Fredica At Home

¡No pierda tiempo! ¡Venga al mejor establecimiento para niños de toda la ciudad! ¡Freddy Fazbear's Pizza! ¡El mejor lugar donde están tus animatrones favoritos como Freddy el oso, Bonnie el conejo y Chica la polla! ¡Eso sí! ¡No se olviden de nuestro pirata favorito de toda la vida, Foxy! ¡Ven a verlos en sus actuaciones! ¡Tampoco se olviden de nuestras mejores rebanadas de pizza de la ciudad! ¡Venga rápido! ¡No se lo pierda!

El anuncio que salía por la televisión era bastante bueno… aunque él tiene que admitir que podría ser mejor. Eso sí, había un detalle sobre esto que era que presentaba a los animatrones como hombres, no como mujeres como realmente están dentro de ese establecimiento. ¿Por qué harían eso? Tal vez sea algo de marketing porque tal vez nadie sabe que son mujeres. Cuando vayas, te sorprendes el descubrir que lo son y listo, no querrás irte porque quieres apreciar la forma de estos animatrones.

¿Cómo él sabe esto?

Vamos… ¿por qué no hacemos algo más entretenido que mirar una televisión vieja como esta? ¿No quieres hacer algo más divertido? Ya sabes… ¿qué te parece un poco de amor como siempre?

—¿Ahora? Están dando una buena película…

¿Crees que me importa esa película? Me importas tú, nada más.

—Hehe… ¿no puedes esperar?

No

Sí, él sabía de la realidad de esos animatrones porque desde hace tiempo tiene uno.

¿Cómo es que tiene uno?

Bueno, digamos que no parecía ser un modelo nuevo – aunque uno verlo puede darse cuenta que demasiado nuevo – porque estaba tirado en la parte de atrás del establecimiento del cual ha escuchado un comercial recién. Tampoco estaba interesado en venir aquí atrás pero había visto algo que brillaba y le picó su curiosidad. Fue entonces cuando vio a este animatrón, Freddy, Fredica en todo caso porque su nombre era ese según ella.

Era basura y como tal, la recogió. Apenas llegó a su casa, tocó algunas cosas y se había activado… pero eso no fue impactante. Lo impactante fue que ella tenía un cuerpo muy suave y casi perfecto al de una mujer. Se supone que tienen que ser duro por tener metal pero en cambio, su cuerpo era elástico y suave. Era perfecto para poder agarrar incluso.

Ya una vez activada, recuerda sus primeras palabras.

Vaya, un hombre, por fin. Vamos, quítate la ropa, quiero ver si de verdad eres un hombre

Fueron unas lindas y raras primeras palabras…

Al día siguiente le costó caminar por completo por todo lo que ella había hecho con él con tanta naturalidad y para variar, como es algo así como un robot, no se cansaba mucho que digamos, casi nada mejor dicho.

Era hermosa, no puede negarlo. No podía dejar de mirarle cada vez que despertaba o cada vez que tenía que hacer algo que tuviera que salir de casa y para variar, ella no podría salir que digamos porque todos se darían cuenta de la misma.

Al principio, vivir con ella era algo tedioso porque tenía que soportar cómo ella quería tener sexo una y otra vez con él.

No tengo idea, fui programada de alguna manera para hacer esto. No me quejo, se siente demasiado bien el hacerlo con alguien que quieres y amas

—¿Se aplica en mi caso?

Suficiente con que me has sacado de la basura, para mí, es más que suficiente

—¿Eso quiere decir que cualquiera podría tenerte si te sacaban de la basura?

—… oye, trato de ser buena

—Lo sé. Me gusta molestarte a veces

Eres malo ¿sabes?

—Lo dice un robot que al parecer cazaba a un guardia durante las noches para matarlo

En mi defensa, el maldito nos tocaba a mí y al resto. Chica y Bonnie querían matarlo… y no podía dejar que carguen con esa culpa… por eso cuando se cortó la luz, con mi visión nocturna, lo maté.

—… y por eso terminaste en la basura

No, de hecho fue porque estaba desactualizada

—… ¿qué?

Sí, la verdad es que al parecer querían re introducir unas versiones anteriores a nosotras… pero con actualizadas… y nos tiraron… aunque me tiraron primero a mí… me dan dudas…

—Tal vez te tiraron por ser marrón…

Oye, espera. Mira, aprendí algo de la vida contigo aquí y puedo entender que ese comentario no es bueno…

—… lo siento

Ser racista no es algo para disculparse. ¿Quieres que no diga algo sobre esto? Ya sabes lo que quiero

—¿Ser humana? Pero… oh, espera, ¿ahora? Pero hemos terminado hace 10 minutos…

¿Qué puedo decir? Tengo ganas.

