mal hablado la relación de un profesor con su alumna.

- ¡No meimporta! – Alzando su voz. – Yo la amaba y no me importaba si perdía la oportunidad para trabajar en la universidad Decima Luna, no sabes lo que sufrí al perderla. – Tomando la mano de Isabella. – Pero ella está aquí y no dejare que vuelva a suceder, si vuelves a amenazarla o acercarte a mi hija, juro que la protegeré y echare las autoridades contigo.

- Siempre fuiste muy blando y respetado en tus acciones hijo.

- Saben yo tengo una mejor – Hablo Bill acercándose a su progenitor. – Conmigo puedes hacer lo que quieras, tirarme mierda o lesionarme. No me importaría nada de eso. Pero si vuelvo a ver que te acercas a ella o la miras. Te matare, o mejor aún te romperé cada maldito hueso y te haré desangrar al punto que cuando vayas al hospital, decidan los doctores si dejarte morir de lo tan molido que te dejare o si intentaran salvarte a base de cables y tubo alimentadores. – Soltando un risa siniestra. – Pero claro eso me llevaría a la cárcel.

- Bill… - Tomando la mano del alfa con temblor. – No, no lo hagas.

- Mabel – Soltó un leve gruñido el rubio. – Ahora no…

- Por favor…

Mabel empezó emitir un aroma de calma en el alfa, aunque se podía denotar mucha tristeza y ansiedad. Bill empezaba a impacientarse y alejar un momento el agarre de la chica. Isabella se dio cuenta de lo que sucedía, Will y Phill le habían explicado que cuando Bill estaba enfurecido tendría el poco tacto para calmarse.

Se acercó a ella para tomarla de los hombros y salir del estudio donde estaban ellos. La castaña por cada paso que daba saliendo de la habitación no pudo evitar romper llorar cuando fueron al jardín. Isabella también no pudo evitar sollozar sus manos temblaban tras la discusión que tenían adentro. El miedo era que esto se saliera de control y terminaran lastimados.

Aun recordaba la mujer la lesión del Alfa rubio, su ojo parchado y como su progenitor le aventó un jarrón en la cabeza y comenzaba a golpearlo. Temía que eso sucediera con el Beta si no llegaba a cuidarse.

- Fui tan inútil en no poder ayudar a Bill – Hablo Mabel hipeando. – Dije que no me alejaría de su lado, pero no pensé que cuando llegáramos… el ambiente se pondría de esta manera.

- A mí también me agarraron desprevenida, cuando Will y yo entramos… su padre me lanzo una mirada de desaprobación y desprecio. – Aclaro la oji azul sintiendo sus manos temblar de los nervios. – Solo espero que Tyron y Elizabeth estén bien.

- ¿Tú hermano?

- Es mi gemelo.

- No puedo entender como un hombre como él, puede tener tanto odio a sus hijos.

- Linaje – Explico Isabella. – Para él lo importante es el linaje.

De repente vieron el carro de Tad Strange aparcarse dentro de la glorieta y caminar a la residencia, iba solo pero a paso seguro. Isabella y Mabel vieron a Tad Pasar con paso rápido y firme antes de ver a las dos chicas.

- Vengan conmigo – Hablo en tono autoritario el alfa. – No salgan de la reunión, pondremos fin a esto.

- ¿Cómo? – Pregunto la oji azul en tono preocupado. – Bill discute y Phill está por perder la cabeza, tengo miedo que lastimen a Will.

- Eso no pasara otra vez – Sacando un folder. – Porque al fin callare al estúpido de mi primo y a mi tío. – Comento el cabello malva mientras era seguido por las dos chicas. – Todos estos años y discutiendo por el mismo cuento que origino a las confusiones, de que si mi primo merece o no entrar al testamento, que si mi otro primo merece desposarte y si mi primo el idiota puede llevar una vida relajada con su esposa e hijos.

- Señor Tad… ¿Qué pondrá fin?

- Lo que quiere mi tío, verdad.

Llegaron al salón escuchando las discusiones fuertes de los hijos y su padre, antes de que Tad se acercara a una estatuilla y la empujara para hacer ruido al caer.

- ¡Mierda Tad! – Grito Phill asustándose.

- ¡¿Qué hiciste Strange?! – Viendo lo enfurecido el señor Cipher. – ¿Sabes lo que vale?

- ¡Oh vamos! – Colocando los brazos cruzados. – Quería un poco de atención en esta reunión de revelamiento.

- ¿Lo citaron? – Viendo a sus hijos.

- No dejabas opción como siempre. – Dijo Will. – Nunca escuchas al menos que sea de la familia de nuestra madre.

- Okey señoritas vayan a calmar a sus parejas y déjenme aclarar este punto de discusión. – Sacando la carpeta de amarilla. – Estas prohibido acosar a la familia de Phill, y al resto de los demás hijos. Tengo al fin la orden de restricción aprobada por la corte, en que usted Karl Henri Cipher queda prohibido acercarse a 10 kilómetros de sus familias, así como monitorizar prohibidamente sus vidas y actividades. Y evitar llamarlos por vía telefónica, correspondencia u otro medio de comunicación.

- Sabes que esa orden no funciona Strange.

- ¿A no? Que me dice de los cargos por violencia doméstica, tratar de violar un cambio en el testamento de su difunta esposa o acosar y amenazar de muerte a la familia Gleeful y Corduroy. ¿Quiere eso Karl? Lo llevaría a cárcel.

- Viniste muy preparado Tad Strange, tal de lo que espere de mi sobrino.

- La tía Katherine Joselyn Strange estuvo preparada en caso de que no quisiera entregar la herencia de su testamento a sus hijos, y creo que aunque no le dio tiempo de acabar con sus planes. – Viendo a sus primos. – Terminamos en un conflicto mayor, al tal punto de dejar tuerto a mi primo y desamparado a temprana edad, a Will sin posibilidad de llevar una buena relación con su novia siendo discriminado por su categoría y a Phill por vivir bajo la sombra de complacerte con tal de dejarlo tener su familia con su pareja.

- ¡Maldita seas Tad! – Golpeo los puños en la mesa Karl. – Siempre metiendo tus narices en asuntos ajenos.

- Las amenazas hacia mí no funcionan, Karl Cipher – Embozando una sonrisa. – Si estos tres idiotas pensaran un poco más con la cabeza y se dejaran llevar sus impulsos, y hubieran esperado a la hora acorde para hablar contigo. – Viendo a sus primos verse más calmadas y confusos en sus acciones. – Tal vez esas dos no estarían lo suficientemente asustadas y llorando por ver que estoy acabaría en otra violencia doméstica.

- Isabella lo siento – Apretando su mano. – Debí tenerte aquí.

- Mabel… - Viendo a la joven adolescente abrazarlo y ocultar su rostro en su torso.

- A parte tío Karl, creo que le debes una disculpa a Bill. – Dando una mirada llena de orgullo. – Te gustara saber esto. – Tirando otro folder. – No digo que mi tía sea inocente, pero da entender que Bill entra en el testamento y si fuera decisión tuya, entraría al que tienes creado para tus hijos.

- ¿De qué demonios hablas?

- Tad – Hablo Bill firmemente. – No lo hagas… dije que no quería ni una relación con él.

- Primo un día me lo agradecerás.

- ¿Qué es esto? – Reviso una carta.

- Mí tía protegió muy bien a sus hijos, tócales un solo cabello y tú socio acabara con tú empresa.

- Maldito bastardo – Viendo con furia al alfa rubio. - ¡Nunca tendrá mi perdón! ¡Nunca entrara a mi herencia, ni lo reconoceré como hijo mío!

- Entonces haz caso a la carta y aléjate de Bill – Comento Tad. – ¿Quién sabe? Ellos monitorean tus movimientos tío Karl.

- Estarás contento Tad, muy contento – Acercándose a entregar las carpetas que tenía guardadas. – Me la jugaste bien al venir en son de paz al tratar de ser amable y apoyarme. Pero aun así me jodiste.

- Solo déjalos en paz tío Karl – Comento el cabello malva. - Aunque prometí no meterme en más asuntos con los Cipher's, no me quedaba otra opción más que cumplir el deseo de mi difunta tía.

- Tad – Hablo Phill sintiendo un alivio en sus hombros. - ¿Cómo?

- Callado Phill, todo en casa se discute y uno guarda sus palabras y lengua en el momento apropiado. – Caminando en dirección a la puerta. – Karl Cipher, sí tienes unas últimas palabras que decir a tus hijos antes de no verlos nunca más en tú lecho de muerte. Sera mejor que lo hagas ahora, porque estará monitorizado desde ahora.

- No tengo nada que decir a ellos – Dando una mirada frívola a sus hijos. – Solo buscaba mantener el legado de la casta Cipher, pero como siempre… corrompidos por su madre.

- Padre cruel – Levanto la voz Mabel llamando la atención de Karl.

- Mabel – Hablo Bill viendo a la castaña acercarse a su padre.

- ¿Qué dijiste jovencita?

- Dije padre cruel – Repitió un poco más alto la castaña. – Hubo un tiempo en que mi hermano mayor y yo le decíamos a si mi papá. Cuando nos prohibió ir a Gravity Falls a ver a nuestros tíos abuelos. – Continúo la joven omega en su explicación. – En ese momento mi papá Charles tenía una seria pelea con el abuelo Shermy solo porque se iba divorciar, y en medio de la discusión entro mis tíos abuelos Stanley y Stanford quienes apoyaron a mi abuelo en su decisión.

- Recuerdo que tenía 7 años y quería ir a tener un verano agradable en el pueblo Gravity Falls, porque me gustaba el bosque de Oregón en tiempo de calor. – Comento. – Mi padre trabaja hasta tarde, mi madre se mantiene ocupada y esos veranos eran los únicos los cuales Dipper y yo la pasábamos a gusto. – Aclarando la situación. – Papá por estar molesto con mis tíos abuelos nos prohibió por dos veranos no ir a visitarlos, al punto que también iba prohibirnos la correspondencia y el hablarles por teléfono. Hasta que un día le dije junto con mi hermano que era un padre cruel.

- ¿Y qué te hace pensar que soy el padre cruel? – Pregunto Karl acercándose a Mabel.

- Que está intentando hacer lo mismo que hizo mi padre una vez… - Dando una mirada firme. – Cortar lazos familiares y lastimarlos.

- ¿Crees que quiero esto?

- Ellos se alejaran, pero lo verán como el padre más cruel por lastimarlos. – Viendo a los presentes. – El asunto es ajeno para mí, porque me dice mis padres que soy muy joven para entenderlo. Pero no tan tonta para saber que Bill tenía una familia que lo apoyaba, sus hermanos. – Dando una mirada a Will y Phill. – Solo que el padre cruel les prohibió verlo y tener contacto con él, dejarlo solo por tanto tiempo. Al igual que sucedió con Isabella y Wendy.

- Pero ellos se enfrentaron al padre cruel y hoy quisieron acabar con el asunto. – Respondió Isabella a complementando el argumento de Mabel. – A veces pegar una taza rota y volver a como era antes, no olvidara jamás los fragmentos rotos.

