Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene temas de violencia y situaciones de connotación erótica y sexo explícito. Lenguaje ofensivo y vulgar.
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Capítulo VII: Epílogo
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01 de Junio de 1986
- ¡Buenos días, mi preciada omega! – Grito a todo pulmón la peli rosada abriendo la puerta de la habitación con su pie. – Te traje el desayuno en la cama, preciosa.
La alfa femenina camino entrando a la habitación para abrir las ventanas y dejar el paso de la luz de la mañana colarse en el lugar donde dormía la omega menor, casi toda la luz tocaba hasta los rincones más oscuros de la habitación. La castaña se encontró levantándose con dificultad debido a su embarazo avanzado, le costaba respirar más y se encontraba levemente sudorosa por el calor constante del bosque. Su abdomen estaba el doble de su tamaño debido a la carga que traía, un arrepentino quejido lleno de dolor calo por completo de su cuerpo soltando unas lágrimas visibles en su rostro. Su espalda antes nívea estaba cubierta de hematomas rojizos y violetas, aun dolía por los golpes anteriores que recibió con el bastón que portaba el alfa masculino de cabello gris azulado,
Vio a la peli rosada subirse a la cama y besar de imprevisto sus labios, en un beso brusco ya la fuerza, el cual tomo unos minutos a la chica adaptarse y seguir su ritmo.
- Mmm… me encanta tus besos querida Mabs – Dando una sutil caricia en su rostro. – Son tan deliciosos – Colocando un beso casto que provoco que ella casi lo rechazase. – Por cierto… ¿Cómo están los cachorros? – Frotando su vientre abultado antes de sentir un movimiento un poco leve en el costado izquierdo. - ¡Qué emoción! ¡Parece ser que me saludes!
- S-Sí – Asintiendo la castaña al ver el desayuno humeante y con un aroma más o menos apetecible, luego dirigió su vista en el mini florero… Hortensias rosas y azules. – Cada día crece un poco más.
- ¿Cuántas semanas serán? ¡Sí! Mis pequeños crecen, yo sé que serán trillizos o gemelos, lo he visto en varias chicas. – Dijo Pyronica. – Creo que estamos en el octavo mes… pero esta tan abultado tú abdomen, Dios puede que sea tres o dos cachorros que cargas. No importa pero son bienvenidos nuestros hijos.
- ¡Sí! –Siendo abrazada por la peli rosada. Aunque en la mirada de la omega menor se escondía un temor abrumador en sus ojos avellanados.
- Mabel me has hecho la alfa más feliz de la tierra – Dando un beso en su mejilla. – Bueno deberías desayunar un poco, ayer… no fue bien para ti y los bebés – Tocando su espalda. – Kriptos no deberás tocarte, por poco casi pierdes a los bebés por esa imprudencia tuya.
Se levantó para ir a la cómoda por un ungüento para las lesiones en su espalda. Camino así la pequeña pidiendo que se descubriera la bata que cubría totalmente su desnudes. Aunque la castaña odiaba quitarse la ropa enfrente de ella.
- ¿Te gustan las flores? – Pregunto Pyronica.
- Las hortensias son muy bonitas como siempre. – Sonriendo.
- Te traeré más, mi preciada y querida Omega – Besando su frente. – Ahora quítate la bata.
- S-Sí…
Pyronica vio que ella tardaba en quitarse la bata, se acerco en un movimiento tosco y retiro el albornoz blanco dejando descubierto su espalda cubierta de cicatrices abrasivas y abiertas por el baston.
- Dios, odio ver esto – Untando la crema en su espalda sin mucho cuidado en su piel. – Tú perfecta piel arruinada por un estúpido bastón.
Mabel cerro sus ojos con fuerza y se abrazó a si mismo cuidado de su abdomen, el ardor del ungüento solo le hacía recordar el terrible infierno por el cual pasaba cada maldito día con ellos. Desde el día en que la secuestraron no tuvo tiempo para llorar por la pérdida de su cuñado y querido amigo Will, ya que la alfa le prohibió mencionar su nombre o todo lo relacionado con los Cipher's.
La castaña hizo un recuento de lo que había sucedido desde su secuestro hasta el día de hoy, y como ha sobrevivido hasta el momento.
La primera noche fue horrible puesto que la llevaron a una cabaña abandonada a las afueras de Piedmont. Pyronica y Kriptos la habían amordazado y atado de pies a manos, la llevaron a una de las habitaciones deteriora de su trabajo y la mantuvieron encerrada por aproximadamente tres horas. Hasta hace poco en la madrugada cuando la alfa peli rosada ingresa a la habitación junto al otro sujeto, cerrando la puerta con el pestillo y con una jeringa en mano, terminaron drogándola. La primera violación y el primer abuso físico que sufrió en esas horas.
Mabel grababa gritar tras la mordaza y suplicar muchas veces a Dios, primera por detener la locura que hacia Pyronica; segunda por desear que bill la encontrara y la rescatara de ese horrible y atroz acto violento. Cuando la mordaza cayo de sus labios, los gritos y lloriqueos fueron tapados por el alfa de cabello azul grisáceo entre golpes que se dirigían en su rostro, un estrangulamiento fuerte que le robaba el aliento y siendo penetrada con fuerza y rudeza contra esa cama metálica que rechinaba sin parar.
Pyronica solo la miraba con depravación y deseo, mientras tenía en sus manos una libreta la cual creaba bosquejos de sus dibujos, dejando a su compañero aplicar el abuso. Como si todo eso que le hacian la excitara al punto de tener inspiracion en sus dibujos.
Cuando aquel alfa se hartó de que su compañero la violara por más de aproximadamente dos horas, tiro el cuadernillo y llego su turno. Mabel recuerda haber suplicado y gritado de pánico y dolor nuevamente cuando la alfa peli rosada abuso de ella de forma agresión esa madrugada, marcándola de su cuello, recibiendo múltiples veces su esperma con asco y los aruños en su cintura y muslo que dejaba en su piel como tatuajes permanentes. Pensó que se desharían de ella que solo era una violación, una mera diversión para saciar sus más oscuros deseos y que la matarían en ese instante… pero solo era el principio de una pesadilla que duraría por varios días.
Desde que obtuvieron los abusos con estupefacientes y estimuladores de celo, Mabel perdía la noción del tiempo y terminaba entumida de su cuerpo. Su sexo ardía por las constantes fricciones sin lubricación y las abrasiones en su piel eran un toque doloroso y punzante. Cuando su cuerpo no podía más, vieron el momento perfecto para esconderla.
Siendo llevado al extenso sótano escondido en la cabaña. Un subterráneo donde tenían en una celda otras chicas, posiblemente las omegas secuestradas que informaban en la radio, entre su mirada empañada visualizó a una pelirroja pecosa conocida incluyendo a su compañera de clase Candace Flynn que estaba en un estado de estrés extremo.
A veces las dejaban solas en la oscuridad o con una vela iluminando la celda subterránea. La castaña apenas tenía fuerza para hablar y de momentos intentaba llamar a las chicas, pero pocas veces respondían. Cuando recupero la poca fuerza en su cuerpo intento comunicarse con el grupo de omegas, pero las vio temblar de miedo y alejarse.
Mónica le dijo que se callara o la escucharían aquellos alfas, fue demasiado tarde para Mabel cuando vio a Pyronica detrás de ella. Aprendió por tres días continuos a la mala, que no debía hablar con otros omegas, porque ella era de su propiedad. A la mala aprendió que Pyronica era posesiva y no le gustó que hablara con otras chicas ni mucho menos que la vieran sin su permiso.
Cuando regreso a su celda al cuarto día… Mónica la omega de edad un poco mayor había muerto de forma violenta con el cuerpo desnudo cubierto de hematomas, colgajos de piel abierta en sus senos y abdomen, colgada sobre una soga en su cuello. Kriptos le dio esa advertencia a Mabel de que si hacia poner celosa a Pyronica una vez más, ella llegaría a matar a la omega que la vio y entablo conversación con su destinataria.
