Como bien todos los derechos sobre los personajes le correspondemos a Rumiko Takahasi. Esta es solo una historia alternativa, para darle gusto a la imaginación.

No podía escribir una historia nueva y tener otra incompleta (Una noche para olvidar y recordar), así que haré lo posible por actualizarlas a la par!

Los rayos del sol comenzaron a colarse entre las cortinas, cayendo sobre sus ojos. Siempre ha sido de las personas que considera el levantarse temprano como un buen hábito, pero en esta ocasión el cuerpo le pesaba y el dolor de cabeza no ayudaba en absoluto. Había sido una larga noche y un largo camino, todo había salido de acuerdo a los planes; así que tampoco podía quejarse por esos pequeños malestares que podían resolverse con algunos analgésicos y un buen descanso.

Sus pocas pertenecías se encontraban todavía dentro de la pequeña maleta que trajo consigo, solo lo indispensable para comenzar una nueva vida.

¿Su madre hubiera estado orgullosa de la desición que había tomado, si ella aún viviera, las cosas hubieran sido distintas?

No lo sabía con certeza, pero quería creer que si.

Ya no la recordaba tan claramente como cuando era pequeña, eso le calaba hondo en el corazón; tan solo tenía cinco años cuando ocurrió ese horrible accidente o eso le había hecho creer su padre, que fue un accidente.

Lo mejor será levantarse de una vez, hay mucho por hacer el día de hoy y aunque me encuentre cansada no voy a volver a conciliar el sueño nuevamente - se dice a sí misma.

De pie frente al espejo, caen mechones azulados de cabello. No hay lágrimas, ni reclamos de la chica que pensaba que para ser femenina había que tener un larga y sedosa cabellera.

Jamás consideras que tus propios padres puedan mentirte, y mucho menos que tu propia familia pueda traicionarte.