HOLAAAA LECTORES MÍOS:

Ha pasado bastante tiempo, lo sé, la verdad es que mi inicio de año 2022 ha estado lleno de cosas que me han mantenido un poco triste. Por un lado la carga laboral me ha provocado tal nivel de estrés que he comenzado con crisis de pánico, las que he ido controlando con medicamentos y por otra parte he experimentado la muerte de un familiar muy cercano, mi abuelo. Todo eso me ha mantenido muy muuuy ausente y el ánimo no me acompañaba para publicar una nueva actualización, asi que lo siento, pero ya estoy de vuelta, un poco mas tranquila, y en realidad intentando retomar el hobby que me desconecta un poco de los dramas de la realidad.

El ultimo cap ha recibido muy buenas reacciones, infinitas gracias a aquellos que se dan el tiempo de leerme e incluso de comentar:

- Chechy14: Muchas muchas dudas que irán respondiendose en los proximos caps, pero si, el lemon hacia falta ya jsdfns, muchas gracias por seguir leyendo mis actualizaciones, espero verte para la proxima!

- BiitterCandy: AJAJAJJ la ammmmsiedad es tremenda, pero te juro que valdrá la pena. Me encanta leer todas las emociones que te provocan las actualizaciones, la verdad es que así me voy sintiendo a medida que lo escribo asique AAAAAA, gracias por siempre escribir, loviu infinito.

- yancyarguetaf: Que bueno que te ha gustado!, Inuyasha rechazando a Kag ha sido algo que hasta a mi me ha sorprendido dsjfns pero bueno, había que dejar un poco de sensualidad para el otro cap. Muchas gracias por mantener leyendo, un abrazo!

- JackelB: ñññ, creo que es primera vez que te veo por aquí, bienvenida! espero la historia te atrape y te mantengas a mi lado por lo que queda de historia :3 muchas gracias por darte el tiempo de comentar, Un abrazo enorme y espero leer mas de ti :D

- kcar: Muchas gracias por seguir la historia! espero esta actualización te mantenga interesada jiji. un abrazo!

Prometo no hacerlos esperar tanto, el cap 9 ya está bastante avanzado, asi que sólo falta revisarlo para publicarlo. ¿Cómo va su 2022? espero que excelente!

Un abrazo enorme a todos, saber que hay un grupo de personitas esperando por nuevas actualizaciones me llena el corazón de felicidad.

Frani.


'

Capítulo 8.- Una buena excusa para seguir viéndonos

(Perspectiva de Kagome)

Cerré la puerta del baño y me apegué a ella intentando escuchar la conversación, mientras al mismo tiempo intentaba recobrar el aliento.

¿Cómo es posible que aún duermas? - Una voz ronca e imponente que no reconocí fue la primera en hablar. - Tu madre me dice que ha estado llamándote y no le has contestado.

Un familiar de Inuyasha… vaya, quien llegaría a pensar que el diablo tuviera familia.

Mi teléfono está apagado. ¿Qué era lo importante que teníamos que hablar?

El ataque de ayer, ya tenemos a quien lo ha planeado.

¿Ah sí?

Bankotsu Min. - Mi corazón dolió en una pequeña puntada por la confirmación de traición, yo sabía la clase de chico que era mi objetivo, pero que toda mi mala experiencia de la noche anterior se debiera a él… Me hacía sentir un poco decepcionada.

Pero él estaba allí…

Por supuesto, es la mejor manera de asegurarse de que las cosas salgan tal y como planeas. La chica con la que estaba…

Espera… ¿realmente estaban hablando de mi?

¿Qué pasa con ella? - El tono de Inuyasha sonó de pronto completamente a la defensiva.

Kagome Higurashi.

Ah, ¿no era Aiko su nombre?

Tu y yo sabemos que no. Mantente lejos de ella.

Inuyasha guardó silencio por unos segundos, mientras tanto yo en el baño intentaba comprender por qué su padre parecía de pronto odiarme tanto, después de todo ni siquiera lo conocía.

Vaya padre, no había visto tanto miedo por una humana en ti.

Hablo enserio Inuyasha, simplemente mantente lejos, no necesitas más explicaciones.

