Emma leía la vieja revista una y otra vez. Trabajar como mesera solía ser bastante agotador cuando había clientes, pero las tardes de tiempos muertos eran lo peor. Para variar, su compañera de trabajo no aportaba mucho.
- Oye…- la castaña la llamó, a lo cual la chica alzó el rostro de su celular, aburrida- Mikasa, si tuvieras que elegir entre ir a un país o gastarte el dinero en algo más ¿lo harías? –
La joven era una asiática malhumorada. Desde el primer día que se habían conocido, no le había dicho más palabras que hola, adiós y eso no se hace así. La de ojo café se esforzaba realmente en tener una buena relación con ella, pero la de ojos grises no ayudaba.
- Llegó un cliente, lo iré a atender – le respondió, sin emoción alguna y Emma se encogió de hombros-
Había pasado un año desde que todo se había descubierto. A veces agradecía la situación y otras veces se lamentaba por todo lo que había pasado. Pero si tuviese la oportunidad, volvería atrás sin pensarlo dos veces, para hacer todo mejor.
Un mensaje a su celular la sacó del trance del momento. Su turno acababa de terminar y su amiga, Pieck, la esperaba afuera de la tienda, como cada viernes.
- Mikasa- le gritó a su compañera- ¡He terminado el turno! – La asiática murmuró algo que la castaña no pudo entender y luego de marcar la salida se despidió sin recibir respuesta-
Salió corriendo y abrazó a su amiga con emoción. Los viernes eran sus días favoritos, pues salía del trabajo y podía tomarse alguna cosa con sus amigos.
- Te demoraste bastante – La pelinegra sonrío perezosamente y le pellizcó un brazo-
- ¡Mentira! – exclamó la castaña, haciéndose la indignada- ¿Trajiste lo que acordamos? –
- ¡Claro! – alzó una pequeña bolsita, a lo cual Emma la tapo rápidamente- tonta… no las muestres en público…- susurró mirando hacía todos los lados-
- Oh – Pieck sonrío, burlesca- olvidaba que eras una Tybur…-
- No soy una Tybur – reclamó, comenzando a caminar hacía adelante- mi tía se casó con un Tybur, pero yo no soy una Tybur…-
- Ya, ya – asintió, restándole importancia- Mejor vayamos de aquí, antes de que alguien descubra que consumes drogas-
- Está bien – asintió sonriendo y ambas caminaron hacía la fiesta-
Había pasado un año desde que todo se desencadenó. Un año de penumbras para algunos y para otros de felicidad. Levi había abandonado su sueño de ser profesor y había elegido el camino de la física. Trabajando en demostrar alguna teoría.
Intentando crear una nueva vida, había conocido a Jessa, su compañera de trabajo, con la cual había comenzado una especie de romance. Jessa era una joven de su edad, de cabello rojo brillante y ojos miel. Risueña, amable y madura. Básicamente todo lo que él quería en una mujer o ¿no? o al menos eso era lo que se decía a si mismo al elegir una mujer tan parecida a Petra y tan distinta a Emma.
- Cariño… - la pelirroja se acercó cariñosamente y le depositó un beso en la mejilla- ¿estás listo? –
- Sí – asintió serio, como solía ser su forma común- ¿llevas todo? –
- ¡Claro que sí! –
Como forma de recompensar el arduo trabajo que llevaban haciendo, la empresa les regaló un fin de semana en la tranquila ciudad de María. Cosa que los dos necesitaban en medio del caos que era Sina.
Jessa había escuchado que uno de los mejores lugares para salir era el pub Titán, en el cual se reunían la mayoría de las personas de su edad a tomar y a alejarse del estrés de la semana.
Emma miraba el entorno emocionada. Amaba los viernes de descontrol, sobre todo porque podía drogarse y olvidar lo que cada día la acompañaba. Extrañaba su vida en Sina, extrañaba todo lo que había perdido y se arrepentía de no haberlo apreciado más.
- Abre la boquita…- Colt, su compañero de clase, se acercó mostrándole la yema del dedo, en la cual traía un pequeño cartón con una carita feliz-
- Está bien – la castaña asintió sonriendo y pronto asomó la lengua, mientras cerraba los ojos-
- No me pongas esa cara, Emma – le susurró el rubio, para luego depositarle un beso en el cuello-
- ¿Podrían controlarse? – Porco, su otro amigo, frunció el ceño y se cruzó de brazos-
- Oh, vamos, Porco, no seas así – Pieck hizo una mueca extraña y le apretó las mejillas al cobrizo- quizá algún día puedas hacer eso con una chica tú también –
- Cállate…- murmuró alejando el rostro, avergonzado-
La música comenzó a sonar más fuerte y sin darse cuenta las dos chicas se encontraban en la pista, mientras Porco y Colt las cuidaban a la distancia, tomando cerveza.
