.

Capítulo 1

El día en el que todo comenzó (1º parte)

Era de noche y faltaban apenas unas horas para que saliera el sol. La luna llena aun brillaba con intensidad. El ruidoso despertador de un reloj resonó en la habitación de un joven Leafeon adolescente llamado Evan. El Eevee de tipo planta apago la ruidosa campana dándole un golpe, soltó un bostezo y trato de volver a dormir como si nada. Hubiera funcionado, pero el despertador de su Videomisor empezó a sonar con más fuerza desde el otro lado de la habitación.

Aquella alarma si consiguió obligarlo a abrir los ojos. El Leafeon se levantó de su cama y apago la alarma al mismo tiempo que veía la hora. Era de madrugada, aún faltaban un par de horas para tener que ir al instituto, pero tenía que empezar a prepararse.

Evan estuvo un rato mirándose en el espejo de su habitación, apreciando sus inusuales ojos de color plateado con una tonalidad verde. Luego de esto, el Pokémon fue al baño para darse una ducha, antes de que el sueño y el relajante sonido del viento lo hicieran quedarse dormido de pie. Al salir del baño, volvió a su habitación y se puso un collar con una Piedra Eterna. Evan aprecio aquella lustrosa piedra durante varios segundos, soltando un suspiro y relajándose hasta estar en calma absoluta.

—Bien, así me quiero quedar durante el resto del día —Susurro Evan con mucha calma, a la vez que sacaba un maletín y una mochila de su armario para empezar a guardar todo lo que necesitaría durante los próximos tres meses.

No tenía demasiadas cosas que guardar, por lo que no se demoró demasiado. Evan no lo demostraba, pero estaba nervioso. Tener que vivir en otro lugar era algo completamente nuevo para él, y que dicho lugar fuera su instituto solo hacía que estuviera aún más nervioso. Tenía que mantenerse calmado. Si se relajaba, estaba seguro de que nada malo podría suceder. Al menos eso quería creer.

El Leafeon salió de su habitación para ir a preparar el desayuno como casi todos los días. Sus padres se levantarían en un par de horas, pero quería terminar con eso pronto para intentar dormir un poco más. Se sorprendió al llegar a la cocina y ver que lo estaban esperando una Espeon y una Sylveon. Evan no tardó en darse cuenta de que ambas lo estaban mirando con una impaciencia muy notoria.

—Buenos días, Moon —Saludo Evan mirando a la Espeon—. Buenos días, Darky —Saludo a la Sylveon. Eran sus hermanas.

—Hasta que al fin despiertas, Evan —Reclamo Moon con una notoria molestia. El pelaje de la Espeon era anaranjado, con algunas rayas negras alrededor de su cuerpo. Sus ojos eran negros con una tonalidad rojiza muy leve. La gema en su frente era blanca como una perla. Ella era la mayor de los tres, muy organizada y algo controladora, pero eso era normal en los Pokémon de tipo psíquico. Además, Evan podía reconocer cuándo su hermana estaba molesta realmente y esa molestia no era real. Ella es la más persuasiva de los tres y la que siempre conseguía tener la razón. También es la más presumida.

—¿Cuántas veces te hemos dicho que es de mala educación dejar esperando a tus hermanas? —Pregunto Darky con un tono serio y hostil. Su pelaje blanco era como nieve brillante, con detalles rojos en sus orejas, cuello, cola y patas. Tenía pequeños puntos rosas en sus mejillas. Y sus ojos eran azul celeste. Su hermana quizá era un tipo hada, pero tenía la personalidad de un tipo siniestro. Era insensible e incluso cruel. Usaba maquillaje oscuro en sus ojos, complementándolo con un collar de pinchos para verse más intimidante. Todos creían que evolucionaria en una Umbreon, pero el destino fue en su contra y termino evolucionando en una Sylveon.

—No sé cuántas, pero muchas —Respondió Evan sin perder la calma—. Ahora, ¿Qué quieren para desayunar?

—No te preocupes por eso, nosotras ya preparamos el desayuno. Hoy no vas a sobornarnos con tu deliciosa comida —Aseguro Darky de forma seria y orgullosa.

—Sorprendente, no quemaron la cocina como la última vez —Bromeo Evan mirando a su alrededor sorprendido. Este comentario hizo que sus hermanas lo miraran mal.

—Eso solo fue un pequeño accidente —Se excusó Moon ocultando su molestia—. Pero bueno, come. Nuestros padres se levantaran en una hora para despedirse de nosotros.

Evan iba a protestar, pero no ganaría nada discutiendo con sus hermanas, eran dos contra uno. En silencio, tomo la comida y los tres se sentaron en la sala a comer. El Leafeon analizo la comida que prepararon las dos chicas. Un pan tostado, con fruta picada y jugo de Baya Aranja. Era algo bastante básico, pero sabía que sus hermanas podían arruinar hasta el platillo más simple con sus nefastas habilidades de cocina, así que comió con cuidado.

Al terminar de comer, Moon y Darky miraron a su hermano con algo de expectación, esperando que este opinara sobre la comida. Evan sabía perfectamente que sus hermanas querían saber si le gusto. No quería ser cruel, pero sabía que si no era sincero, las dos le darían una paliza para sacarle la verdad. El Leafeon pensó un poco en que iba a decir, y finalmente hablo al estar seguro de todo.

—De acuerdo… El pan estaba un poco quemado y tenía demasiada mantequilla. El jugo de bayas tenía mucha agua y muy poca azúcar, además de que estaba salado por alguna razón. Y las frutas pues… Estaban bien, ni siquiera ustedes pueden arruinar eso —Detallo Evan mirando tranquilamente a sus hermanas. Ambas suspiraron al escuchar la crítica de su hermano.

—Me gusta demasiado la mantequilla —Se lamentó Moon apenada bajando la cabeza.

—Y yo confundí la sal y el azúcar —Explico Darky con molestia, molestia hacia sí misma—. "Por lo menos no se dio cuenta de que accidentalmente puse trozos Baya Tamate en el jugo" —Pensó la chica algo aliviada. Evan si se había dado cuenta, pero prefirió no mencionarlo.

