LOS PERSONAJES USADOS EN LA HISTORIA NO ME PERTENECEN, PERO SI LA TRAMA.

Fanfiction del manga Naruto y Naruto Shippuden, ambos pertenecientes a Masashi Kishimoto.

"Pensamiento"

Recuerdo*

- Diálogo -


Para Kakashi, todo fue muy rápido, cayendo a un vacío blanco todos juntos. Pero se despertó solo.

A su alrededor solo había bosque, árboles y el sonido de los animales. Parecía ser primavera.

Usando su sentido del olfato, busca reconocer su ubicación actual. Por el tipo de follaje sabía que aún era un bosque del país del fuego, lo cual era bueno porque podría ubicarse mejor a partir de allí.

Luego de caminar durante una hora, haciendo reconocimiento y buscando una pequeña aldea u caravana, sin éxito alguno sigue su camino hasta captar un aroma humano, una potente firma de chakra aproximarse a él.

Desenfunda su kunai, preparado para posible pelea. Normalmente, primero espera y trata de la manera fácil, pero todavía no sabe qué rayos ocurrió realmente, no sabe que tanto retrocedieron en el tiempo, ni cómo sería tomada su presencia. Hicieron un viaje sin retorno, no importa que alteren.

Su prioridad es encontrar a sus niños.

Vaya sorpresa se llevó cuando Tobirama Senju se mostró delante suyo, aunque lo sospechaba por su aroma, no estaba realmente acostumbrado a guardar el olor de una persona muerta hace 100 años. Solo lo vió en la guerra y ya está.

Si bien ambos estaban alerta y listos para un combate, ninguno se movió primero. No tenían intención de atacar.

- ¡Baja tu arma! No pretendo iniciar una pelea - El albino Senju habló primero.

- Solo si lo hacemos así mismo tiempo - Espera unos segundos hasta recibir una respuesta afirmativa - Tres... Dos... Uno - Ambos arrojan sus armas.

Una batalla de miradas, paranoicos respecto a cualquier ataque sorpresa. Nuevamente, Tobirama interrumpe el silencio - Sentí una pequeña fracción del chakra Senju en ti, pero también hay chakra Inuzuka. Dime ¿Eres un mestizo? -

- No, mí padre era un mestizo, yo no tengo un lazo directo a ningún clan - Y es cierto, su padre tuvo una madre Senju y un padre Inuzuka. La madre de Kakashi era una simple civil, a quien nunca tuvo el honor de conocer, porque murió en el parto. Lo único que sabe con certeza, es que sus últimas palabras hacia él, fueron - Te amo - El único consuelo que tiene, es saber que su madre lo amaba más que a nada.

- Debes acompañarme - Pacíficamente, le ordena. Y si de algo está seguro el Hatake, es que primero debe recomponerse, por ello, aprovechará su ascendencia Senju. Una vez sano y fuerte, podrá buscar a los chicos.

Así, emprenden marcha hasta la fortaleza Senju. Muy en lo profundo del bosque.

Con el paso de los meses, Kakashi supo que debía tener paciencia para poder encontrarlos. Lo primero que intentó hacer, fue hablar con Madara, por lo que insistió en demostrar ser de utilidad para el campo de batalla, también ganando la confianza del clan Senju, al cual siempre fue leal.

Lo único extraño, fue que cuando se encontró con Uchiha Madara, él no lo reconocía. Todo ocurrió así:

El sonidos de los jutsus, las espadas chocando, gritos de dolor y de odio era todo lo que había. Por sobre todo ese caos, Kakashi se acercó hasta donde estaban Hashirama y su oponente, cuando el Uchiha golpea al moreno, aprovecha para preguntarle - ¡¿Me reconoces?! ¡¿Sasuke?! ¡¿Dónde está él?! - Si cayó cerca de complejo Senju cuando llegó, era una posibilidad que Sasuke cayera cerca del complejo Uchiha.

