Capítulo XVIII.


"Amanecí bonita. Nada que ver con soberbia, vanidad o narcisismo, pues soy todo lo contrario, pero el día de hoy desperté y adentro ya no llovía –pensé que sería un problema porque el cuerpo se acostumbra a los grados bajo cero que deja la soledad, y es que a mí eso de los cambios nunca se me ha dado bien, hasta hoy, que amanecí bonita–. Es esa cosa que sientes cuando la vida respira y decide dejar de ahogarte, y entonces tú le sonríes como si gracias a ello pudieses ahora nadar, que luego de la tormenta vienen un montón de charcos y que en lugar de saltarlos hay que bailar sobre ellos." —Estefanía Mitre.


Sakura está enamorada de Sasuke.

No es una sorpresa, ni una eminente revelación. Sakura le ha amado con vehemencia desde que tiene memoria. Su amor por él está arraigado en su mismísimo ser. Es parte de su identidad; una pieza elemental en su código genético.

Todo aquel que la conoce está al tanto de sus sentimientos hacia él. No es un misterio ni siquiera para Sasuke. Se ha confesado en varias ocasiones. En todas ellas, ha acabado llorando. Sin importar qué, jamás había sido capaz de llegar a su corazón. No importaba lo que dijera, si lloraba o gritaba. Si se enfurecía, o si suplicaba. No había palabras lo suficientemente enternecedoras y dulces que le conmovieran. En lo que a ella respecta, Sasuke era absoluta y completamente impenetrable. Cualquier sentimiento afectuoso que Sasuke pudiese albergar por ella no era lo bastante fuerte como inmiscuirse en su camino, o como para influenciar sus acciones. Y quizás esté siendo injusta, pero, en su defensa, Sasuke–kun es aún más injusto.

A Sakura le gustaría poder haber sido capaz de dejar ir aquellos sentimientos, pero eso sólo significaría que también estaría arrancando una parte de su propio ser. Si Sakura extirpara aquellos sentimientos de su interior, desgarraría su piel y sus entrañas se verterían sobre el suelo. Y no quedaría nada.


Sakura está enamorada de Naruto.

Es una sorpresa, una eminente revelación. Los sentimientos románticos que siente hacia él han sido la cosecha de años. El cariño y el respeto han mutado, y han florecido maravillosamente bajo sus solicitas atenciones. La noción de corresponder positivamente a sus sentimientos ha dejado de ser ridícula. Ahora, la única absurdez de aquella situación es su propia testarudez, y nada más.

Naruto siempre ha expresado su interés por ella. Abiertamente, y de todas las formas posibles. No temiendo al rechazo. A Sakura le gustaría poder hacer lo mismo. Por alguna razón, la idea de declararle sus sentimientos es intimidante, a pesar de saber que será correspondida con mucho entusiasmo. Sasuke siempre la ha rechazado, Sakura jamás ha tenido que pensar en el siguiente paso. El concepto de amar y ser amado de la misma forma es aterrador de una manera paralizante.


El verano jamás ha mostrado benevolencia hacia el País del Fuego. El sol arde con fuerza, como si la misma Voluntad de Fuego estuviese invocándole. Sakura está cubierta en sudor, y su uniforme médico se siente especialmente áspero y molesto en su pegajosa piel. Las cigarras no han parado de chillar en toda el día. Sakura se ha visto obligada a salir del Hospital, y tomar un poco de aire fresco. El ambiente afuera era sofocante, pero era la opción más favorable. En el reducido espacio de su oficina, su ventilador no hacía más que revolver el aire caliente de un lado a otro.

A su lado, Shino balancea una cigarra entre sus dedos.

—Las cigarras son criaturas realmente maravillosas —comenta. Luce completamente imperturbable ante las altas temperaturas. No hay ni una gota de sudor recorriendo por su rostro—. Indudablemente, son el insecto que más se asemeja el ser humano.

Sakura inclina la cabeza hacia un lado, y seca el sudor de su frente con su pañuelo. Pregunta, cortés, porque no tiene nada más que hacer: —¿A qué te refieres, Shino?

