.

Capítulo 4

.

.

Aunque se negó a tomar nota en su calendario del viaje de Naruto, por supuesto el cerebro de Shikamaru no dejó de tener presente la fecha exacta ni por un momento. El viernes previo a aquel acontecimiento fatídico, requirió de la fuerza de todas sus células para sostener su cara de nada habitual mientras Naruto saltaba de un lado a otro casi despidiendo corazoncitos por los ojos.

Para colmo de males, cada vez que debían cruzarse en algún pasillo o quedaban a solas en una oficina, Naruto se le acercaba, confidente, y murmuraba en una exclamación contenida:

—¡Es mañana, es mañana, es mañana!

Con su mejor expresión de circunstancias, Shikamaru se limitaba a simular desprecio por la sentimentalidad excesiva. Solo hacia el final de la jornada, accedió a palmearle el hombro para decirle unas palabras de aliento.

—Bueno… espero que disfrutes mucho estos días, Naru. Descansa y recobra fuerzas. Mira que si el lunes sigues tan distraído como estabas hoy, el mismo Gaara vendrá a despedirte por muy amigo tuyo que sea.

—¡Oye, no estaba distraído! ¡Soy el mejor empleado de este piso! Mmm… tal vez, después de ti, ¿sí? Pero sí he mejorado, ¿o no?

Ante la inseguridad del muchacho, solo rio. Así era él, pregonando a los cuatro vientos que estaba en la cima solo para acto seguido admitir que era muy consciente de lo mucho que le costaba todo. Quiso abrazarlo, pero solo repitió el torpe gesto de la palmada.

—Sí… sí has mejorado. Nadie lo hubiera esperado, pero sí lo has hecho.

—¡Ey! ¡Deja de burlarte mí!

Solo cuando el rubio ya había alcanzado su parada de bus, apareció Choji, que al parecer se había demorado entregando unos papeles en la oficina de Ino. En lugar de salir directamente hacia el transporte público que solía tomar, se quedó un momento de pie junto a Shikamaru, contemplando su mirada perdida.

—Así que Naruto tiene una salida especial este fin de semana, ¿no?

—¿Ah? —contestó el otro, trayendo su mente de regreso para poder entender—. Ah, sí… tiene una cita en la playa, una cosa asquerosamente romántica, qué aburrido, ¿verdad?

—Mmm… yo aceptaría una cita en la playa si otro pagara el hotel. Y si tiene pensión completa.

—Hasta en las fantasías solo piensas en comer, sin dudas has encontrado tu verdadero amor en la vida, Choji.

Su colega sonrió de forma enigmática.

—Puede ser… y, ¿qué harás mañana en la noche? Además de envidiar el viaje de Naruto.

—¿Quién dijo que yo querría hacer un viaje tonto como ese? Pff… pero no tengo ningún otro plan, no. ¿Por?

—Podríamos ir a tomar algo, ¿qué opinas? Tengo una buena noticia que me gustaría compartirte.

—Ya, si te ascienden a ti después que a Naruto sin que nadie me haya hablado a mí de un ascenso, me iré de esta maldita empresa que no aprecia la inteligencia.

Choji rio, mientras se echaba a la boca una papita de una bolsa que acababa de abrir.

—Siempre tan dramático, Shika… ¡nos vemos mañana, en el bar Konoha! —y mientras lo decía, ya estaba yéndose, con una mano alzada a modo de saludo.

Cuando se encontraron al día siguiente, las ojeras de Shikamaru eran indisimulables. Todo su rostro delataba la angustia que se había apoderado de él. Choji, a pesar del excelente aperitivo que le habían servido, no pudo evitar apenarse al verlo así.

—Oye, ¿por qué esa cara larga? Creía que me habías citado para darme alguna buena noticia —le recordó Shikamaru, tratando de sostener la actitud que consideraba adecuada.

Choji suspiró: podía identificar sin ningún género de dudas qué le pasaba a su amigo. Pero prefirió no ahondar en ello si el otro no lo deseaba.

—Pues sí… la noticia es que Ino y yo estamos saliendo.

—¡¿Qué?!

Resultó ser que hacía tiempo que estaban viéndose, pero no querían armar lío en la oficina hasta no estar seguros, por lo que lo habían mantenido en secreto. Sin embargo, ahora querían dar el paso y el lunes llegarían juntos y de la mano. Y, claro, no podía permitir que él se enterara con los demás, prefería contárselo personalmente.

—Uff… al final todos están en pareja menos yo, ¿qué le pasa a la gente que pierde el tiempo con algo tan aburrido como el romance?

