¡Hola a todos los lectores de fanfics, nuevamente!...

Quiero agradecerle a la página de #MundoFanficsInuyashayRanma por compartir esta historia, a los nuevos seguidores y a quienes me dejaron sus valiosos mensajes. De verdad, muchas gracias.

Acá les traigo la segunda parte de esta historia, esperando que sea de su agrado.

Los personajes y las imágenes usadas en esta historia no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi y está escrita sin fines de lucro.

-¡No, no y no, Kogane! -Le gritaba molesto Ranma a una de sus estudiantes- ¡No puedo creer que ni siquiera sepas hacer una de las katas más básicas!

-Perdón, sensei -dijo la chica avergonzada- Pero, no entiendo… He estado practicando mucho, de verdad-.

-¡Pues no lo parece!... ¡Ya llevas aquí bastante tiempo y todavía te comportas como una novata! -se detuvo un momento y después le dijo:- Creo que deberías considerar si de verdad las artes marciales son para ti, si no, ya no pierdas tu tiempo ni me hagas perder el tiempo a mí.

Todas las demás estudiantes empezaron a reírse de ella, pero él les llamó la atención para que guardaran silencio. La clase continuó, pero una estudiante le susurró al oído a otra:

-Kogane debería ser más discreta, ¿no crees?... Si no, el sensei se va a dar cuenta que sólo viene a verlo a él jajajaja

-Tú también lo haces.

-Pues, sí, pero por lo menos yo sí soy discreta.

Ranma se dio cuenta que esas dos estudiantes estaban murmurando y les dijo, sarcásticamente:

-A ver, ¿qué es tan importante para no prestar atención a la clase?... ¿Por qué no nos lo cuentan a todos?

Ambas se asustaron y se pusieron muy nerviosas:

-Disculpe, sensei, no fue nuestra intención interrumpir la clase -dijo una-.

-Sí, es que… bueno… -dijo la otra, pero Ranma la interrumpió:-

-Mejor concéntrense en aprender, porque ustedes están aún peor que Kogane.

Nuevamente, empezaron a reírse las demás estudiantes y ellas se avergonzaron.

Ranma ya estaba cansado. Vio su reloj de pulsera y ya era hora de terminar la clase:

-Bueno, es todo por hoy… Y no olviden seguir practicando lo que han aprendido.

-Sí, sensei -dijeron todas al unísono e hicieron una reverencia.

Cuando ya se habían ido sus estudiantes, Ranma se puso a tomar agua. Ryoga se acercó a él y le dijo:

-Oye, cada día regañas más a tus estudiantes… No quisiera estar en su lugar jajajaja

-Ya, Ryoga, no empieces –dijo Ranma, un poco molesto-.

-Y lo que no entiendo es que, en lugar de disminuir, aumentan cada vez más.

-Deben ser masoquistas –dijo Ryu, llegando con ellos-.

-¡Tú también, Ryu! –dijo Ranma, ya bastante molesto-.

-Jajajaja… ¡Esa estuvo buena, Ryu!... Jajajaja –dijo Ryoga, chocando el puño con Ryu-.

Ranma se puso furioso y dijo:

-¡No sé cómo es que los he aguantado todos estos años!

-Porque nos necesitas… ¿Qué harías sin tus mejores amigos? –dijo Ryoga, nuevamente-.

-Sí, Ranma, además, creo que eso deberíamos decirlo nosotros –dijo Ryu- ¿Cómo es que nosotros te hemos aguantado todos estos años?

Ranma iba a decir algo, pero Ryoga lo interrumpió:

-Ranma, ¿no crees que ya pasaron demasiados años para que todavía tengas esa mala actitud?... Nosotros sólo queremos que seas feliz.

-¡Pues no necesito que se preocupen por mí!... ¡Estoy muy bien así!

-Ranma, tienes demasiadas chicas lindas que están tras de ti… Incluso, hasta podrías salir con Miss Japón… ¡No, qué va!... Hasta con la mismísima Miss Universo si quisieras, pero no… Tú sólo piensas en…

-¡Ryoga, es mejor que no te atrevas a mencionar ese nombre! –dijo Ranma, echando chispas-.

-Está bien, está bien –dijo Ryoga- Ya no voy a insistir, pero siquiera piensa en esto: Ella debe estar muy feliz ahora, mientras que tú sigues consumiéndote cada día en tu dolor…

-Mejor, ya no sigas, Ryoga –dijo Ryu, interviniendo- ya dejemos ese tema por la paz, además, vas a llegar tarde a la fiesta de tu novia.

