Anteriormente había subido este Long Fic a la plataforma de FF, pero tome la decisión de eliminarlo para realizar algunas correcciones como el hecho de utilizar la modificación de los mapas ofrecidas en los remakes, y tratar de hacer esto más entendible, espero sea del agrado para quien lo lea
Si existe alguna duda o comentario, lo que sea, estaré gustosa de recibirlos con el respeto que se merecen. Me ayudaría mucho si pudieran dejarme su opinión
Sin más, los dejo con este primer capítulo (sigo siendo pésima para los títulos)
Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)
—
El secreto mejor guardado
Prologo
Durante la década de los 60's vio la luz lo que sería una de las empresas farmacéuticas más importantes a nivel internacional, la Corporación Umbrella nació de las brillantes ideas de Edward Ashford, James Marcus, Ozwell E. Spencer y Maximus Engel, siendo estos últimos dos los principales aportadores de la mayor parte del capital que se requirió para echar a andar tan brillante proyecto.
Transcurridos los años este pequeño proyecto creció a pasos agigantados, Ashford junto con Spencer hicieron el descubrimiento de un importante virus al cual bautizaron como Virus Progenitor. En 1968 Ashford falleció a causa del mismo virus que él había descubierto.
El Dr. James Marcus continuo con las investigaciones de su antiguo colega el cual quería usar el nuevo virus para el bien de la humanidad, sin embargo, Spencer quería usarlo para crear armas biológicas para uso militar. Marcus permaneció ajeno a las ambiciones de sus colegas, simplemente se concentró en realizar sus investigaciones. Fue nombrado Director de investigaciones en 1968 y fue asignado como jefe del centro de entrenamiento y capacitación de la corporación. Posteriormente descubrió el Virus-T o Tyrant, el cual provenía del Virus Progenitor que Ashford había descubierto.
Y fue así hasta que fue asesinado en 1988 a manos de sus dos mejores pupilos William Birkin y Albert Wesker, por órdenes directas del mismísimo Ozwell Spencer el cual se había estado haciendo cargo de los asuntos financieros de la corporación junto con Engel.
Maximus Engel sospechaba que Spencer quería hacerse con el control total de Umbrella, con Ashford y Marcus fuera del camino, solo era cuestión de tiempo para que planeara asesinarlo a él también.
Se aisló en una mansión oculta en un bosque, muy similar a la mansión Spencer y al centro de entrenamiento de Marcus, debajo de las cuales estaba instalado un laboratorio con lo último en tecnología de aquellos tiempos. Continuo con las investigaciones que Marcus había dejado.
Tenía varios científicos de su más entera confianza trabajando para él, sabía que tarde o temprano Spencer lo mataría, pero si iba a morir de igual manera, se encargaría de dejar su legado como fundador de Umbrella, sin que Spencer se enterara de ello.
Tres años de ardua investigación bastaron para que las investigaciones de Engel dieran sus primeros resultados, el Virus – T, que hasta la fecha había causado terribles mutaciones, y había causado que sus hospederos se volvieran sumamente violentos e incapaces de seguir las órdenes de sus creadores, al fin se había adaptado con éxito a un hospedero elegido especialmente por Engel. Su propia nieta enfermiza que apenas contaba con 13 años de edad.
Engel había "experimentado" anteriormente con ella, cuando tenía solo 5 años inoculo en la niña una muestra atenuada del Virus Progenitor sin embargo no había conseguido los resultados que esperaba, había contemplado que el virus le ayudaría a reforzar y reparar su sistema inmune debilitado además de desarrollar habilidades tales como un ser con fuerza y velocidad superiores, mayor resistencia y un rápido factor de regeneración., pero la realidad fue otra muy distinta y desalentadora, si bien su sistema inmune mejoro un poco, no bastaba para curar su asma, había considerado a la pequeña un fracaso, hasta esta nueva ocasión.
Los experimentos parecían ir bien, la nueva cepa derivada del virus progenitor, el Virus T como lo había llamado Marcus parecía funcionar en ella. El experimento T/000-Z parecía cumplir con las expectativas que su abuelo tenía. Su sistema inmune se fortalecía poco a poco. En apariencia seguía siendo una chica normal. Sin embargo, se dio cuenta de que cuando se sometía a demasiado estrés el virus se replicaba velozmente en ella, causando los efectos secundarios de agresividad que tenían los demás sujetos con los que había ensayado Marcus. Cuando ella despertaba en casa de su estado frenético no recordaba absolutamente nada de lo sucedido.
