Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

Advertencias: Ligero Limme.

~In-game.~

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Kohaku emitió un sonoro suspiro exasperado, quizá jamás en su vida se sintió tan frustrada como en ese momento. Miró a su lado, hacia Senku Ishigami, quien opuesto a ella, se veía sobre todo muy aburrido.

Debía ser eso, ya que el ceño fruncido del joven no podría ser por molestia.

—¿Entonces vas a decir algo o nos quedaremos toda la noche sentados frente a este pizarrón, Kohaku? —La miró de soslayo, apenas por el rabillo del ojo para comprobar si sus palabras tuvieron el efecto esperado en ella.

A pesar del tono aburrido, Senku Ishigami quizá estaba sólo un poco irritado esa noche.

Y no podría culparle por ello, el estrés comenzaba a causar estragos en todos los miembros del departamento.

Kohaku inhaló una bocanada de aire antes de tomar la decisión de hablar al fin.

—Treasure Island. —su voz ronca por el desuso resonó por la habitación más alto de lo que le hubiera gustado.

Esperó la reacción de Senku ante su idea.

Él pareció cavilar sobre algo en concreto, la manera en la que su mano se instaló frente a su rostro en ese gesto pensativo y especulativo tan típico en él le dijo a Kohaku que de una u otra manera estaba considerando su propuesta.

—New America City —No, de hecho él estaba haciendo una contrapropuesta—. La expansión del arco de la era de la exploración debería llevarlos a América, no a una isla para encontrar un tesoro ¿En qué beneficia eso al juego? —Senku se llevó el meñique al oído, desestimando por completo la propuesta de su compañera.

Y a Kohaku esto no le agradó. Ishigami desechó su idea sin siquiera considerar o preguntar primero por los detalles detrás de ésta. Fue el colmo que incluso él se atreviera a hacer otra propuesta tan de la nada, y sin consultarle a ella primero.

Se suponía que ambos eran productores creativos, y los más importante, socios y colegas. ¿A dónde relegó esto a Kohaku sino al principio de su asociación cuando aún era la chica de las capturas de movimiento?

Se sintió realmente indignada.

—Enriquecería a la trama y les daría a los jugadores la oportunidad de obtener más objetos y unidades, podríamos expandir el mundo de Stone Quest, Senku —Kohaku se levantó se su asiento para enfrentarlo con renovada determinación al defender su idea—. Añadir nuevos Mapas y personajes para enriquecer la historia con una pequeña subtrama del pasado y post petrificación…

—Tu idea suena más como una expansión independiente, Leona.

—Por supuesto que no, Treasure Island requiere de Stone Quest… piensa en ello como un DLC que ayudará al jugador en tu idea de New America. —Kohaku prácticamente se devanó los sesos en esa idea.

Quizá no era tan brillante como Senku pero consideró que su idea era realmente buena y necesitaba primero llegar a un acuerdo con Senku para posteriormente presentar la propuesta ante Ryusui y Sai para que aprobaran dicho concepto de expansión.

—Podría aprobarlo si me confirmas que no utilizarás de nuevo el Battle Royale para esta expansión. —Senku se acomodó en su asiento perezosamente, cruzando una pierna sobre la otra y enviándole una mirada perspicaz a su compañera.

Mierda, Kohaku definitivamente pensaba usar de nuevo ese recurso en el juego.

—Los jugadores deben enfrentarse al villano y su séquito de guerreros para defender…

—De acuerdo, creo que ya escuché suficiente por hoy —no la dejó terminar con lo que Senku estaba muy seguro que ella iba a proponer—. Escucha Kohaku, aún tenemos unas dos semanas para presentar el nombre y la propuesta a Ryusui y Sai, pero necesitamos llegar a un acuerdo para coordinar al departamento de arte y animación.

Se levantó para ir por sus cosas ante la atenta mirada de Kohaku, sin embargo él pudo captar a la perfección la molestia en el semblante y la postura de la chica. Dejarla con la palabra en la boca no era ni siquiera el principal catalizador de ese enojo en ella.