" Yo no soy la destinataria de Pyronica"
Dos meses y las muertes iban en aumento, no importa lo que hizo la castaña para evitarlas, muchas chicas terminaron muertas por tan solo mirar a Mabel o hablar con ella, aunque era evidente ya que la castaña sufría de constantes fiebres y dolores debido por su embarazo, provocando que en ocasiones Pyronica bajara y se la llevara para cuidarla un rato arriba. Cuando el alfa peli rosada supo que había quedado embarazada su omega, había celebrado por dos noches enteras. Procurando aumentar su ración de alimentos, nutrientes y vitaminas, y que su estadio fuera lo más cómodo posible.
Mabel sabía que su embarazo no era producto de las violaciones de Pyronica o Kriptos, ella ya lo estaba antes de su secuestro. Pero prefirió mantenerse callada y darle la duda de la razón a Kriptos, cuando el aseguróba que era de ellos. Jamás diría que era de Bill o matarían a su cachorro.
" Sobrevivir de una mentira"
La castaña se le permitió deambular por la cabaña con supervisión de Kriptos, más este siempre se encontraba bajando al sótano alimentar a las omegas o cuando entraba en celo.
Ella miraba con tristeza a las omegas que estaban demacradas de sus cuerpos e incluso que estaban rotas mentalmente. Incluso morían por inanición y enfermedades que provocaban el deterioro de su salud por la privación de oxígeno y luz. Otras estaban con embarazos muy avanzados y desnutridos. El alfa pelo azul grisáceo apenas les ponía atención y poco les importaba su embarazo. Desde entonces la castaña trato de buscar una forma de comunicarse con las omegas, sin ser descubierto… aunque tuviera que hacer actos de sacrificio. Y eso significaba el… distraer a los secuestradores.
Mabel cambio un momento a estado aprensivo y empático hacia su captora, Pyronica estaba feliz de tenerla a ella, siempre y cuando correspondiera a sus sentimientos. Entre noches que pasaba con la peli rosada al punto de dejarla tocar su abdomen. La castaña siempre buscaba una forma para que la alfa peli rosado le diera más raciones de comida y cuidado a las otras chicas.
Al siguiente mes aprovecho Mabel un día cuando le pidió a Pyronica comprar helado y galletas saladas, creando una mentira que el cachorro lo ocupaba. Era tanta la emoción de la alfa femenina que corrió a la tienda de comestibles, pero claro que la castaña no le dejo tarea fácil; era buscar helado de pay de queso, entre articulos de higiene. Ese mismo día Kriptos llevaba a Candace devuelta a la celda para ir a tomar a una omega muy menor… Samantha, aun recordaba como la jovencita pataleaba y pedía ayuda a gritos antes de encerrarse con ella a la habitación. Mabel lloro en silencio tras escuchar la violación y los golpes, se disculpó por no poder ayudarla en ese momento, pero el tiempo corría y estaba en juego la vida de las otras chicas.
Bajo al sótano con la llave en mano que le quito a Pyronica, y como pudo abrió la reja llamando a las chicas salir del lugar. Pero nadie quería exponerse, era peligroso y significaría su muerte. Mabel hizo un último ruego antes de decir que no queda tiempo. Candace quien estaba adolorida como pudo se levanto y miro a Mabel ya su embarazo tan avanzado, solo podran intercambiarse unas cuantas palabras; Mabel tomo las manos de Candace y le grabo que buscara a la primera persona y la llevara a una estacion de policia lo mas pronto posible. La pelirroja se detuvo a ver nuevamente su embarazo viendo que ella cuidaba mucho de su producto, a lo que la omega castaña le respondió: "No es de ellos" aclaro la chica entre lágrimas.
" Encuentra a la policia, por favor"
Candace entre lágrimas en los ojos le prometió asegurándose que regresaría por ella y con la policía para acabar con esta cruel pesadilla.
La liberación de Candace Flynn y la ira de Kriptos fueron la condena de Mabel. La joven omega recordaba solo estar en la habitación sentada en la ventana, cuando llego el alfa de pelo azul grisáceo y la abofeteo tirando de su cabellera hasta llevarla al sótano.
Encontró a la omega más joven inerte en el piso con múltiples golpes en su rostro, Kriptos fue tomando a otra de las chicas enterrando un cuchillo en su pecho y abdomen. Seguida de otra omega que intento resistirse al apuñalamiento, y una de las chicas que dio pelea al alfa. Cinco cuerpos llevaban el demente, vio que tomaba a una omega de embarazando avanzado. Mabel empujo a Kriptos y arrojo un puñetazo lleno de desesperación, tomando a la chica llamada Janna y colocándola bajo su protección.
Mabel grababa como Kriptos la tomo por el cuello y el impacto contra la pared asfixiándola. Si no hubiera llegado la alfa femenina, ella hubiera muerto.
Cuando ella despertó se encontró en otro lugar y una cabaña diferente. Sabía que no estaba en Piedmont, California. Pyronica entro y antes de que Mabel pudiera recibir hablar fue por las bofetadas de la alfa y el abuso, siempre culpándola de haber hecho la estupidez de liberar una de las omegas.
La castaña sabía que no estaban solos cuando escucho inmediatamente de otra habitación una voz femenina, era una de las omegas que había secuestrado Kriptos. Pero el grupo ya no estaba, temió por la vida de las demás chicas.
Mitad de abril y mayo fueron los meses difíciles para la omega castaña, ya que Pyronica le hizo saber quién mandaba en este lugar y que viviría bajo sus reglas. Nataly la omega joven siempre suplicaba a estar aún lado de Mabel puesto que la veía como hermana mayor, cuando la castaña observaba una marca de pertenencia forzada en la menor. Al parecer Kriptos quiso tenerla como destinataria, pero la pequeña siempre rehuía y se quedó con Mabel. A pesar de que el alfa no podía tocarla, buscaba la forma de quitársela a la fuerza.
La última noche del 31 de mayo de 1986, Kriptos intentó preñar a la joven cuando la chica corrió a la habitación de Mabel. Esa noche Pyronica había salido para comprar suministros, pero la castaña intentó proteger a la omega del alfa peli azul. Grave error cuando el sujeto perdió los estribos y golpeo a Mabel con un bastón contra su espalda, entre tirar de su cabello y abofetearla con fuerza. Un poco más y casi pierde a su bebé, sus bebés aquellos que fueron engendrados con tanto amor por su verdadero padre.
Mabel solo lloraba de tan solo la impotencia de no poder hacer algo, como defenderse de los agresores o huir con aquella omega menor de esa cruel y horrible pesadilla. Temía perder aquellos seres que crecían cada día en su vientre, que tanto cuidaba con mucho cariño y les juraba promesas de estar bien y volver a casa, a su hogar… a lado de su alfa.
- ¡Mabel! – Grito Pyronica llamando la atención de la castaña, sacándola de sus memorias y notando que temblaba por completo de su cuerpo. – Oye, ¿Tienes fiebre?
- No… solo – Bajando la mirada se abrazó más a su abdomen. – Quiero irme a casa… - Susurro para sí mismo aquel deseo anhelado. – Piro…
- ¡Te voy a pintar ahora mismo! – Dando un golpe entusiasta en la palma de su mano. – Es el momento adecuado, y tengo el diseño pero solo necesito ver tu piel desnuda nuevamente para a tonar los colores en el lienzo.
- Pero… - Viendo los moretones en sus hombros.
- Tranquila mi preciosa omega – Dando un casto beso en sus labios. – Luces espectacular y hermosa, ninguna cicatriz arruina tú belleza.
Dio un brinco de la cama matrimonial mientras tomaba el botiquín y caminaba a la cómoda.
- Por cierto… - Dando una mirada seria a Mabel. – Hace unos días que no te doy una caricia ni placer. – Menciono con recelo. – No estarás ¿molesta? Ya sabes… por sentirte sola, sin mí. – Dando una mirada sutil de sus ojos violetas. – Las omegas… hoy en día se sienten solas cuando están distanciadas de su destinatario.
- No, no… no lo estoy – Temblando de sus manos. – Pyronica has sido muy amable conmigo, me has dado ropa y una buena alimentación a mí y mis pequeños… yo me siento protegida contigo. – Tomo un poco la tela de la camisa que le presto para dormir olfateando un poco el aroma de la Alfa. – Gracias… sin ti podría a ver muerto de depresión.