- Ja, creen que yo haciendo pases con ellos, ignorare mi orgullo. – Soltando una bufido de ironía. – Eso es una locura, en su sano juicio.

- Depende que tan importante es su orgullo – Respondió Isabella tomando la mano de Will.

- Aun tenia esperanza padre… de que alguna vez cambiaras – Dijo Will yéndose con Isabella. – De que algún momento nos aceptaras.

- Yo esperaba que entraras en razón viejo – Comento Phill dando una mirada seria a su padre. – Y por alguna vez dejaras de molestarnos por el linaje importante, y nos dejaras estar con Bill siendo nuestro hermano de sangre.

- Solo buscaban una familia, tío Karl – Hablo Tad viendo al hombre manteniendo aun el porte recto.

Mabel fue con Bill antes de escuchar a Karl hablar deteniendo a la pareja.

- Jovencita – Dando una mirada a la castaña. – No es muy joven para andar con él. – Viendo a Mabel dirigirle la mirada. – Su familia debió enfurecerse en cuanto se enteraron de su relación. En este siglo y época, aún sigue siendo mal visto que una omega joven este con un alfa mayor. Todavía si son prometidos.

- Mi padre ya no es el padre cruel – Respondió Mabel con una sonrisa. – Yo amo mucho a Bill Cipher, no importa su pasado, yo quiero estar con él todo el tiempo posible, que comparta conmigo sus tristezas y sus alegrías siendo mi destinatario.

- Una jovencita como tú es difícil de que comprenda que es un destinatario.

- Pero estaré ahí con ella… y jamás la dejare sola – Respondió el alfa rubio dando un apretón suave a la mano de Mabel. – Yo protegeré a mi destinataria.

- Fuertes declaraciones, Bill – Dijo Karl dándose la vuelta. – Hazme un favor, y cuida esa jovencita de nombre Mabel. Es una buena omega… testaruda y parece ser llorona, pero de buen valor para darme cara y ponerme en mi lugar un momento. – Comento. – A tú madre le hubiera encantado… saber que su hijo consiguió a alguien en quien confiar y dónde encontrar el amor que tanto necesitaba y no brinde.

- No quiero tus bendiciones. – Llevándose a la castaña. – Prefiero que así se quede, si es posible solo aléjate de nosotros.

- ¡Bill! – Dio un brinco tirando de sus orejas para jalarlas y regañarlo, antes de caminar junto al rubio tomados de la mano. – ¡Señor Karl Cipher!

- ¿Qué?

- ¡QUIERO EMBARAZARME DE BILL! – Lo dijo alto claro la omega sorprendiendo al alfa mayor de la familia Cipher.

- ¡¿Qué?! – Gritaron ambos sorprendidos.

- Sí un día… sucediera y se me permitiera poder ser madre, quiero que sepa… - Sonrosándose de sus mejillas. – Que amare tanto este bebé, al igual que Bill lo hará. Aunque padre cruel aun no resuelva sus paces con su familia, quiero que sepa… que yo seguiré con Bill a su lado y seremos una familia feliz.

- Mabel – Tomando a la castaña de la cintura con delicadeza, sus manos temblaban ante lo que dijo. Era uno de sus más grandes sueños, el tener su propia familia con la mujer que amaba. – Vámonos, ya no digas más… pequeña omega

- Bill – Observando él la mirada ladeada del rubio. – Sé que no me escucharas porque tienes mucho rencor hacia mí y no espero que me perdones por las cosas que hice en el pasado, y tal vez no merezca saberlo sobre tú vida o la de tus hermanos. Pero quiero que sepas algo. – Soltando un suspiro lánguido de sus labios. – Esa pequeña omega es muy valiente en venir y hablarme, verme y mantener esa postura tan serena y calmada aun cuando intentaba calmarte. – Dijo. – Solo diré que es oro lo que encontraste y una chica especial. – Dando una mirada calmada de sus ojos cenizos. – Cuídala bien, y sé que sonara egoísta. – Viendo a la pareja. – Pero me gustaría en un futuro que me enviaran una foto para conocerlo, cuando lo tuviese… aun cuando sé que no aceptaras la disculpa de un viejo amargado como yo.

- Cierra la boca, Karl. – Dijo llevándose a Mabel. – No sé qué cosas pides.

- Pero Bill…

- Vámonos Mabel.

El alfa mayor se quedó solo en el estudio viendo lo que acababa de suceder, la carta que escribió su esposa en algún momento tendría que aceptar que ya no era amado, puesto la razón de sus hijos y su trabajo hicieron que ese vínculo que tenía con su destinataria se rompiera.

- Esa jovencita tiene razón. – Soltando una leve risa. – El padre cruel, no está mal como me describió.

Recordando a la pareja que se mantenían muy juntos durante la reunión.

- Bill… elegiste una buena omega para ti. – Comento en un murmullo silencioso. – Un bebé deseado por ellos… esta jovencita, sí que ama demasiado a mi hijo.

Mabel había llegado junto con Bill a su residencia en los suburbios, era alrededor de las nueve y media de la noche cuando todo el asunto de la reunión se había calmado un poco con los hermanos Cipher, sin olvidar que Tad los había invitado a cenar después de ganar un poco en la discusión.

El rubio se sentó en el sillón de su estudio después de ir a servirse un vaso de vodka y soltar un largo suspiro que término casi derrotado en tanto estrés. Mabel terminaba de hacer una llamada con su madre para avisarle que por fin se había resuelto lo de la discusión familiar de los Cipher, aunque miraba que casi era tarde y que posiblemente el alfa estuviera cansado para conducir y dejarla en su casa.

Cuando finalizo la llamada ella camino hasta el estudio donde se encontraba el alfa con el orbe cerrado y el vaso terminado de su bebida. Se quedó Mabel mirando a Bill un momento se encontraba totalmente calmado como si todo ese enredo de problemas se hubiera esfumado.

Su relación ya no era prohibida ni oculta por su familia y amigos, podían verse, los asuntos con su padre al fin habían terminado y cada quien era libre de vivir su vida, ahora pertenecía a la herencia de su madre y su padre le pidió en un futuro conocer a su hijo, sí se lo permitiese el alfa.

El rubio abrió su orbe y vio a la castaña recargada en el marco de la puerta con una media sonrisa de sus labios rosados y su cabello ya suelto levemente alborotado por el viento del carro. Dejo el vaso en la mesita junto a la lámpara y coloco sus brazos recargados en sus piernas.

- Es un poco tarde, espero que no me regañen por dejarte casi las diez de la noche.

- Tranquilo – Dijo ella llevando sus manos hacia atrás. – Mi madre me dijo que pasara la noche aquí, le preocupa que me dejes a casa todo cansado. Aunque papá es algo preocupante el hecho que conduzcas a altas horas de la noche y nos ataque un vagabundo.

- Entonces… puedo tener a mi Estrella Fugaz conmigo. – Sonriendo y extendiendo sus brazos a la adolescente. – Ven aquí, quiero un abrazo.

La joven omega corrió a sus brazos siendo atraída y apretada con fuerza hacia el rubio sintiendo el aroma a cedro y chocolate. Recargo su cabeza contra su pecho soltando un suspiro de comodidad.

- Gracias Mabel – Acariciando el cabello achocolatado de su pequeña omega. – Tengo mucha suerte de tenerte en mi vida.

- Bill… - Viendo su orbe dorado. – Siempre estaré aquí para ti.

══════ •『 』• ══════

28 de Noviembre de 1985

"Felicidad pura, ¿Lo era? ¡Lo es!"

- Basta Bill jeje – Recibiendo besos cortos del alfa.

- ¿Me detengo? – Dando esa mira seductora a su pequeña omega. – No, no quiero hacerlo – Tomando su mentón y atrayendo a la castaña a otro beso, el cual la chica no resistió en animarse en el ritmo de su beso.

Una castaña se encontraba entre los brazos de su alfa besando con suma pasión encima de la mesada de la cocina. Era cena de un día especial. Mientras traía una palita para batir la salsa de arándano, la menor intentaba terminar de ablandar y suavizar la mezcla, aunque veía al rubio dando caricias en su espalda y encima de sus muslos cubiertos por las medias térmicas de color negro. Ella enserio evitaba mucho que le arruinara su traje formal al igual que el de su acompañante.

Pero Bill estaba tan emocionado en este momento que quería en este momento quitar el vestido y cancelar la cena.

¿Cuál era la razón por la vestimenta medio formal y la preparación de una salsa? Era sencillo por dos razones; vacaciones y día de acción de gracias, lo que involucra días en los que podían estar juntos. También que sería el primero que pasarían como pareja formal junto a ambas familias, Cipher y Pines, al fin las dos familias juntas.

- Bill… - Deteniendo al rubio entre besos y suspiros que terminaban en risas suaves por culpa de las caricias que provocaba el alfa mayor. – L-La cena si no acabamos nuestra parte, mi madre se pondrá furiosa, y sabes que ella es de esas de personas perfectas en las cenas. – Soltando un suspiro agradable ante la colación de la mano juguetona del rubio cuando toco su entrepierna dando una sutil caricia presente contra la yema de sus dedos contra las bragas. - ¡Aah!~ ¡Bill! – Dando una mirada coqueta. – Aquí no… es la cocina.

- Vamos queda una hora – Dando besos cortos y hambrientos en su rostro que devoraba con necesidad. - ¿Puedo Mabel? – Tirando un poco del borde de las medias. – Vi que no tomaste tus supresores y… tienes ese vestido que tanto me gusta.

- ¿Y tus píldoras? Jeje – Sintiendo los besos en su cuello y como intentaba adentrar sus manos a las medias de su vestido para bajarlas un poco más. – Vas a mancharlo, te conozco muy bien, nos va ganar las ganas de hacerlo. – Sintiendo como frotaba por encima de la braga de encaje su cadera. – Bill, por favor…~ - Murmuro su nombre al sentir sus dedos acariciando su clítoris por encima de su ropa interior. – Enserio lo ensuciaras.

- Es que te ves hermosa, bellísima, ¡Esplendida! – Comento el rubio lleno de emoción dando suaves chupetones. – Seré cuidadoso con el vestido, sí quieres ponemos una toalla en la cama y bajamos hasta los tobillos estas medias y el pantalón. – Comento en un tono divertido y coqueto. – Aparte hoy hueles muy delicioso y diferente, me gusta mucho. – Soltando una risa llena de energía. - ¿Qué perfume usas ahora? Espero que no sea uno que intensifique tu feromona, ya me traes esclavizando.

- Vamos Bill, sabes que es el mismo – Dejando el bol donde tenía la salsa al ver que el rubio continuaba con sus caricias sobre su perla oculta, le empezaba a gustar esa maldita sensación de su dedo sobre su perlita. – E-Está bien, ¡De acuerdo! Señor Cipher – Dijo ruborizara. – Llévame a la habitación.

- Sí mi señorita.

La tomo en sus brazos cargándola en forma nupcial, camino con rapidez a las escaleras sintiendo las risas de la castaña. Entraron a la habitación siendo atacado por los besos dulces y adictivos de su pequeña omega, el rubio apenas cerró la puerta cuando la menor iba desabrochando el cinturón de su pantalón para abrir la bragueta y el botón.