Maximus sabía que el estado podía ser usado como un arma biológica, podría desarrollar el súper soldado que habían estado intentando desarrollar durante años en los laboratorios de las montañas Arklay. Con la sospecha presente de que sería asesinado por Spencer, era la única oportunidad que tenia de brindar algo de protección su familia, y sobre todo a su nieta que tanto quería.
Terminaras siendo un arma, aun cuando el objetivo simplemente era curarte.
Las fases experimentales comenzaron, trataron de controlar a la joven mediante periodos de sueños inducidos cada vez más cortos, tratando de hacerla obedecer órdenes, esperando que algún día pudiera ser completamente consciente de lo que era, y de las habilidades que tenía. Aunque al despertar de estos sueños, ella no recordaba absolutamente nada
Poco tiempo transcurrió hasta que pudo mostrar los primeros resultados alentadores, podía activar el virus en su cuerpo por poco tiempo sin perder el control. Maximus pensaba que lo ideal sería probar hasta qué punto podía obedecer órdenes sin descontrolarse, probándola con objetivos reales.
La oportunidad se presentó más pronto de lo que hubiera esperado, soldados armados irrumpieron en la mansión, todos portaban el logo de Umbrella en su uniforme, y todos usaban máscaras de gas que ocultaban sus rostros completamente. Avanzaron por los diferentes niveles de la casa llegando al laboratorio oculto. Las alarmas del laboratorio sonaban sin parar. Maximus observo fijamente el tubo lleno de líquido frente al en el cual se encontraba encerrada su nieta. Su más grande experimento y su mayor éxito. Si la abandonaba ahí la matarían. Pulso el botón rojo junto al monitor que tenía toda la información del experimento T-000/Z, el líquido comenzó a vaciarse.
Un par de científicos se aproximaron a Engel advirtiendo que la fase de prueba aún no estaba concluida, si despertaba a la chica en ese momento no serían capaces de controlarla como las veces anteriores. Pero Engel replico que no tenían tiempo de hacer todo el procedimiento habitual.
— Es hora de que demuestre lo que puede hacer- murmuro cuando el tubo comenzó a bajar dejando libre a su experimento— tengo mis esperanzas en ti pequeña... debes huir — dijo observando la mirada perdida de su nieta.
— Señor los intrusos acaban de penetrar el 3er sótano, es solo cuestión de minutos para que estén aquí.
— ¿Has reforzado las entradas?
— Lo he intentado, pero han descifrado todos los códigos, no tenemos oportunidad señor.
— Dra. Collins, sabe qué hacer
La doctora lo observo con sorpresa y asintió, tecleo unos cuantos códigos en la computadora y encripto fuertemente los resultados de la investigación en un disco duro, si alguien intentaba sacar esa información a la fuerza desatarían un virus informático que destruiría por completo la información del disco duro. Mientras tanto su asistente se dedicó a colocarle a la joven sus prendas de nuevo.
Engel se aproximó a su nieta, colocándole una cadena en su cuello la cual tenía un anillo de oro, en cuyo interior se encontraba grabado el código.
Las puertas del laboratorio se abrieron, dando paso a los soldados armados, algunos de los científicos intentaron huir, pero fueron acribillados de inmediato. El líder exigió que le fuera entregado todas las muestras y resultados de la investigación. La doctora Collins fue sacada de su escritorio mientras intentaban acceder a la información. Al no poder hacerlo exigieron la clave de inmediato. Más nadie hablo.
— Mátalos — murmuro Engel el cual estaba de pie al lado de su nieta.
Sucedió en un momento. Ella arremetió contra todos y contra todo, soldados, científicos, su propio abuelo, nadie pudo hacer nada contra ella. Había dejado de obedecer órdenes. Después huyo del laboratorio matando a todo aquel soldado que se atravesó en su camino.
Maximus Engel yacía en el suelo del laboratorio, agonizaba, y simplemente esperaba el momento en que la muerte lo reclamara. Fue cuando lo vio entrar, Spencer acompañado de los pupilos de Marcus, Birkin y Wesker.
— Se ha ido — murmuro Engel tratando de mantener algo de oxigeno — no vas a encontrarlo Spencer, es lo único que existe de muestra. — Agrego tosiendo, su propia sangre llenaba sus pulmones
— Encontraremos tu pequeño juguete Maximus, no te preocupes, y también descifraremos tu investigación
— Inténtalo Spencer, lástima que no viviré para ver tu fracaso— rio Engel apoyándose en los tableros de los computadores, presionando un enorme botón rojo con tanta fuerza que termino por destrozarlo. Una voz femenina salió de la computadora, dando aviso que el Proyecto T-000/Z se desactivaría por completo en 10 segundos.
