- ¡Emma! – gimió asustado Xavier y Mikasa solo giró los ojos aburrida-

- ¿Puedes bajar? – preguntó la pelinegra y su compañera asintió –

El huracán de ojos azules bajó en cinco minutos hasta el patio de la mansión. Su gusto por el chisme era realmente más fuerte de lo que pensaba.

- ¿Se puede saber que está pasando aquí? – dijo, haciendo un acento demasiado exagerado para el gusto de cualquiera- ¡Estás besando a mi Xavier Ignacio manolo pedro diego! –

- ¿Qué te pasa, ridícula? – Xavier, quién había salido de su trance la miraba sin entender nada-

- Estoy bromeando – la castaña se encogió de hombros desinteresada- La verdad es que ver a Mikasa me sorprendió, pero ahora atando cabos todo tiene sentido-

- ¿Qué tiene sentido? – la ojinegra la miró extrañada- vine entregarle un paquete a Xavier, eso es todo-

- Ya…- sonrío cómplice- y yo me chupo el dedo. Mira Mikasa, no tienes que ser amable conmigo solo porque tu y Xavier soy pareja, en serio, disculpa si grite, fue la sorpresa del momento y solo eso-

- Da igual – La pelinegra le hizo un gesto de despedida con ambos dedos en su frente, índice y pulgar y se subió a su moto, decidida a marcharse-

- Quién lo diría eh – La joven sonrío y su primo giró los ojos aburrido. Aún que ninguno lo dijera, ambos sabían que ahí había gato encerrado-

La clase del lunes resultó sorprendentemente más divertida que el resto de los días. Si bien las cosas no eran como en Sina, al menos podía seguir siendo ella misma.

Abrió su locker con tranquilidad, y lo primero que sus ojos vieron, fue la figura de Colt apareciendo. Tuvo un leve segundo para cerrar su casillero, cuando el rubio le tomó el rostro sin pensarlo dos veces y la besó.

- ¿Y eso? – Emma se soltó sorprendida. Parpadeó dos veces y luego le sonrío-

- Aquí estaaaan – Pieck llegó corriendo y de alguna forma los hizo separarse más de lo que ya estaban. La castaña suspiró- Estaba buscándote –

- Lamento haberme ausentado el fin de semana, no me sentía muy bien…-

- Ya, ya – la pelinegra se encogió de hombros restándole importancia. Luego, se tocó el puente de la nariz, estaba pensando en algo- ¿Qué harás hoy? –

- No lo sé, tengo que estudiar –

Desde su encuentro con Levi había quedado mal. No quería saber mucho de nadie, como si sus energías hubiesen sido consumidas y ya nada le daba la entretención de antes. Si era completamente honesta, haberlo visto le había agotado las reservas emocionales.

- No seas aburrida – Pieck hizo una mueca extraña y luego sacó una pequeña bolsita- tengo ayuda para estimularnooos – dijo, alargando la última letra, haciendo que sonara como una canción-

- No, Pieck, en serio no puedo – Esbozo una falsa sonrisa y luego de besarle la mejilla a Colt se excusó, marchándose. Gracias al cielo su horario era mucho más relajado que antes-

Levi acababa de terminar la llamada que había tenido con su jefe. No mentía cuando le había dicho que tendría que quedarse un tiempo más lejos de la ciudad para mejorar el proyecto. Creía que el caos de Sina estaba afectando a su concentración, así que solicitó trabajar en la sede de Maria. Su solicitud fue aprobada, pero con la condición de que él se haría cargo de los gastos de estadía. Levi aceptó y luego de indicarle a Jessa lo que sucedía, la fue a despedir al aeropuerto. Le prometió que volvería pronto y que aprovecharía el tiempo para pasarlo con su familia e investigar sobre la teoría que ambos habían planteado. La pelirroja aceptó sin muchas ganas, pero confiaba en su pareja. Creía en su palabra.

Unas horas después, el ojiazul se encontraba cerca de la sede de la universidad de Emma. Al principio no había planeado ir a verla, pero su cuerpo actuaba por si solo en su presencia. El auto que había arrendado tenía vidrio polarizado lo que ayudaba a pasar inadvertido. No sabía los horarios de la joven, pero si sabía que en Maria todo era más relajado que en Sina. Espero pacientemente una hora hasta que la vio salir. Llevaba un vestido blanco con lunares negros y unos zapatos con un poco de tacón. Su cabello, ahora corto hasta la barbilla estaba alisado, dejando ver uno de sus aros de perla. Se veía más adulta y eso hizo que inevitablemente su corazón latiera con fuerza. Al ver como caminaba cerca de donde el se encontraba estacionado, tocó la bocina. Ella miró y frunció el ceño.

- Hola…- le dijo, al ritmo que bajaba la ventana. Tenia unos lentes de aviador y un poco de barba. Se veía guapísimo-

- ¿Qué haces aquí? – La joven comenzó a mirar hacia todos lados, asustada pensando en que podrían verla con él-

- ¿Puedes subirte? – preguntó serio y ella asintió-

No quería verlo. No quería saber nada de él. Luego de lo que había pasado y como la había tratado, su cabeza decía constantemente "Peligro". Pero tampoco quería que la vieran pasando con su exprofesor, alias, su examante. La razón por la cual tuvo que dejar su vida atrás.