—Bueno, por lo menos era comestible, sigan así y quizá puedan hacer algo disfrutable en algún momento —Animo el Leafeon tratando de darles esperanza a sus hermanas, pero no era bueno para eso.

Los tres hermanos se levantaron y lavaron sus platos. Evan pudo ver la luna por una ventana. A simple vista, no faltaba mucho para que amaneciera, así que decidió volver a su habitación para tomar una siesta corta. Ya había hecho todo lo que tenía que hacer. Solo quedaba esperar.

.

.

.

.

.

Una hora más tarde, Evan volvió a despertar y se dio cuenta de la hora. La luz solar ya estaba empezando a colarse por la ventana. Le habría gustado quedarse debajo de aquella luz durante un rato, pero el tren que lo llevaría a su instituto llegaba a la estación en casi treinta minutos. La estación no estaba precisamente cerca. Tenía que apresurarse. Después de asegurarse por tercera vez que no le faltaba nada, bajo a la sala con su maletín en su boca y con su mochila en su espalda.

Al llegar a la sala, vio a sus padres hablando con sus hermanas. Su madre era una Sylveon llamada Laia, la cual era muy parecida a su hermana Darky. Su padre era un Decidueye llamado Gerald. El susodicho era alto e imponente, con una mirada que podía asustar hasta a un tipo fantasma. Ambos adultos estaban asegurándose de que ninguna de sus hijas hubiera olvidado algo.

—¿Están completamente seguras de que no olvidan nada? —Pregunto Laia muy seriamente mirando Darky.

—Sí, mama, esta es la tercera vez que nos haces la misma pregunta —Se quejó la adolescente de tipo hada con el ceño fruncido.

—Lo hago porque no quiero que se olviden de nada. Estarán fuera de casa durante tres meses. Eso es mucho tiempo sin poder ver a mis dulces retoños —Se lamentó la Sylveon adulta abrazando a sus dos hijas con sus lazos.

Ambas chicas también sintieron pena y tristeza al escuchar. No ver a sus padres durante tanto tiempo era algo que les costaba imaginarse. Evan se acercó y miro la escena en silencio, pensando exactamente lo mismo que sus hermanas. Su padre no tardo en notar su presencia, acercándose al Leafeon y se arrodillándose para estar a su altura.

—Evan, recuerda muy bien lo que hablamos —Dijo Gerald, mirando a su hijo a los ojos con seriedad. .

—Por supuesto, papa —Respondió Evan de forma firme y respetuosa.

—De acuerdo, nos vemos pronto, hijo —Dijo el Decidueye con una pequeña sonrisa, a la vez que se levantaba para ir a despedirse de sus hijas.

Realmente ese no era el padre de Evan y sus hermanas. La identidad de su padre biológico era un completo misterio para los tres hermanos. Su madre siempre se negaba a decirles nada sobre ese tema. Ni siquiera Gerald sabía quién era realmente. Aun así, aquel Decidueye había sido el único padre que conocieron desde que nacieron, por lo que para ellos él era su verdadero padre y lo respetaban como tal.

Finalizadas las despedidas, Evan y sus hermanas tomaron sus cosas y salieron de la casa. Era primavera. El cielo estaba parcialmente nublado. El viento era refrescante. Era un día perfecto para quedarse allí, acostarse en el césped y no hacer nada, pero los tres hermanos tenían que estar en la estación a tiempo, o de lo contrario perderían el tren. Los dos adultos miraron como sus hijos se iban, deseándoles suerte antes de perderlos de vista.

Una larga caminata después, los tres Pokémon llegaron a la estación de tren justo a tiempo. Podían ver a muchos Pokémon adolescentes y no tan adolescentes allí, todos subiéndose al tren lentamente. Evan quiso detenerse un momento a analizar su alrededor, pero Darky lo sujeto con uno de sus lazos para que no se detuviera. Sin esperar ni un momento más, el trio de hermanos Eevee subieron en el último vagón. El tren se puso en marcha unos pocos minutos después.

Ya de camino al instituto, los tres hermanos hablaban para pasar el rato.

—No entiendo por qué tú tuviste que heredar todas las habilidades de cocina de nuestra madre. No nos dejaste ni las sobras —Se quejó Moon mirando con molestia al Leafeon.

—No sé por qué, pero aun así lo agradezco —Dijo Evan sonriendo levemente, mirando el paisaje natural por la ventana, frunciendo el ceño cuando el tren empezó a pasar por un túnel.

—Y como si no fuera suficiente, también tienes esa habilidad para… —Empezó a decir Darky, pero su hermano no la dejo terminar.

—Darky, ya te dije que no podemos hablar de eso en público, nadie tiene que enterarse —Hablo Evan muy seriamente, mirando a su alrededor para asegurarse de que nadie en el vagón los hubiera escuchado.

—Oh vamos, Evan, no puedo creer que realmente quieras seguir ocultándolo —Dijo Darky mirando a su hermano con molestia y seriedad.

—Cierto, esa habilidad tuya es completamente única, podrías ser muy popular en el instituto si la usaras —Menciono Moon con una sonrisa—. Y ser popular en el instituto al que vamos tiene que ser increíble.

La Espeon no se equivoca. El instituto al que irían era conocido en todo el mundo por ser el mejor instituto Pokémon. Era tan famoso que incluso los descendientes y aprendices de varios Pokémon legendarios de alto nivel estudiaban allí. Para poder entrar en ese instituto, había que hacer una prueba. Una que era completamente aleatoria y con condiciones específicas para poder hacerle y aprobarla.

Moon tuvo que presentar un examen bastante complicado incluso para un tipo psíquico. Su prueba fue un examen escrito de física cuántica, el cual tuvo que escribir completamente en lenguaje Unown. Si intentaba escribir de otra forma, el texto se borraba. Tampoco podía usar sus poderes psíquicos o pasaba lo mismo. Y si intentaba hacer trampa, la hoja del examen le daba una descarga eléctrica leve.

La prueba de Darky fue resolver un cubo de Rubik, pero no era un cubo de Rubik normal. Dicho cubo estaba encantado, y se reiniciaba sí sentía cualquier emoción mientras lo resolvía. Y para hacerlo todavía más complicado, el cubo de vez podía moverse solo o cambiar sus colores. La chica llego a considerar rendirse, pero gracias al apoyo de sus hermanos (Apoyo moral, porque si alguien más tocaba el cubo también se reiniciaba), consiguió resolverlo.