—Insectos como las mariposas y polillas atraviesan el proceso de la metamorfosis ocultándose en un capullo —dice, y por un momento Sakura cree que ha cambiado súbitamente de tema—. Se envuelven a sí mismas y se esconden hasta finalizar el proceso de trasformación, y emergen de su capullo como un ser completamente distinto. Las cigarras son distintas.

La cigarra camina por entre los recovecos de sus dedos y llega al centro de su palma. Shino extiende su mano.

—Permanecen en su forma original, al tiempo que atraviesan todos los cambios de la metamorfosis. Sin ocultarse.

Shino le mira fijamente. Sakura se ve reflejada en la negrura de sus gafas.

—¿Acaso hay algo más humano que eso?

La cigarra aletea sus alas y se desplaza hasta el árbol más cercano, en busca de nutrientes.

—No —responde finalmente—, no lo creo. Por cierto, he sanado la mayor parte de tu herida, pero no deberías llevar a cabo ningún movimiento o actividad extenuante. Tienes prohibido realizar cualquier tipo de misión por lo que queda de la semana. Hinata me informará si no me obedeces.

Shino asiente, solemne.


Un enfermero con el que se ha acostado varias veces le hace una sugerencia inapropiada, con una sonrisa juguetona en su joven rostro. En otro momento, Sakura hubiera aceptado su propuesta con gusto. Ahora, lo rechaza con amabilidad y le desea un buen día. Se marcha sin mirar atrás, y sin ningún tipo de arrepentimiento o vestigio de tentación.


Su casa ya no huele a látex y sudor.

Meses atrás, y sin importar cuantas veces aireara las habitaciones, el ambiente siempre parecía poseer un persistente hedor a sexo. Un tumulto de aromas que iba desde fluidos corporales hasta desodorantes baratos y condones usados.

Ahora, la casa solo huele a Naruto y a Sasuke. Y a ella. Sus aromas entremezclados hacer parecer como si aquello fuese una esencia totalmente nueva y distinta; una persona aparte.


—Te amo —le dice, al fin. Y no es doloroso admitirlo, como alguna vez creyó. Es gratificante, incluso. Toda la amargura y rencor que alguna vez sintió hacia él se disuelven con tanta rapidez que le hacen pensar que esas dañinas emociones jamás existieron. Es como disolver veneno, piensa, una sustancia química letal arraigada en su sistema sanguíneo que se diluye hasta desaparecer.

Aún con su mascara, Sakura puede ver el absoluto e inalterado horror en la expresión de Kakashi. Sería gracioso en otra ocasión, quizás. Pero lo único que experimenta Sakura en ese momento es completa y absoluta calma.

—Te amo —repite—, y te perdono. Sé que también me amas. Eso es suficiente para mí. No necesito más.

Kakashi permanece callado por largos minutos. Carraspea, entonces.

—Bien, bien —dice, y se ajusta su mascara. Las manos le tiemblan. Es un movimiento casi imperceptible, pero los documentos que sujeta no paran de temblequear—. Puedes retirarte, Sakura.

—A sus órdenes, Sexto.


Sakura quiere decirle a Sasuke que lo ama y que no hay nada que pueda hacer para aplacar o erradicar lo que siente por él.

Y así lo hace.


La piel que cubre las costillas de Sasuke es especialmente sensible. A Sakura le encanta recorrer sus dedos sobre ella. Bajo las yemas de sus dedos, siente los relieves de sus huesos y músculos. La fina capa de vello que recubre su cuerpo, la piel que se eriza. No es un área con la suficiente sensibilidad como para provocarle cosquillas, o lo suficientemente erógena como para causarle excitación sexual. Pero le provoca soñolencia; una gentil caricia que le hace entrecerrar los parpados y relajarse.

—Te amo —le dice, una vez más. Está acurrucada contra su espalda. Ambos están completamente desnudos, y con las pieles sudorosas—, y siempre lo he hecho. De todas las veces en las que me he confesado, me has rechazado. Sin falla.