- Bien – Guardando una jeringuilla en su estuche junto con la ámpula, notando que la omega transmitía ese aroma dulce y tan calmado para sus sentidos. – Entonces… después de que pinte, jeje tú y yo pasaremos un buen rato juntas. – Guiñando el ojo. – Hace rato que no tenemos un tiempo en pareja.
- S-Sí… - Asintiendo. – Lo que tú quieras.
- Bueno, empieza a desnudarte y acomodarte en esa cama, pequeña. Déjame verte muy bien, mi preciada omega.
Pyronica salió de la habitación por su caballete y su caja de pinturas. La omega castaña comenzó abrumarla la tristeza, acaricio con suavidad su abdomen abultado. Las lágrimas no tardaron en aparecer y lloro en silencio sintiendo el miedo calarla de nuevo.
- Quiero ir a casa… - Ahogando un sollozo en la almohada evitando ser escuchada por Pyronica. Trato de reprimir su aroma e intento ocultar todo rastro de evidencia que haría sospechar a la alfa peli rosa. – Bill…. Ayúdame…
"Bill, te extraño"
04 de Junio de 1986
La joven castaña se encontraba preparando la cena por orden de Kriptos, mientras que Pyronica y él terminaba de guardar los cuadros y apilarlos en la habitación. Ese día discutían ya que mencionaban mucho de que la policía y el FBI estaban casi cerca de Oregón y habían empezado una búsqueda más extensa por otras ciudades. Mabel estaba tan concentrada en la conversación mientras pelaba unas papas, cuando de repente la chica toco su hombro asustando levemente a la Pines.
Ella rápidamente cubrió su boca evitando que soltara un grito, puesto el aspecto de la menor se notaba con terrible descuido en su apariencia y con horrible marcas de mordidas en su cuello. La castaña recupero la compostura y dejo que la chica dejara de cubrirle la boca. Hasta que escucharon un portazo de la habitación y como ellos seguían discutiendo con fuerza.
- Ellos están alterados – Dijo la joven chica de ojos azules y cabello miel. – No saldrán un buen rato.
- Supongo… que es nuestro único tiempo a solas, antes de que nuestros captores… nos prohíban vernos nuevamente. – Dando una mirada llena de remordimiento y tristeza en la menor. Veía a esa joven tan quebrada física y mentalmente.
- Ya me quiero ir… - Soltando el bol de las verduras en el lavabo. – Él no para… no para de tocarme, no quiero… no quiero que lo vuelva hacer. Odio cuando esa cosa entra en mí y… me lastima, me lastima mucho.
- Nataly… - Viendo que su vestido estaba arrugado y en sus piernas tenia sangre seca. – Ven conmigo. – Dejo lo que estaba haciendo para llevarse a la menor hacia el cuarto de baño y abrir el agua caliente del lavamanos.
- ¿Qué haces? – Dijo asustada. – Debemos regresar a la cocina.
- Pyronica no parara de discutir con Kriptos hasta tener la razón. – Tomando una toalla para mojar y exprimirla. – Tardan mucho en ponerse de acuerdo acerca de las pinturas. El otro día duraron más de cuatro horas en saber cómo presentar su horrible exposición.
Se hinco con dificultad soltando un suspiro y levanto la falda de su vestido azul para comenzar a limpiar sus piernas.
- ¿Qué haces? ¿Y esa toalla? ¿Ese cuenco con agua caliente? – Sonrojándose de la vergüenza. – No hagas eso… no lo hagas.
- Tranquila Nataly… confía en mí – Embozando una sonrisa sincera. – Una vez… me dijo mi pareja verdadera, que la parte intima de una mujer se tiene mucho cuidado – Limpiando su entrepierna con suma delicadeza, provocando que la chica sintiera agradable el calor del agua caliente y lo suave de la toalla limpiando el rastro de sangre y semen seco. La menor no tardo en llorar en silencio al recordar el abuso y el poco trato que había tenido. – Me dijo… que siempre hay que limpiar después del acto, más si fue tu primera vez ya que te adaptas a su… pene y apenas alivia tus músculos y la vulva. – Sonrojándose. – Otra es porque… le preocupa la higiene de su pareja y ver si no la lastimo mucho durante el momento, digamos que es un momento seguro y aparte es un acto íntimo entre ellos.
- Pero… él no es mi pareja… - Dando una mirada a Mabel.
- No – Levantando la vista viendo a la chica con lágrimas en los ojos. – Pero lo que te hizo, es algo que tú no deberías experimentar todavía. No con alguien que no amas.
La joven miro a la castaña un momento mientras terminaba de limpiarla y desechar la toalla en el cesto de ropa sucia, antes de lavarse las manos. Pudo ver el embarazo de ella y lo avanzado que estaba.
- Mabel…
- ¿Sí?
- ¿Quién es el verdadero padre de esos cachorros? – Pregunto la chica curiosa. – Tienes algo de tiempo con esos dos, pero sé que no puede ser Kriptos o Pyronica.
- Yo… - Bajo la mirada sabiendo que no podía decirle la verdad a la chica.
- No son ellos, ¿Cierto? – Pregunto muy bajo la chica tocando en abdomen abultado de la castaña. – Los cuidas mucho y les cantas todas las noches y los acaricias siempre. – Dando un abrazo a la castaña. – Tú pareja te ha de querer mucho, tanto que hacia esas cosas contigo. Se ve que es buen Alfa…. Puedes decirme ¿Cómo se llama?
- Son lo que más amo en este momento. – Dijo la castaña pestañando varias veces para evitar romper a llorar en ese instante. – Bill Cipher…
- Bill – La menor se hinco para sobar el vientre de Mabel y dar un beso suave. – Bebés sé que esta pesadilla terminara pronto estarán con su papi, su mami es muy fuerte. Así que sean fuertes.
- Gracias.
- Mabel…
- Nataly… si logramos salir de aquí, si un día tenemos la oportunidad de encontrar la policía. No hay que dudar y en ese momento debemos pelear para lograr llegar con ellos.
- Sí.
Ambas salieron del cuarto de baño solo para escuchar a Pyronica y Kriptos seguir fuertemente en su discusión. Regresaron a la cocina volviendo a terminar la cena.
- Quiero huir.
- No se puede ahora – Dijo Mabel. – La ultima que ayude escapar… no supe si lo logro o ellos la mataron. Yo ese día… me apalearon a golpes y quede inconsciente.
- ¿Ella termino de pintar?
- Sí – Confirmo Mabel.
- Debemos huir… Mabel es nuestra última oportunidad.
- Nataly… - Dando una mirada llena de esperanza a la pequeña. – Tratare de quitarle las llaves a Pyronica.
- Sí…
- No quiero estar otra noche más.
- Tranquila todo estará bien.
- ¿Qué estará bien?
Ambas chicas se congelaron en su lugar al escuchar la voz de Kriptos con los brazos cruzados entrando a la cocina, mientras que Pyronica tomaba a Mabel de los hombros arrastrándola hacia ella.
- Mabel~ - Susurrando cerca de su oído. – Deja que Nataly termine la cena junto con Kriptos, aunque claro jeje. No habrá cena por un buen rato. – Dando una mirada perspicaz a la chica. – Quiere estar a solas con su destinataria.
- Preciosa – Sujetando sus manos con fuerza. – Tenemos un asunto pendiente.
- ¡MABEL! – Grito la chica asustada. – NO, NO… ¡NO QUIERO!
Aunque la castaña no pudo responder ya que Pyronica la llevo de regreso a la habitación cubriendo su boca y tirando de su brazo con fuerza, solo suplico mentalmente la chica que aquella pobre omega menor se desmayara inmediatamente, para evitar la maldita violación que iría a recibir.
05 de Junio de 1986
Mabel Pines se levantó de la cama alertando a la alfa peli rosada. Había roto membrana y comenzó con contracción cada 5 minutos era las ocho de la mañana cuando la castaña comenzó con trabajo parto dilatando apenas 2 cm. Habían traído toallas calientes y mantas. Kriptos la sostuvo reteniendo sus brazos, mientras Pyronica revisaba que la chica dilatara más, introduciendo dos dedos a su vagina y abriendo poco a poco alrededor.