Y Evan tuvo que hacer ocho exámenes diferentes sobre cada evolución de su especie. Cada examen tenía que ser escrito en momentos del día específicos. Además de que tenían que ser escritos con tinta invisible. Ninguno entendió cuál era el significado de aquellas pruebas, pero lo importante es que consiguieron aprobarlas.

Durante el viaje, Evan se preguntó cómo sería el instituto. No lo habían visto todavía. Las pruebas que hicieron fueron enviadas por correo. Todo lo relacionado a ese instituto era un completo misterio. Ni siquiera los Pokémon que iban al instituto decían nada sobre cómo era por dentro. A mitad de camino, Evan seguía mirando por la ventana en silencio, hasta que una extraña sensación recorrió su cuerpo por completo.

—Eh… ¿No les pareció sentir algo extraño? —Pregunto Evan en voz baja mirando a sus hermanas. Estas dos dejaron de conversar y lo miraron con extrañeza.

—Pues no, yo no he sentido nada —Respondió Moon mirando a su hermano confundida. Darky solamente negó con la cabeza.

—Supongo que habrá sido mi imaginación —Evan suspiro y volvió a centrar su atención en la ventana. Posiblemente los nervios estaban empezando a afectarle, pero la realidad era que él no había sido el único que sintió aquello.

.

.

.

.

.

El tren finalmente se detuvo. Evan y sus hermanas tomaron sus cosas rápidamente y bajaron con algo de emoción. La estación era bastante grande, poseía un diseño rustico muy elegante que lo hacía parecer la entrada a un palacio. Todo estaba rodeado por un frondoso bosque de Árboles Magnéticos. Estos árboles eran gigantescos, fácilmente tenían quince metros de altura. Su madera era gris claro, muy parecido al metal. Sus hojas eran incoloras y transparentes. Además, tenían una especie de núcleo rojo en el centro de su tronco.

Ninguno de los tres pudo ocultar su sorpresa al ver el panorama. Todo tenía un ambiente místico que les llamaba mucho la atención.

—No hemos llegado al instituto todavía y ya me está encantando todo lo que veo —Menciono Moon alegremente mirando a su alrededor.

Evan y Darky estuvieron de acuerdo con la Espeon, pero no podían quedarse mucho tiempo a observar. Los tres Eevee sabían que al llegar allí tenían que registrarse y enseñar sus invitaciones al instituto. La fila para registrarse era larga, pero por suerte avanzaba rápido.

Los tres hermanos llegaron al frente y se sorprendieron al ver a una Mew. Aquella Mew era Danna, la gobernante de la región.

—Hola, chicos. ¿Qué tal? —Saludo la Pokémon legendaria con normalidad.

—Señorita Danna… Que… ¿Qué hace usted aquí? —Pregunto Moon con nerviosismo y mucho respeto. La Espeon estaba a punto de desmayarse por los nervios.

—Pues como les he dicho a casi todos los estudiantes antes que ustedes, trabajo aquí —Respondió la Mew con aburrimiento de que le hicieran nuevamente la misma pregunta—. Sé que les sorprende verme aquí, pero no es momento de preguntas. Muéstrenme sus invitaciones por favor.

Los tres hermanos tardaron varios segundos en reaccionar. Cada uno saco un sobre de sus mochilas, entregándoselo a la Mew en orden. Esta última abrió cada sobre y los miro de arriba a abajo en apenas unos segundos.

—Bien… Moon Overnight, Darky Overnight y Evan… —Evan se extrañó un poco por el repentino silencio de la Pokémon legendaria al mencionar su nombre. La susodicha se mantuvo en silencio durante unos pocos segundos más, para luego sonreír—. De acuerdo, les doy la bienvenida a los tres al Instituto Arceus. Dejen aquí su equipaje pesado. Yo misma lo llevare a su dormitorio —Pidió la Mew señalando una mesa que tenía a su lado.

Ninguno de los tres dudo en cumplir esta orden. Después de poner su equipaje en aquella mesa, la Mew chasqueo sus dedos y las maletas de los tres fueron teletransportadas en un instante. Acto seguido, Danna hizo levitar tres llaves y le dio una a cada hermano. Dichas llaves tenían un pequeño llavero con la forma de su respetivo dueño. Un Espeon para Moon, un Sylveon para Darky y un Leafeon para Evan. Cada llavero tenía escrito detrás el nombre de su dueño y el número de su dormitorio.

—Esas son las llaves de su dormitorio. Ahora, sigan este camino y llegaran al instituto. Que se diviertan —Indico Danna de forma alegre señalando el camino que estaba detrás de ella.

Ya sin ningún tipo de prisa, Evan y sus hermanas empezaron a caminar hacia el instituto. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos, Moon soltó un pequeño chillido de emoción, asustando un poco a sus hermanos.

—No puedo creerlo, conocimos a la mismísima Danna —Exclamo la Espeon con mucha alegría—. Siempre quise conocerla en persona. No de esta forma en realidad. Esperaba que fuera más bien en alguna reunión de clase legendaria, o al recibir una medalla por algo muy importante. Pero aun así ¡Esto es fantástico!

Tanto Evan como Darky se sentían algo incomodos por lo emocionada que estaba su hermana, pero no dijeron nada. Los tres siguieron caminando durante un par de minutos hasta que finalmente llegaron a la entrada del instituto.

La entrada del instituto era una plaza, la plaza más grande que los tres habían visto nunca. Estaba llena de Pokémon de todas las regiones. Evan calculaba que había más de cien Pokémon allí en ese momento. Moon y Darky estaban tan sorprendidas como su hermano. Los tres empezaron a caminar con cuidado entre todos esos Pokémon, viendo que el centro de aquella plaza había una gran estatua de Arceus. Evan se detuvo un momento a ver esta estatua, viendo que tenía una placa bastante nueva.

—"Instituto Arceus, fundado hace 999 años" guao —Leyó Evan en voz alta para que sus hermanas lo escucharan.

—Sabía que este instituto era antiguo, pero no sabía que fue fundado hace casi un milenio. Eso fue un siglo después de la Gran Guerra —Menciono Moon sonando sorprendida.