Engel sonrió con satisfacción al ver la cara de frustración de Spencer, el cual lo apuntaba con un arma.
— Suerte en ello "viejo Amigo"— murmuro Engel con sarcasmo antes de encontrar su fin bajo el arma de Spencer.
Ozwell Spencer ordeno que se llevaran todo, los discos duros de las computadoras, las anotaciones, todo aquello que consideraran útil y destruyeran el lugar completamente, el laboratorio junto con la mansión, no debía quedar nada en pie. Ordeno realizar una búsqueda exhaustiva para encontrar al experimento que se había fugado, más no lograron nada en absoluto, el no saber qué clase de criatura buscaban dificultaba las cosas. El experimento T-000/Z había desaparecido en el bosque.
CAPITULO 1
28 de marzo de 1998. Londres; Inglaterra.
— ¡Luna, Luna!— la joven llamaba incesantemente a su amiga que parecía perdida en su mente de nuevo — Luna Zafiro Engel! ¡¿Acaso no me escuchas?!
— ¡¿Ah?!— exclamo confundida la joven— Perdona, ¿dijiste algo Vicky? — le pregunto a su amiga, Victoria Alexander, miembro del cuerpo de detectives de Scotland Yard y mejor amiga de Zafiro desde que esta había llegado a Londres y se habían conocido en la escuela media
— Parece que no me prestabas atención de nuevo, últimamente te pasa seguido— suspiro la detective — y pensar que este es el último café que podremos compartir juntas
— Lo siento, solo me distraje pensando...
— ¿Pensando en qué? ¿En tu viaje a América? O en tu nuevo empleo
— En todo – suspiro mirando el café humeante que tenía enfrente
Había llegado a Londres poco después del accidente en la mansión que había matado a su abuelo, la policía había dicho que una tubería de gas había causado la explosión, pero ni su padre ni ella estaban tan convencidos. Durante los funerales de su abuelo se había presentado el señor Ozwell E. Spencer, socio de su abuelo y uno de los fundadores de la empresa farmacéutica Umbrella, supuestamente para darle el pésame a la familia. Su padre Andrew Engel jamás había confiado en ese hombre desde que lo había conocido, los otros fundadores de Umbrella habían muerto uno tras otro en circunstancias extrañas como la muerte de Maximus. Andrew podía jurar que fue Spencer quien había acabado con los otros dos y con su propio padre.
Rechazo toda propuesta de Spencer para continuar con la investigación de su padre, jamás había sido su vocación lo que Maximus Engel hacía, ni siquiera estaba seguro de que era lo que investigaba realmente en su laboratorio, o eso le hizo creer al anciano Spencer, aunque, por el contrario, su hija, Zafiro, pasaba mucho tiempo acompañada de los científicos de su abuelo, incluso estaba de visita en la mansión el día que esta había explotado, para fortuna de ella, aparentemente había salido de paseo al bosque que rodeaba la casa, ya que la habían encontrado varios cientos de metros de la mansión, inconsciente, y con la ropa algo cubierta de polvo y ceniza, y varias manchas de sangre.
Lamentablemente, Zafiro no había podido brindar una declaración coherente, no recordaba nada de lo sucedido ese día, ni como había salido de la mansión, o como había llegado al punto donde la encontraron.
Semanas después del funeral, su padre había decidido trasladarse definitivamente a Londres y alejarse de todo lo que tuviera que ver con su abuelo. Empezó como socio minoritario de una empresa dedicada a la investigación y producción de tecnología para la medicina. Con el tiempo fue creciendo hasta tener su propia empresa dedicada a eso.
Zafiro por su parte tardo tiempo en recobrarse, ese lapso de pérdida de memoria la había afectado un poco, pero se dedicó a los estudios de manera sobre saliente, memorizaba las cosas en poco tiempo, incluso en materia de deportes demostraba su agilidad y resistencia superior a la de la mayoría.
Fue promovida un par de grados, por lo cual termino la universidad a los 22 años, sin embargo, no quiso unirse a la empresa de su padre, debido a que había encontrado algo más que llamaba su atención, el trabajo de su amiga Victoria como detective del Scotland Yard había capturado todos sus sentidos, sin embargo, ella admiraba mas ser policía de campo, pero de un equipo especial. Y no solo una del montón.