¿Cómo la conoces? - Gracias por preguntar, tenía exactamente la misma duda.

Deja libre el otro fin de semana, tu madre quiere verte. Estamos en contacto.

Esperé a escuchar el sonido de la puerta al cerrarse y sólo entonces salí de mi escondite. Sonreí fingiendo demencia, Inuyasha pareció un poco confundido o desorientado mientras me observaba.


'

Así que… Tu padre me odia. - Noté como intentó fingir con poco éxito una sonrisa que no llegó a sus ojos.

Es de mal gusto escuchar las conversaciones ajenas. - Musitó mientras se acercaba.

Al segundo siguiente él ya estaba frente a mí a escasos centímetros, demostrando una vez más esa velocidad vampírica. Me tomó por la barbilla en un movimiento ágil y esperó por mi excusa con paciencia, observándome fijamente mientras yo me perdía en el dorado.

Fue difícil de ignorar sin ningún otro sonido a mi alrededor. - Suspiró.

Supongo, de todas maneras no te lo tomes personal, él odia a los humanos simplemente por existir. - Acomodó un mechón de mi cabello para luego trazar un camino juguetón en mi cintura con sus dedos. - Además, que mi padre quiera que me mantenga lejos de ti… te hace tan apetitosa como una manzana prohibida.

Acercó sus labios a los míos y dio un pequeño mordisco suave, para luego sellar mi boca con la suya en un beso que rogaba por más. Estuve a nada de perder la cordura, acercándole a mi lo más posible, jalando de el par de mechones de cabello que enmarcaban su rostro, sin embargo la culpa atravesó mi mente como una espina dolorosa.

Hum… tengo un problema. - Musité intentando mantener mi voz decente. Bajó su rostro a mi cuello y dio un beso corto sobre mi yugular.

¿Qué clase de problema? - Susurró, y su aliento provocó escalofríos agradables.

Necesito irme a casa. - Se incorporó y me miró confundido, luego me sonrió y asintió.

¿Sin desayuno? - Miré hacia su cocina y noté el resto de waffle quemado, él siguió mi mirada y lo comprendió. - Ja, es cierto, arruinaste el desayuno.

¿Yo lo arruiné? - Se encogió de hombros mientras me sonreía.

No importa, te llevo.

Ninguno de los dos mencionó nuestro pequeño encuentro y en realidad fue una sabia decisión. El camino a mi departamento en su auto fue bastante silencioso, no preguntó en ningún momento por mis indicaciones y sin embargo llegó a destino sin ningún inconveniente. Cuando detuvo el auto y se hizo un silencio incómodo desabroché mi cinturón de seguridad y me preparé para bajar.

Oye… - Miré en su dirección esperando lo que tenía para decir. - Supongo que escuchaste también la parte sobre Bankotsu. - Asentí, no tenía sentido negarlo. - …Me parece arriesgado que sigas intentando atraparlo sola.

Vaya, ¿Estás preocupado por mi?

Te encantaría. - Musitó y desvió la vista evitándome. - ¿Cómo siguen tus manos?

Las miré con su recordatorio, la zona de mis uñas arrancadas tenía un tono ligeramente más rojizo que el resto de mi piel, pero solo ardía si lo tocaba.

Bien. - Me tomé un momento para responder lo siguiente. - No estoy en esto porque me agrade, seguir con la investigación es parte de mi trabajo.

Suspiró y asintió.

Entonces medita la idea de trabajar conmigo. - Lo miré confundida. - No me mires así, el sujeto es inversor de mi empresa, tengo más información de la que podrías llegar a obtener por tu cuenta.

¿Y si te descubre?

Supongo que mi padre por ahora no quiere tomar represalias en su contra, es mejor seguir fingiendo demencia. Si ese es el caso, tu puedes seguir reuniéndote con él, lo planearemos mejor y me mantendré cerca en el caso de que llegaras a necesitarme. En un par de meses deberíamos tener nuestros objetivos cumplidos.

¿y cuál es tu objetivo?

Destruirlo, hemos tenido riñas desde hace años, ambos nos odiamos y hacerlo perder todo parece satisfactorio para mi, una victoria personal.