-¡Es cierto, Akari debe estar esperándome!… Tú también irás con Kaori, ¿verdad?

-Sí, claro que sí –respondió Ryu-.

-Bueno, entonces, mejor vámonos ya.

-Sí está bien –dijo Ryu y después se dirigió a Ranma- Oye, ¿todavía estás en lo dicho en buscar más artistas marciales para dar clases acá?

-Sí, por supuesto… -dijo un poco más tranquilo- Ya ni nosotros tres nos damos abasto.

-Bueno, entonces, habrá que sacarlo a licitación… Me haré cargo de eso mañana.

-Está bien, gracias –dijo Ranma y se fue de ahí-.

Ryoga y Ryu sólo se le quedaron viendo y cuando ya se había ido, Ryoga dijo:

-De verdad, no tiene remedio… Parece que nunca podrá olvidarla, aunque tenga frente a él a la mujer más bonita del mundo.

-Jajajaja me dio risa lo de la Miss Universo jajajaja… ¡Qué ocurrencias las tuyas, Ryoga!

-Es la verdad, además, sólo quiero que reaccione.

-No, Ryoga, no es una mujer bonita lo que le hace falta.

-¿Ah, no?

-O por lo menos, que no sólo sea ésa su única cualidad… Él necesita a una chica diferente, especial… Alguien que lo comprenda y que sí aprecie los detalles que él tenga con ella… Que lo ayude a sanar su corazón…

-Es decir, todo lo opuesto a Shampoo.

-Pues, sí.

-Bueno, pues, aparte de mi novia Akari, no existe alguien más así.

-¡Claro que sí! ¡Kaori también es así! –dijo Ryu, algo molesto, defendiendo a su novia-.

-Bueno, entonces, aparte de mi novia y la tuya, no hay nadie más así… Además, sería un verdadero milagro que alguien hiciera que él volviera a ser el mismo de antes.

-¿Quién sabe?... Quizás esa chica esté más cerca de lo que imaginamos.

Y así siguieron hablando, mientras iban caminando hacia la salida del dojo.

Ranma llegó a su departamento, pues hacía ya algunos años que no vivía con sus padres. Había decidido independizarse y tener su propio espacio.

Tomó una ducha y después decidió ver televisión un rato. Él gustaba algunas veces ver películas de acción estadounidenses. Pero, quizás por coincidencia, esa noche, sólo estaban dando películas románticas. Cambió varias veces de canal y únicamente esa era la programación.

Molesto, apagó el televisor y luego tiró el control remoto a un lado del sillón donde estaba sentado. Se recostó más en el sillón y luego pasó una de sus manos por su cabello. Decidió encender un momento su radio para escuchar un poco de música, pero, sólo música romántica estaban transmitiendo. Lo apagó también. Dio un largo suspiro y dijo:

-¿Cómo sería ahora mi vida si me hubiera casado con… Ella? –se detuvo un momento y después dijo:- Es mejor que ya no piense en eso, yo mismo me estoy torturando y al parecer, hoy todos están conspirando en mi contra: ¡Ryoga, Ryu, la programación y hasta mis propios recuerdos, porque precisamente, hoy, hace doce años, la vi por primera vez!

Decidió mejor levantarse del sillón e ir a dormir o por lo menos intentarlo.

Mientras tanto, los amigos de Ranma, se encontraban en la fiesta que la novia de Ryoga estaba dando en su casa:

-Pero, Ryoga, me habías prometido que esta vez sí ibas a convencer a tu amigo Ranma de venir –le decía su novia Akari a Ryoga- porque mi amiga Hayami, está muy interesada en conocerlo y yo le había dicho que esta vez sí vendría.

-Ya te lo expliqué muchas veces, Akari… Ni siquiera me dio tiempo de preguntarle, ya sabes como es.

-¡Qué lástima!

-Te agradezco que lo hayas tomado en cuenta, pero mejor dile a tu amiga que se olvide de él.

-¿De verdad no tiene alguna esperanza mi amiga con él?

-No… Es inútil… Ranma le va a guardar luto por siempre a su primer amor.

-¡Qué mal!... ¡Es tan joven y atractivo!

-¡Oye! –dijo Ryoga molesto-.

-Jajajaja tranquilo, yo sólo tengo ojos para ti... Mi amiga es la que está interesada en él.

-Pues, mejor ve diciéndole que se fije en alguien más, porque de todas formas, tiene un carácter que dudo mucho que haya alguna mujer que lo aguante.

