Bienvenidos a una nueva historia de Dramione. También contara con historia de Haphne. Espero que sea de su gusto y puedan disfrutarla. Estaré Actualizando Lunes y Jueves.
Saludos, Malfoy-Granger.
Prologo
14 de septiembre de 1980
La familia Greengrass se encontraba descansando después de haber celebrado el primer cumpleaños de sus mellizas Helena y Daphne. La primera siendo una beba de cabello castaño y ojos marrones mientras que la segunda de cabello rubio y ojos azules. Las dos muy hermosas y queridas por sus padres.
Pero la paz en la mansión no duro por mucho tiempo cuando un fuerte estruendo se escuchó cerca de la habitación de las niñas. Demetrius Greengrass se levantó apresuradamente y se dirigió hacia allá, encontrando una ventana destruida.
Acercándose a las cunas, solo encontró a su hija Daphne sollozando con fuerza y una carta.
Helen Greengrass que había seguido a su esposo de cerca, grito de angustia al ver la cuna de su hija Helena vacía.
- ¡mi bebe! ¿Dónde está mi bebe? -exclamo con dolor.
Aun en shock de no ver a su hija mayor, Demetrius acobijo a su hija Daphne entre sus brazos.
-tranquila cariño. Todo está bien. Todo está bien. -susurro al bebe antes de llamar a su elfa. -cuídala ¿me entendiste? -ordeno entregándole la beba.
Su elfa asintió sujetando a la beba con cuidado.
Sin perder tiempo, Demetrius agarro la carta y la abrió.
- ¿Qué dice? ¿Qué dice la carta? -le pregunto Helen al ver palidecer a su esposo.
Su esposo apretó los ojos con fuerza y después lo abrió antes de mirarla con profundo dolor.
-El maldito de Rosier se la llevo para castigarnos. -susurro.
- ¡Evan! -exclamo Helen con pánico. - ¿Qué quiere… que quiere con nuestra hija?
Demetrius lo miro desecho.
-dice que va… va a matarla y… tirar su cuerpo donde nunca le encontremos.
Helen grito de dolor. Su esposo la abrazo con fuerza.
-necesito que te calmes. ¡Por favor! ¡Por favor, Helen! -suplico con la voz quebrada. -necesito que te calmes y que te vayas con Daphne al refugio. Yo buscare a los Aurores para que me ayuden a encontrar a nuestra hija y que atrapen de una vez por toda a Rosier. Pero para eso necesito que estés fuerte y protejas a nuestra pequeña Daphne. ¿Me entiendes? Helen…
-está bien… pero por favor trae a nuestra hija. -comento estrechando las manos de su esposo y mirando con los ojos rojos de lágrimas.
Demetrius asintió. Dándole un casto en la cabeza, desapareció.
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27 de noviembre de 1980
Orfanato, Gran Bretaña
-siento mucho la pérdida de su hijo, Señores Granger. -dijo la directora Marshall.
Michael y Kathleen Granger asintieron, sosteniendo sus manos.
-por lo que he visto en el informe que realizo la trabajadora social en que cumple con todos los requisitos para adoptar a un niño… -afirmo la directora. -pero antes de proceder a la siguiente etapa, es necesario que estén muy seguro de lo que van hacer…
Los Granger intercambiaron miradas antes de mirar a la directora con determinación.
-mi esposa y yo queremos de todo corazón hacer esto. Sabemos que perder un hijo no se puede reemplazar con otro… -comenzó a decir Michael.
-pero queremos brindarles este amor que nos ha dejado nuestro hijo y compartirlo con un bebe que no ha tenido la fortuna de tener a sus padres como el nuestro lo tuvo. -termino de decir su esposa con sinceridad.
La directora los miro con detenimiento. Los Granger estaban nerviosos que no les aceptaran la petición hasta que la directora ladeo una pequeña sonrisa.
-está bien. Llamare a una de las ayudantes para que conozcan a los niños. -comento haciendo sonreír a los Granger de alegría.
A poco tiempo apareció una joven llamada Alice quien se encargó de llevarlos con los niños más pequeños. Media hora después de estar en la instalación, escucharon el llanto de una pequeña niña que estaba en brazos de otra encargada tratando de calmarla.
- ¿Qué le sucede al bebe? -le pregunto Kathleen acercándose.