Asumo que él es youkai igual que tú. - Musité.

Claramente más débil que yo. - Me reí, no dejaba de sorprenderme lo vanidoso que podía llegar a ser.

Honestamente creo que es más apuesto… - Me miró enfadado.

Y obviamente tienes un pésimo gusto. - Sacó el seguro de la puerta y me evitó una vez más. - Deberías entrar, tu novio debe estar esperándote, sólo se buena y cúbrete ese pequeño moretón.

¿Eh? - Me miré en el espejo retrovisor y entendí a qué se refería. Un llamativo hematoma entre rojizo y morado se dejaba ver, creando un halo alrededor de su mordida en mi cuello.

La culpa volvió a mi y asentí, con el recuerdo de sus caricias quemando mi piel como hierro caliente; aunque esta vez ya no se sentía tan placentero, no con el peso constante de ser una mierda traicionera con Dai, definitivamente tenía que terminar esa relación.

Me bajé del auto y él me sonrió desde el interior.

No te sientas tan culpable, el deseo es un instinto difícil de controlar, eres una simple humana después de todo. Gracias por el buen rato, cuídate.

Fruncí mi ceño y di media vuelta, sus frases de mierda siempre me hacían sentir terrible. Subí el ascensor hasta mi piso y suspiré cuando las sospechas de Inuyasha se cumplieron, encontrando a Dai nuevamente allí, sonriéndome.

¿Qué haces aquí? - Pregunté.

Quería saber cómo te había ido anoche, sigues con el mismo vestido de fiesta. - Miré mi cuerpo y sonreí con tristeza, era cierto.

Me acerqué a la puerta y saqué la llave de mi pequeño bolso para abrir.

¿Te quedas un rato? Necesito hablar contigo. - Dai me miró con una expresión extraña en sus ojos, una mezcla dolorosa entre preocupación y tristeza.

Asintió y sonreí antes de entrar, intentando no espantarlo antes de tiempo; tenía que ser responsable, tenía que terminar esa relación.

¿Quieres un café? - Pregunté mientras buscaba ropa más cómoda en mi habitación.

Seguro. - Respondió desde la otra habitación.

Me vestí con un jeans ajustado y una camiseta blanca holgada. Llené de agua el hervidor y preparé dos tazas, recordando que Dai sólo tomaba café sin azúcar. Me senté frente a él luego de entregarle su porción y bebió un sorbo luego de soplar.

¿Qué es lo que quieres hablar? - Preguntó.

¿Cómo te sientes conmigo? - Me miró confundido e intenté explicarme mejor. - Ya sabes, ¿Te sientes querido por mi?

Por supuesto que sí, hacemos un buen equipo juntos, somos compañeros de vida. - Me sonrió y tomó una de mis manos.

Sonreí con el alma llena de tristeza, porque pese al poco cariño que le entregaba últimamente, de alguna manera él seguía agradecido conmigo.

Estos días me han pasado algunas cosas que me han hecho replantearme ciertas partes de mi vida…. - Comencé, no era necesario ahondar en las "cosas". - Una de esas partes es nuestra relación. - Bajó su mirada al tazón y guardó silencio, obligándome a seguir hablando. - Tu y yo… Creo que dejamos de funcionar desde hace un tiempo.

¿Funcionar?

Juntos.

Oh… - Sólo entonces pareció comprenderlo. - Kag, sé que he estado un poco ausente los últimos meses, pero puedo mejorar.

Nunca has sido el problema Dai, eres un excelente chico y…

Escucha, puedo intentar que pasemos más tiempo juntos, quizás salir de vacaciones, intentarlo.

No, no es nec…

Puedo pedir unos días y…

¡No! - Exclamé exasperada. - No eres el problema… yo lo soy.

Por supuesto que n...

¡Fui yo quien se acostó con alguien más! - Ahí estaba, vómito verbal. No necesitaba convertirme en un ser cruel y despiadado contándole todo al respecto, sin embargo su negación había reventado mi paciencia. Me miró confundido, pasando de la negación al dolor. - Lo siento, estaba en una monotonía constante y entonces alguien me hizo sentir distinta…

¿Cuántas veces? - Preguntó, mirando su café con atención.