Y Senku lo sabía.

—¿Por qué haces esto? Esta es mi oportunidad para probar mis habilidades y demostrar que me merezco este ascenso —Kohaku se acercó y le habló desde atrás ya que él no parecía muy dispuesto a dignificar una mirada hacia ella—. Es como si intentaras tirar mi trabajo, ni siquiera me estás dando la oportunidad Senku, sé que Stone Quest es tuyo pero déjame manejar mi parte con la expansión, sé que esto es bueno. —alcanzó el hombro de Senku para tocarlo suavemente, esperando alguna palabra alentadora de su parte.

Kohaku sabía que Senku no era una persona egoísta ni mucho menos un idiota controlador, simplemente quería lo mejor para su creación, su amado juego.

Stone Quest se había convertido rápidamente en un éxito desde su lanzamiento un par de meses atrás. Y aunque Senku ni siquiera era un reconocido programador o diseñador, su idea fue innovadora y logró captar el interés de Ryusui y Sai Nanami para poder convertir esa idea en algo realmente grande.

No, Senku era sólo una pieza dentro de ese complejo y maravilloso equipo tras Stone Quest.

Equipo al que Kohaku pertenecía desde el principio, incluso si fue sólo prestando sus habilidosos métodos de combate en las capturas de movimiento durante los primeros días del proyecto.

Ahora, sin embargo, después de que Ryusui le otorgara la oportunidad de escalar peldaños tras sus visionarias propuestas creativas en el Battle Royale, Kohaku se esforzaría por hacer valer esa decisión.

—Sólo quiero ser realista, Leona. No es una buena idea para una expansión —Senku suspiró exasperado cuando al fin la confrontó—. Además sé que tienes pensado una interfaz para tratar de tener una mayor cantidad de jugadores simultáneos en el juego. Kohaku, eso es imposible sin comprometer la jugabilidad y los servidores. —la miró con seriedad.

En verdad la iniciativa y el compromiso de Kohaku por el proyecto realmente le agradaba a Senku, desde su perspectiva ella era una chica con potencial para ser una buena programadora si realmente se lo proponía.

Sin embargo esa Leona parecía imponer expectativas demasiado altas con recursos limitados.

—¿Quién te dijo eso? —Kohaku no esperó que él se enterara de sus planes, al menos no antes de la presentación del proyecto en la junta con Nanami Games.

—No importa quién me lo dijera, el caso aquí es que es algo imposible. Si encuentras una manera para hacerlo funcional y lo presentas durante la junta es Diez mil millones por ciento seguro que será un completo desastre.

Senku no quería ser "el villano" en esa asociación, pero definitivamente la idea de Kohaku no tenía futuro. Y no fue sólo por el proyecto que se opondría a tal cosa, sino también por la preciada oportunidad que ella tenía; estaría acabada si arruinaba esa presentación con su idea disfuncional e imposible.

—¿Sabes qué? —Kohaku se apartó de Senku como si él le hubiese dado una bofetada—. Entonces será mejor que cada quien trabaje en su expansión por su cuenta y presente su idea el día de la junta.

—¿De verdad vas a hacer esto Leona? Sabes que sólo quiero lo mejor para el proyecto…

—Entonces hazlo, trabaja por tu cuenta en tu idea —ella no lo dejó terminar e ignoró la mirada significativa que Senku le estaba dando—. Te veré en la junta, Ishigami.

Sin decir nada más, Kohaku le dió la espalda y salió de la que hasta entonces fue su oficina compartida con Senku, dejando a éste con un evidente ceño fruncido y la palabra en la boca.

Él reconoció lo testaruda que a veces podría llegar a ser esa Leona.

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Kohaku se inclinó para reclamar sus labios.

Ella podría albergar una reacción absurdamente fuerte hacia las cosas que le desagradan de él, pero es la misma intensidad hacia las cosas que ama y admira de Senku. Y los labios de Ishigami eran definitivamente de su agrado.

