Siempre que hablaba de este tema con alguien sin importar quién fuera se sentía incómoda y derrotada pero… esto le ayudaba. Quería sanar, dejar el pasado, quería dejar aquel momento como un mal recuerdo del cual debía aprender. Aprender que lo que sucedió no fue su culpa, Pasar página era uno de sus principales razones por la cual accedió a tener esta ayuda
—¿Aún tienes pesadillas?— pregunto aquel hombre de edad mayor acomodándose los anteojos, con un sutil movimiento. Para luego mirar a la chica que solo podía jugar con sus dedos. Para el era difícil tratar con este tipos de personas, con casos como los de ella. Pero había aprendido algo importante a lo largo de su carrera como sicólogo y era que…
—conocí a un chico
Esa frase sacó al hombre de sus pensamiento. Aquella información, al hombre le pareció interesante, solo por hoy dejaría la pregunta anterior. Al decir verdad le ponía feliz que la chica compartiera ese tipo de información ya que en múltiples ocasiones ella se negaba hablar
—¿ha, si?— se acomodó nuevamente en su sillón de piel— y cuéntame ¿que es de ese chico?
Ella suspiro, era la primera vez después de aquel incidente que tenía ganas de hablar, se recargo del respaldo del sillón
—es un fastidio….caprichoso, insensato, petulante, mimado, un idiota…pero
No termino su relato, quizás no era el momento, sin embargo necesitaba comprender algo. Quien más que el propio hombre que la ayudaba con su problema
Tenía que hablar si quería ser escuchada, tomo un poco de aire
—También es honesto, bromista y algo torpe pero lo más importante es que no se oculta tras una máscara de cordero. Se muestra tal cual es
El hombre cada vez estaba más interesado en aquel avance, sin darle mucha importancia a la metáfora que ya era habitual en ella sobre el lobo y el cordero
—¿Te sientes cómoda con el?
Ella bajó la mirada…
—No negaré que aún me provoca incomodidad
Se propuso a tomar notas, en aquel cuaderno en blanco para luego revisar los documentos de su paciente para realizar la siguiente pregunta
—Pero cuando el se acerca, no me provoca náuseas
Esa fue una de las cosas que la dejaron en shock, después de tanto tiempo se sentía cómoda con un hombre, nuevamente sentía aquella energía volver a ella poco a poco
—supongo que aún no le tienes confianza
Se mordió el labio, pero luego lo medito un poco… y es que ahora ella no se daba el lujo de confiar, pero la duda no la mantenía del todo tranquila
—Seré su tutora en matemáticas….y me siento rara
El hombre solo tomaba notas de los puntos a considerar de la actitud de su paciente para darle un diagnóstico, algo que arreglarán las dudas de la chica
—¿Crees que sea debido a que estarás sola con el?
En partes para ella eso era verdad, pero no podía creer que también se sintiera bien al recibir aquella noticia al saber que compartirían un momento a solas lo que también le provocaba un inmenso terror
—tal vez….
—mira…Kagome, entiendo tus dudas pero para dar el siguiente paso debes tener en cuenta que este chico no es el tipo que te lastimo
De solo pensarlo le provocaron náuseas, y se mordió el labio sin poder evitarlo, sus ancias eran evidentes al igual que su pánico
—¿Pero si me vuelvo a equivocar?— cuestiono. No quería volver a caer en el mismos abismo, ya no quería ser una víctima
—No lo harás….date una nueva oportunidad al abrirte, te hará bien relacionarte con nuevas personas
Talvez el terapeuta tenía razón, quizás volver a ser la chica de antes, el poder comunicarse y ser amable con ellos, sin dudar que ellos la puedan lastimar
—¿Cuál es su nombre?
El terapeuta….espero unos segundos, los cuales eran primordiales por que no quería que ella se volviera a encerrar en su caparazón. Ella en cambio, solo podía contemplar el paisaje del jardín que se encontraba totalmente lleno de flores…. Y no pudo evitar que su mente trajera a aquel chico testarudo; y sin poder evitarlo una sonrisa se formó en sus labios
—inuyasha….