Emma se agitaba de allá para acá, divertida, viviendo las emociones del momento, cuando lo vio. Amaba la sensación que la droga le daba, pues cada viernes, puntualmente, su imaginación creaba una ilusión de Levi. La primera vez se emocionó hasta las lágrimas, mientras Pieck intentaba consolarla sin saber que sucedía. Luego de eso, ya aceptó que solamente era producto de su imaginación y lo vivía intensamente, esperando con ansias que cada día volviera a ser viernes.
- Cuando te he extraño…- murmuró viviendo feliz su fantasía de tenerlo cerca-
- ¿Emma? – preguntó la ilusión y se acercó a ella, emocionado-
- ¿Qué mierda le puso Pieck a esto? – dijo, mirando hacía los lados, viendo a lo lejos como su amiga le comía la boca a un tipo equis, quizá también producto de su fantasía-
- ¿De que mierda estás hablando? ¿estás drogada? – siguió y ella frunció el ceño. Ni en su imaginación podía ser más amable-
- ¿Por qué mi cabeza te sigue pensando así? – le preguntó, tomando entre sus manos el rostro de la ilusión-
- Ven…- le dijo, tomándole la mano y la arrastro junto a él-
No entendía que demonios estaba pasando, pero hasta el momento, era el sueño más real que había experimentado. Quizá el cerebro se le había freído finalmente y esta era su forma de expresarlo. Caminó hasta quedar afuera del club y el frío la azotó fuertemente. ¿La gente la vería como en el club de la pelea, hablando sola?
- ¿Por qué demonios te estabas drogando? – le volvió a preguntar, agitándole los brazos y ella sonrío. Maldito ácido. Era tan potente-
- ¿cómo volveré a casa? – se preguntó a si misma, en voz alta-
- Olvídalo, no irás a casa en ese estado- respondió y comenzó a llamar a Jessa, para explicarle que había tenido una urgencia-
Pronto, la castaña cerró los ojos, murmurando palabras incoherentes y perdiendo la razón súbitamente. La droga había hecho un efecto brutal en ella.
El dolor de cabeza no había sido tan fuerte, pero si era molesto. Abrió los ojos perezosamente, reconociendo automáticamente que no se encontraba en su hogar. La pintura que adornaba el cuarto hizo que lo reconociera inmediatamente. Estaba en la casa de Colt. Al lado suyo, había un vaso de jugo de mango y una pastilla. Giró la cabeza levemente y pudo el la cabellera rubia durmiendo a su lado. Todo estaba bien.
Levi desayunaba un tazón de avena mientras hacía que leía el diario, cuando en la realidad solo podía pensar en la noche anterior. Después de un año sin saber nada, el destino lo había juntado nuevamente con Emma. La cual estaba drogada al punto de no reconocerlo. Pensó en traerla al hotel, en hablar con ella tranquilamente, pero el estúpido mocoso rubio había aparecido a su rescate. Levi le explicó que la conocía, pero no le creyó y, al contrario, lo amenazó con matarlo si volvía a acercarse a su chica. Su chica, pensó riendo con rabia. Emma no era la chica de ese rubio insípido. Emma era su chica, siempre lo había sido y siempre lo seria.
- ¿Quieres que agregue un poco de fresas o prefieres comer así? – Jessa se acercó, le deposito un beso en los labios y le mostró el bowl con la fruta-
- No, así está bien – le respondió el, con la cabeza en otro lado-
Emma se lavaba los dientes con el cepillo que había dejado en la casa del rubio. Había aprovechado también de darse una ducha, mientras él dormía. Al salir lo vio sentando en la cama. Estaba en ropa interior y a pesar de no decirle nada, le sonreía con los ojos.