El pasar de los días, Fredica aprendía más de la vida humana. No se puede decir que entiende en totalidad pero al menos algo comprende. Además de eso, había un detalle que a él le gustaba y es que cada vez que volvía de casa después del trabajo, tenía a alguien que le esperaba con una sonrisa juguetona y preciosa, esperándole también con comida que… es dudosa y a veces no sabe bien pero, ¿cómo no ser feliz? El hecho que vuelves a casa y tienes una especie de robot esposa es genial…

No va a negar que en cierta manera sea algo deprimente pero era genial el tener a alguien.

Su vida hasta ahora era normal con ella, ya con el tiempo pasado. Sigue siendo la misma de siempre aunque a veces le dan algunas dudas sobre querer volver al establecimiento y ver cómo todo sucede… aunque reconoce que no es posible ya porque está a gusto aquí sin hacer nada salvo ayudarle a él porque le ha sacado de la basura y ahora tiene un buen propósito… que por cuestiones morales, ahora mismo, no puede decir.

Fredica adora la ropa que él conseguía para ella. Pero adoraba más quitarle la suya. La fragancia de él siempre estaba presente y era algo muy bueno para mover su cuerpo un poco y así esperarle para hacerlo. Siempre decía que no pero su cuerpo siempre parecía querer más y más y esto era algo que le encantaba.

Era una linda vida, debe de admitir Fredica.

Si sabía que esto podría pasar, hubiese matado uno o dos guardias más y capaz la tiraban a la basura por "defectuosa" pero la tiraron por vieja.

¿Hoy? Es feliz, nada más que decir.

¿No vamos a hacer nada eh? —ella se sentó encima de él ya con sus pechos expuestos—. Vamos, que tengo ganas

—Pero la película…

Es una que ya has visto varias veces. ¿Qué mejor manera que pasar tu tiempo con tu esposa?

—… —se la quedó mirando con dudas—. ¿Esposa?

Escuché de una de las vecinas que las mujeres que hacen este tipo de cosas son esposas. Soy tu esposa técnicamente… —ella comenzó a sonreírle—. Aunque es deprimente que tengas de robot una esposa…

—…

—… hehe, me gusta cuando te quedas callado, es lindo.

—Me pregunto la razón de haberte traído aquí

Me viste y te quedaste enamorado, es normal. Cuando estaba allí, todos querían tocarme… aunque no podían porque iban a morir…

—Soy un privilegiado entonces ahora ¿no?

Sí. Ahora cállate y házmelo hasta que no sienta mis piernas

Al otro día estaba algo bien.

De tanto que lo hacía con ella, era normal ahora estar en forma y aguantar más y más la presión que ella puede ejercer. Además, estaba muy acostumbrado a ella. Otra cosa es que se preguntaba cómo es posible que alguien cree algo así a la perfección porque tiene justamente todo en orden y es más que perfecta. Hablamos a la hora de tener relaciones. Parecía que estaba pensada para poder tener sexo… ¿quién se le ocurre esto? ¿Esto era para niños? Era sorpresivo.

En este siguiente día, mientras volvía de trabajar y se preguntaba muchas cosas, pasó por una pequeña tienda donde pusieron en muestra para que todos veas pequeños muñecos de estos animatrones que eran muy tiernos y parecían algo para que puedan dormir los niños.

—"Llévate a Fredica para jugar en casa y tener a tu animatrón favorito contigo" —era lo que los carteles decían junto a un precio. Aquí al menos eran honestos y los mismos peluches de los animatrones eran mujeres y sí, se veían muy bien. Sonreía mirando el acaparador porque no necesita uno de estos—. Pensar que ya tengo una Fredica en casa —encima tiene a la verdadera y única. No puede pedir más. No quiere pedir más—. Aunque…

Entró y lo compró.

¿Cómo se sentiría Fredica al tener un muñeco de ella misma?

Seguro que se debe de sentir muy raro tener un peluche de ti mismo. Quiere ver la reacción que pondrá. Aparte, cree que es un lindo regalo para ella. Si pide los demás, puede costeárselo un poco. Sería lindo ver su reacción, sí.

¡Hey! ¡Hola! ¡Mira lo que he conseguido!

—¿Qué conseguiste?

Volver a su casa con ese regalo para ella solamente para ser recibido entonces con una Fredica desnuda, sumado a que ella no estaba sola sino también había una coneja y una polla sonrientes y mirándoles fijamente, cerró sus ojos mientras tomaba aire y trataba de calmarse.

—¿Por qué…?

¡Es mi regalo para ti! —decía ella—. Disfruta… y claro, te vamos a disfrutar ahora…

Las tres comenzaron a reírse.

Bueno, algo sintió que tocaba su espalda y su pecho con suaves toques. Era algo así como una zorra por lo que pudo ver al voltearse y notar cómo le respiraba en la oreja. Además, le lamía también un poco de la misma forma que hacía Fredica algunas veces.

No podía decir o hacer algo.

¿Estaba feliz por esto? No sabe pero, de alguna manera, empieza a pensar qué será de su vida ahora que Fredica ha hecho esto pero una cosa es segura

Tendrá sexo a montones.