Nataly la otra omega cargaba el cuenco caliente, apenas podía moverse tras el abuso que recibió de Kriptos, su cuerpo temblaba y miraba con miedo lo que hacían. Pasaron alrededor de cuatro horas intentando dilatar más su entrada, entre cambiando cuencos de agua caliente. Ambos alfas buscaron formas de acelerar el proceso, mientras la castaña suplicaba que la llevaran a un hospital, jurando que no hablaría de lo que hicieron ni que revelaría nombres, pero Kriptos le ganaba la rabia y en un intento de hacerla callar tomo la bandeja de agua y sumergió su rostro por varios minutos, siempre dándole un respiro entre 20 segundos ordenándole que se callara, esperando que dejara de quejarse y suplicar.
Cuando dieron las cinco de la tarde la joven omega estaba exhausta y con dolor abdominal, empezó a pujar con fuerza. Mabel no sabía qué hacer y estaba mareada de tantas veces que fue sumergida en el agua, su cuerpo empezaba a tener una descarga eléctrica que provocaba que temblara violentamente, las micro convulsiones empezaron y sintió un líquido carmesí bajaba por sus muslos. Las manos de la alfa presionaban su vientre sintiendo como el bebé quedaba atascado en el canal vaginal. Pyronica tiro de la cabeza y el cuerpo, provocando un desgarramiento en la castaña y un sangrado abundante. El bebé lloro y respiraba con dificultad, se limitó a limpiarlo de la sangre y el líquido amniótico pero los ojos de la alfa peli rosada se tornaron oscuros al ver algo en el infante, el poco cabello y lanugo que presentaba en su cabeza y cuerpo era un color rubio, muy característico de cierto alfa, algo que molesto a Pyronica.
- Crees… Mabel, ¿Crees que soy estúpida? – Tomando al bebé del cuello. - ¡¿ME CREES ESTUPIDA?!
- Pyronica… no, por favor… -Viendo a la peli rosada tomar el recién nacido y tronar el cuello con ambas manos. - ¡NOOO! – Grito la castaña con todas sus fuerzas, rompiendo a llorar. - ¡NO, NO, NO!
- TE DIJE QUE LE HICIERAS EL RASPADO PRIMERO.
- ¡PENSE QUE ERA MIO! – Grito Pyronica hecha un manojo de ira y cólera.
- ¡ME DIJISTE QUE ESPERABAS UN HIJO MIO! – Gruño molesta abofeteando a Mabel. – BILL, BILL…. ¡SIEMPRE FUE EL IDIOTA DE BILL!
- ¡BASTA! – Grito la menor apuntando con un arma a Pyronica. – ¡ALÉJATE DE ELLA!
- Nataly, baja el arma – Dijo Kriptos. – Si la bajas, juro que el castigo no será tan doloroso.
- ¡CALLATE! – Le contesto al alfa disparando en su pierna. - ¡ESTOY HARTA!
- ¡MIERDA KRIPTOS! – Grito Pyronica tirando al bebé al suelo. – Solo te pedí una cosa… ¡Y ELLA TOMO UN ARMA! ¡UNA PUTA ARMA!
- MALDITA PERRA – Kriptos corrió tras la omega.
Nataly al verse amenazada disparo tres veces hacia Kriptos provocando que el alfa cayera al suelo desangrándose. Pyronica al ver a su compañero inerte en el suelo levanto las manos y miro a la chica apuntarla de forma amenazante.
- ¿Tú quieres negociar? – Colocando una sonrisa. – Eres una omega valiente, me agrada esa actitud. Pocas quedan y pocas son fieles. – Mirando con desprecio a Mabel. – Pero… podemos llegar al acuerdo.
- ¡CALLATE MALDITA DEMENTE! – Grito la chica asustada. - ¡ALEJATE DE ELLA!
- ¡AAH! – Mabel grito con fuerza sintiendo la respiración acelerada. - ¡Por favor… ayuda!
- Oye, si no saco el otro bebé. Que puede que sea ese mío, morirá adentro. – Explico la alfa. – Enserio debo sacarlo.
- Vas a intentar matarlo.
- Ese ni era mío – Se quejó la peli rosada. – Era del maldito que me quito a mi destinataria. El idiota que me quito a mi pareja y la sedujo para poder tener sus herederos.
- ¡NO TOCARAS A ESE BEBÉ! – Disparo rozando el brazo de la peli rosa.
- ¡MIERDA! ¡CARAJO! – Soltó con molestia las palabras.
De repente se escucharon las sirenas de las patrullas de las policía y entre una ambulancia llegar a la cabaña.
- ¿La policía? – Mirando con furia. - ¿Los llamaste cabrona?
- Ni tuve tiempo… - Soltando una risa de desesperación. – Jejeje pero eso da entender que ya terminara esta maldita pesadilla.
La policía ingreso al domicilio encontrando a la omega apuntando a la agresora, para proceder arrestar a la secuestradora y revisar el perímetro evitando más conflictos. Encontraron al segundo secuestrador sin signos de vida y con múltiples heridas de bala.
- Aah, ah, ah…. – Soltando entre jadeos la castaña estiro un brazo intentando alcanzar a un lado de la cama a su bebé recién nacido, aquel que le arrebataron la vida. Pero uno de los paramédicos la recogió llevándosela del lugar en una camilla. Mabel ahogo un grito lleno de tristeza y dolor. - ¡NOOO!
"Dios… por favor, no me los quites… no me quites a mis hijos"
Mabel despertó una hora después algo desorientada y viendo a los médicos administrarle sangre entre infusiones de suero. Las enfermeras volvían a recanalizar las venas infiltradas debido al cumulo de suero que pasaba por la vía rápidamente. Uno de los doctores estaba siendo asistido por otras enfermeras y una pediatra que intentaban reanimar a un bebé. La castaña no pudo evitar llorar al ver el cuerpecito de un tono azul claro y el poco cabello que tenía en su cabecita siendo un color combinado entre el rubio y el castaño.
- Mi… b-bebé – Musito débilmente la chica antes de sentir la mano de una enfermera que sostenía firmemente la suya.
- Tranquila todo estará bien, necesitamos que estés bien – Dijo la enfermera intentando consolar a la joven omega. – Todos te esperan, tú familia te espera… se fuerte y quédate, quédate con nosotros.
- Quiero… quiero ver – Dando una mirada empeñada de sus ojos avellanados a la enfermera. – Quiero ver… a Bill.
- Por favor… por favor…. – Soltó entre lágrimas y suplicas el nombre de su destinatario. – Quiero a Bill, quiero verlo a él. Por favor… Bill quiero que este conmigo.
- ¿Bill es…? – Pregunto la enfermera temiendo que fuera uno de los secuestradores.
- Bill Cipher es… mi pareja, mi destinatario – Dijo ella débil de su voz. – Por favor… quiero verlo.
- S-sí… sí… espérame aquí. – Dijo la enfermera asintiendo y soltando su mano. - ¡Lo buscare! ¡Te lo prometo!
La enfermera salió del área de procedimientos quitándose la bata y los guantes, entre el gorro y cubrebocas. No había tiempo para caminar, solo corrió por los pasillos de urgencias hasta la recepción de la entrada acercándose a la trabajadora social.
- La paciente que está en procedimiento esta consciente… – Sonando agitada. – Mabel Pines la chica que fue secuestrada, una de las omegas… me pidió que contactaran a Bill Cipher.
- ¿Bill Cipher? ¿Es su familia? – Buscando el número que tenían anotado en caso de que encontraran a las omegas desaparecidas. – No sé cuál de estos dos números será, pero me pondré en contacto.
- Es urgente encontrarlo…
- Lo haré.
En cuanto regreso a la sala de procedimientos encontró que los médicos terminaban de suturar la herida quirúrgica y una de las enfermeras administraba una solución con oxitocina y por otra vía sangre. La castaña estaba agotada físicamente y con una mirada perdida viendo hacia uno de los pediatras que se llevaba el cuerpo del bebé inmediatamente a otra sala.