-realmente no lo sé, desde que ha llegado aquí se la pasa llorando cada poco tiempo. El medico la ha revisado y dice que está todo bien con ella. Pero creo que es más bien que extraña la esencia de su madre. -respondió la asistente con tristeza.
- ¡oh, qué triste! ¿Y sabe algo de su madre? -pregunto Kathleen con preocupación.
La asistente negó con la cabeza.
-la niña fue encontrada hace unos meses atrás en un basurero cerca de un edificio abandonado por un recolector de basura. La policía investigo, pero no encontraron ningún reporte de haber secuestrado a ningún bebe y en la noticia se notificó, pero tampoco hubo resultado. -respondió con seriedad.
- ¡Dios!... ¿Cómo una madre ha sido capaz de abandonar a su hija en un lugar así? -cuestiono indignada.
La asistente asintió con seriedad.
-eso siempre me lo pregunto cuando nos encontramos en una situación parecida. -comento Alice acercándose a ellas con Michael.
- ¿quiere cargarla? -le pregunto la asistente.
-si, por supuesto. -respondió Kathleen con una sonrisa.
Kathleen acogió a la pequeña niña con cuidado entre sus brazos. La beba se calmó poco a poco.
-parece que se siente cómoda contigo. -comento su esposo mirándola con cariño.
Kathleen asintió arrullando a la pequeña con una sonrisa.
- ¿Qué te parece, Michael?
Michael la miro.
-creo que esta pequeña nos ha escogido. -respondió con una sonrisa.
Su esposa ladeo una alegre sonrisa antes de mirar a la asistente.
- ¿Cómo se llama?
-aquí la llamamos Heaven; ya que donde estaba acobijada, su mantita tenía una inicial con H. Pero si la adoptan podrán cambiarle su nombre.
Michael y Kathleen miraron a la pequeña beba. Ella le sonrió.
-siempre pensé que, si tuviéramos una niña la llamaría Hermione. -comento Kathleen con una sonrisa.
-al parecer a ella le gusta. -dijo su esposo con una cálida sonrisa al ver a la niña contenta.
-bueno creo que si están seguros de adoptar a esta pequeña, podremos continuar con los trámites de adopción. -comento Alice.
Los Granger asintieron.
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Pocos días después de haber ido al orfanato y terminar con los trámites de adopción, los Granger se llevaron la pequeña bebe a su casa.
-Bienvenida Hermione a tu nueva casa. -dijo Kathleen sonriendo.
-bienvenida hija. -comento Michael con alegría.
La beba gorgojeo entre los brazos de su madre, ladeando una alegre sonrisa.
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Un año y tres meses
Demetrius apareció en su casa después de estar afuera una semana. Su esposa salió corriendo hacia él, pero se detuvo al ver la expresión derrotada y desconsolada. Helen negó con la cabeza mientras caía al suelo, sollozando. Demetrius se acercó a ella y la abrazo con fuerza.
-lo siento… lo siento… lo siento mucho, cariño. -le dijo el mago con dolor.
- ¿Por qué? ¿Por qué nos has traído a mi bebe, Demetrius? ¿Por qué? -le reclamo su esposa cuando logro formular palabras.
Por un momento la habitación se quedó en silencio hasta que el señor Greengrass carraspeo y la miro con rabia.
-pudimos encontrar a Rosier. Lo acorralamos, pero el maldito prefirió enfrentar a los Aurores y morir a manos de Moody que entregarse. Le pregunte sobre mi hija, pero el malnacido solo disfruto de nuestra desesperación.
Los dos soltaron lágrimas de ira y dolor.
-debemos encontrarla, Demetrius. Debemos encontrarla. Nuestra hija… ella… -susurro con desesperación.
Su esposo asintió.
-lo haremos, Helen. Contratare un investigador para que nos ayude. No nos rendiremos. -aseguro abrazándola.
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19 de septiembre de 1986
Casa de lo Granger
-Feliz cumpleaños, cariño. -dijo Kathleen abrazando a su hija con felicidad.
La pequeña niña de cabello castaño rizado y ojos marrones la miro con gran alegría.
-gracias, mamá.
-felicidades hija. -dijo Michael apareciendo por la puerta con un pequeño regalo.
-papi. -exclamo la pequeña Hermione levantándose de la cama apresuradamente, lanzándose a sus brazos.
Michael la agarro con un brazo.