Siguieron platicando y luego, se les unieron Ryu y su novia Kaori. Convivieron con más personas en la fiesta y después, cada quien fue a su casa, a descansar para presentarse al siguiente día a su trabajo.

Por otro lado, en un pueblo llamado Nerima, también en Japón, vivía una hermosa jovencita, llamada Akane Tendo. Tenía el cabello corto, de una tonalidad azul, piel blanca y ojos grandes color café. Tenía veintiséis años, era la chica más alegre y animada que pudiera existir, aunque un poco despistada, en ocasiones. Vivía con su padre y sus dos hermanas: Kasumi y Nabiki. Era muy apreciada por sus amigos por su actitud siempre positiva.

Gustaba de practicar las artes marciales desde muy pequeña, pues, su papá le había enseñado un poco de lo que él había aprendido, pero después, ella había buscado toda clase de libros sobre artes marciales y había logrado perfeccionar mucho más sus técnicas y deseaba algún día poder iniciar su propio dojo, pero para eso, necesitaba dinero. Trabajaba en una abarrotería, pero aun así, no perdía la esperanza de algún día, poder lograrlo.

Había estudiado en la Universidad la carrera de Lingüística y Literatura, ya que amaba leer toda clase de libros, pero, ante todo, novelas y especialmente, las que eran del género romántico.

Akane amaba el día de San Valentín y soñaba con encontrar un gran amor como el que leía en algunas obras literarias o como los que veía en películas. Pero siempre había más de alguien que le decía que eso no existía, que sólo era fantasía. Pero, aun así, ella no les prestaba atención, aunque la catalogaran de cursi.

Tenía varios pretendientes, entre conocidos y amigos, pero sentía que debía conocer a más personas, salir de su pueblo, conocer más lugares.

Un día, mientras Akane estaba leyendo en el comedor de su casa, llegó su hermana Nabiki, trayendo consigo un periódico y le dijo:

-Mira, Akane, tal vez te interese esto… Como a ti te gusta todo eso de las artes marciales.

-¿Qué es Nabiki?

-Dame cinco mil yenes por la información.

-¿Cinco mil yenes sólo por eso? ¡Debes estar loca! –dijo Akane, bastante sorprendida y molesta a la vez, al ver la ambición de su hermana, ya que cada vez que podía, le sacaba dinero-.

-De verdad lo vale, créeme.

-No, no me interesa.

-Bueno, como quieras… Era una gran oportunidad para que consiguieras dinero para poder iniciar tu preciado dojo, pero como dices que no te interesa.

-¡Nabiki! ¿Cómo me dices eso?... Además, por tu culpa, casi no he podido ahorrar para lograrlo, porque siempre me pides dinero.

-Bueno, está bien… Ya después, cuando tengas tu dojo, me pagas esto más intereses.

-¡Nabiki!

-Ya, tranquila jajajaja… Mira esta noticia: dice que el dojo más famoso de Japón está solicitando artistas marciales para impartir clases.

-¿Qué?

-Sí, el dojo Saotome.

-¿En serio? –dijo algo asombrada, tomando el periódico-.

Y es que Akane había escuchado mucho sobre el dueño de ese dojo: que era joven, atractivo y muy exitoso, pero a ella, poco le importaba eso, pues lo único que quería era trabajar muy duro y bueno, también salir de su pueblo, reunir mucho dinero e iniciar su propio dojo y ¿por qué no?, quizás un día, poder ser más famosa que el tan mencionado artista marcial: Ranma Saotome y la oportunidad se le estaba presentando.

Así que, tomó la decisión de ir a Tokio, pero su papá no estaba de acuerdo porque no quería que se fuera tan lejos. Pero al final, tuvo que aceptar su decisión, cuando ella le platicó que quería reunir dinero para poder establecer un dojo y que, además, vendría a visitarlos con frecuencia.

Su familia la fue a despedir a la estación de trenes. Su papá lloraba a mares, pero sus otras hijas trataban de tranquilizarlo.

Akane tomó el tren y se fue a Tokio decidida a iniciar una gran aventura, pensando en que había tomado la mejor decisión de su vida.

Al llegar, consiguió rápidamente un departamento y pagó por adelantado un mes de renta con sus ahorros.

Ya instalada en Tokio, se alistó para ir a solicitar el trabajo, pensando de manera optimista que lo conseguiría.

Mientras tanto, en el "dojo Saotome", ya habían llegado a solicitar el trabajo algunas personas, pero, para Ranma, nadie llenaba los requisitos:

-¡No puedo creer que no haya siquiera una persona digna de trabajar aquí!