Choji soltó una risa, sabía perfectamente que el hombre nunca admitiría que se sentía solo. Lo único que podía hacer por él era entretenerlo hasta tan tarde como fuera posible, para reducir al máximo la cantidad de tiempo que fuera a encerrarse en su departamento pensando en Naruto.

Finalmente llegó el lunes y Shikamaru fue el primero en llegar al trabajo. Naruto no le había escrito ni un mensaje en todo el fin de semana, ni siquiera para avisar si había llegado bien, así que sentía la urgencia de encontrárselo en el edificio, al menos para comprobar que no había muerto en un accidente de tránsito o algo así. Eso se decía a sí mismo una y otra vez para justificar el modo desesperado en que buscaba al rubio entre las oficinas, hasta que lo vio llegar... cabizbajo y con una apariencia entristecida, como sin ganas de hablar. Durante todo el día se abocó a cruzarse con él por cualquier motivo, pero era casi imposible sacarle conversación. Tenía una sonrisa deslucida, como cuando oía hablar mal de él a sus espaldas y hacía de cuenta que no escuchaba.

Ni siquiera la noticia de Choji e Ino pareció animar al muchacho, aunque no faltó su gesticulación excesiva indicando sorpresa al inicio y una felicitación después. Toda la oficina andaba encantada, repartiendo chismes y haciendo bromas, menos Naruto, que enseguida volvió a su cubículo mirando hacia el suelo.

Recién al finalizar el horario laboral, Shikamaru dio con la excusa que necesitaba para estar a solas con él y preguntarle sobre su fin de semana. Declaró que precisaba comprar un regalo para el cumpleaños de su madre y, dado que en el barrio en el que Naruto vivía se encontraban las mejores joyerías de la zona, lo mejor sería que tomara el bus con él. El rubio no protestó pero se mostró sumido en sus pensamientos durante todo el rato que aguardaron por el transporte. Fue Shikamaru, por lo tanto, quien debió esforzarse por sacar el tema.

—Y… ¿no dirás nada de ese viaje que te tenía tan expectante?

Acomodándose en un asiento al fondo del bus, Naruto se encogió de hombros.

—Digamos que malinterpreté algunas cosas, eso es todo. Sasuke solo quería darme en persona la noticia de que se había comprometido con Sakura.

Shikamaru experimentó una extraña e injusta combinación de alivio y rabia. Apretó su maletín contra él.

—¿Organizó todo un viaje a solas contigo solo para contarte algo que podría haber dicho por teléfono? Qué bastardo.

—No es eso… —masculló el otro, después de unos segundos—. Hay algo más.

—¿Qué?

—Bueno… él dijo que… dijo que sabía de mis sentimientos.

Pasmado, Shikamaru se mantuvo inmóvil, escuchando su relato.

—Y, pues… me dijo que estaba dispuesto, si yo quería… no sé, a pasar una noche conmigo. Que no se lo diría a Sakura, que no debía preocuparme y…

Eso fue la gota que derramó el vaso. Shikamaru casi saltó en su asiento y la rabia definitivamente ganó la partida en su mente.

—¿¡Qué!? ¿Pero qué tan bajo puede caer ese tipo? ¿Cómo pudo plantearte algo así? ¡Lo mato, voy a matarlo, dime dónde vive ese maldito!

—Tranquilo, Shika… no acepté… no quiero ningún premio de consolación. Cambié el pasaje de regreso y me vine el mismo sábado. Eso es todo. Supongo que… que estaremos distanciados por un tiempo.

—¿Por qué hablas en ese tono tan tranquilo? ¿No quieres darle un buen golpe a ese idiota?

Y, entonces, notó las lágrimas en sus ojos… y comprendió. Naruto aún estaba enamorado de Sasuke. Incluso después de la canallada terrible que aquel tipejo le había hecho, seguía enamorado.

—El único idiota aquí soy yo, Shika. Él solo es mi amigo, pensó que estaba teniendo un gesto conmigo pero se equivocó, eso es todo. Yo soy el que me inventé esperanzas donde no las había.

El hombre le dio un abrazo, tratando de consolarlo, sin decir nada. En su corazón, todo era un revoltijo confuso y las siguientes palabras del rubio solo vinieron a empeorarlo todo.

—Shika… gracias por escucharme. No sé qué haría sin ti, eres mi mejor amigo.

Shikamaru tembló, atravesado por la idea de la amistad. Sonrió con amargura, mientras pensaba, "Naruto, ¿por qué no te das cuenta de que ni Sasuke ni yo somos tus amigos? Aunque por distintas razones…".

.

.

.