Por el semblante en blanco que tenía minutos atrás, no podía decidir de qué humor estaba hoy, pero el calor que emanó de su beso humeante dejó un ligero fuego corriendo hacia el sur.

Los dedos de Kohaku se deslizaron por su extraño y llamativo cabello, al principio trazando patrones suaves y delicados. Pero una vez que el beso se profundizó, progresando a ligeros mordiscos y aventurándose más abajo hasta su cuello, ella jaloneó los mechones de Ishigami con fuerza, casi guiando su boca hacia donde quería ser tocada por su lengua.

Él estaba tan animado como ella.

Senku y ella se tambalearon hacia atrás en la pequeña silla del cubículo, las rodillas de Kohaku se doblaron y ella cayó graciosamente en el regazo del chico. A horcajadas y tan cerca de él, que pudo sentir la longitud endurecida debajo de sus pantalones, lo que la impulsó a frotarse instintivamente y con más insistencia.

Las manos de Senku descansaron naturalmente en su trasero, alcanzando debajo de la tela de su vestido para sentir la perfección de éste.

Kohaku se inclinó hacia su oído para hablarle en una especie de susurro.

¿Te gusta Senku? —ronroneó, sin dejar de moverse sobre él de manera casi tortuosa.

Maldición, Kohaku. Estamos en la oficina, alguien podría entrar. —soltó, tratando de que su voz no tiemblara a causa del gemido que se negaba a dejar salir.

Ella se rió por el estado en el que se encontraba su compañero. Han sido muy pocas las veces en las que ha visto a Senku tan vulnerable por algo.

Y esa visión de él le gustó.

No hay nadie más, así que deja de preocuparte.

Anticipando la posible protesta que se avecinaba, Kohaku lo silenció con una viciosa caricia de sus labios sobre los de él y su lengua fue directo a su boca para acallar las palabras que no le importaba escuchar.

Y él fue incapaz de protestar, no después de las emociones reprimidas que ahora estaban explotando en su interior y manifestándose en su exterior, filtrándose cuando el calor aumentó.

La mano de Senku se deslizó aún más por debajo del vestido de Kohaku, apartando su ropa interior para estimularla profundamente con los dedos. Ni siquiera necesitó juguetear con su clítoris porque ella ya estaba tan húmeda así como él estaba indudablemente duro, pero lo hizo de todos modos sólo para escucharla ronronear.

Las manos de Kohaku también se pusieron a trabajar, apresurándose a abrir la hebilla del cinturón y bajar la cremallera para intentar quitarle los pantalones y los bóxers en la cantidad justa con la intención de aliviar su tensión. Ella lo miró fijamente a los ojos mientras liberaba su longitud, agarrándolo firmemente y acariciando con tal destreza que él casi soltó su carga como un virgen sin experiencia.

Lo que en realidad Kohaku cree que en realidad es, a saber, Senku rechaza cualquier idea de afección y las relaciones en sí.

O al menos así era.

Y está infinitamente agradecida por el giro de los acontecimientos, pero después de soportar sus días de silencio cortante y las miradas reprobatorias en los pasillos de camino a sus respectivas oficinas, a Kohaku le hubiera encantado que su encuentro incluyera una pequeña tortura en forma de juegos previos prolongados bajo su control.

Ella cambió de posición moviendo las caderas para apartarse de él, haciendo pensar a Senku que estaba a punto de levantarse de su regazo. Pero para su sorpresa, las manos de Kohaku se movieron hacia arriba para descansar sobre sus hombros y juguetear con los mechones de cabello que se adherían a su cuello húmedo. El roce de los dedos de la chica sobre su sobre estimulada piel lo volvieron loco, pero a pesar de ello él esperó pacientemente el siguiente paso estimulante.

Ella no se levantó. En lugar de eso, Kohaku envolvió nuevamente el miembro de Senku en su agarre y se quitó las bragas con su mano libre, para luego guiarlo hacia su entrada. Descendiendo sobre él con un movimiento fluido, Senku ni siquiera le dió tiempo de reconsiderar las cosas cuando él se hundió profundamente en su interior.