Bill la coloco entre la puerta y su cuerpo, bajo sus medias hasta los tobillos junto a la braga de encaje de la menor, notando la humedad acumulada en su centro. El rubio saco su erección restregando entre su pequeña vulva entrando la punta del pene.

- Bill… espera, la ropa – Dijo ella sonrojada antes de sentir como entraba completamente. - ¡Aah! – No tuvo tiempo de reclamar más cuando sintió el delicioso vaivén de sus golpes. - ¡Mmh!... Ah, ah, ah, ah… B-Bill…

- En un momento te llevare a… la cama – Dijo excitado mientras sentía las caricias en su rostro y los besos dulces y constantes de la chica.

Su amada omega se movía junto con él y aumentaba el ritmo entre las embestidas, aferrándose a su cuello y gimiendo con fuerza. Su pene era totalmente estimulado y la lubricación en sus sexos solo hacían más atractivo el momento, escuchando la succión y chapoteo que se escuchaba fuerte.

El rubio jadeaba con fuerza y miraba a la castaña sonreír y soltar gemidos combinados con los jadeos por el esfuerzo en respirar. Bill junto su frente con la suya y dio embestidas profundas provocando que la menor restirada sus piernas y soltara un largo suspiro seguido de un grito agudo. Sintiendo su vientre caliente y las contracciones, aquel líquido seminal toco muy fondo de su útero y se escurría un poco resbalando por sus nalgas.

- Bill… - Dando una mirada embriagante al rubio dándole indicar que la llevara a la cama que se veía casi cerca.

- Lo sé… - Besando sus labios. – También deseo continuar.

- Entonces llévame jeje

- La señorita no saldrá un rato de la habitación. – Saliendo de su interior. – Vamos pequeña.

La iba llevar más dentro de la habitación antes de escuchar el timbrado de la puerta de forma insistente, fue cuando el libido de Bill se fue al carajo. Provocando que Mabel soltara una risa fuerte y viera a Bill resignado a bajarla en el piso.

- Condenada coqueta – Dijo Bill viendo a Mabel sacarle la lengua. - ¿Lo sabias?

- Hoy es día de acción de gracias Bill, no puedes tocarme si esta mi familia. – Viendo al rubio caminar hasta la puerta de la habitación. – Tendrás que aguantarte otro rato jeje – Caminando a la cómoda a sacar pañuelos y limpiarse.

- Mabel no se queda así – Yendo al baño a terminar de limpiarse y atrayendo a la castaña junto con él para ayudarla. – Cuando termine esta cena, no voy a dejarte dormir.

- Mmm… ya veremos Bill – Sonriendo y dando un toque a su pene aun erecto con una toalla fría provocando un gruñido al rubio. – Si intentas abrir la puerta jeje.

- Oh veras que ni tendrás lugar a donde esconderte – Quitando la toalla de sus manos. – Sera mejor que yo lo haga, solo haces que me caliente más.

- Por eso dije que no lo hiciéramos con ropa – Acomodando sus bragas y medias. - ¿No tengo manchas en la falda?

- No, pero tu trasero es lindo – Consiguiendo a la chica ruborizándose y salir del baño.

- Pervertido.

- Lo soy para ti - Terminando de acomodar sus pantalones antes de salir y caminar junto a su novia hacia el recibidor. – Toca mucho el timbre.

- De seguro es mi papá o mi hermano. – Sentándose en las escaleras.

- ¿Por qué tú familia llega temprano? Aun ni es la hora – Viendo por la mirilla que era el hermano mayor de la Pines junto a su ahora esposa. – ¡Oh grandioso! Es Pino el acosador.

- Es la primera cena de acción de gracias, Bill – Dijo la castaña viendo al rubio. – Quieren ver que no me tengas atada en una cama, mientras vivamos juntos unas dos semanas.

- ¿No confía en mi después de la ceremonia de boda?

- Bill desaparecimos en la recepción por una hora y media, no te pone a pensar en algo – Cruzándose de brazos. – Y luego que me estoy quedado en tú casa por dos semanas enteras.

- Cierto… - Sonriendo. – Estuvo bueno el sexo de la recepción.

- Shh… - Dándole indicar que abriera la puerta.

- ¡Cuñado! – Dijo Bill dejando entrar al castaño. – Disfrutando de la media luna de miel.

- Muy gracioso Bill – Dando una mirada al rubio – Más te vale no tocar mucho a Mabel, aún sigo investigando lo de la recepción.

- Vamos Dipper, déjalo – Dijo Pacifica con sus semanas de embarazo. – Mabel ¿Dónde dejo esto? – Mostrando la ensalada.

- En la mesa, ven te muestro donde es.

- Bill – Hablo Dipper. – Supiste lo de la Universidad Decima Luna. Digo… trabajas ahí, pero no sé qué tanto sabes hasta ahora.

- Hace poco me entere, sobre Pyronica – Comento el rubio. – Nadie la ha visto y dicen que su proyecto final desapareció hace tres días.

- Es la noticia del momento en los estudiantes, mi padre dice que ha desaprobado y la profesora Wendy dijo que recibió una nota de invitación junto a su esposo Phill, al igual que Will y el resto de los profesores.

- ¿Una nota?

- ¿Pensé que te llego?

- No soy de su agrado, más de lo que ha ocurrido en este año. – Dando una mirada a Mabel. – Pero igual me quiero mantener informado de sus movimientos, por seguridad.

- Me comentaste que Mabel fue… - Viendo a su hermana hablar con Pacifica. – Mis padres no lo saben, pero tengo la vaga sospecha de que mi padre ha estado alejando a mi hermana de la universidad, evitando que Pyronica los moleste.

- Ya ha hecho mucho Charles – Comento. – Lo bueno que Mabel a estado lejos de la universidad, aunque tiene muchas ganas de verme.

- Por cierto… - Recargándose en la pared. - ¿Cómo vas conviviendo un rato con mi hermanita? Pensé encontrar la casa llena de brillitos y cosas rosas. Mi hermana le gusta decorar por donde va.

- Oh, pues con Mabel… apenas antier terminamos de desempacar sus cosas en la habitación de huéspedes, ya sabes ropa y trajo algunas cosas del dormitorio…. vimos películas ayer entre redecorar la casa para lo del día de acción de gracias y ayudarme hacer el mandado de la cena.

- ¿Y ese árbol de navidad? – Viendo en la sala. - ¿Lo adelanto otra vez?

- Noto que es muy fanática de la navidad – Sonriendo. – Pero le dije que era muy pronto.

- Para ella colocar el árbol desde el primero de noviembre es navidad – Dijo su hermano de forma seria. – Quiere que santa llegue y visualice que hay un árbol en la casa.

- Oh sí, Santa – Recordando que casi le arruinaba la navidad el año pasado. – Mabel tiene que saberlo un día.

- Yo creo que todavía no.

- Bueno el punto es que ayer andábamos cansados. Y nos fuimos a dormir temprano.

- Aja, ¿y mi hermana se duerme temprano? – Frunciendo el ceño.

- ¿A qué quieres llegar? – Cruzándose de brazos. – Pensé que me tenías confianza, Mason.

- No lo sé Bill, dime una cosa ¿Está tomando los supresores y usando la protección?

- ¡Claro que sí! – Dijo sonrojado. – No es que fuéramos conejos haciéndolo por toda la casa y la tocara cada que pierdo el control.

- Bill, cuidado que hay genes de gemelos en la familia Pines.

- Eso estaría bien, dos por uno – Sonando pensativo.

- ¿Qué dijiste? – Viendo al rubio escapar para ir a recibir más invitados que tocaron la puerta. - ¡Bill no quiero sobrinos ahora!

- No te escucho, el timbre suena fuerte.

- Hablo enserio – Dijo el castaño viendo al rubio solo soltar una risa.

- Serás el primero en saberlo, cuñado.

- Sí como no.

Bill recibió a la familia de Mabel siendo saludado por su futuro suegro y suegra. El rubio se sorprendió que el padre de la chica lo abrazara y le diera una palmada en la espalda, demostrando su confianza al dejarle a su cuidado a su preciada hija. La madre de Mabel igualmente lo abrazo y tiro suavemente de su mejilla deseándole un feliz día de acción de gracias. De repente llegaron sus hermanos quienes no evitaron saludarlo con entusiasmo y como siempre sus sobrinos atacándolo con la palabra "tío tuerto".

Todos estaban reunidos y Mabel los guiaba a la sala para calentarse frente a la chimenea, mientras su mascota Pato era mimado por los más pequeños. Dipper se encontraba ayudando a Pacifica a dejar los recipientes con comida que los demás trajeron. Wendy mostraba su avanzado embarazo siendo una bomba de tiempo, mientras que Isabella apenas mostraba un pequeño bulto de forma orgullosa. Phill y Charles no evitaron dar pequeños codazos a Will quien se encontraba mega ruborizado con Estée en sus brazos diciendo que tendría un nuevo hermanito o hermanita. La señora Pines se encontraba ayudando a Mabel colocar la mesa y soltar una que otro halago sobre su atuendo, pidiéndole que modelara y diera una vuelta para ver su vestido.

El alfa rubio no sabía que decir, por primera vez se sentía muy contento de tener a su familia reunida sin necesidad de ocultarse o evitarlos, sin sentir la presión de su padre o su cruel restricción con sus hermanos. Aparte que ahora pertenecía al grupo de la familia Pines.

No pudo evitar sentir ese calor en su pecho y la sensación de piel de gallina, sintiendo su ojo cristalizarse y solo… agradecer, solo agradecer de tener a su amada Estrella fugaz, su Mabel aquella omega que le había dado demasiado en tan solo dos años.

Mabel miro a Bill que estaba recargado en el marco de la sala, fue con él y tomo sus manos delicadamente pidiendo que se inclinara un poco para darle un casto beso en sus labios.

- Bill, ven vamos a empezar la celebración.

- Mabel… - Dando una caricia en su mejilla. – Gracias – Abrazo a su joven novia caminando junto con ella al comedor.

══════ •『 』• ══════

Después de unas horas de compañía la familia Pines al igual que la familia Cipher estaban reunidos conviviendo del día de acción de gracias. Los niños estaban jugando con Pato en el corralito del patio. El señor Pines hablaba con Will, Phill y Dipper sobre responsabilidades de ser un padre, aunque él pelirrojo trataba de impresionarlo diciendo que estaba controlado todo y que era muy responsable; antes de escuchar a Kvothe tirar unos libros del estante y proclamarse el rey del mundo.

Wendy, Pacifica e Isabella estaban con la señora Pines hablando sobre economía y algunos libros educativos que podrían ayudar en el desarrollo de los chicos. Más entre situaciones de crianza y ropa de bebé. Mabel estaba un momento con ellas pero de tan solo escuchar que hablaban muy lejos de las escuelas y universidades y futuros, hizo que la joven omega quisiera escaparse y ver al rubio que salía afuera con una taza de café a vigilar a los pequeños que intentaban montarse encima de Pato como si fuera un caballito.