Grata sorpresa se llevó cuando Madara no lo reconoció - ¡Siempre recuerdo un rostro! ¡Pero a ti no te reconozco! - Le grito eso, y siguió su combate con el líder Senju.

Fue la primera vez que el Hatake se sintió verdaderamente perdido desde que llegó a este tiempo.

Después de esa batalla, se volvió famoso entre los generales del clan Senju, su poder fue realmente destacado, lo único que los disgustaba era que no mataba a Uchiha, aunque tenía oportunidades, siempre prefería herirlos u dejarlos inconscientes. Pese a ello, fue reconocido su capacidad para pelear y liderar.

Trató de recolectar información del Remolino sobre algún Uzumaki rubio, pero sin resultados.

Mucho menos escucho de alguna médico errante de cabello rosa, porque él la conoce lo suficiente como para saber que ella ayudaría a los necesitados mientras los busca.

Más meses pasaron, llegó el otoño, los nuevos perros ninja que entreno volvían sin éxito alguno en la búsqueda de los chicos. Cada pueblo del país fue rastreado, ahora solo debía esperar para poder revisar los complejos. Infiltrarse sería difícil.

Hatake Kakashi, no se rendiría hasta encontrar a esa bolsa de idiotas que tanto ama. No comparten sangre, pero son su familia, incluso Sasuke.


Sakura se despierta, adolorida entre sus piernas, con una sensación de cosquilleo en algunas zonas de su cuerpo. Desorientada hasta que recuerda lo que ocurrió exactamente la noche anterior, y se reproduce con lujo de detalles en su cabeza.

A su lado, Madara, aún sosteniéndola, ambos completamente desnudos, cubiertos por una sábana.

Un sobresalto por parte de la mujer al caer en cuenta de todo. Su matrimonio era oficial, ahora era la matriarca Uchiha, ya no había vuelta atrás, no podían deshacerse del vínculo que formaron ayer. No cuando incluso tomó su inocencia.

¿Debería llorar? Ganas no le faltan, pero debe comprender que ahora su vida cambiaría. No puede llorar, no debe llorar. Tiene que distraerse. Entonces usa de su ninjutsu médico para calmar su ardor entre las piernas, muestra de que consumaron su matrimonio, incluso sangre seca sobre el futon.

Hasta donde sabe, no en todos los casos se sangra al tener relaciones sexuales, pero parece que ella si sangra.

Desde que se despertó, por fin trata de sentarse, pero la voz ronca de su esposo la espanta - Ahora que por fin estás despierta, deberíamos arreglarnos para despedir al resto de los señores de clan que invitamos - Obviamente se despertó antes que ella, no estaba cansado físicamente por lo de la noche. No era la primera vez que yacía con una mujer, además tiene una resistencia física increíble, pero sabe que ella no, por eso no la presionó tanto anoche. Incluso le permitió dormir plácidamente.

- ¿Por qué no me despertaste antes? - Ahora tiene responsabilidades que cumplir, y claramente, va a hacerlo bien. No va a arruinarlo en su primer día.

- Te veías cansada - Lo dijo en un tono como si fuera una excusa totalmente válida y justificable. Y probablemente si, una mujer cansada después de su noche de bodas, pero eso no le daba derecho a evadir sus responsabilidades.

- Pero... No es excusa - Ahora pudo sentarse, agarrando las sábanas para cubrirse.

- Bueno. Tenemos tiempo menos, se supone que Izuna vendría a avisarme una media hora antes de su partida - Cierra sus ojos y pone sus manos en su nunca, luciendo relajado en su pose - Supongo que ahora debemos arreglarnos - Repentinamente se sienta - Ven, debemos tomar un baño -

- ¿Debemos? ¿Los dos? ¿Es necesario hacerlo juntos - Todavía le da incomodidad que el la vea desnuda. Anoche se dejó llevar, pero ahora le da pena.

- Si, no hagas tanto escándalo. Ya toque y ví todo tu cuerpo - La cara de la mujer no podía estar más roja.