La enfermera regreso avisando a la chica que todo estaría bien, que llegaría pronto su destinatario y vería a su bebé. Mabel solo cerró los ojos y lloro en silencio haciendo una mueca de tristeza, sabiendo que por fin tenía algo de esperanza de acabar con la pesadilla que vivió en esos meses.
Fue llevada a la unidad de cuidados intensivos para controlar el riesgo de infección y la pérdida de sangrado transvaginal. Mabel estaba pálida y cada vez sus signos vitales bajaban más, se pasó otro paquete de sangre y antihemorrágicos, pero de repente el sangrado aumento y la menor perdió la conciencia nuevamente.
Inmediatamente fue llevada de regreso a quirófano y se intervino quirúrgicamente, los doctores buscaban el lugar de la hemorragia cauterizando, pero continuaba el sangrado abundante. Un tercer paquete se pasaba mientras la enfermera apretaba la bolsa para pasar la sangre con rapidez mientras que otra pasaba solución con ringer de lactato. Durante el procedimiento la chica comenzó a convulsionar y elevar su frecuencia cardiaca, el shock hipovolémico tras la pérdida de sangre provoco que la menor presentara episodios de convulsión. Acto seguido el médico ordena a que traigan el carro rojo de reanimación al presentar la chica un paro cardiorrespiratorio. Se realiza maniobras de compresión y ciclos de reanimación. Es paciente ginecológica de mayor prioridad, los médicos discuten durante las compresiones de que no pueden perderla debido a su edad y por las perdidas de productos obitados. Entre un debate de hacer una histerectomía después de sacarla del paro cardiorrespiratorio o tratar de salvar su útero, la menor durante el tercer ciclo no presenta signos de reanimación y su piel se encuentra lo bastante pálida. En los ojos de la omega solo se ven las pupilas dilatadas mayor a 3 milímetros.
Los médicos y personal de enfermería no pueden creer lo que paso en la sala quirófano al perder una de las chicas que fueron rescatadas. Tenían la esperanza de rescatarla, ella estaba consciente y seguía respirando hace tres horas después de ser rescatada. Una muerte materna y dos recién nacidos obitados. En una hora llegaría la familia de la chica, en una hora van a saber su fallecimiento y la verdad de los que sufrió esa pobre omega.
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La señora y el señor Pines, al igual que su hijo entraron a la sala de descanso siendo guiados por el encargado del área, el lugar estaba muy frío para mantener la habitación acorde a los procedimientos. Cuando se acercaron a la camilla de exploración donde tenían el cuerpo de la omega con su identificación y las etiquetas en el dedo pulgar del pie y un brazalete en mano, notaron que tenía en ese mismo dos más anexos al suyo.
- Tomen su tiempo – Dijo el sujeto antes de dejarlos solos con el cuerpo. Pero el chico lo detuvo antes.
- ¡Espera!
- ¿Qué sucede?
- Ellos… - Viendo lo que estaba a los lados de su hermana.
- Exijo una explicación, porque mi hija tiene a dos bebés… - Pregunto el padre de la chica Pines. – ¿Por qué mi hija? ¿Por qué tiene a sus dos bebés a su lado? ¿Por qué los tiene? – Soltando un sollozo entre lágrimas. – Son mis nietas… deben estar con ella bien.
El Chico tomo la tabla de registros y hablo la descripción. – No debo dar informe de esta autopsia, pero… el doctor les dio un breve resumen antes de entrar a la sala. – Sacando sus lentes se los puso y leyó el informe. – Esto obtuvimos de la paciente y sus bebés. Mabel Belle Pines, 16 años de edad. Primigesta de gemelos. Durante el procedimiento la chica estaba con "TDPFA + Ruptura de membrana tardía + Anemia", lo que quiere decir es trabajo de parto en fase activa y en algún momento, la paciente tuvo complicaciones ya que se realizó cesárea de urgencia para sacar el segundo producto.
- ¿Segundo? – Pregunto Dipper con el corazón encogido. - ¿Cómo qué segundo?
- El primer producto; un recién nacido gemelo 1 de sexo femenino de peso 2,600 kg. Fuera del hospital fue encontrado durante la escena del secuestro. Sin signos vitales, el motivo fue dislocación traqueal y fractura entre cuello y espalda.
- ¡Dios! – Soltó un ahogo de sorpresa la señora Pines
- El segundo producto; recién nacido gemelo 2 de sexo femenino de peso de 2,800 kg. Obtenido por cesárea presenta sufrimiento fetal por asfixia y bradicardia, durante la revisión cae en paro respiratorio y se realiza maniobra de RCP, dos ciclos.
- Se realizó todo lo posible señor Pines, pero ninguno de los bebés pudo salvarse. – Comento el sujeto cerrando la carpeta. – No puedo dar informe de la señorita Pines, solo los de los bebés, debido a que la paciente entra en caso legal tras el enjuiciamiento de los secuestradores. El doctor tiene la nota de la señorita Pines y la causa de su fallecimiento.
- No necesito saber más – Dijo Charles molesto y con la voz aguda y carraspeanté por las lágrimas. – Mi hija fue torturada horriblemente y no pudo… sobrevivir al infierno por esa maldita mujer y ese sujeto… que le prohibieron de ver a sus bebés.
- ¡Mabel! – Grito la señora Pines desconsolada. – ¡DEVUELVANME A MI HIJA! ¡A MI PEQUEÑA REGRÉSENMELA!
- ¡NO LO QUIERO ACEPTAR! – Grito Dipper estallando en llanto. - ¡MI HERMANA ELLA NO TENIA QUE MORIR! – Dio un golpe a la mesa de exploración y tocar el cuerpo de su hermana tratando de abrazarla. - ¡HERMANA! ¡POR FAVOR ABRE LOS OJOS! – Soltó un grito tras ver los hematomas y cicatrices. – Mabel… él te espera…. Mabel hermanita por favor… abre los ojos, prometo estar con ustedes… Dijiste que serias la mejor tía para mis hijos, que Pacifica y tú me inundarían la casa de juguetes y ropas de bebé que… todo saldría bien. – Tomando su mano. – Por favor Mabel, regresa… regresa….
Al sujeto casi se le desgarra el corazón al escuchar los gritos y los lloriqueos de los padres de la chica, mientras que su hermano suplicaba que se la regresaran con vida. Vieron los bebés siendo un par de gemelos femeninos de buen peso, parecían que estuvieran dormidos junto con su madre.
Por respeto se dejó a las bebés junto a la madre para no separarlos, aunque en el proceso funerario tendrían que separarlos durante la preparación de cuerpos. Estuvieron alrededor de una hora… cuando fue momento de abandonar la sala.
En cuanto salieron la familia Pines fue el turno de dos sujetos que tenían el permiso de entrar, Bill Cipher no quería moverse de la entrada temblaba completamente, Tad su primo lo llevo del hombro y lo acerco a donde estaba a su destinataria. Parecía un largo camino para el Alfa rubio ya que su cuerpo temblaba con fuerza y su sangre se helaba.
El rubio vio a la castaña que estaba con su rostro sereno y los ojos cerrados, sus labios eran de un azul blancuzco entre lila, tenía una leve laceración en el labio inferior, noto que estaba levemente curveado su boca como si estuviera en paz. Noto que sobre la manta estaban envueltos dos bebés con sus cuerpos cubiertos y solo el rostro al descubierto.
Bill se tambaleo sosteniéndose de la mesa y viendo la escena. A los lados sus gemelos estaban junto a ella.
- Bill – Llamo Tad viendo al alfa derramar lágrimas gruesas en sus ojos, tanto que hizo a un lado su parche para poder limpiarlas con sus manos, provocando rozadura entre sus parpados y por debajo. - ¡BILL! – Intento detenerlo pero el rubio rompió a llorar.
- Tad… no, dime que solo es una pesadilla – Dijo. – Ella no está muerta… ella no lo está, solo está dormida… al igual que los bebés.
- Bill… - Viendo a su primo acercarse y tocar uno de los bebés y tocar su piel gélida y suave. Notando un poco del mechón claro y levemente rubio. – ¿Estos bebés…? – Pregunto Tad al sujeto.