La castaña lo siguió y abrazo al rubio por detrás siendo atraída a sus brazos sentándose en una banca.

- Ven aquí – Viendo a la chica soltar una risa. - ¿También te escapaste de la plática?

- Todo iba bien, hasta que hablaron de escuelas y futuros – Comento la chica con un deje de fastidio. – El presente es presente y solo quiero saber qué hacer con un bebé.

- O dos bebés – Aclaro el Alfa soltando una risa y sintiendo los golpes que le daba la chica en su brazo.

- Cálmate.

- Dijo Dipper que era hereditario en tú familia. – Menciono. – Aunque… estás hablando con el mellizo número uno.

- ¿Por cuánto?

- 5 minutos.

- Solo porque eres alfa – Entrecerrando su mirada ambos antes de soltar una risa fuerte.

- Espera a que mi hermano te escuche.

- Will me hará la ley de hielo.

- No tanto. – Recordando que ella antes sentía por su hermano mellizo, aunque no era importante repetir ese tema y malentendido. Tomo su mano y solo sonrió sabiendo que era su destinatario. – Él te aprecia como para odiarte.

- Bill – Viendo a los niños jugar.

- Estée y Kvothe deberían dejar descansar a Pato.

Mabel se encontraba con Bill sentados en la banca del patio, en su mente parecía la típica escena romántica de una película.

El alfa rubio bebía de una taza de café escuchando toda conversación que le hacia la castaña, hasta que noto algo extraño y eso era que la jovencita dejaba mucho sus manos descansando en su abdomen, una acción bastante fuera de lo común.

- Mabel…

- ¿Qué pasa Bill?

- ¿Te duele algo? – Pregunto viendo a la chica poner un rostro de confusión.

- No, ¿Por qué lo dices?

- Llevas un rato poniendo tus manos en el estómago. – Dijo. – La última vez que te comiste las palomitas con ositos de gomitas y chamoy, terminaste con gastritis. Y decías que estabas bien para no ir al hospital, mientras te quejabas de dolor.

- No tengo gastritis – Soltando una risita. – Me ha dicho que es bueno sobar el estómago suavemente para brindar calor en el cuerpo.

- ¿Tienes frío? – Sonando preocupado. – Hemos estado mucho tiempo sentados.

- Un poco… jeje pero se quitara rápido, Bill.

- Toma – Se retiró el abrigo café para colocárselo. – Solo un rato porque debes ponerte tú abrigo, tú padre ya me está regañando mucho por consentirte demasiado últimamente y aparte que no quiere que uses mi ropa.

- Es que el aroma de Bill me gusta mucho – Sonrosándose de sus mejillas antes de quedarse recargada en su hombro. – Oye Bill.

- ¿Hmm? – Dando una mirada a la castaña. – Quiero darte algo… es un gran sorpresa, quería esperar un poco más a diciembre, como un regalo extra pero quiero que seas el primero en saberlo.

- ¿Una sorpresa?

- Aún falta mucho para 24 de diciembre o para el 31 que es tú cumpleaños… pero la verdad es que quiero adelantar un regalo para ti.

- ¿Qué podría ser? – Embozando una sonrisa de emoción. – Espero que no hayas comprado algo caro o quieras tenerme embobado con una pieza de lencería ultra mega sexy que me haga perder el control. – Dijo. – Ya con ese aroma que emanas me trae loco jeje.

- No tonto – Dando un golpecito a su brazo. – Te gustara mucho.

- De acuerdo, ¿y qué es? – Dijo Bill viendo a la castaña pararse y embozar una sonrisa. – ¿Mabel?

- Espera aquí, de acuerdo – Dijo la castaña dando brinquitos de emoción. – Solo espérame Bill – Dando un beso en sus labios. – Solo espera aquí querido.

- Está bien, mi preciada Estrella fugaz. – Sintiendo su rostro enrojecer por esas palabras que calentaban su corazón.

- No tardo. – Mabel corrió dentro de la casa pasando por la cocina y caminando rápidamente por la sala, fue subiendo las escaleras hasta llegar a la habitación de huéspedes donde busco su mochila, abriendo los cierres busco la cajita envuelta donde tenía la famosa prueba. Pero vio que no estaba dentro de la mochila. – Oh no…

Saco las cosas de su mochila y reviso todo, hizo memoria un momento para tratar de saber que había pasado con la cajita de regalo. Hasta que se acordó que lo dejo en la habitación de su casa junto al tocador.

- ¡Uy! soy muy tonta – Se dio un golpecito en la frente. – Bill debe tener una más… por aquí.

Fue al baño que compartían y busco en el botiquín más de las pruebas pero solo encontraba supresores, loción y artículos de curación.

- ¡Es enserio! – Cerrando el botiquín. – Tenia lleno de pruebas y ahora no tiene.

Salió del cuarto de baño encontrándose con Wendy quien estaba a punto de tocar la puerta.

- ¿Esta libre? – Pregunto. – Tomar mucho ponche me tiene la vejiga a reventar.

- Adelante – Dijo desanimada.

- ¿Qué sucede Mabs?

- Tenia una sorpresa para Bill, pero lo deje en casa y… vine al baño si había, ya sabes cartuchos pero esta vacío el botiquín.

- ¿Cartuchos?

- Sí… - Sonrojándose. – Yo… hace una semana me hice una prueba junto con Candy, es que ella sospechaba haber quedado embarazada de Gideon. Y pues como sobro un cartucho yo entre y… lo moje y espere.

- ¿Estas…?

- Posiblemente sí – Sonriendo. – Y quería mostrárselo a Bill.

- Oh vaya… yo – Dijo la pelirroja sin poder aguantar las ganas de ir a orinar o llorar de la emoción por una noticia muy esperara para el rubio. – Espera un momento, solo un momento.

Entro la mujer descargando un poco el líquido, mientras que Mabel esperaba recargada sobre el barandal de la escalera, escucho la puerta abrirse y salir la pelirroja un poco más aliviada.

- Me agarraste de sorpresa.

- Lo siento.

- No te disculpes – Dijo ella con ojos brillosos. – Entonces viste positivo.

- Sí. – Haciendo una seña con su mano. – Estoy segura de que era positivo.

- Pero dejaste la prueba.

- Sí – Sonando desanimada. – Ahora él espera pacientemente en el patio.

- ¿Y si compras otra?

- Pero… las farmacias están cerradas.

- No la que está a cinco calles, vi una que cerraba a las 22 horas.

- Pero como voy sin que se enteren que comprare eso.

- Tú déjamelo a mí.

Wendy fue por su bolso por dinero y tomo a Will del hombro un momento para entregarle el dinero y pedirle un favor.

- Will ¿puedes acompañar a Mabel por un poco de refresco y jugo?

- ¿Y Bill porque no va con ella? – Pregunto – Sabes cómo se pone cuando no está con Mabel.

- Porque…. Bill lo ocupo para hablar de algo privado.

- ¿Privado?

- Cosas de adultos que quiero hacer con Phill.

- Wendy – Dijo sonrojado el peli azul.

- Vamos solo es un favor, tú esposa está ocupada con la señora Pines. Recibiendo consejos de cómo dar una educación buena a su hija.

- Bueno, tienes razón. – Viendo a Isabella dar una sonrisita y saludarlo. Se acercó a su esposa y le aviso. – Ya regreso Isa, iré con Mabel por unas bebidas y unas cosas a la farmacia, no me dijo Wendy que era.

- Vayan con cuidado – Dijo ella. – Estée y yo y claro el pequeño de aquí te esperaremos. – Señalando su abdomen.

- Sí... – Dando una caricia al abdomen de Isa. – Pequeño ya regreso.

- Jejeje me traes un chocolate.

- De acuerdo.

- Relleno de bombón.

- Okey – Soltando una risa. – Te traeré todos los chocolates.

Wendy fue hacia donde estaba Bill antes de verlo con los ojos cerrados y una cara llena de emoción.

- ¿Listo Mabel? – Pregunto el rubio.

- No, aun no – Dijo Wendy sentándose en la banca junto a Bill, llegándolo a sorprender.

- ¿Wendy?

- Hola – Saludo. – No hemos tenido tiempo de calidad para hablar.

- ¿Y Mabel? – Pregunto.

- Mmm… la mande un momento a comprar unas bebidas con Will, dice que necesitaba un moño para un regalo.

- Esa pequeña… - Dijo Bill sonando preocupado. – Podía a verme dado el regalo así. Si esa era la sorpresa – Levantándose. – Iré por ellos.

- ¡Oh no! – Deteniendo al rubio. – Bill no arruines la sorpresa de Mabel, puede que se haya esforzado mucho para que tú la detengas y lo averigües.

- Tienes razón.

- Por cierto Bill… - Viendo al rubio tomar su taza casi vacía. - ¿Cuándo le pedirás que vivan juntos?

- B-Bueno… - Hablo casi atragantándose. – Quiero que Mabel solo cumpla los 17 para… poder hacerlo oficial.

- Hablas de la tutoría de sus padres – Menciono la pelirroja. – Ya casi no falta mucho jeje, los 17 años casi a la vuelta de la esquina.

- Cierto, no falta mucho.

══════ •『 』• ══════

Habían llegado a la farmacia viendo a Mabel entrar rápidamente de forma nerviosa como si su vida dependiera de eso, la vio irse a la sección de medicamentos. El peli azul solo ladeo levemente su cabeza aunque estaba enterado que llevaba la pequeña omega una vida sexual activa con su hermano.

- Mmm… Espero que Bill tenga un poco de electrolitos – Soltando una risita. – Las omegas jóvenes son muy activas, y Mabel parece que no lo dejara descansar. – Viendo las bebidas, antes de embozar una sonrisa. – No quiero que lo chicos tomen mucha azúcar.

Will se acercó al refrigerador a tomar unas gaseosas y jugo para los chicos, mientras tomaba en la sección de dulces varios tipos de chocolates. Iba preguntarle a la castaña si quería alguno pero la vio pidiendo en el mostrador unas pruebas.

El peli azul solo se sonrojo al saber que objetivo era de ir a la farmacia, aunque algo le gritaba en la mente que pronto seria tío. Saber antes que su hermano y que ella le llevaría una enorme sorpresa a él y tal vez su familia. Solo así que debía hacer lo correcto, guardar el secreto y esperar hasta que su hermano lo descubra.

Una vez pagado lo comestible entre algunas cosas, Mabel caminaba felizmente con la bolsa en mano donde traía el test de embarazo, en cambio Will solo sonrió de saber que ella estaba feliz de que esperaba un bebé. Hasta que hablo la chica.

- No tienes que fingir que lo viste, Will – Dijo la chica con una mirada llena de ternura en sus ojos, demostrando el deseo más anhelado de una omega. – Solo… guarda el secreto, quiero que Bill lo sepa primero – Sonrojándose de sus mejillas. – A-Aunque… no sé cómo lo tome.

- ¿Y si es? – Pregunto el Beta preocupado por la joven.

- Yo vi en la que me hice anteriormente, que el dibujo que había en el cartucho era una cruz muy poco notoria de un tono rojo. Pero suficiente para hacerme pensar que lo estoy.