—Estoy segura de que mama y papa dijeron algo sobre esto alguna vez, pero nunca pensé que fuera verdad —Recordó Darky mirando aquella placa. Ella también estaba algo sorprendida por eso.

—Bueno, será mejor que entremos, según las instrucciones que nos dieron, antes de nuestra primera clase tenemos que recibir nuestros horarios y nuestro ¿Mapa? —Dijo Moon leyendo algo sorprendida la última parte de las instrucciones que tenía en su Videomisor.

Ninguno dijo nada sobre esto último. Los tres hermanos caminaron hacia el edificio más cercano, viendo más y más Pokémon que nunca habían visto en persona. Evan se sorprendió de ver incluso a una joven Latias entre una multitud de Pokémon, los cuales la saludaban e incluso le pedían autógrafos. La Pokémon Eón se veía bastante avergonzada e incómoda por toda la atención que estaba recibiendo de tantos extraños.

Evan y sus hermanas estaban tan distraídos mirando a aquella Pokémon legendaria, que no se dieron cuenta que un Pokémon se había parado frente a ellos y los estaba mirando con una pequeña sonrisa.

—Hola —Saludo la Flaaffy que estaba parada en frente de ellos, asustando un poco a los tres hermanos—. Lo siento si los asuste. Mi nombre es Aura, soy parte del comité de bienvenida. Estoy aquí para darles la bienvenida al Instituto Arceus y para entregarles a los tres sus horarios y el mapa del instituto —Les explico la Pokémon de tipo eléctrico con amabilidad.

—Hola, mi nombre es Moon y estos son mis hermanos Darky y Evan —Saludo amablemente Moon sin darles tiempo a hablar a sus dos hermanos—. Es un placer conocerte. Tengo algunas preguntas sobre eso del mapa que espero que puedas responder.

—Claro, supongo que una de esas preguntas es por qué necesitan un mapa —Respondió Aura con tranquilidad. Moon asintió con la cabeza mientras sonría—. Bueno, quizá les sorprenda un poco, pero este instituto es del tamaño de un pueblo. Hay edificios y muchas zonas especiales, los cuales están hechos para todo tipo de Pokémon. Este lugar en el que estamos es solamente el edificio principal. Si me permiten, puedo mostrarles una parte del lugar. Como es el primer día, las clases empezaran un poco más tarde de lo normal, justo después del evento de apertura.

Los tres Pokémon asintieron con la cabeza. Aura les pidió que la siguieran. La Pokémon les mostro el edificio en el que estaban, el cual dijo que era algo pequeño en comparación con los demás. Por los pasillos había grandes vitrales y cuadros, los cuales mostraban imágenes de muchos Pokémon legendarios. También había un salón de la fama en el que habían fotos y cuadros de Pokémon que los tres Eevee conocían, ya que eran Pokémon famosos a lo largo de la historia.

Evan pudo comprobar que la Flaaffy no mentía, aquel lugar estaba hecho para todos los tipos de Pokémon. Había un pequeño rio al lado del camino normal para que los Pokémon de tipo agua pudieran nadar con tranquilidad, además de corrientes de agua para subir al lado de las escaleras. También había grandes ventanas para que los tipo volador pudieran salir volando con facilidad.

Repentinamente, los ojos de Evan adquirieron un tono azulado y empezó a sentir un fuerte deseo de nadar en aquella corriente de agua. El Leafeon se acercó un poco y estuvo a punto de meterse en el agua, pero rápidamente sujeto su Piedra Eterna y estas ganas de nadar desaparecieron de un momento a otro. Evan volvió con sus hermanas antes de que estas notaran su ausencia, aunque Moon si se dio cuenta de lo que iba a hacer su hermano. No dijo nada al respecto.

Después de caminar por un rato, Aura les mostro el centro de aquel edificio, el cual era como un salón de trofeos. Nada más entrar, Evan sintió la misma sensación que había sentido en el tren. En dicho salón estaban los trofeos y premios que había ganado el instituto, y no eran pocos precisamente. Moon se acercó a un trofeo que se veía bastante antiguo, viendo que dicho trofeo tenía más de cuatrocientos años de antigüedad.

—Y aquí está uno de los objetos más valioso de todo este instituto y del mundo entero —Dijo Aura con algo de emoción acercándose a un pedestal que había en el centro del salón.

Los tres hermanos se acercaron a este pedestal, viendo que en el mismo había un mandoble puesto en exhibición. Esta espada era muy grande, media casi dos metros. La hoja estaba hecha de un extraño metal de color negro que parecía reflejar el espacio. La guardia tenía un cristal de varios colores en el centro. La empuñadura era marrón. El pomo era circular y tenía una estrella de cristal en el centro. A los lados tenía dos extensiones que terminaban en media luna, y hacia abajo tenía otra empuñadura que terminaba en punta de flecha.

—¿Esa es…? —Empezó a preguntar Moon, pero Aura se adelantó a su pregunta.

—Sí, esta espada es el Zenith. Es la original —Respondió Aura con un pequeño brillo en sus ojos.

Evan, Moon y Darky no pudieron ocultar su sorpresa. Esa espada no era un arma común, era un arma legendaria. Según decían las leyendas, había sido usada hace miles de años por un Pokémon legendario para ganar la Gran Guerra, un conflicto entre los Pokémon y los humanos que termino con la extinción de estos últimos. Evan miro fijamente la espada durante varios segundos, a la vez que sus ojos adquirían una tonalidad negra, deseando con mucha fuerza tocar aquella arma. Darky se fijó en esto y movió un poco el collar de su hermano, haciendo que este volviera a la normalidad.

—¿Por qué un arma así no tiene ningún tipo de seguridad? —Cuestiono Darky con seriedad mirando a Aura y luego a su hermano.

—Les puedo asegurar que no necesita protección de ningún tipo, puede que sea un arma muy poderosa, pero solo puede ser empuñada por su dueño original. Nadie más es capaz de moverla —Explico Aura acercándose a la espada e intentando levantarla, pero nada paso—. Ahora síganme, voy a mostrarles un último lugar.