Y así fue, ambos se ducharon juntos. Durante ese tiempo no la presionó ni manoseo, tuvo la decencia de respetar eso, por lo menos. Cada uno con sus yukatas y uno sospechosamente a su medida, quizás fue una coincidencia. Ella caminaba algo raro, como cojeando.

Llegar a la habitación hizo a la pelirosa darse cuenta de algo - Espera ¿Qué ropa me pongo? - Mina siempre le traía algún kimono, pero ahora recuerda que su ropa no estaba allí.

Madara de cruzó de brazos observando la - Pensé que eras más lista, obviamente tienes prendas nueva y tradicionales de nuestro clan - El abre un mueble grande en el suelo, que tiene su ropa, a la de curiosa mirada jade le señala el cofre de al lado para que busque ropa.

Al abrir su nuevo mueble, nota las vestimentas oscuras con el abanico en la espalda.

Toma una azul púrpura. Es un vestido de dos piezas unido, de mangas largas y con un obi gris y un obijime lila, fue el conjunto que más le llamó la atención. Ropa interior de red, típica en un ninja, al menos algo igual que en su tiempo.

Primero se pone el brasier, luego, con cuidado, las bragas. Lentamente, se coloca el vestido metiendo desde su cabeza y sus brazos, hasta dejarlo caer sobre su cuerpo, ata el obi y hace un moño con el obijime lila.

Cuando se la vuelta para verlo, él ya había terminado y solo la esperaba a ella.

- Yuki vendrá a traernos un desayuno, siento su chakra cerca -

- ¿Quién es Yuki? - Nunca vió a alguien con ese nombre, y conoce a muchas mujeres del clan, no directamente, pero sabe de algunas.

- Yuki era una pequeña protegida de mi madre, ella la ayudaba con las tareas de la casa cuando mi madre no podía, luego atendía de mí y Izuna. Ahora nos servirá a nosotros -

- Entiendo - Asiente en afirmación a lo dicho.

Por acto de casualidad, justo tocan la puerta. Madara alza la voz para decirle que pase, la escuchan entrar y caminar hasta el comedor, en donde coloca la comida.

Queriendo conocerla, Sakura se dirige al comedor y se acerca a la mujer más grande, parecía tener entre 35 y 40 años, de piel blanca, mirada cansada, característicos ojos negros y cabello castaño claro.

- Hola ¿Eres Yuki, cierto? Yo soy Sakura - Una sonrisa por parte de la pelirosa al presentarse.

- Eh, si, yo soy Yuki - Tímida, mirando hacia el suelo, tal y como Hinata. Uno segundos de silencio después, vuelve a hablar - Hice unos huevos hervidos, con pescado frito y un poco de arroz. Pensé que probablemente querrían llenarse el estómago para recuperar energías - Un sonrojo en las mejillas de la mujer, parecía haber juntado mucho coraje para poder hablar.

- ¡Muchísimas gracias! - Es un gesto muy considerado de su parte, enserio le recuerda mucho a Hinata, le alegra un poco tener a alguien que pueda traerle una nostalgia tan bonita.

Cuando Madara entra al comedor, la castaña automáticamente baja la cabeza y hace una reverencia - Señor Madara - Aún con su mirada en el suelo.

- Ya puedes retirarte - Desde que él la conoce, ella siempre ha mirado al piso, incluso hubo tiempos en donde no paraba temblar en presencia de su padre, fue molesto. Algo que recuerda bien de su hermano mayor era que molestaba mucho a la joven aprovechando su timidez y falta de valor para acusarlo con su madre.

Sin pensarlo mucho, se retira haciendo su reverencias hacia ellos y saliendo apresuradamente.

- ¿Por qué te tiene miedo? - Su mirada verde se posa curiosa en él, pidiendo una explicación para la actitud de la mujer. El de mirada oscura solo levanta sus hombros sin importarle mucho. Un puchero se instala en los labios de la mujer al no recibir una respuesta concreta.