- ¿Eso cuando fue?

- Hace unos cuatro días – Comento – Candy se estaba haciendo una y pues salió positiva en las primeras dos cajas, le sobro una y quise ver…

- Entonces podría estarlo desde…

- Posiblemente después de la boda de mi hermano – Sonando un poco vergonzosa.

- ¡Lo sabía se escaparon en la recepción! – Dijo Will. – No le creía a la mentira de mi hermano de que se te rompió el tacón de tu zapato.

- Shh… mi hermano no lo sabe. – Haciendo una seña de silencio.

- Se ausentaron más de una hora, eso es mucho. – Comento Will.

- Bueno…

- Jovencita luego hablaremos de lo importante que es esperarse, todo en su debido tiempo. – Dando una mirada a Mabel que rápidamente se borraba su sonrisa. – Tú padre estará preocupado de esto.

- ¿Estás enojado?

- No, no lo estoy – Deteniéndose un poco. – Solo… quisiera que mi hermano y tú, no pasaran por complicaciones.

- Will – Recordó lo difícil que fue para Isabella cría a su niña. – Lo siento.

- No. Solo que no quisiera que estés sola en esto – Soltando un suspiro. – Bill… no te dejaría sola. Lo conozco, pero tampoco querrá dejar sola a su omega irse al campus de la preparatoria con un embarazo sin acompañamiento de su alfa.

- Sé que debí esperar.

- Pero por otro lado… - Sonrosándose de sus mejillas. – Estoy muy feliz por ti Mabel, porque… lo esperas con emoción y mucho anhelo. Era algo inevitable con ustedes dos.

- Voy a querer mucho a este pequeño.

- Bueno… pues no tengamos esperando más a mi hermano. – Hablo mientras comenzaba a caminar rápido. – Aparte quiero ver la expresión que pone mi hermano después de enterarse. Necesitare ir por la cámara para tomarle una foto.

- ¿Crees que estará feliz?

- Feliz no – Viendo a la chica medio deprimirse, antes de terminar de decir. – Él estará eufórico, más que contento y brincando de alegría. Te apuesto que llorara de la gran felicidad que le darás de tan solo darle la noticia. – Dando una caricia efusiva en su cabello. – Hasta se me hace una sorpresa muy hermosa, Mabel. Creo que seré el mejor tío del mundo, tratare de ganarle a Phill jeje.

- Bill – Sonrojándose y sintiendo sus mejillas calentarse, de tan solo imaginarse el rostro del alfa y su sonrisa hacia que su corazón latiera fuertemente. – Ya quiero decírselo.

Mabel caminaba a lado de Will de regreso a casa de Bill con las bebidas y el test de embarazo cuando el Beta de cabello azul noto más adelante a una pareja de sujetos enmascarados con pasamontaña y ropa oscura cubierta de impermeable blanco, uno de ellos sosteniendo un mazo alargado de hierro y el otro una pistola en mano, se acercaron a ellos soltando una estruendosa risa que calaba hasta los huesos del miedo.

- ¿Will? – Viendo al Beta detenerse y tomar su mano con fuerza.

- Mabel… - Sonando grave el peli azul, la abrazo de la cintura. – Tranquila… yo… te protegeré.

- ¿Pero… qué sucede? – Dijo Mabel asustada aferrada al saco de Will. – Will… ¿Qué pasa?

- Oh no, Mabel – Tomando a la chica para colocarla atrás de él. – Son peligrosos, mantente a mi lado no te separes de mí.

- Will – Viendo a los sujetos acercarse más.

- Pequeña omega… - Dijo una voz femenina muy conocida. – Mi pequeña dulce, dulce omega… siempre te amé. – Levantando el mazo. – Te has portado muy mal al destrozarme el corazón. Solo tenías que venir a mi lado, mi hermosa musa. – Corrió hacia ellos lista para dar el golpe.

- ¡MABEL CORRE! – Grito Will antes de ver a la chica que le propinaba un golpe con el mazo directamente en la mandíbula, tumbándolo en el suelo.

- ¡WILL! ¡NOO! – Grito Mabel antes de ver al sujeto pararse enfrente apretar la correa del arma y jalar el seguro del gatillo tomando a la castaña del brazo y colocar la punta del revolver atrás de su cabeza. - ¡Ah!

- Nada personal, pero no sabes cómo ella te lloro. – Sonado con desprecio. – Así que coopera pequeña zorra y quiero que hagamos esto por las buenas. Cierra la puta boca que tienes o un agujero atravesara tú cabeza.

La menor estaba asustada y temblando violentamente con los ojos cubiertos en lágrimas al ver a Will borboteando sangre de su boca. Le había reventado la piel y sus dientes se habían enchuecado.

- ¡Maldita sea! – Grito enfurecida. – No es él, ¡No es él! ¡No es el hijo de puta!

- Bill Cipher debe estar allá, vaya dos semanas cazándolo y nada. – Dijo el sujeto. – Es el profesor William Cipher. Un maldito beta sin voz ni dominio.

- Igual interfirió siempre, quiero que sufra también. Pero yo… ¡quería y deseaba desaparecer a Bill Cipher! – Dijo la voz femenina. – Toco lo que no era suyo, ¡ELLA ES MÍA POR DERECHO!

- M-Ma… Ma… Mabel… C-Co-rre – Hablo Will escupiendo sangre de su boca reventada. - ¡H-Huye!

- Profesor William… - Alzando el mazo. – Lo siento mucho, pero los cadáveres no hablan – Soltando una risa llena de locura y desprecio – ¡Buenas noches! – Golpeo directamente su cráneo, volviendo alzar el mazo y dar varios golpes a la cabeza comenzando a despedazar la piel y el hueso del cráneo del peli azul. – Me agradaba cuando estaba callado ¡Y ALEJADO! ¡BETA PEDAZO DE MIERDA! – Continúo con su cuerpo haciendo rebotar el mazo de hierro por el torso y los brazos dejando un color moteado de rojizo carmín dentro de la piel, hasta llegar al punto de ruptura y dejar la carne picada expuesta en la acera de la calle. - ¡TE DIJE QUE TE MANTUVIERAS ALEJADO! ¡LA PRESENTACIÓN QUEDO ARRUINADA! ¡ARRUINADA! ¡IDIOTA!

- ¡BASTA! ¡BASTA! ¡DETENTE! – Grito con todas sus fuerzas la omega horrorizada por presenciar tal acto de violencia, se soltó en llanto viendo al peli azul brutalmente asesinado. - ¡PARA!

- ¡Mierda! – Musito su compañero soltando una bofetada a la castaña tumbándola al suelo. – Es peor que el periodo azul.

- Pero… uff… se sintió bien – Soltando un jadeo la alfa al quitarse un momento el pasamontaña dejando ver su cabellera rosada. – A ver… - Sacando del bolsillo de su pantalón una goma de mascar. – Esto me relaja mucho, dios es un delicioso sabor. – Retirando un poco la mascarilla para pasarse el chicle a la boca. - ~Oh sí, esto enserio lo ocupaba.

- W-Will… Will… - Viendo el cuerpo despedazado de su más apreciable amigo y cuñado. – No… no, no puede pasar. – Su rostro estaba cubierto de gruesas lágrimas.

- ¿Qué hacemos con la preciada omega? – Comento el sujeto sosteniendo el arma y apuntando a Mabel. - ¿La matamos y…?

- Virgo Noctis – Inclinándose frente a Mabel para tomar su rostro y acariciar lo hinchado de su mejilla. – Hola mi amada doceava. Te busque por todas partes. – Abrazando a la chica. – Mi querida destinataria… nadie nos separara nuevamente.

- No… no… - Viendo con temor a su atacante. – Por favor… no…

- Es hora

Un impacto de bala resonó por el vecindario, alertando a todos de que algo ocurría en el parque del lugar.

══════ •『 』• ══════

Había pasado unos largos minutos cuando Pacifica se reunió con Bill y Wendy afuera con un plato de pastel y una taza de chocolate.

- Los veo muy animados hablando.

- Wendy no para de interrogarme lo que hago con Mabel en días libres.

- ¿Y qué hacen?

- ¿Tú también?

- Somos curiosas jeje – Dijo la rubia. – Mabel es una omega muy joven como para dejarte a solas con ella.

- Vemos películas, ella se ha interesado últimamente en el piano. Incluso le enseñe una pieza recientemente. – Dijo emocionado. – Espero que la terminemos pronto antes de navidad.

- Oye Bill – Le llamo Pacifica mientras comía un pedazo de torta. – Dime ¿Mabel decoro la casa?

- Ehm… sí – Dijo sonrojado de las mejillas. – Ella me ayudó mucho en la decoración del hogar.

- Lo sabía, tiene su toque personal cuando deja estrellas hechas de fomi con brillantina y estas hojas del bosque.

- El árbol de navidad que recién pusieron esta hermoso.

- Aun no entramos en diciembre y estos tortolos se adelantaron.

- Mabel dice que es importante que Santa nos encuentre. – Dijo Bill.

- Típico de Mabel – Ambas dijeron al mismo tiempo.

- Ellos dos se están tardando. – Dijo Wendy – Solo irían por las bebidas.

- También me preocupa que anden solos.

- ¿Estás ansioso por la sorpresa de ella? – Pregunto Wendy.

- Bueno sí, pero ella sabe ocultarlas muy bien. – comento. – Solo espero que no sea algo que me mate, antes de casarnos.

Pacifica se atraganto por lo que dijo Bill. - ¿Casarse? – Viendo al rubio embozar una sonrisa. - ¿Qué sorpresa Wendy? Dime que Bill no le va proponer rápido matrimonio.

- Bueno eso no se… pero sé que Mabel quiere darle una sorpresa a Bill, y él… quiere darle una a ella.

- Bill… No me digas que hablas de proponérselo frente a…

- Sí, casarse – Menciono todo ruborizado. – Pero guarda el secreto de esto a mi cuñado. – Haciendo una seña. – Le propondré en diciembre, todavía aún no.

- Bill eso es fantástico – Tomando las manos del rubio. – A Mabel le gustara saber esto.

- ¿Sus padres y su hermano? – Pregunto Bill. – Aun no sé cómo lo tomen.

- Pues… dirán que es muy joven para casarse, ¡pero vamos! Esa chica te ama demasiado, eres su mundo.

- También es el mío – Soltando una risa el alfa. – Mabel, mi preciada Mabel ha hecho mucho en darme felicidad y unir… a mi familia. Dios la amo demasiado que… no quiero estar ni un segundo separado de ella, es mi alma.

- Pues eso le dirás cuando regrese y te dé tú sorpresa.

- ¿Sabes de que trata? – Pregunto Pacifica a Wendy.

- No, pero también quiero saber. – Dijo Wendy haciendo una señal de labios cerrados. – Oh, veo que Phill ocupa ayuda. – Viendo al pelirrojo buscar la pañalera.

- Mira a esos dos jeje – Dijo Pacifica viendo a la pareja. – Creo que unos meses estaremos así, Dipper y yo.

- Yo creo que lo harán bien – Comento Bill. – Veo a mi cuñado bien entrenado leyendo sobre cuidados a un recién nacido en un libro de enfermería.