¿Importa?

¡¿Cuántas veces?! - Su grito me sobresaltó.

Sólo una. - Asintió y se puso de pie, lo vi caminar de un lado a otro mordiendo sus uñas y me sentí sucia, culpable de su estrés. - L-lo sient…

No importa, podemos superar esto. - Me sonrió y se acercó a mí, esta vez tomando mis manos entre las suyas. - Puedo comprender que buscaras adrenalina, un subidón de energía.

Ladeé mi cabeza como un cachorro perdido mientras intentaba comprenderlo, ¿Dónde estaba su amor propio? ¿Yo se lo había arrebatado sin darme cuenta?

No no… Escúchame Dai yo…

Su teléfono sonó liberándolo de la conversación por un instante. Contestó de inmediato y habló un par de palabras, sin embargo luego guardó silencio escuchando lo que le decían del otro lado.

Voy enseguida. - Musitó y cortó. Tomó su chaqueta y se la puso con rapidez. - …Mi madre, la han hospitalizado de urgencia.

Dios, ¿por qué justo ahora?

Me puse de pie de inmediato.

¿Quieres que te acompañe? Puedo llevarte. - Se veía tan poco racional que tuve miedo de que algo pudiera pasarle.

Asintió sin dudar y yo busqué un cardigan para abrigarme, saqué la copia de llaves de mi auto, esperando que Inuyasha hubiera cumplido su palabra con respecto a regresarlo donde correspondía. Bajamos juntos en el ascensor, lo miré de soslayo y suspiré, de pronto la idea de continuar la conversación parecía ser simplemente mala.

Al llegar al estacionamiento apreté el botón para quitar la alarma y me relajé por completo cuando efectivamente mi auto respondió. Nos subimos con rapidez y manejamos en dirección al aeropuerto, definitivamente viajar en bus a Osaka no era una opción. Me concentré en la calle y los semáforos, intentando no establecer demasiado contacto con la persona a mi lado.

Gracias por esto. - Musitó.

No te preocupes.

He decidido perdonarte. - Continuó. - Puedo perdonarte todo, sólo déjame intentarlo, déjame intentar volver a encantarte.

Me detuve en el semáforo en rojo, me giré hacia él y me miró fijo mientras yo me hundía en el olivo de sus ojos; sonreí con tristeza, realmente no quería hacerle mas daño, Dai no se lo merecía.

Hablémoslo luego. - Asintió y yo aceleré.

Mi teléfono sonó a mitad de camino y contesté en modo automático.

¡Kag! - La voz de mi mejor amiga resonó en la radio conectada a mi celular.

Hola tú.

Hola, ¿Estás ocupada hoy en la noche? - Preguntó.

De hecho si, voy camino al aeropuerto ahora mismo, con Dai.

¿Sucedió algo? Suenas agitada.

Su madre ha sido internada en el hospital, aún no sabemos muy bien el por qué.

Oh… - Un silencio incómodo y un murmullo que no alcancé a distinguir. - Que lástima, iba a invitarte a mi pequeña reunión, Miroku e Inuyasha querían verte.

Mi corazón dio una puntada de pánico, sin embargo Dai no pareció inmutarse.

No puedo, lo siento, salúdalos de mi parte, otro día será.

Aja. - Musitó. - Dale un abrazo a Dai de mi parte, realmente espero que todo esté bien.

Gracias Sango. - Se unió mi novio a la conversación.

Y Sango cortó.

Esperé con miedo por alguna pregunta al respecto, sin embargo no dijo nada. Sólo entonces comprendí que probablemente aquel viaje sería mas largo de lo que esperaba.


'

(Perspectiva de Inuyasha)

Al volver a casa luego de ir a dejarla sólo dormí un par de horas más, su aroma permaneció en el ambiente hasta que mi nariz se acostumbró. Tal y como había acordado con Sango me dirigí hacia su casa cerca de las dos de la tarde a almorzar, poniendo de mi parte para mantener la amistad. Corté las verduras mientras ella se encargaba del arroz en silencio.

– ¿Vas a explicarme por qué estás más callada de lo habitual? - Pregunté de pronto. - No obtuve respuesta. - ¿Alo?