La silla traqueteó violentamente mientras ellos gruñían y gemían, pero para los oídos de Kohaku, el sonido fue ahogado por la distracción del tráiler del juego que se reproducía en la pantalla del ordenador.

Kohaku no tuvo piedad con sus movimientos y observó con satisfacción la manera en la que él trató de aguantar el mayor tiempo posible antes de dejarse ir por completo dentro de ella.

Él perseveró a través del clímax de la batalla del juego y más allá del imponente sonido envolvente del soundtrack que anuncia una epicidad como ninguna otra.

Y en apenas una fracción de segundo todo se terminó con el gemido exponencial de su liberación.

Kohaku se aferró a él en su vano intento por sobrellevar las olas de placer que la convirtieron en un lío tembloroso y enterró el rostro en el cuello de Senku para acallar su ruidoso chillido.

Una vez que la pasión del momento se esfumó, Kohaku se sintió con la fuerza suficiente para hablar con él.

Eso fue grandioso ¿No es así? —ella ahuecó las mejillas sonrojadas de Senku y lo miró expectante, casi con la ilusión de que él le respondiera sobre lo maravilloso que fue su encuentro.

Y la respuesta no demoró en llegar cuando Senku imitó su acción y le acarició los labios hinchados y la barbilla con tal delicadeza que fue tan impropia en él.

Fue tan mediocre como tu trabajo con la expansión, Leona. —una sonrisa descarada y casi cruel se instaló en los labios de Senku.

Después de eso, no hubo nada… ni una simple emoción en el semblante de Senku.

Vas a arruinarlo Kohaku… no eres más que un fracaso —el tono de Ishigami se volvió casi despectivo y frío—. Ahora lárgate.

Ella estuvo a punto de darle una certera bofetada, sin embargo el molesto pitido de un aparato se escuchó por todo el lugar, creciendo exponencialmente y lacerando los oídos de Kohaku. Por inercia ella cerró los ojos cuando el sonido se volvió insoportable.

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Kohaku abrió los ojos sobresaltada y con la respiración agitada, reconociendo de inmediato el techo de su habitación y la calidez de su cama.

Se dio cuenta entonces de que todo fue un sueño… o quizá una extraña pesadilla. ¡Oh, por dios! ¿Qué demonios acababa de soñar?

El rostro de Kohaku se calentó y enrojeció por la vergüenza ante tal revelación. Estaba soñando con Senku, su compañero de trabajo, su colega y más importante aún, su amigo.

No, no ¡No! Eso estaba mal, muy mal.

¿Por qué tenía esa clase de sueños con él?

Bueno, quizá estaba sólo un poco enamorada de él, pero eso no justificó dicha ensoñación.

Definitivamente algo estaba muy mal con Kohaku.

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—¿Cómo vas con tu parte de la expansión Kohaku? —Senku cuestionó, elevando parcialmente la mirada hacia ella con curiosidad.

—Oh, es verdad Kohaku-chan, todo el departamento me comentó que tuvieron diferencias creativas con el nuevo proyecto de expansión. —Gen intervino con su molesto tono de voz, acercándose a la chica para retirar el cuestionario que él le había proporcionado.

Kohaku no se atrevió a mirar a Senku a la cara, al menos no desde ese maldito sueño que llevaba rondando su cabeza desde la mañana anterior. En toda esa semana, de hecho, trató de evitarlo a como diera lugar.

¿Cómo podría mirarlo a los ojos sin recordar ese vívido sueño? Ella aún podía recordar el sonido de sus gemidos y la voz ronca de Senku en su mente.

Sacudió la cabeza una y otra vez para tratar de alejar ese pensamiento fuera de lugar. ¿Qué demonios le pasaba?

—Aún tengo trabajo qué hacer. —Kohaku se levantó de inmediato para recoger sus cosas y salir prácticamente corriendo hacia su oficina.

Un lugar lejos de Senku y el recuerdo de su fantasía.