- Jejeje… ya le dije que lo tome con calma.

- Me pregunto…

- ¿Mmm?

- ¿Cómo será cuando un día… ella y yo seamos? – Embozando una sonrisa llena de tranquilidad. – Aunque todo en su debido momento.

- Bill Cipher ¿quiere cachorros pronto? – Soltando una risita.

- Solo preguntaba.

- Bill – Tomando su mano. – Creo que serás un excelente padre, algo sobre protector al principio… pero serás uno grandioso.

- Gracias Paz – Tomando su mano. – Por cierto hace algo de frío, vamos adentro o Dipper me regañara por tenerte afuera.

- Sí.

Ambos entraron a la residencia mientras que Bill miraba atento el reloj, le preocupaba que su hermano menor y su novia estuvieran muy noche afuera.

De repente tocaron la puerta con fuerza alertando a los presentes de la reunión, Phill dejaba al bebé junto a Wendy y a Caroline mientras caminaba en medio de la sala tratando de llegar a la puerta junto a Charles. Los golpes eran insistentes y eso alerto a los Alfas.

- Parece que el joven Will necesita ayuda con las bebidas. – Soltó una pequeña burla hacia Phill quien se rió.

- Que no te escuche o se enojara por un buen tiempo.

- Vamos ayudarles.

- La próxima debería tomar el carro.

Abrieron la puerta encontrándose con dos oficiales de policía y un agente de investigación. Phill sintió por un momento su sangre helarse y bajar por su cuerpo, sus piernas le temblaban débilmente mientras que el señor Pines miraba a los dos oficiales terminar de entrar al arco de la puerta. Sabía que algo estaba mal, pero no querían creerlo.

- Nos informaron que vive aquí Bill Cipher en el perímetro del vecindario – Mostrando su identificación el agente James Smith. – Díganme ¿Es parte de su familia?

- ¿Qué sucede? – Hablo Dipper acercándose a su padre a Phill.

- Aquí vive Bill Cipher y su familia.

- Es una reunión familiar – Respondió Caroline acercándose hacia donde estaban ellos. – Es… es día de acción de gracias. Estamos celebrando aquí las dos familias.

Bill y Pacifica se acercaron junto al resto para ver que los oficiales terminaban de entrar. El alfa rubio se acercó y vio al agente de investigación pericial.

- ¿Qué está sucediendo? Yo soy Bill Cipher – Respondió el rubio al agente. - ¿Por qué hay policías en mi casa?

- Señor Cipher, vive con usted el sujeto llamado William Cipher – Abriendo su libreta oscura.

- No aquí completamente, pero estaba conmigo por una reunión familiar – Explico. – Es día de acción de gracias y Will es mi hermano mellizo.

- Señor Cipher, me gustaría hablar en privado y de preferencia solo lo cercano con su familia.

- Pueden decirlo – Aclaro Bill.

- De preferencia solo su familia, sus miembros.

- ¡Es su familia! – Menciono molesto Bill. – Ellos y ellas son su familia, somos su familia.

- ¿Qué está sucediendo con Will? - Pregunto preocupada Isabella. – Soy… soy su esposa.

- ¿Nombre? – Pregunto el oficial.

- Es su esposa, ¿Qué no ve que somos su familia? – Menciono entre dientes Phill. - ¿Qué está sucediendo con nuestro hermano?

- Oficial Carl, es mejor decirles. – Hablo el agente. – Alrededor de las 20:40 se notificó por medio de una llamada de la asociación de vecino, de forma anónima el sonido de un detonante de arma de fuego dentro de los suburbios. – Dando vuelta a la página. – Arribamos a la zona del vecindario a las 21:15 en busca del arma de fuego o el sujeto que lo detono, pero entre la búsqueda a las 21:19 encontramos un cuerpo cubierto en hule negro con rastro de sangre en la acera del parque y en el césped. – Dando otra vuelta a la página de su libro. - 21:30 forense revisa el perímetro y dentro del bolsillo de la víctima se encontró su cartera con los siguientes contenidos; 160 dólares, tarjetas de crédito y débito, registro de donante y una identificación de conducir, una tarjeta de datos de profesor de la universidad Decima Luna y otra identificación de ciudadanía de nombre… William Cipher.

- ¿Qué está diciendo? – Dijo Phill, escuchando un ahogo del grito de Isabella y el cómo cubría su rostro por la tristeza.

- Bill Cipher, lamento informar a usted y al resto de su familia, que encontramos el cuerpo fallecido de William Cipher cerca del parque.

- ¡NOOO! – Grito Isabella cayendo de rodillas. – No, no, ¡No! ¡No es cierto! ¡Es mentira!

- Will…. – Dijo Phill tirando de sus mangas del suéter y sintiendo la terrible abrumada preocupación elevarse. – Will… necesito verlo, ¡necesito ver a mi hermano…! yo no lo creeré hasta ver a mi hermano… a mi hermanito…

- ¡Phill! – Dijo Wendy tomándolo del brazo. – Por favor… No…

- Wendy – La abrazo con fuerza soltando un sollozo fuerte. – ¡No!... mi hermano no.

- ¡Aguarden! – Grito el castaño hecho en pánico en sus manos. – Mabel – Hablo Dipper desesperado y con temblor en sus manos. – Mabel… mi hermana iba con él, ¿Cómo está?

- ¿Quién? – Pregunto el agente.

- ¡Mabel! – Hablo Bill entre un rugido y una voz profunda llena de ansiedad después del shock. – Mabel Pines una joven omega de 16 años de edad, ella tiene el cabello castaño color chocolate, sus ojos son avellanados y brillosos, mide un metro cincuenta y siete, traía un vestido rosa pastel con moño negro en el cuello y solapas blancas redondas; medias térmicas negras usa zapatos de tacón medio color negro y un abrigo café ocre, algo grande. Bueno… es mi abrigo se lo llevo pero estaba con mi hermano iban solo a la tienda. – Temblando su voz hasta casi sentir su sangre enfriarse, temiendo por la seguridad de ella sentía que caería muy pronto si no volviera a ver a su amada destinataria. – Mabel Pines… por favor, díganme como esta ella… por favor…. ¿Está sola? Por favor… díganme.

- Bill – Le llamo Dipper temiendo que algo pasara con su hermana.

- Mabel Pines – Saco su transmisor informando el oficial a su equipo. – Atención a todas las unidades, busquen una chica omega de cabello castaño, piel blanca y ojos avellanados, mide aproximadamente 1.57 cm y viste de atuendo un vestido rosa con abrigo café ocre. Repito adolescente castaña con vestido rosa y abrigo café ocre, debe estar cerca del lugar.

- ¡¿No está con Will?! – Hablo alterado Charles. – ¡¿Mi hija no está con él?! ¡Sí encontraron su cuerpo debe estar ahí! ¡Oficial debe estar mi hija ahí!

- Cálmese señor, a nosotros nos reportaron la detonación de arma de fuego y cuando arribamos al lugar de los hechos, solo estaba él. – Aclaro el oficial a mando. – Pero preferimos no pensar que la señorita Pines sea víctima y este bien.

- En este momento es importante marcar perímetro del siniestro ocurrido, en este caso no se puede esperar 72 horas a buscarla cuando ya tenemos un homicidio activo. Debemos buscar a la señorita Pines, la integridad de la joven adolescente se encuentra en riesgo en este momento, o puede ser víctima de comisión de un delito. – Hablo el oficial a sus unidades. – Vuelvo a repetir; joven castaña de 16 años con cabello castaño, tez blanca y ojos avellanados. Esta vistiendo un vestido color rosa con moño negro y medias negras de zapatos de tacón medio y abrigo café ocre. Espero respuestas de 5 a 10 minutos, cualquier índice de información.

- ¡Por Dios! – La madre de Mabel estaba completamente asustada al no saber nada de su hija.

- ¡Necesito ir con mi hermano! – Dijo Bill. – Mabel… Mabel… debe de estar… ella debe estar.

- Señor Cipher – Dijo el oficial. – Lo llevaremos con su hermano pero por el momento, déjenos buscar a la señorita Pines. Por favor solo, ténganos paciencia las autoridades están trabajando en este caso.

"Porqué siento… que me han quitado lo más importante en este mundo"

PV Bill

Mi cuerpo no se mueve mucho, esta helado… demasiado helado. Veo, veo a mi hermano mayor… romper a llorar por primera vez frente a su esposa. Nunca había visto a Phill llorar desde la muerte de nuestra madre. Yo necesito hacerle saber que estoy aquí con él… yo necesito colocar mi mano en su hombro. Decirle… que estoy aquí.

Isabella Gleeful, ella se ha desmayado por causa del llanto y la tristeza. La familia Pines la está auxiliando y la llevan a recostarse en el sofá. No dijo mi hermano Will… ¿Qué estaba embarazada? Ella espera otro Cipher, mi hermano… mi hermano no puede irse. ¡Dios! Ella no debe cargar tanto, es malo para el bebé. Necesito llegar a Will… necesito decirle, necesito ver a mi hermano y decirle que no se vaya. ¡Por favor no me arrebaten a mí hermano! ¡Es mi hermano menor! Me da miedo verlo… que sea una pesadilla… que lo sea.

Mi cuerpo tiembla y esta helado, Mabel… Mabel ¿Dónde estás? Mi Estrella fugaz… necesito verte, quiero que estés bien. Mi preciada Mabel… yo. Necesito que estés conmigo, por favor… abrázame de nuevo y ten me en tus brazos. El calor de mi omega… mi amada y preciada omega, por favor Dios no me quites a Mabel… sin ella, sin ella no voy a poder vivir.

- ¡BILL! – Grito su hermano junto algunos presentes.

Soy patético el no poder llegar a mi hermano… quiero ver a Mabel, debe estar asustada… atemorizada, prometí protegerla con vida.

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21 de Marzo de 1986

"Es un milagro, un milagro para la ciudad de Piedmont California" los oficiales encontraron a una de las desaparecidas. Candace Flynn la joven omega de ahora 16 años de edad fue hallada a las afueras de Piedmont en los bosques de Montclair Railroad, deambulando en un paso de la carretera desnuda donde pidió el auxilio de un camionero que llevaba cargamento de madera para la aserradora. El señor Rocket Jhonson ayudo a la jovencita a llevarla a la estación de policía más cercana, donde procedieron atenderla y llevarla al centro de salud inmediato. Por primera vez de este caso en Piedmont se ha localizado una de las omegas desaparecidas en los anteriores dos años de búsqueda.

Cuatro horas después del reporte.

"La policía aclaro que no descansara hasta encontrar las demás chicas". Actualmente Candace una de las omegas que se localizó en el bosque de Montclair, se encuentra en el hospital Privado de Piedmont siendo atendida en la unidad de cuidados intensivos tras presentar convulsión y shock hemorrágico, por el momento su estado de salud es delicado. La policía espera que este estable para las declaraciones.

22 de Marzo de 1986

"Hoy en noticias con Sandra Jimenez; la omega desaparecida desde el 14 de febrero de 1985 fue hallada en la carretera del bosque de Montclair. Esta mañana nos informar que la chica despertó y se encuentra un poco más estable. Actualmente los oficiales esperan encontrar más información de las omegas desaparecidas".