Mientras comían, Sakura hacia pregunta respecto a los líderes invitados, sus nombres, cómo debía dirigirse a ellos, y sí debía tenerles algún trato especial. Varias veces asistió a Tsunade en algunas reuniones, Shizune y ella debía tener cierta etiqueta para poder dirigirse de manera correcta a alguien importante.

- Sus nombres no tienen una relevancia real en este momento, no puedes usar sus nombres o sonará muy personal, solo debes dirigirte a ellos con respeto, son señores de clanes - Muy bien, entonces dirigirse con respeto y sin ningún trato demasiado especial. Pan comido - No puedes bajar la cabeza antes ellos, solo haces una reverencia para saludarlos y despedirlos. Tampoco puede desviar la mirada, siempre debes mirarlos a los ojos si te hablan. Eres mí esposa ahora, tienes mí estatus ahora, no puedes mostrarte sumisa ante nadie más que a mí -

Su cara mostró su molestia al oír lo último, sonaba demasiado machista. ¿Tendría que soportar eso por el resto de su vida? Es injusto - ¿Por qué solo ante ti? - Sí dice que es así solo por ser su marido, no respondería de buena manera.

Por suerte, él tenía otra respuesta - Eres mí igual en varios aspectos ahora, pero tienes un pequeño detalle en tu contra, no eres Uchiha por sangre. Puede parecerte insignificante porque nunca has estado en un clan, pero nuestro linaje es nuestro símbolo de honor, tú no lo tienes, y te parezca justo o no, eso te hace inferior -

- ¿Inferior? Huh - Es deprimente pensar que será así todo el tiempo.

- Por el momento, no puedes tomar sin mi supervisión o consentimiento - Dando su último bocado de arroz.

- ¿Por el momento? - Había una pizca de esperanza, quizás no sería tan malo.

- Podrás estar a mi par cuando estés completamente atada al clan - Toma un sorbo de agua, una pregunta brilla en los ojos verdes "¿Completamente atada al clan?" - Si, una vez tengas a mis descendientes -

Sus mejillas se ponen rojas - ¿Descendientes? - Olvidó el pequeño detalle de que cuando te casas, en la mayoría de los casos, se procrea.

De niña, no tenía muchos amigos y jamás tuvo hermanos. Solía sentirse sola en casa, sus padres trabajando, su única tía no tuvo hijos, la pelirosa nunca tuvo la suerte de jugar con primos. Así que le gustaba fantasear con que tendría 10 hijos, solo que ahora la idea suena descabellada y no piensa tener tantos niños, pero aún así, soñaba tener una gran familia.

- Si, descendientes. A menos que no puedas tener hijos - Esa era una posibilidad.

- Desde luego que puedo tener hijos. ¿Tú puedes? - Tenía la costumbre de hacerse auto revisiones para mantener una constancia en su salud, no encontró ninguna anomalía en su cuerpo y tiene sano su aparato reproductor femenino.

- En la primera línea de tiempo, estuve casado y tuve un hijo -

Extraño, eso no se mencionó en los libros de historia - No hay registro de eso, solía estudiar mucho de historia, habría sabido eso -

- Fue un matrimonio discreto, solo lo sabían entre el clan -

- Entiendo - A estás alturas, ambos ya habían terminado su desayuno, entre su plática. La nueva ama de llaves entra al comedor, y empieza a recoger todo. Madara se pone de pie, sin intención de ayudar a Mina, pero como Sakura es una buena amiga - Permíteme ayudarte -

- No tenemos mucho tiempo, debemos irnos -

- Descuida, puedo hacerlo sin problema - Su inexpresiva amiga trata de tranquilizarla.

Sin paciencia alguna, toma del brazo de su esposa y ambos se marchan del comedor. La mujer colorida, se opuso a ser llevada - ¡Espera! Tengo que peinar mi cabello -

- Ni siquiera parece despeinado -

- No todos llevamos el cabello picudo como rocas en la orilla del mar. Además, tengo el cabello corto, se peina fácil - Lo ve seder a se pedido, de mala gana, entonces ella rápidamente se dirige a la habitación y busca un peine.