-ya veo que quieres más a tu padre que a mí. -dijo su madre indignada y cruzada de brazos.
Su esposo e hija la miraron con una sonrisa.
-eso no es verdad, mami. Yo también te quiero mucho. -aseguro Hermione extendiendo su mano para que se acercara.
Su madre sonrió, acercándose a ellos y abrazándolos.
-yo también te quiero.
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1 de septiembre de 1991
Andén 9¾
Demetrius y Helen Greengrass miraba con sentimientos encontrados mientras veía a su hija Daphne entrar en uno de los vagones.
-si ella estuviera aquí… -susurro Helen con tristeza.
Demetrius solo le apretó el brazo con suavidad. Ya que no tenía palabras que podría consolar a su esposa de no haber podido encontrar a su hija Helena durante todo ese tiempo.
-cariño, espero que pueda hacer muchos amigos… -escucharon decir un hombre de cabello castaño.
-sí, papá. -respondió la niña de cabello castaño enmarañado.
-y sobre todo que no descuides tu educación, Hermione. Recuerda que es muy importante tener excelentes calificaciones. -aseguro la mujer de cabello negro.
Su hija asintió con una tímida sonrisa.
Los Greengrass miraron con curiosidad a la familia, dándose cuenta que eran muggles por su forma de vestir y algunos accesorios que cargaban que no era mágico.
-cuídate, cariño. -dijo la mujer de cabello negro con una sonrisa.
-lo hare, mamá. -le respondió su hija dándole un abrazo.
Sus padres la abrazaron y le dieron un beso despidiéndola.
Demetrius frunció las cejas al ver la sonrisa de la niña, teniendo la sensación de que la conocía de alguna parte.
-tiene una hermosa sonrisa. -comento su esposa al haber visto la niña despedirse de sus padres e irse como lo había hecho su hija.
-lo es. -apoyo Demetrius olvidándose por un momento de su tristeza junto a su esposa.
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3 de mayo de 1998
Hogwarts
-Astoria, ¿estás bien? -le pregunto su padre Demetrius con preocupación al ver a su hija en una camilla.
La castaña de ojos verdes le sonrió.
-sí, papá. No te preocupes, Daphne me protegió.
- ¿y donde esta ella? Tu madre la está buscando. -mirando a su alrededor, pero sin poder verla.
Su hija estrecho su mano.
-papá, tranquilo. Ella está bien. Está ayudando con los heridos.
Demetrius frunció las cejas, molesto.
- ¿Por qué? Ella debería estar aquí. Cuidándote. ¿Es que no sabes que debería estar protegiéndote?
-aquí estoy, papá. -respondió la rubia de ojos azules con seriedad apareciendo junto a su madre.
Helen abrazo a su hija Astoria, preguntándole si estaba bien mientras Demetrius lo miro con desaprobación. Algo de lo que Daphne estaba acostumbrada a ver. Pero antes de que su padre le dijera algo, fueron interrumpidos.
-disculpen. -dijo Hermione.
La familia Greengrass la miraron. Hermione miro a la pareja con curiosidad. Por alguna razón inexplicable tuvo la sensación de familiaridad con los padres de las hermanas Greengrass. El señor era de cabello castaño oscuro y ojos marrones mientras la señora era rubia con unos peculiares ojos claros.
- ¿Qué sucede, señorita? -le pregunto Helen con una educada sonrisa.
-este… Madame Pomfrey le envía esto a su hija Daphne. -le respondió la castaña entregándole un par de pociones. -dice que se lo tome para que termine de recuperarse de las maldiciones que recibió en la batalla y que le agradece su ayuda, pero que es necesario que se tome un descanso. -comento con una amable sonrisa.
-por supuesto, me asegurare que mi hija siga las instrucciones. Gracias. -le respondió Helen con una cálida sonrisa. Mirándola de arriba abajo. -tú también deberías descansar, estas hecha… -comenzó a decir, pero se detuvo al no querer insultar a la joven.
-un desastre. Si, lo sé. -termino de decir Hermione mirando a la bruja con tranquilidad.
La bruja asintió, relajada al ver que la joven no se sintió insultada.
-espero que todos estén bien. -dijo la castaña mirando al resto de la familia.
-sí, un poco magullados, pero estamos bien. Gracias por preocuparse. -respondió Demetrius con una afable sonrisa. -espero que usted también se encuentre bien a pesar de su apariencia.