Dos horas después del reporte comienza la búsqueda de las omegas, según las declaraciones de Candace Flynn.

23 de Marzo de 1986

"Noticia de última hora" se encuentra una cabaña escondida en las afueras de Piedmont, a un kilometró de Sherphed Canyon pasando de una gasolinera clausurada, se encontraron pistas de dónde provino la omega Candace Flynn. Los oficiales comentan que esperan que terminen de marcar el territorio. Se notificó que dentro hay señales de sangre y olor putrefacto, se teme por la seguridad de las omegas secuestradas.

Dos horas después del reporte.

"Noticia de última hora". Los forenses y oficiales de la ley encontraron una fosa séptica de aproximadamente 8 metros de profundidad, durante la revisión del área es encontrada una cámara aislante subterránea donde al abrir la compuerta de madera se encontraron aproximadamente 6 cuerpos mutilados y metidas en bolsas aislantes de basura de las omegas jóvenes, calculando entre la edad de 14 y 17 años. Dentro de otra habitación se encontraron 3 chicas encadenadas y en estado crítico. Están siendo trasladadas a cuidados intensivos del hospital más cercano. La policía aún está en búsqueda de las otras dos chicas desaparecidas.

03 de Abril de 1986

Reporte de la policía y hospital de Piedmont, California.

Candace Flynn de 16 años es dada de alta del hospital de privado de Piedmont, diagnóstico médico de ingreso: Destrucción de área genital (mutilación)/desgarramiento de la pared vaginal y cérvix/Shock hipovolémico/Sepsis/Desnutrición grado II/Anemia grado II. Se traslada al momento de su llegada por ambulancia a la sala de procedimientos del cuarto de Shock, la paciente femenina cae en convulsión continua y shock hemorrágico vaginal. Personal médico afirma que está en estado crítico y estado de salud delicado, el procedimiento de estabilización dura seis horas. Se notifica a los familiares de la omega ante una posible complicación de riesgo en su salud.

Diagnostico Post Quirúrgico y de ingreso a UCI: Reconstrucción de órgano genital/Anemia grado II/Sespsis/Desnutrición grado II. La paciente despierta en estado somnoliento, su respuesta es delicado habla sobre el lugar donde estuvo retenida. Durante la conversación hace referencia de lugares y objetos de vista. Media hora después empieza con episodio de crisis de ansiedad y estrés a gravedad. Durante el episodio grita el nombre de una de las omegas desparecidas. Se obtiene la primera pista de Mabel Pines, y la posible localización de la joven secuestrada.

Los seis cuerpos encontrados en la cabaña corresponden a las omegas desaparecidas de los últimos dos años y el registro de otras dos chicas desaparecidas entre el año 1983 y 1982. Estado de las víctimas; fallecimiento por homicidio. Las siguientes omegas identificadas por el reporte del forense: Samantha Jones 14 años, Mónica Miller 17 años, Mary Brown 16 años, Kathia Meisner 15 años, Ericka Lumbargo 17 años, Brittney Wong 15 años. En espera de la llegada de sus familiares y tutores para la identificación y notificación de hallazgo.

Dentro de una habitación en la cabaña se encontró las otras tres omegas en estado crítico: Fiona Fisher 16 años desaparecida del días 15 de junio de 1985, Janna Jacobs 15 años desaparecida el 12 de octubre de 1985 y May Kanker 16 años desaparecida el 04 de noviembre de 1985. Actualmente encontradas y siendo trasladadas al hospital más cercano en Oakland.

Las tres chicas muestran los siguientes diagnósticos de ingreso al hospital:

Fiona Fisher; Anemia severa/Desgarramiento anal y vaginal/Embarazo de 37.6 semanas de gestación/Pielonefritis.

Janna Jacobs; Anemia grado II/Aborto a las 20 semanas de gestación/Síndrome febril en estudio.

May Kanker; Destrucción genital con laceración de la pared vaginal/Hemorragia severa/Crisis Convulsiva.

Las chicas se encuentran en UCI con diagnostico reservado a su salud. Las pacientes afirman que sus secuestradores escondieron a las otras dos chicas. Entran en histeria colectiva cuando suplican otra búsqueda en la cabaña.

Candace Flynn se recupera de su salud. Diagnostico Post egreso de UCI e Ingreso al área de hospitalización Ginecológica y Obstétrica: Reconstrucción de órgano genital interno y externo/Anemia/Desnutrición grado I/«Síndrome Post traumático a violación». Se le permite la compañía de su destinatario y familia, la paciente habla un poco más de la cabaña y la persona que la ayudo a escapar; una de las omegas secuestradas. Menciona nuevamente el nombre de Mabel, comienza con cuarto episodio de crisis de ansiedad y pide buscar en el bosque. Comienza búsqueda exhaustiva del lugar tras la afirmación de las victimas sobrevivientes.

05 de junio de 1986

"Noticia de Ultima hora" Acaba la terrible historia de terror en la ciudad de Piedmont. La policía encuentra a los secuestradores de las Omegas a en el bosque de Portland. Tras una llamada de una pareja de ancianos que vivían cerca del lago, escucharon el detonante de un arma de fuego dentro de una de las cabañas cerca del lago. En la tarde-noche los agentes ingresaron al lugar encontrando a la ignota homicida identificada como; Pyronica Areckva y a su compañero que Kriptos Wendigo ambos ex alumnos pertenecientes a la Universidad Decima Luna. La policía procedió arrestar a Pyronica luego de que su compañero lo encontraran si señales de vida, tras el disparo de un arma de fuego por revolver.

Se encontró dentro de la misma habitación a la omega Nataly Mirnet de 15 años de edad, y en una habitación aparte a Mabel Pines de 16 años de edad. Ambas omegas se encuentran de traslado al Hospital más cercano de Portland.

06 de Junio de 1986

Fallece en la madrugada una de las omegas; Mabel Pines de 16 años tras sufrir un shock hemorrágico y asfixia de segundo grado por sumersión. La segunda omega Nathaly Mirnet se encuentra en hospitalización tras la valoración por urgencias.

10 de Junio de 1986

Reporte de policía de Piedmont.

Se encuentra a la pareja de secuestradores: Pyronica Areckva y Kriptos Wendigo. Descripción del hecho de ese día.

05 de junio de 1985 cerca de las siete de la tarde, una pareja de ancianos notifico la detonación de un arma de fuego y los gritos fuertes de una mujer. La policía arriba al lugar donde se encontraba la discusión. Pyronica Areckva es encontrada contra la pared siendo apuntada por el arma de fuego, Kriptos es encontrado en el suelo con indicios de apuñalamiento en el costado izquierdo y detonación de 3 disparos en abdomen y pecho. Nathaly se le retira el arma tras usarla como defensa y grita el nombre de la segunda omega desaparecida entrando en crisis de ansiedad. En la habitación se encuentra a una joven omega en camisón, cabello castaño con evidencia de embarazo avanzado y múltiples contusiones y desgarramiento genital con sangrado activo evidente. Rompe a llorar antes de estirar su cuerpo y quedar inconsciente durante el traslado al hospital.

Diagnóstico de ingreso a urgencias en Nathaly Mirnet; Abuso sexual/Anemia grado II.

Diagnóstico de Ingreso a Sala de Procedimientos de Shock en Mabel Pines; Choque hemorrágico/Desgarramiento vaginal/Trabajo de Parto Tardío. Durante el procedimiento se encontró el segundo producto obitado a las 39 semanas de gestación.

Diagnóstico de ingreso a UCI; Choque hemorrágico/Sepsis. La joven de 16 años presenta complicaciones a las 23:30 al presentar múltiple convulsión y sangrado uterino abundante, entra en segunda intervención al quirófano, cae paro cardiorrespiratorio realizándose 3 ciclos de reanimación. Fallece a las 02:50 a.m. se notifica su defunción a familiares.

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01 de Agosto de 1986

La familia Pines se encontraba reunida en el juicio de la asesina serial Pyronica Areckva. Bill se encontraba con su hermano mayor Phill y con su primo Tad, arribando al edificio donde se llevaría la sentencia de la Alfa hembra.

El rubio Alfa al entrar al lugar pudo ver a la mujer con bolsa oscuras en sus ojos y una mirada perdida. El juez hablo presentando los cargos y el historial de daños y crímenes entre homicidios. Cuando presentaron lo que recuperaron de la escena del crimen, una serie de cuadros con retratos de pintura en óleo, la peli rosada solo señalaba los cuadros y después las fotografías de las omegas. Tomando cada carpeta con fotos y colocándolas enfrente de cada pintura. Pyronica dio una mirada a la familia Pines sin saber que decir, todos tenían su decisión y eso era la pena muerte.

Hablo la peli rosada parándose frente al estrado como si presentara aquella tesis de la universidad que jamás pudo mostrar y fue negada.

- Mi más grande proyecto, señor Charles Pines… profesores Phill Cipher y Bill Cipher. – Mostrando las pinturas. – Les presento mi más grandiosa obra titulada: Las Doce Doncellas del Castigo.

- Es horrible – Dijo Pacifica sosteniendo la mano de Dipper.

- Demasiado atroz y despiadado. – Dijo Dipper viendo con tristeza el cuadro donde estaba retratada Mabel a medio pintar.

- Me falto pintar a mi doceava doncella… - Tocando el cuadro con cariño. – Pero… claro esa pequeña que intervino entro y vaya que dio pelea muy dura a mi colega y conmigo, arruino mi conversación con Mabel.

- Kriptos nunca supo guardarse su gordo pene en los pantalones, siempre tratándolas como perras – Soltado una risa amarga. – Si tan solo no hubiera sido estúpido de dejarse llevar por las mentiras de una omega joven.

- ¡Suficiente! – Dando golpes con el mazo. – No tienes palabras Areckva para la atrocidad y semejante delito que creaste.

- Mi señor juez, yo solo digo como cree estas doncellas.

- No necesito saber más de esto.

- Acaso no quieren saber de Mabel Pines, mi amada omega.

- ¡No tiene derecho hablar de mi hija! – Grito la señora Pines llena de ira en sus ojos. - ¡Ella no es tu amada omega! Eres una cruel mujer despiadada, ¡Un maldito monstruo!

- Ustedes piensan en eso, para Mabel era su destinataria.

- ¡Silencio! – Dijo el juez. – Pyronica Areckva no me queda más que sentenciarla a la silla eléctrica.

Cuando el juez iba a golpear el mazo para sentenciarla a la silla eléctrica la chica hablo deteniendo al juez.

- Antes… de que me envíen a un lugar lejos de mi amada omega – Soltando una suave risa la peli rosada. – Quiero decir que si me han de enjuiciar injustamente, que sea por querer y amar mucho a mi destinataria. Por amarla y tenerla el tiempo posible a mi lado.

- ¡Maldita desgraciada! – Grito Charles siendo detenido por su mujer. - ¡No te atrevas hablar de mi hija! ¡No es tú destinataria!