- Son de la señorita Pines, son gemelos femeninos con diferentes pesos… y hora de nacimiento. – Menciono el sujeto antes de continuar. – Lo siento no puedo decir quién es el padre, aun no se sabe, puedo dar el informe pero no tenemos en concreto quien sería el padre.
- Por Dios – Dijo Tad tratando de aguantar las lágrimas. – No es necesario los estudios… son mis sobrinos. – Aclaro viendo el mechón rubio y que aún conservaba el aroma de su madre y el combinado de un alfa.
- ¿Disculpe? – Pregunto el sujeto.
- Eres un Beta, no te juzgo al no diferenciar aromas o casta. – Comento. – Él es el padre de esos bebés. – Señalando a su primo. – Solo que su prometida fue secuestrada por esos malditos bastardos.
- Una disculpa señor, no sabía de esto.
- Mabel… preciosa estoy aquí – Tocando su rostro con delicadez. – Jamás pare de buscarte… Mabel, abre los ojos estoy aquí. Estás conmigo, por favor… dime que estaremos bien, por favor… no te vayas de mi lado.
- Bill – Tocando su hombro. – Lo siento, ella...
- Tad – Dando una mirada llena de tristeza y dolor al ver el cuerpo de su amada omega sin rastro de vida. – Por favor… no quiero dejarla, la encontré… a ella y a las bebés. No quiero que este sola nuevamente. No aquí no quiero dejarla sola.
- Por favor Bill – Abrazando a su primo. – Mabel ya está con nosotros, ya no está en ese horrible infierno. Son tus hijas, las reconozco tienen tu aroma con la de ella.
- Mabel… Mabel – Viendo a las gemelas. – Son preciosas… era la sorpresa que me ibas a decir esa noche. Lo siento, Wendy me dijo y por eso no pare de buscarte. Recorrí toda la ciudad y las entradas y salidas de la carretera. La policía buscaba en los perímetros y nos pedían no precipitarnos ni interrumpir en la búsqueda. – Soltando una leve risa entre lágrimas. – Me arrestaron por enojarme y exigir e insistir en buscar más por fuera, me precipite y hubo momentos en que buscaba con desesperación.
- Fue difícil encontrarla – Dijo Tad – Cuando pensábamos que la pesadilla terminaría… justamente ellos escaparon.
- Debiste tener mucho miedo Mabel – Soltando lágrimas. – Mi Estrella fugaz, lo siento mucho… no estuve para protegerte, tampoco pude proteger a mi hermano menor.
- Bill no es tu culpa.
- Ella está aquí, ya no estás en ese infierno. – Besando su frente. – Mabel… te amo, te amo demasiado. Estoy aquí… - sujetando su mano e inclinándose para juntar su rostro con el de ella. – Me dijiste que me amabas hasta el multiverso, yo también te amare y jamás dejare de amarte, recuerda que solo serás mi chica especial.
- Bill… es momento de irnos – Aclaro el peli malva tras ver a su primo temblando y llorando por la pérdida de su destinataria.
- Mabel recuérdalo, te amo y no estarás sola nunca más – Soltando su mano. – Pero debo irme amor, solo por el momento… espérame.
- Bill es hora – Dijo Tad antes de ver a su primo intentando no llorar más. Aunque apenas escucho esa promesa, tendría que vigilarlo ya que es sabio que los alfas al perder su destinatario mueren en depresión. – Mabel, lo siento mucho. Pero prometemos que haremos justicia por ti y por mi primo Will.
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28 de Agosto de 1986. Piedmont, California.
Penitenciaria Penal No. 2 de California.
10:30 a.m.
Entrando a la cabina de llamada telefónica un rubio ingreso al lugar con su traje levemente arreglado sin corbata y su cabello semi largo atado en coleta. Dentro de la cabina encuentra del otro lado a una mujer alfa de cabello magenta y mirada violeta. Ambos guardias los deja a solas antes de iniciar la última llamada de la reclusa Areckva.
- Pyronica Areckva – Menciono el guardia de la penitenciaria. – No has hecho una llamada durante tú arresto, tienes derecho solo a 30 minutos. Úsalos bien y no se permite agresiones contra el vidrio de protección.
- Sí, sí lo que sea… – Chisteo la alfa. – No golpear el vidrio. ¿Me ve como retrasada mental? Solo quiero hablar con el maldito Bill Cipher, así que déjanos solos.
Tomo el teléfono antes de señalarle al rubio para que cogiera el auricular del otro lado. Viendo al rubio suspirar y tomar el teléfono y escuchar la voz femenina y desagradable de la mujer que hizo que su querida destinataria muriera de una forma cruel. Arrebatándole su vida y la de sus futuras hijas.
- Bill Cipher… - Dijo la alfa entre una risita de desaprobación al ver un atuendo barato de ropa. – Das asco con esa apariencia descuidada de ermitaño desolado. Solías utilizar trajes más acorde a tu medida y tener una perfecta limpieza en tu imagen de galán de playboy con tus estudiantes. Dime ¿Mabel supo que te acostabas anteriormente con ellas? – Recargándose en la mesa. - ¿Qué pasa? ¿Qué sucedió? Escuche que te despidieron por meterte con la hija del coordinador y causar un escándalo en la universidad por embarazar una omega menor, sin mencionar que perdiste los estribos y te molestaste al punto de casi interferir en búsqueda de una investigación. Que pedófilo me saliste Cipher.
- Sabes que no estoy de humor para bromas, Areckva. – Frunciendo el ceño y apretando un puño. – Vine aquí porque fue tu última voluntad, aparte de que quiero saber… ¿Por qué le hiciste esto a ella? ¿Por qué provocaste la muerte de ella y sus hijas? ¿Por qué mataste a Mabel? – Sintiendo su orbe picar por las lágrimas.
- ¡Ay vamos Bill! – Soltando un bufido entre la risa. – No empieces nuevamente con tu melodrama. Solo quiero saber que ha sido de tu vida.
- ¡Pedí la renuncia! No soporto ver a mi amigo Charles abatido en duelo y sin que se presente a trabajar y termine pidiéndome perdón y llorando fuertemente en mi oficina porque perdió a su amada hija y por no buscar más lejos, por verme cada día más decaído porque percibe mi aroma de tristeza al punto de llevarlo a la jubilación temprana por psiquiatría. Mason esta en depresión y el verme solo le abro más la herida, hace dos semanas que va continuamente al psicólogo, cada vez está más delgado y su esposa está preocupada por su salud. – Dando una mirada fuerte en su orbe dorado. – No sabes cómo tienes a su hermano, está a punto de perder todo rastro de su razón. Phill no me puede ver sin llegar a sentir lastima o romper a llorar por la muerte de nuestro hermano menor. Isabella está asustada y con dos hijas que son de Will, le quitaron la vida a su padre a diestra y siniestra. – Llevo una mano a sus mechones rubios. – Me quitaste a mi novia y prometida, la psiquiatría es una mierda y las pastillas que me trago solo me provocan una falsa felicidad para caer nuevamente como un maldito avión estrellándome nuevamente y hundirme más a la depresión. – Golpeando la mesita. – Sabes Areckva, quitarme a Mabel es quitarme mi vida, ella era mi razón de vivir, mi luz y mi amada destinataria. Cuando tú la secuestraste comenzaste el infierno en mí y en ella. Nos torturaste alrededor de la mitad del año. ¡No! Lo hiciste antes del secuestro, la tocaste y hubo un impulso agresivo en ti, pero Mabel siempre me pedía que me calmara y no tuviera las represalias contigo. Ella ya no quería saber nada de ti y escapar de la pesadilla… pero tú se la hiciste eterna cuando la privaste de su libertad.
- Creo que alguien ocupa una dosis un poco más fuerte de fluoxetina y un poco de clonazepam – Dijo Pyronica. – Oye, no has dormido bien, de paso no quieres Alprazolam.
- ¡Maldita sea, Pyronica! – Dijo molesto. – ¡Solo para eso llamaste! ¡Para burlarte nuevamente de su muerte!