Victoria le había advertido que no apuntara sus expectativas tan altas de un solo golpe, con el tiempo iría subiendo de nivel, solo tenía que probar que lo valía. Y así había sucedido. En las pruebas de los nuevos reclutas para los agentes de campo, había un examinador americano que estaba ahí solo como elemento especial.
Había visto su desempeño, su agilidad y resistencia, y después de hacer unas llamadas a América, le propuso unirse a la fuerza del Escuadrón de Tácticas Especiales y Rescate o S.T.A.R.S. por sus siglas en ingles.
En un principio no había estado del todo convencida, pero pidió unos días para pensarlo. Desde la muerte de su abuelo no había vuelto a América por ningún motivo. Como lo supuso su padre se opuso sin ningún razonamiento valido, Zafiro no entendía si lo que le molestaba de América era haber perdido a su padre, o la presencia de Spencer y Umbrella, como sea no eran razones válidas para que ella no pudiera ir a cumplir con lo que deseaba para su vida.
Después de varias discusiones y de contar con el apoyo de su madre, Coraline Engel, Zafiro por fin pudo hacer que su padre cediera un poco, iría a América para trabajar con los S.T.A.R.S.; pero debía cuidar muy bien su espalda y fijarse en quien confiaba. Zafiro pensó que esto era un consejo algo exagerado, pero no le haría mal tenerlo en cuenta.
— Y bien, ¿cuándo sale tu vuelo? — le insistió Victoria regresándola al presente de nuevo— oh Luna... ¿no me digas que de nuevo no estabas escuchando? No tienes remedio
— Lo siento Vicky, creo... creo que estoy nerviosa — murmuró mirando la taza entre sus dedos — Mañana por la mañana debo abordar
— Es una lástima que no te pueda ir a despedir al aeropuerto, pero aun debo hacer unos informes del último caso, es un dolor de cabeza
— Espero no tener que hacer lo mismo
— Solo así entenderás lo que sufro — respondió Victoria de manera burlona— De ahora en adelante creo que te llamare, oficial Engel — sonrió haciendo uno de sus mechones morados del fleco detrás de la oreja
— Así es, teniente Alexander— sonrió un tanto apenada
— Cuídate ¿está bien? - le dijo chocando su puño con ella — te deseo suerte
— Igual yo… Victoria— agrego poniéndose de pie para salir de la cafetería y alejarse por las calles de la ciudad.
29 de marzo de 1998
Varias veces trato de no mirar atrás en la sala del aeropuerto, sabía que su padre esperaba que se arrepintiera y se quedara en Gran Bretaña trabajando junto a Victoria Alexander, pero realmente ella no quería estar todo el tiempo como subordinada de su mejor amiga, definitivamente iría a América y buscaría su propia misión en la vida. Si las cosas no resultaban siempre podría volver a casa ¿o no?
Su vuelo fue tranquilo, exceptuando por un extraño sueño que tuvo mientras descansaba, solamente veía la mansión de su abuelo en llamas a lo lejos, pero lo demás se veía borroso, suspiro, aún seguía sin saber cómo no había estado presente en ese lugar cuando la mansión se incendió, ¿de verdad se había salvado de milagro?
Abrió los ojos justo cuando el piloto anunciaba que aterrizarían pronto y abrocharan sus cinturones, se sintió desorientada y un poco mareada por el aterrizaje.
Pensaba pedir un taxi cuando salió del aeropuerto, pero se encontró con una camioneta con los logotipos de la policía de Raccoon. Recordó que le habían enviado instrucciones antes de despegar, cuando saliera del aeropuerto habría alguien esperándola para llevarla a la estación. Y suponía que era aquella unidad.
Se aproximó al vehículo, en el lado del piloto se encontraba un oficial uniformado, vestía una camisa azul claro y una corbata negra, en las mangas de su camisa pudo distinguir los mismos logotipos de la camioneta. Otro hombre bajo del lado del copiloto, cuando se aproximó a ella, pudo notar que su vestimenta era ligeramente distinta a la del primer oficial. Sus ropas eran de un color más obscuro, pantalón táctico negro, botas militares, una camisa azul obscuro y un chaleco táctico con múltiples bolsillos. En las mangas de su camisa se distinguía un escudo distinto. Observo el atractivo rosto del hombre, cabello rubio perfectamente peinado hacia atrás, piel blanca y ojos cubiertos por unas gafas de sol.