Y tal como dijo, su cabello fue fácil de desenredar, ni siquiera le tomó 5 minutos.

Luego del pequeño contratiempo, salen de la casa, sin apresurar su andar, se dirigen a la puertas de la fortaleza. Para su suerte lograron llegar antes, para esperar a sus invitados y poder despedirlos. Entonces los ven llegar, Cada quien acompañado de sus caravana, alrededor un escuadrón Uchiha supervisando el orden y guiando hacia la salida.

- Ha sido un honor poder recibirlos en nuestro hogar, sobretodo en una celebración tan especial -

Por supuesto, cada quien correspondiendo con distintas respuestas. Claro, hasta que la concubina del líder Hagoromo habla - Vaya que es cierto el rumor de que los Uchiha son amantes muy apasionados, su mujer aún se ve cansada - Era una mujer que rondaba los 30 años, y tal parece era algo chismosa, pero no más intencionada.

Un atrevimiento por parte del líder Kurama - No puedo marcharme tranquilo sin antes poder decirle que debo tomarme la libertad para elogiar correctamente a su esposa - Dejando de mirar a Madara, la observa a Sakura - La diosa Benzaiten estaría envidiosa de su belleza, la palabra «hermosa» no puede hacerle una verdadera justicia a su belleza - Aunque fue descarado, no lo suficiente como para ser irrespetuoso, solo adulador.

- Si, supongo que tiene razón, mi esposa realmente posee una belleza divina, y debo agregar, realmente exótica - Por supuesto, cada vez que el líder Uchiha puede presumir su superioridad, incluso en elegir a su compañía, obviamente lo hará con gusto. Desde niño vió como su padre y su tío presumían a sus esposas, él no será la excepción.

La pelirosa realmente no esperaba eso, sonaba sincero, y parecía mostrarla con superioridad, le avergonzaba, pero le agradaba la sensación que dejaron sus palabras en ella. Se sintió muy hermosa por momentos.

En un breve momento, su mirada se topó con la de la matriarca Hyuga, fue un completo déjà vu, pues delante suyo tenía a la viva imagen de Hinata. La miraba con una sonrisa discreta, colocando una mano sobre su boca para cubrirse. Es mujer, lucía más madura que Hinata, pero tenían el mismo cabello, la misma expresión suave, su piel pálida, la misma postura delicada y tímida. El pequeño niño que estaba a su lado, agarraba firmemente el kimono de su madre. La escena era tierna.

Por supuesto, unas formalidades más de cortesía, y las caravanas se marcharon, algunas con más velocidad. Pero todas se perdieron en el bosque, hasta que salieron de su territorios, fueron custodiados por el escuadrón Uchiha que marchó con ellos, como media de precaución.

- Ahora debemos ir a los calabozos. El prisionero de ayer necesita atención médica - Sin una expresión, frío y seco para hablar sobre ese Senju.

- ¿Qué planeas realmente? Algo me dice que no lo perdonarás solo porque si - Un motivo debía haber, los prisioneros de guerras nunca se liberan, mucho menos un Senju en un calabozo Uchiha.

- No te falla tu intuición - A media que iban acercándose más y más hacía su nuevo destino, él le explica - Solo necesito que corra la voz sobre ti -

- ¿Sobre mi? - Ahora realmente curiosa.

- Al principio creí mejor mantenerte en secreto, pero eres una adquisición muy valiosa como para ser silenciada -

- No soy una cosa -

- En cuanto a la adquisición me refiero a tu ninjutsu -

- Bien. Pero entonces quitarás el factor sorpresa del porque todos están sanos - Ella no tenía planeado aportar realmente a la guerra, pero siendo Shinobi siempre es fundamental mantener algunos As bajo la manga.