- Hola – sonrío ella. No lo besaría, pues le daba asco saber que él no se había lavado los dientes. Solo a una persona le permitía ese atrevimiento-
- ¿Cómo te sientes? – respondió el, levantándose y tomando un poco del jugo que le había dejado-
- Bien – sonrío nuevamente- ¿qué sucedió anoche? Nunca había perdido la consciencia a tal punto…-
- Ah, te encontré afuera con un tipo. Se quería aprovechar de ti – sonrío con rabia- ¿Puedes creer que tuvo el descaro de mentirme? Me dijo ¡la conozco! Claro, como si tu fueses de aquí-
- Gracias por ayudarme – se acercó a él y lo abrazó. El rubio le levantó el vestido levemente y le apretó el culo- sabes como puedes pagarme…-
- Sigue soñando, Colt – sonrío ella. Le gustaba esa extraña relación de coqueteo que tenían- eso es prostitución – se alejó y cruzó los brazos- no soy tu chica, ni somos pareja –
- ¿Estás segura? – dijo él. Atrapándola y tirándola a la cama con él-
- Uhum – asintió, siguiendo el juego- solamente te utilizo, rubio tonto – le tiró levemente el cabello y abrió las piernas, permitiéndole al joven, que se colocara entre ellas-
- Si no quieres seguir con esto, entonces deberías dejar de provocarme – gruño él. Frotándose sobre ella, a pesar de estar con ropa-
- ¿de qué hablas? – frunció el ceño, haciéndose la tonta y le siguió el ritmo- no estoy haciendo nada-
- Mierda…. – gimió el y comenzó a bajarse el boxer-
- Colt… - suspiró ella. Ignorando el asco y comenzó a besarlo, excitada- ponte protección…-
- Sí – asintió y se levantó, sacando un pequeño sobre plateado-
- ¿Quieres que te ayude? – sonrío ella, sacándose el calzón y luego se recostó boca arriba, apoyándose en los codos-
- Oye, Colt…- Porco abrió la puerta y la cerró inmediatamente ante la escena. No era la primera vez que los pillaba follando-
- ¡PORCO! – gritó furioso el rubio y Emma comenzó a reír sin parar-
- ¡LO LAMENTO! – le gritó de vuelta –
Emma reía extremadamente divertida mientras se colocaba los calzones. Colt se vestía con el ceño fruncido. Cuando estuvo listo abrió la puerta. Porco lo miraba entre serio y avergonzado.
- ¿Qué quieres? – el rubio se cruzo de brazos. Le arruinaron el polvo y eso lo frustraba-
- Quería preguntarte si necesitabas algo…- murmuro- iba a ir a la tienda-
- ¡No te hagas problemas, Porco! – la castaña se asomó. Le daba igual que la hubiera visto-
- Uh… - gruño negando con la cabeza y al ver que ninguno necesitaba nada, salió del departamento-
- Tengo que mudarme…-
- ¡Ya lo creo! – sonrío y lo abrazó, besándole las mejillas- ¿qué te parece si hacemos desayuno? Tu lavas y cocinas y yo te miro-
- Que aprovechadora eres –
- Lo sé – sonrío y se encogió de hombros- ¡Vamos, cariño, no tengo todo el día! – Colt giró los ojos y ella volvió a besarlo-
Levi miraba sombrío las calles por las que caminaba de la mano junto a Jessa. A pesar de la belleza que lo rodeaba, solo podía pensar en lo que había vivido la noche anterior.
- ¿Qué sucede, cariño? – Jessa dejó de caminar de un momento a otro y se paró frente a él, sonriendo- ¿Acaso no te ha gustado el regalo de la empresa? –
- Si, si, me ha gustado mucho – respondió automáticamente. ¿Ese rubio imbécil será el novio de Emma o solo su amigo? Había dicho "mi chica" entonces era su novio ¿no? –
- ¡Ves! No estás escuchándome – sonrío nuevamente, divertida- creo que quizá debería ayudarte, con todo esto del trabajo, todo ha sido muy complicado ¿no? –
- Lo siento, estaba pensando en la teoría… tiene bastantes fallas…-
- Auch … - bromeó ella, apretándose el pecho- claro que tiene fallas, no existe ninguna ciencia que sea exacta, a excepción de las matemáticas-
- Tch – el pelinegro asintió y la tomó un tanto brusco de la mano, moviéndose de ahí. quería caminar para poder seguir pensando-
Debido a las bromas y el poco esfuerzo que ambos estaban colocando en cocinar, la comida que Colt estaba preparando se terminó quemando. Emma no paraba de reír, mientras ambos caminaban hacia su cafetería favorita.
- Dios santo, colt…- sonreía, mientras el fruncia el ceño- deja de estar tan enojado, y mejor alégrate. Lo conseguiste, te invitaré unas donas- Dijo, con una mano guiándolo y con la otra abriendo la puerta del local-
Una morena los saludó con cariño. Ya los conocía de sobra. Les preguntó que deseaban y mientras ambos esperaban el pedido seguían hablando.
- No estoy enojado – esbozo una sonrisa y la abrazó. Quién hubiese pensado que esa chica a la que le habló el primer día se volvería su novia-
- ¿En serio? – lo abrazó. Colocando las manos en sus hombros y él en su cintura-
- Sí – asintió con la cabeza y le besó la sien-
- Colt Grice – llamó la morena de antes – aquí tiene – le dijo amablemente, entregándole a ambos la bolsa de donas y un par de cafés-
- Muchas gracias- respondieron al unísono y Emma sacó una dona de su bolsa, llevándosela a la boca-
El rubio le abrió la puerta para dejarla pasar y al momento en que la castaña iba saliendo, una voz la hizo girar la cabeza violentamente, botando la dona de su boca en el momento exacto.
- Emma…-