—Leona testaruda. —medio gruñó Senku antes de entregarle su propio cuestionario a Gen.

La mirada de Asagiri se estrechó en Ishigami con sospecha y perspicacia.

—Entonces es verdad —canturreó con una falsa sonrisa de amabilidad—. Senku-chan y Kohaku-chan tienen problemas en el paraíso.

La respuesta de Senku fue un audible siseo.

—Deja de decir tonterías, Mentalista.

Senku le dió una mala mirada a Gen antes de salir de ahí para encerrarse en su propia oficina.

La sonrisa de Gen sólo se ensanchó por la promesa de un misterio que estaba ansioso por desentrañar.

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—No soy ciego Kohaku-chan, hay algo que está molestándote y sé que se trata sobre Senku-chan. —Gen le envió a la chica una mirada pícara e insinuante. Quizá esto no era para nada ético y profesional pero ya estaba harto de ver a esos dos evadir sus evidentes sentimientos.

Ambos eran tan ciegos y necios para actuar.

—Dime que si te digo que no hay nada mal, te irás de aquí y me dejarás de molestar, murciélago. —Kohaku giró su silla para poder poner ante Gen un semblante antipático con el afán de hacerlo rectificar sobre su insinuación.

—Es el deber de Recursos humanos estar al pendiente de los empleados de cada departamento para incentivar su productividad y resolver los problemas que puedan presentarse. —El falso tono de modestia no convenció ni un milímetro a Kohaku.

Mucho menos la mirada zorruna de Gen. Ella pudo ver que algo se traía entre manos.

—Se trata de la expansión —mintió a medias—. Es el estrés para entregar mi parte a tiempo y conseguir la aprobación de la junta directiva. Eso es todo.

Kohaku esperó que eso fuese suficiente para despachar a Gen y que la dejara en paz.

—Por supuesto, y es por eso que tu rostro se pone rojo y tu mirada se desvía hacia los labios de tu querido compañero de trabajo cada vez que están en la misma habitación —Gen no iba a darle tregua alguna a esa chica—. Oh y por supuesto, eso explica el por qué desvías la mirada cada vez que ese pobre chico llama tu atención. Claro, se debe al estrés.

Maldición, Kohaku se olvidó de lo perspicaz y chismoso que era este sujeto.

—¿Qué otra cosa podría haber? —tras sus palabras, ella le dio la espalda para regresar a su trabajo en la computadora.

Esperando que Gen tomara ese gesto como una invitación implícita a marcharse de ahí y dejarla en paz.

No lo consiguió.

—Kohaku-chan, sabes que no me iré de aquí hasta que me digas la verdad —fiel a su palabra, Gen encontró un espacio en el escritorio contiguo y tomó asiento en él—. Y vaya casualidad, he terminado de aplicar la encuesta de satisfacción laboral y me sobra el tiempo suficiente para quedarme todo el día junto a ti.

Gen se acomodó aún más, desafiando a Kohaku con la mirada y esa absurda y jactanciosa sonrisa plasmada en su rostro.

Él iba muy enserio.

Maldición.

—Te lo diré sólo si prometes no abrir la boca. —amenazó Kohaku.

—Tomaré esto como un secreto laboral. Nadie se enterará, los labios de este mentalista están más que sellados. —Gen levantó la mano a la altura del pecho a manera de juramento.

Kohaku bufó ante tan falsa actuación.

¿Sería lo correcto?

La chica tomó un largo suspiro antes de decidirse y hablar.

—Tuve un sueño raro con Senku —casi de inmediato las imágenes vinieron a su mente y calentaron sus mejillas—. Aunque más bien pienso que es una especie de pesadilla. —al menos el final de ese sueño lo es.

Las palabras de ese Senku le hicieron sentir terriblemente mal.

—¿Acaso se trata de ese sueño en el que Senku y tú tienen sexo? —Gen atajó sin previo aviso o consideración como si fuese la cosa más normal del mundo.