- Es una guerra que se ha estado librando durante incontables años, una ventaja sobre ellos es admitir una victoria - Hasta el momento, Hashirama Senju tenía un don para curarse y algunos Uzumaki podían tener la habilidad especial de una mordida sanadora. Que los Uchiha tuvieran una médico capaz de curar cualquier herida a otras personas, era una ventaja completamente única que no iba a desperdiciar.

- No quiero ser participe de esta guerra - Se niega rotundamente a serlo.

- Supuse que pensarías así - Sospechosamente se ve muy tranquilo con su negativa.

¿Debería preguntar o ver sus planes primero?

- ¡Mi señor, mi señora - Dos hombre que custodian la entrada del calabozo los saluda. Una reverencia y vuelven a una postura rígida. Ambos parecían jóvenes y entusiastas, cabellos de morado y otro de verde oscuro, miradas oscuras como la noche y uniformes sin armadura.

- No hace falta tanta formalidad conmigo, pueden decirme solo Sakura - Agregando en un murmuro - Además, casi tenemos la misma edad -

Los muchachos se miran entre sí, confundidos, y luego miran a su líder - Solo entremos -

Guiada por el hombre mayor, pasan algunas celdas en el camino. El olor es horrible, huele a enfermedad y mala higiene. Por lo que pueden ver, sus prisioneros son torturados y dejados en malas condiciones al borde de la muerte. Definitivamente no le gusta esta parte del lugar.

- Que horror - Dice por lo bajo. Ella siempre tuvo aberración por la crueldad, y esto era crueldad pura.

Fingiendo ignorarla, hasta que llegaron al calabozo del Senju. Izuna estaba con él, le había clavado pequeñas dagas en los brazos, torturando lo, como sí estuvieran jugando su cuñado se ve divertido.

- ¡Hermano, cuñada! ¡Felicidades por su matrimonio! ¿La pasaron bien anoche? - La última pregunta hecha con tono atrevido.

Para Sakura recordarlo aún es vergonzoso, desvía su mirada al suelo con la mejilla rojas, en su memoria fresca como le quitó su inocencia.

- Que no te avergüence, es normal cuando te casas - Aunque hablaba tranquilamente con ella, de fondo oía los lamentos del prisionero, lentamente sacaba cada daga de sus brazos, en su oscura y retorcida diversión.

- Ya debería empezar a curarlo - Se apresura a acercarse para evitar que el hermano menor de su esposo prolongue su dolor.

- Que pena que no podamos terminar, fue divertido, rata Senju - Como sí fuera un niño despidiéndose de su amigo para ir a su casa.

Ver al hombre herido, con una mirada de dolor y la sangre seca cubriendo su cuerpo, era algo que como médico estaba acostumbrada a ver, sabe que probablemente él tenga una reacción negativa hacia ella por su asociación con su enemigo - ¿Tú nombre es Takeshi, cierto? - Lo primero que hace es terminar de extraer los pequeño cuchillos de sus brazos, utilizando su chakra de tranquilizante.

Al principio parece sorprendido por no sentir dolor cuando ella quita los objetos clavados en él, luego parece recordar que ella está con el enemigo - ¡¿Qué crees que haces?! - Se sacude un poco para evitar su toque.

Ahí es cuando interviene Madara, acercándose y colocando su mano en el hombro del Senju, con un ligero apretón - Deberías apreciar nuestra amabilidad para curarte. ¿No quieres volver a casa? No podrás con todas esas heridas - Su mano se apretó más y más fuerte sobre su hombro, presionando una herida abierta, haciéndolo gritar de dolor cuando descolocó su brazo.

- ¡Espera! ¡Hay que curarlo, no dañarlo más! Creo que esto será más fácil sí nos dejan a solas - La presencia de sus torturadores solo hace más difícil su trabajo. Ella no tolera ese lugar, como no puede hacer nada por el resto de prisioneros, quiere irse lo antes posible.