—¿Por qué crees que esta ocasión será diferente? —pregunta. Su tono de voz es etéreo; homogéneas ondas sonoras que no dejan nada al descubierto. Desde su ángulo, le es imposible ver su rostro. De todas maneras, y si cierra sus ojos, puede visualizar con claridad su expresión. Un semblante sereno y completamente ilegible.

—Porque lo es —le contesta, con simpleza. Deposita un ligero beso entre sus omoplatos, sobre la robusta curva de su columna—, porque ahora sé que también me amas, Sasuke–kun.

Sasuke permanece callado por largos minutos. Carraspea, entonces.

—Bien —dice.

Sakura se da por satisfecha.


Sakura quiere decirle a Naruto que lo ama, también. Y que sus inseguridades hacia Sasuke son completamente infundadas, puesto que le ama con la misma veracidad.

Y así lo hace.


Sakura pela zanahorias y las trocea. Las vuelca en la humeante olla sobre la estufa y remueve los ingredientes de un lado a otro con una cuchara de madera. Vierte un poco del caldo sobre un pequeño cuenco de cerámica y le da un pequeño sorbo. Vacía la salsa de soja restante de la botella y ajusta la intensidad del fuego. Continúa mezclando los ingredientes.

A sus espaldas, Naruto busca su armamento de Kunai. Se le ha asignado una misión. En un par de horas, deberá partir rumbo al País del Rayo.

—Podría jurar que las había dejado aquí, pero no puedo encontrarlas por ningún–

—Te amo —le dice, por primera vez. Con una servilleta, seca el sudor de su frente. El calor de la estufa es despiadado. Agrega una pizca de sal y pimienta a la olla—. Y escucha muy bien lo que te voy a decir, porque no lo repetiré: Siempre he creído que tu rivalidad contra Sasuke–kun era un tontería. Y aún lo creo. Pero que te quede claro que mi afecto jamás ha estado en disputa. No es una cuestión de ganar o perder. Si te digo que te amo es porque así lo hago. ¿Lo entiendes, no es así?

Naruto permanece callado por largos minutos. Sakura le escucha sorberse la nariz y lloriquear. Dice, entonces:

—…Sí, sí. Lo entiendo —solloza, o ríe. Sakura no está del todo segura—. ¡Lo entiendo perfectamente! Y–Yo también–

—Lo sé —responde, serena—. Ahora, ve a lavarte el rostro y las manos. La comida estará lista en unos minutos. No quiero que te marches con el estómago vacío.

Naruto se apresura a obedecer.


Sakura está enamorada de Sasuke, y es correspondida.


Sakura está enamorada de Naruto, y es correspondida.


Es más que suficiente.


Notas: Queda muy poco para finalizar Amar es soportar. ¡Un capítulo más y el Epílogo y ya podré dar un cierre definitivo a esta historia!

(En respuesta a Euyin: Para comenzar, me gustaría agradecerte por tus maravillosas palabras. Me alegra muchísimo que estés disfrutando de la lectura, y que pueda ofrecerte algún tipo de entretenimiento con esta historia. Me has alagado infinitamente al decirme que mi forma de escribir te transmite paz, ¡que palabras tan bonitas! Con respecto a tu duda, soy mujer y utilizo pronombres femeninos. Se me ha escapado agregar ese detalle en mi Perfil, pero ya lo he corregido. Quedan muy pocos capítulos para finalizar Amar es soportar, pero espero que los disfrutes de igual manera. Te deseo mucha suerte con tus proyectos. Una vez más, muchas gracias por todo.)

Como siempre, estoy más que agradecida con todas aquellas personas que han demostrado aprecio o interés por Amar es soportar. Agradezco muchísimo sus comentarios, favoritos y follows. Los invito a dejarme un comentario, me interesaría mucho saber qué es lo que opinan de esta historia, y de los capítulos que he publicado hasta ahora.

¡Hasta la siguiente actualización!

Próxima actualización: 28/01/22.