Y obviamente Kohaku se escandalizó por semejante aseveración. ¿Cómo lo supo? ¿Quién demonios era Gen? ¿Acaso podía leer la mente? Eso la asustó.

—Estoy en lo cierto ¿No es así Kohaku-chan? —la sonrisa gatuna de Gen se extendió aún más al confirmar sus sospechas—. Soñaste que Senku-chan y tú tenían una acalorada sesión de se...

—¡No lo repitas! —Kohaku se levantó de su silla para taparle la boca—. ¿Quieres que todo el edificio se entere? Esto no debe saberlo nadie más, en especial Senku.

Gen apartó las manos de Kohaku para poder hablar.

—Te dije que consideraré esto como un secreto laboral.

—Más te vale. —el tono de Kohaku guardó una certera amenaza.

—Aunque, creo que estás tomando las cosas por el rumbo equivocado —sus palabras atrajeron la atención de Kohaku y él continuó—. En realidad ese sueño no es puramente en un ámbito sexual… bueno, en realidad en parte quizá sí, toda esa tensión entre Senku y tú de alguna manera está afectando a tu subconsciente…

Gen se ganó una mala mirada por parte de la chica, pero decidió ignorarlo.

—Sin embargo, también se trata de una manifestación de lucha por el poder y quizá también de aprobación.

Eso tal vez tenía sólo un ápice de sentido, al menos por la parte final del sueño y las palabras crueles de ese Senku.

Sin embargo…

—Yo no necesito la aprobación de Senku —gruñó con firmeza—. Sólo está siendo un niño egoísta.

Pero Gen consideró que en realidad ambos lo eran después de todo. Ambos eran un par de niños testarudos y berrinchudos que se negaban a admitir sus propios errores.

—Kohaku-chan, tú y yo sabemos que Senku-chan no es así y creo que de una u otra forma inconscientemente necesitas a ese niño egoísta a tu lado. Las cosas serían mucho más fáciles si ambos dejaran de comportarse como los niños que ya no son y trabajan juntos para sacar adelante ese proyecto.

Kohaku dió un paso hacia atrás, mirando a Gen con el ceño fruncido por sus palabras. En parte le dió la razón, Senku no era de ese modo pero aún así, ella se sintió traicionada ante su rechazo a la idea del Treasure Island y la posterior contrapropuesta que le dio.

Evidentemente eso denotaba una falta de confianza en las habilidades de Kohaku.

Ella se quedó callada por un par de segundos antes de hablar.

—Pero Senku piensa que mis habilidades e ideas no son tan buenas como las suyas. —se quejó apartando la mirada para que Gen no pudiera ver cuánto le afectaba.

Pero él lo notó, nada podía escapársele.

—Si Senku-chan no confiara en tus habilidades e ideas, entonces jamás le hubiera propuesto a Ryusui darte una oportunidad y ese ascenso. —Se suponía que nadie más estaba enterado de ese ínfimo detalle.

Fue increíble lo que una buena botella de vino podría hacer en Ryusui Nanami y su lengua floja y parlanchina.

¿Qué? Kohaku no pudo creer lo que había escuchado ¿Senku fue el que le pidió una oportunidad para ella a Ryusui? ¿Por qué? Su jefe nunca mencionó a Senku…

Eso no podía ser verdad.

¿Cierto?

Pero de ser el caso…

—Bien, creo que mi trabajo aquí está hecho —Gen se levantó del escritorio para dirigirse a la salida de la oficina—. Sólo espero que esto arregle el desastre de la asociación, mi amado cheque depende de la aprobación de ese proyecto Kohaku-chan.

Con una última sonrisa, Gen se marchó del lugar dejando a Kohaku con un ligero estremecimiento en el pecho y una extraña sensación de vacío inexplicable.

¿Qué había hecho?

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Lo encontró sentado bebiendo algo en la cafetería del edificio, Kohaku decidió que era ahora o nunca. Se acercó a él con sigilo y tomó asiento en la silla predispuesta al frente, al extremo opuesto de esa pequeña mesa.