Los tres Pokémon miraron la espada una última vez, para luego seguir caminando detrás de la Flaaffy. Evan miro hacia atrás antes de irse, sintiendo como si la espada la estuviera llamando. Una vez más, creía que todo eso eran imaginaciones suyas.

Finalmente, su guía los llevo hasta una torre bastante alta que había en ese edificio, la cual tenía un mirador y una campana. Al llegar arriba, los tres hermanos quedaron maravillados por las vistas. Desde ese lugar se podía ver una gran parte del instituto. Había muchos edificios, parques, una torre del reloj y otras zonas. Lo que más llamo la atención de Evan fue un gigantesco coliseo que había a lo lejos en el centro de todo.

—¿Por qué hay un coliseo allí? —Pregunto Evan con curiosidad mirando a su guía.

—Bueno, este instituto no es el mejor del mundo por nada. Hay varias arenas de combate por todo el lugar, pero esa es la arena de combate principal, el Coliseo del Sol Negro. Allí es donde se celebran los combates Pokémon y los eventos más importantes. Tiene espacio para reunir a mil Pokémon, incluso se puede usar como arena para combates Dinamax —Explico Aura con una sonrisa. Los tres hermanos quedaron maravillados.

—Increíble, jamás habría pensado que los combates Dinamax estuvieran permitidos —Comento Moon algo sorprendida.

—Bueno, técnicamente no lo están —Admitió Aura algo avergonzada—. Las muñequeras Dinamax no funcionan dentro del instituto. Lo mismo aplica para las Mega Piedras y los Cristales Z. Solo se pueden usar en las arenas de combate y si el director, la subdirectora o los profesores lo permiten. Nuestros poderes también están parcialmente bloqueados fuera de las arenas de combate, para que no ocurra ningún accidente.

Al principio a los tres les pareció un poco rara esta noticia, pero era una medida de seguridad que tenía sentido. Si algún Pokémon se salía de control podía causar mucho daño. Bloquear sus poderes era la mejor forma de evitar accidentes.

—Bueno, esto es todo lo que les puedo mostrar, tengo que recibir al resto de estudiantes nuevos, este año hay muchos más de lo normal —Dijo Aura después de un momento—. Pero antes, ¿Quieren el mapa en físico o en digital?

Los tres Pokémon miraron extrañados a la chica al escuchar esta pregunta. Aura se dio cuenta de que no les había explicado aquello, dándose una palmada en la frente.

—Lo siento, siempre olvido que esto solo lo sabemos los que estudiamos aquí —Se disculpó Aura—. La escuela tiene una aplicación especial para casi cualquier dispositivo de comunicación, como sus Videomisores por ejemplo. Esta aplicación contiene el mapa, sus horarios de clases y algunas otras funciones que les pueden ser útiles. Si quieren pueden usar esa aplicación o les puedo dar un mapa y un horario en físico. Lo que ustedes quieran.

A los tres les pareció muy interesante eso, aceptando usar esa aplicación.

—De acuerdo —Dijo Aura con una sonrisa a la vez que se giraba y miraba una cámara que tenían detrás—. Profesor Rotom, se lo dejo a usted.

Evan escucho esto y sospecho que era lo que iba a pasar. Sus sospechas se confirmaron cuando su Videomisor se encendió y mostro el rostro de un Rotom. Sin que nadie se diera cuenta, unas pequeñas chispas eléctricas rozaron la pata del Leafeon y los ojos de este adquirieron una leve tonalidad amarilla, a la vez que empezaba a sentir mucha energía recorriendo su cuerpo. Evan rápidamente sujeto su Piedra Eterna y su color de ojos volvió a la normalidad.

—Un placer conocerlos, estudiantes —Saludo el Pokémon de tipo fantasma-eléctrico con mucha alegría, no solo estaba en el Videomisor de Evan, también el de sus hermanas—. Soy el profesor Hades, pero pueden llamarme Profesor Rotom. Soy su profesor de ciencia y tecnología, aunque también soy jefe de seguridad del instituto. En este momento estoy transfiriendo los datos de la aplicación del instituto a sus Videomisores. Espero que les guste, la diseñe yo mismo —Explico el profesor con orgullo en su voz—. Listo, que tengan un buen primer día.

Después de esto, el profesor desapareció de allí y Evan pudo comprobar que ya tenía la mencionada aplicación al igual que sus hermanas. Después de probarla un poco, Aura se preparó para irse.

—Bueno, chicos, me despido. Espero que disfruten de su primer día. Créanme, este lugar está a otro nivel. Cada día es único. Llevo dos años en el instituto y a veces me gustaría quedarme por siempre. No se arrepentirán de estudiar aquí, sobretodo cuando conozcan al director y a la subdirectora —Dijo Aura antes de irse bajando las escaleras.

Estando solos, los tres hermanos se miraron fijamente con expresiones de incredulidad, como si no creyeran todo lo que estaba pasando.

—Es… Increíble… Todo esto casi se siente como si fuera un sueño o una fantasía —Comento Moon asombrada por todo lo que había ocurrido en la última media hora.

—Mama y papa nos dijeron que sería increíble, pero sin dudas este instituto es incluso mejor de lo que esperaba —Menciono Darky, siendo la primera vez que hablaba en todo ese rato.

—Cierto —Dijo Evan a la vez que miraba el instituto una vez más. Sus hermanas se pararon a su lado e hicieron lo mismo que él—. Bueno, ¿Qué hacemos primero? Aún tenemos un tiempo antes de que empiece nuestra primera clase.

—Podemos explorar un poco por nuestra cuenta. Yo tengo ganas de ver las bibliotecas, según dice aquí, entre todas las bibliotecas del instituto hay casi cinco mil libros —Sugirió Moon mirando su Videomisor con emoción.

—Yo tengo ganas de ver la Torre de Medianoche, la zona de los Pokémon de tipo siniestro. Aquí dice que la energía que usan los Pokémon de tipo siniestro es más fuerte en ese lugar —Comento Darky con una pequeña sonrisa mirando también su Videomisor.

—Creo que tú encajarías más en el Campo de Estrellas de los Pokémon de tipo hada, hermana —Este comentario de Evan no era una burla, pero aun así hizo enfadar a la Sylveon.

—Vuelve a decir eso y te obligare a saltar por este balcón —Amenazo Darky sujetando el cuello del Leafeon con sus lazos.