Parece pensó un rato mientras ella termina por quitar los cuchillos de los brazos - De acuerdo, pero para que sepas, estaremos supervisando los otros prisioneros - Era un pequeño pasatiempo que hace mucho no hacía, junto a su hermano, ambos solían humillar y torturar a sus prisioneros.

Los hermanos Uchiha se marchan a una celda apartada, cuando ellos están lejos, ella al fin puede comenzar a sanarlo. En silencio, la mujer comienza su trabajo, cuando las heridas internas primero, algunas costillas rotas y otros huesos, después siguió con los cortes superficiales y desgarres de carne, por último los hematomas que el hombre tenía en la cabeza, prendas y torso. Todo ese tratamiento duro al rededor de una hora.

En todo el tiempo que sintió el chakra femenino, el hombre no iba a admitir que se sintió reconfortante.

Sakura trató de hacerlo lo más rápido posible. De fondo oía a los prisioneros gritar por el dolor que le imparten Madara e Izuna.

- Bueno, Takeshi, sé que es mucho pedir, pero deberás quedarte aquí al menos dos horas descansando, así no echarás a perder tu sanación - La ojijade realmente espera que puedan otorgarle dos horas de tranquilidad al Senju, para que pueda recuperarse como es debido.

El prisionero de guerra la observa en silencio unos segundo hasta que responde - Por supuesto que es mucho pedir, no seas estúpida, lo que más quiero es largar me de este maldito lugar -

Ignorando su actitud hostil, a sabiendas de que es normal esa reacción, ella le responde - Lo sé, pero debes recuperarte primero, estoy segura de haber escuchado que se hicieron una promesa tú y tu compañero - Fue algo muy noble de su parte, realmente le había conmovido el corazón.

- Eres una médico Uchiha y yo soy un prisionero Senju, debes ser muy estúpida para querer ser amable - Tiene esa mirada de desagrado - ¿Por qué intentas serlo? Soy tu enemigo -

- ¿Esperas que actúe de mala manera? - Lo dijo en tono bromista, para tratar de aligerar el ambiente tenso que hay por parte de él.

- ¿No es lo que se supone que deberías hacer? Todos los Uchiha son iguales. Deberían haber terminado con mí miseria -

- Eres injusto ¿Cómo trataría a un prisionero Uchiha los Senju? De la misma forma - Verlo bajar la mirada confirma su respuesta - No puedes quejarte por algo que tú harías también - La hace pensar en los pequeños hermanitos que conoció en sus primeros días aquí, en Mina, Natsumi y mucho inocente que hay aquí - Solo concéntrate en descansar, luego podrás huir libre -

La ex Haruno se pone de pie, dirigiéndose a la puerta de rejas, a punto de irse, cuando se topa con uno de los chicos de la entrada - Mí señora ¿Me necesita? -

Totalmente sorprendida por su aparición tan repentina - ¿Qué haces aquí? -

- La ví que estaba por salir, venía a asegurar la puerta. ¿Puedo preguntarle si ya terminó con ese Senju? -

- Si, ya terminé, ahora solo debe descansar, al menos unas dos horas, luego podrás irse. Pero no deben molestarlo ni hablarle, o podrían echar a perder mí trabajo con él. Por favor, comuníquelo con el resto de guardias del lugar -

- Eso haré, no se preocupe. Si me disculpa mí señora -

- Sabes no hace falta decirme así - Le pone los nervios de punta saber que pueden tener la misma edad y aún así la trate como sí fuera alguien mayor.

- Usted es la señora del clan ahora, le debemos respeto, no solo por eso, también porque usted curó a mí padre. Tiene mí eterno agradecimiento y respeto - Era firme en su hablar, con el puño cerrado en su corazón - Será un honor protegerla - Completamente determinado en su juramento.