—¿Al fin decidiste dejar de evitarme como la peste, Leona? —Senku dignificó una breve mirada hacia ella antes de llevar a sus labios la lata de refresco casi vacía.

Kohaku por su parte decidió ignorar ese sarcástico comentario, recordándose que venía a hacer las paces con él para salvar el proyecto de la expansión.

Y quizá, también su amistad. A pesar de todo ella admiraba y apreciaba a ese molesto hombre.

—Voy a renunciar a mi idea de expansión con el Treasure Island —Kohaku soltó de repente, acaparando la atención de Senku—. Quiero que trabajemos en el de New America City.

Él no dijo nada al principio, Senku se limitó a fruncir el ceño ante las repentinas palabras de su compañera. No logró entender qué provocó tal cambio en ella.

—Juntaré al equipo para comenzar a trabajar, nos quedan sólo cinco días para la presentación así que no tenemos mucho tiempo. —el semblante indescifrable de Senku la confundió, ella esperó al menos ver tan siquiera una pizca de emoción por el proyecto.

Sin esperar alguna respuesta, Kohaku se dispuso a levantarse para ir por el resto del equipo. Sin embargo Senku la detuvo al tomarle la mano por sorpresa e instarla a tomar asiento de nuevo.

—¿Vas a renunciar a tu idea así como así? —cuestionó mirándola fijamente con evidente molestia.

—Mi idea no sirve, tú mismo te encargaste de restregármelo a la cara el otro día. —Kohaku apartó la mano de la de Senku casi de inmediato.

Quizá ninguno de los dos se dio cuenta de la conexión entre sus manos hasta ese momento.

—Yo no dije que fuese mala, tu idea de una modalidad simultánea sí lo es al Diez mil millones por ciento. Es algo que todavía no hemos perfeccionado, sería muy arriesgado. Si el juego falla durante la presentación, estamos acabamos.

Senku tenía un punto, incluso ella se dió cuenta de lo complicado que era aplicar su idea en el juego.

—Mira, te propongo algo Leona —Senku continuó cuando la mirada de Kohaku decayó—. Trabajaremos en tu idea del Treasure Island si te olvidas de la modalidad simultánea. Hice algunos Mockups para tu propuesta.

Esperen ¿Que Senku qué?

—¿Es enserio? ¿Vas a aceptar mi idea? —el rostro de Kohaku prácticamente se iluminó ante la expectativa.

—Te dije que sí. Tenías razón, esta expansión podría complementar nuestro siguiente proyecto de Stone Quest.

"Nuestro". Esa palabra removió algo en el pecho de Kohaku, un repentino sentimiento cálido que no quiso explicar con palabras aún. No era el momento adecuado después de todo.

—Bien, entonces acepto. —Kohaku le tendió la mano a Senku para sellar el nuevo acuerdo, regalándole al joven hombre una hermosa sonrisa.

Y él simplemente estrechó su mano con la de ella, prolongando el contacto más de lo necesario y manteniendo en todo momento su mirada carmín en Kohaku, apreciando ese brillo tras sus cautivantes ojos aguamarina.

Él tenía plena confianza en ella para sacar adelante ese proyecto y cualquier otro que se propusiera.

—Perfecto, te ayudaré a traer tus cosas de nuevo a nuestra oficina, Leona.

"Nuestra oficina".

Nuevamente él estaba refiriéndose a ellos como una unidad, como el equipo que eran y quizá como lo que ambos se negaban aún a aceptar.

.

.

.

Fin.

N/A:

Me animé a escribir esto luego de ver Mythic Quest (excelente serie por cierto, si no la han visto de verdad se las recomiendo… a mí me encantó 7u7), me basé en los personajes de la serie Ian y Poppie para adaptarlos al Senhaku :3

Y bueno he aquí el resultado final :v

Perdón porque no sé casi nada de programación o videojuegos, pero traté de hacer lo mejor que pude... acepto sus tomatazos u.u

En fin, espero les haya gustado y me dejen saber sus opiniones sobre esto n.n

¡Hasta la próxima!