Justo en ese momento, los ojos del Leafeon adquirieron una tonalidad roja, a la vez que empezaba a sentir una furia muy fuerte creciendo dentro de él. Darky noto esto, pero no soltó a su hermano. Antes de que la cosa llegara a más, Moon los separo a ambos con sus poderes psíquicos, aunque era algo complicado, sentía sus poderes psíquicos mucho más débiles de lo normal, pero ya sabía la razón de esto.

—Basta los dos, no es el momento ni el lugar para pelear —Ordeno Moon soltando a sus hermanos. Evan toco su Piedra Eterna y sus ojos volvieron a la normalidad—. Bajemos de aquí y veamos a donde podemos ir primero.

Tanto Evan como Darky asintieron un poco a regañadientes, pero antes de poder bajar las escaleras, una Pokémon subió rápidamente y se ocultó detrás de ellos. Era la Latias que habían visto antes, la cual se veía muy desesperada.

—Por favor, no les digan que estoy aquí —Suplico la Pokémon Eón detrás de los tres Eevee, haciéndose invisible después de un momento.

Justo en ese momento, una multitud de Pokémon emergió de las escaleras, empezando a buscar por todo el lugar. Los tres hermanos sospechaban que era lo que estaba pasando, manteniéndose en silencio hasta que un Pokémon de la multitud se acercó a ellos.

—¿Vieron hacia donde se fue Latias? —Pregunto un Lycanroc diurno, su expresión y su tono dejaban claro que tenía prisa.

—Sí, ella… se fue volando por allá, hacia el coliseo —Respondió Evan fingiendo estar confundido, señalado el coliseo con una de sus patas.

—De acuerdo, gracias. ¡Chicos, síganme! —Exclamo el Lycanroc a la vez que se iba junto con el resto de Pokémon.

Después de asegurarse de que ya todos se habían ido y de que no había nadie cerca, la Latias se hizo visible nuevamente. La Pokémon legendaria sonrió alegremente, dirigiéndole a los tres hermanos una mirada de agradecimiento.

—Realmente les agradezco que no dijeran nada. Esos Pokémon no me dejaban en paz. Tuve que escapar para deshacerme de ellos —Explico la Pokémon legendaria con una sonrisa—. Mi nombre es Lucía. Es un placer conocerlos.

—De nada, y mucho gusto, eh… Señorita Lucia. Mi nombre es Evan —Se presentó el Leafeon al mismo tiempo que hacia una reverencia—. Estas son mis hermanas Moon y Darky —Normalmente habría dejado que sus hermanas se presentaran por su cuenta, pero no iba a dejar que su hermana Moon tuviera tiempo de hablar para acaparar toda la atención. Ninguno lo notaba, pero el Leafeon estaba muy emocionado por estar hablando con una Pokémon legendaria.

—Mucho gusto, Evan. No hace falta que seas tan formal. Solo llámame Lucia. Realmente te agradezco que les dijeras que no estaba aquí. Te debo una —Agradeció Lucía sin dejar de sonreír—. Eres lindo y si no me equivoco, eres nuevo al igual que yo. Espero que nos volvamos a ver en otro momento.

—Sí, eso espero —Dijo Evan con una sonrisa y un leve sonrojo en su rostro.

—Bueno, adiós, quiero explorar un poco el instituto sin tener a una multitud de Pokémon detrás de mí —Dijo Lucía a la vez que les sonreía a los tres hermanos.

Antes de irse, la Pokémon Eón se acercó a Evan y le dio un corto beso en la mejilla para luego guiñarle un ojo. Los ojos del Leafeon adquirieron una tonalidad rosada y empezó a sentir una cálida sensación en su pecho. Acto seguido, Lucía se hizo invisible y se fue de allí volando. Moon y Darky miraban a su hermano con sus bocas y sus ojos completamente abiertos después de esto.

Momentos después, Evan toco su Piedra Eterna y volvió a la normalidad, mirando con incredulidad a sus dos hermanas.

—¿Acaba… Acaba de coquetear contigo una Pokémon legendaria? —Pregunto Darky con la mirada fija en su hermano.

—Yo, eh… No lo sé… —Tartamudeo Evan estando sonrojado y avergonzado.

—Esto… Es… ¡Fantástico! —Exclamo Moon acercándose a su hermano rápidamente y mirándolo con una sonrisa—. Primer día y ya le gustas a una chica. Y no a una chica cualquiera, ¡A una Latias! Esto es genial, hermano.

—No… No te ilusiones, hermana. No creo que le guste —Respondió Evan estando aún más avergonzado que antes—. Seguramente solo quiere que seamos amigos y ya.

—Para nada, hermano, incluso yo lo vi en su cara. Es casi seguro que le gustas. Un poco por lo menos —Explico Darky acercándose a su hermano y mirándolo seriamente.

—Ahora solo hay que hacer un plan para que se enamore de ti —Dijo Moon usando sus poderes psíquicos para sacar un papel y un lápiz de su mochila—. Podemos empezar con quitarte esa Piedra Eterna y que le demuestres de lo que eres capaz, eso la dejara impresionada.

Evan sabía que sería inútil intentar detener a Moon. Una vez que empezaba a hacer planes locos, no había forma de detenerla. Sin que ninguno se diera cuenta, Lucía estaba observándolos en silencio sin dejar de ser invisible. La Pokémon legendaria tenía mucha curiosidad por saber de qué estaba hablando la Espeon. Ese Leafeon ocultaba algo, la pregunta era ¿Qué?

.

.

.

.

.

Un rato más tarde, todos escucharon un anuncio por los altavoces del Profesor Rotom, anunciando que tenían que asistir al evento de apertura en el coliseo. Evan, Moon y Dark empezaron a caminar hacia el coliseo, tardando unos cuantos minutos en llegar. Al estar dentro, buscaron donde sentarse, encontrando un buen sitio en la parte central de las gradas.

Evan admiro un poco el coliseo. Era tal como esperaba, con muchos asientos en círculo alrededor de la arena de combate y con dos grandes pantallas en lo alto de cada lado del coliseo, para ver más de cerca lo que pasaba en la arena. Algo que llamo su atención fue que, encima de una de las pantallas, estaba Danna. La Mew se encontraba sentada al lado de un plato lleno de palomitas. Dicha escena le pareció algo cómica al Eevee de tipo planta.