Levi manejó por unos minutos en completo silencio. Emma solo podía mirar la ventana incomoda. Si hubiese sabido que él estaría cerca, se habría escondido o quizá, arreglado más. Cuando ya estuvieron lo suficientemente lejos, el la invitó a pasar a una cafetería, pero ella negó con la cabeza. Realmente no quería que nadie los viera estando juntos. Así que decidió hablar en el auto.

- Dime ¿qué quieres? – Intentó preguntar con calma, pero se notaba esa fingida paciencia. No entendía porqué le hacía eso-

- Quería verte, solo eso…- respondió él. Aun mantenía sus lentes, y miraba hacía el frente, hacía la entrada del café-

- Qirii virti – lo imitó ella ridículamente- ¿Es en serio? Me sigues a la disco, luego al trabajo y ahora a la universidad ¿Qué mierda estás buscando? – escupió. No era una persona que tuviese demasiada paciencia, menos con el que le había roto el corazón-

- No pretendía hacerte enojar…-

- ¿Qué creías que iba a pasar? – soltó aire por la boca molesta- ¿Qué te iba a ver y me iba a bajar los calzones? No seas ridículo, creías que por venir aquí yo i…-

- ¡Lo lamento! – le dijo él, interrumpiéndola en un tono alto, haciendo que Emma parase de hablar- Lamento lo que hice – repitió, mientras se sacaba los lentes-

- Pues no lo lamentes – susurró ella absorta en sus pensamientos- no quiero que lo lamentes – le dijo, ahora mirándolo a los ojos. Levi le devolvía la mirada firmemente- quiero que te alejes de mi –

- Emma, no – respondió él, frunciendo el ceño como siempre- Vine a ver como estabas, maldita sea– le pegó con la palma de las manos al volante y ella giró los ojos. Su nuevo trabajo le había devuelto un poco la agresividad de su juventud-

- No pienso hablar con un agresivo – decidida a abrir la puerta del auto, el pelinegro le tomó la mano suavemente. Se había dado cuenta de su error. No podía actuar así –

- Sigo teniendo el mismo número. Me quedaré un tiempo en la ciudad antes de volver a Sina y…- no pudo terminar de hablar cuando Emma le respondió, interrumpiéndolo-

- Me importa una mierda – y azotó la puerta del vehículo. Marchándose a paso firme de ahí-

Como había logrado conocer la ciudad, no le fue muy difícil llegar a la mansión de los Tybur. Eso sí, se había vuelto a replantear el ofrecimiento del auto que le habían hecho, pero lo descartó pronto. No quería nada de esa familia, más que la alojaran un poco de tiempo. Ella no era una Tybur, era una Dawk.

Saludó a las sirvientas y corrió hacía su habitación, la cual tenia todo ordenado y limpio. Una de las mucamas le preguntó si iba a querer su comida en la cama y ella negó, excusándose en que se sentía mal y quería dormir. Volvieron a tocar su puerta a las 8 de la noche. Era su tía, Kara, la cual llevaba un vestido elegante. Al no recibir respuesta abrió la puerta y sin decirle nada, comenzó a buscar en su guardarropa. Cuando encontró un vestido decente, se lo tiró en la cama y comenzó a aplaudir, despertándola.

- ¿Qué mi…? – Emma abrió ambos ojos. Tenia lagañas y una visible cara de sueño-

- vístete. En treinta minutos te quiero abajo – y cerró, dando un portazo-

Emma miró el trozo de tela y abrió los ojos con pereza. Era día de opera y lo había olvidado completamente.

Levi se miraba en el espejo. No era un fanático de la Opera, en absoluto, pero la que exhibirían ese día le conmovía. No le gustaba indagar demasiado en el porqué, pero desde que era muy pequeño, su madre, una mujer pobre e ignorante, escuchaba un vel di vedremo, de Madame Butterfly y le decía lo mucho que le recordaba a su padre, cuando partió. Años después, con su primer sueldo, Levi la llevó a ver la opera en un asientos lejanos, pues era lo que le alcanzaba. Su madre lloró como nunca lo había hecho, agradeciéndole todo. y ese recuerdo quedó por siempre en su corazón.

El teatro de Maria no solía abrir muy seguido, por lo cual cualquier acto que hiciera era popular entre los habitantes, pero debido a su precio, solo las familias con mayor poder adquisitivo solían visitarlo.

Emma bajó los peldaños de la larga escalera. Llevaba el cabello tomado en una media cola ondulada. Su vestido, con cuello halter y corte largo, le dificultaba el paso. Debido al enorme sueño que presentaba, casi cae en el último escalón, pero alguien la atajó antes.