— ¿Luna Zafiro Engel? — pregunto dirigiéndose a ella
— Soy yo— respondió simulando su nerviosismo
— Soy Albert Wesker, Capitán del Escuadrón de Tácticas Especiales y Rescate, el oficial Palmer y yo te llevaremos a la estación después de que hayas dejado tus cosas; tengo entendido que ya tiene donde instalarse ¿no es así? — le indico abriendo la puerta trasera del vehículo
— Así es— respondió abordando la camioneta con algo de desgano, después de poco más de 8 horas de vuelo, esperaba al menos poder descansar un poco antes de tener que presentarse en la estación a terminar el papeleo antes de su primer día de trabajo, pero parecía que no sería así.
Su padre le había ayudado a buscar un departamento, para que no tuviera problemas por alojamiento cuando llegara a la ciudad. Raccoon era ciudad relativamente pequeña, si es que podía considerarse pequeña a una ciudad de poco más de 100,000 habitantes, aunque parecía desarrollarse rápidamente, se construían edificios nuevos constantemente o nuevas zonas residenciales.
El departamento estaba a poco más de 1km de la estación de policía, en Ema Street, para llegar a la estación solo tendría que hacer un agradable recorrido por el distrito comercial de Raccoon, el cual estaba lleno de vida tanto de día como de noche.
Dejo sus cosas en el departamento y regreso al vehículo donde Palmer y Wesker esperaban. Observo por la ventanilla durante el corto trayecto a la estación, la gente iba y venía de las distintas tiendas, alcanzo a ver algunas tiendas de ropa y un par de mueblerías, debería de recordar donde estaban ya que tendría que amueblar su hogar en cuanto pudiera, o tendría que dormir en el piso, cosa que no le agradaba en absoluto.
Continuaron su camino por Ema Street hasta Ennerdale Street, la estación estaba a unas calles de distancia siguiendo por esta última.
— Bienvenida al departamento de policía de Raccoon City — le indico Palmer bajando del vehículo
Zafiro bajo detrás de ellos, de verdad que era un edificio impresionante, esperaba ver el clásico edificio cuadrado con ventanas grandes, sin embargo, el edificio que tenía delante lucia antiguo, con elegantes ventanales y un reloj coronando el edificio en la parte central.
— No esperaba encontrarme con un edificio antiguo
— La estación fue anteriormente un museo durante muchos años, después formo parte de la biblioteca de la ciudad, ahora es completamente del Departamento de Policía de la ciudad — le explico el oficial.
Entraron a la estación, el hall principal era un amplio y fresco salón, cuyo centro se encontraba dominado por una gran estatua de mármol de una diosa sosteniendo una bandera en su mano derecha, y un escudo en su izquierda, a los pies de la estatua se encontraba una agradable recepción de madera pulida, la cual apenas estaba comenzando a cobrar vida a esa hora de la mañana.
A ambos lados de la escultura había un par elegantes escaleras que conducían a la segunda planta, adornado por una elegante balaustrada de madera pulida que hacia juego con los escritorios de la recepción
Noto ante sus pies el logo de la RPD grabado en el piso de mármol; observo que a su lado derecho se encontraba una cortina de aluminio completamente levantada. Mientras que a su izquierda había otra cortina de barrotes completamente alzada, y más adelante, justo antes de las escaleras, había una puerta de madera, aquel sitio jamás se lo hubiera podido imaginar como una estación de policía.
— Palmer, vuelve a tu trabajo— dijo Wesker con tono neutro— yo me hare cargo de llevarla desde aquí
— Como diga capitán—respondió el oficial despidiéndose entrando en la segunda puerta del lado izquierdo
— Sígueme, primero te presentare al Jefe Irons, y después al resto del equipo — le indicio Wesker comenzando a andar— alguien del equipo te mostrara la estación a detalle después, pero sería bueno que pusieras algo de atención, este lugar puede ser un laberinto si no lo conoces— agrego dirigiéndose a la escalera del ala este de la estación.
—¡Si señor!-—respondió Zafiro tratando de seguirlo de cerca
Aquella enorme escultura de mármol blanco era igual de impresionante si la veía de cerca, aun estando en la segunda planta, no bastaba para alcanzar siquiera los hombros de la diosa que ahora le daba la espalda. En el descansillo al final de las escaleras se encontraban 3 enormes ventanales que daban paso a la luz que iluminaba el interior del lobby de la estación, y hacían brillar la piel blanca de la diosa.
Debo de estar soñando, ¡este lugar es increíble! — pensó para sus adentros, tratando de contener la emoción
Tomaron el pasillo de su derecha, llegando casi hasta el fondo de este. Wesker abrió la puerta, dejando pasar primero a Zafiro.