Segundos después mira detrás de ella, haciendo una reverencia repentinamente hasta que habla - Saludos mí señor -

Madara solo asiente con la cabeza, luego posa su mirada en ella - Veo que ya terminaste -

- Si. Senju Takeshi necesita mínimo dos horas de descanso, mental y físico, por lo que no pueden visitarlo. Ahora debe comer muchas calorías para recuperar energías - Por lo que vió, el prisionero estaba realmente delgado, no resistiría hacer un viaje hasta el territorio de su clan, al menos deberían darle una buena última comida.

- Es un prisionero enemigo - Eso fue todo lo que dijo Izuna para argumentar - Y si bien será libre, no podemos ser demasiado buenos con él - Le parecía estúpida la idea de mostrar tanta misericordia con su enemigo, quien habrá asesinado a algún Uchiha seguro, no se puede perdonar eso.

- De acuerdo, denle una buena última comida aquí - No podía creer que su hermano mayor fuera tan piadoso, en realidad le dolió que eligiera hacerle caso a esa mujer antes que a él, su propio hermano, quién lo conoce mejor que su esposa. Recién entró en sus vidas y acaparó todas la atención de su hermano mayor. Es injusto.

El joven guardia asiente, hace una reverencia ante ellos y se marcha para buscar lo pedido.

Cuando su cuñado pasó delante de ella su claro descontento era obvio, la fulminó con la mirada sin sharingan - Debo irme a atender otros asuntos - Y se marchó, con el enojo en la garganta, sin ver a su hermano mayor antes de irse.

Marido y mujer vieron al hombre joven marcharse enojado - ¿Por qué está enojado? - Pregunta ella.

- Quizás porque elegí hacerte caso a ti, debo admitir que siempre trato de mimar en sus caprichos a Izuna, él no está acostumbrado a que le niegue algo u no le haga caso - Nadie conoce mejor al Uchiha menor que Madara, siempre puede decir cómo estás exactamente.

15 minutos después, el guardia volvió con una bandeja llena de comida, no era una comida hecha con cariño, pero cumplía con el único requisito que pidió la pelirosa, mucha caloría.

- ¿Alguna vez Senju Takeshi te vió antes? - Pregunta la de mirada jade. Observa al chico negar con la cabeza - Bien, entonces llévale la bandeja y dile que debe mantener la calma, así podrá sanar adecuadamente -

- Eso haré - Hace una reverencia ante ellos y va a llevar la comida.

Madara le hace una señal para que lo siga. Entonces ambos se van del calabozo, dejando que él la guíe a través del complejo.

A su al rededor, los miembros del clan los observan pasar, la mujer de pelo rosa atrayendo la mirada fascinada de los niños pequeños por su diferencia física, le parecía muy tierno como la miraban. Su asombro infantil era un tesoro. Y ella adora a lo niños.

El resto de ese día fue un recorrido por algunos puntos importantes del complejo y en qué lugares específicamente ella tendría responsabilidades. El principal fue la zona médica que instalaron para sudo heridos, allí estaría a cargo de los heridos y las capacitaciones para otros futuros ninjas médicos. El segundo sector que es su responsabilidad, era el comedor abierto, dónde ella comía juntos a las otras chicas era el ala femenina, en total en total era una cocina abierta para todos los miembros del clan que lo necesitarán, huérfanos de guerra del clan. El tercer punto fue el campo de entrenamiento de kunuichis, se supone que ella debe ayudar a intruir a las mujeres Uchiha.

Según dijo Madara, por el momento, ese era el alcance de sus responsabilidades.

Cuando llegó la hora de ir a la cama, él no insistió en volver a tomarla, para su suerte. Para ser de las primeras veces que dormirán juntos en el mismo futón, la incomodidad inicial no les permite acurrucarse, aún así, ambos lograron tener una noche de sueño agradable.

Eso dió por terminado el día.



Nota de autor:
Ya estaba ansiosa por mostrarles que fue de Kakashi, y en los siguientes capítulos, que fue de Naruto y Sasuke. Para resumir la explicación, van llegando por estación, Madara y Sakura estaban tocándose, por eso llegaron juntos en la misma estación, el otoño.
Hasta la próxima, les deseó salud y buenos días.