En menos de diez minutos, el coliseo se llenó completamente de cientos de Pokémon. Evan nunca había visto a tantos Pokémon juntos en su vida. Casi parecía que estuvieran más de mil Pokémon en aquel lugar. Moon y Darky estaban tan impresionadas como su hermano. El ruido de los Pokémon a su alrededor apenas las dejaba escuchar sus propias voces, y cada vez el ruido se hacía más y más fuerte.

Entonces, llego el momento. Cuando ya cada estudiante del instituto estaba presente, se empezó a escuchar nuevamente la voz del Profesor Rotom por los altavoces, haciendo que todos guardaran silencio casi al instante.

—Estudiantes, espero que estén preparados para el evento de apertura del Instituto Arceus —Exclamo con mucha emoción la voz del profesor sonando por todos los altavoces—. Este es el último año antes de que el instituto cumpla mil años desde su fundación, y les aseguro que lo que tenemos planeado para este año va a ser inolvidable. Ahora, ¡Denle la bienvenida al fundador de este instituto! ¡Un fuerte aplauso para el director Zephyr!

Todos empezaron a gritar luego de escuchar esto. Evan se quedó congelado durante un momento, ¿Había escuchado bien? ¿Realmente el director del instituto era el Pokémon legendario que había ganado la Gran Guerra contra los humanos? No podía creerlo, tenía que haber escuchado mal, pero sus dudas desaparecieron al ver la figura que salía por un lado de la arena.

Allí, parado en la entrada de la arena, estaba el director Zephyr. El susodicho era un conejo antropomórfico un poco pequeño. Su cuerpo estaba cubierto por un brillante pelaje de color gris. Sus largas orejas caían por detrás de su cabeza. Sus ojos de irises doradas brillaban con luz propia. Llevaba puesta una camiseta y un pantalón gris oscuro que contrastaban con el color de su pelaje. Encima de esto portaba una larga gabardina negra que alcanzaba sus tobillos. Sus patas estaban cubiertas por unas botas metálicas con varias líneas azules. En su cuello llevaba un collar con un medallón en forma de corazón blanco. Y finalmente sobre su cabeza resaltaba un llamativo sombrero de copa blanco con una cinta negra.

Evan estaba totalmente impactado, era él realmente. Zephyr, el Pokémon legendario señor del Vacío. Según la leyenda, lucho contra los humanos en la Gran Guerra durante treinta días y treinta noches hasta acabar con toda su especie. Eso explicaba porque su arma estaba en el salón de trofeos del instituto. El Pokémon de tipo planta no sabía cómo reaccionar…

Lo que no sabía Evan era que las cosas aún no se habían puesto interesante.

—Y por el otro lado, ¡Denle a la bienvenida a la Subdirectora V! —Grito el profesor Rotom con mucha emoción, a la vez que todo el mundo gritaba nuevamente.

Por el otro lado de la arena entro una felina antropomórfica. Su cuerpo estaba cubierto de un suave pelaje naranja con detalles blancos, el cual brillaba como el sol. Sus ojos eran de un profundo color verde esmeralda. Llevaba una camiseta blanca y una armadura metálica sin mangas que cubrían la mitad superior de su torso. Usaba pantalones cortos negros con detalles rojos. Sus brazos estaban llenos de marcas similares a tatuajes con inscripciones rúnicas. Usaba unas peculiares botas negras. Tenía un cinturón en el cual llevaba un par de fundas con dos pistolas. Y en su espalda llevaba un gran sable el cual por alguna razón tenía un gatillo en la empuñadura.

Aquella Pokémon legendaria era V, La Centinela. Evan recordaba muy bien la leyenda sobre ella, una humana que defendió a los Pokémon durante la Gran Guerra, muriendo en combate contra los ejércitos humanos, pero Arceus la devolvió a la vida con el poder de un Pokémon legendario para acabar con todos sus enemigos y no dejar que ningún Pokémon inocente perdiera la vida.

—¿Esto es real o estoy soñando? —Preguntó Moon con un tono de sorpresa total, casi sentía que iba a desmayarse (Una vez más), pero Evan apenas la escucho. Aún estaba intentando procesar lo que estaba pasando.

—Si estoy soñando por favor no me despierten —Pidió Darky estando también totalmente sorprendida y algo emocionada.

Aunque ellos no eran los únicos sorprendidos. Todos los nuevos estudiantes miraban aquello con incredulidad. Tenían frente a ellos a dos leyendas vivientes y ninguno lo podía creer. En cambio, los demás estudiantes ni siquiera parecían sorprendidos. Zephyr y V llegaron al centro de la arena de combate y se miraron con calma. Ambos Pokémon legendarios se pusieron de espaldas y empezaron a saludar al público con sus patas.

Luego de un momento, la subdirectora V saco una de sus pistolas y apunto al aire, disparando un fogueó que hizo que todo el ruido del estadio se silenciara.

—Estudiantes, préstenme atención —Ordeno Zephyr con una tranquila voz que podía ser oída por todos sin importar que tan lejos estuvieran—. Seguramente ya saben quién soy, por lo que me ahorrare la presentación. Como es tradición desde hace novecientos años, hoy será el primer combate del año. El ganador de este combate recibirá un premio de mi parte, pero antes de eso, hay que mencionar las cinco reglas principales de este instituto para los nuevos estudiantes.

—Regla número uno. Lo que pasa en el Instituto Arceus se quede en el Instituto Arceus —Dijo la subdirectora V seriamente siendo escuchada por todos—. No es un secreto para nadie que este instituto es conocido por todos pero nadie sabe cómo es por dentro. Si están aquí significa que son capaces de guardar el secreto. Recuerden esta regla muy bien si no quieren terminar expulsados.

—Regla número dos. No hagan nada ilegal —Menciono el director con una sonrisa en su rostro—. Quizá el instituto sea grande, pero hay ojos en todas partes. Si hacen algo ilegal, nos vamos a enterar. Piénsenlo dos veces antes de hacer una idiotez.