-Oye -dijo Ryoga- Es que tú también te pones muy exigente.

-Es cierto -dijo Ryu- Además, ya te dijimos que en el último de los casos, nosotros podemos seguir haciéndonos cargo de todo.

-¡No! ¡ya ni siquiera nosotros tres somos suficientes, necesitamos por lo menos a dos personas más!

-Bueno, -dijo Ryoga- para mí que ese chico llamado Shinnosuke, que vino ayer, sí cumple los requisitos.

-¿El lento ése? -dijo Ranma con algo de desprecio- No, no me parece el indicado.

-Es que tú piensas que todos pueden estar a tu nivel -dijo Ryu- Además, casi no le diste oportunidad de demostrarte que sí sabía artes marciales, apenas y estaban iniciando el encuentro cuando le dijiste que no sabía artes marciales.

-Mejor deja que nosotros nos encarguemos de elegir a las personas indicadas -dijo Ryoga-.

-¡Sí, claro! -dijo Ranma, sarcásticamente- para que elijan a personas mediocres.

-Bueno, sí no confías en nosotros, lo mejor será que… Empecemos a buscar nuestro propio camino -dijo Ryu-.

-¿Qué quieres decir?

-Que quizás sea mejor que renunciemos, ya que, según se ve, tú puedes encargarte de todo perfectamente.

-¡¿Piensan abandonarme ahora que más los necesito?!

-Lo siento, Ranma -dijo Ryoga- pero creo que será lo mejor… Pero, te agradecemos el tiempo que nos permitiste trabajar acá.

-¡Oigan, no pueden hacerme esto!… ¡Creí que eran mis amigos!

-Y lo somos, pero…

-Está bien -dijo Ranma resignado- háganse cargo de elegir a los que vendrán a trabajar aquí, pero por favor, no se vayan.

Ryoga y Ryu voltearon a verse, se sintieron un poco mal al verlo así, que mejor decidieron seguir apoyándolo.

Pasaron algunas horas. Akane llegó al dojo y se asombró al ver las grandes instalaciones. Entró y vio exactamente cuando Ryoga estaba impartiendo clases y como era tan distraída, ya que en algunas ocasiones había visto fotografías de Ranma en el periódico, pero aun así, pensó que Ryoga era el dueño del dojo:

Él debe ser el artista marcial más reconocido, Ranma Saotome… Tan mencionado en la televisión y en la prensa… ¡Ahora podré conocerlo personalmente!

Los estudiantes estaban prestando atención a las clases, pero cuando vieron a Akane, sus miradas se concentraron en ella.

Ryoga también la vio y se quedó muy sorprendido, pues realmente era muy hermosa y no podía pasar desapercibida.

Ryu también se dio cuenta de la presencia de Akane. Rio un poco al ver lo que había provocado y decidió acercarse a ella:

-Hola, ¿buscas a alguien?... ¿Puedo ayudarte?

-Hola, eh, no… No busco a nadie… Bueno, sí, es que… Vengo a solicitar trabajo.

-De secretaria, supongo.

-¿Qué?... No, para impartir clases de artes marciales.

-¿Eres una artista marcial?... ¡Vaya!... Ven conmigo a la oficina.

-Eh, sí está bien, aunque me hubiera gustado hablar con el señor Saotome, pero veo que ahora está ocupado -dijo volteando a ver a Ryoga-.

-¿Qué? No, no -dijo Ryu divertido- Él no es el señor Saotome.

-Ay, perdón… Entonces, es usted… Discúlpeme, por favor.

-No, es que…

-¡Es un verdadero gusto!… ¡He escuchado mucho sobre usted!

Ranma había salido un momento y al regresar, se dio cuenta que Ryu estaba hablando con una chica y pensó:

¡Seguramente es su nueva novia!… ¡Ya les he dicho a ambos que no quiero que traigan acá a sus parejas!

Se iba acercando, cuando escuchó que ella dijo:

-¡Es usted una verdadera eminencia!... ¡No puedo creer que haya conocido al famoso Ranma Saotome en persona!... -decía muy ilusionada- Espero que me conceda la oportunidad de trabajar acá, señor Saotome.

Ranma pensó:

Pero, ¿qué rayos?

Se acercó más. Ella estaba dando la espalda. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, tosió. Ella volteó rápidamente y se vieron por primera vez.

CONTINUARÁ…

Perdón por dejar la historia en suspenso, pero procuraré actualizarla más rápido... Como siempre, será un grato placer leer sus mensajes =)