– ¿Vas a contarme por qué tienes el aroma de Kag impregnado en tu cuerpo?

Oh oh… había olvidado ese pequeño gran detalle: Sango era capaz de sentir las esencias como yo.

– Ahm.

– ¿Ahm? ¡¿AHM?! - Me apuntó con el cuchillo carnicero y me hice hacia atrás por instinto. - ¿TE COGISTE A MI MEJOR AMIGA TU JODIDO IDIOTA?

Bien, no recordaba haberla visto tan enojada en el montón de años que llevábamos siendo amigos, quizás esta vez realmente había metido la pata.

– Pff, por supuesto que no. - Respondí seguro. - Es una humana, que mierda dices. - No dejó de apuntarme. - Puedes bajar el arma blanca por favor…

– Dime la verdad o el cuchillo no se va. - Respondió tajante.

– No es como si pudieras realmente herirme…

– Amaría intentarlo. - Suspiré.

– Okey si lo hice, pero fue sólo una vez, lo juro.

– ¡¿La obligaste?!

– ¡Por supuesto que no! ¿Qué clase de monstruo crees que soy?

– ¡La engatusaste!

– Honestamente creo que ha sido al revés, he sido una simple víctima en todo esto sabes…

Me miró con el ceño fruncido y luego llevó sus manos a la cabeza, intentando controlar al parecer una jaqueca.

– Joder, como es posible que no puedas mantener tu miembro dentro de tus pantalones, ¡Ni siquiera con mi mejor amiga!

Me largué a reír, aquella frase era demasiado divertida para evitarlo. Sin embargo eso la hizo enfadar mas.

– ¿Qué pretendes? - Continuó.

– Nada.

– Mientes.

– Por supuesto que no, ambos necesitábamos divertirnos, sólo ha sido eso. Por favor Sango, hablas de sexo como si fuera realmente un pecado.

– El pecado no es el sexo idiota, Kagome tiene novio, ¡ha engañado a su novio por ti!

– No me molesta compartir de vez en cuando, sólo quería probar un bocado, Dai lo comprenderá.

Me miró incrédula y fue por su teléfono de inmediato. Marcó con rapidez y no supe quien era hasta que escuché la respuesta del otro lado.

– ¡Kag!

– Hola tú. - Por algún motivo su voz suave aceleró un poco los latidos de mi corazón. Me concentré en escuchar.

– Hola, ¿Estás ocupada hoy en la noche? - Preguntó mientras me miraba, yo entrecerré mis ojos.

– De hecho si, voy camino al aeropuerto ahora mismo, con Dai.

Sonaba un poco angustiada.

– ¿Sucedió algo? Suenas agitada.

– Su madre ha sido internada en el hospital, aún no sabemos muy bien el por qué.

– Oh… - Sango me miró y susurró un "no puede venir" yo me encogí de hombros, la verdad no me importaba demasiado. - Que lástima, iba a invitarte a mi pequeña reunión, Miroku e Inuyasha querían verte.

Puse los ojos en blanco y seguí cortando vegetales.

– No puedo, lo siento, salúdalos de mi parte, otro día será.

– Aja. - Musitó. - Dale un abrazo a Dai de mi parte, realmente espero que todo esté bien.

– Gracias Sango. - La voz de Dai de pronto me hizo apretar mis puños y entonces Sango cortó.

Me giré enfadado.

¿Cuál es tu estúpido plan ahora?

Escúchame bien Inuyasha. - Se acercó a mí y me miró seria desde su altura. - Si Kagome hizo lo que hizo, no ha sido una decisión simple para ella, vas a meterla en problemas, vas a costarle su relación… y no quiero eso, por primera vez en mucho tiempo la veo feliz, no quiero que destruyas eso, Dai realmente la ama, ¿puedes mantenerte al margen?

Pero si eres tú quien quería invitarla aquí.

Los quiero a ambos como amigos, compartiendo juntos, realmente creo que podrían llevarse bien.

Bastante bien de hecho… - Recibí un manotazo en respuesta a mi tono lascivo. - Auch, okey Sango, puedo intentar ser amigo de Kag por ti.

Oh, ahora es Kag… - Mierda.