Su esposa e hijas lo miraron sorprendidos por su trato hacia la joven bruja. Hermione ladeo una pequeña sonrisa, ignorando la reacción de las brujas.
-me encuentro bien, gracias por preguntar. -le aseguro.
Demetrius lo miro con interés al ver su sonrisa.
-disculpa, no nos hemos presentados. Me llamo Demetrius Greengrass… -dijo estirando su mano.
La castaña se lo estrecho.
-y ella es mi esposa Helen Greengrass.
La rubia de ojos claros que Hermione no pudo definir si eran ojos verdes o azules estiro su mano. Ella la estrecho con una sonrisa.
-mi nombre es… -empezó a decir cuando su amigo la llamó.
-Hermione. -dijo Harry acercándose a ella.
La castaña se giró para mirarlo.
-disculpen, necesito hablar con Hermione. -comento Harry rápidamente.
Demetrius y Helen asintieron con entendimiento, aunque sorprendido de ver que la castaña era una persona muy cercana al héroe de la comunidad mágica.
-disculpen a mi amigo, me llamo Hermione Granger y ha sido un gusto conocerlos. -dijo la joven bruja antes de irse con Harry.
Los dos adultos miraron a la castaña con intriga, sin saber porque le llamaba la atención la joven bruja.
-vaya, debe ser alguien importante si esta con el señor Potter. -comento Helen mirando a sus hijas.
Daphne soltó un pequeño bufido sentándose en la orilla de la cama de su pequeña hermana.
-ella es la mejor amiga de Harry Potter desde que se conocieron. -comento Daphne sin importancia.
-algunos creen que en realidad sean novios. -dijo Astoria con una sonrisa.
Demetrius arqueo una ceja.
- ¿y es verdad?
Sus hijas se encogieron de hombros.
- ¿quién sabe? Si lo son, seguramente pronto lo sabremos. Ahora Potter es famoso. Querrán saber todo de él. -respondió Daphne con fastidio.
Sus padres asintieron.
-sea como sea, esa es su vida. No es nuestro problema. -aseguro Helen.
-ahora señoritas, acuéstense y descanses. Cuando se sientan mejor, nos iremos a casa. -ordeno Demetrius olvidando por completo el tema de Hermione y Harry Potter.
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La Madriguera
- ¿aceptaras la oferta del ministro? -le pregunto Harry sentándose a su lado. Hermione negó con la cabeza.
-no, primero necesito localizar a mis padres e investigar un poco para el hechizo que utilizare para restaurarle las memorias sin que surja un efecto secundario en ellos. -aseguro. Harry asintió.
-espero que tengas pronto respuesta de ellos. -dijo Harry con simpatía.
-yo también lo espero. Pero el ministro fue honesto conmigo. Me dijo que si mis padres se movieron de donde deberían estar, al investigador le tomaría un poco de tiempo localizarlos.
Harry le tomo la mano y se la estrecho.
-lo encontraran, Hermione. Lo sé.
Hermione ladeo una pequeña sonrisa.
-gracias, Harry.
Harry asintió, pero frunció las cejas.
- ¿has podido hablar con Ron?
-no, dijo que quería estar solo. Y yo quiero respetar su decisión. Es muy difícil para todos, la perdida de… Fred. -dijo Hermione susurrando la última palabra.
Harry asintió con una triste mirada.
-espero que Ron pueda superar este momento y seguir adelante.
-yo también lo espero al igual que su familia.
Harry asintió.
- ¿quieres que te ayude a leer un poco estos libros?
Hermione lo miro con burla.
-en serio quieres ayudarme… a leer.
Harry sonrió, sonrojado.
-sé que no es mi pasatiempo favorito, pero lo hare si puedo ayudarte un poco con lo de tus padres.
Hermione lo miro con una cariñosa sonrisa.
-Gracias, Harry. Te lo agradecería.
-no, gracia a ti, Hermione. Esto es lo mínimo que puedo hacer por todas las veces que has estado ahí para mí. -dijo Harry con solemnidad.
-sabes que te quiero como un hermano y siempre procurare lo mejor para ti. Eres parte de mi familia, Harry. Y cuando encuentren a mis padres, espero celebrarlo contigo. -aseguro.
-lo haremos, Hermione. -apoyo Harry con una sonrisa.