- Hola…- le sonrío un chico de una edad similar. Tenia el cabello castaño y los ojos cafés. Era alto y delgado. Vestía un esmoquin azul y una corbata negra. Emma alzó la ceja-

- ¿Colt? ¿Qué haces aquí? – se separó un poco y comenzó a acomodarse su vestido, algo nerviosa-

- ¿Cómo que hago aquí? – sonrío, un poco incomodo- hoy es día de ópera, quizá allá en Sina es común, pero en María es un gran evento y tu eres mi novia…-

- Oh si, lo siento – sonrío falsamente. Había olvidado que Colt era parte de las familias poderosas de María, por lo cual, también participaba en los eventos –

- ¡Veo que has bajado! – comentó Xavier, apareciendo cerca de ellos. Emma frunció el ceño- ¿El sueño estaba pesado, primita? –

- Nunca como tú, mi querido Xavier – respondió, a la defensiva. Ya estaba cansada de las bromas del idiota de su primo-

Mikasa miraba por el auto como las luces de la ciudad se iluminaban. Si bien María era pequeña y acogedora, también era bastante emocionante para los que podían pagar sus atracciones. Mikasa venía de una familia clase media, la cual le había dado todo hasta que su padre murió. Su madre la había sacado adelante como pudo, en medio de un mundo desastroso.

- Quién diría que la ciudad se ve así de bonita de noche – Yuko, la madre me Mikasa, miraba con el mismo entusiasmo la ventana-

En consecuencia, a su estadía en la ciudad, el pelinegro pensó en lo agradable que seria llevar a su prima y a su Tía a ver la Opera. Agradecido del cielo, logró conseguir tres asientos cercanos.

La función, como siempre, fue bastante emocionante. Algunos lloraron como Emma y otros se quedaron dormidos como Xavier y Colt. Toda la familia salió del teatro con emoción. La castaña saltaba de un lado para otro, junto a su novio, el cual le seguía el juego divertido. Su tía, Kara, hablaba con la madre de Colt mientras la miraba desaprobatoriamente.

- Emma…- la llamó Mikasa, la cual también estaba saliendo de la función. Llevaba un vestido gris que resaltaba el color de sus ojos. Xavier se puso tenso al verla-

- Oh, Mikasa ¿Cómo estás? – Emma dejó de lado lo que estaba haciendo y se acercó a la pelinegra, dándole un beso en la mejilla-

- Bien – sonrío, mirando hacía donde estaba el menor de los Tybur- ella es mi mamá, Yuko-

Emma saludó a la madre de Mikasa y se quedó conversando un momento con ella. Xavier se acercó disimuladamente a saludar también. Colt saludó y se alejó hacía donde estaba su familia, dándoles privacidad.

- Bueno, me alegra mucho saber que le agrada con…-

La castaña no pudo ni terminar la frase cuando Levi se acercó a hablarles. Vestía formal y con la barba que se había dejado, le sentaba bastante bien.

- Levi – dijo ella, casi gruñendo e inmediatamente tanto Mikasa como su madre la miraron extrañadas-

- Emma – la saludó él, dándole un beso en la mejilla y luego estrechando las manos con su primo, Xavier-

Xavier le hizo un gesto de ¿quién es este? Y Emma solo pudo suspirar y negar con la cabeza. Al ver en quienes estaban tan ocupados, el resto de la familia se acercó, luego de que la de Colt se despidiera.

- Me debo ir, Emma – se acercó de tal forma que la castaña no se diera cuenta la mirada asesina que le soltaba a su exdocente-

- ¿Está bien? – Ella lo miró extrañada. La había tomado de improvisto. Se suponía que pasarían a comer algo a casa, pero al parecer el padre de Colt se había sentido mal luego de la función y prefería postergarlo-

- Si, si… mi papá – hizo un gesto de aburrimiento y luego le sonrío- nos vemos mañana en clase –

- Nos vemos – le sonrío de vuelta ella y el la tomó del rostro, besándola posesivamente-

Emma se despidió con la mano y miró unos segundos como partía. Luego, volvió a centrar su mirada en el panorama actual. Willy conversaba animadamente junto a su familia con la pequeña unidad Ackerman.

- Es un agrado conocerlos – El mayor, rubio, tenía una de sus manos en los bolsillos y la otra se movía dándole énfasis a sus palabras-

- Para nosotros también, señor Tybur…- la madre de Mikasa hablaba con un claro nerviosismo en su voz. Probablemente no esperaba esto-

- Papá – lo llamó Xavier, desconociendo el contexto de la situación y solo pensando en poder pasar tiempo con Mikasa- Los Grice no podrán acompañarnos, pero quizá los Ackerman podrían…-

- No creo que sea buena idea…- Opino Levi mirando a Emma, la cual apretaba su labio sin decir nada-

- Claro que es buena idea – Willy sonrío y sacó la mano que tenia en el bolsillo, frotándola contra el brazo del pelinegro, en un gesto de amistad-

- Mikasa…- Levi la miró con un gesto extraño en el rostro. La pelinegra asintió sin mucho entusiasmo, pero él la conocía, sabía tal solo con ese pequeño gesto que ella quería ir y mucho- Está bien – asintió y Emma frunció el rostro, alejándose de ahí. No importaba lo que hiciera, siempre volvía al mismo punto-