- ¡Orden en la corte! – Grito el juez. – Señora Areckva he dicho que no tenía voz para hablar en el juicio.

- Oh, no, no, no… señor juez. – Sonriendo. – No me importa si me voy al infierno, ya que la veré ahí… a Mabel Pines, claro. Esos bebés… fueron el fruto de un pecado que hiciste con ella.

- ¡MALDITA! – Grito Bill con todas sus fuerzas golpeando con sus puños y apretando los nudillos a no poder más con la rabia y la tristeza. – ¡NO TE ATREVAS HABLAR DE ELLA, NO TE ATREVAS A MANCILLAR SU NOMBRE! ¡NO TE ATREVAS A CELEBRAR LA MUERTE DE SUS HIJOS!

- Te dije que te alejaras de lo que es mío – Soltando una risa. – Dime Bill… que se siente que te lo quiten. Que te arrebate a la persona más importante de tú mundo. – Soltando una carcajada en alto. - ¡YO ME IRÉ CON MABEL! ¡YO ME IRÉ CON MABEL!~ – Canto la peli rosada siendo callada por los oficiales siendo retenida a la fuerza.

- ¡AAHG! – Grito entre lloriqueo el alfa rubio apretando los puños al punto de sangrarle las palmas.

- ¡Bill! – Dijo su hermano intentando consolarlo.

- Maldición – Dijo Tad viendo con rabia a la peli rosada al ver como se burlaba y hacía sentir a la familia Pines dejándolos desconsolados. – Ojala arda en el infierno.

- Bill – La señora Pines abrazo al rubio llorando desconsoladamente. – No es justo… no es justo.

- Bill – Hablo Charles abrazando con fuerza al alfa rubio sabiendo que había perdido a su hija a los gemelos, sus futuros nietos. – Lo siento…

- Mabel… Mabel… - Bill rompió a llorar sabiendo que no necesitaba del informe de la autopsia para saber que su adorada omega estaba embarazada. Él lo sabía y por eso la buscaba con desespero.

- Hermano – Hablo el pelirrojo viendo el rostro cubierto de lágrimas en el rubio. - Ella tendrá su merecido, no descansaremos hasta que se efectué su juicio.

- Solo quiero verla sufrir – Dijo Dipper lleno de rabia y una abrumadora tristeza tras las lágrimas que brotaban de sus avellanados ojos. – Mi hermana no se merecía esto, ella no se lo merecía.

- Ni tampoco Will. – Dijo Tad apretando los puños. – Isabella… Isabella ha perdido a Will, su destinatario a manos de esos asesinos.

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29 de Agosto de 1986

Pyronica Areckva es ejecutada en la silla eléctrica frente a los presentes a las doce del mediodía, la familia Pines y Cipher estuvieron presentes durante la ejecución de la prisionera. Un día antes de la ejecución Bill Cipher es solicitado para tener la última conversación con la asesina de omegas.

31 de Diciembre de 1986

Phill Cipher encuentra el cuerpo sin vida de su hermano en el sillón de su estudio. Bill Cipher se había suicidado tras un disparo en el pecho, dejando una carta sellada enseguida de la mesa. Phill ese día solicito una ambulancia y llamo a su primo Tad Strange, vio en el rostro de su hermano que reflejaba una sonrisa llena de calma siendo tapado por un suéter de la omega y con el arma en su mano.

La última carta de su hermano relata la historia que vivió con su destinataria antes de perderla, su último deseo mencionando que siempre sería la única mujer que amaría.

"No sé a dónde iré, si me destino es ir al cielo o ir al infierno por cometer suicidio. Me han dicho que el suicidio es pecado. Pero no soportaría estar en un mundo sin mi Estrella fugaz. Lamento ser tan cobarde mi hermano mayor, sé que será doloroso para ti. Pero solo quiero verla, quiero estar con ella por siempre, mi amada chica, mi querida Mabel Belle Pines."

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Gravity Falls, Oregón.

Una joven castaña omega se divertía juntó a su mellizo y con sus amigos en medio del trabajo. Su tío abuelo les había encargado acomodar los aparadores de las camisetas que promocionaban la Cabaña del Misterio Shark. Pero su buen amigo Soos había colocado una canción que decía el baile de la lombriz. Entre el bullicio y la música que estaba tan alto, su tío abuelo había hecho acto de presencia regañando al grupo.

- ¿Qué les dije de divertirse en el trabajo? – Apagando la grabadora. – Dipper termina de acomodar los globos de nieve, Soos saca a los que no van a comprar, Wendy limpia el mostrador y termina de cobrar a los clientes. Y Mabel…

- ¡Sí! – Terminando de doblar una de las camisetas. – Mejor deshazte de la familia de mapaches que trajiste al sótano, jovencita.

- ¡Pero tío Stan! – Se quejó la omega menor colocando ojitos brillosos a su tío abuelo. - Ellos no tienen a donde ir, y tienen unos cachorros mapaches.

- Sí, pero Ford dice que se comieron los cables de electricidad y eso será descontado de tu mesada de la semana.

- ¡¿Qué?! Espera no… no, ya se irán.

- Te dije que no era buena idea traerlos – Dijo Dipper viendo a su hermana tomar la caja de cartón.

- Si veo esos mapaches en el sótano otra vez, serán dos mesadas.

- Ya me desharé de ellos.

Viendo a la joven omega correr con la caja de cartón en sus manos e ir por los animales salvajes.

- Esa niña no entiende. – Cruzándose de brazos.

- Mabel adopta todo animal que encuentre tierno – Dijo Wendy soltando una risita.

- Sera mejor que ponga seguro a la puerta de afuera, es capaz de meter otro animal aparte de mapaches.

Mabel se llevó los mapaches lejos de la cabaña hasta adentrarse en el bosque y caminar por el sendero rocoso, la caja se movía constantemente por cada movimiento que hacía. Pensó que cerca del lago sería un buen lugar perfecto para liberarlos. Cerca de los salmones y los frutos que crecían en los arbustos.

La joven omega se inclinó para abrir la caja y ver a los mapaches salir con rapidez corriendo en diferentes lados, provocando que la menor se cayera de trasero contra las piedras del río.

- ¡Ouch! Eso dolió – Sobándose el coxis. – No debo llevarme más animales a la casa.

- Jajaja Concuerdo con eso, los mapaches no son mascotas – Hablo una voz profunda y masculina. Llamando la atención de la joven castaña quien inflaba las mejillas de lo molesta por la risa que soltó el sujeto. – Lo siento, no quise reírme pero vi como esos mapaches te tiraron y corrieron como alma que lleva el diablo. – Tendiendo su mano hacia la menor. - ¿Te ayudo?

- Gracias… eso creo – Sacudiendo la tierra de su falda.

- ¿Qué hace una omega por el bosque secuestrando mapaches? – Dijo entre risas el rubio.

- ¡Yo no estaba secuestrando mapaches! – Protesto molesta. – Solo los liberaba.

- Entonces… los mapaches secuestrados fueron liberados por la misma persona – Comento el alfa. – Vaya desenlace.

- Pues tú eres más extraño por llevar un parche de pirata y traer la ropa mojada. – Señalando la vestimenta del rubio.

- Oh, yo si tengo excusa – Haciendo un gesto de seriedad y orgullo. – Estaba pescando y curiosamente la caña de pescar se atoro en el tronco de un arroyo, quise desenredarlo pero resbale con la roca.

- Jajaja, ese si suena como una mala decisión. – Soltando una risa agradable la castaña que hizo que el rubio se ruborizada de la vergüenza.

- Bueno hablando de malos intentos de liberar animales silvestres en el bosque y yo intentando pescar una trucha porque traía antojo de comer pescado empapelado. – Embozando una sonrisa. – Creo que este día quiso que nos conociéramos.

- Eh… - Sonrojándose la castaña al ver la sonrisa radiante del rubio que mostraba sus colmillos, lo hacía lucir muy guapo y atractivo.

- Mi nombre es… Bill Cipher – Extendiendo su mano. - ¿Quién eres pequeña omega?

- No soy tan pequeña, tengo 16 años. – Embozando una sonrisa alegre y llena de orgullo mientras tomaba su mano para estrecharla. – Soy Mabel Pines, mucho gusto rubio tuerto. – Devolviéndole el saludo.

- Bueno Mabel, ya que perdí mi cena y a ti te tiraron los mapaches. – Viendo a la chica reírse. – Te invito a que me acompañes a cenar a la cafetería, muero de hambre ¿eso si tú quieres?

- ¿Una rebanada de pay y una malteada de chocolate? – Dando un codazo amigable al rubio.

- De acuerdo.

- ¡Yay! – Tomando su mano. – Por cierto tendrás que comprar otra caña de pescar.

- ¿Tú crees? Mi hermano me la regalo apenas. – Mostrando la caña rota del mango y carrete.

- Pues… ¿Cuántas veces has pescado? – Pregunto.

- Hoy creo.

- Principiante jeje – Burlándose la chica. – Mi tío Stan pesca mucho, ¿Tal vez te pueda enseñar?

- Por cierto… hueles delicioso, a chocolate y fresno. Tal vez por eso se me antojo pedir la malteada jeje – Sonrojándose de sus mejillas. – Aunque admito que me agrada esos aromas.

- También el tuyo… es muy agradable – Aspirando un aroma dulce y a flores. – Hueles mucho a peonia y… me recuerdas a la fresa, los caramelos de fresa y el regaliz.

- ¿Qué soy un regaliz? – Soltando una risa.

- Posiblemente, pero si tiene la señora Susan regaliz en el frasco comprare algunos.

La castaña tomo su mano firmemente y embozo una sonrisa, sintiendo su corazón latir con fuerza. Aun no quería apresurarse si esto lo que sentía era la sensación de encontrar a un mate. Dio una mirada al rubio y por un momento se sintió agradable en su compañía como si estuviera protegida, aquel aroma así recordarle un sentimiento de anhelo.

- Mabel.

- ¿Mm? – Viendo al rubio sonrosarse.

- Sonara extraño pero… tengo la sensación que ya antes te conocía.

- Supongo que… yo también siento lo mismo.

- Por cierto… me gusta tú suéter de Estrella fugaz – Viendo suéter de lana.

- Yo lo hice, jeje

- Tienes talento – viendo el símbolo. – Eres como una estrella fugaz que te vi por primera vez, entrando en un capítulo de mi vida, una omega muy alegre.

- Es la primera vez que conozco a un rubio tuerto con un parche en forma de triángulo.

- Oh, regalo de mis hermanos. Dicen que va bien con mi estilo. – Dijo. - ¿Cuenta me de ti? Eres de aquí.

- No, pero vengo a pasar vacaciones con mi mellizo en la cabaña del misterio.

- ¿Vives en el museo de la rareza?

- Sí, podría decirse.

- Asombroso.

- ¿Tú vives aquí?

- Vengo igual de vacaciones junto a mis hermanos.

Ambos caminaron por todo el sendero del bosque conversando, una plática que se volvería pronto en una amistad, sujetaron con fuerza sus manos sintiendo ese sentimiento de nostalgia, si su destino era conocerse en aquel verano… dejaría que siguiera hasta el día que estuvieran juntos.