Ya cállate. - Me giré para seguir en lo mío y la escuché reír.

Cuando quieras sentar cabeza con alguien siempre tendrás todo mi apoyo, mientras sigas siendo un prostituto, no lo seas con Kagome. - Me reí y asentí.

Comprendo el punto, pero no te preocupes querida, no tengo interés en sentar cabeza, la monogamia no me sienta para nada.

Aja, lo sé. - Me abrazó y me sonrió. - Gracias por comprenderlo, te adoro.

Como sea.

El resto de la tarde fue bastante agradable en compañía de mis mejores amigos, Sango no dijo nada a Miroku y en realidad pese a que probablemente mi amigo también había notado el aroma rondando en mí, prefirió simplemente fingir demencia. Por un segundo durante la noche pude imaginar a Kagome sentada junto a nosotros y sonreí de forma instantánea, probablemente estaría siendo sarcástica como siempre, con esa maldita sonrisa adictiva.

Decidí cuando se hizo tarde quedarme a dormir allí, me lavé la cara en el baño y me observé en el espejo; las marcas rojizas amoratadas en mi cuello aún estaban allí, provocadas por la lujuria y el deseo de la maldita mujer que ocupaba mi mente mas de lo necesario ultimamente. Me metí en la cama cerca de las cuatro de la madrugada cuando estábamos lo suficientemente ebrios para detenernos y me dormí casi al instante.

Sorprendentemente mi último pensamiento antes de dormir volvió a ser ella.


'

2 semanas después.

Busqué en mi closet una camisa que combinara con mi traje formal, como día lunes apenas pude sentir ánimos de levantarme, sobre todo cuando había permanecido gran parte de la noche encargándome de almas perdidas, tal y como mi padre me lo había solicitado. Manejé distraído a la oficina, fui recibido con una sonrisa habitual y encantadora de mi recepcionista, quien se puso de pie de inmediato para recoger mi chaqueta.

Buenos días señor Taisho, alguien ha llamado para verlo, su nomb…

Hoy estoy ocupado, rechaza todas las llamadas, todas las reuniones, tengo suficientes para llenar el día. - Subí el ascensor y ella entró conmigo.

Eso es lo que quiero decirle, lo que pas…

¿Miroku ya llegó?

Sí señor, lo está esperando arriba.

Genial. - Al llegar al piso 14 caminé hacia mi oficina, sin embargo mi recepcionista aún permanecía a mis espaldas. - Eso es todo Azami, muchas gracias.

No señor, es que no me ha dejado hablar… - Abrí la puerta de mi oficina y entonces una silueta femenina permaneció de espaldas a mi, parecía estar interesada en mi escritorio.

Me miró por sobre el hombro, me sonrió y entonces sentí mi cuerpo derretirse con ese pequeño y simple gesto.

Kagome… - Susurré.

Le dije a la señorita Higurashi que no podía entrar a su oficina, pero al ser oficial de detective no tuve otra opción.

No te preocupes Azami, gracias, puedes dejarnos solos. - Mi secretaria guardó silencio y asintió antes de salir, no sin antes mirar con recelo a Kag. Esperé a sentir el sonido de la puerta al cerrar para volver a hablar. - ¿Y esta inesperada sorpresa?

¿Inesperada sorpresa? ¿No es algo repetitivo? Las sorpresas tienden a ser inesperadas. - Se sentó en mi escritorio con aquella gracia característica, esta vez llevaba una blusa de manga larga en blanco, con un escote redondo y elegante que apenas me dejaba ver el inicio de sus pechos, en conjunto con una falda azul marino ajustada que llegaba un poco más arriba de sus rodillas. Las medias negras semitransparentes cubriendo sus piernas le dieron ese toque de sensualidad a su atuendo formal y su coleta se movió suavemente, dándole un toque divertido e infantil con sus bucles casi alcanzando su espalda baja.

Sonreí y me acerqué.

¿Qué tal la vida mocosa? - Musité mientras me sentaba en la silla tras mi escritorio, obligándola a girarse levemente para seguir el contacto visual.