Se trataba de un cuarto de espera con un par de sofás de piel algo gastados y un escritorio para una secretaria.
— Espera aquí en lo que anuncio tu llegada, vendré cuando el jefe pueda recibirte.
— Está bien— respondió Zafiro viendo como Wesker desaparecía detrás de una puerta con una Pica de naipe francés grabado en la madera
Permaneció de pie unos momentos observando la habitación, había una pizarra de corcho en una de las paredes con varios panfletos de diversos trípticos, y un mapa de la ciudad, Zafiro se sintió perdida por unos momentos, aquella creciente ciudad norteamericana no era para nada similar a Londres, a lo que ella conocía y estaba acostumbrada, inhalo profundamente tratando de controlar sus nervios, Raccoon City ahora iba a ser su hogar, y esperaba que en poco tiempo aquel mapa le fuera tan familiar como el mapa de Londres.
—
Wesker continuo solo lo que quedaba del corredor, el sonido de las botas sobre el piso hacía eco en las paredes, una mueca de desagrado apareció en su rostro siempre estoico. Detestaba tener que darle explicaciones de cualquier cosa al imbécil de Brian Irons como si se tratara de un perro obediente que trabajaba para él como el resto. Pero las cosas eran realmente distintas, y algún día le recordaría a ese engreído obeso quien era el que realmente trabajaba para quien.
Hacía tan solo dos años que era capitán de la recién fundada unidad de S.T.A.R.S., anteriormente había pasado una temporada como Oficial Químico en el ejército de los E.U.A.; y sin embargo aún seguía trabajando para la corporación Umbrella. Había sido reclutado como investigador cuando solo tenía 17 años, comenzó su formación junto a William Birkin bajo la tutela del Doctor James Marcus.
El y Birkin habían acabado con su maestro por orden de Ozwell Spencer, y había estado presente 10 años atrás, cuando Spencer en persona había asesinado a Maximus Engel.
Y aun después de 10 años ese maldito viejo sigue dándonos problemas
Aún no habían podido descifrar el resultado de sus investigaciones, el maldito había hecho muy bien su trabajo ocultando la información y encriptándola fuertemente, un solo error y los archivos de la investigación se perderían para siempre.
Habían esperado que su hijo Andrew supiera algo de la investigación, pero él jamás había mostrado interés alguno, sin embargo, había alguien que sí. La nieta de Maximus era muy unida a su abuelo, lo acompañaba durante las investigaciones. Umbrella tenía la sospecha de que aquella niña pudiera ser de utilidad, pero, después de la muerte de Maximus y el incendio de su mansión, Andrew se había mantenido lo más lejos que pudo de la influencia de Umbrella, no interfería en los asuntos de la corporación, pero sus acciones correspondientes seguían produciendo montones de dinero.
Wesker supuso que no era tan imbécil como pensaba, sabía que Andrew sospechaba que su padre había sido asesinado, y no que solo había sido un accidente. Para Umbrella fue imposible acercarse a Zafiro debido a la protección de su padre, al menos hasta ahora.
Hacia un par de semanas había recibido un comunicado de parte de la sede central de Umbrella, Habían localizado a la nieta de Engel, y estaba por presentar pruebas para unirse a Scotland Yard. Wesker sabía que Umbrella no dejaría pasar esa oportunidad. Envió un agente encubierto como reclutador, bajo la excusa de buscar nuevos reclutas para los S.T.A.R.S. en Raccoon City. La misión era llevar a la chica a la ciudad, lejos de la influencia de su padre.
Ahora sabía que debía de vigilar de cerca a la nieta de Engel y encontrar cualquier pista que les pudiera servir para descifrar la investigación. Sus órdenes eran muy claras, pero no por eso tenían que agradarle.
Si esos imbéciles hubieran capturado al experimento, no tendría por qué hacer de niñero de una princesita mimada y sobreprotegida.
Llamo una sola vez a la puerta, simplemente como advertencia de que iba a entrar. Aquella oficina parecía sacada de la retorcida mente de un loco. Adornada con aves disecadas y cabezas de animales, por no mencionar el pésimo gusto del arte con la que estaba adornada la estancia.
—Te he dicho que te presentes en mi oficina como es debido— le reclamo un hombre bajo y gordo, sentado detrás de un escritorio tratando de demostrar autoridad absoluta
—Dejemos tus intentos baratos de mostrar superioridad y control para después Irons, sabes muy bien porque estoy aquí en este momento— respondió Wesker con total frialdad — no debería de ser una sorpresa para ti que haya tenido que presentarme en este momento en tu madriguera, a fin de cuentas, llegaste temprano sabiendo que vendría esta mañana.