—Regla número tres. Ningún estudiante puede estar fuera de su dormitorio después de la media noche —Dijo la subdirectora mirando a su alrededor—. Si un estudiante es encontrado fuera de los dormitorios será castigado, y les aseguro que el castigo no será nada bonito.

—Regla número cuatro. Pueden usar el tren para ir a la ciudad y volver cuando quieran, pero más les vale estar aquí a tiempo para las clases. Si se saltan dos clases seguidas, quedaran castigados —Dijo el director Zephyr tranquilamente.

—Y regla número cinco… ¡Diviértanse! —Exclamaron los dos Pokémon legendarios al mismo tiempo. La subdirectora disparo una bala al cielo, explotando en el aire y creando muchos fuegos artificiales.

Todos aplaudieron y gritaron por esto. Evan no pudo evitar aplaudir también. Todas las dudas que tenía sobre el instituto empezaban a desaparecer lentamente, siendo remplazadas por un deseo de explorar el instituto por completo. Después de un rato de aplausos y gritos, la subdirectora V volvió a disparar un fogueo para que todos guardaran silencio.

—Ahora, Zephyr y yo elegiremos a los dos participantes para el primer combate del año. Sera un combate uno contra uno clásico. Ganará el Pokémon que logre derribar a su rival primero—Explico V con emoción a la vez que guardaba su pistola—. Si son elegidos y no desean combatir, simplemente díganlo y elegiremos a alguien más. Ahora, guarden silencio. Yo empezare eligiendo a mi participante.

Los murmullos no tardaron en empezar a escucharse entre el público. Evan podía escuchar levemente lo que decían a su alrededor, "me pregunto a quién elegirá", "ojalá me toque a mí", "estoy nerviosa". Esas y otras cosas eran las que podía escuchar el Pokémon de tipo planta. Él simplemente observaba en silencio, era muy poco probable que lo eligieran para ese combate, además de que no sabía si sería capaz de combatir frente a tantos Pokémon.

La subdirectora V tomo su sable y lo levanto en el aire, empezando a apuntarlo hacia los Pokémon del público, buscando a su participante con una seria mirada en su rostro. Todos estaban nerviosos, y se ponían cada vez más nerviosos cuando la Pokémon legendaria apuntaba su arma hacia donde estaban ellos. Finalmente después de unos tensos segundos, V detuvo su espada, señalando a su participante entre el público.

—Tú, Alan Blackstar, quiero que seas mi participante. Ven aquí si deseas combatir.

El Pokémon señalado era un Weavile, el cual no dudo en bajar de un salto a la arena de combate, recibiendo un aplauso de parte del público. Este Weavile tenía unos hipnóticos ojos azules. Su pelaje era completamente negro. Las plumas de su cabeza eran de color rojo oscuro. Llevaba una bufanda blanca con líneas negras. Usaba guantes sin dedos. Y llevaba puesta una chaqueta negra con detalles rojos y una calavera de Weavile en su espalda.

Alan fue hacia donde estaba la subdirectora y se arrodillo frente a esta. La susodicha miro por un momento al Pokémon y le dijo que se levantara. Luego de esto, la felina abandono la arena de combate, parándose en uno de los lados fuera de la misma. El Weavile por su parte se quedó dónde estaba, esperando que su contrincante fuera elegido.

—Mi turno de elegir —Dijo Zephyr a la vez que levantaba su pata en el aire.

Pasaron un par de segundos en completo silencio. Evan no entendía que iba a hacer el director. Entonces, algo empezó a materializarse en la pata del susodicho. Lo que apareció en su pata era el Zenith, solo que ahora dicha espada tenía un brillo místico a su alrededor y desprendía pequeñas partículas brillantes. Acto seguido, el Pokémon legendario empezó a apuntar su espada hacia el público, buscando su participante de la misma forma que la subdirectora.

Todos estaban muy nerviosos ahora. Muchos querían ser elegidos, tanto por el premio como para demostrar lo fuertes que eran. Evan y sus hermanas miraban fijamente aquella espada, hasta que esta finalmente se detuvo justo donde estaban ellos, haciendo que a los tres se les detuviera el corazón durante un segundo completo.

—Tú, Moon Overnight, serás mi participante. Baja si quieres luchar —Dijo Zephyr señalando a la mencionada con su espada.

Pero la Espeon negó con la cabeza. De ninguna forma pensaba participar en dicho combate. No era buena combatiendo, además de que era una tipo psíquico contra un tipo siniestro. No tendría ninguna oportunidad de ganar. Viendo que la chica rechazaba el desafío, Zephyr movió su espada un poco más a la derecha.

—Tu, Evan Overnight, serás mi participante. Baja si aceptas participar.

Esto sorprendió mucho al Leafeon. Le había sorprendido que eligieran a su hermana, pero no esperaba que lo eligieran a él justo después de que esta rechazara el combate. Estaba por negarse, pero entonces su mirada se cruzó con la seria mirada del director. De un momento a otro, los ojos de Evan adquirieron una tonalidad azul celeste, al mismo tiempo que sentía como sus emociones se apagaban por completo. Sus hermanas lo miraron con algo de extrañeza, sorprendiéndose cuando su hermano bajo a la arena de combate de un salto. Todos aplaudieron por esto, a la vez que Evan se acercaba al Pokémon legendario y se arrodillaba frente a este.

—Levántate, Evan —El Pokémon de tipo planta obedeció, a la vez que Zephyr miraba con curiosidad al susodicho y tocaba un poco la Piedra Eterna del Leafeon con su espada. En ese momento, Evan volvió a la normalidad, poniéndose muy nervioso al darse cuenta donde estaba—. Buena suerte, chico… Aunque no creo que la necesites.

Zephyr se fue al otro lado de la arena de combate. Ahora solo estaban los dos Pokémon en el campo de batalla. Alan miraba seriamente a su contrincante, mientras que Evan estaba empezando a sudar por los nervios. No tenía escapatoria. Estaba en la arena de combate. Todo el instituto estaba presente. El sonido de la multitud enloquecida a su alrededor era ensordecedor. Sus hermanas lo miraban preocupadas. El director y la subdirectora estaban expectantes. Ya no había marcha atrás. Estaba solo.

Recuerda… No estás solo —Escucho Evan en su mente antes de que sonara la campana que daba comienzo al combate.