Aburrida, como siempre. - Resopló y jugó con uno de mis lápices entre sus dedos. - Fue bastante emocionante discutir con tu recepcionista, de verdad se toma enserio su trabajo.

Para eso le pago. - Su risa melodiosa invadió mi oficina y de pronto lo que prometía ser un día rutinario se transformó en una aventura, una carrera por hacerla reír tantas veces como pudiera. - No deberías estar aquí, puedo llamar a los guardias sabes…

¿Realmente no me quieres aquí? - Fingió estar herida y luego desvió la mirada. ¿Cómo lograba siempre coquetear con el mínimo esfuerzo? Porque estaba coqueteándome… ¿Verdad?

Digamos que he recibido un llamado de atención la última vez que nos vimos… - Me miró confundida. - Sango.

¿Sango?

Resulta que el olfato de mi especie es el sentido más desarrollado y nuestra manera de marcar lo que nos pertenece, es impregnando nuestro aroma en el otro. Ese día que te fui a dejar a casa, luego pasé a verla, sintió tu aroma en mi.

Oh… - No parecía demasiado preocupada.

Ajá. Pero bueno, ambos hemos aprendido que fue un error, no volverá a repetirse. - Me sonrió y asintió. - ¿Meditaste mi propuesta de trabajo?

Yep, por eso estoy aquí. He hablado con Ryoga, me ha recomendado trabajar contigo.

Ryoga es…

Mi jefe.

Ah, comprendo. ¿Y sólo has cambiado de opinión por eso? - Negó con la cabeza y miró hacia el frente, ignorándome por completo mientras jugaba con sus manos.

Verás… Después de nuestro último encuentro me he cuestionado un poco las cosas.

Follar con el diablo te ha hecho cuestionarte la existencia… esperable, puede llegar a ser una experiencia religiosa. - Puso los ojos en blanco de inmediato.

Decidí terminar mi relación con Dai. - Aquello llamó de forma inevitable mi atención. - Gracias a mi mala suerte no pude hacerlo, no cuando de pronto recibió una llamada avisando que su madre estaba enferma.

En resumen te has quedado a su lado por lástima.

Mi labor era acompañarlo, pero ahora que su madre está bien hemos decidido tomarnos un tiempo al volver a Tokio.

Auch, no tienes corazón.

¿Cómo voy a quedarme con él después de todo lo que pasó?

No entiendo ese fanatismo por la monogamia en ustedes los humanos, las cosas son mucho más entretenidas cuando no se amarran a eso.

Ajá, me imagino. - Me ignoró por completo y movió sus piernas aún sentada, balanceándose levemente. - Así que eso, todo se ha vuelto incómodo, comprenderás que quiera pasar la menor cantidad de tiempo posible en mi oficina, con él rondando por allí.

¿Y planeas volver? - No fue necesario aclarar que me refería a su relación.

Quizás… la verdad es que tengo varias cosas en las que pensar, es una relación de años después de todo, es importante.

Vamos Kag, tu eres mas inteligente que eso, sabes que el tiempo no tiene nada que ver ¿no?, puedes conocer a una persona y sentir más en un instante que en un montón de años. - Caí en cuenta por su mirada que aquello parecía ser una reflexión demasiado profunda para el diablo. - O algo así me han dicho.

Supongo que sí.

Bajó del escritorio y fingió no escucharme

Entonces estás preparada mentalmente para destruir a Bankotsu.

Si prometes que será entretenido…

Muy entretenido.

Genial, porque me ha escrito hoy temprano. - Al menos esta vez pude comprenderlo sin juzgar, era fácil caer a voluntad en las redes de la chica frente a mi. - Quiere verme esta noche, ¿Puedes acompañarme?

Si eso te deja más tranquila… - Asintió. - Bien, cancelaré mis planes.

Si que eres un chico ocupado. - Me sonrió y contesté con el mismo gesto de forma innata.

Probablemente decida fingir demencia con respecto a todo lo que ocurrió. - Musité. - Usaremos eso como ventaja.

Hmm… - Miró por la ventana, probablemente era un tema que no le gustaba tocar. - Eso espero.

De pronto Miroku entró sin tocar la puerta, algo habitual para ambos, sin embargo la expresión de su rostro al ver a Kagome de pie frente al ventanal fue impagable.