— Supongo que trajiste a la chica contigo— respondió el hombrecillo en un tono que solo podría compararse con un gruñido
— Umbrella te informo de su llegada como me suponía— dijo neutral, sabía que Irons no sabía quién era realmente la chica, ni por que la habían trasladado a Raccoon.
— Lo que Umbrella quiera de ella no es mi problema ¿Por qué estoy obligado a contratar un nuevo agente para S.T.A.R.S.? creí que acababas de unir a un nuevo miembro a tu equipo recientemente ¿o no? La niña medico
— ¿En serio? Y dime Irons ¿Qué harás si Umbrella deja al descubierto ciertos… cargos en tu contra? — respondió con un tono de sarcasmo — Umbrella te tiene en la palma de su mano Brian, harías bien en no olvidarlo, si Umbrella quiere a la chica con los S.T.A.R.S., tu contrataras a la chica para S.T.A.R.S. ¿Esta claro? — observo una carpeta sobre el escritorio — Espero eso sea el contrato del que estoy hablando
— Tráela aquí— mascullo Irons con molestia — ¡Quiero saber que tiene de especial esa chica!
— ¿Es eso? ¿O quieres saber en persona si la nueva oficial inglesa es atractiva?
Irons miro a Wesker con molestia, con la regordeta cara roja por la ira contenida. Aunque, estaba más que claro que al rubio no le importaba en lo más mínimo lo que el jefe de policía pensara en ese momento.
—
Zafiro se encontraba sentada en uno de los sofás de aquella sala leyendo algunos trípticos de la ciudad para conocerla un poco mejor. La recepcionista había llegado hacía poco, y ella se había presentado como era debido, Wesker regreso en ese momento.
— Sígueme, el jefe te recibirá ahora — le dijo regresando por la misma puerta que había llegado
Zafiro lo siguió hasta la tétrica oficina del jefe, no pudo evitar sentir un escalofrío al mirar el horrendo y obscuro lugar al que llamaban oficina del Jefe de Policía que más que nada, podría pasar por la madriguera de una bestia horrenda y grotesca, era un sitio terrible, las paredes no reflejaban nada de la poca luz que había, y el pésimo gusto en decoración era lo peor. Suponía que su madre no volvería a quejarse de nada si viera aquel lugar.
Pero si había algo peor que aquella tétrica oficina, eso era ver al hombre que estaba sentado detrás del escritorio, un hombre bajo, regordete, vestido con una camisa blanca y un chaleco café pasado de moda, parecía estar molesto, por algo, o así era su expresión. Como fuera, no quería averiguarlo, ni en ese, ni en ningún otro momento.
— Soy el jefe de policía Brian Irons— se presentó con un tono autoritario y arrogante, como si estuviera tratando de remarcar que él era el que estaba al mando — tengo entendido que viene de Londres oficial...
—...Engel— respondió Zafiro de la forma más tranquila que pudo, y se sorprendía de haberlo logrado — Luna Zafiro Engel
— Un gusto, oficial Engel — respondió el jefe de policía en un claro tono que demostraba todo lo contrario — A partir de mañana estará asignada al Escuadrón de Tácticas especiales y Rescate, espero nada más que un excelente desempeño... oficial
— Le aseguro que lo tendrá ... Jefe — respondió mirándolo a los porcinos ojos, notando de inmediato como aquel hombre la recorría de pies a cabeza, analizando cada centímetro de su cuerpo, sobre todo sus pechos y caderas, y no tenía ni siquiera el mínimo reparo de querer simularlo.
— Bien, nos retiramos — intervino Wesker tomando la carpeta del escritorio del jefe, atravesándose entre la libidinosa mirada del hombre y su nueva agente
—Sí, si – respondió Irons con frustración al haber sido interrumpido en su análisis minucioso de cada rincón del cuerpo de la recién llegada, observo a Zafiro de reojo nuevamente, causándole más incomodidad
Ambos salieron de la oficina, Zafiro no pudo evitar suspirar de alivio. Entre menos regresara a ese lugar, sería mejor para ella, deseaba con todas sus fuerzas que nadie de su equipo de trabajo la obligara a tener que patearle las bolas como había deseado hacerlo con el jefe de policía en esos momentos.