- No – Dando una seña en el teléfono viendo como Bill se volvía a colocar el auricular. – Viste mi cuadro.
- Era bastante visible cuando lo trajiste en el día del juicio.
- ¿Te gusto? Dime con ojo de crítico visual.
- No diré nada de ese maldito cuadro – apretando el auricular del teléfono. – Kriptos y tú estaban detrás de esos nombres. Y luego lo usaste para que me preguntara palabras en latín.
- Sí, pero ya dime… ¿no te excito ver a Mabel así? – Soltando una risa burlesca. – Mabel… Dios amaba esa omega, siempre que la quería pintar ¡joder! No podía aguantar en masturbarme y después… cogérmela a gusto.
- ¡Cállate!
- El sexo es normal, Cipher – Dijo Pyronica. – Mabel, bueno la primera noche no se dejaba. Kriptos la ato de pies a manos y bueno ella no cooperaba mucho, mi amigo es bruto por naturaleza a la hora de hacerlo, vamos 3 veces se corrió y ella lloraba y rogaba mi nombre mientras la dibujaba.
- Lo peor es que cuando sentí placer de hacerlo con ella, estaba cansada mi pobre damita. – Inclinando su silla. – Pero le di una dosis de bueno… jeje feromonas y ¡Pum! Celo, estaba caliente de su rica vagina y no hay que desaprovechar. – Menciono. – Lloraba y gritaba excitada, quiero pensar que lo disfruto mucho como yo lo disfrute. No paramos hasta la mañana siguiente.
- Por favor no sigas… - Sintiendo un escalofrío en su piel de tan solo imaginar a Mabel pidiendo ayuda y suplicando que se detuvieran. Aun recordaba el informe médico y de la policía. – Para…
- ¡Ahí está! Tienes una erección solo por solo hablar de esto – Dijo entre burla. – Solo aclaremos algo, Mabel era mía desde un principio. Por tú culpa ella no disfruto el sexo ni de estar en una relación sana con su destinatario. – Señalándose a sí misma. – Bill Cipher, si tan solo no hubieras interferido esa tarde.
- ¿Esa tarde? ¿De qué hablas? – Dando una mirada furiosa a la alfa de pelo rosado.
- La tarde-noche que te la llevaste a la oficina, ese verano de 1984 – entrecerrando la mirada. – Aprovechaste para lamerle su vulva mientras ella estaba en modo de celo. Obvio que ella estaría confundida, pensaba que le gustaba a Will, pero… y si en realidad el aroma de su destinatario era el mío. Vamos ese día yo salí tarde del taller de arte.
- Pyronica estás loca.
- No fue ese único día, Señor Cipher – Frunciendo el ceño. – Lo volviste hacer siempre en la oficina, luego el día en que había estró entre los estudiantes. Pensé ese día que usted la dejaría irse a casa y… nada pasaría. – Soltando una risa. – Tan pedófilo el asunto, llevarla al cine no funciono pero que tal la feria. Le gusto divertirse con ella, se puso celoso de los chicos que querían cogérsela, mejor se la llevó al motel en medio de la carretera. ¡Perfecto! el anciano no sabe que usted es un profesor y la chica solo era la hija del coordinador. – Dando una mirada intimidante. – Vamos a tener sexo rudo con ella, sus gritos resonaban tan delicioso que usted debió sentirse en el cielo. Aunque yo sabía que ella sufría, mi preciada omega sufría por culpa suya. – Soltando un gruñido. – Asqueroso, puerco, marrano… no fue suficiente, y sé que esa noche no la desvirgo por completo solo conservaba un poco de su aroma, en su casa la masturbaba y le lamio más su vagina. Que me dice la noche de año nuevo, no me asegura que tuvieron sexo, no fue suficiente… más sexo en la casa. Oh no olvidemos San Valentín….
- Pyronica es suficiente – Hablo molesto. – Estuviste como acosadora y lo que hiciste viola más que la privacidad de uno, hasta el punto de privarle su libertad y abusar de ella.
- ¡Admítelo se acostó con ella! – Golpeo el cristal de protección. – No lo vi, pero… su aroma cambio esa noche, ella… ella… ella… tenía su aroma ¡Fue abusada por usted! ¡Maldito pedófilo de mierda! ¡Te la cogiste!
- Mataste a las omegas y mataste a las hijas de Mabel, las asesinaste y torturaste a Mabel, abusaste de ella y en la autopsia final encontraron golpes y desgarre, violación múltiple… Mabel… ella fue abusada aun en el embarazo avanzado que tenía, y… encontraron que también sufrió durante el parto por violencia obstétrica. Tú hiciste más a ella.
- Solo ayudaba a que tuviera a los bebés. Bill… todo es culpa tuya – Dijo Pyronica. – Sí tan solo te hubieras alejado de ella, si no te hubieras metido en nuestra jodida relación.
- Estás enferma… mereces irte al jodido infierno Pyronica.
- Tú la manchaste… los bebés, no eran míos… Mabel solo protegía un producto falso de un embarazo sin amor.
- Virgo Noctis, fue la perfecta doceava – Soltando una risa. – Lo hilarante de este asunto es que no me importa si me fríen la cabeza igual a un huevo frito. Solo diré una cosa.
- No te atrevas.
- No creo en cosas banales como el cielo o el infierno, pero solo diré que quiero ir con ella lo más rápido que pueda, porque cuando muera… estaré con ella en la eternidad.
- No – Dijo molesto. - ¡No te atrevas a decirle eso! ¡Mataste a Mabel!
- Bill… enserio das asco – Soltando una carcajada. – Yo me iré con Mabel, así que disfruta la soledad Cipher.
- Solo espero que te castiguen y sufras mucho…
- Da igual para ti Bill, porque una vez que me vaya… estarás solo desde un inicio.
- Mabel siempre pensó en ti como una amiga suya, siempre diciendo que eras una omega buena. – sonando serio. –Pero jugabas con ella y ocultabas la verdadera casta que llevabas.
- Tan ingenua y tan hermosa – Dijo. – Era lo que me gustaba de ella.
- Te odio… te odio Areckva – Soltando un suspiro entre lágrimas. – No te perdonare lo que le hiciste a Mabel, ¡Jamás!
Pyronica lanzo una sonrisa auto satisfactoria antes de levantarse y sostener aun el teléfono, se inclinó levemente y hablo dejando al rubio helado en su asiento.
- Bill – Dijo Pyronica. – Lo único que no perdonare de ti, es que durante el tiempo que estuvo conmigo, odiaba que se acariciara el vientre y llamara tu maldito nombre. Piensa ella que no la veía, pero siempre decía que su padre los iba salvar y anhelaba verte.
La alfa de pelo rosado aventó el teléfono contra el cristal de protección solo agrietando un poco. Mientras que un guardia de seguridad entraba y la sacaba a la fuerza de la habitación. Pero en la mirada de esa mujer se veía la maldad y el rostro de una asesina perdida.
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31 de Diciembre de 1986
Un rubio terminaba esa noche de arreglarse, se colocó su mejor atuendo un camisa blanca que su querida prometida le gustaba usar y siempre se la quitaba para dormir con ella. Aún conservaba el aroma de su destinataria. Uso los pantalones oscuros que llevo la primera vez que se conocieron y arreglo sus zapatos. Portaba el anillo triangular que hacia juego con el anillo de su Omega con la mitad de la palabra eternos.
Bill fue al armario y saco parte del atuendo de su amada chica, aquel suéter rosa con estrellas que le recordaban al apodo que le puso la Estrella fugaz. Tomo el suéter aspirando su aroma y no pudo evitar llorar, sentía aun qué su querida omega lo abrazaba con cariño y le pidiera que se quedara con ella.
- Mabel… - Dando una caricia al suéter. –Te extraño querida.
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- Bill – Se acercó a tomar el rostro del rubio entre sus manos, limpiando las lágrimas que caían sobre su orbe dorado y parte de su parche ocular. – Todo estará bien, recuérdalo bien. – Embozando una dulce sonrisa. – Me tienes aquí Bill.