¡Kag! - Un grito más animado de lo necesario.

Buenos días Miroku, ha pasado bastante tiempo desde la última vez que te vi.

¡Mucho tiempo! - Sonreía nervioso, quizás controlando sus ganas de indagar más en la situación. - ¿Qué haces aquí?

Pasaba por aquí y he venido a saludar, además Inuyasha me debía un favor. - Ambos me miraron y yo asentí, supuse que era mejor guardar el plan en secreto.

Un pequeño favor, de todas formas ya se va, Kagome tiene que seguir trabajando en sus cosas.

La aludida asintió sonriente, se acercó a mí y se estiró de puntillas para dar un beso en mi mejilla derecha, el toque de sus labios me estremeció e intenté disimularlo mientras ella tomaba su abrigo de la silla frente al escritorio.

Saluda a Sango por mi. - Exclamó a Miroku mientras se despedía de él antes de salir.

En tu nombre Kag. - Respondió mi mejor amigo.

Una última mirada de sus coquetos ojos chocolate dirigida hacia mi en complicidad absoluta me hizo sentir afortunado. Guiñé un ojo y ella bajó la mirada, en un sonrojo sutil y adorable a la vez. Desapareció y yo me quedé embobado en ese último gesto hasta que un carraspeo de Miroku me trajo de vuelta a la realidad.

¿Vamos a hablar de esto?

¿Qué es esto? - Fingí demencia mientras ordenaba un par de cosas en el escritorio.

Sabes perfectamente a qué me refiero.

Vamos, sólo estamos divirtiéndonos un rato, no hagas el papel aburrido de Sango. - Tomó aire para rebatir, sin embargo guardó silencio.

Se sentó frente a mí, con el rostro mas serio posible y me miró fijo.

¿Cómo ha estado?

¿Qué cosa?

Cogerte a una humana, si mal no recuerdo te lo has prohibido a ti mismo desde hace siglos.

¿Cuándo te conté eso?

En casa de sango hace un par de meses, después de unas 15 botellas de gin. - Asentí.

Cierto. - Mentí, no lo recordaba en absoluto. - Ha estado… interesante. - Respondí honesto.

Sonrió y cruzó sus brazos tras la cabeza, mientras se recargaba en el asiento.

Es bonita de todas formas, en una mirada objetiva por supuesto.

Si, supongo que si. - Prefería dar respuestas vagas a cada una de sus afirmaciones, después de todo mientras menos información obtuviera mejor. - Para pasar el rato ha estado bien.

Miroku era mi mejor amigo gracias a la oportuna intervención de Sango en elegirlo como pareja y presentármelo, pero a decir verdad debían pasar siglos para que yo lograra confiar en alguien a ciegas.

¿Vas a seguir viéndola?

Por supuesto, Sango quiere que nos llevemos bien después de todo. - Podía usar eso como excusa.

Asintió y suspiró.

Bueh, a lo que venía, tu padre llamó para recordarte que le debes un almuerzo a Izayoi.

Mierda…. - Lo había olvidado por completo. - Dile que iré hoy un par de horas. - Asintió.

¿Y tus reuniones?

Encárgate tú entre las doce y las tres de la tarde.

Miré mi reloj, eran cerca de las once, podía adelantar un poco de papeleo para no atrasarme. Miroku salió y yo pude al fin sentarme, levanté la pantalla del notebook y un papelito saltó con sutileza; en él había escrito un número de teléfono y un mensaje corto:

"Sólo llama si tienes algo importante para decir. K."

Sonreí, Kagome tenía una personalidad tan refrescante para lo que conocía como habitual en las mujeres que de algún modo esperaba sorprenderme con sus acciones… y lo fastidioso era que siempre lo lograba. Pobre Dai, de seguro el ya no ser dueño por etiqueta de la chica le estaba matando por dentro, ¿Cuántos habría haciendo fila por ella? Si lo pensaba de ese modo, aquel papelito con su número telefónico era prácticamente un trofeo.

Busqué mi abrigo y salí de la oficina a encontrarme con mi madre, llamaría a mi querida humana después de eso para planificar nuestra pequeña emboscada.