— Bien, Te mostrare la oficina de S.T.A.R.S. antes de que te marches, debió ser un vuelo largo, pero es necesario que sepas donde se encuentra tu lugar de trabajo
— Le agradezco capitán — respondió por cortesía, lo que ella quería era irse a descansar
Regresaron al hall principal, pero en lugar de regresar a la primera planta, Wesker se dirigió al pasillo que se situaba a la izquierda de la estatua, a mitad del cual se encontraba una puerta de madera, igualmente grabado con la imagen de la Pica de naipe, la cual los llevo a una enorme librería de dos plantas. Suponía que aquello había quedado de cuando la estación había sido parte de la librería de Raccoon.
El capitán atravesó la librería, en dirección a unas escaleras que comunicaban a la segunda planta de esta, al lado de las cuales se encontraba una puerta que los llevo a un pequeño salón donde había una estatua de un unicornio y otra puerta únicamente, puerta a la cual se dirigió Wesker.
Zafiro entendió por qué el capitán le había advertido que aquel lugar podía ser un laberinto, tantas vueltas, y puertas bastaban para confundir a cualquiera.
Llegaron a un pasillo con forma de L, y pasaron delante de una puerta que tenía grabada en la madera un Diamante de naipe, la placa al lado del naipe solo decía "cuarto de blancos", siguieron su camino girando a la derecha por el pasillo. Se detuvieron ante una sencilla puerta de madera, la placa en la pared solo anunciaba "Oficina de S.T.A.R.S."
— Este será tu lugar de trabajo cuando no estés en misión de campo — le indico Wesker dejándola entrar a la oficina — Mañana será oficialmente tu primer día, y se te entregará tu placa y tu identificación como miembro de S.T.A.R.S.
Justo al lado de la puerta había una pequeña oficina, independiente al resto de la habitación, aquella era la oficina del capitán, al frente de ella podía ver 8 escritorios acomodados en grupos de 4, y uno extra con una máquina de fax y una impresora, el escritorio estaba lleno de documentos apilados, había también un aparato de comunicaciones al lado del escritorio del fax. AL lado de la oficina del capitán había un escritorio con una computadora encendida y una estantería con diversos trofeos, entre el escritorio y la estantería, se encontraba una puerta quedaba acceso a la armería.
Zafiro curioseaba los diversos trofeos, algunos estaban a nombre de A. Wesker, un par más a nombre de B. Burton, pero la gran mayoría estaban a nombre de C. Redfield, calificándolo como el mejor tirador de la competencia.
Cada escritorio de los miembros de STARS tenía una computadora, pero aun así había ciertos detalles que decían algo de la personalidad de su ocupante. En uno de ellos alcanzo a ver una réplica de aire de un Colt Python y unos cuantos libros, el escritorio frente a este tenía algunas cajas de CD´s esparcidos en la superficie, y en la pared había una chamarra de cuero con un ángel bordado sosteniendo una bomba, tenía bordada la leyenda "Made in Heaven". El escritorio frente a este estaba más ordenado que el anterior, los archiveros estaban perfectamente acomodados en su lugar, sobre el escritorio había una fotografía que no alcanzaba a distinguir muy bien desde donde estaba, y otro de ellos estaba perfectamente limpio, con algunos documentos y revistas de medicina, y había un botiquín colgado en la pared.
Zafiro sintió un retortijón en el estómago, los nervios de conocer a aquellas personas tan diferentes entre sí, y que aun así eran un equipo, le revolvieron las tripas.
— Te presentaras mañana a las 9 horas en esta oficina, y espero que sea puntual señorita Engel — puntualizo Wesker sacándola de su estupor
— Aquí estaré Capitán Wesker — respondió con amabilidad — Si me permite me retiro por ahora — agrego inclinando la cabeza cortésmente
— Adelante — respondió este de manera neutra
Zafiro regreso por donde había llegado, atravesó nuevamente la biblioteca antes de llegar al hall principal de la estación. repasaba mentalmente el camino con sus múltiples puertas con grabados de naipes, quizá había más de esas puertas por toda la estación, pero eso lo averiguaría al día siguiente, cuando se presentará formalmente como parte del escuadrón, cuando bajo las escaleras que rodeaban a la escultura de la diosa, pudo notar como había más gente que momentos antes que había llegado, poco a poco la estación cobraba vida.
Regreso a casa a pie, de esta manera podría observar con tranquilidad las tiendas del distrito comercial, tenía sus ahorros disponibles, más un extra que su padre insistió en darle, por lo menos no sufriría en amueblar su departamento, además no ocupaba gran cosa viviendo sola. Incluso consideraba tener algún vehículo para transportarse.