- Mabel… - Soltando un débil sollozo. – Mabel – Dejo que su pequeña y amada prometida lo consolara con su cariño y ternura. – No me dejes.
- No me apartare de tú lado. – Lo atrajo colocando un beso suave en su frente. – Algo me dice que Bill Cipher no es muy maduro aun para enfrentar por completo a su padre. Y yo lo entiendo… - Acariciando los mechones rubios del Alfa. – Pero la decisión que tomes Bill, sé que será la correcta.
- Desde cuando esta omega se volvió tan bastante madura en hablarme – Viendo a la chica regalarle esas sonrisas que lo alegraban bastante.
- Desde que tengo que cuidar a lo más preciado para mí – Abrazándose a su pecho. – Bill recuérdalo mucho… te amo demasiado, de aquí hasta el multiverso.
- Mabel – Levanto el rostro de su chica viendo ese brillo en sus avellanados ojos. – Recuerda que serás mía por la eternidad, mi preciada omega.
- Bill – Tomando la sabana para colocárselo en su cabeza. – Cuando cumpla diecisiete… ¡Quiero casarme contigo! – Mostrando sus dientes blancos en una sonrisa. – Tengamos una boda.
- Preciosa si ya sabes que me casare contigo – Viendo a la chica usar la sabana como vestido. – Entonces ¿quieres una boda?
- Sí – Sonrojándose de sus mejillas. – Quiero llevar un vestido y caminar al altar contigo. Quiero estar hermosa para ti ese día.
- Mabel – Tomándola suavemente de su cintura y atrayéndola. – Ya eres demasiado hermosa para mí. – Soltando una suave risa. – Pero… si quieres tenerme muy embobado viéndote todo el día y teniéndote a mi lado sin que nadie te tenga, harás que los invitados se quejen conmigo por ser tan celoso de mi esposa.
- Bill.
- De acuerdo – Soltando un bufido de felicidad. – Pero estando solos serás mía.
- Eres un tuerto pervertido, señor Bill.
- Y esa palabra… ¿De dónde la sacaste?
- No te diré jeje.
- También… - Hablo el rubio en un tono sereno dando caricias en sus hombros.
- ¿También? – Pregunto curiosa la chica.
- Sí más adelante… me gustaría – Ruborizándose de su rostro el rubio. – Yo quisiera de ti… bueno si se podría o estuvieras preparada… un…
- ¿Un cachorro? – Susurro en su oído la menor consiguiendo que el alfa la mirase con el orbe abierto. – Bill… quiero un bebé tuyo.
- Mabel… - Viendo a la castaña asentir.
- Cuando sea el momento… dejare de tomar mis pastillas. – Comento la chica sonriendo. – Quiero tener un pequeño Cipher, lo más pronto jeje.
- Sabes que lo voy a querer mucho – Se acercó a la chica besando la coronilla de su cabeza. – Y a ti más que nada.
- Bill… - Un beso que se perdió en la oscuridad de la habitación, fue el gesto de felicidad de una pareja. – Te amo tanto.
[FF]
- Siempre… siempre lo estuviste, eran hermosas nuestras pequeñas Cipher Pines – Embozando una sonrisa el rubio. – Mabel…
El rubio camino hasta su estudio llevando el suéter de su amada y dejo la música de la radio andar, la canción que bailo con Mabel la noche que estuvieron bailando en la sala resonaba en la habitación. Tomo un arma del cajón, la cual usaba como protección para la casa. Busco en el cajón una caja con balas y cargo el revólver antes de cerrar el compartimiento.
Bill camino hasta llegar al sillón donde pasaba las tardes con su amada nínfula abrazados, jurándose amor eterno y una vida juntos. Dejo una carta encima de la mesa para su hermano, entre un testamento y su última voluntad. Abrazo el suéter de Mabel con fuerza y dirigió la pistola a su cuerpo y denoto el gatillo y disparo apagando su vida instantáneamente. Un disparo que acabó con su vida en tan solo 10 segundos.
- M-Mabel…
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══════ •『 』• ══════
- Bill…
- ¡BILL CIPHER!
El rubio despertó de su pequeño trance al darse cuenta que se había quedado dormido recostado sobre la hierba del río. La castaña estaba a lado de él con un libro en mano y un plumón oscuro. La escucho reírse junto a su hermano gemelo mientras este tomaba una foto con la cámara.
- Tienes una cara rara al despertar – Dijo Dipper viendo la fotografía que tomo. – Cinco dólares y elimino la evidencia de que mi hermana te dibujo un unicornio en el rostro.
- ¿Eh? – El rubio se tocó el rostro frotando la tinta y esparciéndola en su mejilla. - ¿Qué dibujo?... era un sueño extraño.
- Igual tú hermano me dará el doble – Dijo el castaño mostrando un poco lejos la cámara con la foto de él dormido. - ¡Mira! – Aunque el alfa solo puso una mala cara al ver el dibujo de unicornio en su rostro.
- Lo siento no pude evitarlo, impulso de locura divertida jeje – Sacándole inocentemente la lengua.
- ¿Qué hora son? – Mostrando una sonrisa a la chica provocando que se sonrojara como un tomate maduro.
- Son las cuatro de la tarde.
- Vaya, si me quede dormido – Le quito el plumón a la omega para tomar su rostro y dibujar unos cuantos rayones en la frente. - ¡Listo! Quedamos a mano.
- ¡Oye! – Se quejó la castaña frotándose el rostro.
- ¡Extorsión! – Grito su hermano para tomarle una foto y guardarla. – La usare sabiamente y el momento adecuado.
- ¡Traidores!
Los dos alfas se empezaron a reír de la chica, aunque ella por un momento vio que su gemelo y su amigo se llevaban de maravilla. Se apresuraron a tomar las cosas y guardarlas en su mochila, antes de que el celular de Dipper sonara y provocara que este contestara nervioso.
- ¿Qué escucho? – Dijo Mabel
- Acaso es Dipcifica – Dijo Bill en tono de broma.
- ¡Es pareja formada! – Gritaron ambos asustando al chico.
- ¡Cállense ustedes dos! ¡Par de locos dementes! – Dijo el castaño sonrojado furiosamente de las mejillas, antes de alejarse de ellos. - ¡No me sigan!
- Es Pacifica – Cruzando los brazos. – Mi hermano es tan poco conquistador.
- Le falta un empujón – Menciono Bill antes de quedarse solo nuevamente con la gemela omega.
Mabel dio una leve mirada a Bill antes de darse cuenta que estaban otra vez solos en el bosque, lo que hizo que la joven solo se sonrosada levemente de sus mejillas al igual que el alfa rubio.
- ¡Ajem! – Fingió una leve tos el alfa para tomar la mochila de la castaña y empezar a caminar con ella. – Entonces… ¿Estas libre?
- ¿S-Sábado? ¿Domingo? – Pregunto Mabel nerviosa.
- O los dos días – Embozando una sonrisa nerviosa el alfa. – Sí no te molesta que robe tú sagrado tiempo de las vacaciones. Podemos dejar la salida e ir…
- ¡NO! – Dijo exaltada al tomar su brazo. - ¡SÍ, QUIERO SALIR!
Ambos se sonrojaron completamente de sus rostros, Mabel lo soltó dándose cuenta del impulso que tuvo antes de seguir con su caminata por delante del rubio. El alfa soltó un bufido de alivio y sonrió antes de tomar su mano y entrelazarla.
- Entonces es una cita, tienes una cita conmigo~ – Canturreo contento provocando un adorable sonrojo en la castaña. - ¿Qué hacemos ese día?
- Mm… escuche que va haber una feria en el pueblo. – Dijo la castaña. – Tengo ganas de ir, quiero ver a los cerditos.
- Perfecto, también podemos ir al cine. Escuche que se estrenara una buena película de terror.
- Debemos llevar provisiones Bill, ¡Dulces! ¡Un montón! – Sonando emocionada.
- Tú vicio las gomitas de koala y mi vicio el dulce de orozuz.
Se dio una mirada mientras apretaban sus manos y dejaban que este sentimiento que apenas conocían dejara que cursara a su tiempo. Tenían el resto del verano para pasar a su lado y seguirse conociendo.
